El chocolate puede dañar la vista
Kheel y Jeevas eran dos de los mejores estudiantes de toda su generación; con tan sólo unos cuantos años habían sido declarados todos unos genios; entrando a la universidad desde los 12 años y ya iban por otras carreras.
el primero usaba como seudónimo “mello” ; sentía una gran atracción por las ciencias sociales y el poder
de niño había sufrido mucho por las burlas que le hacian, hasta que un día reaccionó de manera violenta ganándose el temor y el respeto de los que le rodeaban
…a partir de entonces se interesó en el poder
en la dominación de los individuos,
es por eso que estudió ciencias políticas y derecho para poder ser alguien muy importante y controlar aquello que llamaba un “mundo pútrido”; con la esperanza de dominar aquel corrupto mundo que veía en los medios y no ser controlado por nadie
Era muy ajena a la primera carrera que tenía la cual era teología ya que conservaba la esperanza de un mundo más allá en el cual pudiera descansar de toda la basura que veía en este mórbido mundo.
Sus ideas contrastaban con su delicada apariencia;
cualquiera que lo hubiera visto habría considerado que se trataba de una chica, y de hecho así pasó los primeros días pero los puños arreglaron los malentendidos,
su mirada violenta ahuyentaba a las personas y es por eso que prefería la soledad, prefería estar en su mundo a acercarse a gente tan débil y enfermiza.
Por otra parte lo opuesto era jeevas, un joven amable y dispuesto a ayudar
una gran tranquilidad se reflejaba en su mirada, a diferencia de su amigo su meta era ayudar a las personas razón que lo había llevado a estudiar medicina.
Cuando iba en la primaria se le había hecho costumbre ver los simpson todos los días, era fanático de Matt Groennig, analizaba los contenidos de la serie y se convirtió por poco tiempo en su obsesión… pero este tiempo fue necesario para que su apodo se convirtiera en “Matt”
Había terminado medicina como primera opción y después había hecho algunas maestrías en psicología.
Deseaba ayudar a la gente, y recordó las palabras de aquel doctor que había conocido en la infancia, aquel que lo había enseñado de pequeño y había desarrollado en él la vocación de curar…
“si tu amigo histérico vuelve a golpear a otro niño y no hay nadie cerca , puedes contener la hemorragia de esta manera; y cuando regresé veré lo que hjas aprendido y le daré una tunda a tu amigo”
Que interesantes le habían parecido esas clases de antaño, cuantas veces había cubierto a Mello, curando a algunos y pidiéndoles que mintieran para que no castigaran a su amigo…
el pelirrojo miró con satisfacción los títulos que colgaba en su consultorio cuando el timbre comenzó a sonar desesperadamente, Matt se sobresaltó y se apresuró a abrir la puerta.
--hola mell…
El chico rubio empujó la puerta como era su costumbre sin siquiera saludar, se tumbó en el cómodo sillón café y comenzó a degustar una tableta de chocolate con algo de furia.
--te he esperado más de 5 minutos, se puede saber ¿en que carajos estabas pensando?
Matt estaba habituado a esta actitud de parte del menor,; de hecho era algo que le agradaba
--ah, disculpa
Si, era lo que hacía cada que Mello se enojaba; se disculpaba …pero vaya que tenía una buena razón…
---¿cómo que una disculpa? ¿sabes el frío que hace afuer?-
-pero Mello sólo fueron cinco minutos.
---cinco minutos, cinco minutos…¿sabes lo que se puede hacer en cinco minutos?
Entonces el rubio arrinconó al doctor Jeevas a la cama en la que recostaba a sus pacientes, acortó la distancia entra ambos dándo atrevidos besos en el cuello dejando leves “hematomas” (moretones, pues xD) , los brazos a los costados del doctor, mientras este con una expresión estupefacto se quedaba a la espera de las acciones del menor.
Fue entonces que aquellos labios se juntaron en un apasionado y excitante contacto, las lenguas recorrían cada espacio de la otra cavidad.
deseo, ira y chocolate era lo que se mostraba en ese candente beso,
Ahí sin más testigos de su pasión, ni más pruebas que un sonrojado matt con la camisa humedecida por una fina capa de sudor
Aquel contacto era más que delicioso, de pronto fue cuando Mello se levantó y miró su reloj. Acabando con áquel maravilloso momento.
--ya tenemos que irnos.
--no, espera un poco más, por favor mello
--NO--
--por favor un poco más..
-- ¡¡QUE NO!!
-- pero ----
¡¡QUE NO CARAJO, ESE ES TU CASTIGO POR DEJARME ESPERANDO!!
Así se había cobrado esos cinco minutos ;ese había sido el castigo..una pasión incompleta.
Matt salió con una sonrisa, se puso una chamarra de mezclilla; realmente lo amaba, no había nada ni nadie que se interpusiera en su relación; mello ya había golpeado a los que se habían atrevido a entrometerse; todo estaba bien al fin y al cabo estaba con la persona que más amaba y
---¡¡MATT, CARAJO!!!¡¡APRESÚRATE!!!