Caminas solo bajo la fría lluvia que cae fuertemente, comienza a mojarse tu ropa, tu cabello rojizo. Tu maquillaje que ya estaba corrido por tus lágrimas ahora está completamente borrado, inexistente. Estás mirando al piso fijamente evitando que alguien note tu presencia, aún así... ahí estoy yo... mirándote.
Ruki, voltea. Por favor... Mírame... ¿No me ves? Cariño, a tus espaldas, allí estoy yo... Sufriendo por verte así... Susurro tu nombre y no me escuchas. La indecisión de acercarme o no me está matando... ¿Qué hago? Quiero hablarte pero sé que me rechazarás y me serás indiferente.
- Uruha...- te escucho susurrar.- Uruha...- Nuevamente repites su nombre. No sabes como desearía que mi nombre fuera el que pronuncian tus labios... La envidia me corroe. Será mi amigo pero... Es un idiota... ¡No te quiere!, ¡¿Por qué lo amas tanto!?, ¡No te sabe apreciar!
- Uruha...- insistes, ¿Eh?
- Ruki...- te llamé y ni siquiera me miraste. Caminé hacia ti y tomé tu mentón para verte bien tu rostro. No sabes la pena que me dio ver tus ojos tan rojos por culpa de él, tu rostro tan pálido por ese frío... Lo único que quería era llorar junto a ti... Abrazarte...
No me dijiste ninguna palabra a pesar de que no comprendías qué hacía yo allí, solamente me abrazaste. Me abrazaste aún sollozando su nombre contra mi pecho, yo solamente me limitaba a corresponderte a ese abrazo mientras te acariciaba el cabello dulcemente...
- ¿Por qué no me ama, Reita?... ¿Eh?, ¿Qué mierda le hice como para que me rechazara de esa forma?- me preguntaste.
- Simplemente... Hay amores no correspondidos...- Te susurré al oído simplemente con todo el dolor de mi alma.
- ¿Qué tiene Aoi que no tenga yo?- me preguntaste nuevamente, ignorando mi comentario.- Yo... yo lo amo, Reita...- me dijiste sin dejar de abrazarme en ningún segundo.
- Olvídate de él...- Te dije fríamente. Es lo que debías hacer, pero sabía que no me harías caso. Lo amabas demasiado como para escuchar mis estúpidos consejos inútiles. No me necesitabas.
- N-no puedo...- dijiste separándote de mí.- ¡No puedo! No teniéndolo siempre cerca mío... No...- Era lo que me pasaba contigo. Éramos tan parecidos...
Me acerqué nuevamente a ti, te tomé tus frías manos y te miré fijamente. Logré ver ese sonrojo que aparecía en tu rostro mientras evitabas mirarme. Me pareció una imagen maravillosa. Te sonreí.
- Te amo...- te confesé, de pronto, tu esquiva mirada se clavó en mis ojos. Te había tomado por sorpresa, ¿No?...- Te amo, Ruki...
- R-reita, n-no sab-sabes lo que di-dices- tartamudeaste nervioso pero te silencié con un beso. Nuestro primer beso... Cómo olvidarlo.
El maravilloso roce de labios lograba hacerme sentir en las estrellas. Tú no reaccionabas pero, al sentir el tacto de mi lengua con la tuya comenzaste a continuar con ese beso... Cuánto había añorado aquel día...
Nos separamos y nos miramos tímidamente. No podía creer que me hubiese atrevido... Después de tanto tiempo te había besado finalmente, había sido una pequeña experiencia, pero muy hermosa.
- Ruki...- te dije inseguro, no sabía que decirte.- Yo... Mejor me voy... Imagino que querrás estar solo...- Suspiré cansado y sabiendo que intentarías olvidar ese incidente para volver a concentrarte en tus problemas con tu... amado Uruha.
Caminé tan sólo tres pasos ya que después sentí como una de tus manos heladas tomaba mi brazo para detenerme. Me volteé desinteresadamente a verte, no quería que hablaras, seguramente me dirías cosas hirientes, no quería sufrir más...
Me miraste dulcemente y me sonreíste. Tus brazos rodearon mi cuello para luego atraerme hacia a ti. Nuevamente nos besamos... ¿Era posible eso? Jamás lo había imaginado pero... ¡Que importaba! Tú me besabas y yo te correspondía...
- Ruki...- te dije al separarnos.- Tú... Tú ya sabes lo que yo digo, es decir... Hay amores no correspondidos...- Insistí con mi estúpida frase.
- ...Y amores que fueron hechos para estar juntos- completó él.
- ¿Lo dices en serio?- pregunté dudoso de la respuesta.
- Sí, Akira... Gracias...- Jamás comprendí muy bien aquel "Gracias" pero aún así te sonreí y te besé, supongo que algún día lograré entender.
Y, bueno... tenías razón. Hay amores que no son correspondidos y otros que solamente fueron hechos para estar juntos, tal y como nosotros dos...