Recuerdo cuando te vi postrado en esa cama. No te vi la cara, no lo pude hacer. Cogí tu mano, la sujete fuertemente, la pase por mi mejilla y luego la besé. Jamás pensé sentir tanto miedo, tanta angustia, tanto dolor. El temor de no volverte a ver nunca me invadía haciéndome tiritar como un niño pequeño. No te quería perder, no te podía perder. Por fin, mire tu cara, seguía tan perfecta, tan única como siempre, esa era la belleza de la que me enamore y de la que sigo enamorado. Me eché a tu lado, acomode tu cabeza en mi pecho, te susurre un te amo y me dormí abrazado a ti sin pensar que esta sería la última vez que lo haría.
Ahora estoy aquí... sentado en la cama donde vivimos tantas cosas juntos. Derramando lágrimas, únicamente por ti. Apuesto que si estuvieras aquí te reirías, incrédulo, por verme llorar. Yo el frío, controlador, egocéntrico e incapaz de decir un Lo siento, ahora estaba convertido en una persona dócil, débil y capaz de hacer hasta lo imposible por verte otra vez. Ni pensar que perdí 8 meses de mi vida para compartirla contigo, por una pelea estúpida hecha por nuestro orgullo... no, mi orgullo. Todo fue mi culpa por no pedir unas disculpas. Ahora podríamos estar riéndonos del pasado, agarrados de la mano, sintiendo nuestro amor.
La noticia de tu muerte me llegó como un balde frió de agua en una mañana de invierno. Al principio no exprese dolor, pero sabía que pronto saldría. Mi felicidad terminó al verte en aquel cajo, quieto y silencioso te encontrabas. No parecías tú con aquella sonrisa encantadora, energía incansable e hiperactividad en cada situación que se te presentaba. Mi mundo se derrumbo al saber que ya no estarías presente, que desde ahora tu cuerpo sólo lo tendría la tierra, devorando tu suave piel y dejando solo polvo pasado el tiempo, haciéndote parte de ella, haciéndote parte de un vació sin fin.
Recuerdo los momentos que pasamos juntos, pero no puedo ver tu cara como cuando solía contemplarla al amanecer. Esta vez quiero verte, por más que lo intento, mi mente no cede. ¿Podría ser que realmente te llevaste todo los buenos recuerdos que tenía? ¿O es que sabes el sufrimiento que me causa extrañarte y por eso haces que me olvide yo de ti?... Sabes que eso es imposible, pero yo sé que tu solo quieres que sea feliz. Te pienso otra vez... Ahora, logro ver tu cara. Una mueca de "Recién te das cuenta" se posa en tu cara, es que ya te conozco tanto que con solo ver tu cara podré saber que has de decir.
Salgo de mi casa, corro con el viento chocando mi piel, los pájaros cantando, los niños jugando y la respiración agitada que hago, ya que después de todo no he salido hace tiempo a correr.
Han pasado 2 años, y a pesar de haber visualizado, nunca lo vi, parece que recién te he visto venir.
Después de mucho, por fin comienzo a sentir, por fin comienzo a sentir, por fin.... Te siento aquí.