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Itami por Yaoi Lover

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Notas del capitulo:

Historia basada en mi musa que, sin tu ayuda, nunca hubiera alcanzado su esplendor…

Dedicatoria:

A mi hermana Gabriela por todo su apoyo y comprensión, y por permitir que mi locura la haya alcanzado, dando la posibilidad de que el juego exista (¡¡ahhh, musa hermosa!!) y que yo escriba, pues, sin su incondicional estancia a mi lado, estos escritos seguirían como el resto: sepultados en mi habitación sin que nadie los conozca (verán, yo escribo de mi puño y letra, y, después, si me animo, lo paso a computadora)

Te dedico esto hermanita, al igual que cada uno de mis escritos, porque sé que tú los verás como es debido, sin morbo ni prejuicios, creo que aprendiste bien de mí, jajaja. También no solo en esto has estado conmigo, si no también a lo largo de casi 15 años (te llevo dos, jajaja). Traté de hacer una dedicatoria seria, pero verás que ese no es mucho mi fuerte…

Cortos, largos, realistas y de ficción, tú lo haz leído todo, y, si bien te asusté al principio, te agradezco por apoyarme, y por permitirme descubrir y compartir contigo todo tu talento que, si bien apenas lo hemos descubierto, sé que florecerá

Agradezco tu corazón de pollo, que créeme, a veces toca las fibras más sensibles de mí, porque tú me conoces en realidad, hermana… no soy la fría roca que aparento, ¿Uh?

Sé que ésto no es un libro, ni una novela (no me creo con el talento suficiente para hacer una algún día, ni tengo el valor suficiente para publicarla, aunque traigo ganas, jajaja) pero éstas son palabras que deseo sepas y que nacen de mí, porque contigo he compartido muchas cosas (¿Por qué no hay día de los hermanos? ¡Objeción!) Y también he aprendido otras tantas

Me siento feliz al ver que por fin luchas por encontrarte a ti misma, que has madurado, que tienes una perspectiva diferente de la vida y también me siento feliz y orgullosa de que seas “mi gato pachón”… a tu salud mi nekito por los años que aún nos tocan compartir juntas

En fin, por todo éso y más… 

Merci Petit

“Era una tarde silenciosa y agitada, más, en esos momentos, el crepúsculo desgarraba con violencia el cielo, haciéndolo sangrar. Fue la pequeña voz a mi lado la que me hizo reaccionar 

-Seimei…- 

La persona que había pronunciado mi nombre era un pequeño neko de ojos violetas y una larga y sedosa cola 

-¡¡¡Vamos, Ritsuka!!!- le grité, desesperado 

-No… onegai…tengo miedo…- dijo el pequeño, deteniéndose y obligándome a ir a su lado… no sin antes conmoverme, claro (¿Quién podía resistirse a esos ojitos inocentes?) 

-Vamos hermanito, no tienes por qué, yo estoy aquí… aparte venir conmigo es lo que querías, ¿No? ¡Venga! Ya hemos llegado demasiado lejos y no podemos retractarnos ahora…- le expresé, convincente, y un tanto apurado, pues lo que más deseaba era llegar ya a mi destino 

-Gracias hermano…- me respondió el pequeño, con una sonrisa de oreja a oreja… a veces podía ser tan meloso… 

-No hay de que…- le respondí finalmente, comenzando a caminar Ritsuka se aferró con fuerza a mi mano y yo sabía la razón, o creía saberla: no solo el haber abandonado nuestro hogar le aterraba si no también el hecho de que, como había mencionado con anterioridad, la academia no lo pudiese admitir, y ahí si nos veríamos en problemas… yo necesitaba entrar a esa academia para perfeccionarme como sacrificio y no me podía permitir ser rechazado.  

Ritsuka, por su parte, no podía regresar a casa pues nuestra madre le había advertido que, si se iba conmigo, no pensara en volver… era extraño que ella hubiese dicho éso, pero, para ser sinceros, desde que había visto la carta que Ritsu me había enviado hacía unas semanas, había cambiado mucho: Su carácter se endureció, a mi me miraba con lástima y melancolía, y al pobre de Ritsuka, mi adorado hermanito menor, lo golpeaba hasta por respirar… realmente esa fue la razón por la que lo traje conmigo 

Me percaté de que Ritsuka pensaba algo, pero no supe qué. Sin embargo, la seriedad en su rostro y la tristeza de sus orbes me reveló que no se trataba de algo muy positivo 

= POV Ritsuka= 

-Aun soy muy pequeño para el mundo exterior… mi hermano es lo único que tengo y si…-

= End POV Ritsuka= 

Me percaté de que Ritsuka salió de su mundo cuando sintió que me detuve (creo que el jalón ligero que dio su brazo se lo indicó). Ritsuka alzó su rostro, un tanto enfadado (me da risa verlo así) pero pronto sus orbes violáceas se abrieron de asombro, más yo sabía por qué… el edificio que tenía enfrente debería de parecerle enorme 

-Ani-ue, aquí…- 

-sí- respondí, hincándome a su lado- aquí es la Academia de las Siete Lunas…- 

-Es horrible…- expresó Ritsuka.

Me percaté de que ésto lo dijo recorriendo, uno a uno, aquellas piezas grotescas que daban aquel lúgubre decorado. Ritsuka se abrazó a mí, hundiendo, en el proceso, su rostro aterrado en mi pecho (se que aquello lo hacía sentir seguro y, como buen hermano, yo estaba obligado a darle aquel cobijo que tanto me reclamaba y que yo le proporcionaba no sin cierta hostilidad… los sentimientos no se me daban, y, para ser sincero, no me importa que sea mi hermano, me siento incómodo, pero creo que aún es muy pequeño para que lo pueda entender a la perfección) 

-Vamos Rit, solo es la fachada, créeme, es mucho más bella por dentro…- le dije, tratando de reconfortarlo 

-¿Enserio?- preguntó el pequeño, con ese brillo inocente en la  mirada, pero, claro,  sin apartar la vista de mí 

-Sí- respondí, deteniéndome por un momento y  dándole una suave caricia en la nuca- he venido aquí muchas veces, sé lo que te digo…- aquellas últimas palabras lo dije por lo bajo pues no quería que Ritsuka comenzara a hacer preguntas… sería mi hermano y lo que los dioses quisieran, pero éso no lo eximía de mi enojo, y vaya que ese neko era especialista en sacarme de mis cabales 

-Pero- expresó Ritsuka, caminando a mi lado- ¿Y si no me aceptan? 

¡¡¡¡Aghhhhhhhhh!!!! Como odié esa pregunta… ¿Por qué los niños eran tan complicados?  

Como sea, me di cuenta de que aquel pensamiento aún perturbaba a mi hermano, así que le acaricié la oreja izquierda (¿qué? Es mi hermano y puedo tocarle las orejas si se me da la gana) y con firmeza, pero a la  vez con ese tono dulce que tanto lo reconfortaba, pero que a mí me fastidiaba hasta la médula, le respondí, mientras lo obligaba de nuevo a caminar a mi lado 

- Lo harán Ritsuka, confía en mí… 

-No quiero que me separen de ti- sollozó el pequeño 

Si hay algo que odio en este mundo, aparte de la ineptitud, son los sollozos, o llanto, y el de mi hermano no era la excepción… ¿Por qué debía llorar por todo? ¿Por qué era tan apegado a mí? ¿Acaso algún día dejaría de ser tan sensible? 

Me acordé de un dicho que siempre decía mi padre: “La inocencia es un defecto que se quita con la tortura”. Mirando a Ritsuka me di cuenta que tenía inocencia en exceso y tal vez una tortura no le caería mal… pero no me atrevía, ni lo podía permitir… nadie puede hacerle daño a mi hermano, excepto yo 

Noté que Ritsuka me miraba con esos ojos puros que posee y, fastidiado de sus lagrimitas, le dije, que nunca nos separarían (tal vez más adelante, cuando creciera, es el proceso natural, pero no por ahora) y que ya no pensara en eso (no me importaba que siguiera pensando, si no que, de repente, y como era su costumbre, comenzara a bombardearme de preguntas) 

Ritsuka, aunque de mala gana, me siguió hasta aquella puerta que, aunque cerrada, nos invitaba a entrar… realmente no era la gran cosa: Era grande, de madera, con un acabado gótico y con una enorme garra plateada de dragón como timbre...era lúgubre, y simple, pero combinaba perfectamente con todos aquellos que vivían en su interior 

Noté que Ritsuka se estremeció al oír como aquella pieza de plata se estrellaba contra la puerta. No pudiendo hacer otra cosa mejor, y queriendo evitar que mi fastidioso hermano comenzara a lloriquear, le dije que se tranquilizara y le esbocé una sonrisa un tanto falsa (no soy afecto a sonreír) pero lo suficientemente “franca” como para que se sintiera reconfortado (aquellas leves señales de lagrimeo ya no estaban en sus ojos) 

-Contraseña…- La voz que se escuchó del otro lado sobresaltó al pequeño neko, no solo por lo repentino, si no también porque la había identificado como femenina (Ritsuka jamás había escuchado alguna otra voz femenina que no fuera de nuestra madre) 

- Solsticio solar…- 

Ritsuka abrió sus ojos, sorprendido y asustado, cuando aquella pesada puerta se abrió. El chirrido que dio al abrirse provocó que el pequeño cubriera sus orejas con sus manos. Sus ojos se clavaron instintivamente en la chica que lo miraba, curiosa 

-Seimei, pero qué…- 

-No te incumbe, Nagisa- respondí, molesto- Viene conmigo… (Nagisa podía ser muy inteligente, pero tenía una bocaza…) 

-En ése caso, síganme los dos…- atinó a decir, por fin Ritsuka y yo la seguimos y, conforme avanzábamos, pude percatarme de la mirada de terror que Ritsuka le dirigía a ese mundo tan desconocido para él 

-Estoy contigo hermanito- le dije- no temas, nada va a pasarte, me moriría antes de éso…- (seguramente…) 

-Pero tampoco quiero que te pase algo por mi culpa- expresó el menor, en un ligero puchero 

Aquella cara me hizo reír pero en verdad que tuve que hacer un esfuerzo enorme para no dejar salir mis emociones frente a él. 

-No te apures, nada va a pasarnos… Nagisa nos llevará a una sala en donde estaremos un ratito hasta que nos llamen, ¿de acuerdo? (¿Uh, pero que buen hermano soy, verdad?) 

-¿Llamarnos? ¿Para qué?- expresó Ritsuka, temblando 

Me di cuenta que mis palabras, lejos de tranquilizarlo, le habían provocado una crisis nerviosa. Me percaté de que el ojo escurridizo de Nagisa nos miraba así que no me quedó de otra: Cargué a mi alterado hermano en brazos (me gané que se aferrara con fuerza a mi cuello, aghhhhhhhhh, como ¡¡¡¡¡odié eso!!!!!) y, jugando con su nariz, le dije, viendo la clara tranquilidad que le proporcionaba al tenerlo de tal forma (Ritsuka siempre ha sido un miedoso de primera)

“Para presentarnos y un montón de otras cosas, pero déjame hablar a mi, ¿Sí? Tú solo escucha…” 

-¡Hai!, te lo prometo- respondió el pequeño 

-Chicos, ya hemos llegado, por favor tomen asiento…- interrumpió Nagisa, que había escuchado todo (a veces quisiera…) 

-Gracias Nagisa- expresé, un poco mas “amable” (¡¡como no!!) 

-Ah, por cierto, están por llegar más “invitados” así que lo más seguro es que pronto tengan compañía- dijo la chica, mofándose de mi aparente incomodidad (ya me las pagará la muy maldita…) 

-¿Pero ellos por qué vendrán solos?- preguntó Ritsuka, curioso (éso y que sea mi hermano son sus peores defectos) 

-Por que ellos ya conocen el camino, si me permites…- lo interrumpió Nagisa (y no la culpo por ello, Ritsuka casi siempre suele tornarse I-N-S-O-P-O-R-T-A-B-L-E) 

Ambos observamos salir a Nagisa y agaché el rostro… sabía que ellos llegarían solos porque no tendrían compañía… a mí Nagisa me había recibido por órdenes de Ritsu, y por que éste se había enterado de que traería a un “intruso” 

=POV Ritsuka= 

-Creo que la hice enojar- pensó Ritsuka, creyendo que la tristeza de su hermano se debía a aquella chica- gomen hermano…. 

=End POV Ritsuka= 

La disculpa de Ritsuka me tomó por sorpresa 

-No tienes por qué disculparte Ritsuka, así es su carácter- respondí, un tanto confuso (Recordé que Nagisa me había dicho que Ritsu no me permitiría estudiar con aquel chiquillo que pensaba traer pues solo estorbaba) 

-Pero eres mi hermano- pensé- y no iba a dejarte, y no solo porque mamá ha cambiado y temo te dañe, si no porque eres lo único valioso que tengo, y si estuvieras lejos, el saber que pudo haberte pasado algo por mi culpa y por no haber cuidado como era debido de ti, me atormentaría por el resto de mi vida…- (waaaaaaaaaaaa bueno ya ven que puedo ser patético de vez en cuando, pero es mi hermano y como enfadarse con él con esos ojitos tan lindos que tiene…) 

Tuve que salir de mi encierro mental cuando me percaté de que mi hermano, curioso como lo era su naturaleza, había comenzado a explorar el lugar (de verdad que odio que haga éso… ¿Por qué a veces no se sabe comportar? ¿Por qué todo le causa curiosidad?) 

-¡¡¡Rit-chan, ten cuidado!!!- recuerdo que le grité cuando Ritsuka estuvo a punto de chocar contra una de las estanterías (aunque lo admito, hubiera sido gracioso…) 

No teniendo más remedio (no fuera que Ritsu me fuera a cobrar algo y créeme que Ritsu no cobra con dinero…) me levanté de mi lugar y fui al lado de mi hermano 

-Ven, vamos a sentarnos…- le dije, tomándolo de la mano 

-Pero me aburro…- expresó el pequeño neko 

-Solo será un momento…- le dije, comenzando a desesperarme 

Ritsuka no pudo evitar dibujar una cara de inconformidad al sentarse en aquel “aburrido” sillón de negra piel. Me percaté de éso y, tratando de distraerlo, le dije, sacando mi móvil del bolsillo de mi pantalón de mezclilla: 

-Toma Rit-kun, con ésto te distraerás un buen rato…- 

Ni tardo ni perezoso el niño tomó lo que le ofrecía 

-Por lo menos así estará quieto unos momentos- pensé, mientras permitía que mis ojos se fueran cerrando lentamente

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- Ritsu…- -¿¿Mmm?? El rubio ni siquiera se molestó en alzar la mirada 

-Eh… Seimei ya está aquí…- respondió Nagisa, nerviosa 

-¿¿Qué??- expresó Ritsu, alzando la vista y clavando sus orbes en las de la chica que lo miraba, inquieta 

-Llegó hace unos minutos…- 

-¿Por qué no me lo dijiste en ese momento? 

-Es que pediste que nadie te molestara y creí que sería una imprudencia…- 

-Bueno- respondió Ritsu, ya más calmado, y levantándose de aquel sillón rojo- es bueno ver que acatas mis órdenes, pero, cuando sea algo importante te pido que me lo comuniques en ese instante… 

-Hai…- 

-¿Trajo a ése “invitado”?- 

-sí pero…

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Instintivamente abrí los ojos  y, al hacerlo, el desconcierto se dibujó en ellos: La habitación ya no era la que yo había dejado antes de haberme dormido: había dos individuos más, un rubio y otro pelinegro, ambos con orejas y cola.  

-Rit-kun…- 

Pude notar que los tres se sobresaltaron al oír mi voz (jajaja, adoro que me pongan atención) 

-¡¡¡Ani-ue!!!- gritó el pequeño, abalanzándose, feliz, sobre mí- ¡¡Ya despertaste!! 

-Pero que…- expresé, un tanto molesto (me arrugaba la camisa) 

Aquel rubio, que al parecer comprendió mi sobresalto, se levantó del asiento y, de muy educada manera, tomó la palabra 

-Perdone que no le hayamos despertado, pero el joven Aoyagi dijo que…- 

-¡¡¡RITSUKA AOYAGI!!!- grité, enfadado- ¿Cuántas veces te he dicho que no reveles información personal a desconocidos? 

-¡¡Pero no son desconocidos!!- se quejó el pequeño- Él, señalando al pelinegro, es Nisei, y él, señalando al rubio, es Soubi…- 

-Agatsuma Soubi…- respondió el rubio 

Nisei no objetó nada… al parecer la introducción que había dado el chibi le bastaba 

Suspiré… vaya que ese niño era imparable 

-Bueno- dijo Ritsuka, ya más calmado- él es mi hermano, Seimei Aoyagi y… 

-¡¡¡RITSUKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!- grité (por fin había logrado su cometido: sacarme de mis cabales) 

-Jajaja pero que inu tan histérico eres…- 

Apenas oír éso, volteé a ver a ese tal Nisei. Mis orbes se clavaron en él, anonadado (pero de furia, no se crean) 

-¿¿¿Disculpa???- le pregunté, exigiéndole respuesta 

-Que eres un inu histérico… ¿Y, aparte, sordo?- expresó Nisei, con una sonrisa maliciosa en su rostro 

-Te voy a enseñar a…- 

-¿¿¿INTERRUMPO??? 

Ritsuka volteó al oír esa voz tan fría. Soubi, Nisei y yo hicimos lo mismo.  

-Ritsu…- murmuré, un tanto sorprendido (no pensé que lo fuera a ver hasta en ese instante) 

-Vaya- prosiguió el pelilila- veo que sí hiciste lo que dijiste, Seimei…-

Ritsuka cerró los ojos cuando la mano de aquel adulto tocó su rostro. Dejé escapar un suave gruñido que todos advirtieron, más nadie dijo nada (me molesta que todos se den cuenta y que no digan nada… ¿Cuál es su maldito problema? ¿Por qué tienen que ser tan hipócritas?) 

-No te enfades, Seimei…- me dijo Ritsu, divertido- También tendré tiempo para ti…- 

El comentario no fue de mi agrado (¿Cómo podría?) pero, por el momento, no me convenía decirle nada a Ritsu, pues de ahí podría “tomarse” para rechazar a Ritsuka.  

-¿Y bien? Noté que la forma tan directa en la que decía las cosas asombró a Nisei… lo más seguro era que pensara que era un insolente (y si lo era) pero sonreí al ver su cara de idiota, mirándome (aunque no negaré que tanta fijeza me molestó… ¿Cómo se atrevía a mirarme?) 

-¿Qué cosa?- respondió Ritsu, tomando asiento y mirándome, divertido 

-Ritsu, no te hagas el idiota- le dije, enfadado- Bien sabes a lo que me refiero…- 

Ritsuka, al ya estar libre de Ritsu, corrió hacia mí  y, asustado, buscó cobijo en mis brazos… cobijo que de inmediato tuvo 

-Lo mimas demasiado- le dijo Ritsu, con seriedad- y éso no lo voy a tolerar, ¿entiendes? Sí va a quedarse aquí tendrá que acatar cada una de mis reglas, y la primera es que se vaya independizando de ti… 

Hice un gran esfuerzo para no abrir mis ojos como platos… ¿Éso quería decir que Ritsu no tenía ningún problema en aceptar a mi hermano? 

-Bueno- expresé, sentando a Ritsuka en mi regazo (a veces se me sale el instinto de hermano mayor, no crean que soy así todos los días) - el entrenamiento aún no comienza, pero ten por seguro que acatará cada una de tus reglas… siempre y cuando no te quieras pasar de listo…- ésto último lo enfaticé 

Observé que Nisei dejó escapar una sonrisa al escuchar mi comentario. Soubi, por el contrario, se puso lívido…- ¿Cómo podía aquel chico de hebras oscuras insinuar siquiera algo así?- me imaginé que había pensado el rubio 

-Tranquilízate Seimei- me dijo Ritsu, levantándose de su asiento- Por ahora no tiene ninguna gracia y no hay nada que me pueda atraer de él…- 

Nisei rió más ampliamente al escuchar a Ritsu y al ver mi cara de enfado (ahhh maldito chico engreído) Soubi, por su parte, se quedó sin habla… de seguro no estaba enterado de lo aprovechado que Ritsu podría ser (ya lo averiguaría…) 

-Kisama…- Murmuré de forma baja, pero lo suficientemente fuerte para que Nisei me escuchara (hasta en ese momento no lo supe, pero el maldito me lo dijo después) 

-Si me hacen el favor de seguirme- nos dijo Ritsu, deteniéndose en la puerta- debemos ir a registrarlos para empezar con su entrenamiento lo más pronto posible…


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