Era de noche, tarde y las estrellas marcaban en el firmamento cada constelación con sus destellantes y bellos colores, era digno de ser admirado con los seres queridos, una danza esplendorosa se manifestaba en el cielo azul ultramarino, pero en los ojos de Naruto se reflejaba una gran tristeza, se hallaba sentado en el columpio donde se mecía cuando niño, recargaba la cabeza en una de las agarraderas.
Ya no soy la misma alma que tú viste junto a ti
el esclavo amoroso en que me convertí
todo lo que fuilo hice por ti lo hice por ti
En efecto había cambiado, había logrado superar a su modelo a seguir… a su amado, además la partida de Sasuke fue una enseñanza que le mostró lo que verdaderamente significaba ese moreno para él, todo avance en cada técnica shinobi buscaba aprobación de ese único chico, cada llamada de atención era única y exclusivamente para él, quería llegar a ser como él, porque deseaba ser parte de él.
Ya no siento que estoy vivo
tú controlas mi camino
y tu recuerdo está sentado aquí conmigo
Desde la partida del Uchiha, el rubio había perdido parte de su esencia, se sentía vacío, hueco por dentro, como si hubiera sido arrancada el alma de su cuerpo, cada acto o movimiento realizado era con el fin de hallar a su amado peliazul, se había dirigido a los lugares más recónditos del mundo ninja y hasta se infiltró en variedades de misiones de alto riesgo, todo con el propósito de conseguir aunque sea un poco de información sobre el paradero de Sasuke, cada día lo tenía presente, no podía sacarlo de su mente… de su corazón, mostrándose en imágenes traicioneras a sus sentidos, dolorosas marcas desatadoras de viles lágrimas.
Ya no sé si tengo ganas
sólo sé que estoy de malas
tu recuerdo está sentado aquí conmigo
Su más ferviente sueño siempre había sido convertirse en Hokage de su aldea, convertirse en el protector de los habitantes de Konoha, pero por un instante hubo un momento en que ese ideal fue desplazado, el menor de los Uchiha se había convertido sin querer en su máxima prioridad, necesitaba esos ojos fríos observando cada paso que daba, cada frase dirigida hacía él sin importar su contenido.
El no poder evitar que se marchase aquel amargo día produjo en su ser una marca imborrable, si no podía traer de vuelta aquella persona tan preciada para él, sentía que tal ves no seria capaz de ocupar un cargo tan alto como el de Hokage ¿Para qué pelear y seguir luchando? al final el dolor de su perdida regresaría a martirizarlo.
Ya no quiero seguir sintiendo éste dolor dentro de mí
recordar que casi muero cuando te perdí
mi alma está sufriendo y es por ti
y es por ti
El sufrimiento continuaba en su interior, los ojos del chico rubio comenzaban a emanar pequeñas lágrimas, en aquel momento estuvo en peligro su vida, el combate que se produjo fue muy violento pero, en el fondo él sabía que nunca se harían daño a tal extremo, aún así, aquel sentimiento que le produjo la ida del peliazul era tan grande que por casi estuvo a punto del colapso, no podía soportar la pérdida de su amado, despertar y descubrir que ya no estaba consigo, aquello era lo más cercano a la muerte que había estado, lo que lo mantenía en pie era saber que Sasuke se encontraba con vida en algún lado pero… ¿Por cuánto tiempo?, por eso debía buscarlo, para protegerlo y evitar que fuera posesionado por cualquier ser malvado o lastimado por su propio orgullo, dentro del pequeño rubio se llevaba a cabo diariamente la infinita búsqueda de aquel trozo de alma perdida.
Y ahora no
no queda más
no queda más
que un simple recuerdo
Cuando se conocieron por primera vez, los intentos de Naruto por conseguir que notase su existencia… su primer beso, sus constantes peleas, las misiones realizadas juntos, los pocos puntos de vista en los que coincidían; todo fue reducido a una sola imagen, a un sólo recuerdo… ellos dos juntos por un instante eterno, el choque del Rasengan y el Chidori marcó un punto en el universo donde jamás se desprenderían, era lo único que le quedaba en el corazón al rubio, sólo su rostro frente al suyo en completa paz, mirándolo sólo a él y a nadie más, compartiendo con él ese espacio en el infinito hasta el momento de su encuentro verdadero.
Ya no siento que estoy vivo
tú controlas mi camino
y tu recuerdo está sentado aquí conmigo
Aún así, a pesar del dolor, del sufrimiento, lo sentía cerca, por esa razón continuaría buscando al preciado moreno así tuviera que descifrar su paradero a través de miles de contactos, la esperanza de hallarlo era su fuente de energía.
Ya no sé si tengo ganas
sólo sé que estoy de malas
tu recuerdo está sentado aquí conmigo
La luz de la luna se reflejaba en sus iris, su cuerpo en reposo en el columpio, el recorrido de las lágrimas marcado en sus mejillas… debía traer de vuelta a Sasuke, esa promesa no sólo se la había hecho a Sakura, si no también a si mismo, tendría que superar aquel dolor o no lo lograría, después de todo siempre cumplía sus promesas y esta no sería la excepción.
Y ahora estoy pensando en ti
pensando en que no estas aquí…
¿Por qué sufría tanto? su corazón se sentía aprisionado por la rabia e impotencia, necesitaba tanto de Sasuke, tanto que su ausencia lo llevaba a habitar de nuevo en soledad, él era el único capaz de sacarlo de aquel encierro mental.
Ya no siento que estoy vivo
tú controlas mi camino
y tu recuerdo está sentado aquí conmigo
Ya no sé si tengo ganas
sólo sé que estoy de malas
tu recuerdo está sentado aquí conmigo
Su recuerdo era lo que lo mantenía a Naruto en pie cada día ¿Acaso Sasuke sentía lo mismo? ¿Qué había significado para él? su mundo se había colapsado al irse y sus metas cambiaron su entorno, en cambio el peliazul inició otro periodo en su vida dejándose guiar por la venganza, Naruto sufría diariamente al pensar en el daño que su amado se hacía así mismo, aquel terrible sentimiento del odio terminaría llevándolo a convertirse en un ser inhumano, le dolía en extremo que sucediera aquello, que lo poco que quedaba de su alma fuera consumida por maldad.
Y ahora estoy pensando en ti
ahora estoy pensando en ti…
Hasta el momento de su reencuentro, en cada instante de su pensar estaría presente Sasuke, Sasuke y solamente Sasuke, no lo sacaría de su mente y es que no podía hacerlo… por más que lo intentara el fantasma de su recuerdo no se alejaría de su lado.
Naruto sostuvo la bandana de Sasuke entre sus manos y remarcó la insignia de Konoha con sus dedos, muy pronto se volverían a ver, eso lo sentía, una media sonrisa se formó en sus labios, y en ese instante, cuando llegara el momento, no lo dejaría ir de su lado nunca más… pero el dolor de su ausencia regresó y lo hizo sumergirse en sus pensamientos.
“Cuando te tenga de nuevo conmigo volveré a ser el mismo de antes, regresará el control de mi cuerpo y de mis emociones, en ese instante fundiré mi alma con la tuya y ni siquiera la muerte será capaz de separarnos…”