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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: En este capitulo se darán más pistas sobre el encierro
de Erwin.

Conversaciones, tensiones y bastantes sospechas.
Estaba nervioso, si, esa era la palabra. Eso de estar sentado frente al vampiro de más alto rango era difícil. Allí estaba, Erziel, sentado con sus piernas cruzadas y su cabello negro azabache cayéndole como una cascada por el pecho, una mirada calmada pero fría y sus manos juntas.

“Adam necesito hablar contigo...”

“Dime...” intentando tranquilizarse se llevó la mano a la cabellera plateada, un tic difícil de evitar para él.

“¿Los soldados no han notado nada últimamente?”

“No te entiendo...” mirando con curiosidad al más alto hizo que suspirara.

“Se han comenzado a mover...no los guardias...ni los licántropos...si no ellos.”

“...” sorprendido miró al hombre que chasqueó la lengua. “¿Estás seguro? Hace unos meses escuché que casi todos habían sido exterminados...” levantándose de su silla dio una vuelta alrededor de ella. “...y son fuentes fiables.”

“Eso es cierto...yo mismo lo comprobé...pero se ve que fue uno de ellos quién mató a los otros...¿entiendes?”

“¿Un traidor?” sorprendido miró a Erziel.

“Es lo que parece...o alguien con una idea muy clara de que hacer...ya sabes que los brujos no se andan con rodeos...y menos si estamos hablando de él más indisciplinado y más lleno de furia...”

“¿No me digas que es...?”

“Si, Asir...parece que fue él solo quién acabó con todos los brujos más experimentados de su clan...incluso su propio maestro...aunque mis investigadores no saben aún muy bien el porque...pero está relacionado con lo que tanto hemos tenido guardado bajo la mansión...¿dónde esta ahora?”

“Encerrado como siempre...” tragó en seco, si ahora Erziel decía de verlo lo pondría en un apuro.

“Perfecto...mejor así, veo que aunque fuera tu hermano no tuviste inconveniente en encerrarlo...”

“Nunca me he considerado hermano de Erwin...no hemos tenido esa relación.” Suspirando más tranquilo acompañó a Erziel hasta la puerta, saliendo ambos del despacho. “...cambiando de tema...¿tu nieto ya ha decidido fecha para la boda?”

“No...Christine esta algo extraña...y Andre con una sonrisa como siempre...supongo que tampoco pasa nada por la nueva amistad que ha hecho...” cruzándose de brazos miró al peliplateado que le miró sin entender. “...¿no lo sabes? Últimamente tu primo, Alexander, se lleva fantásticamente con Andre.”

“...” sorprendido intentó procesar esa información. ¿Amigos? Alexander no acostumbraba a tener muchos amigos. “...vaya, me sorprende.”

“¿Y crees que a mi no me sorprendió? Al principio hasta pensé que tenían algo...pero lo descarté en cuanto Andre y su padre Samus me aseguraron de que no había nada...”

“¿Y Samus, tu hijo, como pudo asegurarlo también?”

“Se ve que tiene a un amigo de Andre en su casa...no me quiso decir el nombre, pero vaya, lo importante es que me tranquilizó.”

“Entiendo...” viendo que Naze cruzaba los pasillos con rapidez miró a Erziel. “...debo irme un momento, creo que ese soldado me esta buscando.”

“De acuerdo...yo voy a ver donde esta Andre. Intenta llevar lo de Asir con cautela...no quiero causar el pánico en los tribunales...debo asegurarme primero de que esta por la zona.”

“Como tu quieras...igualmente si no nos enteramos nosotros se van a enterar los licántropos...y alguno cantará en los interrogatorios.” Alejándose comenzó a caminar por los pasillos mientras Erziel bajaba las escaleras. “¿Bebé?” en voz baja comenzó a llamar a su pequeño vampiro.

Unos brazos le agarraron metiéndole dentro de una habitación, que asustándole miró a quién le había agarrado.

Encontrándose con esos ojos carmesíes tan provocativos.

“Te dije que dejarás de llamarme bebé...” suspirando dejó las ropas de Adam. “...tengo algo que decirte...”

“¿No viniste solo para verme? Que desilusión...” agarrando por la cintura al menor le besó la sien, escuchando una suave risa por parte del menor. “...¿o también viniste personalmente para verme?”

“Cállate...o nos escucharán...” miró esos ojos azules y suspiró. “...Khaled volverá mañana por la noche...ha escuchado unos rumores y prefiere que Erwin este aquí... no sé el porque...me ha dicho que nada más llegar vendrá a hablar contigo.” Encogiéndose de hombros le observó.

“...” Khaled debía haber escuchado algo de Asir, sino no hubiera vuelto. “...ok, no pasa nada...pero será mejor que no interrumpa nada o me enojaré...” mordiendo el cuello del menor sonrió torcidamente.

“Adam...no empieces...debo volver...me esperan...” contradiciéndose acarició con sensualidad esa cabellera larga y sedosa, hablando entre susurros, sintiendo los dientes de Adam rozar su cuello. “...Adam...”

“Tu voz y tus manos parecen decir lo contrario...” acariciando con sus manos poderosas el trasero del menor sonrió torcidamente, llegando con su boca hasta los labios carnosos, perdiéndose en ellos. Besándolos con fervor.

“Tu ganas...pero deberás ser algo rápido...o empezarán a preguntar.” Quitándose él mismo la chaqueta y dejándola en el suelo se abrió la cremallera del chaleco, mostrando su torso bien formado, bajo la atenta mirada del peliplateado que disfrutaba con la visión. “¿Ocurre algo? ¿Acaso no me viste demasiadas veces desnudo?”

“Pero nunca me canso de verte así de provocativo...” agarrándole de la cintura le acercó a él, besando cada trozo de piel, lamiendo el torso del menor mientras que con su mano acariciaba la entrepierna del menor. “...vaya...eso de estar haciéndolo de escondidas te pone duro...¿no?” desabrochando lentamente el pantalón sonrió.

“Ahh...pues parece que a ti también maldito pervertido...” alcanzando los labios de Adam adentró su lengua, disfrutando del beso, desabrochando con urgencia los pantalones del mayor, escuchando sus gemidos entre beso y beso. “..deberás hacerlo rápido Adam...” separándose ligeramente de esos labios y mordiéndolos miró provocativamente al de ojos azules.

“Tu continúa mirándome así...y perderé el control...” volteándolo y dejándolo contra la pared agarró con sus manos las caderas estrechas, besando esa nuca, oliendo el perfume de esos cabellos, escuchando la respiración agitada de Naze y viendo sus manos aferrándose a la madera de la puerta.

Excitándose.

Si, por muchos años que pasaran.

Por mucho tiempo que recorriera ese cuerpo tenia esa extraña necesidad a él.

A él por entero.

“Adam...aahn...” acariciando con su mano su propio miembro sintió como el mayor le bajó los pantalones y la ropa interior hasta las rodillas, escuchando el ruido de los pantalones de Adam caer. “...¿no pasará nadie, no?”

“Esperemos que no...o escucharán esos gemidos tan sexys que das...” susurrándole al oído rozó con su miembro la entrada del menor, sintiendo como temblaba y gemía ahogadamente. “...te amo...” besando sus labios y hundiendo su boca en la del pelinegro entró lentamente en él, concentrándose, sintiendo como ese cuerpo le aprisionaba completamente.

“Aaaahn...Adam...mu-muévetee...” separándose de esa boca tiró la cabeza hacia atrás, apoyándose en el pecho del peliplateado, cerrando los ojos y respirando a bocanadas. “...no podré...no podré no gemir Adam...”

“...” sonrió torcidamente y se retiró la melena, moviéndose lentamente. “¿Y por que no podrás? ¿Acaso esto moviéndose dentro de ti es demasiado?” moviéndose más rápido llevó una de sus manos a la de Naze que se estaba masturbando, ayudándole.

“¡Aaah! Eso mismo...aahn...por favor Adam...más rápido...”

Obedeciendo a los pedidos de su pequeño vampiro empezó a moverse más rápido, con más ímpetu, más fuerza, escuchando esos gemidos tan eróticos que hacían que su excitación creciera, dándose cuenta que su pequeño estaba demasiado entregado, si continuaba gimiendo de esa manera tan condenadamente sexy acabarían por escucharle.

“Naze...aah...contrólate un poco...” dejando el miembro de Naze pasó su mano por la boca del pelinegro, acariciándola, mientras que la otra agarraba firmemente las caderas estrechas.

“Ahhn...es que... no puedo...aahn...” mordiendo los dedos de la mano de Adam intentó no gemir, pero sentir ese miembro duro entrar y salir de él con esa fuerza le hacía desvariar. Intentaba concentrarse, pero esa situación, sabiendo que cualquiera les podría ver o escucharles hacia que su excitación creciera. “...si...continuas así me correré...aahn...” acelerando el ritmo de su mano se masturbó más rápido, al ritmo de las estocadas de Adam.

“Ahh...yo también...” agarrando con sus dos manos la cadera del menor embistió más fuerte, más profundo, sintiendo como una corriente recorría su cuerpo y como le llenaba por completo, escuchando un gemido por parte de Naze, la cabeza de su pequeño vampiro tirada hacia atrás, apoyándose en su pecho, sintiendo como las piernas le fallaban a ambos. “Ahhhn...Naze...” besando su nuca cerró los ojos, disfrutando del momento.

“Al...fina...al final llegaré tarde de veras...” sonriendo se dio la vuelta cuando Adam salió de dentro de él y le abrazó, apoyándose ambos en la puerta, poniéndose de puntillas para besar esos labios finos. “...te amo Adam...”

Y Adam se sorprendió.

Pocas veces Naze era capaz de decir eso.

“Lo sé...yo también.”

Los años pasaban, pero para él Naze era el único.





















“¡Oye estate quieto!” intentando luchar contra ese cuerpo escurridizo se rió entre las sábanas calientes.

Encontrándolo, besándolo, colmándolo de mimos, disfrutando del tacto de esas manos y de esa voz que salía de lo más profundo.

“¡Si claro, me haces cosquillas!” se revolvió, saliendo de la cama y dando vueltas alrededor de ella, bajo la mirada de ese vampiro tan perfecto.

Divirtiéndose, disfrutando.

¿Disfrutando?

Si, esa era la palabra, hacia tiempo que no lo hacia y menos en esa intimidad.

“Ven aquí Alexander...” quedándose sentado en la cama miró al pelinegro que se cruzó de brazos, con un pantalón de pijama a rayas gris y el cabello largo cayéndole por la espalda y pecho. “...solo te estaba masajeando los pies.”

“Pues en vez de masajear haces cosquillas...¿no?” suspirando volvió a subirse a la cama, más bien encima de Andre que sonriendo ampliamente besó sus labios ligeramente.

Con unos boxers azul claro y el cabello rubio ondulado completamente desordenado.

Sus ojos azules brillando ligeramente.

“¿Ocurre algo?” besándole la mejilla le sacó de sus pensamientos.

“Nada...eres demasiado perfecto...” saliendo de encima de él se sentó en la mullida cama, pasándole el pie por delante. “¿Continuarás o no?”

“Mmm...luego...ahora quiero mimarte...” quedándose encima de él le abrazó, besándole los cabellos, acariciando la espalda. “...me encanta estar así.”

“Tonto...oye, una cosa...”

“Dime...” jugando con las hebras negras se apoyó sobre sus codos, quedándose mirándole a los ojos.

“¿Cuándo te casarás con Christine?” retirándole los mechones ondulados del rostro suspiró. “...lo digo porque si Erziel esta aquí será en parte por eso.”

“Y tampoco solamente por eso...” desviando la mirada del pelinegro le dejó con curiosidad. “...con Christine no sé cuando me casaré...pero espero tardar...nos harán dormir juntos...y entonces...¿cómo te veré? Quiero dormir contigo...como estos días...”

“Eres un caprichoso...” besando la frente del rubio sonrió con tranquilidad.

Hacia tantos años que no se sentía así.

Apreciado, mimado, como un niño.

“Creo que Christine no está bien...” suspirando miró a Alexander. “...ayer se encerró en la habitación y me encontré a su hermano y me dijo que antes de que entrara él la había escuchado preguntar si había alguien...a lo mejor Jason sabe algo.”

“No lo sé...creo que tenían problemas...pero Christine no lo quiso contar.” Acariciando el rostro perfecto de Andre se perdió en esos ojos de agua clara. “...¿por qué dijiste antes que tu abuelo estaba aquí por otros motivos?”

“Porque hace unos días le escuché hablar por teléfono con mi padre y le dijo algo como que la cosa se complicaba y que Asir había vuelto...pero no tengo ni idea de quién es ese Asir.”

Esas palabras hicieron que Alexander abriera los ojos desmesuradamente.

¿Asir?

La cosa se ponía muy mal.

“¿Estas seguro que escuchaste ese nombre?” preocupado miró al rubio que asintió. “...tendré que llamar a Irina...”

“¿A Irina? ¿La hermana de Christine? ¿Por qué?” sin entender el porque miró a Alexander.

“Te lo contaré más tarde...o la misma Irina lo hará.” Intentando calmar a la belleza de su vampiro acarició esa espalda bien formada. “...no pongas morros...sabes que es un poco complicado...en cuanto venga Irina te aclararé todo este lío...te lo prometo.” Besando la nariz y luego la boca del menor sonrió.

“Ok...pero a cambio bésame.” Riéndose se acercó al menor.

“Te acabo de besar.” Jugando con él desvió el rostro.

“Ya sabes como quiero que me beses...” enfurruñándose se acercó a esos labios que se juntaron con los suyos, sintiendo la tibia lengua adentrarse en su boca, las manos de Alexander acariciar sus cabellos rubios, jugando con él.

Disfrutando de ese beso.

“¿Quieres otro más...?” sonriendo entre los labios del rubio vio que no tuvo que contestar, volviéndole a besar, escuchando un quedo suspiro por su parte.

Adoraba a Andre.

Adoraba esos momentos junto a él.

“¿Andre? ¿Estás aquí?” una voz grave hizo que se separaran.

“¿A-abuelo?” separándose ligeramente de Alexander vio como este iba recogiendo las ropas esparcidas por el suelo, vistiéndose rápidamente. “...ahora abro un momento, me estoy vistiendo...” agarrando por la cintura al pelinegro le besó, arrastrándole hasta la ventana.

“Nos vemos luego...” riéndose entre el beso abrió la ventana, hablando los dos en voz baja. “...vendré luego.”

“De acuerdo...no tardaré en ir a buscarte...” bromeando le dio un último beso antes de que Alexander saltara hasta el jardín, despidiéndose de él desde la ventana, después volvió hacia la puerta y tras ponerse unos pantalones y una camisa cualquiera abrió la puerta. “¡Hola abuelo!”

“¿Durmiendo hasta estas horas?” suspirando entró, viendo la cama completamente revuelta. “...tu no has estado solo ¿verdad?” haciendo sonrojar al rubio se quedó mirándolo.

“Ehm...da igual abuelo...” volteándose cogió las sábanas arrugadas y las puso en el cesto de ropa sucia.

“Ya veo...con Christine debe ir muy bien.” Sonriendo miró a Andre.

“Cla-claro...” respiró más tranquilo, mejor que se pensara que había pasado la noche con Christine, luego le diría que le hiciera de coartada. “Por cierto...¿de que querías hablar?”

“De la boda...tu padre me preguntó si ya tenias pensada una fecha...” sentándose en la cama miró a su nieto que se pasó las manos por el cabello. “...¿ocurre algo Andre?”

“Que mejor si no nos metéis prisa...no quiero ser impertinente abuelo...pero creo que primero deberíamos disfrutar un poco más de la relación...y luego ya pensar en la boda...nos comprometimos hace solo medio año...y quiero tener un poco más de tiempo para estar convencido de ello.” Soltándole una parrafada vio que su abuelo se quedó mirándolo, quizá no le había convencido, pero era lo único que se ocurrió para retrasar la boda, a Christine también le iría bien.

“De acuerdo...lo hablaré con tu padre y te diré algo.”

Andre sonrió más tranquilo.

Por lo menos tendría más tiempo para poder disfrutar de la compañía de Alexander.



















La miró mientras dormía.

La había echado tanto de menos.

Dormía tapada hasta media espalda, como siempre, con los brazos como almohada y el cabello esparcido por la almohada. Sonrió ampliamente y se inclinó besando sus labios, escuchando un suave gruñido.

“Mmm...¿te vas?” volteándose ligeramente le rodeó con sus brazos para atraerle hacia ella, notando que aún no se había puesto la camiseta, acariciando esa espalda bien formada. “...¿por qué no eres un vampiro? Estaría todo el día enganchada a ti...”

“Que peligro...no me dejarías ni para ir a ducharme...” riéndose suavemente entre sus labios se tumbó a su lado. “...te ensuciaré la cama, llevó los zapatos puestos. Debería irme...”

“Noo...quiero que te quedes...” caprichosa como siempre se abrazó con fuerza a él. “...¿podremos vernos, no?” mirando esos ojos azules le retiró el cabello color fuego. “...cuando me digas que no te muerdo Jason.”

“Ahora que ya sabes que se que eres un vampiro usarás tus técnicas ¿no?” riéndose le besó los labios. “...claro trozo de tonta...” levantándose de la cama recogió la camiseta del suelo y se la puso, volteándose para ver que Christine estaba sentada en la cama tapada con la sábana, bostezando. “¿Qué ocurre?”

“Estoy cansada...pero eres tan guapo.” Riéndose se atusó la cabellera, pasándose las manos por el rostro para despejarse. “...te llamaré luego.”

“Ok...” acercándose y agarrando el rostro de la castaña observó esos ojos verdes. “...te quiero tonta...”

“No me insultes...” le puso morros.

“De acuerdo...pues te quiero guapa.” Ella dejó de hacer morros y se besaron otra vez, para separarse y ver como Jason saltaba por el balcón y se iba corriendo, suspirando más tranquila al ver que había salido sin ser visto de la mansión.

Sonriendo tontamente.

Tumbándose en la cama y mirando el techo.

“...ahora tendré que pensar nuevas excusas para salir de la mansión.”
Notas finales: Hola de nuevo n_n
si actualizé muy rápido ¿no?
raro en mi...u.u
pero ya que tardé tanto con el anterior
capitulo quería compensar con otro...

Espero que os guste el capitulo!

Nos vemos en el próximo!

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias! ^_^

Besos y cuídense!

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