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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Varias escenas.

El amanecer de Alexander y Andre con sus sentimientos.

Louis estará harto de tanto esperar y lo pagara con una persona
que ya tiene bastante con sus propios problemas, Christine.

Adam hablará claramente con su pequeño soldado y hará que
tome algunas decisiones.
Caminaba tranquilamente por los pasillos de la mansión, haciendo que su cabellera color sangre se moviera al compás de sus pasos, haciendo que más de un vampiro se volteara a mirarle, si, llamaba la atención pero esa pandilla de vampiros idiotas no le interesaban. Su presa se había escapado hacia un tiempo y no sabía donde.

Salió al jardín, no había nadie excepto una persona.

Allí estaba, plantada como si su alma estuviera allí.

Christine miraba el cielo oscuro, el viento azotando sus cabellos largos y rizados, acompañándole el vestido blanco haciendo que se pudieran ver un poco sus muslos.

“¿Ahora te gusta quedarte aquí en la noche?” burlón miró a la chica.

Ella se volteó al escuchar esa voz, estremeciéndose.

“Louis...ahora mismo no estoy para tus comentarios...” chasqueando la lengua comenzó a buscar alguna cosa con un cigarro entre sus labios, sorprendiéndose al ver que Louis se había puesto a su lado y le estaba dando fuego para encenderse el cigarro. “...gracias...”

“...” miró a la delicada chica, podía presionarla un poco, quizá soltaba alguna cosa. “...¿Erwin no esta?”

“¿Y para que narices quieres saberlo? Ya sabes que precisamente no estoy de tu lado...”

“Pero no estas en contra...” con superioridad miró a la castaña que rodando los ojos suspiró mientras expulsaba el humo de sus pulmones. “¿O me equivoco pequeña?”

“Ni te pienses que estoy a favor tuyo...solamente sé...que si me pongo en contra de ti saldré perdiendo...y me interesa vivir...aunque no toleraré nunca lo de Erwin.” Algo asqueada se dispuso a irse pero el brazo fuerte del pelirrojo la retuvo, haciendo que lo mirara con dolor. “...me haces daño...”

“¿Y crees que quiero hacerte cosquillas?” con su otra mano agarró del mentón a la chica, observando esos grandes ojos azules acompañados de largas pestañas, los labios rosados y blanca como la nieve. “...quizá podrías darme alguna pista...”

“No sé donde esta Erwin...en teoría está en la habitación...aunque si me lo preguntas es porque ya has comprobado que no está...¿no?” soltando el cigarro y dejándolo caer al suelo desvió la mirada, Louis le daba miedo.

“Si no abres esa boca tan bonita...”

“¿Qué?” desafiante le miró, en medio del jardín no le podía hacer nada.

“Pues que podría darte algo más de atención, ya sabes...como a Erwin.” Sonriendo como un loco hizo que la menor se estremeciera y empezara a temblar. “¿Ahora me dirás la verdad?”

“¡Te estoy diciendo que no sé dónde está! ¡Louis déjame!” forcejeando hizo sonreír más al vampiro que se reía ligeramente.

“Creo que me pensaré la idea que he tenido...querida.” acariciando el cabello ondulado se acercó para olerlo, cerrando los ojos, escuchando la deliciosa respiración entrecortada por el miedo.

“¡Louis!” una tercera voz hizo que el aludido dejara a la chica con tranquilidad. “¿Se puede saber que mierda estabas haciendo?”

“¡Adam!” corriendo hasta dónde estaba el peliplateado se abrazó a su cuerpo, escondiendo su rostro en el pecho delgado.

“¿Qué ha ocurrido Christine?” acariciando los cabellos de la menor intentó tranquilizarla. “Louis...¿acaso quieres meterme en problemas? Si Erziel llega a ver que la prometida de su querido nieto esta así...”

“¿Crees que me haría algo? No seas estúpido...sabes muy bien que no ocurriría nada. La mataría y no me dirían nada...” sonriendo comenzó a caminar. “...además, fue su culpa por no colaborar.”

“Cállate...vete a dentro...” Adam miró al pelirrojo que riéndose suavemente desapareció de su vista. “...¿Estás mejor Christine?”

“Si...” aún algo asustada se separó del peliplateado. “...lo siento.”

“No pasa nada...¿pero que ha pasado?”

“Al principio nada...incluso estaba amable...pero me ha comenzado a preguntar por el paradero de Erwin...y yo no sé dónde esta...” retirándose con la mano las lágrimas que resbalaban por su rostro miró al vampiro, ya llevaba demasiados días soportando de todo y solo le hacia falta el acoso de Louis.

“...”

“¿Cuándo se irá?”

“¿Louis? No lo sé, me comentó que quería irse a su mansión...pero creo que espera la ocasión en que mi hermano vuelva...” acariciando con cariño el rostro de la castaña sonrió. “...no te preocupes y ve a ver dónde esta Andre...Erziel pregunta por él...yo tengo un asunto que atender con mi pequeño soldado.”

“Está algo enojado...no le tomes en cuenta las contestaciones.” Más animada sonrió. “...he ido antes a verlo y estaba gruñendo por todo...”

“Tranquila...tendré cuidado con sus ataques verbales.”



















Se despertó poco a poco, hacia rato que se había quedado absorto observando el rostro perfecto del rubio. Era una sensación extraña eso de despertarse al lado de una persona tras una buena sesión de sexo. …l siempre después de haberlo echo con alguien desaparecía de la habitación como un fantasma. Y esa noche fue diferente, se despertó con un pecho amplio y cálido, con unos brazos fuertes rodeándole y un cabello de color oro precioso.

Maldita sea, volvía a sonreír mientras le miraba.

“Mmm...” abriendo poco a poco los ojos vio que Alexander estaba despierto mirándole. “...buenas noches señor...” bromeando besó los labios del pelinegro.

“¿Dormiste bien?”

“Claro...” bostezando ligeramente se frotó con su mano los ojos, estirándose como un gato en la cama para ponerse encima del más delgado. “...¿y tu?”

“Después de que esto me cansara...te aseguro que dormí de maravilla.” Acariciando el miembro de Andre sonrió torcidamente, haciéndole sonrojar hasta las orejas. “...conseguí sonrojarte...”

“Ahh...” quitándose de encima de Alexander escondió su rostro en la almohada.

“¿Ahora te entra la vergüenza? Porque ayer no tenías tanta cuando entrabas en mi sin piedad...” aprovechando el momento se acercó al rubio, retirando el cabello rubio de la nuca para lamerla y morder la piel. “¿Andre?”

“De-déjame...” tapándose con la sábana sorprendió al pelinegro que se puso a reír.

“¿Y ahora que ocurre?” riéndose se puso debajo de las sábanas agarrando a Andre por detrás. “...oh, venga Andre...ha sido una broma...”

“No es eso...” volteándose y quedándose de cara al pelinegro y rojísimo se quedó callado. “...es que...solo de recordarlo...”

“...” viendo que tras mirar sus ojos los desviaba hacia abajo hizo lo mismo, haciendo que sonriera torcidamente. “...vaya, tienes un despertar muy bonito...”

“¡Alexander!” escondiendo su rostro en el cuello del pelinegro suspiró fuertemente.

“Yo te ayudaré con esto no te preocupes...” sonriendo maliciosamente besó los labios carnosos, mordiéndolos y haciendo que Andre le rodeara con sus brazos.

“Mmm...”

Y Andre se dio cuenta de algo, siempre que estaba Alexander, aunque le diera vergüenza, acababa por relajarse y actuar con normalidad.

Y es que...Alexander era especial.
















“Perdonad...¿dónde esta el capitán?” Adam entró en la sala de entrenamientos, algunos novatos callaron de golpe al verlo entrar, incluso alguno se sonrojó.

“Eh...pues creo que está en el gimnasio privado de arriba...nos mandó tarea física y se fue con un cabreo de mil demonios...”

“Gracias...” cerrando otra vez la puerta suspiró fuertemente, aún estaba enojado, y si Naze estaba enojado acababan por pelearse siempre, subió las escaleras con pesadez y escuchó algunos golpes y gritos. “...siempre tan apasionado con el ejercicio...” suspiró por segunda vez y se quedó en el umbral de la puerta, allí estaba, su pelinegro dándole unos golpes temibles a un saco de boxeo que era más duro de lo normal.

“¿Qué haces aquí?” parando en seco miró al peliplateado que se acercó. “...no estoy de muy buen humor...”

“De camino aquí ya me lo dijeron dos personas...” sentándose en un banco miró a su novio, unos pantalones hasta las rodillas negros, sin camiseta marcando sus potentes abdominales y el sudor cayendo por su frente. Verdaderamente sexy.

“Pues ya ves...”

“Naze...lo siento.”

“No eres tu quién debería disculparse, ya sé que tampoco podías hacer nada ante los caprichos del patriarca...pero por lo menos llamarme para avisarme...Scot estaba en malas condiciones y no quiso hablar en el interrogatorio porque se sintió humillado.”

“¿Qué hicisteis con él?”

“Lo matamos...si no sirven para el interrogatorio les volvemos a inyectar las balas de plata...así no son un problema...” chasqueando la lengua se comenzó a quitar las vendas de las manos.

“Tienes que controlar tu carácter bebé...” levantándose ayudó al pelinegro, viendo que iba a contestar de mala manera. “Y no lo digo por ti, ya sabes que a mi no me importa que seas un poco brusco contestando...pero a Erziel no le hizo mucha gracia la actuación de ayer...e hizo unos comentarios que me preocuparon.”

“¿Por?”

“Dijo que si seguías así prescindiría de ti...”

Ambos se quedaron callados.

“...vaya...” volteándose se quedó de espaldas a Adam, quién lo abrazó por detrás besando su sien. “...estoy sudado...”

“No importa...en la cama sueles estarlo después de hacerlo...” suavizando la situación hizo sonreír al de ojos rojos. “¿ahora entiendes porque ando todo el día preocupado? Ya sé que tu tienes un carácter y que no lo cambiarías por nada del mundo...pero con Erziel en la mansión deberías...no quiero tener que ver como te ocurre una desgracia.”

“Ok, ok...intentaré controlarme...” resoplando con fuerza miró a Adam que sonrió más contento. “¿Satisfecho?”

“No...ayer no viniste a mi habitación y me encontré muy solo bebé...” sonriendo torcidamente y agarrando de la cintura al más bajo besó sus labios con devoción, haciendo que el menor se estremeciera. “...y quiero una compensación...”

“Adam...aquí...nos pueden vermm...” sin poder acabar de hablar vio como Adam sin dejar de besarle empezaba a andar hasta entrar en el baño privado para los capitanes, chocando con la pared de la ducha. “...Mmm...se te mojará la ropa...” entre sus labios miró los ojos azules del peliplateado.

“Ya me dejarás alguna de Khaled...”



















Miró por la ventana el jardín vacío, había pedido expresamente un balcón dónde no diera a la zona de jardín dónde había guardia, no quería tener que estar pendiente de si pasaba un guardia o no cuando escapaba para ir a ver a Jason.

Jason...

“Ya basta por favor...” se llevó las manos al rostro y se frotó los ojos suspirando fuertemente. “...Naze ya comprobó que era un licántropo...no puedo arriesgarme...” cerró el enorme ventanal y se sentó en la mullida cama. Un escalofrío le recorrió la espalda y se volteó. “¿Quién hay ahí?”

La puerta de su habitación se abrió.

“¿Ocurre algo querida?” Ezequiel, su hermano, entró al escuchar su pregunta. “¿Has visto alguien sospechoso?”

“No...debo haberme confundido...no me hagas caso...¿querías algo hermanito?” sonrió ampliamente a su hermano, alto, cabello castaño oscuro recogido en una coleta que le llegaba a media espalda, un ojo tapado por un mechón largo y el otro a la vista, de un verde precioso.

“¿Al final te ha convencido algún vestido de novia?”

Otra vez la maldita boda, estaba cansada.

Quería muchísimo a Andre, pero era su mejor amigo, y este estaba medio enamorado de Alexander...y ella...

Otra vez le venía a la mente Jason.

“Claro...creo que el de color blanco largo era bonito...ese que era de tirantes finos...a él le gustan los vestidos sencillos...”

“¿A Andre?”

“...Si, claro...” agachó la mirada, era una mentirosa, Jason amaba como le quedaban los vestidos sencillos que dejaban insinuar su silueta. “...¿me dejas sola Ezequiel? Quiero descansar un poco...”

“Claro...nos vemos después princesa...” besó la sien de su hermana y cerró la puerta lentamente.

“No me contaste nada de una boda...”

Christine se giró hacia la ventana, encontrándose con unos cabellos color fuego y una mirada clara y transparente.

“Jason...” dio unos pasos hacia delante para luego darse cuenta de la situación y quedarse quieta. “¿qué haces aquí?”

“No lo sé...quería verte...ya no coges mis llamadas.” Entrando en la habitación y cerrando la ventana pasó las cortinas para que ningún guardia le viera por casualidad.

“Sé que eres...y no sé que hacer...” agachó la mirada tristemente. Ahí lo tenía, su Jason, ese chico que conoció hace tiempo por la calle, que tímidamente le preguntó si podían verse, quién le besó con ternura, quién la hizo sentir como una reina, quién la colmaba de atenciones...allí estaba, mirándola con tristeza. “...y me duele saber que sabías que yo era un vampiro...”

“¿Crees que hubieran ido las cosas bien si te hubiera dicho: oye soy un licántropo y tu un vampiro...vamos a llevarnos bien?” intentando suavizar la situación vio como la castaña se llevó las manos a su cabello, revolviéndolo y que luego se sentaba en la cama rendida completamente. “Christine...”

“Dime que no estabas conmigo por saber donde estaba la guarida de los vampiros...aunque sea mentira dímelo...no quiero saber que estos dos años contigo han sido una mentira...” llorando miró al pelirrojo que se acercó agachándose en frente de ella.

“¿Crees que si hubiera querido saber tu guarida esto estaría intacto? Desde hace más de un año que sé donde vives...y si hubiera querido hubiera mandado unos hombres aquí a destruir la mansión...” acariciando con sus manos grandes el rostro de la chica le retiró las lágrimas. “...te quiero Christine...demasiado...y lo siento por mentirte.”

“¡Jason!” se abrazó a su cuerpo con añoranza, sintiendo los brazos fuertes de su novio rodearla con fuerza. “...te quiero tanto...” separándose ligeramente besó sus labios, sintiendo cuanto había echado de menos ese calor.

“Christine...no podía más...necesitaba verte...” tumbándose encima de ella besó esos labios, separándose para ver esos ojos verdes que miles de veces le habían echo perder la cabeza. “...no me dejes nunca más...”

“Tonto...nunca volveré a dejarte...”

No importaba si era un licántropo.

O si ella un vampiro.

En esos momentos no le importaba nada...


















Se habían pasado casi toda la noche en la cama, después de su segunda ronda nada más levantarse a Andre su abuelo le llamó para reunirse un momento, Alexander se vistió con tranquilidad tras usar la ducha y salió de la habitación del rubio silenciosamente para no levantar sospechas.

Y ahora estaba buscándolo como un loco.

Desde que Erziel le llamó que no le había visto y estaba a punto de amanecer y las compuertas serían cerradas, casi todos los vampiros se retiraban a dormir y el pelinegro no encontraba a su presa.

“Claro idiota...seguro que esta allí...” bajó las escaleras que daban a la piscina cubierta, a esas horas hasta el guardia que vigilaba se había ido y las cámaras ya no funcionaban. ¿Qué interés tendrían en una piscina?

Estaba todo completamente a oscuras, las compuertas de metal cubrían por completo los ventanales y una luz tenue de las luces de la piscina iluminaban la sala. Caminó por alrededor de la piscina, no veía a Andre.

Una mano le agarró del pie y le tiró dentro de la piscina, asustándole, intentando ver en todo ese cúmulo de espuma algo debajo del agua, viendo un torso perfecto que subía a la superficie a respirar aire.

“¡Me ha costado aguantar tanto debajo del agua sin que te dieras cuenta que estaba!” riéndose suavemente miró a Alexander que despeinado y agarrándose al borde de la piscina le miraba asesinamente. “...oh, vamos...no te enojes.”

“La ropa pesa debajo del agua ¿sabes?” quitándose la camisa y los pantalones miró al rubio que nadaba boca arriba, con los ojos cerrados, disfrutando del agua, el pelinegro nadó hacia él y le hundió riéndose. “...ahora con mi ropa interior voy más ligero.”

“Que gracioso...” pasándose las manos por los ojos agarró por la cintura a Alexander. “...¿cómo te ha ido el día?”

“Aburrido...cierto rubio no estaba para poder pasármela en grande...” con sus piernas rodeó el cuerpo del más alto, mirando esos ojos azules, perdiéndose en ellos. “¿Qué quería tu abuelo?”

“Al principio nada...me ha preguntado que como iban los preparativos para la boda con Christine, luego me ha hecho un interrogatorio sobre nuestra amistad...que por cierto si te preguntara nos conocimos en una fiesta dónde Christine me habló bien de ti, y de allí nos llevamos bien...”

“Y de otros besos...caricias...” acariciando el cuerpo musculoso se acercó a esos labios carnosos. “...y un espléndido sexo entre nosotros.”

“¡Alexander! ¿Quieres escucharme? Que hay algo que me ha dejado preocupado...”

“Dime, dime...” suspirando rodeó con sus brazos el cuello del más alto.

“El abuelo me ha comentado...que en la mansión de mi padre...hay dos residentes que solo están de paso...” viendo la mirada de curiosidad del pelinegro suspiró. “...no debería decir nada...pero se ve que es un soldado y un chico albino...”

“Khaled y Erwin...” chasqueando la lengua miró a Andre que ahora era él quien le miraba sin entender. “...no debes decirle esto a nadie más, sobretodo que Louis no se entere...o estaremos en problemas.”

“¿Por?”

“Tu hazme caso...no es bueno meterse en los problemas relacionados con él...un día si Erwin quiere te lo va a contar...pero por ahora te pido que confíes en mi.”

“Vale, vale...” suspirando miró los ojos afilados del pelinegro.

Si Louis se enterara estaban en serios problemas.

“Andre...” llamando su atención sonrió torcidamente. “...bésame...”

“Mira que eres caprichoso...” sonriendo levemente se acercó a él lentamente y besó sus labios, primero un ligero toque mojado por el agua, luego otro más largo y el tercero donde los labios no se despegaron, donde las lenguas se encontraron, donde las manos acariciaban el cuerpo de uno y de otro. “...Alexander...”

“Quiero más...” sonriendo entre esos labios notó que el rubio sonrió torcidamente y se sorprendió, hasta la cara de pervertido le favorecía a Andre.

“No podría negarme a esa petición...” acorralándolo en la pared le volvió a besar con más pasión. “Por cierto...¿te das cuenta de algo?”

“¿Mmm?” acariciando ese rostro perfecto con sus manos observó esos ojos azules.

“Aquí me besaste la primera vez...”

“Bobo...” sonriendo tiernamente besó esos labios carnosos.
Tenía razón, aquí Alexander dio un gran paso para poder experimentar un sentimiento desconocido para él.

Y no lo quería dejar de experimentar con Andre.
Notas finales: Hola de nuevo n_n
creo que esta vez no me demoré demasiado...
voy a marchas forzadas @_@
intento poder actualizar lo más pronto posible y
adelantar trabajo...

Nos vemos en el próximo capitulo
y espero que os haya gustado este n_n

Muchas gracias a todos/as que leen y comentan ^_^

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^

Besos y cuídense.
Buenas vacaciones a aquellos que ya tengan
y ánimo a los que les quede poco para empezarlas n_n

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