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Amado...¿Amado? por suou

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Notas del capitulo:

 Aqui la nueva actualizacion.

Los personajes no me pertenecen son de Kouga Yun.

Capitulo VIII “Decisión, el comienzo de la –verdad-”

 

 

-- Con su permiso—dijo una joven, abriendo la puerta y entrando al cuarto.

 

            Sentada se encontraba, mirando la ventana. Ya había amanecido. Su pelo largo negro caía; su rostro no mostraba señal alguna de sentimiento y carecía de color.

 

            La enfermera se acerco y le coloco el desayuno:

 

--Señora Aoyagi. —le toco el hombro para ver si la mujer reaccionaba. Unos golpecitos más y la mujer se dio cuenta de la presencia de la enfermera.

 

--Buenos días—le sonrió—gracias—le dijo y comenzó a comer los alimentos. La enfermera, la observo unos instantes y luego salió.

 

--¿Dónde está tu hijo?

 

--En casa…

 

--¿De verdad?

 

--Claro…

 

--Se nota que no conoces quien es tu hijo.

 

--¡¿Qué dices?!— alzo su voz con enojo.--¡vete!

 

—grito enfurecida. No permitiría, que nadie le viniera a decir aquellas palabras.

 

            …El espejismo se va destruyendo, se van esparciendo en gotas que ocultan el verdadero significado de la verdad…La ocultan, ya que siempre la mentira prevalece y no quiere que al fin la descubran…

 

¿Cuál es la verdadera verdad?

 

 

 

 

-----

 

 

            Mientras tomaba desayuno, su padre apareció por la puerta y se sentó frente a su hijo:

 

--¿Cómo estás, Ritsuka?—le hablo mientras le quedaba mirando con detención y esperando alguna respuesta.

 

--Bien…

 

--¿Lo dices en serio?

 

--Claro, padre…--se paro y comenzó a caminar hasta lograr salir de ese lugar.

 

--Ritsuka, no deberías encerrarte tanto en ti—el niño se quedo quieto escuchando las palabras de su padre. —si necesitas que alguien te escuche…

 

-Gracias—no quiso escuchar más. Agarro su mochila y se fue al colegio.

 

            Al caminar, sentía una extraña sensación de rabia; no lograba entender a su padre. La mayor parte que han estado viviendo juntos, él casi no se preocupa por ellos y además de que casi nunca a estado cuando lo necesitan o simplemente en casa.

 

¿Qué era él para su padre?

 

¿Qué era lo que realmente pensaba y sentía su padre para con ellos?

 

¿Qué es realmente una familia?

 

--¡Ritsuka!—grito Yuiko desde la entrada del colegio.

--Hola Yuiko—le respondió un tanto extraño.

 

--¿Hoy, paso algo?


--No nada—y comenzó a caminar.

 

--Ritsuka no seas malo. ¡Espérame!

 

            Las clases fueron igual que todos lo días, las mismas risas y el agobiante trozo raro que estaba incrustado en su pecho.

 

            Había tomado la noche anterior la decisión de elegir realmente de quien seria, de quien dependería de ahora en adelante. Pero a veces la inseguridad lo atacaba y no lo dejaba pensar. Tenía miedo. Miedo de pensar en que realmente todo lo que vivió y vive, es y será una mentira, creada por alguien o por el mismo.

 

¿Por qué nadie logra decirle quien es?

 

¿Por qué no encuentra la respuesta?

 

            Su madre piensa y ve a alguien diferente. Ve a alguien que él no conoce, no siente  ni le interesa saber quien es. Porque ese niño no existe y quizás tampoco existió en el pasado, solo en la mente de la mujer que solía llamarse madre.

 

¿Qué significa madre?

 

¿Qué pasa por la mente de una madre?

 

--¿Ritsuka?—le toco el hombro sacándolo de su mente--¿Qué pasa?—pregunto la chica.

 

--Nada Yuiko. Solo me duele la cabeza.

 

--mmm. —bajo la mirada sin que el pelinegro se diera cuenta, aún no comprendía del todo a Ritsuka. Aún no lograba abrir por completo su corazón, ni menos bajar la barrera que siempre los separaba. Esa gruesa y transparente barrera que se interponía entre ellos. Si tan solo Ritsuka lograra salir de su pequeña burbuja…

 

--¡Yuiko!—grito Yayoi desde la puerta del salón con una sonrisa en su rostro--¡¿Quieres pan de melón?!

 

--Uno muy grande—le dijo mostrando con sus manos.

 

--Siiiiiii Yuuuuiiikoooo—le respondió casi melosamente y luego la hablo a Ritsuka--¿Ritsuka, quieres?

 

--No Yayoi, gracias de todas formas

 

--Bueno…--bajo su voz.

 

            Desde el poco tiempo que compartían con el pelinegro, y que en un principio lo había marcado como su principal enemigo, luego de que Yuiko lo tomara más en cuenta a él que así mismo, y que se le acercara. No comprendía al pelinegro. Su personalidad era extraña, rara incluso era como si quisiera

desaparecer y volverse a formar para saber quien era realmente.

 

            Eran amigos. Los amigos están en las buenas y en las malas, en cualquier situación. Ya le preguntaría más adelante en que lo podía ayudar. Y con aquel pensamiento corrió en busca de pan de  melón para su linda pelirosa.

 

--YUIKO—grito al aire.

 

            Interiormente una sonrisa floreció en su interior, sentía que tenia amigos, sentía que la soledad estaba desapareciendo, aunque una parte del no deseaba que eso sucediera.

 

            Se había acostumbrado a la soledad, a  que fuera rodeado por ella y que ante cualquier intruso, solo se alejara.

 

            Soledad… ¿Cuánta soledad nos mantiene presos?

 

            Sus ataduras son demasiado largas y apretadas…

 

            Y las clases continuaron hasta que el timbre resonó en el edificio y los muchos alumnos se comenzaron a alistar para poder salir al fin.

 

 

 

---------

 

 

 

Kio miro a Soubi, mientras este se paraba y se desamarraba la cola de caballo y miraba el reloj. Le daba una rápida observación y salía del cuarto.

 

--¡Sou-chan!—grito antes que el rubio desapareciera totalmente de su vista.

 

--Si—dijo y le miro.

 

--¿Vas donde Ritsuka?

 

--mmmm…

 

--ah. —y se dio la vuelta.

 

            Soubi no dijo nada y prefirió tomar su camino, había decidido hablar con Ritsuka, ya que tenía derecho a vivir una “verdad”, la que Ritsuka decidiera.

 

            Se arreglo los lentes y miro nuevamente su móvil, verificando la hora.

 

 

 

 

-----

 

 

            Iban bajando los tres. Yayoi hablaba muy animadamente con Yuiko, mientras Ritsuka tomaba un poco de distancia, ensimismado en su mente.

 

            Cuando salieron del colegio, una triste brisa les recibió:

 

--Uh...Se nublo—dijo la chica.

 

--mmm ¿Cuánto demoraran esas nubes?—respondió Yayoi. Y continuaron caminando.

 

            Ritsuka alzo su rostro hacia arriba, el cielo igual que él estaban indescifrable, incomprensibles.

 

--Ritsuka—dijo una voz demasiado conocida para él, demasiado profunda.

 

--Soubi—hablo casi con temor, sin percatarse que su voz fue más rápida que su propia mente.

 

            Justo ahora que debía tomar una decisión; quería y sentía que no podía hacerlo; no quería dejar de ver a Soubi. Tenia el deber de salvar a ese hombre, tenía el derecho de decidir que él es el único, no hay más, pero el “yo” de su madre.

 

¿Debía ser egoísta? ¿Pensar solamente en él? ¿En Soubi?

 

            Yuiko miro a ambos, algo estaba pasando, tomo del brazo de Yayoi, que fue para él  lo mas hermoso del mundo y que ahora si podía morir en paz.

 

--Adiós Ritsuka—mostró su mano en señal de

despedida.

 

--mmm, si. Adiós—luego hablo Yayoi.

 

            Ambos comenzaron a caminar con lentitud; aún se escuchaban las risas, los gritos y el bullicio de los niños, mientras ellos se mantenían en un silencio casi sepulcral y sus miradas se renegaban entre sí.

 

            No sabia por donde comenzar, que decir o como actuar.

 

--¿Vamos al parque?

 

--mm

 

            El viento de vez en cuando aparecía y desaparecía. Todo estaba totalmente calmado. Al llegar al parque notaron que casi no había personas, una oportunidad única para los dos.

 

            Llegaron a la banca donde por primera vez sus labios se unieron, formando un lazo inexplicable, donde por primera vez ese hombre le regalo su “yo”…donde se realizo el primer combate… Un sitio de recuerdos vividos por él, que en su mente se mantenía tan vivaz como una flama de fuego.

 

            Se miraron, vivieron un instante de paz.

 

--Soubi—al fin hablo, su voz fue decidida.

 

            Una mariposa azulada salio flotando, dio un baile alegre y jubiloso. Aleteo en forma extraña y misteriosa. Fue y se vio hermosa.

 

            Unos pasos se dejaron escuchar, fueron débiles e inoportunos. Una ráfaga choco contra ellos y observaron a la figura.

 

--Ritsuka.

 

            Sus cabellos flamearon, el aire  envolvió  esa sombra. Ambos mantuvieron su mirada en aquella persona que había llegado.

 

            …Poco a poco, la tierra está siendo removida…Poco a poco sus corazones están latiendo al paso del tiempo…Están cambiando y están muriendo.

 

            …Poco a poco se ve la verdad.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 Bueno el octavo capitulo, espero que les haya gustado, cualquier pregunta haganla...

Nos vemos en el proximo capitulo. Adios y cuidense.


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