Capítulo 2: The First Kiss
De pronto un gran gruñido salió del estómago de Kankuro, lo cual delataba que tan hambriento estaba. A Shino tan solo le resbaló una gota por la cabeza.
- Hmmm... quieres ir a comer Shino?? Es que como te habrás dado cuenta tengo mucha hambre... – dijo el moreno entre risas y timidez.
- Claro... –respondió el chico de gafas.
-Bueno...entonces vamos... –Dijo Kankuro saliendo de la habitación dando a entender a Shino que lo siguiera. Salieron del hotel y empezaron a caminar buscando algún lugar donde comer... –Oye, Shino... sabes dónde queda ese puesto de ramen del que tanto habla ese rubio hiperactivo???... – Preguntó el moreno.
- Sí... –Contestó Shino riendo para sus adentros. Se adelantó un poco, guiando a Kankuro hasta el puesto de ramen Ichiraku... –Llegamos... – Dijo el pelicafé parándose frente al restaurante.
-Genial... me estoy muriendo de hambre... – Dijo Kankuro sentándose en una silla y haciendo una señal para que Shino se sentara a su lado... – Ven siéntate....... Por favor dos platos de ramen!!!... – Gritó el moreno y en un momento dos tazones aparecieron frente a cada uno... – Itadakimasu!!!... – Dijo Kankuro con emoción comenzando a comer rápidamente. Shino sólo empezó a comer silenciosamente y de vez en cuando miraba de reojo a ese ángel que tenía a su lado. Kankuro comió varios tazones de ramen, pero no más que Naruto obviamente. Al sentirse complacido, se relajó y soltó un gran suspiro manifestando que estaba satisfecho. Al contrario de Kankuro, Shino no había comido mucho, él estaba mucho más interesado en ver comer a ese ángel que tenía a su lado. Al momento de pagar el moreno sorprendió a Shino... – No te preocupes yo pago por los dos... – Dijo el titiritero.
- Pero... – Reprochó Shino.
- Ya te he dicho que no te preocupes... – interrumpió Kankuro a la vez que pagaba al dueño de Ichiraku. Luego se dispuso a salir del lugar, dejando a Shino totalmente frío... – Vienes?... –Preguntó Kankuro al pelicafé mientras lo regresaba a ver con una sonrisa.
- S-sí... – respondió Shino un poco desconcertado. Ambos caminaban por la calle, uno al lado del otro en total silencio.
- Todavía no quiero regresar al hotel... así que... qué quieres hacer?... –Cuestionó Kankuro.
- No sé... lo que tú quieras... – Contestó Shino.
-Bueno, pues... vamos a caminar al bosque... – Dijo el titiritero.
-Que romántico... – Dijo el pelicafé en modo de burla.
-No seas tonto Shino... o que, tienes miedo?? Porque si es así no tienes de que preocuparte, no voy a violarte... – Contestó Kankuro siguiéndole el juego y brindándole una sonrisa pícara y un poco lujuriosa.
-Entonces vamos... – Dijo el ninja de Konoha, no pudiendo esperar más para poder caminar a lado del ser que más quería. Y así ambos se adentraron en el bosque. En el camino iban platicando de varias cosas. Kankuro preguntaba y Shino respondía de manera simple como siempre. A medida que hablaban el pelicafé se abría un poco más y se expresaba con más soltura. Después de un rato de caminar se sentaron a los pies de un árbol para seguir con su plática. A medida que hablaban Shino iba aprendiendo más cosas sobre esa persona especial y le parecía cada vez más hermosa. Kankuro también iba conociendo un poco más a fondo al pelicafé y se iba interesando más en él.
-No me había dado cuenta pero Shino es bastante atractivo, tiene un perfil muy lindo y esas gafas que esconden sus ojos y lo hacen tan misterioso....... Espera Kankuro en qué estás pensando?? Si sigues así estarás contradiciéndote y terminarás violando a este pobre chico... pero... es que es tan bello y no puedo dejar de observarlo, tal ves si me gusta un poco.
-Kankuro??... – Preguntó Shino interrumpiendo los pensamientos del moreno.
- Si... qué ocurre?... – cuestionó Kankuro.
-Creo que será mejor que regresemos, porque está empezando a oscurecer... – dijo el pelicafé.
-Qué?? Tan rápido?? – preguntó el titiritero sorprendiéndose de que el tiempo haya pasado tan rápido... – pero si apenas hemos empezado ha hablar
-Hemos estado hablando por 4 horas, si no es más... – dijo Shino
-Tanto tiempo?? Bueno... entonces vámonos... – dijo Kankuro levantándose y extendiendo su mano hacia Shino para ayudarlo a levantarse. Con este acto hizo que las mejillas del pelicafé se tiñeran de un color carmesí que a Kankuro le pareció encantador e hizo que en el interior, el moreno se estremeciera. Al final Shino tomó la mano del titiritero y se levantó. Así ambos caminaron de regreso al hotel. Kankuro tan solo pensaba en ese sentimiento que ahora lo perturbaba, que lo había hecho ruborizar anteriormente y que lo tenía totalmente confundido. Para el moreno estaba más que claro que Shino le gustaba sobremanera y estaba decidido a ganar su corazón aunque no sabía que el corazón del menor ya tenía dueño y su propietario era Kankuro. Llegaron a la puerta principal del hotel.
-Adiós Kankuro... – dijo el pelicafé dándose la vuelta sin esperar respuesta alguna. Pero en el momento más inesperado Kankuro lo sujetó de la muñeca y le dio la vuelta apegando sus cuerpos. De pronto el moreno depositó un sincero beso en los castos labios de Shino. Este primero se sorprendió sobremanera por aquella acción tan inesperada por parte del mayor, mas después se relajó y respondió a aquel beso rodeando con sus brazos el cuello del moreno. El titiritero empezó a acariciar la espalda de Shino a la vez que introducía su lengua abriéndose paso dentro de la cavidad de su pareja. El pelicafé movía tímidamente su lengua tratando de explorar la boca de su amado. Kankuro en realidad sentía como si estuviera en las nubes, como si fuera a salir volando. Su mente sólo pensaba en aquella persona a la que estaba besando. Después de varios segundos se separaron de ese apasionado pero tímido beso para poder respirar y recobrar un poco el aliento.
-En verdad eso fue lo más maravilloso que he experimentado... No hay duda... Shino me gusta... y mucho –Pensaba Kankuro.
-En serio Kankuro acaba de hacer lo que creo que hizo??... en serio me besó??... pero por qué?? Le gusto o sólo está jugando conmigo?? –Eran demasiadas preguntas pero lo que a Shino más le importaba era lo que acababa de pasar con Kankuro, aunque sea por esos escasos segundos Kankuro había sido todo suyo.
-Mmmm... pues creó que nos veremos mañana... hasta luego Shino... – Dijo nervioso el moreno retrocediendo y dándose la vuelta, pero al hacerlo, se golpeó torpemente la frente contra la puerta del hotel provocando que Shino sonriera un poco, pero interiormente se estaba burlando tremendamente de su “amigo”. Kankuro se dio la vuelta hacia Shino sobándose la cabeza y brindándole una sonrisa a aquel ángel de cabellos parados. Luego entró en el hotel dejando al pelicafé confundido pero contento, se podría decir. Después de quedarse un rato parado frente a la puerta, Shino partió en dirección a su casa... -Acabo de hacer el ridículo frente a Shino... De seguro piensa que soy un completo idiota, pero al menos logré sacarle una sonrisa de los labios... – Se decía Kankuro mientras se dirigía a su habitación... –Auch... esto va a dejar marca... – Se decía el moreno aún sobándose la zona golpeada en la cabeza, a la vez que abría la puerta de su recamara....