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QUERIDO PROFESOR por caballero_de_jamir

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Notas del capitulo:

Weno, una larga ausencia

me recuperaba de mi cruda...digo, de mi operación XD

Gracias por sus anteriores reviews XD

 

 

FLASH BACK

En una enorme cama, con sábanas azules, sentado en el borde de esta, observaba a un pequeño rubio dormir mientras acariciaba su mejilla derecha.

-¿No es bellísimo?...Y ahora es mío...sólo mío.- Dijo George. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Sus ojos azules continuaban admirando la belleza de aquel pequeño.

FIN FLASH BACK

 

LA PRIMERA CITA.

Al, Winry y Ed caminaban, como todas las mañanas, a la escuela.

Hacía varios días que iba a terapia con la doctora Hawkeye, una buena amiga del profesor Mustang.

Pensaba que eso era algo tonto al principio, pero ahora se sentía más aliviado. Le había causado una gran vergüenza tener que contarle todo a esa mujer, pero ahora sentía que se había quitado un peso de encima.

Realmente estaba funcionando. Incluso ahora sentía más confianza para decir las cosas a los demás. Aquel incidente con Russell había servido para acercarlos más. Ahora se llevaban mejor, aunque el otro rubio siempre buscaba ocasión de hacerle bromas respecto a su estatura, pero ya no le enojaba sobremanera.

Entraron a la escuela y Al se despidió de ambos. Edward fue directo a su casillero, pues tenía práctica a primera hora. Winry estaría observando el juego desde las gradas.

Un par de porristas, que ensayarían mientras los chicos jugaban, comenzaron a hablar de un chico. Winry se unió a esa conversación con sus amigas.

-Es perfecto...en el juego de ayer anotó 3 goles...¡¡¡es todo un sueño!!!-dice una de sus amigas, mientras las  demás hacían escándalo por eso.

-¿Qué tanto escándalo tiene aquí?- Pregunta Russell, se acercan algunos chicos del equipo de Edward.

-Estábamos hablando de Blake Ishida...-dice molesta una de las chicas. -¿A caso no es el chico más perfecto que han visto?-

Los chicos se miran entre sí. No tienen idea de quién es ese chico. Edward se atreve a preguntarles.

-¿Y quién demonios es ese sujeto?- Todas lo ven furiosas.

-Edward, me sorprende...Resulta que es el capitán del equipo de la preparatoria. Jugarán mañana con ellos. ¿A caso no lo sabías?- responde Winry indignada.

-¿Mañana? Ah...sí...Ya recordé.- Edward no demuestra gran sorpresa ante esto.

-¡¡¡Ahí está!!!- grita una de las porristas. Todas corren hacia él.

-No sé qué le ven a ese tipo...Es decir...yo soy también alto, rubio, de ojos azules como él.-dice Russell indignado. Todos asienten.

Entonces se acerca aquel chico hasta ellos, acompañado de su equipo.

-Hemos venido a retarlos a un partido amistoso, antes del juego de mañana. Queremos ver sus habilidades para saber si valen la pena.- les dice altanero el guardametas.

-Puede que sean mayores, pero no nos van a ganar. Nosotros los haremos pedazos.-dice el delantero del equipo de Edward.

-Vamos a averiguarlo. ¿Aceptan el reto?-inquiere uno de los contrarios.

-¡Por supuesto que aceptamos!- dice Russell.

El juego comienza. Al final, los chicos de la preparatoria ganan.

Se retiran festejando su victoria, sin embargo, se queda uno de ellos.

-¿Edward Elric?- se acerca al aludido.

-Blake Ishida...¿cierto?- el mayor asiente. -He oído de ti. Me daba curiosidad conocerte, y ahora, por fin tuve la oportunidad.-dice aquel chico con una sonrisa encantadora.

-Eh...no sé que decir...La verdad no te conocía. ¿De dónde has oído de mí?- lo mira intrigado. Era la primera vez que lo veía.

-Como ya sabes, mi nombre es Blake Ishida. Soy el hijo de Lyra Ishida. Mi madre es dueña de varias empresas en todo el país. El asunto es que de ella he escuchado de ti. Creo que conoce a tu padre o algo así. Me dijo que estabas en la misma escuela que yo, y desde hace tiempo quiero conocerte.- le explica tranquilamente mientras Edward trata de recordar si conoce a esa mujer.

-¿Conoce a mi padre?- frunce el ceño.

-Creo que se llama Hohenheim...o algo así.- sonríe. Edward no se ve muy feliz.

-No me interesa saber de él. Y si me disculpas, debo irme a mi siguiente clase.-dice molesto. Comienza a caminar hacia el edificio principal.

-Edward...Antes de que te vayas...-Edward se detiene. -¿Aceptarías ir a tomar algo conmigo esta  tarde?- Ed se queda pasmado. Da media vuelta y mira al chico.

-Eh...supongo que sí.- Contesta apenado. Blake le sonríe.

-Entonces a las 3, paso por ti y nos vamos a algún lugar a comer ¿si?- Edward asiente con la cabeza. Blake pone su mano en su hombro derecho y se despide.

****

En el salón de clases, Ed le cuenta a Winry.

-¡¡¡¡¿TE INVITÓ A COMER?!!!! No puede ser, es que...Blake...¿Seguro que fue Blake?- Winry estaba más que indignada. Es decir, el chico de sus sueños había invitado a Edward y no a ella a comer. La razón no importaba. Winry estaba molesta, pero feliz por Ed. Algo que no podía explicar.

-No es para tanto. Ni que fuera tan especial. Además, dijo que me quería conocer hace mucho porque su mamá le habló de mí, nada más.- dice Ed sin darle mucha importancia al berrinche de Winry.

-No es posible Edward. Esto es en serio. Blake es simplemente el chico más perfecto de toda la preparatoria. Es PERFECTO. Es el capitán del equipo de fut bol, es inteligente, es todo un artista...Dicen que canta como los mismos ángeles...Es amable, atento, guapo, simpático, alto, atlético. Sus ojos azules como el océano, su sonrisa, su cabello rubio y sedoso...Y si no fuera rubio, seguiría siendo sexy. Es perfecto Edward. ¿Aún no entiendes la importancia de esto?- reclama la rubia. Edward simplemente niega con la cabeza.

-Winry...no conozco al tipo. ¿Crees que me importa? Además...Por si no lo has notado, yo soy un chico...¿qué puede importarme otro chico?- mira hacia otro lado, esquivando la mirada furiosa de Winry.

-No puedo creerlo Edward...Además, eso no importa...El que sean chicos ambos no importa. Lo importante es que tienes una cita con él y debes ser amable. Si me entero que le hiciste algo malo, te las verás con todas las chicas de la secundaria y conmigo. Ten miedo Edward, ten mucho miedo.- amenaza la rubia antes de ir a sentarse a su lugar.

***

A la hora marcada, Blake esperaba a Edward cerca de los casilleros.

Al ver al pequeño rubio, sonrió. Edward pensó en lo que le había dicho Winry mientras se acercaba a Blake.

-¿Listo? ¿Nos vamos?- inquirió el mayor para luego sonreírle. Parecía muy simpático, pero aún así, Ed no estaba convencido.

-Eh...si...podemos irnos.-Ambos salieron de la escuela.

Blake lo llevó al centro de la ciudad, donde había un pequeño café que frecuentaba.

-Te va a encantar. Vengo aquí muy seguido. Es muy tranquilo.- le dijo al entrar. Edward miró el lugar. Era pequeño, pero lujoso. Definitivamente era un lugar que Blake acostumbraba.

Ambos se sentaron y ordenaron algo de comer. Blake miró a Edward todo el tiempo. No le quitaba la mirada de encima. Esto puso nervioso al pequeño rubio.

-Blake...ya debo irme. Tengo lección de matemáticas a las 4:00. Mi profesor se molestará si llego tarde.-dijo levantándose.

-¿Te molesta si te acompaño a tu casa?- inquirió amablemente Blake.

-Creo que no.- Edward salió primero del lugar, seguido por Blake.

En el camino conversaban. A pesar de todo, Ed tenía curiosidad de saber cómo es que la madre de Blake conocía a Hohenheim.

-Mi madre es socia de él. Se conocen hace mucho tiempo, sin embargo, parece que hace mucho tiempo que no lo ve. Eso es lo que me dijo. Cuando eran jóvenes fueron novios. Sin embargo, Hohenheim conoció a tu madre y se casó con ella. Lo demás, no lo sé... Sólo escuché que tu padre desapareció un día y que tu madre se volvió a casar.- Edward recordó entonces a George.

-Si...pero fue un error...Mi madre no amaba a ese sujeto. Yo lo odio.-dijo sin darse cuenta.

-¿Lo odias? ¿Por qué?- preguntó curioso.

-Eh...no...es...Lo que pasa es que también se fue...Justo como Hohenheim. Ambos...los odio.- Mintió en parte, pues no quería decirle las razones verdaderas.

Llegaron a la casa, Ed lo invitó a pasar. Sólo pasó a saludar a la tía Pinako, Al y Winry. Ed lo acompañó a la puerta.

-Gracias por haber salido conmigo. Nos vemos luego Edward.-dicho esto, le dio un beso en la mejilla y se despidió de los demás. Ed se quedó pasmado. Sus mejillas estaban teñidas con un rojo carmesí. Era la primera vez que un chico le daba un beso. Pasaron tal vez tres minutos hasta que reaccionó. Entró a la casa.

 

EL MISTERIOSO DIRECTOR Y LOS DOS LADRONES

-El profesor no ha llegado.-le dice desde la cocina Pinako a Ed. Seguía algo sonrojado por lo anterior.

-Menos mal, acabo de recordar que dejé mi libro en mi casillero. En seguida regreso.- salió de la casa hacia la escuela. Aún estaría abierta la puerta, puesto que el director solía dejar la escuela a las 5. Pensó en el tema, pues se decía que el director era una especie de monstruo. Nunca nadie lo había visto. Había decenas de rumores sobre eso. Los maestros tampoco lo conocían bien. Era todo un misterio.

Llegó a la escuela y fue directo hacia los casilleros. Abrió el suyo y sacó el libro que había olvidado.

-Hola pequeño.-escuchó una voz. Cerró la puerta de su casillero para ver quién era.

-¿Quiénes son ustedes?- algo le decía que esas personas no eran buenas.

-Hace mucho que esperamos este momento, así que no lo hagas difícil, coopera un poco y no te lastimaremos.-le dijo uno de ellos y acto seguido, lo empujó contra los casilleros. Edward reaccionó y corrió hacia adentro de la escuela. Pensó que tal vez habría alguien que lo ayudara.

Sin embargo, uno de ellos lo alcanzó y lo puso contra la pared.

-Mira mocoso. Más vale que vengas con nosotros. Estoy comenzando a enojarme.- empuñó su mano izquierda y amenazó con ella al rubio.

-¿Qué es lo que quieren?- inquirió temeroso.

-Recuerda mi nombre...Yo soy Codicia. Este de aquí es Envidia. Venimos de parte de tu querido papi, que nos pidió llevarte con él. Nos pagará muy bien, así que no lo arruines.- le explica mientras enciende un cigarro. -Envidia, recuerda que no debes lastimarlo.-le recuerda al otro, que sostenía a Ed contra la pared.

-Tienes suerte enano...El jefe nos pidió que no te hiciéramos daño si no era necesario.- ríe.

-¿Quién es ese del que hablan?- trataba de distraerlos con preguntas mientras él trataba de alcanzar un balde metálico que estaba cerca de su pie izquierdo.

-George Princeton, ya sabes...Prometió pagar muy bien.-le responde Codicia tirando su cigarro al suelo y pisándolo. Mira al rubio. Su mirada expresa terror.

Y no era para menos...Ahora George estaba buscándolo y tratando de llevárselo. Significaba que había regresado por él y por Al. Eso lo aterraba totalmente.

-Veo que el enanito recordó a su papi.-Envidia ríe de nuevo ante la expresión de Ed.

Ed logra reaccionar y levanta el balde con el pie. Golpea a Envidia con él y corre por el pasillo.

Da vuelta en otro de los pasillos, sube algunas escaleras y corre por otros pasillos. Ahora si se sentía perdido.

Cansado, se recargó en la pared. Escuchó unos pasos y entró en una de las oficinas que había ahí.

Se escondió bajo el escritorio y esperó que los pasos se alejaran. Sin embargo, no lo hacían. Se iban acercando a donde él estaba. Cerró los ojos con desesperación.

-¿Qué haces aquí?-oyó esta pregunta...La voz no era la de ninguno de los dos sujetos que lo seguían. Abrió los ojos y vio a un hombre de tez blanca, ojos azules y cabello negro. Quiso salir corriendo, pero lo alcanzó a sujetar del brazo. Edward lo miró de nuevo y se dio cuenta de que no era quien él pensaba.

-Tranquilo...¿Qué sucede? ¿Qué haces aquí a esta hora?- le preguntó aquel hombre.

-Yo...-comenzó a llorar.

-Tranquilo...Dime ¿qué fue lo que pasó?- tratando de reconfortar a Ed. Por fin, se calmó.

-Vine por un libro y dos hombres quisieron llevarme con ellos. Dijeron que tienen tiempo siguiéndome. Tengo miedo.- se quita las lágrimas de las mejillas.

-No te preocupes...te llevaré a tu casa. Tu nombre es Edward Elric ¿no?- dice mientras acomoda unas cosas en su escritorio.

-Eh...si...¿Cómo lo sabe?- lo mira curioso.

-Bueno, como director de este instituto, debo saber los nombres de todos los alumnos, para una mejor atención.- Edward lo ve sorprendido.

-¡¿Es usted el director Archer?!-

-Así es...¿De qué te sorprendes?- lo mira de reojo.

-Es que...dicen...bueno...hay muchas historias de usted...Como esa de que es un monstruo que se come a los alumnos que llegan a caer a la dirección...Son mitos ¿verdad?- inquiere temeroso.

-Claro que no...No sabía mucho de esos rumores, pero ¿para qué darles importancia?- guarda algunas cosas en los cajones y toma unas llaves del escritorio.

-Bueno, eso sí. Pero...¿por qué no sale de su oficina? Esos rumores se crearon porque nadie jamás lo ha visto salir de aquí.- explica el rubio.

-Tienes razón. Tal vez salga más seguido. Por ahora, te llevaré a tu casa.-dicho esto, ambos fueron hacia la salida. Al parecer Codicia y Envidia se habían ido.

Subieron a un auto rojo que estaba estacionado cerca y se fueron.

Mientras, Codicia y Envidia informaban a su jefe de lo sucedido.

-Si...se fue. Lo acompaña un profesor. No pudimos hacer más. Intentaremos después.- le dice Codicia por teléfono.

-Será mejor que esperen un tiempo. Por ahora, regresen. ¡Y la próxima vez no le den explicaciones, sólo háganlo!-cuelga algo molesto.

-¿Qué pasó? ¿Lo consiguieron?-pregunta una mujer de cabellos castaños.

-Dante...No pudieron hacerlo. No entiendo cómo es que dos hombres no pueden con un chiquillo.-se sienta en un sillón de aquella enorme sala.

-Tal vez ese chiquillo es muy listo mi querido George. Lo subestimas. Es tan listo como su padre. Te será difícil lograr algo. Sin embargo, si dejaras que Envidia se hiciera cargo él solo...-se sienta a su lado mientras toma un poco de whisky.

-Envidia...No...no confío en él. Es demasiado agresivo, y no quiero que lastime a Edward. Por otro lado, podría enviar a Lujuria. Ella bien podría engañarlo. Creo que ella es la indicada para el trabajo.-toma una copa de la mesita de centro.

-Ella no fallará. Otra cosa...Tenemos que irnos. Nos espera un inversionista de Dracma. Será un buen negocio.-ambos se van de aquella casa.

***

Edward llegaba acompañado del director a su casa.

-Muchas gracias por traerme- hace una leve reverencia y cierra la puerta del auto.

-No fue nada Edward, saluda de mi parte a tu tía. Nos veremos mañana en la escuela.- y se fue. Edward entró a su casa.

-¿Sabes qué hora es?- le preguntó molesto Mustang al verlo llegar.

-Eh...Lo siento...Tuve problemas. Pero ya pasó.- dijo sin mucha explicación. Se sentó a la mesa y abrió su libro.

-¿No me dirás qué sucedió?- lo miró preocupado.

-Eh...Lo que pasa es...También mi tía tiene que saberlo.-se levantó y fue por ella.

Ya los tres en la sala, Edward les dijo algo que les heló la sangre.

-Profesor...Tía...George regresó.-

 

CONTINUARÁ...

 

 

 

Notas finales:

 

Espero subir pronto el próximo, u_uU

 

Gracias por leer


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