CAPÍTULO 2:
SÓLO BROOKLYN
-Qué bueno que despertaste, me tenías preocupado. Mi nombre es Hideki Akaike, mucho gusto. ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó al verlo.
El chico sostenía entre sus manos una fotografía de Hideki, con sus padres. Ni siquiera había volteado a verlo.
-A2100S4-J "Proyecto Brooklyn"-dijo el chico. Hideki lo miró horrorizado.
-¿Eres...eres un...androide....?-cayó sentado mientras lo veía aterrado. Temía que lo matara como se había dicho que lo hacían aquellos humanoides.
¿De verdad iba a matarlo?...
El androide se acercó a él. Hideki cerró los ojos y puso sus brazos enfrente de su rostro como protección.
Al no sentir nada, abrió los ojos. Ahí estaba, de pie frente a él, ofreciéndole su mano para levantarse.
Hideki pensó antes de tomarla, pero al final lo hizo.
-¿Por qué…?-se animó a preguntar por fin, luego de un silencio.
-¿Por qué qué?-inquirió extrañado el androide. Miró a Hideki, aún temía lo que pudiera pasar.-No voy a hacerte daño.-
Sin embargo, esa sola respuesta no le tranquilizaba. Decidió llamar a su amigo Haruki.
-Haru…Ya despertó…Sí…ven pronto…Es que…tú sólo ven…Bien…sí…-terminó la llamada y fue hacia la cocina.
A pesar de todo, aún tenía hambre y quería comer pronto. Se preguntó entonces si los androides comían algo.
-Oye…em… ¿Quieres…comer algo?-inquirió algo dudoso.
El otro lo miró y asintió. Se sentía extraño estar con él y no salir corriendo. Pensaba aún que al menor descuido aprovecharía para matarlo. Eso era lo que todo mundo decía de los androides últimamente. Sin embargo, ¿por qué no había aprovechado antes para matarlo? Pasó la noche entera ahí y no hizo nada.
Sirvió en dos tazones algo de arroz y carne y los llevó a la pequeña mesa de la sala.
-Toma…-se sentó a comer. El otro lo miró, inquisidor.- ¿Qué sucede? No me digas que jamás habías comido arroz…-
-¿Qué es este artefacto?-le mostró los palillos.
-Son palillos…con ellos te comes el arroz… ¿no sabes usarlos?-
-Me temo que no. Esa información no fue incluida en mi software.-aseveró el androide mirando con curiosidad los palillos.
-Mira, tómalos así.-le mostró cómo tomarlos. Después de varios intentos, el androide terminó por romperlos.-Bien, déjame buscar una cuchara o algo.-fue hacia la cocina.
Al regresar, comenzaron a comer. Hideki sintió la necesidad de hacerle preguntas.
-Entonces…Si eres un androide… ¿por qué no me has matado?-
El otro lo miró fijamente. Hideki no sabía qué estaba pensando…tal vez una buena respuesta o algo. El androide comenzó a hablar.
-Yo no soy un asesino. Fui creado para ayudar a la humanidad, no para destruirla. Sin embargo…Hace un par de semanas yo me encontraba en mi trabajo como médico en la provincia de Saga y perdí el control. Tuve que huir para no ser destruido y llegué hasta aquí.-
Explicó, serio. Hideki lo miró un par de segundos.
-¿Perdiste el control?...No entiendo…-
-Perdí la conciencia de mis actos. No sé cuánta gente lastimé o si alguien murió por esto. Sólo me ha sucedido una vez. En mi camino a esta ciudad escuché muchas cosas y encontré un par de androides que huían como yo. Ellos sintieron lo mismo. Por eso, llegué a Tokio. Busco al doctor Ezakiya. Él nos creó y puede tener la respuesta…-es interrumpido por el sonido del timbre.
-Ya voy.- Hideki se puso de pie y fue a abrir. Haruki entró.
-Hola…Yo soy Haruki Okada, mucho gusto.-saludó al androide. Claro, no sabía aún que lo era.
-Haru…tengo que hablarte de algo importante.-dijo serio. Haruki prestó atención.
-Él es un androide.- Haruki lo miró, extrañado. Se echó a reír luego. -Haruki, hablo en serio.-dijo en el mismo tono serio.
-Debes estar bromeando… ¿lo haces no?-miró al otro chico. Lo analizó un momento.-Creí que los androides serían más…artificiales…Él parece un chico de verdad y… ¡¿qué estoy diciendo?! ¡¿Por qué rayos no has huido?! ¡Además me traes aquí! ¡¿A caso quieres que me mate?!-se escondió tras Hideki.
-No te hará daño. Me estaba explicando lo que sucedió. ¿Quieres comer algo?-Haruki negó con la cabeza.
-Gracias. Escuchemos lo que tiene que decir. Te advierto, si haces algo gracioso…-Hideki puso su mano en su hombro para que no siguiera.
Haruki y Hideki fueron hacia la mesa y se sentaron.
El androide explicó todo. Desde lo que había pasado hace dos semanas, hasta por qué cayó por esa ventana.
Dieron las 6 de la tarde y Haruki se retiró a su casa.
-Te preocupas demasiado. Nos vemos.-dijo Hideki al despedirse de él. Entró a la casa y el androide seguía sentado en el mismo lugar. –Oye…Deberíamos buscar un nombre para ti…es decir…No creo que sea buena idea llamarte por tu nombre real…Asustarías a las personas.-
-Comenzaré una búsqueda de nombres.-cerró los ojos. La información llegaba a su cabeza, como si fuesen ideas.
Estuvieron un buen rato viendo nombres.
-Jiro, Jo, Joji, Josuke…-recitaba la lista de nombres que había encontrado en la red.
-No me convence ninguno. Es que…no pareces japonés o algo así…Ninguno de esos nombres te quedaría.-replicó Hideki. Se quedó pensativo un rato.
-Buscaré una lista de nombres extranjeros.- Hideki lo detuvo.
-Mira, no lo compliquemos, será sólo Brooklyn, ¿entendido?-
-Procesado.-
-Y deja esa palabrita, no es normal que un humano diga esas cosas. Mañana irás a la escuela conmigo. Tengo un uniforme extra, tal vez te quede.-
-Procesado…-
-¿Qué te dije de esa palabrita? Mira…sólo di “claro” “sí” “de acuerdo”…Dejarás los tecnicismos. Cuando te refieras a ti no usarás esas palabras raras…Los humanos no usamos esas palabras tan frecuentemente como tú. Les parecerá raro o incluso podrían descubrir que eres un androide. Trata de ser normal ¿sí?-
Hideki se puso de pie y fue hacia su habitación. Estuvo un rato ahí y salió con una toalla y su ropa. Brooklyn lo miró, extrañado.
-Mira, me meteré a bañar, haz lo que quieras, sólo no salgas. Sería peligroso.-le aconsejó y entró al baño.
-Claro.-seguía sentado en el mismo lugar. Al poco tiempo se puso de pie y comenzó a curiosear de nuevo.
Volvió a la repisa donde estaba la fotografía de Hideki con sus padres. Se dio cuenta de muchas cosas.
No entendía la felicidad…no entendía por qué sonreían…No entendía nada…
Hideki salió de la ducha y lo vio, sosteniendo la fotografía.
-Son mis padres.-le dijo al llegar a su lado.
-¿Dónde están ellos?-
-Ellos…-Brooklyn notó su tristeza.-Ellos están…Fallecieron hace 11 años.-Vio una sonrisa nostálgica cuando dijo eso.
-Lo siento.-atinó a decirle. La verdad no sabía exactamente qué decir.
Hideki solamente permaneció en silencio. Se escuchó la puerta abrirse.
-¡Querido Hideki!-llegó un muchacho pelinegro. Inmediatamente supo quién era, pues se parecía mucho a Haruki. Tenía 20 años e iba a la universidad en Hiroshima.
-Akahito…-el aludido lo abrazó fuerte.-Me lastimas…-lo soltó.
-Lo siento. Tenía muchas ganas de verte. ¿Cómo has estado? El insensible de mi hermano no te dijo que llegaría hoy ¿verdad?-
Hideki solo negó con la cabeza.
-Estoy bien…Em…Te presento a Brooklyn, es…em…estudiante de intercambio, de Inglaterra.-mintió. Akahito se acercó a él.
-Mucho gusto, Akahito Okada-se presentó. Sin embargo, no dejaba de ver con cierto desagrado a Brooklyn.
-Igualmente. Soy Brooklyn…-se quedó en silencio. No habían pensado en un apellido.
-Weasley…Brooklyn Weasley…-dijo Hideki al ver que el otro no sabía qué responder.-Él se quedará aquí, en mi casa, hasta que vuelva a su país.-rió nerviosamente.
-Claro…-dijo Akahito, poco convencido de la idea.- ¿Qué te parece si vamos mañana al festival?-pasó su brazo sobre sus hombros y sonrió.
-No sé…es…-pensaba en el peligro que podría representar que Brooklyn se saliera de control entre tanta gente. Ese festival era en honor a las personas que habían muerto el Viernes Negro.
-Anda…será divertido.-lo animó.
-Es que…Quisiera mostrarle la ciudad a Brooklyn.-se excusó con ese pretexto, mas el otro no aceptó.
-Pues puede venir con nosotros. Además, el festival comienza alrededor de las 8…-sonrió. Juntó sus manos a modo de súplica.-Por favor…estaré aquí sólo dos días y me iré el lunes en la mañana. Anda…-
-Bien…Demonios… ¿Qué pasará si Brooklyn se sale de control?...Debemos encontrar a ese doctor.-
-¡Gracias!-lo abrazó de nuevo, muy fuerte.-Bien, creo que mejor me voy o mi madre me matará por no pasar primero a verla a ella. No le digas que vine primero contigo, ¿sí?-antes de irse, besó la mejilla de Hideki.
Hideki se sonrojó. Fue afuera a despedir a Akahito. Al regresar a la casa, Brooklyn inmediatamente le hizo preguntas.
-¿Estás enfermo?-
-¿Yo? ¿Por qué?-
-Tus mejillas…Están rojas… ¿Tienes fiebre? Dime tus síntomas.-tomó la muñeca de Hideki para revisar su pulso. Hideki se quedó estático ante la actitud de Brooklyn. Éste puso su oído en su pecho, para escuchar los latidos de su corazón.
-¿Qué…estás haciendo?-
-Reviso tus signos vitales.-
-Basta, no estoy enfermo. Sólo…-se sonrojó de nuevo.
-Tus mejillas se pusieron más rojas.-lo cargó en brazos y lo llevó al futón.
-¡Te dije que no estoy enfermo!-se incorporó.-Mira, estas son reacciones normales. Se llama sonrojarse.-dijo apenado.-Sucede cuando algo te da vergüenza, pena…qué sé yo. Sólo sé que es normal.-
Brooklyn se conformó con la respuesta. Sin embargo, siguió haciendo preguntas.
Hideki se pasó el resto de la tarde explicándole cosas. Lo que eran las relaciones humanas y eso. Al parecer Brooklyn no había tenido tanto contacto con humanos como para aprender sobre el afecto.
-Duérmete, mañana iremos a la escuela. Y será mejor que actúes lo más normal posible.-advirtió Hideki.
Ambos se durmieron.
Por la mañana, Hideki se ponía su uniforme. Le había dejado a Brooklyn otro de esos y ahora estaba vistiéndose. O eso pensaba el primero.
-Ya estoy listo, ¿podemos irnos?-vio a Brooklyn que aún no se ponía el uniforme y sostenía la camisa, como analizándola. -¿Por qué no te has puesto el uniforme?-
-¿Qué es esto?-señaló los botones.
-¡Dios! Son botones. Mira…-desabrochó los botones y ayudó a Brooklyn a ponerse la camisa.-Ahora los abrochas así…-comenzó a abrocharle los botones.-No puedo creerlo. Puedes desactivar una bomba, puedes hacer neurocirugía…pero no puedes abrochar un par de botones.-
-No es un par, son 6 botones.-lo corrigió.
-¡Estaba siendo sarcástico!-levantó el rostro para regañarlo. Se quedó mudo al ver tan de cerca el rostro de Brooklyn. Recién notaba aquellos ojos verdes y ese cabello castaño claro. No había puesto atención antes, pero ahora se daba cuenta de que tenía una mirada serena, tranquila. Por un par de segundos se perdió en aquel par de esmeraldas.
-¿Sucede algo?-inquirió Brooklyn. Hideki bajó su rostro, apenado.
-No es nada. Tenemos que darnos prisa o llegaremos tarde.-abrochó el último botón y le dio el saco.-Supongo que ya entendiste cómo hacerlo ¿no?-Brooklyn asintió.
Unos minutos después, caminaban hacia la escuela. Al pasar frente a la casa de Haruki, éste los estaba esperando.
-¿Por qué tardaron tanto? Quedan 5 minutos. Creo que tendremos que correr o sino no llegaremos.-les dijo a ambos al verlos.
-Lo siento…es que…tuvimos problemas con la ropa.-se disculpó Hideki. Haruki vio a Brooklyn. Lo vio de pies a cabeza.
-Te ves bien…Seguramente muchas chicas querrán salir contigo. Si no supiera lo que eres, yo también lo haría.-rió al decir esto.
-Vámonos ya.-dijo Hideki.
-¿Quieren que los lleve?-inquirió Akahito, que salía de la casa, hacia su auto.-Iré a comprar cosas para mamá, así que puedo dejarlos en la escuela.- Haruki asintió. Los tres subieron. Un par de minutos después llegaron a la escuela.
-Hideki…No olvides que hoy iremos al festival.-le guiñó un ojo. Hideki rió nerviosamente y bajó del auto.
Una vez que el auto se alejó y ellos entraron, Haruki aprovechó para comentarle a Hideki algo.
-Parece que le gustas mucho a mi hermano. ¿Sabes que vino este fin de semana sólo a verte?-Hideki se detuvo en seco. Haruki lo miró.
-Eh…Bueno…yo…-se sonrojó.
-Interacción humana. Género masculino y femenino interactuando. Comúnmente llamado romance.-oyeron la voz de Brooklyn. Éste observaba a una pareja de chicos que estaban abrazados y se despedían con un beso, para ir a sus respectivas clases.
-¡Pedazo de chatarra!-Hideki le dio un golpe en la cabeza con el nudillo. Volvió donde Haruki, que miraba aterrado a Brooklyn acercándose a ellos.
-Em…Hide…Él…viene…-retrocedió un par de pasos.
-Perdona. No pude resistir la curiosidad.-se disculpó Brooklyn.
-Como sea, no hagas esas cosas raras aquí. Sólo conseguirás que te descubran. Vayamos a clases.-Haruki sintió que su alma regresó a su cuerpo, pues vio que Brooklyn no hizo más que disculparse.
Los tres entraron al salón de clase. Inmediatamente las chicas se arremolinaron en torno al “nuevo estudiante”
-Oye, pero los profesores sabrán que no pertenece a ninguna escuela y comenzarán a investigar.-dijo preocupado, en voz baja a Hideki.
-Descuida. Ayer Brooklyn entró a la base de datos de la escuela y creó su perfil. Envió una carta de aviso al director para que lo aceptaran. Sólo tiene que ir a la dirección y dar un par de datos y ya.-explicó Hideki.
-Parece que Brooklyn se adaptará bien a este lugar.-comentó Haruki. Hideki asintió.
El profesor entró. Todos ocuparon sus lugares. Hideki notó que Brooklyn miraba al profesor como tratando de recordar algo.
Y en realidad, Brooklyn buscaba entre sus recuerdos. Sabía que lo había visto antes, pero no lograba dar con el recuerdo exacto.
Por ello, se la pasó toda la clase viéndolo fijamente, más no dio con la respuesta.
-¿Conoces al profesor Deguchi?-le preguntó Haruki al finalizar la clase. También había notado esa curiosidad de Brooklyn.
-No sé…no logro recordarlo. Pero sé que lo he visto en algún lado. Tal vez estoy buscando el recuerdo equivocado.-respondió serio.
-Descuida…Seguro es algo irrelevante.-respondió Haruki.-En el mundo existen muchas personas, tal vez solo fue una sola vez la que lo viste y se quedó entre tus recuerdos por alguna razón.-finalizó.
-Lo que sea, la prioridad es buscar al doctor Ezakiya. En la biblioteca hay archivos sobre los androides. Tal vez podamos encontrar información sobre el doctor y quizá saber dónde vive o si ya murió.-dijo Hideki.
Los tres salieron del salón. Irían en ese momento a la biblioteca. Sin embargo, una chica detuvo a Brooklyn.
-Oye…eh…quisiera hablar contigo…-Brooklyn la miró, extrañado.
-Hola Joruri.-saludó Hideki.
-Hola Hideki, Haruki…No sabía que eran amigos de Brooklyn.-
-Sí…Bueno Brooklyn, nos adelantaremos. La biblioteca queda en el segundo piso. Nos vemos Joruri.-dijo Hideki.
La chica tomó la mano de Brooklyn y lo llevó de vuelta al salón.
-Tal vez no recuerdas mi nombre, te lo dije antes de comenzar la clase, pero había tanto alboroto que…-
- Joruri Ashia.-respondió. Ella lo miró, emocionada.
-Puedes llamarme Joruri. Te traje aquí porque quisiera que salieras conmigo. Verás, esta noche es el festival en honor al viernes Negro. Supongo que ya te lo han dicho. Quisiera que fueras conmigo. ¿Qué dices?-inquirió la chica. Brooklyn seguía sin comprender...
CONTINUARÁ....