Pasaban de las doce de la noche y apenas llegaba a casa. Me sentía totalmente agotado y sin embargo el sueño no acudía a mi así que decidí ir a la cocina a prepararme algo ligero para cenar; ya en la cocina partí un poco de fruta pero como últimamente no tenia mucha hambre, deje mi plato a medio comer y me dirigí a la sala a ver un poco de tele.
Ya eran las doce treinta y no había nada que ver, aun así le deje en un canal cualquiera a pesar de que yo me encontraba mirando el cielo por la ventana de la sala. Estaba totalmente oscuro, sin luna, sin estrellas, igual a la oscuridad que irónicamente llenaba mi dolorosa agonía interior de una radiante luz, como una risa entre llanto, lo único que me dejaba vivir, lo que me permitía seguir, solo por que… me recordaba a el.
Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos de ella y mire el reloj; la una menos diez, ¿Cuánto tiempo estuve divagando entre mis pensamientos? No importa, mejor fui a mi habitación a dormir un poco.
Llegue a esta y prendí la luz.
-…- Suspire pesadamente- Hola cuarto, otra vez yo, igual de solo, igual de loco por estar hablando contigo- recapacite un segundo- no, el loco eres tu por oír mis idioteces-
Después de mi amistosa “platica” con la nada, me puse la pijama y me dispuse a dormir, pero, nuevamente el sueño no acudió a mi, como ayer, como anteayer, como todos los días después de lo que provoco que una parte de mi muriera…
// Flash Back //
Era un día lluvioso y yo me encontraba en casa, pensando que en menos de un mes estaría felizmente casado con el amor de mi vida, si, yo, Naruto Uzumaki me casaría con Sasuke Uchiha en dos semanas.
Sasuke y yo nos conocíamos desde que teníamos 3 años, cuando cumplimos 15 años comenzamos a salir como novios y hace un año que me había pedido matrimonio cuando cumplí los 20 años.
-je, je, je- una pequeña risa escapo de mis labios mientras miraba el hermoso anillo hecho de plata fina con un zafiro en forma de cabeza de zorro en el centro. Por dentro tenia grabado “Mi tierno kitzune”, siempre me decía así de cariño, por que decía que me parecía a un tierno zorrito por unas marcas de nacimiento que tenia en la cara que figuraban a unos bigotitos, tres de cada lado.
-toc, toc, toc- la puerta sonó sacándome de mis pensamientos, así que me dirigí a abrir, esperando que fuera Sasuke llegando del trabajo, pero…
-Itachi…- me sorprendió ver al hermano mayor de Sasuke parado frente a mi , con una expresión seria, pero con un deje de tristeza.
- Naruto, necesitó hablar contigo-
- ¿que ocurre?-
-Sasuke… Sasuke acaba de sufrir un grave accidente, choco contra un poste de luz mientras conducía hacia acá, esta muy grave en el hospital -
// Fin Flash Back //
Después de eso Itachi me llevo al hospital, donde pase a ver a Sasuke, hablamos un rato, y luego murió…
Suspire pesadamente al ver que el sueño no pensaba acudir fácilmente a mí, así que me levante de la cama y conduje mis pasos casi inconcientemente hacia un armario de un pasillo principal de la casa.
Lo abrí y comencé a sacar un montón de cosas de el, hasta que encontré lo que buscaba, una pequeña cajita naranja de terciopelo.
La tome entre mis manos y la abrí, sacando de ella el hermoso anillo que Sasuke me había dado; puse la cajita en el armario y me leve el anillo conmigo al cuarto. Me volví a acostar y estuve un rato observando el anillo, cuando ya no aguante más…
-Sasuke- una lagrima salio de mis ojos seguida por otras mas. Rompí en llanto, ¿Qué era lo curioso? , que nunca, desde la muerte de Sasuke derrame una sola lagrima; puede sonar frió y hasta cruel, pero esta era la primera vez que lloraba su muerte, desde hace un año. Si, esa misma tarde se había festejado un año de la muerte de Sasuke, y hasta esa tarde seguía sin derramar lágrima alguna.
Pero ahí estaba, llorando como un niño, llorando por las lagrimas que solo mi corazón soltó, llorando por cada momento vivido con el, llorando por el año eterno de lagrimas jamás derramadas que dieron su vida muriendo en mis ojos y no en mis mejillas, llorando por las lagrimas que Sasuke ya no podía derramar, pero sobre todo, llorando por no poder cumplir la promesa que le hice en su lecho de muerte…no llorar nunca por el.
Esa noche llore hasta que mis lágrimas se acabaron, mis ojos se cerraran y mi mente quedara en blanco.
-Buenas noches…Sasuke- dije, cayendo así en los brazos de Morfeo.
- Buenas noches, mi kitzune…-