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Amado...¿Amado? por suou

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Notas del capitulo:

 

 

Una nueva actualización. Espero poder actualizar más rápido para el siguiente capitulo.

Los personajes no me pertenecen son de Kouga Yun, yo solo tomo prestados sus personajes. 

 

 

Capitulo VII “El débil aleteo de la mariposa”

 

--Buenas noches—la beso la frente y lo arropo. Lentamente salió de la habitación; la luz artificial se iba escapando de las sombras, acabándose.

 

            Permanecer, ahí. Detenerse a pensar y creer que algo casi maravilloso se estaba perdiendo. Algo que un día fue y hoy solo estaba muriendo, la más absoluta incertidumbre, de desaparecer de las páginas de su vida.

 

            Ya no tenía sentido pensar quien era. Ahora, en esté momento, tomo una decisión, no era la que buscaba con tanto ahínco, pero era la única salida que podía divisar y también era la salida para que alguien fuera feliz. Mañana tomaría la decisión, mientras fuera el Ritsuka de ese día, no la que fuera del pasado ni la del futuro, sino el de “hoy”…Solo eso.

 

            …La mariposa salió de su capullo; expandió sus hermosas y grandes alas…Marco su curso y voló. El viento le susurro palabras al oído; moviendo sus alas delgadas que brillaban en el día…

 

 

 

----

 

 

 

            El grito fue tan agudo que solo el hecho de sentirlo, hizo que el mismo Ritsuka, tuviera miedo.

 

            El golpe fue abrupto, hizo que retrocediera y cayera al piso, tenía unos leves rasguños. El rubio dio la vuelta y avanzó en dirección del pelinegro:

 

--Ritsuka ¿Estas bien?—se agacho y le cogio del brazo.

 

--Si…

 

--Pero…

 

            Yukihiro se levanto, mientras las luces púrpuras caían en lentitud.

 

--Bien hecho Mori-chan. —y corrió hasta el mayor y le abrazo, apegándose--¡Por eso te amo!—grito.

 

--¿Qué dices?—el mayor intento quitárselo de encima, cosa que resulto inútil.

 

--La siembra de la noche, donde lo blanco y lo negro se juntan. Donde nuestras ánimas vuelan buscando el refugio violeta. ¡Ve y llama!—dijo de improviso el rubio, levantándose y alzando su brazo derecho y el ataque fue hecho.

 

            No tuvieron tiempo alguno para poder reaccionar y la luz violeta los golpeo, para luego transformarse en unas ilusorias mariposas.

 

            Morinaga sintió un dolor, no muy fuerte, pero como una mala señal, vio, cuando una mariposa del ataque anterior, dio un quebradizo vuelo y se fue extinguiendo en lo negro. Se giro levemente y vio  a su compañero, ahí tendido, y aún de rodillas en el piso; poseía diversos golpes y le sangraba la nariz y el labio.

 

            La sangre se elevo, de cierta forma el líquido rojo fluyo a sus manos. Se dio la vuelta con un rostro que demostraba el inmenso enojo que emanaba de su persona. No soportaría que nadie le hiciera daño a Yukihiro. Solo él tenía ese derecho. Y al fin habló:

 

--Cuando el silencio grita en agonía, cuando su cuerpo se tuerce entre el eco ahogado y el sofoco llega al cuerpo. Nosotros Hopelessly os ¡Clamo!—mascullo al aire.

 

            Como una burbuja, se empezó a formar, fue creciendo poco a poco. Y a medida que alcanzaba un mayor radio, se iba tiñendo de un azul cielo; y desde lo alto unas pequeñas gotitas comenzaron a caer, pero al tocar el suelo, no era agua… El sonido de que llovía se sobrepuso, ante el silencio aterrador del fin de esas palabras.

 

            Soubi miro a todos lados, buscando el “truco” de todo eso, pero no vio nada. Solo una espina se había clavado en su pecho, una amenaza estaba cerca.

 

            El leve goteo se fue apoderando del aire, que flotaba en la dirección de esas cuatro personas. Pero no hacia nada, ni se movía, ni había ruido alguno; solo el golpeteo de las gotas.

 

            Fue rápido.

 

            Fue magnifico y misterioso.

 

            Una luz rodeo al pelinegro, mientras Soubi se hallaba a unos centímetros del menor. Al ver esa capa separarlos, intento agarrarle de la mano, pero fue en vano. Era como una muralla transparente de color azul. Ritsuka no tuvo tiempo de poder reaccionar. Miro a esa pared y una luz muy potente y blanca lo cegó:

 

--¿Qué le has hecho?—pregunto Soubi, mientras veía ante su persona esa luz cegadora, que no le afectaba, pero hacia que Ritsuka no lo viera.

 

--Es un secreto…

 

--¡Luz clara y azul! ¡Despierta de tus brazos, rodéanos con tu esplendor!—grito Soubi.

 

            Era demasiado fulgor. La luz no le permitía abrir sus párpados. Escuchaba un sonido fuerte y pesado.

 

--Si, es mi hijo—hablo la mujer.

 

--Es muy lindo—dijo otra voz—aunque un poco, tímido…

 

--Es que aún no esta acostumbrado. —volvió a responder la primera voz. —a que lo vean.—término.

--Vamos, pequeño no tengas miedo. Yo no soy mala.

--Vamos Ritsuka…

 

            Cerró más sus ojos; pensaba que iba a quedar ciego, por el fuerte fulgor, de esa luz.

 

--¡Ritsuka!—grito una tercera voz—hijo ¿Estás bien?---le dijo la voz mientras un llanto se desprendía de el lugar.

 

--Papi duele…Duele…

 

--¿Dónde?

 

--Aquí…-un silencio largo.

 

--Sana, sana… Ves no es nada grave.

 

--Pero…

 

--Ritsuka, no seas llorón…--dijo la voz de un niño, al lado.

 

--Pero, hermano…

 

            Sus piernas empezaron a templar y no pudo evitar caer de rodillas; le faltaba el aire y el calor subía a su cuerpo.

 

--Ritsuka, hijo…

 

--¿Si, mami?

 

--Eso no se hace…

 

--Pero yo lo quiero…

 

--No es no.

 

--Déjalo, es solo un niño, amor.

 

--Pero si no se le enseña, aprenderá mal. Quiero que sea bueno.

 

--Amor. No seas tan estricta.

 

            Tosió cuando ya no hubo aire y una mancha roja salio de su boca; la miro fijamente…Era sangre. Tenia sangre; rojo líquido que era expulsado por su cuerpo.

 

--Mami…

 

--¿Qué?

 

--¿Seremos felices por siempre?

 

--¡Qué pregunta más tonta!

 

            …Madre…

 

             Se abrazo a si mismo y unas débiles lágrimas salieron de sus ojos y comprendió muy a su pesar, quien era Ritsuka…

 

            Silencio y un destello más imponente lo alcanzo, recorriéndolo salvajemente…Ya no hubo nada.

 

--Nos retiramos—dijo Morinaga, luego del último ataque, que dejo en un estado deplorable a Yukihiro. Se volvió donde estaba el menor y le ayudo a ponerse de pie; tenía diversas contusiones y fracturas:

 

--Iremos a un médico…

 

--Esta bien…

 

            Mientras tomaban su camino, Soubi se dirigió donde se encontraba Ritsuka.

 

 

 

---

 

 

 

            Abrió sus ojos en medio de la noche. Se palmo la frente; un escaso sudor le regaba la frente, volvió a intentar soñar nuevamente, pero resulto inútil, ya que no lograba que el sueño lo atrapara. Unos cuantos intentos más y fue en vano.

 

            No logro cerrar los ojos y permanecer quieto…dentro de la calma de un sueño; se volvió a remover entre las sábanas y su lucha fue en vano.

 

            De una buena vez se levanto y prefirió ir a arreglar todo para la clase que tenia.

 

            Hoy será el día, el día en el cual lograría algo de Ritsuka…

 

 

 

---

 

 

 

            Llego hasta el pelinegro y se puso de rodillas y posarlo en sus brazos.

 

            Ritsuka dormía, sea lo que haya sido, ese extraño poder había afectado en gran manera al pelinegro.

 

            Se mantuvieron quietos en una banca cercana, mientras el menor despertará…Esa paz tan grande que sentía, cuando estaba al lado de ese niño, era gratificante. Ya que no lo utilizaba, no era un objeto.

 

            Objeto; siempre lo ha sido, un adorno más; y siempre y nunca le ha importado.

 

            Obediencia; un perro que sigue a su amo; un sabueso que persigue lo que le mandan…

 

            Esclavo; atado a unas cadenas invisibles para los demás, pero tan reales para él, como la marca lleva en el cuello…

 

            Marca; algún día esa herida se abrirá. Algún día no estará ahí…Ritsuka dejara de decir su nombre…Él ya no será parte del mundo de ese niño… ¿No lo será?

 

            La luz artificial tintineaba dentro de la farola y las poletas golpetean esa incandescente luz. No había viento, ni menos personas que anduvieran por aquel lugar.

 

--mm-fue despertándose. Soubi mantenía sus ojos cerrados, respiraba el tiempo que se había detenido.

 

            Cada vez que miraba al rubio, el mundo parecía querer detenerse y dejarlos ahí

quietos…Sintiéndose uno al lado del otro. Aspirando su fragancia y abrigándose con el calor que brotaba de ese hombre…

 

--Despertaste…

 

--Si…

 

 

            La noche les regalo un momento de paz, les dio la oportunidad, aunque fue mínima de poder abrazarse en el tiempo…

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Bueno, espero que les haya gustado. Y prometo actualizar en dos semanas...

Adios y se cuidan.


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