Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Who knew por Aphrodita

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Pufff… este fic, la idea en sí, la tengo pensada desde hace dos meses, recién ahora me puedo sentar a escribirlo. La canción de este songfic le pertenece a Pink. Es la versión traducida, en español, pero de todos modos trataré de conseguirles la versión original. Es romance o.O Así que no esperen nada bueno xD

Who knew


Aphrodita





One Shot / Song Fic:


Me costó tanto llegar a ti… Tu distante mirada y el muro invisible que nos separaba volvía aun mas difícil la tarea de hablarte; algo tan sencillo como mirarte a los ojos y darte los buenos días se había convertido en toda una aventura.

Poco a poco me fui armando de coraje, dejé de lado mis temores y encontré la forma de buscarte y encontrarte, aunque eso significaba armar todo un alboroto en la Mansión para llamar tu atención, tú: El único que aparentaba no darse cuenta de nada a pesar de ser tan obvio para los demás.

Sé que me complico la vida, será que de alguna manera eso me gusta... Soy masoquista, no puedo evitarlo. Pude haber dedicado mi tiempo a tareas mas sencillas como mirar televisión, leer una revista, entrenar arduamente, en vez de idear extrañas tretas para llamar tu atención. Justo la tuya, la del Santo mas complicado que alguna vez piso esta tierra ¿Por qué no me fijé en Shiryu? ¿O en tu hermano? Mi vida hubiese sido mas sencilla tal vez. Pero no, siempre me gustaron los desafíos, siempre escojo el camino mas difícil, el de espinas.

En el fondo tu lo sabías, lo habías leído en mis ojos pero algo te detenía... Quizás no el simple detalle de que yo también era hombre, pero estaba bien informado al respecto y era una idea que tu no rechazabas ¿Entonces?

Nunca me consideré un adonis griego pero sé que algo de mi te gustaba, algo de mi te arrancaba alguna que otra sonrisa, alguna que otra expresión de felicidad, gestos que ni siquiera Shun lograba en ti.

Fue un 26 de marzo, una tarde que aparentaba ser como cualquier otra que el destino conspiró a mi favor y me permitió caminar unas pocas cuadras a tu lado. No sé como ni de donde saqué las fuerzas suficientes para decirte que te quería.

Tu solo me observaste con tus ojos del tiempo y te largaste a reír de una forma estrepitosa e hiriente, pero al ver mi mueca desaprobatoria tosiste para ocultar tu risa:

- Burro, yo también te quiero.

Me dijiste con un tono de consuelo barato. Volví a repetirte lo mismo con un dejo de enojo, mirándote fijamente a los ojos logré ponerte tan nervioso que por un instante pensé que ibas a golpearme pero no lo hiciste... Sin embargo tampoco correspondiste mi fallido intento de abrazo.

Ahí comenzó todo mi martirio, mi dulce castigo, el que hoy veo con nostalgia, tristeza, pero a su vez con agradecimiento. Yo tenía tanto miedo de cada paso que daba y tu te mostrabas tan sereno y seguro.


Me tomaste la mano
Me mostraste como se hace
Me prometiste que te quedarías


Desde ese día te perseguía aun más, no te dejaba en paz, te crispaba los nervios mas que de costumbre y te sacaba de tus casillas con más facilidad; de la misma forma, tu risa se había vuelto algo común de oír retumbar en los pasillos de la Mansión, motivos de celos para tu otouto y motivo de desconcierto para el resto al notar que te mostrabas mas feliz que de costumbre.

¿Qué podía hacer al respecto? Si me derretía de orgullo al ver que era yo, solamente yo, con mi estupidez crónica quien lograba hacer reír al irritable Phoenix. A veces me ponía insoportable pero era cuando más atención me ponías.

Pocos días después, una mañana en la que te encontrabas de mal humor, buscaste silenciar mi monologo matutino y agotador de la mejor manera, estampándome un beso en los labios que me dejó temblando durante semanas:

- Ya cállate pony, recién me levanto.

Me dijiste serio luego de soltar mi boca, tu mano dejó de aferrar mi brazo para tomar tu taza de café. Te fuiste a la sala y yo me quedé minutos de pie en esa cocina intentando comprender que estaba pasando allí.


Te tomé la palabra
Y creí en todo lo que me dijiste


Solo una semana después de mi confesión a media me ofreciste una tosca respuesta, pero si ilusamente creí que ya te tenía me equivocaba, esto recién empezaba y no niego que fue divertido además de doloroso, buscarte y no encontrarte, quererte y no sentirme correspondido. Aprendí a jugar con fuego.

Pero yo me había prometido enamorarte y lo conseguí, con sangre, sudor y lagrimas, pero logré que fueras mío. O por lo menos eso creí al inicio, para luego comprender que en realidad nunca te tuve.

Todo era tan mágico al principio, todo era tan perfecto que no me importaba tener que ocultar lo que sentía por ti ante la sociedad, porque nos encerrábamos en nuestra burbuja sin que nada ni nadie nos molestase. No teníamos intenciones de develar nuestro secreto al mundo ni mucho menos compartirlo, estábamos satisfechos en nuestro pequeño reino personal.


Si alguien me hubiera dicho
Que en tres años te habrías marchado
Me hubiera puesto de pie
Y los hubiese golpeado
Porque estaban equivocados.
Yo sabía la verdad
Por que tu dijiste que sería por siempre
Para siempre
¿Quién lo hubiera sabido?


Quizás mi corta edad y mi escasa experiencia sumado al amor que te tenia lograron enceguecerme. Era tan inocente en ese entonces que no podía ver cosas que hoy en día las recuerdo y no puedo creer lo evidente que eran.

Pero de algo estoy seguro, que tu intención al mentirme con algunas cosas fueron solamente para evitar lastimarme. No puedo decir que te agradezco por ello, pero un poco sí, por tener ese cuidado conmigo, ya que conociendo al insensible Phoenix no es algo que alguien pudiese esperar de ti.


Recuerdo cuando éramos unos tontos
Estábamos tan convencidos,
Éramos tan geniales


Fue Hyoga el primero en abrirme los ojos, en demostrarme que nunca podría domar al indomable Ikki; tu eras un ser libre, así te había conocido y así había aprendido a amarte. Recuerdo que tuvimos nuestra primera discusión fuerte luego de un año de estar conociéndonos, y yo, que tontamente creí conocerte mejor que nadie, quizás no estaba tan errado, pero me fue evidente que en realidad te conocía poco y nada.

- A Ikki lo vi en el bar, me dijo que venia mas tarde...

El Cisne con su despreocupado comentario me demostró tu mentira, fue solo una, pero suficiente para que las demás surgiesen a la luz, día a día, presentándose como duras revelaciones. También recuerdo tus hirientes palabras de enojo, tu indignación por mi reproche.

- ¿Quién te crees que eres? ¿Mi dueño? ¡Es mi puto problema lo que hago y dejo de hacer! ¡No tengo que rendirle cuentas a nadie!

Quizás estaba exagerando, tal vez no era para tanto, pero no me dolió en si la mentira, sino creerte. Fue una estupidez, me mentiste con algo insignificante pero ¿Quién o que me aseguraba que no lo hacías con otras cosas? Con otras cosas mas importantes para mi.

Desde ahí mi desconfianza fue en aumento, intentaba averiguar en donde estabas a cada hora sin que tu te enterases, para darme cuenta que nunca, jamás, me decías la verdad. ¿Por qué? Nunca lo supe a ciencia cierta, tal vez porque sabias que yo me enojaría o me entristecería, porque quería estar contigo y tu preferías otras actividades.


Desearía poder tocarte de nuevo
Desearía poder decir que aun somos amigos
Daría cualquier cosa


¿Para que negarlo? Era cierto, ¿A quien no le dolería saber que la persona que ama prefiere estar perdiendo el tiempo en la calle antes que pasar una tarde entera a su lado? Creo que lo que gastó nuestra relación fue nuestra dependencia, esa que con el tiempo fuimos desarrollando aun mas.

Despertar y verte en la Mansión, pasar el día a tu lado, esperar a que llegue la noche para estar completamente a solas contigo, la misma rutina cada día durante dos años, eso mató nuestro amor, ¿Fue eso? No me culpo a mi, ni a ti, en ese entonces, cuando empezó nuestra relación, tenía quince años y tu diecisiete. Éramos muy niños todavía como para saber manejar una relación tan compleja como la nuestra.

Con el correr delos meses tu preferías estar mas tiempo fuera de la Mansión que en ella, mientras yo prefería quedarme para ver si regresabas en busca de un abrigo, un CD, un libro o un beso... ¿Te estabas olvidando de mi?.

No puedo negar que tus palabras y tu trato a veces me lastimaban hasta el punto de llevarme al borde de las lagrimas, pero lo que la gente nunca entendió era que de la misma forma que me herías lograbas curarme. Tenias una capacidad de dar amor, cuando tu te lo proponías, que nadie podía igualarte, conseguías hacerme sentir que tu me amabas mas de lo que yo a ti.

Por eso nunca entendí el porque de tus huidas, de tus mentiras, de tus silencios. Y en esas noches en velas, y en esas tardes esperando tu regreso era Shiryu quien me observaba en silencio, quien notaba mi creciente angustia.

- Si tanto te lastima ¿Por qué estas con el?
- Lo amo

Esa era siempre mi respuesta. No puedo culparlo por sentir desprecio hacia ti si lo único que podía ver era mi dolor. Nunca quise que los de afuera estuvieran al tanto de nuestra masoquista forma de amarnos, por ese callé muchas cosas, sin embargo el daño se materializaba en lagrimas... Y eso era lo que los demás veían, porque el amor no se puede ver.


Cuando alguien me dijo
Que debía agradecer mi suerte
Por que no duraría para siempre
Supongo que no me di cuenta
Estaba tan equivocado
Ellos tenían razón,
Aunque tu dijiste por siempre
Para siempre
¿Quién lo hubiera sabido?


No fue mi intención dejarte como al malo de esta película, no... Nadie sabe, me atrevo a decir que ni siquiera Shun, cuanta calidez hay en tu corazón verdaderamente. Y te juzgaron por mi debilidad, por no conseguir esconder mi llanto.

Con el correr de dos años comencé a notar que tus salidas ya no eran como antes, tan solitarias... en ese entonces, aunque me dolía tus partidas, prefería darte el espacio que necesitabas; pero con el tiempo ya no estabas solo, tenias compañía y no era la mía.

Una vez me dijiste algo extraño cuando yo te reproche esto, me observaste fijamente a los ojos y pude notar tus orbes grises humedecerse rápidamente al mismo tiempo que me susurraste:

- Tu no te mereces esto.

En su momento no entendí a lo que te referías, si yo quería estar contigo, acompañarte ¿Por qué eso no iba a ser eso lo mejor? ¿Por qué no merecía tu compañía? Nada pude decirte porque en verdad no capté tus palabras.


Te mantendré encerrado en mi mente
Hasta que volvamos a encontrarnos
Y no te olvidare, amigo mío
Ni lo que pasó


Ese día me dejaste... Lo recuerdo perfectamente; ese día decidiste por mi, por los dos, que para mi lo mejor era terminar con ese martirio. Yo me enoje tanto conmigo mismo, por ser tan bocón, por presionarte tanto... No quería perderte:

- Si quieres salir sin mi, hazlo, pero no es motivo para que me dejes...

Tu te largaste a reír sin intención de herirme, tu risa fue apagada, melancólica, sumamente triste. Hoy recordando esto también me río porque estaba siendo muy evidente que no entendía tus palabras.

- ¡No elijas por mi! ¡Yo decidiré que es lo mejor para mi! ¡No tu!

Exploté, grité, peleé, lloré... Y tu te mantuviste firme. Comprendí con sumo dolor que esta vez era distinto, que estabas siendo muy sincero e inquebrantable, que no había marcha atras.

- ¡¿Por qué?!

Te exigí una explicación, te la rogué, pero tu te limitaste a llorar en silencio, sin hacer el escándalo que yo estaba haciendo. Me abracé a tu pecho, para no dejarte ir, pero tu me quitaste dulcemente mis manos para acariciarlas sutilmente.


Si alguien me hubiera dicho
Que en tres años te habías marchado
Me hubiera puesto de pie
Y los hubiese golpeado
Porque estaban equivocados


Comenzaste a balbucear, a decir muchas cosas que en su momento para mi no tenían sentido, o será que en realidad no quise entender: Que yo era alguien especial, que merecía lo mejor, que era sumamente inteligente a pesar de hacerme el burro para pasarla bien, que era alguien cálido que necesitaba una persona que me acompañase. Luego dijiste algo sobre los estudios... ¿Y a mi que carajo me importaba en ese momento mis estudios? Si me estabas dejando y para mi eso era morir en vida.

- Debes estudiar alguna carrera que te guste, trabajar de ello, ganar dinero, tener tu casa, tu pareja, tu perro y ser feliz.

¿Era acaso una broma de muy mal gusto?. No quería estudiar una carrera... No quería trabajar de ello... No me interesaba ganar dinero... Ni tener una casa, una pareja o un perro. Pero si quería ser feliz, a tu lado, para mi eso significaba la verdadera dicha.

- Espero que te enamores de alguien que sepa valorarte.

Me enojé tanto con esas palabras que comencé a golpear con mi puño cerrado tu pecho, mis labios fuertemente cerrados escondiendo un grito de agonía, mis ojos enrojecidos de llanto e ira. Y tu tan frío, tan distante, tan impenetrable, como cuando te empecé a buscar de esta forma.

- ¿Ya no me amas?

Mi pregunta surgió de mi boca como un horrible aullido, sentía mis mejillas húmedas y podía saborear mis lagrimas. No podría verte claramente porque mi vista estaba nublada.

- Si te digo la verdad me costará dejarte mucho mas de lo que ya me está costando.
- Entonces no lo hagas, no me dejes...

Negaste con tu cabeza, confirmé con dolor que esta vez no había nada ni nadie que te hiciera cambiar de parecer. ¿Por qué? ¿Por qué siempre me dabas una bofetada para luego acariciarme en la misma mejilla? Tu no llorabas, pero podía ver en tu mirada el fuego del Phoenix apagarse por siempre.


Y recordaré con cariño ese ultimo beso
Hasta que volvamos a encontrarnos


Ese día fue la ultima vez que te vi, a pesar de mis amenazas, de mis reproches, de mi dolor. Pensé que en realidad no te importaba, pero hoy veo claramente que no fue así. Pero me sirvió estar tan enojado contigo, para que el dolor no me consumiera por dentro.

Han pasado los años, me acostumbre a no estar contigo, a no verte, a no necesitar tus caricias, tus palabras y tu amor, aunque no puedo decir que de todos modos lo extraño, solo me acostumbré a estar solo.


Y el tiempo hace que sea mas duro aun
Ojalá pueda recordarlo.
Pero guardo tu recuerdo
Me visitas en los sueños

El único que se mantuvo siempre ajeno pero a la vez cercano fue Shun, quien hoy en día es el único nexo que tenemos entre nosotros. Gracias a él me entero un poco de ti, cuando de casualidad o por equivocación menciono tu nombre.

Ya no eres el mismo Ikki que todos conocíamos, has dejado la orden, en realidad perdiste tu armadura. Ya no entrenas, has cambiado el gimnasio por el bar. Nunca te ven sobrio, entero o de pie. Vives de lo que vendes, cuando no te lo consumes.

Shun me habla de ti con dolor, que ha intentado ayudarte aun sabiendo que tu nunca pedirías y aceptarías ayuda, que ha intentado conseguirte un hogar, un empleo, que ha intentado llevarte a un centro de rehabilitación para alejarte de las drogas y el alcohol.

Todos le echan la culpa a tus nuevas amistades, esas que labraste en tu adolescencia, esas que tu preferías antes que mi compañía. De las cuales intentaste alejarme, protegerme de ese mundo para que no lo conociera, tu propio infierno.

¿Y yo? ¿Qué es de mi vida? No tengo pareja, tengo un buen empleo que me deja suficiente dinero para vivir cómodamente, tengo mi propia casa que aun estoy pagando, un perro que adopté de la calle, pero no soy feliz.

Hoy Shun ha venido a decirme preocupado que no sabe que más hacer para ayudarte, hoy durante la tarde no pude dejar de pensar en ti y de recordar esos tres años que estuvimos juntos como algo mas que amigos o hermanos. Me encuentro aquí agradeciéndote. Comprendiendo lo que en verdad hiciste por mí y sintiéndome en la necesidad de devolverte un poco de todo eso.

Tomo mi campera, mis llaves, mi celular y hablo con Shun, una corta conversación en la cual él me agradece porque de ahora en mas ya no está tan solo buscando la forma de arrancarte de ese abismo.


Cariño mío
¿Quién lo hubiera sabido?
Cariño mío, te extraño.


Te lo debo, por la sangre que nos une, por las batallas que combatimos juntos, por los años que pasaste a mi lado y por darme la posibilidad de ser feliz. Ahora, siendo un adulto, viendo las cosas mas claras, me doy cuenta de que entre tanto dolor y sufrimiento he sacado lo mejor de ti, de mi, de la circunstancia.

Costará volver a verte a los ojos, pero sé que sonreiré como ahora lo estoy haciendo, sabiendo todo lo que hiciste por mi, ¿Cómo agradecértelo? ¿Cómo pagártelo? Tan solo le pido a los Dioses que me lo permitas, amigo mío.


FIN


Notas finales: Pedorro, lo sé. ¡Wiiiiiiiiii! Me pongo con el Minos x Milo que le prometí hace años a Derkez y sigo con “Lo que el viento nunca se llevó” xD

Muchas gracias por leer.


21 de enero de 2008
Merlo, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Edit: Aquí encontré la canción en la red. No es la gran cosa, digo... La letra, pero en su momento, cuando más sonaba, había algo que me gustaba (No me acuerdo qué, porque cuando este tema estaba de moda fue hace como tres años).


You took my hand, you showed me how
You promised me you'd be around
Uh huh, that's right

I took your words and I believed
In everything you said to me
Yeah huh, that's right

If someone said: "Three years from now
You'd be long gone."
I'd stand up and punch them up
'Cause they're all wrong
I know better
'Cause you said "forever and ever"
Who knew?

Remember when we were such fools
And so convinced and just too cool
Oh no, no no

I wish I could touch you again
I wish I could still call you friend
I'd give anything

When someone said: "Count your blessings now
For they're long gone."
I guess I just didn't know how
I was all wrong
They knew better
Still you said "forever and ever"
Who knew?

Yeah, yeah

I'll keep you locked in my head
Until we meet again
Until we, until we meet again
And I won't forget you, my friend
What happened?

If someone said: "Three years from now
You'd be long gone."
I'd stand up and punch them out
'Cause they're all wrong
And that last kiss I'll cherish
Until we meet again
And time makes it harder
I wish I could remember
But I keep your memory
You visit me in my sleep
My darling, who knew?

My darling, my darling
Who knew?
My darling, I miss you
My darling, who knew?

Who knew?

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).