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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Andre huirá cobardemente, pero el dolor puede más con él, queriendo hacer desaparecer sus sentimientos con otra persona. Haciendo que Alexander, se percate de su error.

Mientras que Adam, informará a Khaled de sus planes respecto a Erwin y los licántropos.
Varias semanas después...


Rodeó con sus brazos la estrecha cintura, sintiendo las puntas del cabello rozar sus manos, escuchando una suave risa entre sus labios, arrastrando ese cuerpo hasta la ventana, subiendo una de sus manos por la espalda, llegando hasta la nuca, queriendo sentir más.

Queriendo no separarse.

“Jason...” apartándole ligeramente miró esos ojos azules. “...deberías irte.”

“Mmm...no...” caprichoso escondió su rostro en el cuello blanco de Christine.

“No seas caprichoso...mi hermano quería venir...y si siente tu presencia eres lobo muerto...” acariciando esos cabellos color fuego sonrió ligeramente. “...y creo que no me gustaría eso...”

“A mi tampoco...tu hermano Ezequiel me da miedo.” Riéndose suavemente observó los ojos verdes de la castaña. “...ve con cuidado...creo que habrá problemas dentro de poco...”

“¿Lo dices por Asir?” enarcando una de sus cejas miró a su novio que asintió ligeramente. “...Khaled lo matará antes que intente algo.”

“O quizá Shuka...no querrá que se acerque a Irina.” Suspirando vio que Christine negaba con la cabeza. “¿no?”

“No lo creo...Irina tiene una vida muy activa...y Shuka creo que ha encontrado la estabilidad con otra persona.” Sonriendo ampliamente miró a Jason. “...y me alegro por él, necesitaba un cambio de aires...y con quién esta ahora tendrá una vida diferente.”

“Esta bien...” viendo que algunos soldados se iban hacia otra zona abrió ligeramente la ventana. “...me voy, me encantaría quedarme más rato...pero acabarán pillándome.” Guiñándole un ojo besó otra vez los labios carnosos de la menor. “...mañana ven a mi casa...”

“Ok...hasta mañana guapo.” Viendo como saltaba los muros con una extrema facilidad se quedó más tranquila. “...bien...ahora tengo que ir a hablar con cierta persona.” Recogiéndose el cabello en una coleta alta se fue hacia la ducha.

Andre había estado desaparecido durante unos días y no quería hablar con ella, y eso le parecía muy sospechoso.












Dejó escapar el humo de sus labios, entreteniéndose con las formas que ocasionaba este en la habitación. Volviendo su vista al marco de la puerta del baño, viendo esa figura delicada salir de la ducha, secándose con la toalla con suavidad, como si esa toalla fueran sus manos. Siguiendo cada gota de agua que caía por esas piernas delgadas y frágiles. Viendo la sonrisa traviesa del albino, intentando desviar la mirada, sin poder cumplirlo.

Le tenía totalmente hipnotizado.

“...¿Lo haces a propósito?” dándole una calada al cigarro escuchó la suave risa del menor que se envolvía con el albornoz de seda, dejando insinuar su silueta.

“No entiendo que quieres decir con eso...” yendo hacia dónde estaba su guardián, se paseó coquetamente por delante de él, caminando hacia la cama, sin poder hacerlo al sentir esos brazos fuertes envolver su cintura. “...”

“Si que lo sabes...” dejando escapar el humo por su boca se acercó al menor, queriendo besar esos labios carnosos, viendo como desviaba el rostro juguetón, queriendo volver a atraparlos. “...Erwin...”

“Hueles a tabaco...” acariciando el mentón del más alto se puso de puntillas, rozando sus labios con los de él. “...y sabes que no es que adore eso...”

“Adoras otras cosas...” consiguiéndolo, besó esos labios, agarrando con firmeza la cintura, rozando con sus dedos el perfecto trasero del menor, vigilando no quemarle con la otra mano que sostenía el cigarrillo.

“Mmm...pero eso...es muy evidente...” empujándolo por el pecho lo sentó en la cama, subiéndose a horcajadas encima de él. “...tu decides...el cigarrillo...o yo.”

Sabiendo muy bien la respuesta del más alto.

“Me gusta tu forma de persuadir....” apagándolo en el cenicero subió sus manos hasta la larga cabellera, oliendo el cuello blanco, aspirando el olor a champú afrutado. “...ahora ya he decidido...quiero mi premio.” Acariciando la espalda hasta bajar al trasero sonrió torcidamente, notando como Erwin se estremecía.

“¿No has tenido suficiente? Apenas media hora estaba debajo de ti gritando de placer...” paseando su dedo índice por delante de la nariz del pelinegro correspondió la sonrisa traviesa. “...y Adam no tardará en venir a hablar contigo...”

“Pues tendrá que ser rápido...” mordiendo el pecho blanco escuchó un quedo suspiro por parte del menor, buscando sus labios, encontrándolos, devorándolos, con hambre, con pasión, queriendo más.

Insaciable.

“Khaled...” excitado acarició el torso desnudo del pelinegro. “...ha ido bien que no te acabaras de vestir...” separándose de esos labios, abrió el cierre del pantalón. “...aunque creo que si queremos ir rápido...no hará falta más...no llevo nada debajo...” sonriendo lascivamente se sentó encima de la erección de Khaled, haciendo que notara su trasero. “...¿qué te parece?”

“Me vas a volver loco...” lamiendo la comisura de los labios de Erwin vio como este sonreía triunfante, bajándose ligeramente la ropa interior y agarrando las caderas del menor, acercándole a su miembro. “...no andaré con gentilezas...”

“Tampoco lo esperaba...Khaled...” agarrando el miembro duro de Khaled lo dirigió hacia su propia entrada, haciendo que entrara dentro de él lentamente, cerrando los ojos, entregándose al placer. “...aahnn...estas muy caliente...”

“Ahn...” sonriendo torcidamente agarró las caderas del albino, haciendo que bajara de golpe, entrando el miembro duro de la misma forma.

“¡Ahh siii!” aferrándose a la ancha espalda del pelinegro sintió como el albornoz se resbalaba de sus hombros, sintiendo el movimiento del miembro duro dentro de su cuerpo, gimiendo excitado. “...más fuerte...” mirando los ojos oscuros de Khaled se relamió los labios provocándole.

“Voy a romperte...” más brusco, más profundo, más rápido. Moviéndose dentro de ese pequeño cuerpo sin piedad, escuchando los alaridos de placer por parte de Erwin mientras que intentaba no correrse con la suma excitación que estaba sintiendo. “¡Ahhn!”

Escuchando como alguien picaba a la puerta.

“¿Erwin? Abre la puerta...debo hablar con Khaled.”

Era Adam.

“Cuando ahora pares te mato...”

Teniendo como respuesta las estocadas frenéticas dentro de su cuerpo, gimiendo al sentir ese miembro erecto entrar y salir sin piedad de su cuerpo, tocando ese lugar que le volvía loco.

“Córrete...sé que lo estás deseando...aahn...” entrando con dureza en el cuerpo de Erwin notó como este se tensó, aprisionando su miembro, haciéndole llegar al delicioso clímax.

“¡Ahhn!”

Apoyando su rostro en la espalda de Khaled, sintiendo que iba a morir por ese orgasmo.

“...” respirando fuertemente agarró el rostro del menor, besando con devoción esos labios, levantándolo ligeramente para poder salir de su cuerpo, escuchando entre ese húmedo beso un suave gemido del albino. “...debo atender...”

“Mmm...” ronroneándose como un gato en su cuello sintió esos brazos fuertes recostándolo en la cama tras quitarle el albornoz. “...esta sucio...” riéndose picaramente se tapó con la sábana.

“Dile a Adam que entre...voy al baño a limpiarme...”

“Ok...” sin moverse vio que el pelinegro se encerraba en el baño. “...entra, Adam.”

La puerta se abrió ligeramente, encontrándose con la mirada severa del peliplateado.

“Khaled esta en el baño...ahora saldrá...” usando sus brazos como almohada miró a su hermano. “...”

“¿Y si no hubiera sido yo quién llamaba a la puerta?” apoyándose en la puerta desvió la mirada de su hermano pequeño, nunca le había gustado esa mirada tan directa y transparente.

“Sabía que eras tu...a parte...no quería que parase...” sonriendo torcidamente se reincorporó ligeramente, tapándose con la sábana. Estaba algo cansado y cierta parte de su cuerpo estaba algo adolorida.

“...no pienso decir nada al respecto.” Acariciándose la cabellera vio que Khaled salía del lavabo con el pantalón ya arreglado pero sin camiseta. “...debo hablar contigo.”

“Ok...” sentándose en la cama miró al albino. “...ve a ducharte Erwin.” Mirándole vio que este enarcaba las cejas. “...Erwin...”

“Vale, vale...ya será la segunda vez que me ducho en menos de una hora...” saltando de la cama totalmente desnudo se encerró en el baño.

“Solo te voy a pedir que seas más discreto la próxima vez...” Adam, algo molesto miró al pelinegro que se estaba encendiendo un cigarro.

“Creo que soy lo suficientemente mayorcito para saber que hacer...Adam.” dejando escapar el humo de sus pulmones miró al más delgado, su ex pareja, ese vampiro que le había enloquecido por años, y por quién no sentía nada más que respeto en esos momentos. “...¿para que querías hablar conmigo?”

“Supongo que debes notar que Louis aún esta por la casa...” viendo que el soldado asentía suspiró ligeramente. “...que sepas que esto lo hago por ti, no por él.” Señalando la puerta del baño prosiguió. “...Asir esta por los alrededores y temo que aparecerá por aquí dentro de poco...Louis estará algo pausado si ve que el patriarca esta tan encima de la situación de Erwin...pero me gustaría que tuvieras toda la atención en estas cuatro paredes...no quiero que ocurra una desgracia después de estar protegiendo al elegido durante años...”

“¿Por qué no podemos hablar esto en otro lugar? No me gustaría que Erwin se enterara de los detalles...” molesto se levantó acercándose al peliplateado que tragó en seco. “¿O lo estas haciendo a propósito para que se entere de todo?”

“Quizá...en el peor de los casos...Louis podría abrir la boca...o chantajear a tu querido niño para que supiera la razón de su encierro...”

“¿Chantajearle?”

“Louis es un ser retorcido y menospreciable...pero es inteligente, y sabe que Erwin sería capaz de soportar cualquier cosa para saber los motivos de su encierro...y ya sabes que cualquier cosa para él...es poco.” Quitándole el cigarrillo de entre los dedos le dio una calada, intentando relajarse. “...por ahora mandaré a Naze para que trate con los licántropos.”

“¿Cómo? ¿Con esos perros?”

“En el peor de los casos...serán nuestros mejores aliados...a ellos los magos tampoco les gustan...han experimentado con ellos siempre...por lo que esos perros le tendrán bastante rabia a ese mago...”

“¿Irá Naze solo?” mirando seriamente a Adam vio que este asintió. “...es de locos...”

“Confío en él...me ha asegurado que no habrá ningún problema, es más, que tiene la seguridad que el jefe no le hará nada...no me quiso contar los detalles ya que hay una tercera persona implicada pero con su palabra me basta.” Devolviéndole el cigarro abrió la puerta.

“Has cambiado Adam...”

“Tu también...la adoración que tienes por ese niño es impresionante.” Sonriendo miró al de ojos oscuros.

“...”

“Nos vemos...te mantendré informado.” Cerrando la puerta dejó al pelinegro solo.

“¿Ocurre algo?” Erwin salió recién bañado. “...¿Khaled?”

“Tendremos que ir con cuidado Erwin.” Acariciando su cabello vio que este le miraba confundido. “...Louis está algo frustrado.”

“¿Y que haremos?” asustado miró al más alto.

“De momento me instalaré aquí...Adam me dijo que no te quitara los ojos de encima...y Naze podrá ocuparse de todo.”

“Vale...” tranquilo se dirigió hacia el armario buscando algo que ponerse.

Pero a Khaled no le hacia ninguna gracia esa tranquilidad por parte de Erwin.

Seguro que había escuchado algo.











“¿Por qué has decidido esto de golpe Andre?” Erziel sin comprender intentó adivinar las intenciones de su nieto, que sentado en la butaca intentaba controlar sus emociones. “...no encuentro ninguna lógica al querer irte ahora de la mansión...y más cuando la boda con Christine se acerca.”

“...Me gustaría ir dónde papá y mamá...hace un tiempo que no les veo...y antes de la boda me gustaría acabar de decidir algunas cosas con ellos...”

“A mi no me engañas...noto que estas algo decaído y hasta hace poco tenían una sonrisa radiante en tu rostro Andre...¿se puede saber que ha ocurrido?” severo sintió como Andre se removía en el sillón.

“Necesito tiempo para decidir muchas cosas abuelo...mi boda, si quiero ser quién lleve la mansión de mi padre...necesito meditar, tener algo de tiempo para mi abuelo...solo te pido eso...nada más.” Agachando la cabeza escuchó un suave suspiro por parte del pelinegro.

“Esta bien...pero en principio solo pasarás allí unos días...la boda con Christine debe seguir adelante...y creo que en esta mansión tienes futuro.” Levantándose dio una palmada en la espalda de su nieto. “...eres mi nieto...y te quiero como tal...pero no quiero errores tontos y confusiones a último momento...¿entiendes?”

“Claro abuelo...” sonriendo tristemente se levantó. “...gracias, me iré dentro de unos días...me gustaría tranquilizar a Christine por mi partida y asegurarle que volveré tan buen punto pueda.” Mintiendo sonrió por segunda vez, abriendo la puerta y cerrándola como si hubiera cerrado otro capítulo de su vida.

Si, era un cobarde.

Por huir, por no afrontar las cosas como cualquier persona adulta, pero le dolía demasiado su tonta confianza en Alexander, en haberse entregado de esa forma, ya no tan solo físicamente, sino emocionalmente.

Ladeó la cabeza ligeramente y vio alguien muy parecido a Alexander se acercaba.

Louis.

Era un vampiro elegante; las piernas largas y delgadas, al igual que todo su cuerpo, blanco como la nieve, contrastando con esos cabellos color sangre que bailaban al compás de sus pasos.

Y como siempre, ese aire de seguridad en él.

No entendía por que el pelinegro le advirtió de su peligro.

“Buenas noches Andre...” parándose miró al rubio. Era totalmente evidente que había pasado un día de mil demonios. Ojos hinchados, mirada baja y posado desanimado.

Sonriendo torcidamente, aún podría divertirse un poco.

“Ah...buenas noches Louis.” Sonriendo de forma cordial se puso algo nervioso. Louis le incomodaba un poco, parecía estar analizándole todo el rato. “...¿al final te quedas más tiempo aquí?”

“Si...he encontrado interesante los vampiros de aquí...aunque aún no he tenido el placer de conocerlos y hablar con todos...por ejemplo tu.”

“¿Yo? No soy muy interesante..” bromeando hizo reír ligeramente al pelirrojo.

“Yo creo que si...” sonriendo complaciente pasó sus poderosas manos por el hombro del rubio. “...¿vamos a tomar algo y así nos conocemos algo más?”

“Uhm...bien...”

¿Por qué no?

No le parecía tan mala persona como había dicho Alexander.

Incluso bromeaba y era agradable.

Quizá, le ayudaría a quitarse por unos momentos los ojos del pelinegro y los recuerdos con él.

“Perfecto Andre...vámonos.”













“Argh...eres un maldito desgraciado Alexander...” Irina miró al pelinegro que escondiéndose el rostro entre sus manos no decía nada. “...aunque por mucho que te de una reprimenda no vas a arreglar nada...” suspirando miró a su amigo, justo cuando venía de visita y habían problemas.

“No sé por que lo hice...” echando la cabeza hacia atrás intentó pensar.

“Porque tienes miedo a enamorarte.” Apoyando su rostro en sus manos vio la atenta mirada del pelinegro. “...tuviste una vida muy desgraciada...nunca te dieron nada y siempre tuviste que engañar y estar a la defensiva para proteger tus sentimientos... pero ahora viene un vampiro que es totalmente diferente a ti...abierto, agradable, inocente y con un corazón de oro...te encaprichas...luego te enamoras y cuando ves que tienes que dar tus sentimientos te entra el miedo y lo envías todo a la mierda...te pensabas que así pasarías mal dos días pero que luego se te pasaría...y por lo visto chico, estas enamorado hasta las cachas.”

“...te odio tanto...” bufando exasperado miró a la morena que sonrió ampliamente.

“...tranquilo, te conozco como si fueras mi hijo..” cerrando el libro que sostenía entre sus manos miró al pelinegro. “...ahora simplemente deberías intentar hablar con él, aunque tengas miedo a que se enoje y te diga algo que te duela...pero creo que lo mejor es explicarle todo.”

“¿Todo?”

“Si...dile tus motivos...quizá lo entienda o no...pero sabrá tus razones.” Cruzándose de piernas chasqueó la lengua. “...aunque no te defiendo totalmente, creo que has hecho algo imperdonable...aprecio muchísimo a Andre...pero también a ti...y no quiero posicionarme demasiado.”

“Lo sé...” sonriendo amargamente intentó calmarse.

Quizá Irina tenía razón y debía sincerarse, contarle todo, disculparse y ver si Andre por lo menos, podía perdonarle.

Aunque sabía que era muy difícil.

El rubio lo había dado todo, y él le dio un portazo en todas sus narices.

“¿Y mi hermana?” cambiando de tema miró por los alrededores.

“Se fue con tu hermano Ezequiel a mirar algunos vestidos de boda...”

“Vaya...por lo menos si se casa con Andre tendrá coartada para tener a Jason bien escondido...” sonriendo ampliamente hizo reír al pelinegro.

“¿Y tu con Shuka como va?”

“Nada de nada...estuvimos juntos si, pero después de lo de Asir conservamos la buena amistad...él ha encontrado otra que le hará más feliz que yo. Conmigo no hubiera llegado a ninguna parte.” Riéndose suavemente miró el suelo.

“Tendrías que olvidarte de Asir...no vale la pena.”

“Lo sé...y no es que quiera volver con él...los sentimientos que tenía por él han desaparecido...” gesticulando con las manos de forma exagerada hizo reír a su amigo. “...pero me gustaría que me mirara a los ojos y fuera los suficientemente valiente para decirme: no, al final no te quise como tu me querías...así, me daría igual todo lo que hizo...”

“Pero sabes que en el momento que te lo encuentres será cuando vaya a por Erwin.”

“Antes de que toque un solo cabello de mi precioso niño...le pego un tiro. Erwin debe ser feliz con su soldadito y dejar de estar allí encerrado...acabará loco.” Bromeando hizo que Alexander dejara de pensar en todos sus líos.

“Lo más seguro...”

Pero notó una presencia que no le hizo ninguna gracia, demasiado familiar y demasiado repugnante para ella.

Volteándose.

Encontrándose con esos ojos sangre.

Empalideciendo al ver con quién iba.

“Alexander...creo que mejor si no miras...” viendo que Alexander miraba intentó calmarse.

“¿Pero que mierda...?”

Ahí estaban, Louis hablando animadamente con Andre, ambos sonriendo, saliendo de la enorme mansión para dirigirse hacia el coche.

Y Alexander sabía muy bien que Louis no perdía el tiempo para nada con nadie.

“...¿Qué harás ahora?”

“Será hijo de puta...me aseguró que no se acercaría a él...” mirando como Andre subía al coche apretó sus puños, viendo que Louis dirigía su mirada hacia la ventana, sonriendo torcidamente. “...Voy a...”

“¡Tu quieto aquí!” agarrándole por la camisa le hizo sentarse.

“¡Irina!”

“Alexander...quieto. Sabes que Louis no siente ese tipo de manía por Andre...todo lo contrario, le respeta bastante...no creo que le haga nada malo...” intentando tranquilizar al pelinegro suspiró.

Louis tenía una forma muy selectiva de elegir a sus víctimas, y Andre no entraba dentro de sus esquemas.

Tan solo era un lío más.

Un amigo con quién le gustaría pasar un buen rato en la cama.

Y eso se podía intuir por como actuaba.

No tenía esa mirada de perversión y locura, sino más bien de lujuria.

“¿Y si se intenta acostar con él?

“En eso no tienes derecho a meterte querido...Andre es suficientemente maduro para elegir...y en este caso...esta en todo su derecho después de lo ocurrido...” mirando fijamente al pelinegro vio que este se mordía el labio.

“¡MIERDA!”












Aparcó la moto dónde la última vez. Se acordaba muy bien del último encuentro y sabía que si le presentía no haría nada, así que empezó a subir las escaleras con tranquilidad, llegando hasta la puerta de madera que a la vista, se veía algo vieja. Respirando profundamente para no tener que empezar una masacre. Abriendo ligeramente la puerta y entrando con la arma en la mano.

“Puedes dejar el arma...chupa sangre...” una voz grave hizo que se volteara, encontrándose con Daniel, el chico que le insultó con ese mismo apodo. “...hace rato que te hemos olido...”

“Bien...pues quiero hablar con tu jefe...vengo para hablar.”

“...” mirando desconfiado le hizo seguirle hasta ir a la sala, dónde el chico rubio de la última vez jugaba a los videojuegos con el pelirrojo, extrañándole esa escena tan cuotidiana.

“Eres tu...siéntate...” Jason le hizo una señal al pelinegro y este se acercó agarrando al rubio como un saco de patatas. “...que no entre nadie...quiero hablar con él a solas.”

“Ok...” escuchando alguna queja por parte del rubio, el tal Daniel se lo llevó.

“Bien...¿qué quieres proponer Naze?” apoyando su cabeza en el sofá miró al de ojos rojos que dejó el arma encima de la mesa.

“Quiero que nos pongamos de acuerdo en un tema...bueno, una persona.” Mirando a los ojos al licántropo vio que este asentía. “...supongo que debes saber sobre quien...”

“Asir...”

Un tipo peligroso que les costaría hacer desaparecer.
Notas finales: Hola de nuevo!
Sé que ha pasado mucho tiempo...pero he tenido
poquísimo tiempo...

Aquí tenéis un nuevo capitulo...en el siguiente habrá emoción
y desenfreno!

Nos vemos en el próximo capitulo!

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^!

Feliz navidad n_n

Besos y cuídense!

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