El equipo de la escuela de Shohoku fue invitado a participar de un cuadrangular a efectuarse en la preparatoria de Shoyo lo cual implicaba a los muchachos tener que ausentarse todo un fin de semana de la hermosa Kanagawa.
Ryota, como nuevo capitán se encontraba ansioso por poder probar a los nuevos integrantes que sin duda parecían tener un buen nivel, y nada mejor que frente a Ryonan y Takezono, cuyos equipos también recibieron la invitación del director de Shoyo.
Aquel día viernes por la tarde, el tercero desde que las clases dieran inicio, los muchachos se registraron en un pequeño hotel cercano a la preparatoria donde se llevarían a cabo los encuentros amistosos.
Hanamichi no hacía más que quejarse de su mala suerte, de todos sus compañeros, incluyendo a los que se auto invitaron, hablamos de Mitsui y Kogure, tuvo que tocarle precisamente al zorrito como compañero de cuarto en ese hotel barato. No por que lo odiara como antes, sino más bien por ese temor que tenía a enfrentarlo en una cercanía tan estrecha.
Desde lo ocurrido en la bodega evitaba verlo a la cara, el tan solo recuerdo de lo que había hecho le hacía sentirse avergonzado, pero ese miserable...andaba por la vida tan indiferente y tan seguro de sí mismo como si hubiese sido preso de una laguna mental ¿Cómo lo hacía?, ojalá pudiera mantener una fría postura como la suya mas no podía.
- no...con el zorro no-lloriqueó Hanamichi tratando de convencer a su capitán
-te las aguantas Hanamichi, los cuartos ya están designados...no fue mi culpa, te ha quedado claro que fue por un sorteo, no por que quisiera torturarte-
- pero Ryochin- suplicó el pelirrojo abrazándolo
-que no-declaró con seguridad-no sé por que no aprendes de Rukawa y dejas de quejarte-
Luego de una hora de vano intento por convencer a Ryota, Hanamichi ya estaba instalado en su cuarto, era pequeño, bastante simple y con dos camas estrechas de una plaza separadas por un pequeño velador.¿Por qué de todos los hoteles tenían que elegir este?, la razón se la dio su capitán, no había dinero suficiente para acceder a un mejor.
Realmente estaba fastidiado, mas al pensar que en cualquier momento el zorro entraría a guardar sus cosas, no tardaría, estaba seguro, era lo suficientemente tarde para que uno de ellos no quisiera dormirse temprano cuando al día siguiente tenían que presentarse a primera hora en la preparatoria rival.
No tenía sueño, sin embargo, creía que lo mejor era meterse a la cama y ocultar su rostro bajo las mantas, realmente tendría que hacerlo, cuanto antes era lo mejor.
Las suposiciones del pelirrojo no estaban equivocada, instante mas tarde que se acomodara en su cama la puerta se abrió, se cubrió lo mas que pudo. Oyó firmes pisadas, un bolso dejarse caer en forma seca y un bufido que seguro fue soltado por la misma impresión que tuvo cuando vio el cuarto por primera vez, luego pasos nuevamente, el sonido de la ropa al dejarse caer. El zorro no perdía tiempo en decidirse a meterse en forma pronta a la cama.
No quiso esperar a que todo movimiento se detuviera, bastaba con que el otro apagara la luz para que lo hiciera, entonces asomó la cabeza, mala idea de su parte. Una bella luna llena dejaba filtrar a través de los cristales de la ventana su brillo plateado, tragó saliva con dificultad, aquella luz opaca era traicionera, iluminaba en esplendor una blanca figura de su archirival y aunque lo vio de espalda tan solo unos segundos antes de que se metiera en la cama, su mente guardó su imagen espléndida, el resultado de un humano hecho por las manos del mas talentoso artista.
Cerró sus ojos asustado, sintiendo como sus mejillas se encendían de un rojo vivo, si alguien lo viera...no quería ni pensarlo, el mas talentoso tensai ¿ruborizándose por culpa del zorro?...no solo eran sus mejillas, su corazón se agitó acelerando el ritmo de sus latidos, no sabía por que pero verlo así, desnudo...si, lo vio desnudo meterse a la cama, sus ojos no le engañaban, esa silueta de redondos y bien formados músculos, no tenían nada sobre sí que le cubrieran.
Literalmente no podía moverse, ni siquiera juntar sus mandíbulas por que la impresión le dejó boquiabierto.
Kaede en ese momento, indiferente al efecto que su desnudez causó en su compañero, se removió en la cama y se acomodó mejor dándole la espalda que intencionalmente o no, quedó descubierta hasta la altura de la cintura.
Hanamichi ya no podía mas, el aire retenido en sus pulmones tenía que salir de alguna forma, lo hizo despacio tratando de ser lo mas silencioso posible.
¿Qué le estaba sucediendo con el zorro?
¿Desde cuando él le quitaba el aliento de esa forma?
Mejor no era hacerse esa última pregunta, la respuesta la conocía a la perfección, desde aquel día en la bodega en que tuvo el atrevimiento de hacerle una paja.
Ese no era él maldita sea y él que en este minuto quería levantarse e ir a acariciar esa tersa piel con sus manos tampoco
Se negó a sí mismo que era otra parte de su cuerpo y no su mente la que pensaba, pero la tentación era desbordante, lo absorbía, le provocaba una tormenta de sensaciones y no, su mente estaba de vacaciones en ese instante por que era la carne la que estaba haciendo el trabajo de pensar
Ni siquiera se había dado cuenta como y cuando una de sus manos estaba en el interior de sus boxers, presionando su miembro con fuerza, iniciando una serie de vaivenes en lo que podría denominarse una vil "paja"
Si lo había visto tantas veces desnudo no tenía por que ahora venir a excitarse viendo su cuerpo, error, tan solo una pequeña fracción, su espalda.
Con su propio juego imaginaba estar tocándolo a él, delineando cada músculo formado por arduos entrenamientos...por Dios, sin siquiera proponérselo aumentaba el ritmo que llegaba a ser doloroso, si hasta un gemido involuntario había escapado de su boca, una perfecta mezcla de placer y ahogo, por que intentó reprimirlo...no fue a tiempo
Su cama comenzó a moverse aunque como estaba, sumido en un placer intenso no podía percatarse como tampoco pudo evitar soltar el aire de su boca cuando todo terminó, en ese instante sintió nuevamente sobre su mano aquel líquido caliente que esta vez provino de su persona...
- si ya terminaste... ¿podrías dejar de meter ruido y dejar dormir?-
La voz de Kaede rompió el silencio formado después de su acto
¿Qué podía responder?...nada, intentar tragar saliva, recuperar el aliento perdido, avergonzarse por haber sido descubierto...
Si después de lo que sucedió en la bodega no podía dirigirle la mirada ¿Qué haría ahora?...lo creyó dormido, para él, el tiempo transcurrido desde que el moreno se acostó era una eternidad suficiente para que se durmiera. Que equivocado estaba, su mente le engañó, ni siquiera habían pasado más de cinco minutos
Como era de esperarse no pudo conciliar el sueño solo por sentirse perseguido
Maldita paja que le llevó a otra paja solo para terminar de avergonzarlo ante su rival
Por la mañana, sus ojos ardían, el sueño después de todo llegaba pero tarde y antes de que eso lo dominara, y aprovechando que el moreno dormía, se lanzó fuera de la cama y se encerró en la ducha.
El agua fría que dejó recorrer la extensión de su cuerpo lo relajó momentáneamente, aunque temblara como una hoja al contacto, era la mejor idea para despertarse y despejarse un poco de pensamientos que le invadieron la noche entera.
Estuvo al menos unos quince minutos bajo el chorro, luego se secó con rapidez y con la misma se vistió para salir pronto de allí en dirección a los comedores.
Resultó una genial idea apresurarse en escapar sin ver al frente. Su cuerpo dio de lleno en contra el del zorro, lo hizo retroceder un par de pasos en el momento justo en que iba a tocar la puerta y pedirle que terminara de una vez. Tuvo que enfrentarse a esos ojos azul profundo sin quererlo, detener su mirada en ellos sin saber que hacer o que decir, claro, las disculpas hacia esa persona en particular no existían en el diccionario del tensai.
-do´aho aun duermes-
Hanamichi siempre tenía respuestas a tales insultos pero esta vez no los recordaba y si así fuera tampoco podría pronunciarlos, el efecto de su presencia era devastador en él, como nunca
- supongo...-dijo el ojiazul viendo de forma despectiva su parte baja-...que lo de anoche te dejó muy mal-
-zorro apestoso...y-yo...-
-espero que la próxima vez resistas un poco más y no metas tanta bulla-esto lo dijo con una sonrisa de burla y sin mas se adentró en el baño cerrando la puerta tras de sí con suavidad.
Hanamichi por su parte apretó los puños, quería golpear a alguien, al culpable de sus vergonzosos actos que ahora lo dejaban en ridículo...no había nadie más que su propia debilidad...
El genio de siempre humillado por sus propios impulsos
Ojalá pronto pudiera regresar a Kanagawa para que esta incómoda convivencia terminara, pero su desgracia...todo recién estaba comenzando...