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¿Venganza o bienvenida? por time

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Nada de esto me pertenece. (sólo la trama y las palabras) No gano nado con esto.

Severus puede ser un poco OoC. (Disculpen si le hago un poco más tierno que de costumbre. Sólo un poco.)

Notas del capitulo:

Disclaimer: nada de esto es mio!! U.U mas kisiera yo!!

 Ya se que tengo pendiente... Grube y otros.. pero esto es lo que surge!

Disfrutad!

 

La suave brisa que se filtró a través de la pequeña abertura de la puerta, alertó al ocupado profesor de la llegada de su esperado visitante.

 

En silencio, cubierto por la capa de invisibilidad, el extraño, se acercó hacia la mesa de Severus.

 

Éste pudo entrever el ligero movimiento de inclinación sobre la mesa del intruso, antes que la capa se deslizase por su cuerpo, acariciando tiernamente cada curva de ese cuerpo majestuoso, rebelando a un apuesto chico de orbes verdes, que brillaban con unas visibles ganas de obtener lo anhelado.

 

Los ojos del profesor centellaron con avidez ante la imagen, pero su entusiamo fue, rápidamente oculto detrás de un velo de impaciencia.

 

-Llega tarde Sr. Potter. Siéntese y empiece a escribir su redacción.

 

Harry abrió los ojos sorprendido.

 

-Pero Sev... Podemos aprovechar el tiempo muuucho mejor. -le sugirió con una voz melódica, en su oído, procurando que sus labios rozaran la sensible oreja de su profesor.

 

-Sr. Potter.- El Sly, apenas retuvo el gemido que pugnaba por salir de sus labios.-Siéntese y comience a escribir.

 

-¡Sev! -El ojiverde no daba crédito a sus oídos.

 

-Sr. Potter- la voz de Sev, sonó realmente furiosa.

 

Harry obedeció. Se sentó ante el pupitre que apareció a sus espaldas. Y empezó a escribir de una forma apurada. Desquiciándose con el pergamino.

Después de 15 min., escribiendo sin cesar, Harry no aguantó más;

 

-¡Vamos Sev! ¡He esperado todas las jodidas vacaciones por esto! ¡No me jodas!

 

-Precisamente ESO es lo que voy a hacer: No joderte. Y tenga más respeto hacia mi Sr. Potter.

 

Harry frunció el seño, concentrándose de nuevo en la pluma sostenida en sus manos.

Antes de entregar el pergamino, garabateó furioso:

 

El señor Potter, le avisa a su querido amante, que en vista de cómo han ido las cosas en el día de hoy, esté este atento, porque el-niño-que-vivió va a clamar venganza.

Te quiere mucho:

El-niño-de-oro-que-le-gusta-ser-jodido-por-su-profesor-de-pociones-de-todas-las-formas-posibles.”

 

{...}

Después de irse del despacho de su jefe de casa, Harry emprendió el camino hacia la habitación de Draco, con la firme idea, de que éste le ayudara con la venganza que se había formado en su mente.

Llamó insistentes veces, hasta que un adormilado rubio le abrió.

 

Draco lo examinó con los ojos entrecerrados, intentando averiguar por qué le habían perturbado su agradable sueño.

 

-Draco. -La voz lastimera de Harry le indicó enseguida lo que éste venía a hacer.

 

-Pot...-Sus labios se vieron apresados por los de Harry, evitando cualquier sonido.

 

Potter entró en la habitación, sin ningún consentimiento, cerrando la puerta tras sí, aún besando a Draco. Sus manos, rápidamente se desprendieron de la parte superior del pijama del rubio.

 

El Sly, gimió con sorna, cuando la boca de Harry, empezó a dedicarle especial atención a sus ya de por si sensibles pezones. Mientras sus manos, se movían con impaciencia por su cuerpo, deshaciéndose de los pantalones del Sly, rebelando una bonita erección.

 

-Sin ropa interior ¿eh? ¿Me estabas esperando Dragón? -Harry sonrió contra la mejilla de Draco.

 

-Hmp. -fue toda su respuesta.

 

La boca de Potter marcó el cuerpo de Draco a conciencia, ningún rincón fue olvidado por los labios de Harry. Draco gemía y se retorcía de placer, devolviéndole placer a Harry con sus pequeños jadeos interrumpidos, sus sollozos interminables, sus mejillas enrojecidas, sus párpados cerrados ocultando las dilatas orbes de plata... su cuerpo excitado se removía sobre las blancas sábanas rozando el cuerpo de su contrincante, en lugares poco apropiados, excitándole un poco más con cada ardiente e involuntario toque.

 

Minutos más tarde Draco, fue aturdido por las eclipsantes sensaciones cuando la cálida y húmeda boca del niño de oro, se empaló todo su miembro.

 

Antes que el orgasmo culminara a su amante, Harry se retiró de su “caramelo” a lo que el Dragón gruñó en protesta. Pero todos sus pensamientos se desvanecieron en cuanto el miembro de Potter lo llenó por completo.

 

Entonces los dos amantes emprendieron el camino hacia el Nirvana, con embestidas rápidas y profundas.

 

El orgasmo alcanzó a los dos Slytherings de forma bestial, mientras Draco arqueaba su cuerpo en una posición imposible, y abría sus preciosos ojos.

 

{...}

 

-Había olvidado lo bueno que es el sexo contigo. -murmuró Harry agotado.

 

Draco rió por su comentario.

 

-Pero con Severus es mejor. ¿no? -inquirió el rubio girándose para observar a su compañero.

 

-Sí, porque es de él de quién estoy enamorado.

El rubio rió otra vez.

 

-Tienes una forma muy extraña de demostrarlo, Harry.

 

-¡Pero me dejó 3 semanas sin sexo!! Tú sabes que para mí eso es mucho. -protestó el Sly, haciendo un lindo puchero.

 

Draco sonrió con ternura hacia Harry, a quién consideraba como su hermano adoptivo.

 

-Si no quieres que se entere, te recomiendo que hagas desaparecer esas marcas de tu espalda.

Potter se levantó de forma perezosa y se miró al espejo de cuerpo entero.

 

-¡Oh! ¡¡Mierda Draco!! ¡¡No otra vez!! -Draco estalló en carcajadas ante la cara de desesperación de Harry, aturdido con las marcas de uñas en su espalda. -Lo haces apropósito. -lo acusó el moreno. A lo que el rubio respondió intensificando su risa.

 

{...}

-¿Una entrevista?

 

Harry asintió. -Quiero introducir a Snape en mi vida como mi pareja oficial de la forma más escandalosa posible. Estoy seguro que podrás manejar de excelente forma a Rita Skeeter para que nos de la exclusiva esperada.

 

Draco observó las opciones posibles, y la mejor sin duda, era Rita y su forma exagerada de escribir. Sólo tendría que vigilar que no escribiese de más.

 

-De acuerdo. Mañana la tendrás haciendo preguntas.

 

-Perfecto. -Harry dejó de lado el libro de Pociones, y se acercó al rubio.- Asegúrate de supervisar las preguntas. -lo besó de forma tierna.- Confío en ti.

 

-Por supuesto.-declaró Malfoy Manor.- Pero no esperes que con sólo un beso vas a pagarme el favor.

 

Harry giró para observarle, y le giñó un ojo como respuesta antes de desaparecer de su sala común.

 

{...}

 

A Draco no se le hizo difícil, persuadir a Rita para que hiciese las preguntas adecuadas. La mujer estaba más que emocionada con la idea de poder dar la exclusiva sobre Harry Potter y su amante. Draco observó con diversión el brillo de ojos de la mujer y, de nuevo veneró el momento en que Harry Potter fue seleccionado para Slythering.

 

La mujer interrumpió el agradable almuerzo de Hogwarts. Recorrió el Gran comedor con la mirada antes de dirigirse hacia Potter, con su pluma y pergamino en mano.

 

-¡Sr. Potter!- El Gran Comedor centró su atención en la mujer, pendiente de si Potter la rechazaría como a tantas otras.- ¿Me permitiría unas preguntas?

 

Harry evaluó a la periodista. Sonrió interiormente ante el pensamiento de que, de nuevo, no se había equivocado al elegir a la persona adecuada. Esa mujer -bajo la vigilancia de Draco- liaría las cosas hasta buen punto.

 

-Claro.- respondió.

 

-Bien.-Rita sonrió satisfecha. Observó que el resto de los alumnos había interrumpido su almuerzo, sólo para concentrarse en ella y Potter. - ¿Dime, te importa si te pregunto un par de cosas personales? La sociedad mágica se muere por conocerte un poco más.

 

Al lado de Harry, Draco rodó los ojos ante el formalismo de esa mujer.

Harry simplemente se encogió de hombros, dando vía suelta a Skeeter.

 

-¿Qué prefieres, mujeres o hombres? -El Gran Comedor seguía en silencio. Dumbledore sonrió al entrever la treta del asunto.

 

-Me es indiferente el sexo.

 

-¿Cuales son tus gustos referente a mujeres y hombres?

 

Potter elevó una ceja divertido.

 

-Me gustan las mujeres seguras, preferiblemente con pelo largo, y a las cuales les guste jugar un poco.

 

-Parece que nuestro héroe no es nada exigente con las mujeres.-comentó Rita.

 

-Es sólo que sé extraer lo mejor de cada una de ellas. -respondió Harry giñando un ojo, que hizo sonrojarse a más de una/o.

 

-¿Y referente a los hombres?

 

-Ummm... me gusta que sean apasionados, pelinegros...-Draco resopló ante el comentario.- y exigentes... -Tanto Draco como Harry rieron ante lo último, mientras el comedor seguía en silencio ignorante del motivo. Unos negros ojos se entrecerraron viendo con furia al Sly.

 

-¿Prefieres estar abajo o arriba?

 

-Arriba, aunque no me importa ir abajo. -El gran comedor estalló en comentarios silenciosos.

Entonces, viendo la gran expectación de todos los presentes, Rita decidió hacer la “gran” pregunta.

 

-¿Dinos Harry, tienes pareja?

 

Harry miró de reojo al profesor, que le observaba con una mirada oscura, sin perderse ninguna respuesta. Levemente sonrió.

 

-Si.- dijo con una voz extrañamente provocadora.

 

El gran comedor quedó en silencio de nuevo. Todos estaban expectantes por saber quién...

 

Antes que la chica pudiese formular el tan esperado “¿Y su nombre es...?” Harry prosiguió con una sonrisa traviesa en los labios, observando cómo las manos de Sev se aferraban cada vez más fuerte a la mesa con cada palabra suya.

 

-Pero mi “adorable” pareja me ha dejado sin sexo durante 3 semanas. ¡¡Tres malditas semanas”” -reviró los ojos exasperado, exagerando la situación.

 

Seguidamente se levantó. El público en silencio -incluido Draco- siguió el recorrido de Potter des de su mesa hacia la mesa de los profesores, en donde el Sly se apoyó en frente de Sev.

 

-Eso ha sido muy cruel de tu parte “Sevy” - sonrió hacia él de forma maliciosa, divirtiéndose con el sonrojo del profe. Inclinándose un poco más besó al profesor, provocando, ahora sí, que varios cayeran al suelo sin sentido, y que otros siguieran shokeados durante horas.

 

Sus últimas palabras, antes de irse del gran comedor de forma orgullosa, soberbia, y tranquila, fueron:

 

-¡Bienvenido a mi vida Sev!

 

Después de ese incidente, hubo varias reacciones.

 

Rita se marchó dando saltitos, planeando ya, cuál sería el título de la exclusiva. Seguramente sería algo así: ¡El héroe ENAMORADO de su Profesor y Jefe de Casa!! Para el chico-que-vivió no existen barreras en el amor!

 

Draco se deleitó observando la palidez de su padrino, antes de plantearse si debía ayudarle. Pero viendo el brillo loco en los ojos de su Director decidió que ya tenía la ayuda necesaria. Con lo cual, se entretuvo a almorzar con tranquilidad, intentando no prestar atención a las preguntas de Blaise. “¿No era tu amante? ¿Lo sabías? ¿Quién estaba arriba? Y un etc. muy largo...”

 

El gran comedor, empezó a bombardear con comentarios. La más sorprendida, fue la casa de Gryffindor. Hermione seguía leyendo su libro de aritmancia avanzada, ignorando por completo a Ron y su boca abierta intentando articular una frase... O a Seamus, que maldecía por lo bajo por no haber pedido a Potter una noche de sexo!

 

La mesa de los Sly, siguió el ejemplo de su Princesa -Draco.- y siguió comiendo. Sus amigos apenas retuvieron el impulso de seguir a Potter, impacientes por dentro por ir y preguntarle a su Príncipe -Harry- por los morbosos detalles.

 

Dumbledore... hizo todo lo que se esperaba que se hiciese por su parte... Complicar la cosa, con su comentario a Rita, que sonó así: “Si, conocía la relación de alumno-Profesor que mantenían Severus y Harry. Sin embargo creo que es algo en lo cual no podemos intervenir. Harry merece un poco de felicidad, y si ésta se la puede proporcionar Severus, ¿qué podemos hacer nosotros al respecto?”

 

Y Severus... bueno... Severus estuvo en shock por unos minutos, y su rostro era suficiente muestra de ello. Luego, simplemente se levantó -aún sorprendido.- y se marchó en busca de Harry. Ignorando por completo a Rita y sus estúpidas preguntas por su relación. Que, al final, fueron respondidas por sí mismas.

 

(OH! SI!! Sirius Black, tuvo que morderse la lengua y quedarse calladito, por la “leve” amenaza de dormir en el sofá por una semana. La cual sabía que se haría realidad, conociendo a Remus. Y Remus sonrió feliz por su pequeño cachorro Sly. Y pensó que James debía revolcarse en su tumba, mientras Lily le regañaba y le obligaba a ver las cosas por el lado positivo. )

 

{...}

 

No le fue difícil encontrar a su amante. Sabiendo de antemano, que le estaría esperando con esa sonrisa de superioridad -al igual que su maldito padre.- divirtiéndose a su costa.

 

-Potter. -en contra de sus deseos, el apellido no fue pronunciado con frialdad, asco, ni siquiera pudo arrastrarlo con suma elegancia. Simplemente sonó de forma necesitada y lastimera.-

 

Harry se giró hacia el Profesor, efectivamente con su sonrisa arrogante estampada en su rostro.

 

-¿Si? Amor.

 

-Eres...-Tenía un montón de adjetivos para describir a ese niñato insolente, arrogante, malcriado, engreído, grosero, maleducado, desvergonzado, soberbio, altivo, sensual, divino, sexy, provocador... “¡Mierda!” pero ninguno salió de su boca, sellada por unos suaves labios.

 

-Sigo sin estar de acuerdo con lo que has hecho. -murmuró cuando sus labios se vieron libres por unos segundos, mientras sus manos estaban ocupadas en desabrochar la dichosa túnica.

 

-La venganza no tiene que ser dulce para ti.

 

-Umm... Creo que le restaré puntos a Finnigan, por pensar en tenerte en su cama. -Harry selló sus labios de nuevo.-

 

-Estás empezando a decir incoherencias.

 

-Siempre lo hago cuando estoy contigo.

 

Se deshizo al fin de la molesta túnica de Harry, con un gruñido de felicidad. Pero su momento de gloria fue opacado por su propio gemido, cuando las manos -heladas manos- de Potter se perdieron bajo su camisa.

 

Los labios de Severus fueron devorados por los ansioso labios de Harry, apenas teniendo tiempo para responder con tanta energía. El moreno mordió el labio inferior del profesor, para seguidamente succionarlo con delicadeza. Luego sus labios, dientes y aliento se dedicaron en excitar otras partes menos atendidas. Provocando leves sollozos en Snape, cuando dedicaron suma atención a su oreja, y a su descubierta clavícula.

 

Depositó con cuidado a su amante de espaldas en la cama, se quitó con prisa el jersey y la camisa, y se abalanzó de nuevo sobre su amante, besando, mordiendo, lamiendo la piel a su alcance.

 

Su mano torturó al pezón izquierdo, mientras la cariñosa boca y su lengua torturaban a su gemelo. Una lamida, un pequeño mordisco, un gemido, y la rojiza lengua alrededor del endurecido pezón. La habitación se perdió entre gemidos y palabras incoherentes de Sev, mientras Harry disfrutaba provocando la lenta tortura de placer. Su boca bajó por el pecho hasta que los molestos pantalones de Severus lo privaron de continuar su recorrido de besos.

 

Fijó su mirada en El jefe de su casa, que en esos instantes ya se había deshecho de su máscara de frialdad, para dar paso a mostrar libremente todas sus emociones, que se transpiraban por cada poro de su piel. Observó con atención el rostro sonrojado, las mejillas rosadas, los labios hinchados, entreabiertos buscando aire para sus pulmones, manteniendo su respiración acelerada. Sus ónixs negros cubiertos por los párpados y esas curvadas y largas pestañas. Tragó con dificultad, para mantener su lujuria bajo su -destrozado.- autocontrol.

 

Sus manos no supieron mantenerse alejadas y con un rápido movimiento los pantalones -y bóxers incluidos- desaparecieron. Relamió sus labios ante la magnífica vista del sexo de Severus. Su malcriada boca, no tardó en reclamar al dulce que clamaba por atención. Severus se atragantó cuando la cálida lengua del muchacho dio una pequeña lamida en su glande. Para al segundo proporcionarle otra un poco más larga y duradera.

 

Su mente ya no respondía.

 

No, al menos desde que aquella rojiza y pequeña lengua se dedicara a lamer su sexo, o desde el momento en que esa cavidad se introdujo toda su polla adentro, hasta lo más profundo.

 

Eso era el paraíso.

 

Las sensaciones eran eclipsantes, su propio cuerpo temblaba de placer. En algún olvidado momento, su mano se unió a la mata de pelo azabache para indicarle el ritmo exacto. (Oh! Dios!)

 

Aunque lo más excitante, lo más esperado (lo más ansiado) el puro éxtasis, no llegó, sino hasta que su miembro no se deslizó lentamente en las estrechas entrañas del chico.

El placer lo inundó por completo mientras se movía al rimo exigente de Harry, notando con todos sus cinco sentidos las paredes contraerse contra su miembro, sintiendo a Harry arquearse contra él, en busca de más contacto con su piel, su propio cuerpo excitándose al menor toque, las imágenes de Harry tan explayado y entregado al placer.

 

Se elevó a velocidades incontables hasta las puertas del cielo, que se abrieron ante él, cuando las palabras -apenas susurradas- por Potter penetraron en su mente, ocasionando la explosión de miles de estrellas, convertidas en pequeñas olas magnéticas que viajaron por su cuerpo, elevándole hasta el punto máximo de la satisfacción. Dejándole minutos después con los temblores en su cuerpo, mostrando su reacción universal orgasmo.

 

“Te amo”

 

Las palabras resonaron en su cabeza. Atrajo más al muchacho hacia sí, atrapándole en el abrazo. Sonriendo en su interior.

 

Podemos afirmar que Severus Snape se sintió completo y feliz por primera vez en su vida, porque sabía que esas palabras eran ciertas.

 

Muy ciertas y sinceras.

 

Potter comprobó satisfecho el rostro sonriente de su “bello durmiente” antes de caer rendido en sus brazos.

 

<>

 

Draco dejó de lado la bola de cristal, y a pesar de su rostro inexpresivo, daba saltitos por dentro de pura alegría. ¡Harry al fin lo había dicho! Le costó 3 años y medio... ¡¡Pero al fin lo había dicho!!

 

>>Aunque ahora -por su maldita culpa- tendría que buscarse la vida para solucionar su más que “despierto” problemita.

 

En otra parte del castillo Albus Dumbledore, sonreía feliz mientras comía sus caramelos de limón deseando tener a los niños de Harry y Severus revoloteando pronto por ahí.

 

FIN

Notas finales:

Rews!! ¿uno? ¿dos? ¿tres? ¿puede que quince? Cuantos querais!


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