Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Que Sientes por yuhakira

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Kishimoto senpai

Notas del capitulo: Disfrutenlo...

-          No se lo que me esta pasando…

-          ¿…?

-          Oye teme, tal vez tu podrías ayudarme.

-          Tengo que irme

-          ¿Te vas… porque?

-          Tengo algo que hacer

-          Quédate un rato mas podríamos hacer algo… ¿No?... ya veo, esta bien.

-          Esta bien solo un rato mas.

Se que ustedes no son las personas adecuadas para hablar algo como esto, pero no hay nadie mas acá verdad.

–        Oye no me ignores, aquí estoy yo.

–        Supongo que si dattebayo.

–        Supones.

Quisiera hablar con el enserio, pero en algún momento deja de escuchar dattebayo. Quiero… siento vergüenza al decirlo, esto es diferente a todo lo demás. El palpitar en mi corazón; el sudor en mis manos; la dilatación de mis pupilas; el cosquilleo en mi estomago; el temblor de mis extremidades. No se ha que se debe todo esto. Nunca lo había sentido.

–        Dobe ¿puedo ayudarte?

–        Estas seguro de que puedes hacerlo.

–        Por que no podría, quien crees que soy.

Hace unos días empecé a descubrir cuando sucedía todo esto. Fue en la misión en la que tuvimos que cuidar un VIP. Tres noches. Mis peores noches. No logre dormir, sude toda la noche, compartimos la habitación mientras el príncipe arreglaba unos asuntos.

–        Quieres hablar de eso.

–        No… crees que deberíamos.

–        Si tú quieres.

No lo hemos hablado, las palabras no salen. Tátara reo, sudo, hago muecas, rió exageradamente, y por ultimo… lo ataco. Nunca se molesta, pero me mira raro

–        Últimamente pasa algo raro con tigo.

–        ¿Con migo?,

–        Ves a alguien más acá.

–        N… no dattebayo.

–        Desde cuando tan tímido usuratonkashi.

–        Teme.

–        Dobe.

Hoy vino a verme. No se que hace aquí. Simplemente se ha sentado al otro lado de la mesa a mirarme. Ha empezado hacerlo desde hace unos días, viene todas las noches y luego se va ¿por que te vas?

–        ¿Qué haces?

–        ¿Ha?

–        ¿Qué escribes?

–        Nada importante.

–        Mi papel te queda muy mal.

–        ¿Ha?

–        Soy yo quien acostumbra a responder con monosílabos. Ahora solo espero no ser tan desesperante como tu.

¿Monosílabos?, si lo se, pero no se que decir, se supone que voy a decirle que escribo acerca de lo que siento cuando esta cerca. Una sonrisa de lado se dibuja en su rostro. Por que tengo que sonrojarme. Humedece los labios sin dejar de mirarme. Mi corazón parece salirse de su lugar

–        No quieres hablar.

–        Si… es solo que.

–        Me voy.

–        ¿Te vas?

–        No quieres hablar… para que debería quedarme.

–        Quédate un rato mas podríamos hacer algo… ¿No?

–        ¿Qué más podríamos hacer?

–        …Heee

–        Te veo mañana,… o… si quieres puedo traer algo para la cena.

–        … Si… digo por que no, que sea ramen.

–        De pronto, no te prometo nada.

Se acerca a mí, tapo la hoja con las manos. Toma mi rostro y me mira directo a los ojos. Se acerca… ¿y si mi corazón deja de latir? Sus labios besan mi mejilla.

–        No se que pasa contigo usuratonkashi, pero últimamente estás muy raro.

Raro yo, es el quien se despide con un beso dattebayo.

            Ha salido, corro a la ventana y veo como su imagen se desvanece en el horizonte, los síntomas de antes desaparecen. ¿Es correcto que se los diga a ustedes? La primera noche acaricio mi espalda. Los síntomas dejaron de ser síntomas para convertirse en delirios. La segunda noche rodeo mi cintura con sus brazos

–        Estas dormido dobe –

Las palabras no salieron, respirar se convirtió en una odisea

–        Parece que si –

No, no estaba dormido. La tercera y última noche.

–        Oye dobe tengo frió, no te lleves todas las cobijas… acércate.

Acércate…

–        Supongo que de nuevo estas dormido –

Beso mi cuello y se acerco. Cerré fuerte mis ojos… Que sucedió esa noche dattebayo.

–        Oye dobe no hubo ramen.

–        Entonces que me trajiste… espera ¿ya es tan tarde?

–        Parece que de nuevo eres tú.

–        Que me trajiste dattebayo.

–        Algo de arroz, carne y vegetales… ¿ya avanzaste algo en lo que estas escribiendo?

–        No… no he logrado nada, creo que soy malo escribiendo, no se por que lo estoy haciendo.

–        Debería prender la luz.

–        No la prendas… me gusta así.

–        Y sobre que escribes.

–        Sobre algo que he sentido últimamente, nada que te interese teme, no creo lo entiendas.

–        Cuéntame y lo comprobamos.

–        Pu… pues… lo que pasa… jajaja… ¡no me lo creerías dattebayo!… eres un teme.

De nuevo, revoloteo mis manos frente a mi cara, y rió exageradamente. Se sienta de nuevo en el banco al otro lado de la mesa, sirve los platos y empieza a comer, lo imito, hubiera preferido el ramen un millón de veces dattebayo. El silencio se apodera de la habitación, el lápiz permanece en mis labios, mi mirada se dirige a la luna. Una sensación de calma inunda el ambiente, cierro los ojos y dejo que el viento que entra por la ventana refresque mi rostro.

–        Vas a escribir algo más o me dirás lo que te pasa.

El viento golpea sobe mi rostro y escucho su vos en medio de la noche, respiro hondamente y acaricio mi cuello, saco el lápiz de entre mis labios y volteo a verlo, sus cabellos brillan en medio de la noche y su mirada se pierde en la oscuridad, humedece sus labios y la claridad de la luna brilla sobre ellos. Cierro de nuevo los ojos dirigiendo mi rostro a la luna.

–        El palpitar en mi corazón; el sudor en mis manos; la dilatación de mis pupilas; el cosquilleo en mi estomago; el temblor de mis extremidades. No se ha que se debe todo esto. Nunca la había sentido. Sabes lo que significa dattebayo… yo no lo se.

–        Creo que se lo que es.

–        Como podrías saberlo… acaso lo has sentido.

–        Estas enamorado.

Enamorado, así se siente estar enamorado… Lo dije, a veces puedo ser bastante valiente no creen.

–        Como sabes que es eso dattebayo.

–        Algunas ves alguien me dijo, que si estabas enamorado el mundo podría caerse a tu lado y no te darías cuenta.

–        El mundo no se ha caído,… tú has sentido algo así.

–        ¿Qué si he estado enamorado?

–        Si… ¿te has enamorado dattebayo?

–        No estoy seguro, pero he sentido lo que tú dices que sientes.

–        Hoy estas muy conversador.

–        Lo se.

–        Por que dattebayo.

–        No se.

–        Que haces acá.

–        Hay algo que me gusta sentir… ¿de quien estas enamorado?

¿De quien?, de quien mas podría estarlo. De la persona que se preocupa por darme de comer algo que no sea ramen. Del hombre que camina a mi lado sin pronunciar palabra, pero que cuando cae la noche se deja llevar por sus pensamientos. Del hombre que me beso en el cuello la semana pasada creyendo que dormía

–        Prometes guardar el secreto dattebayo.

–        Si.

–        Pero dime que es lo que te gusta sentir estando aquí.

–        Creo que lo sabes.

–        No lo se dattebayo, dímelo, me gustaría escucharlo.

–        Es difícil describirlo… por que no me dices tu de quien estas enamorado.

–        Eso es trampa dattebayo, anda dilo que tan malo puede ser.

–        Nunca dije que sea malo.

Es verdad, nunca dijo que fuera malo, no espero que lo diga, el hecho de estar conversador no significa que diga lo que siente así como así, creo que para eso necesita más que tiempo. Se levanta de su silla y permanece de pie a mi lado

–        Creo que ambos sabemos la respuesta.

–        De que hablas, como que sabemos la respuesta.

–        Hum…

Se arrodilla frente a mí y sus ojos se clavan en los míos, toma mi mano y le da un beso, creo que ha esto se refiere con eso de que si el mundo se cayera a tu alrededor no te darías cuenta. En mi mente solo se encierra la sensación de bienestar, a pesar de que mi corazón parece no soportarlo por que camina lejos de la razón. Se que mi sonrojo es visible aun en la oscuridad que me rodea, pero puedo ver su rostro tan claramente que un ángel quedaría pequeño a su lado, suelta mi mano y se recuesta sobre mis piernas.

–        Todavía no sabes de lo que te hablo.

–        Creo que empiezo a entenderlo, pero por que dattebayo.

–        Por que… no lo se como podría saberlo, solo se que no podría sentirme mejor.

–        Te apuesto a que si puedo acerté sentir mejor.

–        Como la harás.

Levanto su rostro y junto mis labios a los suyos, lo beso y me corresponde, suavemente se va levantado hasta quedar a mi altura. El temblor es remplazado por el placer que sus labios me otorgan, no se por cuanto tiempo los he deseado, solo se que ahora que los tengo no estoy dispuesto a dejarlos ir. Se separa de mí y se abrasa a mi cuello.

–        Gracias.

–        No tienes por que dattebayo.

Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro, si esto es estar enamorado, entonces lo estoy. Me separo de su abrazo, lo tomo de la mano y voy hasta la habitación.

–        Hoy no te iras, hoy te quedas conmigo.

–        Pensé que jamás lo ibas a pedir.

–        No te lo estoy pidiendo… es una orden.

Ríe mientras vuelve a besarme, lo recuesto en la cama, no permitiré que sea el quien mande aquí, no señor, beso su cuello mientras sus manos me despojan de la ropa que tengo, el beso se hace desesperante, quiero saborear todo de el. Me detiene y vuelve a reírse, toma mis brazos y cambia súbitamente de posiciones, me apresuro a quitarle la ropa. Su cuerpo es mas que perfecto y hermoso, es mió, solamente mío. Acaricio su pecho mientras despedaza mi cuello, vuelve a mis labios y los muerde, suelto un pequeño gemido, baja hasta mi pecho y muerde cada una de mis tetillas, acaricio sus sedosos cabellos y otro gemido sale de mis labios.  

Esto va mal, lo volteo y vuelvo a quedar sobre el, acaricio su pecho… su abdomen, tomo su miembro entre mis manos y siento su respiración agitada chocar contra mi cuello. Ahora mas que nada se que se siente aun mejor que hace unos minutos. Me agacho a besar su pecho, deslizando mi lengua delicadamente por la línea de su abdomen me detengo en su ombligo y juego un poco con el, su cuerpo se estremece debajo de mi dattebayo, llego hasta su miembro y recorro su longitud con mi lengua, sus caderas se mueven pidiéndome que no lo haga esperar, se esta desesperando dattebayo.

Lo introduzco en mi boca, y empiezo a succionarlo con suaves movimientos, pronuncia mi nombre roncamente y aumento la velocidad, como no excitarme cuando la vos de un orgulloso Uchiha me suplica por más. En unos minutos su miembro suelta un éxtasis directo a mi boca, lo bebo todo como el majar que he esperado por noches. Voy hasta su boca y lo beso, su respiración aun es agitada y su cuerpo tiene una pequeña capa brillante haciéndolo aun mas hermoso de lo que ya es.

–        Quieres más dattebayo – le digo al oído, como un susurro – dime quieres…

–        Deja que yo lo haga.

–        No…

Vuelvo a besarlo, estos labios se vuelven como el agua, los necesito para vivir, antes viví sin imaginarme la importancia de su existencia, pero ahora que los he probado no imagino vivir sin saborearlos a cambio de un poco mas de vida dattebayo. Vuelve a cambiar posiciones bruscamente y baja hasta mi miembro que aun no ha llegado al límite lo besa por unos minutos. Levanta la mirada y me sonríe, toma mi mano y me sienta frente a el, suavemente voltea mi cuerpo besando mi nuca y mi espalda mientras con su mano masajea mi miembro. Cuando estoy completamente arrodillado recorre mi espalda con su lengua, me estremezco por la sensación tan placentera curvando mi espalda hacia atrás. Su boca besa mi cola y su lengua llega a mi entrada, lubricándola y dándome un placer que esta fuera de cualquier límite. Cuando estoy completamente lubricado se recuesta en mi espalda volteando mi rostro, un beso casto es depositado en mis labios.

–        Dime si te duele.

Asiento con un movimiento de cabeza. En unos segundos siento como su miembro se abre paso en medio de mis nalgas, el dolor no se hace esperar cuando empieza a penetrarme. Ya completamente adentro se detiene, trato de acostumbrar mi cuerpo al intruso, empiezo a mover mis caderas y el dolor empieza a transformarse en placer. Las embestidas comienzan, aun tiene mi miembro entre una de sus manos y lo presiona a medida que las embestida se hacen mas fuertes. Los gemidos por parte de ambos inundan la habitación. Pronto toca el punto donde llego al límite, mi esencia corre por la longitud de mi miembro hasta derramarse en sus manos, el orgasmo me hace aprisionar su miembro dentro de mí, me toma por el cuello y apreta mi cuerpo contra el suyo mientras un gemido ronco sale de sus labios cuando se corre dentro de mi. Su respiración choca contra mi mejilla, me tiro en la cama con el aun encima mió, resbala su cuerpo a un lado de la cama, volteo a verlo y aprisiona mis labios.

–        Hoy has ganado dattebayo… mañana no será tan fácil.

–        No espero que lo sea.

Paso mi brazo por debajo de su cuello y lo acerco a mí, posa su cabeza en mi pecho y empiezo a recuperar el ritmo, levanta la mirada y un último beso antes de cerrar los ojos.

–        Antes estando aquí me sentía lleno de paz, pero ahora estando abrazado a tu cuerpo me siento amado.

–        Te dije que podría hacerte sentir mejor dattebayo.

–        Ya lo creo

El silencio se apodera de la habitación, ambos hemos caído ya en los brazos de Morfeo.

Se que no debí contarles esto, pero era la excusa perfecta para aclararle a mi mente que estoy enamorado, que los síntomas que venia sintiendo y que ahora se han intensificado, son causa del amor que le tengo al teme y que el me profesa de la misma manera dattebayo. Les he contado un secreto… espero me hagan el favor de guardarlo.

Notas finales:

Me ha Gustado mucho.  Es un estilo un poco diferente... Espero les guste igual...

Besos y Gracias por leer 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).