Existían dos familias, los Heiwa cuyo nombre significaba paz, y los Senzo cuyo nombre significaba guerra; estas familias eran como el aceite y el agua por eso no podían estar unidos, y ni siquiera verse a las caras porque si no surgía una disputa de una gran magnitud.
Los Heiwa se caracterizaban por ser pacíficos, inteligentes, audaces, y buenos en las artes; pero por otro lado los senzo eran buenos con las armas, aunque eran inteligentes solo utilizaban esta para estrategias de combates en guerras. Pero las cosas no siempre fueron así alguna vez entre estas dos familias…
Se contaba la historia de dos chicos herederos de las familias que se habían enamorado, uno era Yoru un joven Senzo alto de cabello azul oscuro, cuyos ojos eran azules con cierta peculiaridad en un ojo el cual era color miel; este chico estaba perdidamente enamorado de un hermoso chico llamado Ran Heiwa, de ojos rojizos y cabellera larga color rosa.
En aquellos tiempos estas familias no peleaban, se podría decir que se la llevaban bien gracias a esta pareja, pero no todos estaban felices con la unión de estos, había una persona que detestada a aquella persona era un Heiwa llamado Aisawa. Aisawa pensaba que deshonraría a la familia Heiwa por la unión con los senzo por lo que decidió acabar con eso de una ves y por siempre.
En una noche fría de invierno Aisawa contrató a una banda para que acabaran con la vida del joven Senzo, pero algo salió mal ya que los de la banda se confundieron y atacaron al joven Ran hiriéndole y dejándole agonizante, en ese momento llegó Yoru el cual luchó duramente con la pandilla, pero también resultó horriblemente herido. Aun con la fuerza que tenía se acercó a su amado Ran el cual aun estaba consiente, en ese lugar prometieron verse de nuevo en otra vida donde serían felices juntos, ambos al hacer aquella promesa fallecen.
Lo único que no se dieron cuenta aquellos ahora fallecidos chicos, era de la presencia de otra persona en aquella habitación, era Aisawa que se le dibujó una sonrisa complacida al haber acabado por fin con tal pareja, él sólo sacó los cuerpos sin vida de la pandilla y los ocultó, además de acomodar los cuerpos de la pareja para que todos creyeran que había sido un asesinato por parte del Senzo.
Los Heiwa pensaron que Yoru había cometido el asesinato por lo que sacaron una conclusión “los Senzo solo sirven para matar por lo tanto les queda su nombre” de allí en adelante las familias se volvieron eternas rivales, los Senzo defendiendo al heredo, diciendo que nunca pudo haber hecho eso y que no eran unos matones.
Y así pasaron los años después de ese horrible acontecimiento, las familias ahora enemigas no se soportaban, pero siempre había veces en los que las ellas proponía competencias para nombrar por cierto tiempo a la familia más apta.
En estas competencias siempre les tocaba a los líderes de la familia, pero últimamente se habían suspendidos por la muerte de el líder de la familia Senzo. Los Heiwa querían competir con el heredero del la familia Senzo quien era un joven llamado Sora de 18 años, portador de un cabello azul y ojos del mismo color cielo el cual escondía un pequeño secreto…
En la mansión de los Heiwa se formaba una disputa entre consejeros y el líder de la familia.
- ¡No! ¡Yo podré vencer a ese mocoso, no aceptaré que me sustituyan!- dijo un hombre de tez blanca, con rasgos definidos y de cabello rojo, el líder de la familia.
- Pero señor recapacite, los Senzo nunca dejarían que usted compitiese con solo un chico- trataba de recapacitar al el líder uno de sus consejeros.
- ¡Eso es problema de ellos, que a parte de matones son unos cobardes!- algo enfurecido en su tono de voz.
-Señor no será mejor que deje a su hijo enfrentarse al joven Senzo, además que el chico es menor que usted por lo tanto debe tener más energías y más fuerza- mencionó otro de los consejeros.
-Humm en eso tienes razón... ¡Sunao ven aquí enseguida!- alzando la voz con cierta autoridad se encontraba el pelirrojo.
-No tenías que gritar aquí estoy- dijo un chico peli rosa, con cabellera larga y del mismo color que sus ojos, de una estatura media.
- ¡No le hables así a tu padre!... Bien he tomado una decisión, competirás con el chico Senzo- con una sonrisa le dijo al peli rosa.
- ¡¿Qué?! ¡Me rehusó! ¡No competiré en eso!- se alarmó el peli rosa y mostró en su cara enojo, pero trataba de comportarse maduro.
- No puedes decir que no, ya que es tu deber como un Heiwa- dijo ahora el mayor.
- ¿Pero de verdad no hay otra manera que alguien ocupe mi puesto?- mostrando un aire más calmado el heredero.
- No, lo lamento Nao no puedo hacer eso… Que le envíen la noticia a los Senzo que será mi hijo el que participe.
Una ves dicho esto por parte del líder de la familia, los mensajeros partieron y dejando a un peli rosa con cara de molestia. Con muy mala gana los mensajeros se dirigían hacia la mansión del los Senzo, ya por razones obvias.
Por otra parte en la mansión de los Senzo se veía a un peli azul algo deprimido por la muerte de su padre.
-¡Vamos Sora-sempai! no esté deprimido, estas cosas pasan a menudo es algo natural- dijo dándole apoyo un chico más joven que él, llamado Ishikawa Gaku.
-Lo se, pero no estoy preocupado del todo por eso… ¡¡Si no es que tengo nervios!! ¡Voy a compartir con uno de esos mentirosos Heiwa!- con un escándalo se encontró el peli azul.
- ¡Ja! por lo menos tiene su típica energía Sora-sempai- dándole un coscorrón al mayor.
- ¡Ishikawa! Eso duele- a la vez que estos dos estuvieron peleando, había otra persona observándolos.
-Vamos, esa no es la forma de ser de un heredero – musitó con su típica pose seria y una sonrisa burlona, un hombre llamado Shinichirou, uno de los consejeros.
-Je no es lo que crees nii-chan – mostró una sonrisa nerviosa el peli azul cielo
- No lo es… es decir ¿No se estaban peleando?- interrogó con una ceja alzada
- Entonces si es lo que crees jeje – una gota nerviosa recorrió la frente del chico menor.
-Mmm no se que voy hacer con ustedes, debería...- pero no pudo seguir por que en seguida vinieron dos mensajeros, unas miradas de desprecio se intercambiaron entre los mensajeros y el consejero.
-Venimos para entregarles esto- dijo con una mueca de disgusto el mensajero mientras les entregaba un papel.
- ¿Qué es y que dice?- preguntó muy a la mala gana el pelinegro
-Usted sabe leer cierto pues lea y sabrá- al decir esto los dos mensajeros salieron de allí.
-…- Shinichirou abrió el sobre del mensaje y empezó a leerlo para él.
-Nii-chan ¿Qué dice? ¿Es una noticia mala?- preguntó un poco preocupado el heredero de la familia Senzo.
-Al contrario- hizo una pausa tomando aire y con una sonrisa algo complacida pronunció- al parecer no tendrás que competir con el líder de los Heiwa.
-¡¡Si!! ¡Que bien!- mostrando su típica energía y alegría el peli azul.
-Pero competirás con su hijo… No creo que sea mucho problema según me han contado se ve algo débil.
- ¡Pues así mejor! Ahora por lo menos dormiré tranquilo.
-Nee Sora-sempai si tienes suerte jeje, igual yo me retiro tengo que ver Nagase- comentó mientras tenía ojitos iluminados.
-¿Eh? ¿Por qué se pondrá así siempre que lo nombra?- se preguntó algo extrañado el peli azul cielo. -Sora eres tan despistado, mejor vete a bañar y a dormir ya que mañana será la competencia.
-Tienes razón mejor me voy. Dicho esto se fue a su habitación para luego irse al baño y darse una buena ducha.
- ¿Quizás sea él? ¿No lo crees Sora?- dijo una vos más grave en el interior de la mente de sora.
-Ahh ¿Yoru sigues creyendo que volverá? No lo vas a encontrar, siempre me resultó raro que hubieses ren...ren... bueno tu sabes en mi, y creo que es pura casualidad.
- No seas idiota, nos hicimos una promesa- y así era, la voz que era más grave en la cabeza de Hashiba era nada menos que Yoru, el antiguo heredero.
Hace unos años Sora había descubierto a Yoru dentro de sí, y nunca creía que eso le estuviese pasando, se lo contó a su padre y este creyó que era solo cosas de su mente, pero Hashiba siempre supo que no era cosas de su cabeza que era real, algunas veces Yoru tomaba posesión del cuerpo, para buscar a un tal Ran, el cual Sora desconocía, hasta que el oji dorado le contó la historia de su pasado.
-Pero Yoru, llevas buscándolo cientos de veces y no lo has encobrado ¿Qué te hace pensar que un estúpido Heiwa que resulta ser otro heredero es Ran? -
¡No les digas así! –Dijo con vos autoritaria- no todos son estúpidos, y aun tengo la fe, nos vemos- dicho esto dejo de hablarle.
-Humm siempre es así, las mayoría de las conversaciones que tengo con él son así- terminó de ducharse y de secarse, se dirigió a su cama, poniéndose la ropa interior enseguida se acostó. Pasando por su cabeza ¿Qué pasaría mañana? ¿Defraudaría a su familia, ganaría?... De tanto pensar el peli azul, se quedo dormido y la noche fue pacifica, como si le quisieran dar tiempo para dormir bien.
Al día siguiente, los rayos del sol iluminaron todo, en el centro de la ciudad había algo que parecía una celebración, por los globos y una gran tarima. En el medio de esta se encontró un rubio muy enérgico, parecía el animador o presentador.
-Good~ morning~~ ¡Aquí les presento la competencia entre familias! Hoy con ustedes los Heiwa y los Senzo, un aplauso por favor.
Todas las personas se veían animadas gracias al rubio, mientras que las familias se separaban entre dos gradas, la de la derecha se encontraba los Senzo y en los otros los Heiwa.
Regresando a la tarima el anunciador llamado Matsuri, estaba apunto de presentar a los representaste en la competencia.
-Y con ustedes los representantes… en este lado representado a los Senzo, ¡Sora Senzo! Aplauso por favor. El nombrado salió con una sonrisa y saludando a todas las personas que estaban allí observándolo.
-Y bien, ahora de este lado representando a la familia Heiwa ¡Sunao Heiwa! Sora que en esos momentos esperó a ver quién era el chico con quien competiría, se quedo asombrado al ver al peli rosa salir con una sonrisa tierna.
- ¿Ese es con quien competiré?… Pero me dijeron que era un chico… ¡No esperen es un chico!- pensó el peli azul que estaba algo embobado con el chico Heiwa. En un momento el peli rosa también volteó y sus miradas se entrelazaron, pasaron unos segundo así hasta que el del cabello largo cambió su expresión tierna a una de desagrado y voltio la mirada, a lo que el peli azul quedó muy sorprendido.
-Bueno ahora sí… ¡¡Empecemos con la competencia!!- dijo muy energético el joven conductor. Continuara…