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Mi historia sobre ti por Virsan

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Mi historia sobre ti

Lo recuerdo bien, asombrado trataba de mirar a través de la ventana, pero no se veía nada, estaba lloviendo y los vidrios estaban empañados por completo, acerque una de mis manos y limpie un poco, aun así las gruesas gotas me seguían impidiendo la visión, no había parado de llover desde que había llegado a aquel país hacia dos días, el recorrido fue largo, y ni siquiera tenia idea de a donde me dirigían.

No entendía porque me habían llevado tan lejos del lugar donde crecí con mi madre, los adultos con los que había tratado parecían ignorarme, dándose simplemente ordenes entre ellos para llevarme de un lado a otro, y en ese momento la situación era peor, los dos hombres que dirigían el coche ni siquiera hablaban un idioma que entendiera, era como si el mundo se hubiera vuelto una bizarra dimension aparte desde que mi madre murió, en aquel barco.

Sentí como el auto se detenía al fin, unos segundos después la portezuela de mi lado abrió y el hombre que antes había estado conduciendo dijo unas palabras indescifrables para mi, así que me quede solo observándolo sin saber que hacer, al ver esto el sujeto me jalo del hombro para indicarle que bajara.

Repentinamente, un enorme edificio se abría ante mis ojos, no del todo claro por las gotas de lluvia que me lo impedían, el hombre que me había bajado me jalo a su lado para que pudiera cubrirme con su propio paraguas, y así entramos en aquella mansión.

Todo siguió tan extraño para mi como hasta ese momento lo había sido, siendo conducido pasando de mano en mano por habitaciones, gente mayor que me miraba como si fuera un caballo en venta, palabras por aquí y por allá en una lengua completamente ajena. Hasta llegar ahí.

Al entrar no tuve si no sentirme aliviado, era un comedor grande con muchas sillas y mesas en el medio, pero lo bueno que tenia, es que estaba por completo lleno de pequeños niños, niños como yo. La ahora mujer que me había llevado hasta ahí me ordeno algo que el por supuesto no entendí, pero con el ligero empujón que me dio a comprender que debía tomar asiento en una de esas sillas.

Camine por en medio de las hileras de niños buscando donde sentarme, pero fue una tarea difícil, ninguno de los pequeños parecía estar dispuesto a que lo hiciera junto a el, el primer alivio sentido al verlos se desvanecía al notar como me observaban con desprecio. Al fin llegue al final de una fila y me senté bajando un poco la mirada.

Cuando la comida termino observe como todos los pequeños se ponían de pie y salían armado un gran barullo, opte por seguirlos ya que nadie parecía que vendría a informarme lo que debía hacer y de nada hubiera servido preguntar a una lengua que no entendía en lo mas mínimo.

De esa manera termine en lo que parecía ser un gimnasio, este me pareció algo extraño, era diferente a los que conocía, aunque realmente solo había conocido uno, cuando un año antes mi padre me llevo y me encargo con la recepcionista mientras visitaba a un cliente que se ejercitaba en el. Lo diferente de este gimnasio es que los aparatos eran pequeños, eran como hechos para ser utilizados por niños.

Paso poco para darme cuenta que esa era precisamente su función, note que los pequeños a los que había seguido desde el comedor se dividían en grupos y un hombre alto y fuerte que parecía ser entrenador les iba dando fuertes ordenes a estos, haciendo que corrieran hacia un aparato distinto y comenzaran con lo una rutina en el.

Yo seguí paralizado en la entrada del lugar, no entendía nada, no solo no entendía el idioma y las ordenes, si no, que era lo que hacían todos esos niños ejercitándose de esa manera.

Ahí fue cuando el entrenador noto mi presencia, se acerco a mi y con voz fuerte y autoritaria me dijo algo, yo solo lo vi con miedo e interrogación a sus indescifrables palabras, sin atreverme a mover todavía, esto hizo que su actitud se pusiera aun mas molesta, con lo que volvió a gritarme la orden, a la que sin comprender no reaccione nuevamente, el hombre de poca paciencia me jalo de la camiseta empujándome hacia dentro del recinto, con tal fuerza que no que me hizo perder el equilibrio y caer de cara al suelo.

Escuche las risas de muchos de los niños presentes cuando esto sucedió, y al levantar la cara pude ver por completo sus burlas de que me encontrara en el suelo, yo me levante con lentitud y un absoluto miedo cuando vi venir al hombre de nuevo hacia mi, no sabia que hacer, así que solo se me ocurrió gritarle en ruso, el único idioma que sabia, el hecho de que no le entendía, pero este fue un error aun mas grave, las risas de los niños, y al parecer el gimnasio entero se detuvo en ese momento, todos los jovencitos me veían asombrados y al parecer molestos por mi lengua, el entrenador tenia también cara de fastidio, pero al menos al parecer había comprendido porque era que no actuaba a sus ordenes, así que sin mas me levanto con un brazo y sin hablar me condujo hacia uno de los aparatos, les ordeno a los chicos algo en su tono severo a lo que estos de inmediato reaccionaron siguiendo con lo que hacían, y fue como el me indico esto, dándome a entender que tenia que hacer lo mismo, sin tardanza eso hice.

Habían pasado unas horas desde que comenzó todo en el gimnasio, los niños continuaban de un aparato a otro sin detenerse, y yo solo los seguía, e intentaba hacer lo que ellos hacían, pero dado que jamás lo había hecho, me equivocaba bastante, además de que ya estaba muy cansado de todo eso.

También estaba el hecho de las miradas de desprecio que los chicos me dirigían, como palabras repentinas de algunos de ellos que no entendía, pero era notable que no eran nada buenas.

Fue hasta lo que pareció el llanto de un niño lo que desvió la atención de mi y la dirigió hacia donde este provenía, era un pequeño de cabello verde y una increíble blancura en su rostro, muy diferente a la mayoría de los que se encontraban en el lugar, y no solo por la blancura, si no por todo el aspecto frágil y delicado que no encontrabas en ningún otro niño de ese sitio.

El pequeño lloraba porque se había caído de un aparato alto y al parecer se había lastimado un pie, ya que tentaba este con dolor, unos segundos después el entrenador llego alejando a los curiosos y gritándole algo al niño en tono de orden.

El pequeño pareció asustarse mas ante esto, y de la misma manera, llorar con mas fuerza, cosa que disgusto también mas al entrenador, que de los gritos paso a tomar al pequeño por el brazo, dispuesto al parecer a darle una reprimenda. Cosa que nunca logro hacer, ya que así, de la nada, fue otro jovencito el que apareció, uno mas grande, de hecho mas grande que muchos de los que estaban ahí, moreno, cabello oscuro, y con una mirada tan furiosa como jamás la había visto en un pequeño de esa edad.

Sin mas, y sin ninguna posibilidad, se abalanzo contra el entrenador, haciendo que este por el impacto soltara al pequeño de cabellos verdes y volteara su vista hacia el. El hombre parecía estar perplejo, y también mucho, muy molesto, fríamente lanzo un golpe al rostro del muchacho recién llegado, haciendo que este cayera a metros de distancia.

Todos se habían quedado atónitos con lo que pasaba, la actividad había cesado por completo en el gimnasio centrando toda la atención en eso, yo al igual que todos no dejaba de ver, estaba asustado, como un hombre podía golpear de esa manera a un niño, era algo que no había visto antes, pero mas me asombre cuando vi como este pequeño se levanto, y sin el menor rastro de miedo en el, volvió a donde el entrenador, y se situó frente a el, protegiendo con su cuerpo al pequeño de cabellos verdes que había sido en un principio, motivo de la discusión.

El hombre pareció también asombrarse a este hecho, y de alguna forma tomar alguna clase de respeto que le impidió seguir lastimando al jovencito, tan solo grito algo, primero a los dos chicos, y después para todo el gimnasio, que de inmediato reanudaron sus labores.

Debo confesar que me impacto desde esa vez, la primera vez que lo vi, era distinto, a todos los que había conocido, a todos los demás niños que se encontraban en ese lugar, a pesar de que muchos de ellos ya de por si eran extraños y de actitudes rudas, este tenia también otra cosa, una extraña madures en su mirada, en su forma de actuar, como si fuera un pequeño adulto en el cuerpo de un niño.

Eso me asusto un poco, pero también me intrigo, porque tenia toda la fortaleza en la mirada y en los actos, que a mi, aterrorizado y llorando a mi madre que siempre me protegió me hacia falta.

Pero fue hasta semanas después cuando ese chico llego finalmente a ser parte de mi vida de alguna manera. Yo ya mas o menos conocía el idioma, entendía algunas palabras, y podía mencionar otras, aunque realmente no practicaba demasiado, ya que por ser el único extranjero del lugar, me había convertido en el blanco de todas las burlas y bromas pesadas entre los niños. Hasta ese día.

Comía una fruta que había guardado del almuerzo, estaba solo en la sombra de uno de los árboles del jardín, cuando algunos de los niños del lugar se me acercaron. De inmediato supe que no seria nada bueno.

Y así fue, uno de los niños me quito mi manzana arrebatándomela, mientras que otro me decía que la comida del orfanato era solo para los niños japoneses, y que no podía llegar ahí y robármela.

Yo no quería problemas, eran varios y no estaba acostumbrado a enfrentamientos, mi madre siempre me enseño que no eran buenos, y me hacia evitarlos.. así que tan solo me puse de pie dispuesto a irme. Pero esos niños no me la dejarían tan fácil, apenas me pare para marcharme del lugar, uno de ellos me empujo con fuerza, haciendo que cayera de nuevo en el pasto, mientras otro me decía que era un ladrón, y que como ladrón ellos me darían mi merecido.

Me asuste, mucho, tanto que me quede estático sin saber que hacer, y fue entonces cuando sentí el primer golpe, una patada en el estomago que me hizo caer recostado sosteniendo este, mientras los niños seguían pateando y lastimándome.

No se cuanto tiempo duro esto, solo se que así como comenzó se detuvo, pero con una gran conmoción, seguía oyendo golpes, pero ya no eran para mi, al menos no los sentía.. y fue hasta que me atreví a abrir los ojos que pude ver lo que sucedía.

Era el, aquel niño de cabello oscuro que había llevado mi atención en el gimnasio, había tirado a dos de los niños a un lado y ahora golpeaba con sus puños en el suelo a otro de ellos, el que en principio me pareció que los lideraba. Este le gritaba que se detuviera, que no era a su hermano a quien golpeaban que a el que le importaba.

El muchacho finalmente se detuvo y les dijo que eran unos cobardes al atacar a un chico entre tres, que se largaran de una vez. Y por supuesto esos niños lo hicieron de inmediato en cuanto fueron liberados.

Yo estaba aun mas atónito, aun sentado en el pasto y con mi labio algo sangrante, solo mire al niño y con mi mal japonés le dije un solitario gracias.

El me miro, su mirada era tan seria y furiosa como la primera vez que la vi.. pero después se volteo de nuevo y me dio la espalda, sin mostrar sentimiento o compasión alguna por mi, me dijo que yo era igual de cobarde que ellos, por no haber siquiera intentado defenderme, que no tendría toda la vida a alguien para cuidarme mi espalda, que ahora estaba solo, que mis papas no estaban, que se habían muerto, por lo tanto era yo quien me tenia que cuidar y proteger, o ellos no me dejarían en paz, y el les daría la razón.

Después de decir esto sin siquiera verme de nuevo, se retiro, dejándome mas impactado aun que antes. Primero sentí rabia por sus palabras, como se atrevía a decir eso de mi madre.. pero basto solo un rato para que cayera en cuenta que el tenia razón, que era así, ella ya no estaba para protegerme, y yo tenia que hacerme fuerte, frió, si quería salir de eso, si quería que me dejaran en paz.
Y fue cuando comencé a sentir admiración por el, por ese chico de cabellos azules, tanta que me decidí a ser justo así, tan frió como el, no me dejaría vencer por nada ni nadie nunca mas, seria arrogante como el, les ganaría a todos..

Con este pensamiento en mente me fui a Siberia a entrenar con mi maestro, y con este pensamiento regrese, y me enfrente a todos en ese torneo galáctico.

Ahí lo vi a el de nuevo, de una manera como nunca la imagine, lleno de odio y rencor contra todo, me sentí derrotado, decepcionado por el que tanto tiempo había sido mi modelo a seguir, por eso quise luchar con el, me lance contra el.

Pero después descubrí la verdad de su cambio, y me di cuenta que después de todo, el también tenia debilidades, tantas o mas que yo, me hizo verlo mas humano, y darme cuenta que de la misma manera yo tampoco podría ocultar por siempre mi frialdad tras un velo de arrogancia..

Yo cambie, no al niño débil de antes, pero encontré un equilibrio entre ser frió y mostrar lo que me duele, el no cambio tanto, pero ya había dejado ver lo que había dentro de el, y con eso fue suficiente.

Suspiro Hyoga con esa palabra su relato.. volviendo a la realidad nuevamente..

-Y así fue, la historia de cómo y cuando me enamore de ti. –dijo el cisne abrazado al cuerpo de su ya hacia varios años pareja.

-Que cursi eres pato. –Afirmo el muchacho mayor intentando a toda costa ocultar la emoción que las palabras del rubio no pudo evitar le hicieran sentir.

-Oye –se quejo el aludido dando un pellizco en el estomago del mayor. –Tu fuiste el que me pediste que te lo contara.

-Si, pero no pensé que seria tan cursi, y deja de golpearme.

-Te lo mereces, además, si yo soy cursi tu eres peor, porque así te encanto y estas enamorado de mi.

-A veces –replico el moreno, recibiendo un nuevo pellizco por parte del otro que lo hizo quejarse pero reír, y voltearse para atrapar al chico que lo abrazaba bajo el.. –De acuerdo, dejémoslo en casi siempre.

Añadió pareciendo conformar al caballero del cisne que correspondió el seguido beso que los unía aun mas.

FIN

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