A Sasuke casi le salía el corazón de lo nervioso que estaba. Por fin, después de tres largos años, podría oír la voz de ese chiquillo revoltoso que se ha vuelto, a la vista del azabache, bastante apetecible. Ese cuerpazo esculpido por los dioses, bronceadito, ni muy musculoso ni muy delgado, esos ojazos azules como el cielo, ese pelo que está un poco más largo de lo que lo recordaba, ese culito tan... tan...
-Amo Sasuke, le está volviendo a salir sangre de nuevo -"Dios santo. A este paso no conoceré demasiado a mi nuevo amo. Está perdiendo mucha sangre y no garantizo una vida muy larga para él"- Amo, escuche. Ya se está oyendo algo de su joven... eh... amante -Sasuke activó el Sharingan al instante.
-¡¡¡No es mi amante!!! Esfera pervertida ¿Quieres acabar en el culo de Orochimaru? -Le dijo muy enfadado el azabache.
-"¿Pervertida yo? Mírate en el espejo" -Perdón por mi osadía amo, pensé que por la forma de mirarle...
-¿¡Qué tiene mi forma de mirarle!? Tu respuesta dependerá del futuro que quieres tener-la amenazó despiadadamente.
-S-si me expone esos argumentos tan devastadores, sólo le puedo decir que su mirada es la de un joven que ve a otro sin sentimiento de por medio -"Mi vida peligra a cada instante" -Sasuke con su respuesta, desactivó el Sharingan y se dispuso a oír y ver lo que hacia Naruto.
-Ah, qué bien me ha sentado el baño dattebayo -dijo con su típica sonrisa zorrun a- A ver lo que puedo comer... ¿Pero qué cosas digo? -Se va rápido a la cocina y saca de una de las estanterías su ramen, le da un beso y se lo restriega en la cara -Tú eres irremplazable, nunca te engañaría. Eres increíble -a Naruto se le formaron lágrimas (al estilo Rock Lee cuando se emociona por algo) y de paso, salió un amanecer de no se sabe dónde, cerca del mar; las olas chocaban violentamente contra las rocas. Sasuke al ver semejante panorama, se le cae una gran gotaza por la sien.
- Te quiero mi querido ramen. Bien, a comer -empezó a engullir sus preciados fideos y en un plis, terminó -Ahora a ver a oba-chan. Esta vez la convenzo seguro -y salió disparado de su apartamento.
En el despacho de la Hokage apestaba a alcohol y había una gran cantidad de papeles desperdigados por todas partes, seguramente, por no haber cumplido con sus deberes como Hokage. Hablando de ella, estaba usando al cerdo de almohada; el pobre no se podía mover, ya que conocía el mal despertar de su dueña. Al despertar, de repente oyó un correteo, después una caída, otro correteo, un "Naruto no entres que la Hokage esta ocupada", seguramente esa era Shizune, y al final la puerta abriéndose violentamente.
-¡¡¡Tsunade oba-chan!!! Esta vez si que me dejarás buscar a Sasuke-teme, ¡no puedo esperar una semana!-Naruto, extrañado porque nadie le respondía, se acercó al montón de papeles que no le dejaban ver bien el despacho de la Hokage. Una vena le salió al ver como dormía a pierna suelta y de paso, aplastando al animal -Pobre Ton Ton. Tu dueña te las hace pasar canutas -acarició al pobre cerdito para consolarle de su agonía -¿Sabes como podemos despertar esta vaga? -le preguntó con una sonrisa maliciosa; el animal negó con la cabeza -Déjamelo a mí -rió divertido y se acercó al oído de la Hokage; el cerdo se temía lo peor, viendo la cara que ponía el rubio -Ostras, acabo de encontrarme con una gran refrescante botella de sake de la mejor calidad y yo no puedo bebérmelo solo, me pregunto a quién podría invitar -fue decir eso y que Tsunade abriera los ojos y levantara la cabeza, como si hubiera recibido un llamado divino.
-¡Invítame a mí! -respondió al instante-. ¿Eh? ¿Dónde...? ¿Y el sake...? -a Ton Ton se le caía una gota por la cabeza y Naruto se había caído al suelo meándose de la risa.
-¡Jajajaj¡ Pero qué pringada! ¡jajaja!¡Qué cara has puesto..jajaja...-al rubio se le salían lágrimas de tanto reír.
-N-a-r-u-t-o -deletreaba cada sílaba con voz de ultratumba. El chico paró de reír; sudaba mucho. Temiendo por su integridad física, cambió de tema.
-Tsunade oba-chan, hoy he venido a pedirte que adelantes la misión de ir a la búsqueda de Sasuke-teme -la cara de Naruto era muy seria y la de la Hokage de cansancio total, ya que había oído muchas veces el reclamo del rubio-. Onegai... -técnica del kawaii no jutsu.
-Aunque me pongas esa cara, no puedo adelantar la misión. Si por mí fuera la adelantaría pero...
-... El consejo de viejos carcamales no te deja -terminó la frase de Tsunade con una sonrisa fingida. Él sabía perfectamente que los viejos no le tragaban por llevar el Kyuubi en su interior y ser una amenaza constante -Ya me lo imaginaba jeje, pero por intentarlo...
-Naruto... yo... -Tsunade bajó la mirada. Ella era la Hokage, sí, pero esos cabrones no la dejaban respirar. Si por ella fuera, ya estaría moliéndoles a golpe s-Mira, yo... -sin previo aviso, recibió un beso en la mejilla de parte del kitsune. Se sorprendió por la acción y se ruborizó un poco.
-Oba-chan, a mí la única opinión que me importa es la tuya, no la de esos subnormales jeje. Bien, esperaré una semana -se fue directo a la salida, pero antes de irse, sacó la cabeza y dijo de manera burlon a- Deberías ponerte roja más a menudo, te queda muy bien -salió antes de que una grapadora que iba a mil por hora le diera en la cabeza.
-Mocoso tonto -sonrió de manera sincera-. Pues sí que es el número uno en sorprender a la gente.
Sasuke tenía que admitir que su rubio, sí, su rubio. Él cuando le pone la etiqueta de propiedad Uchiha a algo o alguien, éste, automáticamente, pasa a pertenecerle. Ese dobe tenía una fuerte personalidad y un gran corazón; no le afectó el beso que le dio a la Hokage ya que sabía que para él solo era su oba-chan. Bueno, siguió mirando a ver dónde se dirigía su zorrito.
-Espero no llegar tarde, sino, Sakura-chan me matará -el pobre ya se estaba tocando la cabeza, imaginándose los múltiples chichones que tendría si no llegaba a la hora. De pronto, una chica llamó a Naruto. Éste se paró para atender a la joven -¿Te ayudo en algo? -le sonrió de forma radiante.
-No, esto... tenía que decirte algo... Naruto-kun -la chica se ruborizó más aún al ver la sonrisa tan hermosa del rubio.
-Vale, dime lo que quieras. Si es para ayudarte, yo soy tu hombre.
-Bueno, verás... desde hace mucho que te observo y tú... ¡Me gustas! -la chica estaba muy roja y tenía cerrados los ojos. A Naruto las mejillas se le ponían rojas y estaba desconcertado.
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-¡Cambia la imagen! Haz que Naruto le dé un corte de mangas a la chica, pero sobretodo, ¡hazlo rápido! -el azabache estaba zarandeando a la pobre esfera y gritándole todas las groserías que le pasaba por la cabeza.
-Espere amo... Yo le dije que sólo podía mostrar lo que deseaba su corazón -la esfera estaba aterrorizada, ya se estaba viendo en el culo de ese tal Orochimaru. Vaya forma de terminar...-Leyó usted las instrucciones, no puede pedirme nada más.
-Grrr...-Sasuke parecía un perro rabioso al que no habían vacunado. El sólo imaginarse que su kitsune estuviera con otra persona que no fuera él... Vamos, le ponía malo -Yo no deseo que Naruto acabe con esa mujerzuela.
-Pero yo pensaba que para usted ese joven sólo era un amigo, eso fue lo que me dijo -"Después de amenazarme claro".
-Es mi amigo, pero no quiero que esté con nadie que no sea yo... -Sasuke daba a entender con sus palabras que su razonamiento no tenía ninguna laguna.
-"Este chico no se entiende ni él mismo ¿Por qué no admitirá que le gusta ese joven de cabello rubio? Si casi se desangra por su culpa ¡Ay, esta juventud!"- Mire, no se sulfure y siga observando a ver qué pasa. Seguro que todo sale bien -"Eso espero o me espera un destino bastante desagradable".
-Vale, vale, me tranquilizo, pero si acepta su proposición, ya sabes donde acabarás -le informaba "amablemente" el Uchiha.
-"Con las veces que me lo has repetido, ¿cómo quieres que no lo sepa?" -Si no fuese una esfera ya estaría llorando por su suerte.
-Y bien... ¿Qué respondes? -A la chica se la veía ansiosa por saber la respuesta del chico.
-Verás, gracias por tu interés. Me halagas, eres muy bonita y todo... pero a mí me gusta otra persona. Gomen -Naruto estaba triste por ver el semblante de decepción de la chica, pero al ver que ella se ponía a llorar se puso nervioso. Lo que más odiaba era hacer llorar a una mujer.
-Espera, no llores. Te lo pido, por favor... Mira, escucha, no sería un buen novio. Soy un desastre, despistado y un completo do... idiota -se le hacía difícil pronunciar el apodo que le había dado Sasuke, pero ahora no era el momento de pensar en el teme -Mira, sé lo que sientes. Yo... también fui rechazado... por la persona que quería.
La chica paró de llorar para prestarle atención. Él sabía lo que se sentía, sabía lo que se sufría.
-Cuando se te rechaza, sientes un vacío por dentro, crees que no lo puedes soportar y piensas constantemente en esa persona. Intentas hacerte más fuerte para... Lo que te quiero decir... -el rubio se estaba confundiendo, nunca se le dio bien tranquilizar a alguien, pero dejó de romperse la cabeza al ver como una mano se posaba sobre una de sus mejillas.
-No te preocupes, veo que tú también has sufrido -la chica le sonrió y él le devolvió el gesto -Pero si te cansas de esa persona, que sepas que yo estaré disponible guapetón -elevó un poco las piernas y le besó en la mejilla. Naruto se ruborizó y la chica rió ante eso -Adiós bombón -y se fue.
-"Ya está, mi destino está sellado. Voy a acabar en un sitio oscuro y que huele fatal" -la esfera se estaba resignando, ya que al ver como la chica besaba a Naruto y además, le llamaba guapetón y bombón, seguro que su amo estaría furioso, pero viendo que no había signos de ningún acontecimiento violento, la esfera se extrañó.
-Joven amo... ¿Está usted aquí? -pero nada, la cara de Sasuke no cambiaba ni un ápice- ¿Amo? Mi señor...
-Dijo que le gustaba alguien-su voz sonaba derrotada.
-"¿Eh?"-Joven amo, ¿se encuentra bien?
-Dijo que le gustaba otra persona -el mismo tono de voz. La esfera se extrañó ante el comportamiento de ese muchacho. Ella pensaba que estaría furioso por el atrevimiento de esa chica -Naruto tiene a alguien que quiere.
-"Joven amo, ¿no será que usted...?"-Escuche, hay algo que le tengo que decir -Sasuke la miró como si no tuviera ganas ya de nada -El joven de la imagen... ese tal Naruto, no dijo en ningún momento en la conversación con la joven...
-Mujerzuela -Sasuke la interrumpió, dándole a entender que debía llamarla así.
-"Aunque se hubiese acercado una monja a hablar con ese chico la llamaría mujerzuela, me apuesto lo que sea" -Perdón... la conversación entre la mujerzuela y el joven Naruto, él, en ningún momento dijo quién le gustaba -al azabache se le iluminó la cara. Aunque no cambiaba su semblante de pasota total, detrás de él se podía percibir una luz dorada y sus ojos brillaban más de lo usual-. Joven... amo...
-Muahaha, Claro, él no ha dicho quién le gusta. Aún tengo una oportunidad, sí señor ¿Ves como eres útil, esfera pervertida? -y le sonrió de medio lado.
-"Chulito" -Gracias por sus elogios mi amo.
-Bien, ahora cuando hagas algo que me desagrade, tú podrás elegir dónde te puedo meter. Tienes dos opciones: el culo de Orochimaru o el de Kabuto.
-Gracias por ser tan benévolo conmigo, mi señor. No merezco tanta bondad -"Las dos opciones me dan mal rollo por igual".
-No hay de qué. Si yo soy el mejor, el más fuerte, guapo, inteligente... -y siguió idolatrándose y echándose flores, mientras la esfera ya se estaba arrepintiendo de haberle subido la moral.
-"¿Pero dónde... le cabe tanto ego?"-Joven amo, siento interrumpir sus pensamientos, que de seguro son muy interesantes, pero, ¿no quiere seguir viendo lo que hace el joven Naruto? -Esto se lo dijo porque ya no aguantaba escuchar el monólogo de alguien tan egocéntrico.
-Ah, claro, claro. Voy a...
-¡¡¡Sasuke-kun, la cena está lista!!! Ven a comer antes de que se enfríe -este era Orochimaru que, con un delantal, le llamaba para comer.
-¡No tengo hambre! -le respondió de muy mala manera el azabache.
-Pero Sasuke-kun, es tu comida favorita. La he hecho con todo mi amor.
-Ese es el problema... No quiero comer, así que tíralo o cómetelo tú.
En la cocina, al Sannin se le formaron lágrimas de cocodrilo, mordiendo un pañuelo angustiado ¿Por qué no quería comer algo hecho por él? Con lo que se había esforzado.
-Sasuke-kun me odia -Kabuto ni caso le hacía, él estaba más entretenido leyendo un libro sobre medicina. Orochimaru viendo como su subordinado no le hacía caso, le tiró una cacerola a la cabeza. Dolido, sangrando y con un chichón, vio como el Sannin se hacía el sueco. Claro, como había tanta gente en la cocina que le hubiese tirado la cacerola... Resignado, tuvo que hacerle caso al de los ojos amarillos.
-Entiendo como se siente, pero... no puede obligar a Sasuke-kun a comer su comida -"Dios, cada fin de semana lo mismo. Le dan ataques de mami Orochi y se pone a cocinar para Sasuke y el que termina pagando los platos rotos, ese, claro, soy yo".
-Entonces te la comerás tú -le miró con unos ojos asesinos, como diciéndole que si no comía su comida le esperaba una muerte lenta y dolorosa-. Lo harás... ¿no?
-Claro mi lord -"Tendría que haber estudiado una carrera. ¡Pero nooo...! Tengo que estar aquí, aguantando las peticiones de este subnormal".
-Ya se ha callado. Ese pesado, cada fin de semana lo mismo. No se cansa.-bufó molesto
-"Pero, ¿a qué lugar he ido a parar?" -se lamentaba la esfera por la suerte que tenía.
-Voy a ver qué pasa -y otra vez, el azabache se concentró en la imagen de la esfera.
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-Por lo menos se fue contenta.-suspiró aliviado
-Naruto, esta es la quinta chica que se te declara en esta semana -ese dato disgustó bastante al portador del Sharingan. Al rubio casi le da un paro cardíaco del susto que le habían dado.
-Sai... casi me matas del susto -el kitsune aún intentaba que su corazón latiera como antes, mientras que el ANBU estaba con su típica sonrisa falsa de siempre.
-Sakura fea me mandó a buscarte, dice que si no vienes en este instante te molerá a golpes y no podrás caminar en diez años.
-Sakura-chan es tan pacífica y femenina, me encanta cuando me muestra su cariño -la ironía en su voz se marcaba bastante, pero su compañero por la cara que ponía no captó el tono.
-¿Te gusta que te peguen? Bueno, leí en un libro que a eso se le llama sadomasoquismo y el individuo siente placer cuando se le inflige dolor físico -Naruto lo miraba como si fuese un extraterrestre -Hay muchos objetos que puedes utilizar en el mundo del sado, por ejemplo una fusta, una bol...
-¡¡Basta!! No hace falta que me des los detalles... Y, ¿dónde puñetas compras esos libros? -el rubio ya se estaba imaginando los sitios raros donde iba Sai para comprar semejantes libros -Bah, déjalo; lo de antes era una ironía, pero no creo que lo entiendas. Después te lo explicaré.
-Gracias... ah, otra cosa, el Kazekage de la Arena ha venido de visita y se nos ha asignado la tarea de escoltarle, pero él dijo que solo te quería a ti.
-¡¡Gaara esta aquí!! Le he echado de menos. Voy a verle, te adelanto Sai -y se fue corriendo en dirección a la puerta principal de Konoha.
-Tiene un buen culo, sí señor. Me alegra el saber ocultar mis emociones ante él, así puedo verle ese culito tan prieto sin que se dé cuenta. Si es que es adorable -y desapareció con una sonrisa maliciosa en la boca.
En la puerta principal de Konoha se divisaban Sakura con una mala leche demoníaca, Kakashi leyendo su Icha Icha Paradise y a Gaara.
-Cuando coja a Naruto, aquí correrá sangre y Sai tampoco se escapa. Mira que llamarme fea -el chakra de la chica se estaba desbordando de lo enfadada que estaba.
-"Ma...por una vez que venía puntual y este es el resultado. Lo mío no es la puntualidad". Sakura, seguro que cuando Naruto oyó que el Kazekage de la Arena venía, se emocionó y estará corriendo para verle -Gaara al oír eso, esbozó una pequeña sonrisa, imperceptible para los demás.
-Ya estoy -todos se sorprendieron, menos Gaara, por la aparición del ANBU. Era difícil percibir los movimientos del ninja, se nota que lo habían entrenado bien.
-Sai, casi nos matas del susto. Eres un idiota, pero dejando ese tema de lado... ¡¡Ven aquí que te voy a hacer una cara nueva!! -Sai, sabiendo lo que le esperaba, salió corriendo por el lugar, seguido de una histérica Sakura.
-Pero qué buen ejemplo de equipo dan mis subordinados, me encanta. Me realiza como persona -resignado por la actitud de los ninjas, siguió leyendo.
-"Los ninjas de Konoha son muy raros y escandalosos" -pensaba el pelirrojo al ver el comportamiento de esos dos.
-¡¡¡Gaara!!! -Llamó el rubio con todas sus fuerzas. El de ojos verdes le miró corriendo hacia él, esta sí era la persona que quería ver. No quería ver ni a la chica violenta, ni al chico inexpresivo, ni al irresponsable sensei; él quería ver al chico que cambió su vida para bien. -Perdón por hacerte esperar ¡Ahhh! Cómo he corrido...-jadeaba un poco cansado -Pero por lo que veo, Sai llegó antes que yo. Ese tío es de lo que no hay.
-No te preocupes, es más, lamento haberte hecho correr -el rubio se puso nervioso y se empezó a rascar la cabeza avergonzado.
-No, no, no... Soy yo el que debe disculparse. Tú eres el Kazekage.
-El rango no tiene nada que ver. Para mí, tú eres un igual y te trataré con el respeto que te mereces -respondió tajante el pelirrojo.
-Vale, vale... Entonces te invito a comer ramen, así me cuentas qué tal te va -Naruto estaba feliz; Gaara era un gran amigo para él y comprendía todo lo que sufrió en el pasado, pero gracias a Dios, esos tiempos difíciles ya se acabaron para él y su amigo.
-Vale, ¿y qué pasa con ellos? -Gaara señaló a ese par que se estaba matando. Bueno... Sakura estaba reformando la cara de Sai, lo hacía de una manera dolorosa y cruel, mientras que Kakashi ya se había ido, dejándolos colgados. El rubio suspiró abatido al ver qué equipo tenía.
- Déjales, sería demasiado para mí intentar detener la furia de Sakura-chan.
-Como quieras... Oye, te veo más en forma y... más guapo... -esto lo decía mirando para otro lado -"Y más comestible".
-Gracias...jejeje. Tú también estás muy bien -le respondió de manera inocente, sin darse cuenta del doble sentido de la palabras del pelirrojo-. Bien, vamos -y los dos se encaminaron hacia el puesto de fideos.
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-Amo, ¿está usted...? ¿Pero qué es ese chakra? -la esfera se esperaba lo peor. La mirada de su amo estaba tapada por su pelo y un chakra morado salía de su cuerpo, eso significaba malas noticias para la esfera que ya sabía como acabaría todo esto.
-Primero esa fulana... Después me entero de que cada semana se le confiesan cinco chicas. A continuación ese Sai le mira el cuerpo descaradamente, pero ese psicópata de la Arena no se queda atrás con sus miraditas y le dice que es guapo -el sello estaba a punto de romperse y la pobre esfera ya no sabía si su vida duraría mucho-. ¡¡¡Los mataré!!! ¡¡¡No dejaré a nadie con vida!!!
Si le hubieran dicho a la esfera que iba a acabar con semejante perturbado mental, se hubiera tirado al río o intentado romperse por ella misma. Que cansino era este muchacho.
Continuará...