Japón; específicamente en la ciudad de Tokio. Se podía apreciar en un campo de golf a cierto joven, rubio de ojos azules de un gran físico. Miraba atentamente una revista, específicamente una foto en donde se podía apreciar a un joven bien parecido, el nombre que colocaba abajo decía: -Cirujano Plástico, más conocido como Sai-.
- Hehe... Perfecto-ttebayo- dijo con una gran sonrisa mientras se acomodaba y afirmaba bien el palo de golf, para golpear así la pequeña pelotita. Esta seria su nueva jugada...
Por otro lado, un chico pelinegro de ojos negros se encontraba en una oficina registrando las partencias de una mujer, encima del escritorio estaba escrito el nombre de esta: -Haruno Sakura, Psiquiatra-; la cual en ese momento no se encontraba allí. Tomó una foto de un cajón, la cual estaba cortada por la mitad. Solo aparecía la chica.
- Lo tengo, debió terminar con su novio- Hablaba con una voz pausada y ronca el azabache. Luego de guardar la foto pudo observar que encima del escritorio se encontraban unas pastillas, - Pastillas para dormir...- y luego su mirar se dirigió al basurero, el cual estaba lleno de cajas de cigarrillos. De pronto una sonrisa altanera y arrogante acudió a su rostro. Espero un tiempo en aquella oficina hasta que una chica, de cabellos rosados y ojos esmeraldas, vestida con un traje elegante se apareció en la oficina.
- ¿Uchiha Sasuke-kun?- pregunto esta. El chico en cuestión la observo mientras pensaba: - "Una chica que suena... de buena clase. Apuesto que esta físicamente sensible"- su sonrisa se altanera se amplió mas.
Mientras un chico moreno llamado Sai, con una sonrisa muy especial manejaba su carro tranquilamente, quería jugar un poco de golf para relajarse. Pero tuvo que detenerse ya que unos metros al frente había parado un automóvil, freno suavemente hasta que el carro paro, de pronto sintió un sonido de otro carro que iba por la misma dirección que el, miro por el espejo retrovisor y cual fue su sorpresa al apreciar que el conductor no disminuía la velocidad, hasta que paso lo inevitable y hubo una pequeña colisión. Por suerte no fue mayor, el conductor de atrás solo había topado su automóvil. Pero lo suficientemente fuerte como para que el moreno pegara su cabeza frente al volante y se quejara por el golpe.
- "A veces un comienzo preactivo funciona bien-ttebayo"...- pensó cierto rubio formando una sonrisa zorruna.
Por un lado cierto moreno, se encontraba en un gran sofá, hablándole a cierta psiquiatra...
- Después de la muerte de el, no he dormido nada bien...- Decía con los ojos cerrados.
- Comprendo, si quieres te puedo recetar...
- ¿Unas pastillas para dormir?- interrumpió a la chica mientras una sonrisa seductora se posaba en sus labios. La chica de pronto se sintió nerviosa, mientras un sonrojo se posaba en sus mejillas, el moreno continuó, - Las he probado... pero no me hacen ningún efecto-
Por el otro, el chico al haber sentido tal impacto en su cabeza. Salió de su automóvil y se dirigió al carro que había colisionado con el, mirando a cierto chico rubio el cual mantenía su cabeza agachada. Mientras pensaba: - "Conmuévelo con tu bello rostro"-
- Etto... solo estaba algo distraído, gomen nasai-ttebayo- dijo mientras levantaba su cabeza, mostrando sus ojos azules algo aguados. El chico al verle se sonrojó ligeramente; - De verdad sumimasen- dijo mientras volvía a agachar la cabeza, mientras el moreno le daba una sonrisa. El rubio solo pensaba: - "Envuélvete con mi dulzura-ttebayo"- Luego levantó su mirar mientras mostraba un rostro preocupado, bajó del carro y se acercó a Sai; - ¡Estas herido!- exclamó.
- No... No te preocupes, estoy bien. No es nada- le habó algo sonrojado, mientras intentaba que los ojos del rubio no siguieran mostrando ese rostro preocupado.
Mientras tanto, el chico pelinegro llamado Sasuke tomó uno de sus cigarros, preguntó a la chica si podía fumar. Esta asintió, el moreno prendió su cigarro mientras lo aspiraba y al mismo tiempo abría tres de los botones de su camisa dejando ver su torso pálido y firme, mientras se acomodaba y votaba el humo que aspiró. La chica estaba sumamente roja...
- El me dijo... No me olvides, onegai...- Luego de ello volvió a inspirar un poco, para después votarlo pausadamente. Dejó el cigarro en el cenicero mientras tomaba la mano de la pelirosa, asiendo que esta brincara por el susto y se sonrojara aun más; - Doctora... Puede borrar los rastros pero no los recuerdos- decía mientras se acercaba a ella, esta estaba aun más roja, solo atinó a cerrar los ojos mientras el moreno posaba una sonrisa autosuficiente y se acercaba a ella...
- Hontoni gomen nasai-ttebayo - seguía disculpándose el rubio.
- Te he dicho que no es nada-
- Demo... y tu carro, lo que hice no tiene nombre-ttebayo - el chico moreno volvió a negar con la cabeza.
- Unos cuantos arreglos y quedará de maravilla-, dijo mientras posaba fuertemente su mano en la parte trasera del auto, pero cual fue la sorpresa para ambos, cuando la parte de atrás (la lata) se callo al suelo dando un gran sonido; - No... no te preocupes, como decía; ya lo arreglaré- volvió a dar otra palmada y el automóvil hizo un sonido extraño y otras partes de lata cayeron al suelo. Ambos jóvenes sudaron la gota. El rubio miró con una sonrisa nerviosa al ojinegro; - "Oh si, a veces hasta yo creo que soy demasiado... torpe"- El moreno le miró con esas sonrisas comunes en el, no dándole importancia al asunto, - "De todas maneras, ¡misión cumplida dattebayo!"- pensó el rubio con esas sonrisas zorrunas típicas en el cuando algo le resultaba.
Luego de una hora, Sasuke salió de la oficina de la pelirosa, mientras se acomodaba su camisa.
- La veré la próxima vez...- se acercó a la chica y le susurró en el oído - Es una buena doctora...- y se marchó de allí mientras la pelirosa acomodaba su falda. El pelinegro entró al ascensor mientras una pequeña risa maquiavélica se formó en su rostro, a la vez que en otro lugar cierto rubio también la poseía. Justo al mismo tiempo, como si sus pensamientos estuvieran conectados en ese momento pensaron...
- "La Seducción no es una técnica. Es una ciencia"-
"The Art Of Seduction"
(El Arte de Seducir)
Capitulo 1
"Primera Vista"
Un chico rubio se dirigía hacia su oficina, mientras saludaba a todo el mundo enérgicamente, su nombre... Uzumaki Naruto, su profesión... Diseñador de Vestuario. Entró a su oficina mientras suspiraba y frotaba sus cabellos color oro, mientras tomaba un control remoto y encendía el equipo para escuchar alguna canción. Se preparó un ramen instantáneo, ya que siempre pedía para que le llevasen uno, mas un termo y poder comer su alimento favorito mientras se le ocurrían las ideas para los nuevos diseños. Así es, para Naruto el ramen era su inspiración. Luego de que estuviera listo comenzó a comer mientras tarareaba una canción.
- ...Dale verdadero amor a mi alma, Si tú verdaderamente me amas. Solo abrázame fuerte...- cantaba mientras comía un poco de su ramen, bailaba y miraba por el gran ventanal del piso numero dieciséis la gran cuidad de Tokio; -... Déjalo ir y se romperán, El amor duele. Dale un nombre a mi corazón...- pero no pudo seguir ni comiendo, ni cantando y mucho menos bailando. Ya que alguien tocaba la puerta de su oficina, rápidamente el rubio paró la música, escondió el ramen y se sentó al frente de su notebook, mientras hablaba. - Hai, adelante-ttebayo- simuló como que hacia algo, mientras veía entrar a una chica, su secretaria Ino.
- Ohayo, Naruto-kun-
- Ohayo, Ino. ¿Qué sucede?- Preguntó sin mirar a la chica, mientras navegaba por la Internet.
- Tiene una cita con Gaara-kun. Mañana a las 3 de la tarde- El ojiazul asintió a lo de la chica, cuando de pronto vio que esta traía una caja de chocolates en sus manos; - Y como siempre Gaara-kun le ha enviado chocolates- Naruto observó la caja de los chocolates sin interés, mientras suspiraba cansado.
- Y como siempre, arrójalos al basurero-ttebayo- Habló mientras volvían sus zafiros a la pantalla de su notebook. La chica sudó la gota, para después seguir.
- Jiraiya de la ciudad de Kyoto está esperando afuera- El rubio reaccionó a ese nombre abriendo sus ojos a más no poder.
- ¿Kyoto? ¿Jiraiya?- la pelirrubia asintió. - ¿Ese Ero-sennin lleno de dinero, por su aburrido libro además de conocerse por otras cosas?, quiero decir... Jiraiya- la rubia volvió a sudar la gota mientras asentía.
- Hai, a estado esperando durante una hora- El rubio rápidamente se levantó de su escritorio tomó su chaqueta y camino a la salida de su oficina.
- Ino, dile que tuve que tuve un negocio urgente que atender- Decía mientras abría la puerta.
- ¡Oh, demo el esta...!- No alcanzó a terminar sus palabras, porque al intentar salir justo se topó con el tal Jiraiya. Un hombre ya mayor, de cabellos plateados largos en punta y con una cara típica de un... pervertido.
- ¡Oh, Naruto!- Se abalanzó este al rubio revolviéndole los cabellos, desordenándoselos aun mas de los que ya tenia. El rubio solo pudo atinar a sonreír mientras un tic en su ceja derecha denotaba su enojo por la acción, - ¿Cómo has estado?, bueno primero que nada vine a traerte esto- Jiraiya miró a su lado mientras tomaba una gran caja, la cual arriba decía "empresas Icha-Icha", llevó la caja al escritorio y la abrió. Ambos, Naruto e Ino abrieron ampliamente sus ojos al ver tal cantidad de dinero en aquella caja, todo en efectivo".
- Etto... Ero-sennin, pudiste haber transferido el dinero y haber evitado tantos problemas de venir aquí-
- ¡¿Estas loco?!...- se acercó a uno mientras miraba por arriba de ella el escote que esta tenia donde sus atributos se podían apreciar, - ¿Y perderme estos espectáculos kukuku...?-
Solo se3 pudo apreciar como un fuerte golpe era dado en la cabeza del peliblanco dado por cierto rubio de ojos azules, dejando a Jiraiya en el suelo mientras Ino se tapaba sus partes sumamente sonrojada y nerviosa.
- Es por eso que te decía lo anterior... Ero-sennin- habló enfadado el rubio. Los ojos de Jiraiya daban vueltas en círculos cual arroba en los Hotmail o Gmail.
Después de todo este pleito, Jiraiya se recuperó y comenzó a hablar.
- Allí esta el dinero que te prometí, son 300 millones o algo más, estuve contando la cantidad pero eran muchos y perdí la cuenta- decía despreocupado mientras los demás no cabían en sorpresa, como el podía tener tanto dinero y vagar de ciudad en ciudad "inspirándose" en sus novelas, sin duda la gente cada día estaba más pervertida.
Pero a Naruto de pronto se le ocurrió una idea, necesitaban más que eso para la nueva campaña de sus diseños. No quería ser deshonesto, pero a Jiraiya le sobraba el dinero...
- Demo...- dijo el rubio algo callado. Jiraiya lo notó, para el Naruto era como su nieto.
- ¿Qué ocurre?-
- Hoy en la mañana estuve hablando con los de publicidad para la campaña y me pidieron 250 como mínimo-ttebayo- decía abatido, la rubia le miró sorprendida ¡Cuando había pasado eso? Se preguntaba, pero el rubio le dio un pequeño codazo para que no dijera nada. El peliblanco se enfado ante esto.
- ¡Esos publicistas!, ¿¡acaso no es suficiente con esto?! ¿¡Cómo te pidieron eso como mínimo?!, demo Naruto... no te pongas así y no te preocupes. Se que la cantidad no es suficiente, ahora llamaré a Tsunade para que me traiga otros 200 millones más- Ino abrió aun mas los ojos, mientras que Naruto dio una sonrisa agradecía; - "hehe Perfecto-ttebayo"-.
- Bien Naruto, iré al hotel. Prefiero hablar desde allí con Tsunade. Mañana regreso para decirte que día llega lo que falta- dijo mientras volvía a revolverle los cabellos y se despedía con una sonrisa de la rubia.
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- Cof...Cof...- Se quejaba un joven ojinero en una cama, de una larga cabellera negra amarrada a una coleta baja. Su piel era pálida y tenía marcadas unas ojeras, pero a pesar de ello el chico era bastante sexy.
- ¿Cómo esta?- Preguntó un chico rubio de ojos azules con una coleta alta amarrado una parte de su cabello, a un pelinegro que ya conocemos, mas joven. ¿Qué esta pasando se preguntarán?...
- ¿Estaré bien?- Preguntó el joven que se encontraba en la cama a su doctor.
- Lo siento...- El rubio abrió desmesuradamente sus ojos, - Deberían prepararse...- intentaba sonar serio. El rubio solo se agacho para tomar la mano del que se encontraba en la cama con los ojos cerrados, - Creo que deberían ver la parte de los bienes...- el rubio comenzó a llorar un poco; - Demo este departamento esta en subasta- ambos le miraron sorprendidos, el rubio dejo de llorar.
- Pero debe haber algo más...- habló desde la cama el joven.
- Me temo que no-
El rubio solo dijo que eso no importaba, se levantó y se excusó que se sentía un poco mal, mientras salía de la habitación.
- Arigato, Sasuke- respondió el "enfermo" parándose de la cama. - Aun debo comprobar si este chico con el cual me case hace unos meses, me quiere a mi o a mi dinero-
- He sido abogado, entrenador y ahora con este chico tu doctor. He hecho hartas cosas por ti aniki ahora que lo pienso- decía mientras se quitaba la bata de doctor.
- mmm Arigato Ototo-baka-
- Tsk... Esas siempre han sido tus formas de agradecer-
- Le he dicho de todo, que he estado en quiebra, ahora esto de "la muerte" y aun así sigue a mi lado. Aun no se si creer que me quiera-
- Pues al parecer se ve apegado a ti- el mayor de los hermanos dio una sonrisa altanera. De pronto comenzó a sonar su celular, que le habían dejado un mensaje de voz.
- Tsk... kuso-
- ¿Qué paso?-
- Es ese cara de pez, que me ha llamado- dejo su celular sonar el mensaje.
- Ohayo Itachi-san, espero que esté bien. Como siempre le mando mis más cordiales saludos e insisto... no tome en cuenta más a ese rubio desabrido, podría tomar en cuentas a otras personas... como el que le llama...- pero el ojinegro colgó, ambos estaban sumamente azules por el asco por todas esas palabras dichas por aquel hombre.
- Itachi...- Habló asqueado.
- Lo se, no me digas nada. Necesito una buena dosis de Deidara para olvidar todo esto- Volvió a acostarse en la cama matrimonial mientras el menor suspiro cansado, si... así era su aniki y el debía aceptarlo.
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Luego de todo aquello, Sasuke se dirigió nuevamente a la oficina de Sakura y la invitó para que fueran a uno de esos tratamientos para la piel. Sakura le había mencionado eso, y el moreno solo asintió no era la primera ves que iba acompañado de alguna chica o chico a ahí, partieron allá. Sakura entró primero, el onijenegro se quedó en la sala de espera.
- Volveré en unos minutos, Sasuke-kun-
- Hai- habló indiferente mientras miraba una revista. La pelirosa entro a su sesión, el pelinegro se aburrió de ver la dichosa revista, cuando sus ojos se posaron en la persona que venia entrando a aquel lugar. Sus ojos se maravillaron ante aquel chico rubio. Este por su parte se sintió observado y miró a aquel que le miraba intensamente, al igual que el pelinegro. Este experimento lo mismo, sus ojos estaban maravillados ante aquel chico moreno. Pero como ambos eran unos expertos en los juegos de miradas entre otras cosas, Naruto paso de largo indiferente mientras abría una de las puertas. La razón por la cual había asistido era porque su mejor amiga, Hyuga Hinata una chica esbelta de pelo negro azulado y ojos sumamente claros le había pedido que le acompañase a las sesiones.
- Ne, ne... Hinata, ¿quién es ese chico algo misterioso de allá afuera-ttebayo?-
- Ha... Na... Naruto-kun - dijo mientras se tapaba un poco, uno de los masajistas le hacia con sus manos llenas de aceite unos masajes en la espalda, - No... no me digas que de nuevo...- dijo mientras suspiraba. Conocía a Naruto desde que eran pequeños, cuando el rubio se interesaba en alguien no lo dejaba escapar, - No lo se, viene aquí seguido con diferentes chicas y chicos. Al parecer es un gran seductor- Le dijo mirando los ojos azules. El rubio se sentó en una de las sillas de espera mientras suspiraba y colocaba una sonrisa algo autosuficiente.
- ¿Ah si?, pues si te soy sincero... no esta nada de mal-ttebayo- dijo mientras se cruzaba de brazos.
- Supongo que ya terminaste con ese tal Sai, sabes que es un doctor apuesto y adinerado. Naruto-kun, deberías estar agradecido por tenerlo, no... no comprendo ¿Cuál es el problema ahora?- preguntó la ojiblanca, mientras se colocaba de lado tapándose mejor. Mientras seguían dándole masajes.
- Tsk... anoche fuimos a cenar, le llamaban a cada instante. Después salió una llamada que debía ir urgente al hospital a hacer una operación y así me dejo- Hablo desganado el rubio, a el le gustaban... las personas perfectas.
- Mmm, comprendo. Si a lo mejor estaba tan ocupado, mínimo debió decirte que se juntaran en otra ocasión. A provisto, cuando llegue vi a Sai. Al parecer también vino a darse unos masajes. Si quieres ve a verle, esta en la habitación continua-
- Ne Hinata, porque no me lo dijiste antes- hablaba el rubio más bajito, - pudo habernos escuchado-ttebayo-
- Naruto-kun, estas paredes son de un grueso concreto, no se escucha absolutamente nada. Bien ve con el, yo ya termino ya- dijo mientras volvía a voltearse.
- Esta bien- El rubio salió y se dirigió a la otra habitación desganado y con una expresión de estar cansado de todo esto. Abrió la puerta y se encontró con que al moreno le daban un masaje mientras hablaba por su móvil- Naruto cerró los ojos mientras suspiraba cansado, pero al ver que el moreno le observó cambio su mirada y sus sonrisas de inmediato a unas alegres.
- Ya termino Naruto-kun -
- No te preocupes, solo quería presentarte a mi amiga-ttebayo- "Hazte el tierno, Naruto" se decía a si mismo, mientras lo intentaba solo tenia unas ganas de acabar con todo rápidamente, sabia perfectamente lo que el moreno le diría "No te preocupes, Naruto-kun. Termino esto y vamos a ver a tu amiga. Si quieres salimos todos juntos"...
El moreno le sonrió mientras decía, - No te preocupes, Naruto-kun. Termino esto y vamos a ver a tu amiga. Si quieres salimos todos juntos - El rubio sonrió zorrunamente "¡Bingo! Es obvio que dirías eso-ttebayo. Que predecible ha..." se mofaba en sus pensamientos.
De pronto la puerta se abrió, mostrando a un chico pelirrojo que le miraba insistentemente. El pelirrubio abrió sus ojos desmesuradamente, mientras se disculpaba con Sai y salía de aquel lugar. Sai miró extrañamente al pelirrojo, mientras este le devolvía aquel mirar.
- Sabaku No Gaara, edad 25 años y dueño de una asociación de Cirujanos Plásticos. ¿Qué te crees, Gaara? No eres nada mió. No te metas en mis asuntos, ya te lo dije alguna ves...- El pelirrojo lo tomo del brazo mientras hablaba serio y entre pasivo y agresivo, como es el
- Puedo perdonarte por citas casuales antes de nuestra boda- El rubio solo dejó sus ojos en blanco para luego volverlos a la normalidad mientras suspiraba cansado; - Soy una persona de mente abierta- El rubio se mofó ante esto.
- ¿En serio-ttebayo?- Se comenzó a acercar al pelirrojo. - Cierra los ojos- El pelirrojo dio una media sonrisa, mientras cerraba los ojos.
- ¿Así?-
- Hai, ahora recuéstate en la camilla-ttebayo- El pelirrojo de pronto se comenzó a sonrojar, - No abras los ojos- le decía el rubio, mientras le amarraba los brazos y las piernas a la camilla y pasa su mano por partes sensibles para un hombre. Gaara estaba cada ves mas rojo, - No los abras...- Naruto se dirigió a la puerta y salió de aquella habitación mientras una sonrisa burlona se posaba en sus labios.
- Espero que salgas de ese cuarto como un hombre cambiado-ttebayo...- se mofaba aun mientras continuaba con su recorrido.
Mientras dentro de aquella habitación el pelirrojo estaba completamente mojado, la camilla en donde lo había posado era una especie de bañera, arriba estaban los pequeños orificios donde caía el agua.
- Grrrr.... Na-ru-to- hablaba enojado el pelirrojo, con unas ganas incontenibles que su demonio saliera de su cuerpo y matar a cierto rubito.
Por otro lado, luego que Sakura saliera de su sesión, el moreno entro a la suya. Luego de una hora salieron, la pelirosa le pidió que quería ir donde algún adivino. Porque deseaba preguntar algo. El pelinegro le recomendó uno que conocía y partieron allá.
- Señorita- hablaba un hombre adulto, de cabello plateado en punta hacia el lado, mientras su rostro era tapado con unas vendas. Solo uno de sus ojos era visible. Estaba vestido con una Yukata tradicional japonesa, mientras ordenaba el mazo de cartas.
- ¿Hai?- pregunto la ojiverde, el ojinegro se encontraba a su lado.
- Corte el mazo- La chica hizo lo que el hombre le pidió.
- mmm tú, chico- Se dirigió al moreno, el cual asintió - ¡Esta muy bien!-
- ¿En serio?- preguntó con una media sonrisa.
- Eres como un jovencito que después de mucho pesar, al fin encuentra lo primordial en su vida. ¡Estas de suerte!, eres un talismán de la buena suerte, así que mantente así-
- ¡Kyaaa Sasuke-kun!, te dije que somos perfectos el uno para el otro- dijo feliz la pelirosa. Pero el adivino, Kakashi... hablo.
- Ie, eso no es así. El es el suertudo, tú no- la chica le miró enojada; - Tú no estas bien-
- haha... ¿perdón?- pregunto exaltada la chica.
- Has hecho muchas maldades en tu vida-
- Pero si esta relación es buena para Sasuke-kun, ¡también debería ser buena para mí!-
- Pero a pesar de ser una relación entre dos, ustedes son entes separados. ¿Ves esta carta que sale doble?- preguntó el peliplateado a la chica. Esta asintió.
- Son dos cartas negras juntas, y tú escogiste las cartas. Por lo tanto esto solo trae, doble mala suerte para ti- La chica estaba desanimada. El pelinegro indiferente mirando la decoración y Casi siempre con su expresión tranquila, - Pobre de ti niña, pero si te quedas con él, no duraras hasta los treinta. Y por lo que veo falta poco- el pelinegro solo asentía a todo como dando la razón, mientras una imperceptible sonrisa se posaba en sus labios.
- ¿¡Nani?! ¿O... o sea que moriré?- el peliplateado asintió.
- Hai, antes de los treinta. Por lo que veo tienes 25 años, pues... te quedaría poco- la pelirosaba estaba exaltada, mientras el moreno mantenía la cabeza gacha. Su sonrisa burlona se ampliaba cada vez más y el peliplateado solo miraba como siempre.
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- Estoy aburrido-ttebayo- se quejaba el rubio, esperando en la consulta de Sai. Ya llevaba dos horas ahí esperando a Sai, quien aún no llegaba. Luego de unos minutos, finalmente llegó.
- Siento haber hecho que esperaras. Debes estar cansado de esperar- el rubio dio una sonrisa, pero no de esas sinceras...
- Ie, está bien- "¿¡Grr... que estoy cansado?! ¡Estoy muerto del aburrimiento-ttebayo!" pero mantenía un leve tic en el ojo, no podía ocultar mucho su real sentir; - Sai, quiero llevarte a un lugar-ttebayo- el ojinegro le miró extrañado pero asintió. Naruto ya no quería nada más con Sai, así que ideó una manera de dejarlo... algo... mejor dicho, bastante... especial.
Se encontraban en la iglesia, Naruto iba enfrente y Sai le seguía los pasos, hasta que llegaron a las primeras bancas. El rubio inspiró y expiro... a comenzar con lo que tenía planeado, sacó un rosario y junto sus manos como una petición y observó la imagen de Maria:
- Sai, oremos...- el moreno le miró incomodo, no creía en dios. Algo que el rubio sabia a pesar de que este no le haya dicho absolutamente nada, la mayoría de los médicos son no creyentes; - Santa madre, aquí nos arrodillamos ante ti para hacer un voto de... amor-ttebayo- dijo con una sonrisa, aunque por dentro 1) se sentía mal por hacer eso en la iglesia. Pero era el único modo 2) Lo único que anhelaba era terminar con Sai. Aunque no comprendía mucho el porque, siempre le gustaba estar un tiempo mas con sus novios, a pesar de que él mismo sabia que luego les dejaría. Pero debía seguir con el plan, - Nos amaremos, no importa que duros momento pasemos-ttebayo- el moreno le observó con una sonrisa, el rubio también y continuó, - Deja que quede ciego, para que así él no vea a otros hombres o mujeres- el moreno le miró extrañado, - Le amaré a pesar de su ceguera-ttebayo. Temo que tal vez les hable de esas maneras a otros hombres o mujeres; deja que se quede mudo. Temo que toque a otros u otras, sepáralo de sus brazos, Santa madre-ttebayo- El moreno ya le observaba entre inquieto y paranoico. Naruto abrió sus ojos, ya que en todo momento los tuvo cerrados, Sai ya estaba muy asustado. El rubio no mostraba esa mirada calmada y feliz. Sino una maquiavélica y para el moreno celosa, demandante, dominante, etc. Además de una voz grave y que en cada tono iba más fuerte- Rompe sus dos piernas, Madre de esa manera se quedará conmigo siempre-ttebayo. ¡Permite que todo se vuelva cierto, Amen!- Y para rematar el plan, el cual tenia al moreno sumamente asustado, Naruto comenzó a cantar una canción religiosa... "Las cosas que debo hacer para terminar con alguien-ttebayo..." El rubio se levanto, mientras daba una sonrisa zorruna al moreno. El cual realmente pensaba que había visto en ves del rubio a un fanático religioso, además de sádico.
Por otro lado Sasuke llegaba más que molesto a su *PentHouse, mientras encendía toda la cantidad de luces, fue directo a una maquina que había comprado hace poco tiempo que hacia el café que desearas. Tomó un capuchino, y se sentó en su sofá preferido, el penthouse era sencillamente enorme, la parte del Lobby estaba llena de estantes de libros de diversos temas, Los sofás, sin duda los más caros del mercado, al igual que su televisor, un LCD de 55 pulgadas. Algo normal para el moreno. Comenzó a revisar su móvil.
- Esta chica ya me tiene harto, Al menos pudo darme las medicinas para poder fingir luego con lo de Itachi- y mientras veía la dirección de teléfonos de su móvil a la chica pelirosa. Iba a borrar su número, cuando de pronto vio una señal en el celular de alguien que le había enviado unas fotografías y exactamente era en quien estaba pensado ahora...
- Seamos amigos...- dijo mientras veía unas fotos del rubio en una sesión de masajes.
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Al otro día o mas bien esas casualidades de la vida, el moreno iba manejando para dirigirse a su trabajo, cuando paro en un semáforo, algo le llamo la atención, el carro de al lado suyo tenia la música a altos volúmenes, observó al conductor y dio una media sonrisa. El rubio se encontraba en el auto cantando mientras esperaba el cambio.
- El amor no es un juego, el amor es de verdad...- cantaba el rubio en el carro, el moreno solo se reía por aquella actitud, hasta que dieron la luz verde y el rubio partió como alma que lleva el diablo, una velocidad impresionante... al moreno comenzaron a tocarle la bocina, este atinó a que debía partir. Pero es que se quedó impresionado al ver como había arrancado el rubio.
El moreno luego de perder al rubio se estacionó en su lugar de trabajo, iba a sacar un cigarrillo y fumar antes de entrar cuando sintió un auto a gran velocidad, pero como la anterior vez habíamos visto, un auto colisionó con el suyo. Y un rubio que se ocultaba para que no le "viese". Sasuke, luego de recibir ese golpe en la cabeza, la movió de un lado a otro, ya que se encontraba aturdido.
- Tsk... Kuso, pero que...- el moreno se bajó y miró el carro que había colisionado con el y lo reconoció al instante, se acercó a la ventanilla y pudo ver al rubio con la cabeza gacha. El rubio levanto su cabeza al ver como el moreno le llamaba
- Oh... gomen nasai-ttebayo. No medí bien la velocidad y de pronto me encontré con tu auto. Gomen nasai-ttebayo- dijo haciendo que sus ojos brillasen y con un cara de niño... el rubio inmediatamente pensó en las posibles respuestas que le daría el moreno: 1) No te preocupes, estoy bien. 2) ¿Te lastimaste en algún sitio?
- ¿No mediste la velocidad? ¿Entonces como conduces?- el rubio se sintió atrapado en aquel momento. Sus posibles respuestas jamás llegaron, - bien estoy muy ocupado. Así que dame tu carné y el de conducir, dobe- El rubio se dio la vuelta buscando su bolso, estaba para que mas extrañado. Sus métodos siempre funcionaban ¿¡Por qué con el moreno no?! Además este le había insultado. Cuando lo encontró se lo paso al moreno.
Este se lo arrebato de las manos, molesto, - ¿Uzumaki Naruto?- el rubio asintió, - Conoces el Hospital de Tokio, ¿verdad? Te veo ahí mañana a la hora del almuerzo-
- Ah, Hai-ttebayo- dijo desganado el rubio. El moreno se iba hacia su oficina, pero al contrario que el rubio que tenia una mirada de un capricho no cumplido, el moreno mantenía una sonrisa autosuficiente.
Al día siguiente Naruto se encontraba en el hospital con una cara de enojo que nadie se la quitaría al menos por un largo rato. Había conseguido una silla de ruedas, para fingir un poco. Debía resultarle alguna táctica, ¡pero debía resultar! Se sentó en la silla de ruedas, mientras ensayaba su discurso.
- La verdad es que mis padres murieron cuando era un bebe...- y comenzó a hacerse la victima, de pronto suspiro, - Bueno, eso en sí, es verdad...- pensó mientras daba una mirada melancólica, para luego retirarla- ¿Debo hacer esto-ttebayo?... Ie, solo le pagaré. Ahh... como si estuviera en esto por dinero-ttebayo- de pronto sintió que alguien le tocaba el hombro. Naruto se levantó en ese instante, mientras desviaba su mirada.
- Estas aquí, no luces muy bien- y en cierto modo era cierto, Naruto traía una mala cara. - ¿Eh?... Ahh, es que tuve que trabajar hasta muy tarde para ganar mi dinero... ¿demo, de todas formas tu estas bien?- una falsedad del porte de un buque porque el rubio ganaba bastante dinero. Pero debía trazar como siempre bien su plan. El moreno solo respondió indiferente.
- Hoy me levante en la mañana, y descubrí que me dolía la cabeza. Por cierto accidente de ayer, pero nada serio, supongo- el rubio le miró mal, sin que el moreno se diese cuenta, o se hacía el que no se daba cuenta- Afortunadamente, un conocido trabaja aquí y me apuntó para un chequeo, a ti y a mí-
-...- el rubio no respondía. Sabría perfectamente si le revisaban, que todo lo que había hecho era una farsa. De esto se enteraría el moreno, y adiós a su plan.
- Los accidentes en carros es así. Tal vez te sientes bien ahora, pero los peores síntomas vienen luego- el moreno tomó una actitud mas seria aun acercándose al rubio, - Lo que es invisible es a lo que se le debería temer más. Así que vamos, dobe- el rubio estaba que estallaba, uno de no poder cumplir sus cometidos, dos las cosas que decía el moreno. Con la mejilla inflada y con la actitud de un niño, siguió al moreno...
Luego de que ambos les revisaran y tuvieran los resultados para otros días. El moreno invitó a cenar al rubio, este le observó curioso pero asintió.
Estaban en un lujoso restaurante, ambos habían pedido el aperitivo.
"Un diseñador de vestuario. Esto es territorio desconocido, mmm... interesante" pensaba el moreno mientras bebía un poco de su copa de vino.
"Un arquitecto famoso. Atractivo, perfeccionista, mmm... interesante" pensaba a su ves el rubio, mientras también tomaba de su propia copa de vino. Mientras ambos se miraban, estudiándose el uno al otro...
...Continuará...