-¿Se puede saber que es lo que haces aquí?- Grito Duo muy enojado
Quatre sonrió, un poco, no, muy confundido. Frente a el se encontraba aquel chico del accidente, sabia que había impresionado a Heero, pero nunca pensó que tanto. Lo observo unos segundos, su cabello largo estaba suelto y un poco desalineado, traía puesto solo unos boxers y una camiseta, en ese momento Quatre detuvo a su mente, el hecho de saber que los dos habían estado juntos, no significaba que lo tuviera que imaginar, se puso de pie, trato de acomodarse su ropa sin mucho éxito
-Hola mi nombre es Quatre- Extendió su mano en forma de saludo con una sonrisa- Y soy…
-Pregunte que haces aquí- Exigió saber Duo, ¿Qué hacia este niño en la casa de Heero? ¿Qué estaba pasando? No sabia que clase de relación tenían Heero y el rubio, pero no le gustaba en lo mas mínimo.
Quatre lo observo, y no pudo evitar reír, ¡Es que era tan graciosa su cara de enojo! Se podía ver que casi nunca se enojaba. Pero de inmediato se calló al sentir la mirada de Duo, era casi igual que a la de He-chan.
-Lo lamento, permíteme explicarte- Quatre se puso serio- Como te dije mi nombre es Quatre, soy amigo de Heero desde hace mucho, perdona por molestar, pero tuve algunos problemas y el me permitió quedarme…
Duo lo observo ahora mas calmado, era cierto, Quatre parecía muy triste, en sus mejillas había rastros de llanto y sus ojos estaban un poco hinchados…
-Yo… disculpa, por haberme enojado, es mejor que me vaya- Susurro Duo con intención de ir por sus cosas.
-Me parece que deberías tomar un baño y un poco de café- Sonrió Quatre, después de todo el chico parecía agradable- Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?, por que ahora que tu y Heero son pareja creo que nos veremos muy seguido
-Du- Duo Maxwell- Logro contestar, sonrojado.
-El baño esta al fondo de la habitación, mientras yo preparo café- Volvió a sonreír Quatre, el hecho de que su vida fuera horrible, no significaba que no fuera amable. Sin decir nada, Duo obedeció a Quatre.
Media hora después, Duo salio de la habitación arreglado.
-Duo ven por un poco de café- Escucho a Quatre desde la cocina, pero ya era muy tarde y tenia que ver a su amigo, para regresarle el auto, así que se acerco a la cocina
Muchas gracias pero me tengo que ir, nos vemos luego- Dijo Duo sonriendo, después de entender que su enojo no tenia razón de ser, Quatre le parecía simpático, espero algunos segundos y como Quatre no decía nada- Entonces nos vemos- y salio de ahí.
Quatre estaba viendo el lugar donde estaba Duo, aquella ropa, aquella trenza, jamás las olvidaría, entonces la chica de ayer, ¡Era chico! ¡Era Duo! Era el con quien estaba Trowa… En sus ojos se venia mucha ira contenida, cerro los puños con tal fuerza que sus manos estaban rojas, de repente reacciono y corrió tras Duo que se encontraba a punto de entrar a su auto
-Duo Maxwell- Quatre grito, jamás olvidaría ese nombre
Duo sin saber lo que ocurría volteo, cuando sintió un golpe en su cara, que lo tiro al suelo, al levantar la mirada se encontró con la mirada fulminante de Quatre.
-¡¿Quatre!?- Duo no entendía lo que estaba ocurriendo
-No quiero que vuelvas por aquí, si te vuelves a acercar a Heero te mato- Logro decir Quatre entre dientes, ya todo su cuerpo estaba demasiado tenso, sin esperar respuesta, regreso a la casa. Su furia había devorado al niño amable que solía ser, incluso si solo lo hubiera dañado a el no importaría tanto… pero Heero. Adentro se recargo en la pared y se dejo caer no permitiría que ese infeliz también dañara a su amigo.
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Trowa estaba en la cocina de uno de sus restaurantes dirigiendo algunas cosas distraídamente, la noche de ayer había sido muy extraña: primero Duo y su acompañante se fueron antes de que el llegara con las ordenes, uno de sus empleados le comento que habían discutido, pero que al final se habían ido juntos… Y después, a pesar de haber esperado varias horas Quatre no llego a su cita, después de mucho tiempo en dudarlo, Trowa se armo de valor y lo invito al cine, pero Quatre no llego, lo había llamado pero no contesto el celular. Trowa suspiro, era extraño, no solía ser así, estaba preocupado, pero no tenia manera de localizarlo y no verse tan desesperado, eso lo podría confundir, estaba saliendo de una relación, y lo que menos quería es que Quatre se sintiera presionado.
Trowa sonrió, aun recordaba la primera vez que había visto a Quatre cinco años atrás
------FLASH BACK---------
Trowa estaba en una de esas tantas fiestas a las que sus padres lo obligaban a ir, sonrió, seria la ultima, dentro de dos semanas seria libre le entregarían su restaurant, su pase a la libertad.
Avanzo por la sala donde se celebraba la fiesta, a pesar de que estaba llena de gente importante, y que solía frecuentar a sus padres, no conocía a nadie, no realmente, como le hubiera gustado, simplemente tener un amigo…
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió un suave golpe en el pecho, estaba tan distraído que choco con alguien.
-Disculpe- Trowa observo a la persona y se sorprendió, frente a el estaba un chico con los mas hermosos ojos que hubiera visto.
-No hay problema, yo fui quien choco contigo, así que discúlpame tú a mí- Aquel jovencito rubio, su mirada estaba llena de inocencia, no pudo evitar sonreír, cosa que nunca había hecho- Bueno me tengo que ir, me esperan compermiso
-Nos.. Vemos- Alcanzo a articular Trowa, y es que aquel joven era realmente hermoso, el joven hizo una leve inclinación de cabeza y se alejo hacia una muchacha que estaba platicando con un grupo de personas. Trowa hizo una mueca de disgusto, era lógico que estuviera con alguien.
-El joven Winner, es muy atractivo, ¿Cierto hijo?- Comento la madre de Trowa, al acercarse a el, quien solo volteo a verla- Quatre, al ser el único hijo varón, es el heredero de la fortuna Winner, es un gran partido para cualquiera- Y señalando con su cabeza a la joven que acompañaba- Por eso sus hermanas lo cuidan demasiado
-------FIN DEL FLASH BACK------
A partir de esa noche Quatre se volvió su pequeña obsesión, investigo muchas cosas del empresario, y a pesar de todo no tenia el valor de presentarse ante el, dos años después se entero de su noviazgo con un tal Sören, así que dejo de buscar información.
Esta vez la sonrisa de Trowa creció, hasta esa noche, se molesto demasiado por el hecho de que hubieran herido de esa manera a Quatre, pero se alegraba por que tal vez esa era su oportunidad. Nunca imagino volvérselo a encontrar y menos en aquellas circunstancias, pero la vida le daba una nueva oportunidad y esta vez no pensaba desaprovecharla.
Pero ahora…
-Trowa Barton- Una voz lo llamo detrás de el Trowa dio la vuelta y se encontró con Heero Yuy, por su cara se dio cuenta que estaba muy molesto, demasiado molesto, pero antes de que pudiera decir o preguntar algo, sintió el puño de Heero sobre su pómulo izquierdo, esto lo hizo dar dos pasos atrás.
-No te le acerques a Quatre, si lo vuelves a lastimar no será solo un golpe lo que recibas- Dijo Heero con voz fría, pero en realidad estaba muy molesto por dos razones: la primera y principal, había hecho llorar a su amigo, y la segunda, no podía evitar sentir celos por ser amigo de Duo. Pero sucedió algo que jamás hubiera esperado, Trowa le dio un puñetazo, seguido de un golpe en el estomago, que le impidió moverse cuando Trowa se le acerco.
- Lo que suceda con Quatre no es asunto tuyo- Trowa dijo de manera seria, tomándolo de la camisa, pero luego esbozo una sonrisa maliciosa- Mejor deberías preocuparte por Duo, ¿O quieres que yo lo haga por ti? Lárgate de aquí, sino quieres que te saque a la fuerza- Trowa lo soltó, no quería decir esas palabras, y sino hubiera estado tan molesto y celoso por la mención de Quatre no las hubiera dicho jamás, sabia que metía en problemas a su amigo, desde que vio a Heero, supo que este sentía celos de el, había decidido alejarse un poco de Duo, pero en este momento solo quería enfurecerlo, sin importar nada.
Heero después de recuperar el aliento (que perdió por el golpe) se fue del lugar, no por que no quisiera golpear a Trowa hasta que se cansara, pero su razón le gano a sus impulsos, no podía hacer un escándalo, eso afectaría la imagen de su empresa, y con la compra de nuevas acciones tendría que controlar sus deseos asesinos.
Trowa solo observo a Heero marcharse, después de algunos para calmar su ira, se dio cuenta de algo: Heero había venido a reclamar por Quatre no por Duo, ¿Qué le había pasado a Quatre? Recordó las palabras del que se había ido, sus ojos se abrio mucho.
“si lo vuelves a lastimar…” Estas palabras resonaron miles de veces en su cabeza ¿Lastimarlo? ¿Cuándo había hecho semejante cosa? Trowa salio corriendo, tenia que hablar con Quatre de inmediato
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Heero llego a su oficina azotando la puerta, todo el personal de la empresa se escondió en sus respectivas oficinas y escritorios, todos sabían la ira de su jefe era como una explosión, y si no quería salir afectados, tenían que estar a unos 50 metros de él.
Heero se sentó en el escritorio, y en un acto de desesperación, con uno de sus brazos tiro todo lo que estaba en el escritorio.
-Maldita sea, ¿Quién se cree que es?- Grito, pero en ese momento llamaron a la puerta- Adelante- No hubiera deseado atender a nadie pero tenia obligaciones que no podia desatender y menos si Quatre no estaba.
Segundos después su secretaria entro cautelosa, posando su mirada en las cosas que estaban en el suelo.
-¿Qué quieres Alicia?
-Se- señor, afuera lo busca el Señor Maxwell- Dijo tímidamente la secretaria deseando salir lo mas rápido posible de esa oficina
Heero observo la puerta ¿Duo estaba aquí? ¿Qué hacia en este lugar? Cierto, en la mañana no había sido muy amable, salir así, sin decir nada y dejando en su lugar a Quatre, posiblemente venia a reclamar, y francamente no estaba de ánimos para pelear…
-Dile que no lo puedo atender
-Señor, ya se lo dije pero…
- ¿No escuchaste? Que se vaya- Grito Heero furioso
-Si no me quieres ver, dímelo en la cara- Grito Duo, que entro a la oficina de Heero al escuchar sus gritos-¿O no tienes el coraje para decírmelo de frente?- En el rostro de Duo apareció una sonrisa burlona
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Quatre caminaba despacio rumbo a su casa, después de tener que aguantar los deseos que tenia de matar a Duo que estuvo llamando a la puerta por casi una hora. Pensó que nunca de daría por vencido, que tendría que llamar a la policía, pero al final se fue.
No deseaba llegar a su casa, pero si no lo hacia su padre y sus hermanas seguirían llamando a su celular para asegurarse que estaba bien, sonrió de manera triste, a veces eran demasiado sobre protectores, no lo dejaban ni a sol ni asombra, cuidando todo lo que hacían
-Bueno, que se le va a hacer- Murmuro cansado, estaba a unas calles de su casa, solo quería llegar a dormir- Que vean que estoy bien y que me dejen solo- Pensó, las lagrimas querían salir, sacudió ligeramente su cabeza y paso su brazo sobre sus ojos para secar las primeras lagrima, ya no lloraría mas, a nadie le daría ese gusto, Trowa no merecía sus lagrimas, al levantar su cabeza vio una silueta que reconoció de inmediato: sonriente, de mirada tranquila y alegre como siempre.
-¿Que…Que demonios haces aquí?- Pregunto Quatre asombrado de verlo.
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