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Suicide... A death wish por broken black dreams

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Notas del capitulo:

bueno niñas y niños, damas y caballeros... Suicide ha acabado, oficialemente con esto...

me ha encantado escribirlo, y leer sus revs... ojala les guste esto tanto como a mi... quede complacida con el resultado y espero que ustedes tmb...

perdon por no contestar los rev, prometo hacerlo ahora nn

 

bien! a leer!

D: Death Note no es de mi pertenencia y esto lo hago sin fines de lucro (lease: sigo igual de pobre XD)

SUICIDE – A DEATH WISH –CHAPTER 17: PROLOGUE 

Un grupo de niños reunidos en una gran sala, esperando a que cierta persona termine de contar la historia que hacía más de una quincena venía contándoles.

 

Afuera nevaba copiosamente en un invierno gélido.

 

La puerta se abrió y todos voltearon a ver.

 

-¿Por qué me miran así?- habló el pelirrojo mientras volvía la vista a la pantalla de su PSP.

 

-¡Tenes que terminar de contarnos la historia!- reclamó una jovencita rubia.

 

-¿Qué historia?- mencionó distraído al tiempo que se acomodaba en un sillón.

 

-¡La historia de Ryuuzaki-sempai!- exclamó otro niño.

 

-Pero si esa historia ya la terminé ayer... mocosos malcriados... que nunca prestan atención...- refunfuñaba.

 

-Matt-kun, parece un niño de la misma edad que ellos diciendo eso...- reía un hombre mayor y canoso, de sonrisa afable.

 

-¡No te rías Watari!-

 

El anciano suavizó la sonrisa y se acomodó al lado de Matt.

 

-Usted sí sabe la historia, ¿no?- habló un niño pequeño y pecoso.

 

-Algo así...-

 

-¡Entonces dígannos lo que pasó con Light!-

 

-¿Fue preso por el asesinato de Mikami?-

 

-¡No! ¡No! ¡Seguro Ryuuzaki-sempai ideó algo!-

 

Los niños gritaban alegres, contándose los “finales” posibles.

 

-¿Ves? ¡Para que contarles si igual se imaginan el final que más les gusta!- acotó el pelirrojo enojado.

 

La muchedumbre, por llamar a aquel enjambre de chicos de algún modo, se calló. El hombre debía contarles lo que había sucedido realmente.

 

-Se alegó que fue defensa propia y el joven Light comenzó un tratamiento psicológico para superar el trauma.- aunque la sonrisa seguía dibujada en sus labios ahora tenía un dejo de nostalgia y algo de tristeza.

 

-¿De verdad? ¿De verdad?-

 

-Claro que sí, ¿o de verdad piensan que Ryuu es de los que no cumplen su palabra?- alegó el pelirrojo.

 

-¿Y Light todavía está bajo tratamiento?-

 

-Afortunadamente, no. Fue algo muy traumático para él y para Ryuuzaki pero han podido superarlo.- contestó Watari.

 

-Tan sólo fueron un par de años...- minimizó Matt.

 

-¿Y qué pasó con la familia?-

 

-¡Sí, eso! ¡El padre de Light era muy malo! ¿Qué pasó con él?-

 

-Ryuuzaki tuvo que contarles lo ocurrido, y pudo contarle la verdad a la madre de Light...-

 

-¿Y entonces...?- chilló una niña, interrumpiendo al anciano.

 

-Se divorciaron. Soichiro fue dado de baja de la fuerza policial por diversos temas, entre los cuales estaba el haber ignorado una denuncia: la que su propio hijo quiso hacer en contra de Mikami. En cuanto a Sachiko y Sayu siguen hablándose con Light y se llevan muy bien con Ryuu.- contó Matt sin mirar a nadie.

 

-¡Es una historia con final feliz después de todo!-

 

-¡¡¡Sí!!!- gritaron a coro y empezaron a corretear de un lado para el otro.

 

Los chicos revoloteaban por las salas, jugando y riendo. Watari los veía con añoranza, quizás recordando los días de pequeño de su niño, de su querido Ryuuzaki.

 

-Roger ve a enojarse porque les contaste esa historia.- le susurró.

 

-Roger vive enojándose.-

 

El hombre le contestó riéndose levemente.

 

-¿Por qué justo esa historia Matt-kun?- preguntó reservado.

 

-Porque es una linda historia después de todo. Lo que sufrieron Light y Ryuu, las cosas horribles que hicieron Mikami y Soichiro, la terrible familia con la que cargó Light hasta que lo conoció a Ryuu... ¿no te parece que a pesar de tanto lío, ellos ahora pueden intentar ser felices? ¿Acaso eso no te parece una excelente enseñanza, que el amor triunfa por sobre todo tipo de maldad?... ¡Ah! ¡Odio este juego! ¡Maldito LocoRoco que no rueda bien!-

 

Watari sonrió ampliamente, satisfecho por aquella respuesta. Roger quedaría estático si lo escuchaba hablar así.

 

Una niña rubia de ojos verdes claros se acercó y tironeó del saco del hombre. Éste agachó la vista y la encontré sonrojada, moviendo las manitos en gesto nervioso.

 

-¿Qué pasa, pequeña?- le dijo.

 

-¿Y Mello y Near? ¿Ellos aun son novios?- curioseó tímidamente.

 

-Eso es algo que Matt-kun puede contestarte sin problemas. Yo debo retirarme. Nos vemos luego.- habló y se levantó con una sonrisa divertida.

 

Luego de que se fue, la niña ocupó su lugar en el sillón y miraba al pelirrojo.

 

-¡Matt, contéstame!- exigió.

 

-Si serán...- volvió a refunfuñar el nombrado, apagando la consola -Sí, ¿contenta? Todavía son novios.-

 

-¡Que bien!- gritó y se bajó corriendo del sillón para contárselo a un grupo de niñas que la esperaba en los primeros escalones de una gran escalera.

 

-Tsk... hablando de ellos, ¿Qué estarán haciendo?... No, ¡para qué pregunto! Si ya me imagino que andarán haciendo, pequeños pervertidos...- miró a su alrededor y se permitió sonreír –¡Sí que los extraño, chicos!-

 

/*/*/*/*/*/

 

Fue abriendo los ojos de manera lenta, tratando de distinguir si había dormido en su habitación o en el sillón de la sala de estar. Sólo una sábana y el ruido del transito que se sentía cercano le confirmó que estaba en el sillón.

 

El rico olor a café, proveniente de la cocina, que inundaba la habitación terminó por despertarlo del todo.

 

-Buenos días, Ryuuzaki.- le dijo el castaño saliendo de detrás de una puerta.

 

-Hola.- contestó y miró el reloj que colgaba de la pared: las 2:15 p.m. -¿Ya esa hora es?-

 

Light asintió sin decir palabra y se acercó. Le entregó una taza y se sentó en el sillón de enfrente.

 

-Gracias.- se sentó y luego de beber unos tragos comenzó a mover la cabeza, como buscando algo -¿Y los chicos?- preguntó finalmente.

 

-Bueno, ellos...-

 

/*/*/*/*/*/

 

-¡Ahh!... ¡Mello!- gemía despacito.

 

El rubio aprovechaba aquellos momentos para colar su lengua dentro de la boca compañera y deleitarlo con un profundo y delicioso beso que los dejaba sin aliento.

 

Ambos tirados en la cama, Mello encima del albino. Los dos a medio desvestir: Near llevaba la camisa blanca desabrochada y el pantalón bajo, hasta las rodillas; Mello sólo llevaba el pantalón de cuero negro a medio desabotonar.

 

Cuando se separaron del beso el rubio bajó por el pecho del otro mordisqueando.

 

-Mmm... Mello... pensé que esto... ¡ah! ...pensé que esto era para ayudar a Light...- dijo con dificultad, respirando fuerte y entrecortado.

 

El aludido separó la boca de la tetilla derecha y lo miró. Se acercó al rostro y le lamió la mejilla, estaba caliente.

 

-Que estemos acá para ayudar a Light- y se acercó a su oído –no quiere decir que nosotros no podamos aprovechar.- le murmuró sensualmente para luego morder el lóbulo y estirarlo con suavidad.

 

-Pero... ¡mmm! ...¡Pero Mello!-

 

-¡Y ahora qué!- exclamó exasperado, deteniéndose al instante.

 

Near lo miró divertido, con una sonrisita traviesa filtrándose en su rostro sonrojado.

 

-Yo también quiero participar.- mencionó con calma y aprovechando lo extrañado que estaba el otro con aquella frase invirtió roles, quedando él arriba.

 

El peliblanco le dio un pequeño beso en la boca, uno casto y simple. Después de eso empezó a bajar por el pecho repartiendo besos y lamidas.

 

-Me hubieras dicho antes que querías chupármela, no te lo hubiera negado.- ironizó el rubio.

 

-No, yo no quiero chupártela.- le respondió y otra vez la expresión de no entender nada abordó la cara de Mello –Yo solamente quiero que disfrutemos...- finalizó todo sonrojado y continuó con su labor.

 

/*/*/*/*/*/

 

-Bueno, ellos... La verdad, les pedí un favor.-

 

-¿Qué favor?- preguntó el pelinegro, clavando los insondables ojos azabaches en el castaño.

 

-Les pedí si nos podían dejar solos por hoy.-

 

-¿Y puedo saber por qué les pediste eso, Light-kun?-

 

El nombrado permaneció callado, meditándose las palabras que pensaba pronunciar. ¿Cómo contestar algo tan simple?

 

-Quería agradecerte todo lo que hiciste por mí, el no haberme abandonado...-

 

-Ya te dije que no me lo tenes que agradecer, yo solamente quiero verte bien y sano, quiero que puedas pensar en la felicidad como algo cierto.- respondió terminando de un sorbo largo lo que quedaba en la taza y dejándola a un costado.

 

-Por eso mismo es que tengo que agradecértelo.-

 

Y un mutismo extraño se apoderó de la sala, de ellos, de sus vidas y dolores, así como también el repetitivo sonido hueco del silencio llenó el amor que sentían con sutiles susurros de amantes.

 

-Ryuuzaki... ¿puedo preguntarte algo?- inquirió el castaño y agachó la cabeza, mirando cómo sus pies se balanceaban de un lado a otro de forma nerviosa tal como un niño espera el reto de sus padres.

 

-Lo que quieras.-

 

-¿Alguna vez fui una carga para vos?- el otro lo miró como si el mundo comenzase a derrumbarse delante suyo -¿Alguna vez sentiste que ya no podías lidiar conmigo? Como, por ejemplo, cuando estaba en tratamiento y a penas hablaba... o cuando te gritaba por nada culpándome de la muerte de Mikami o la separación de mis padres...- iba cerrando fuertemente los puños a medida que hablaba, incapaz de expresar aquella frustración, aquellos sentimientos –Ryuuzaki... yo fui una carga para vos, ¿de verdad no lo sentís así?-

 

Unos fuertes brazos lo sujetaron. Unos suaves labios se cernieron sobre su mejilla.

 

-Nunca fuiste, no sos y nunca vas a ser una carga para mí... No quiero que pienses esas cosas...-

 

-Gracias.- musitó levemente.

 

-No, gracias a vos.-

 

Light lo miró curioso, incrédulo de lo que había oído. ¿Gracias a él? ¿Por qué? ¿Por haberlo hecho sufrir de esa manera...?

 

-¿Por qué?- preguntó al fin, desconfiado.

 

-Por haber seguido viviendo, por no rendirte... Por haber aparecido en mi vida y dejarme amarte... ¿Te parece poco?-

 

Compartieron una sonrisa calida de unos segundos.

 

-¿Sólo por eso le pediste a los chicos que se fueran?-

 

En contestación, el castaño negó con la cabeza de modo infantil.

 

-Quería pedirte algo a vos también.-

 

-¿Qué cosa?-

 

-Hagámoslo.- pidió.

 

El recuerdo de la vez en que Light le había dicho exactamente la misma frase lo atacó.

 

-Haceme el amor...- esta vez adoró el tono que usaba el menor.

 

-¿Estás seguro?

 

-Sí, ya estoy bien... Y... te amo, quiero que lo hagamos...-

 

Esta vez no había secreto de por medio, no había miedo ni mentiras, no estaba Mikami desde la oscuridad moviendo sus hilos de terror infundado.

 

Esta vez estaba simplemente el amor, no había otra cosa que ese sentimiento presente. Ellos dos y un pasado, unos dolorosos recuerdos que afortunadamente ya no volverían; ellos dos y todo lo que había sucedido en esos últimos años: el sufrimiento, la alegría, el temor, la amistad... Y el amor, el amor que se profesaban con cada beso y abrazo, con cada caricia y sonrisa...

 

¿Qué más podían llegar a pedir que ese final feliz que estaban teniendo?

 

¿Que la felicidad no existe? Quizás, no importaba si existía o no, importa si vos deseas creer.

 

¿Que ellos no podían amarse? ¿Que era pecado?

 

Ryuuzaki y Light eran felices. Se amaban.

 

No había necesidad de mayores confirmaciones o mayores dudas.

 

-Yo también te amo... y también quiero que lo hagamos...-

  ... F I N ...
Notas finales:

gracias x bancar la historia, los retrasos, los comentarios estupidos que hago XD... gracias por leer y seguir la historia, significa mucho para mi nn

 

nos estaremos leyendo

 

PD: sip, falta el final alternativo, q cuando tenga tiempo (y ganas) escribire y subire.


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