¿Por qué no puedo dejar de pensar en él? ¿Qué es este calor que me recorre las entrañas cada vez que se encuentra cerca de mí?
Otra vez hemos discutido. Nuestras dobles personalidades han vuelto a hacer de las suyas y hemos amanecido juntos de nuevo. He decidido cambiar de dormitorio para que esto no vuelva a ocurrir y dejemos de hacernos daño.
Ahora estoy aquí, solitario, en este rincón de mi nuevo cuarto, tumbado en la cama y escuchando esa triste canción que me pone los pelos de punta y que hace que te recuerde mas que nunca. Es tan hermosa… como tu…
Tú, al filo de la irrealidadun lecho de sensualidadbello en verdad.Tan solo túcreado todo para amar,irresistible y diferentetu vas mas allá.Cuanta razón tiene… Te amo tanto pero siempre hago lo posible por lastimarte. Supongo que es un mecanismo de defensa para que me odies y poder olvidarme de estos sentimientos que me torturan las veinticuatro horas del dia. Necesito borrarte de mi corazón, para dejar de sufrir por algo que no compartimos. Es demasiado cruel.
Mi vida túsiempre una aventura sin finaluna nueva historia por contarun espacio de luz y de ternuraamantes sin censura.Tu, complaciente hasta la saciedadcon un rasgo fiel de ingenuidaddiría que no eres de verdad. Unos golpes me sacan del ensimismamiento. -Adelante- susurro. Unos cabellos azules se adentran por la rendija de la puerta. ¡No, vete! No quiero que me veas así, con los ojos inundados en lágrimas por un amor no correspondido. Me seco rápidamente, pero aun así te das cuenta.-¿Has estado llorando?
-N-no- intento disimular.
-Si es por mi, no te preocupes. He estado reflexionado y creo que debemos separarnos por un tiempo, así evitaremos que Yoru y Ran salgan…
-¡No lo entiendes!-grito con desesperación. Tengo tantas cosas que decirte y tan pocas palabras para expresarlas.
-Mira, no quiero hacerte daño, así que dejemos esta amistad. Es la única forma de…
-¡¡Basta!!- las lágrimas vuelven a hacer acto de presencia. Odio que me veas así pero siento que estoy a punto de estallar. -¡Deja de hacerte el interesante con que la culpa la tienes tu! ¡Es toda mía por ser tan débil y estúpido!
-Nao…- su cara se torna triste- Dime, ¿qué he hecho mal para que estés así?
Es todo tan doloroso, tenerle cerca y a la vez tan lejos. Verle sufrir por mí, solo por mí.
-El problema soy yo…- le miro a los ojos. Esos profundos ojos azules en los que me gustaría perderme. -Nao… no entiendo… -¿Eres tan tonto como para no comprender sus sentimientos? -¿Ran? -Eres un estúpido, Sora. Yoru y yo estamos enamorados, es lógico que vosotros sintáis lo mismo. Aunque tu no te hayas dado cuenta de tus sentimientos, él si. -¿Quieres decir que…? -Efectivamente. Sunao te ama, por eso cambió de habitación, para que no te enteraras y evitarte el sufrir. Decidió cargar con el dolor él solo.-Nao…
-Bueno, te dejo con él.
Tu, misterio de masculinidady un algo de fragilidadintenso y totaltan solo tumi cómplice en la intimidadmi compañero mi tormentono existe otro igual.De nuevo volvía a ser yo. No comprendo porque Ran ha salido en este momento, ni lo que habrá hablado con Sora.
-Nao, perdóname- seguía en la misma posición, pero su cara estaba muy seria.
Sin esperármelo, mis labios fueron sellados por los suyos en un tierno beso. He soñado tanto con esto, la dulce boca de Sora sobre la mía. Pero mi instinto me dice que me separe, que hay algo que aclarar.
-¿Qué haces?- me alejo de él. Estoy completamente sonrojado.
-Perdóname por no haberme dado cuenta de tus sentimientos, Nao- se ve tan hermoso así de cerca- Sunao, hace mucho tiempo que quise decirte esto pero temí a ser rechazado- minutos de extrema tensión-Te quiero…
Mi corazón inquieto me da un vuelco. Ran debe haberle dicho lo que sentía. Espera ansioso una respuesta y se la doy. Acerco su rostro al mío, deseo saborear esos labios una vez más. Ahora esta canción, me recordará al día más feliz de mi vida cada vez que la escuche.
Necesito sentirle más que nunca. Con su lengua me pide paso. Saborea milímetro a milímetro mi boca y me abraza con fuerza, como si tuviera miedo a perderme, pero eso jamás ocurrirá. Me recuesta con suavidad en la cama sin dejar de besarme. Con sus manos me sube la camiseta del pijama y me acaricia el torso. Me aferro a su cuello para profundizar ese beso que tanto anhelaba y revuelvo sus cabellos. Si esto es un sueño deseo no despertarme. Paseo mis manos por su tostada espalda, dando la máxima ternura a cada pasada. Quiero demostrarle todo lo que siento por él y esta es mi oportunidad. Se acabó el huir de este amor que tantos quebraderos de cabeza me ha traído. Ya no, voy a enfrentarme a él y me da igual lo que pueda pasar o las consecuencias. Quiero seguir adelante. Su boca pasa a mi cuello. Su lengua lo recorre con extremada sensualidad, es una sensación muy cálida. Jamás volveré a estar solo. Ahora le tengo a él, solo para mí. Sigue bajando. Me baja la camiseta por un hombro, para que así pueda regarlo con su dulce saliva. Yo subo más la suya para acceder mejor a su espalda. Bajo mis manos por su cintura hasta llegar al extremo del pantalón, dándole fugaces caricias en esa zona. Me incorpora un poco para quitarme por fin la parte de arriba y la lanza al suelo. Sonríe ante mi sonrojo, pero no puedo evitarlo, siempre fui bastante tímido ante estos temas. -Estas adorable cuando te ruborizas.-Baka- desvío mi mirada ante la suya lujuriosa.
Por amarte doy la vidasin tu piel es tan vacíate abro el corazón con ansiedad.Te quitas tu camiseta muy despacio. Me sonrojo aún más al ver tu torso moreno, tan sumamente perfecto. No era la primera vez que te veía así, ya había tenido más oportunidades debido a Ran y a Yoru. La diferencia erradicaba en que esta vez no solo te vería, también te sentiría, te tocaría… te amaría.
Vuelves a recostarte encima de mí. Me besas ambos hombros y vas desplazándote hacia abajo, parándote a saborear mis pezones. Sabes muy bien que es lo que tienes que hacer para sacar gemidos de mi boca. Se nota que todas estas noches con nuestras dobles personalidades has aprendido algo inconscientemente. Yoru conoce muy bien la anatomía de Ran, que es la mía, y él y tú sois la misma persona, por lo tanto tú también debes de conocer mi cuerpo a la perfección, mis puntos débiles, mis zonas erógenas…
Mi rubor aumenta ante tales pensamientos. Hace un calor horroroso en el ambiente y me siento más caliente y excitado que nunca. Sigues bajando hasta mi ombligo en el cual introduces tu lengua juguetona. Me arrancas un gemido ahogado. Tus manos no se estan quietas. Me acaricias los costados con suavidad.
Subes de nuevo hasta mi boca. Me besas con deseo y pasión desenfrenada. Mientras tanto, vas desabrochando mis pantalones. Empiezo a ponerme nervioso. Con una mano te agarro el cuello y con la otra te revuelvo los cabellos. Te das cuenta de mis preocupaciones y paras.
-¿Te encuentras bien? ¿Quieres que me detenga?
-No… es solo que es la primera vez que… bueno que hago el amor como Sunao y no como Ran y no estoy muy seguro de… como actuar.
-También es la primera vez para mí. Pero es como si Yoru desde dentro me ayudara y me guiara, eso me reconforta y me hace estar mas seguro. Tú solo… déjate llevar.
Mi vida tusiempre una aventura sin finaluna nueva historia por contarun espacio de luz y de ternuraamantes sin censuratu complaciente hasta la saciedadcon un rasgo fiel de ingenuidaddiría que no eres de verdad.Bueno, habrá que intentarlo. Me sigues besando con una lujuria que nunca pensé que tuvieras. Me vas bajando con suavidad tan incómoda prenda. La vas deslizando poco a poco por mis piernas. Hoy no tenemos prisa. Tengo todo el tiempo del mundo para ti, ve despacio, quiero sentir cada caricia tuya como si fuera la última, que me lleves al paraíso con tus palabras y acciones.
Me los acabas de quitar y los tiras al lado de las camisetas. Sigues devorándome los labios, mientras con tus manos me haces sutiles caricias en mi entrepierna que pide a gritos atención. Vuelves a besarme los hombros y bajas tus manos para acariciarme los muslos. Ahora me toca a mí despojarte de los pantalones. Los tuyos son de goma, más fácil. Te los voy quitando despacio. A pesar de tener tu boca ocupada, noto como sonríes.
Te incorporas todavía con la sonrisa en tu hermosa cara y te deshaces de los pantalones. Puedo comprobar que tú también estas muy excitado. Ese bulto por debajo de tu ropa interior te delata. Vuelves a recostarte. Esta vez me muerdes los lóbulos de las orejas. ¡Ah, Dios! Siento que voy a enloquecer con tus caricias. Masajeo tu trasero, ese tan perfecto por el que tantas veces he sufrido, ya que mis manos iban solas hacia él.
Te bajo los bóxer un poco para tocarte mejor. Ni te imaginas cuantas veces he deseado acariciarte de esta forma. Introduces tus manos por detrás de mis riñones y me vas quitando la ropa interior. Con tu lengua degustas una vez más mi cuello, lleno de marcas de saliva. Te levantas y terminas de hacerlo. Vuelves a sonreír pervertido. Empiezas a besarme en el interior de los muslos, acercando tu boca peligrosamente a mi zona íntima. Se te ve tan sensual y eres tan tierno conmigo…
Te sigues acercando más y más y más… ¡Ah! Me das un casto beso en la punta de mi miembro. Segundos después te lo introduces en la boca de una sola vez. Empiezas a succionarlo con delicadeza. En mi boca se agolpan los gemidos. Con las manos te voy marcando el ritmo y tú accedes obediente.
-¡Ah, Sora!
Sigues lamiendo con tu lasciva y ansiosa lengua. Al poco me corro y tu te relames los labios.
-Sabes realmente delicioso, Nao-chan.
El calor se agolpa en mis mejillas y en mi entrepierna.
-Ahora quiero que gimas mi nombre…
-Eso es patético- replico girando la vista.
-Naoooo- me pones ojitos de cachorro, ¿de verdad te crees que no reacciono ante esa mirada? Simplemente me desarmas. Eres el único ser en este mundo capaz de controlarme porque eres al único que le dejo, ante el único que me someto.
-Esta bien… pero date prisa…- le digo al ver la enorme erección que tengo de nuevo. Es que me pones tan sumamente cachondo…
Con el semen que queda aún en tu boca, lubricas tus dedos y los acercas peligrosamente a mi entrada. Introduces el primero. Maúllo de dolor. Es insoportable. Metes el segundo. Me tengo que morder los labios y pronto empiezan a sangrar.
-Tranquilo, peque, enseguida se pasa.
-¡No me llames peque!
Empiezas a moverte y las lágrimas se acumulan en mis párpados. Al poco dejé de sentir ese profundo dolor y pasé a sentir placer. Noté como tus dedos me abandonaban y algo mucho más grande ocupaba su lugar.
-¡Mmmm Sora! ¡¡¡¡¡¡Ah, SORA!!!!!!
Te mueves deliciosamente bien. Escucho también tus gemidos. La música se oye débil desde el escritorio.
Mi vida túcon un rasgo fiel de ingenuidad
diría que no eres de verdad.
Con una mano acaricias mis nalgas y con la otra masturbas mi miembro. Entre jadeos te entiendo que quieres que acabemos juntos. Me tocas horrorosamente lento. Cojo tu mano y vuelvo a marcarte el ritmo, para no desesperarme tanto.
-¡Un poco más Nao!- me gritas.
Siento un líquido viscoso y cálido invadiéndome. Yo acabo en tu mano, salpicando a tu vientre. Caes rendido encima mía y sales de mi interior. Lames tu mano con sensualidad y deleite.
-Como se puede ser tan delicioso- susurras.
Te regalo un beso en los labios y un “Te quiero”. Intento alcanzar la sábana y arropo tu cuerpo perfecto y luego el mío. Me giro para quedar frente a frente. Estas envuelto en sudor. Tus ojos océano me observan con curiosidad.
-¿Qué miras?
-Mi sueño…
-¿Cómo tu sueño?- le revuelvo los cabellos.
-Sí… mi sueño hecho realidad.
Entre estas hermosas palabras, Sora se queda dormido, y yo con él.
Tu, al filo de la irrealidad,al filo de la irrealidad.