Sai se encontraba sentado en el sofá, vestía con un elegante traje negro, camisa blanca, y corbata azul, miro su reloj, eran ya las 7:30 p.m.; sus amos Kankuro y Temari se habían ido a pasar el fin de semana con sus amigos hace horas y no volverían hasta dentro de dos días, para él hubieran sido días de descanso a no ser porque el menor de los Sabaku había decidido asistir a una reunión de negocios, Sai se recargo en el sofá y apoyo un brazo sobre sus ojos; toda la gente hablaba maravillas sobre el menor de los Sabaku, decían que ese chico de 15 años que estaba por cumplir los 16 actuaba demasiado maduro para su edad, sin embargo, con Sai siempre se comportaba como un malcriado de 8, Sai se levanto del sofá y se acerco a la escalera que llevaba al segundo piso.
-¡Gaara-sama!-le grito algo molesto-¡la reunión empezó a las 7 y ya son las 7:30!
No recibió respuesta por lo que volvió a gritar
-¡Gaara-sama, no me obligue a subir por usted!
De nuevo no obtuvo respuesta por lo que empezó a subir las escaleras que llevaban al 2º piso de la mansión Sabaku, se dirigió a la habitación de Gaara al tocar la puesta noto que esta estaba abierta por lo que entro y lo que vio no le agrado en lo absoluto, Gaara se encontraba vestido con ropa casual negra que constaba de una playera negra desgarrada de la mangas y un pantalón negro algo grande para él, con bolsas a los costados, tenia desgarradas las rodillas y la parte de abajo por lo que le arrastraba, una gorra negra cubría su llamativo cabello, se encontraba acostado en la cama boca arriba, tenia los ojos cerrados y se encontraba oyendo música con su mp3 con los audífonos puestos razón por la que no había contestado, sus ojos parpados cerrados se veían negros, muestra claro que se lo había vuelto a delinear, costumbre que había agarrado desde los doce años; Sai recogió un almohada que se encontraba en todo ese caos al que Gaara llamaba habitación quien se levanto de prisa posando sus hermosos ojos verde mar en Sai.
-¿Por que haces eso?-le dijo molesto a Sai mientras se quitaba un audífono
-Le he estado gritando que ya es hora y no me contesta.
-No iré-Gaara se acostó y volvió a ponerse los audífonos.
Una vena enorme apareció en la frente de Sai y se acerco a Gaara quitándole en Mp3 y dejándolo solo con los audífonos.
-Como que no ira-le pregunto molesto.
-Oye dame eso- Gaara se levanto para quitarle el aparato a Sai pero como Sai era mucho mas alto que el solo tuvo que levantar su mano para dejarlo fuera del su alcance.
-¿Como que no ira?-le pregunto en un tono que daba miedo.
-Cambie de opinión-dijo dejando de tratar de tomar su Mp3 y volviéndose a acostar en su cama- inventa una excusa para justificar mi falta-dijo con total indiferencia.
Era la quinta vez que le hacia lo mismo, Sai tomo a Gaara de una mano jalándolo para que se bajara de la cama, Gaara por mas que lo intento no pudo evitar que Sai (casi literalmente) lo arrastrara.
-¡¡Déjame!!-Sai ignoro totalmente a Gaara y se dirigió sin soltarlo al guardarropa del pelirrojo, de cual saco un traje negro y se lo entrego a Gaara
-¡¡Póntelo!!-le ordeno
-¡¡No!!-Gaara de nuevo se encontraba haciendo berrinches que tanto molestaban a Sai.
Sin embargo esta vez Sai no estaba de humor para sus caprichos por lo que arrastro a la cama donde lo sentó de golpe (lanzándolo) y le empezó a quitar la playera.
-¿Q…Qué haces?-el rostro de Gaara se puso casi tan rojo como su cabello.
-Si no se va a arreglar yo me encargare de arreglarlo y le llevare a rastras si es necesario-Sai empezó a desabrochar el pantalón de Gaara y este lo alejo de un rempujón.
-Yo…yo lo haré-le dijo Gaara muy sonrojado.
-Vez como no le cuesta nada ser un buen niño-Sai acaricio la mejilla de Gaara y salio de la habitación-le daré 5 minutos si yo lo cambiare-le grito una vez fuera de la habitación.
-Maldito Sai-dijo Gaara pasando una mano por la mejilla que el mencionado había acariciado, una caricia que para aumentar su furia le había agradado mucho.
Gaara ya se encontraba cambiado cuando Sai volvió, traía algodón en una mano y una botellita con un líquido en la otra.
-¿Qué es eso?-le pregunto el pelirrojo mientras trataba de acomodar su corbata roja.
-Es el desmaquillante de Temari-sama, no creo que le moleste si utilizo un poco-coloco un poco del liquido sobre el algodón y dejo la botella en el buró.
Gaara seguía luchando con su corbata, por lo que lo tomo de sorpresa el hecho de que Sai lo tomara de la barbilla y le hiciera mirarlo al rostro.
-Cierra los ojos le-dijo Sai en un murmullo.
Gaara se puso nervioso pero aun así cerró los ojos lentamente al notar que Sai acerco su rostro al suyo, sin embargo, sintió que Sai empezaba a tallar su ojo con el algodón húmedo.
-¿Qué haces?-le pregunto abriendo su otro ojo para ver a Sai.
-Limpiando ese maquillaje que traes en los ojos ¿Por qué?-le pregunto sonriendo-¿creía que le iba a besar?
Gaara se puso rojo, logrando que Sai sonriera más ampliamente.
-No se preocupe-le dijo mientras empezaba limpiar el otro ojo-no es mi tipo, a mi me gustan mas dulces y obedientes.
El sonrojo de Gaara desapareció rápidamente, volviendo a su mirada apática de siempre, una vez que término Sai lo tomo de la mano y empezó a dirigirse hacia el auto, notando lo tibia que era la mano de Gaara mientras lo seguía sin emitir queja alguna.
-Se encuentra bien Gaara-sama-le pregunto una vez que bajaron del auto frente a un exclusivo hotel.
-¿Por qué?-le pregunto volteándolo a ver con sus penetrantes ojos verdes
-No se-le dijo acomodando la corbata con la que tanto había luchado Gaara-lo noto algo triste.
-No es nada-su voz se oía apagada y sin animo.
Sai tomo a Gaara de las mejillas con ambas manos y le hizo mirarlo al los ojos.
-Lamento haberlo obligado a venir pero tiene que hacerse responsable de sus decisiones, si no quería venir, simplemente hubiera dicho que no-Sai sonrió de esa forma falsa que Gaara odiaba-así usted hubiera descansado de mi y yo de usted.
Gaara alejo las manos de Sai con coraje y se dio la vuelta para entrar al edificio, apretó los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas escaparan.
“No entiendes nada, Sai” se dijo con coraje “pero no te puedo decir que asistí a esta tonta reunión para que me acompañaras, para poder venir solo tu y yo, pero para ti soy solo una molestia”
A Gaara le gustaba Sai desde que el mayor tenía 17 y el 12, la familia de Sai había servido a la de Gaara desde siempre y cuando Gaara cumplió 12 Sai había ido a vivir a la mansión para ayudar a su abuelo y desde que lo vio por primera vez se enamoro de él, sin embargo Sai ni siquiera lo notaba, el se la pasaba con Kankuro por ser de la misma edad y con Temari para ayudarla con sus tareas, sin embargo Gaara no era de su misma edad ni iba mal en la escuela por lo que no tenia ni un poco de la atención de Sai, esa fue la razón por la que se volvió Dark, el día que entro no solo se vistió de negro y se pinto los ojos sino también se había rasurado las cejas, cosa que logro que Temari y Kankuro casi se lo comieran, pero no solo ellos si no que también Sai lo regaño, lo cual lo hizo muy feliz, al fin tenia un poco de la atención del pelinegro.
-Sin embargo solo me he ganado su odio-dijo mientras bebía su 4º vaso de whisky.
Sai se encontraba con varios empresarios terminando de arreglar los asuntos financieros del contrato, los señores Sabaku habían muerto cuando Gaara tenía 6 años y el abuelo de Sai ya se había retirado por lo que Sai pasaba a ser él tutor legal de los Sabaku o al menos o al menos de Gaara ya que Temari y Kankuro ya eran mayores, por lo tanto él era el encargado de firmar todo papel necesario cosa que lo molestaba de sobremanera y quitaba mucho tiempo; tenia una hora que no veía al pelirrojo y le preocupaba que estuviera haciendo.
-Lo mas seguro que buscando mas problemas para crearme mas dolores de cabeza-se dijo sonriendo al recordar la vez que se rasuro las cejas-al menos ya no volvió a hacerlo.
Termino de revisar los papeles y se dirigió al bar donde la pareció haber visto al pelirrojo.
-No es posible-se dijo al ver a Gaara dormido apoyado en la barra con un par de botellas de whisky vacías junto a él.
Sai se quedo congelado, miro el reloj viendo que eran las 9:30.
-Despierta-estaba muy molesto que arrempujo a Gaara el cual cayó de banco.
-Déjame-le dijo casi al borde de las lagrimas y arrastrando las palabras-si tanto me odias déjame.
-Vamos tonto-le dijo Sai apiadándose de él al tiempo que lo ayudaba a levantarse-por mas idioteces que hagas no te odio.
Sai agarro a Gaara pasando una mano por su cintura y lo saco del edificio.
-No me odias-seguía hablando Gaara mientras caminaba a tropezones-pero tampoco me amas, y yo si te amo desde que te vi.
Esta vez, Sai, que tanto había disfrutado el gracioso sonrojo de Gaara, se sonrojo.
-Hablar de amor-dijo mientras lo subía a sus hombros ayudado por el encargado del estacionamiento-para alguien de tu edad es muy precipitado.
-Pero es lo que siento-le dijo abrazándolo por el cuello.
-Tendremos que irnos a pie-dijo Sai cambiando de tema-el carro no puede salir, quedo atrapado entre los otros.
-Pero aun así tu no me quieres-continuo hablando Gaara mas para si que para Sai.
Sai suspiro, por fin entendía el porque del comportamiento tan rebelde de Gaara, solo por llamar su atención.
-Eres un tonto, Gaara-empezó a hablar una vez que sintió que se había dormido-que puedes ganar enamorándote de mi, yo no tengo nada que darte mientras tu lo tienes todo en esta vida.
Sai decidió subir al metro, sin duda Sai estaba mareado y esa subidita al metro lo haría escarmentar.
Una vez arriba sentó con cuidado a Gaara en un asiento y el se sentó a su lado, al empezar a moverse Gaara se abrazo con fuerza a Sai muy mareado, sin embargo al poco rato se volvió a quedar dormido. Sai empezó a revisar a Gaara, a él siempre le había parecido un chico muy atractivo, tenia una piel blanca tersa al contacto, su cabello era llamativo pero le quedaba muy bien al él, era sedoso y brillante aunque siempre lo traía desordenado, sus ojos ahora cerrados, eras dos gemas muy llamativas y hacían perderse en ellos cuando dedicaban esa mirada intensa, la calidez que desprendía su cuerpo. Sai se quito su abrigo largo para cubrir a Gaara, por las prisas había olvidado el del menor, una vez cubierto tomo su celular y que los esperara en la salida, ya que a pesar de que Gaara era muy ligero no podría cargarlo con ese clima frió hasta la mansión.
-Gaara-sama-lo movió ligeramente de un hombro-ya estamos por llegar.
Gaara abrió los ojos con pesadez y al ver a Sai le sonrió con dulzura y con un ligero sonrojo en las mejillas; Sai paso saliva, si no fuera porque él era el encargado de ese niño en ese momento se lo había devorado a besos, Sai volvió a subir a Gaara a su espalda, este paso los brazos por su cuello y acomodo su cabeza en su hombro volviendo a quedarse dormido, Sai bajo del vagón para dirigirse a la calle.
El chofer del taxi los dejo frente a las puertas de la enorme mansión Sabaku, Sai entro llevando a Gaara directo a su habitación y colocándolo en su cama. Y al creerlo dormido comenzó a hablar.
-Sabes por mas que desee no puedo corresponder a tus sentimientos y lo triste es que es por mera cobardía-le dijo acercando su rostro al de Gaara-tengo miedo por que se que si te correspondo me enamorare mas de ti de lo que ya estoy enamorado y cuando crezcas no seré mas que un tonto amorío de tu infancia y me dolerá saber que me olvidaras.
-¿Y si…-le dijo Gaara en un susurro abriendo los ojos-te prometo que esto no es un tonto amorío me corresponderías.
Sai sonrió, pero era esa sonrisa falsa que Gaara tanto detestaba.
-Si no deseas sonreír, simplemente no lo hagas-le dijo Gaara molesto
-Tal vez si eres tan maduro como dicen-dijo Sai alejándose de él pero sin levantarse de la cama- mira que seguir en tus 5 sentidos después de 2 botellas de whisky.
-No eran mías-dijo colocando una mano sobre sus ojos para evitar que todo siguiera dando vueltas-yo solo me tome 6 vasos.
-Vaya que eres de poco aguante-dijo levantándose de la cama, Gaara se enderezó rápidamente tomando a Sai del saco.
Sai volteo a verlo ya que como se había enderezado muy rápido debía de haberse mareado.
-Y si-dijo una vez que se le paso el mareo sin soltarlo-me vuelvo dulce y obediente.
Sai no supo ni por que lo hizo, tal vez por la tristeza que veía en su rostro, o lo lindo que se veía rogándole pero ahora se encontraba devorando eso delgados labios del pelirrojo, que a duras penas podía seguirle el paso, poco a poco empezó a acostarlo en la cama quedando sobre él mientras empezaba a besar su cuello.
-No es necesario-le dijo- ya me gustas demasiado así…