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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Khaled y Erwin se han vuelto a encontrar para esta vez no separarse, aunque este último trama un acontecimiento del cuál su soldado no tiene ni la menor idea.

Por otra parte Christine se verá envuelta en una situación de vida o muerte que no sólo llamará la atención de Jason, su hombre lobo...sino de Shuka.

El final se acerca para dar caza a Asir y ambos lados enfrentados en cientos de años deberán luchar juntos,
Notó como alguien entraba en la habitación y avanzaba sigilosamente hacía ella, tenía demasiado sueño como para cerciorarse de quien era. Estaba acostumbrada a las continuas intromisiones en la habitación donde descansaba ya que pertenecía a la comunidad de lobos así que siguió con los ojos cerrados.

Hasta que algo o alguien la agarró de los pies y sintió como con fuerza la arrastraban hasta caer al suelo, sorprendida abrió los ojos encontrándose con aquel licántropo que siempre la había mirado con desprecio, Daniel.

"Por tu maldita culpa Jason anda en las nubes chupa sangre.."

"¿¡Se puede saber que tramas Daniel!?" asustada intentó defenderse, pero la falta de alimento se lo impedía, Jason no había podido proporcionarle mucha sangre, más que alguna de algún animal malherido, y le estaba pasando factura en esos precisos instantes. "Si Jason se entera te matará..."

"Si así consigo que no molestes más y que no arruines el liderazgo de Jason me importa una mierda..." arrastrándola hasta llegar delante de la venta sonrió maliciosamente. "No sé que narices debe haber visto en un ser que nos ha estado a punto de extinguir...pero una vez acabes reducida a cenizas por el sol nada importará."

Christine abrió los ojos desmesuradamente, Daniel no quería torturarla, sino matarla.

Y no sentía el olor de su lobo cerca, así que debía escapar fuese como fuese.

"¡No hagas estupideces! ¿Crees realmente que porque yo muera todo se arreglará? ¡Abre los ojos! ¡Tanto vampiros como licántropos vamos a seguir matándonos hasta el fin de los tiempos! ¡Ha sido así y seguirá siéndolo!"

"Pero tu por lo menos no estarás de por medio impidiendo que Jason por los sentimientos que tiene hacía a ti declare la guerra a tu comunidad.." agarrándola fuertemente por los cabellos castaños y tirando de ellos la miró a los ojos. "Me repugnas hasta tal punto tu y los tuyos que pienso disfrutar de este momento."

"Daniel, no lo hagas..." agarrando las manos del mayor intentó zafarse del agarre, sin conseguirlo.

Sonriendo con malicia entreabrió la ventana dejando pasar una hilera de luz, que comenzó a quemar ligeramente la piel de las piernas de la castaña, haciendo que esta gritara de dolor. Si seguía así se quedaría sin las dos piernas.

"¡DANIEL!"

Se escuchó un ruido sordo y Christine cayó al suelo arrastrandóse fuera del alcance de la luz solar, agarrándose las piernas mientras gemía de dolor. Entreabrió los ojos viendo como el licántropo yacía en el suelo, viendo a Jason, con la mirada enfurecida.

"¡Jason no!" viendo como el nombrado iba enloquecido hacía su compañero se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban, deteniendo al pelirrojo. "¡Es tu compañero Jason!"

"¿¡Y que mierda de compañero es si no respeta mis órdenes?! ¡Iba a matarte Christine!" Empujándola con fuerza por la rabia vio como la menor caía al suelo, sus piernas quemadas le impedían hacer más esfuerzos.
Se quedó la habitación en silencio.

"Me voy..." Christine con los ojos llenos de lágrimas se arrastró hasta la cama intentando levantarse, viendo como el pelirrojo arrepentido por haberle gritado y empujado, se acercaba a ella. "¡No me toques!"

"Daniel sal ahora mismo de aquí..." el jefe de los licántropos sin mirar a aquel que le había hecho daño a su pequeña vampiro se esperó hasta que escuchó como se cerraba la puerta. "Christine lo siento..."

"Déjalo...lo mejor es que me vaya...Erwin ha aparecido." viendo la mirada triste del licántropo volteó el rostro. "...ya no tengo que estar aquí y es más que claro que esto no nos lleva a ninguna parte Jason."

"Christine si es por lo que acaba de pasar yo..."

"¡No, no es por eso!" cansada intentó calmarse y parar de llorar. "Somos dos especies completamente distintas Jason... ni los tuyos me aceptaran nunca ni los míos aprobarían lo nuestro, es más, si en la mansión se enteraran que una de las inquilinas esta con un licántropo...ya haría tiempo que estaría reducida a cenizas." Jason se acercó a ella, agachándose delante de la cama, besando las rodillas quemadas de la morena, estremeciéndola. "...es imposible Jason...no podemos estar juntos."

"¿Y hemos llegado hasta aquí para nada?" mirándola a los ojos vio como esta desviaba el rostro, lo agarró con sus poderosas manos forzándola a mirarle. "...no tomaré represálias contra Daniel...ni dejaré de liderar a los míos."

"Pues tu mismamente estas afirmando lo que acabo de decir...tarde o temprano deberé volver. ¿Y que haremos? ¿Seguir viéndonos a escondidas fingiendo no ser lo que somos?" hundida miró esos pozos azules que le perdieron en tantas ocasiones que ni las podía enumerar.

"¿Y qué somos?"

"Enemigos..." sollozando se apartó de las manos cálidas del pelirrojo, llevándose las suyas a su rostro, no quería encarar la verdad, pero era el momento. "...te quiero Jason, no sabes cuanto...pero no podemos seguir así."

"Christine hay más opciones...si me dejaras explicártelas..." empujando ligeramente el cuerpo esbelto de la morena se posicionó encima suyo. "...por favor, cree en mi."

"..." mirándole fijamente acarició el rostro masculino de su amante. "...es imposible Jason, por más que nos escondamos..."

Jason la besó, cubriéndole los labios, primeramente con ternura para luego volverse el contacto más apasionado, sintiendo los brazos de la castaña rodearle la espalda con fuerza, esa pequeña criatura fría y sin latido alguno le estaba consumiendo el alma.

"No pienses en nada Christine..." Y antes de que la menor pudiese replicar le volvió a cubrir los labios acariciando con sus manos poderosas el torso esbelto y femenino de la menor, perdiéndose en esas curvas y ese aroma.
Sintiendo como ese cuerpo frágil se relajaba ante sus caricias y como un quedo suspiro escapaba de esa boca que no tardó en volver a cubrir.

"Jason..."

Era débil, se refugiaba en los brazos de Jason porque en el fondo sabía que él no la dejaría marchar.

Era una cobarde porque sabía que aunque le confesara todos sus miedos él se los negaría.






"¿Así que te vas?" Eiden miró la figura esbelta del albino, que sin mirarle asentía, notaba que se estaba sintiendo culpable, suspiró e hizo un ademán de querer acariciar ese rostro pero la mirada de ese hombre que vio en la calle le hizo detenerse. "¿Ese era el famoso Khaled?"

"¿Famoso? Nunca te hablé de él...creo..." levantando por fin la mirada miró a su salvador, ese hombre que sin preguntar le acogió, que aceptó su naturaleza sin miedo y que le ayudó a subsistir aún sabiendo que estaba en peligro. Se sentía culpable por irse, sentía que en cierta manera se había aprovechado de él.

"No...pero había escuchado muchas veces su nombre. Cuando dormías le llamabas."

"Ah..." sonrojándose ligeramente movió los dedos con nerviosismo. "...Eiden, lo siento."

"¿Por?" sonriendo tiernamente le acarició la cabeza, intentando reconfortarle. Esa pequeña criatura le había cautivado en tan poco tiempo que estaba seguro que echaría de menos su presencia en breves de su partida.

"No lo sé...me siento mal conmigo mismo. Siento que me he aprovechado de tu hospitalidad y de tus buenos sentimientos...y ahora me voy así como así, sin darte explicaciones, ni de mi huida de mi 'hogar' como de mi vuelta a él..."

"¿A tu hogar o a Khaled?" vio como el menor desviaba la mirada y volvió a suspirar. "No creo que seas tonto, así que ya debes saber que te he cogido bastante cariño por así decirlo, pero yo tampoco soy estúpido y sé que tu lugar no es conmigo."

"Eiden lo siento..." notando la presencia de Khaled se alertó, mira que le había dicho que le esperara en la laguna, esa posesión y esos celos en parte le gustaban, pero era un impaciente. "...sé que no estoy en derecho de pedirte esto pero..."

"Ya lo sé...que mantenga tu existencia en secreto." viendo que el albino asentía sonrió tristemente. "...no soy de ese tipo de persona...no creo que sacara nada bueno de contar que eres, como mucho que me encierren en algún centro..."

"No digas tonterías..." riéndose ligeramente miró por la ventana, viendo a Khaled esperándole a una distancia prudencial, pero pudiendo vigilarle perfectamente. Notó como Eiden se acercó mirando por la ventana también. "...ah...es un impaciente no se lo tomes en cuenta."

"Te quiere...y listos, y creo que si yo llegara a hablar de ti en menos de dos horas estaría sin una gota de sangre." riéndose acompañó a Erwin a la puerta. "...Erwin..." el albino le puso la mano en la boca, sonriéndole tristemente.

"No me merezco lo que me vas a decir...de verdad." poniéndose de puntillas le besó en la mejilla. "...gracias por todo, confío en ti y creo que lo sabes."

Eiden enmudeció y sólo pudo quedarse mirando como aquella bella criatura se alejaba de su casa e iba hacia ese hombre de mirada penetrante, cerró la puerta, fue breve pero agradecía poder conocer a alguien como Erwin.

El albino se acercó a su soldado que se mantenía con la mirada seria. Se paró delante de él y cruzó los brazos.

"¿Qué?" Khaled le dio una calada a su cigarro, aspirando el humo con tranquilidad, aunque por dentro no estaba para nada calmado, ese tal Eiden no le gustaba nada y sabía muy bien porque.

"Pues que te he dicho que me esperaras en la laguna...¿Acaso hay una aquí?" enarcando una ceja vio como el mayor se levantaba de la moto y se acercaba a él, agarrándole ligeramente por la cintura.

"...no me tortures más, ¿quieres?" acarició con su otra mano la larga cabellera, viniéndole ese irresistible aroma que desprendía su pequeño.

"...esta vez te perdono, pero confía un poco más en mi..." besando ligeramente los labios del más alto vio que iba a replicar. "...y no me vale que me digas que es de él de quien no te fias."

"Vámonos...las cosas en la casa andan turbias..." queriendo no tomarle atención a la conversación sobre Eiden miró el rostro intrigado de su pequeño. "...no se han enterado de tu 'huida', pero digamos que nos hemos aliado con los perros para dar caza a Asir y Erziel no anda muy contento." subiéndose a la moto y el menor haciendo lo mismo se pusieron en marcha.

"¿Con los perros?" incrédulo vio que Khaled asentía con tranquilidad, no le parecía una mala jugada pero le sorprendía que Asir fuese tan fuerte cómo para no poder ocuparse los vampiros solos. "...pues cuando llegue, quiero tener una conversación con Erziel."

"No digas tonterías..."

"Khaled si no se lo dices tu mandaré yo a alguien a que me proporcione una visita." serio vio que Khaled por el retrovisor suspiraba. "...déjame hacer a mi, hay muchas cosas que no sabes del día que huí."

Khaled sin decir nada aceleró.

Recordaba ese día y no quería ni imaginar que se dejó hacer su pequeño albino por ese desgraciado de Louis, todo por no querer decirle él mismo la verdad.






Se levantó del suelo con pesadez, le dolía todo el cuerpo y tenía algunas magulladuras, aunque con su metabolismo sabía que sanarían rápido. Suspirando se acercó a su tio Shuka que estiraba con tranquilidad. Alexander tenía razón, en vez de tio y sobrino parecían hermanos físicamente, aunque por la juventud de Shuka porque por la apariencia no.

"¿Has hablado con Jason para saber como esta Christine?" Andre preocupado por su prometida miró a su tio que negó con la cabeza. "...en pocos días será la batalla y el abuelo ya anda algo enojado por el trato con los perros..."

"Pues mi padre se tendrá que aguantar...solos no podremos vencerle. En cuanto a Christine iré a hacerle una visita sorpresa, debo comentarle alguna que otra cosa de parte de su hermana Irina."

"¿Y porque no va Irina hacia allí?" inclinando la cabeza sin entender vio que Shuka sonreía.

"Sería sospechoso, debemos comunicarnos lo justo con los perros o pensaran que somos amiguitos." Chasqueando la lengua vio como la puerta se abría, apareciendo Alexander. "...os dejo, mañana a la misma hora Andre. Intenta ser discreto ¿quieres?"

"¿Di - discreto?" sonrojándose vio como su tio sonreía.

"¿Te piensas que soy estúpido? Instalaron cámaras en la piscina...más vale que vigiléis me tuve que cargar al que vigilaba las cámaras." viendo como el rubio se sonrojaba hasta las orejas suspiró, Andre no cambiaría nunca, podía ser uno de los más poderosos de la casa, y aún sin darse cuenta de ello, escondía esa inocencia que no deseaba que perdiese nunca. "...no te juzgaré, pero ve con cuidado." acariciando esa cabecita rubia se fue echándole una mirada al pelinegro que se mantuvo a una distancia prudencial. "Alexander."

"Shuka..." saludando formalmente se esperó a que se cerrara la puerta para acercarse a su rubio. "...te han dejado hecho unos zorros." besando ligeramente los labios del rubio vio que este estaba aturdido. "¿Andre?"

"¡Que verguenza!"

"¿Y ahora que mosca te ha picado?" riéndose vio que su pareja intentaba taparse el rostro con las manos. Podía ser más grandote y alto que él pero se comportaba como un niño. Y eso le divertía.

"¡Que mi tio sabe lo nuestro!" señalándose intermitentemente a él mismo y a Alexander, vio que este le miraba con una ceja enarcada. "¡Que si, que han instalado cámaras en la piscina y nos ha visto fo...!" se calló de golpe sonrojándose hasta las cejas.

"...llando querido." riéndose fuertemente vio que Andre se indignaba. "...oh, vamos, peor hubiese sido que nos pillara tu abuelo, ¿no?"

"¡Nada más faltaría eso!" carraspeando cogió una toalla pasándosela por la cara. "...que verguenza."

"¿Esa vez quien fue el activo?" mofándose del rubio vio que este enrojecía más, lo sabía muy bien eso. "...ah, fui yo es verdad." riéndose aún más se llevó un pellizco por parte del rubio en la barriga. "¡Auch!"

"¿Acaso quieres avergonzarme más idiota?" poniendo morros se alejó del pelinegro, entrando en las duchas. Shuka había hecho cerrar la sala de entrenamiento de arriba los soldados para ellos dos, así no les molestaban. Alexander cerró con llave la puerta y divertido entró en las duchas, sentándose en uno de los banquillos mientras observaba a su adonis duchándose.

"Lo hecho, hecho esta..."

"¡Como si eso me consolarara!" enjabonándose el cabello se volteó a mirar a Alexander. "...y no te rías porque te dejaré sin sexo una semana."

"¡Como si pudieses aguantar!" viendo como Andre le miraba seriamente tras aclararse el cabello se acercó a la ducha, tendiéndole una toalla. Mirando como cada gota de agua caía por ese cuerpo perfectamente esculpido.

"..." Andre sonrió torcidamente. Agarró por la cintura al pelinegro entrándolo con él a la ducha, viendo su cara de desconcierto, besándole apasionadamente, notando como la ropa del pelinegro se empapaba y se pegaba a su piel. Bajando una de sus manos hacía el trasero de Alexander, presionando en cierto sitio que hizo que el pelinegro abriera su boca, aprovechando para jugar con su lengua.

"Ah...Andre..." aferrándose a su espalda, arañándola.

"Y ahora..." de golpe encendió el agua fría haciendo que Alexander pegara un respingo. "...te enfrías las ideas." Salió del cubículo dejando al pelinegro totalmente empapado y excitado.

"No serás capaz de..."

"Oh si querido...eso te pasa por reírte de mi y ponerme a prueba...creo que te será más difícil a ti soportar verme y tocarme sin sexo." señalando la erección notoria de debajo del pantalón de Alexander sonrió, viendo su mirada asesina.

"¿Y tú?" mirando a Andre que completamente desnudo le observaba, con una erección notoria también.

"Ya acabaré pensando en tus manos o lengua." mofándose se puso la toalla por encima, dejando a Alexander con la boca abierta. "...no me culpes, aprendo del maestro querido."

"Bien...tu empezaste guapo, no habrá compasión." cerrando la cortina de la ducha escuchó como su rubio se reía.

"Que empiece el juego."

Y ambos deberían jugar bien sus cartas.







Subieron las escaleras, como siempre Shuka y Naze eran los 'encargados' de hablar con los licántropos, cosa que ponía de mal humor al más bajo. No era por la presencia de los perros sino más bien por la de Shuka, nunca se llevaron muy bien y ahora no lo harían. No había ningún conflicto entre ellos, pero simplemente, no congeniaban. Abriendo la puerta se encontraron el piso en silencio, era raro, normalmente se metían ahí todos los licántropos en grupo y ahora sólo estaba Jason sentado en un sofá.

"Deberías avisar...yo no me paseo con los míos por vuestra mansión." de mala gana se levantó del sofá, mirando de soslayo a los dos vampiros, yendo hacia la nevera a por algo de agua. "¿Qué queréis?"

"¿Hoy vamos de mal humor?" Naze chasqueando la lengua vio que el pelirrojo no contestaba. Sabía de sobras que no eran ni amigos ni compañeros, pero normalmente el jefe de los perros desprendía más 'amabilidad'.

"Y bien...¿para que habéis venido? Si vuestra preocupación es el entrenamiento, tranquilos, mis hombres estan en ello día y noche, así que cuando aviséis estaremos dispuestos a entrar en combate."

"¿De cuantos hombres dispones?" Shuka miró fijamente al pelirrojo, podía parecer un chico tranquilo y amable, pero si era el jefe de todos esos perros era por algo, y le interesaba saber cuantos hombres tenía a su disposición, ya que eso implicaba mayor poder por parte de ese chiquillo.

"Unos treinta o cuarenta..."

"¿Cómo ha crecido tanto vuestra colonia?" Naze sorprendido observó al pelirrojo que por primera vez le sonrió con malicia.

"¿Pensabáis que nos habíais erradicado? ¡Y una mierda! Y estos son sólo los de esta región...tengo más 'por otros' sitios..." Jason se encendió un cigarrillo, casi nunca fumaba pero con lo ocurrido esta mañana con Chrisine y la visita inesperada se había puesto nervioso.

"..." Shuka empezaba a valorar ese niño con los cabellos color fuego, si era capaz de tener tantos hombres con tales instintos primitivos bajo su poder era porque era mucho más fuerte de lo que aparentaba. "...bien, una vez se establezca el día se te informara. Ahora cambiando de tema me gustaría ver a Christine..."

"¿Para?"

"No te importa...si esta aquí es gracias a mi." miró seriamente al de ojos claros, algo escondía y no le hacía ni pizca de gracia. "Espero que no escondas nada." Iba a abrir la puerta cuando la mano del licántropo le paró con fuerza. "¿Qué haces?"

"Mejor pasa a verla mañana..."

"No..." empujándole volvió a intentar entrar en la habitación, recibiendo un empujón del pelirrojo que le estampó contra la pared, sintiendo como esos dos brazos fuertes le elevaban del suelo. Si, le había menospreciado, tenía mucha más fuerza de la esperada. "Más vale que me sueltes."

"Te he dicho que pases mañana...mierda Shuka no me hagas golpearte."

De golpe la puerta se abrió, apareciendo Christine apoyada en el umbral, cubierta con una sábana. Jason volteó el rostro dejando a Shuka en el suelo, mientras que este observó muy bien las heridas que tenía la chica en las piernas, aunque parecían en proceso de sanear.

"¡Por eso no querías que la viese desgraciado?" atizándole un buen puñetazo en la cara vio que el pelirrojo sin resistirse caía al suelo.

"¡Shuka ya basta!" Christine se agachó como pudo cayendo de bruces, aún le dolían las piernas. Agarrando a Jason que adolorido se semi incorporaba. "...tranquilo cariño, vamos."

"¡Deja de hacer el payaso Christine te han herido!" Shuka se acercó a la castaña mientras Naze se mantenía al margen de toda aquella situación, si aún se metía en ella saldría mal parado. "...te vienes conmigo." separándola del pelirrojo la agarró en brazos.

"¡Suéltame Shuka! ¡Déjame que te explique!" la castaña miró a los ojos al pelinegro que negó con la cabeza.

"Suéltala...por favor." Jason aún en el suelo miró al pelinegro. "...te lo podemos explicar...no es excusa alguna, pero no deja de ser un vampiro en una guarida de lobos, piensa en la situación a la inversa..."

"Me importa una mierda...tu única tarea era mantenerla a salvo, bastante me he arriesgado en dejarla venir aquí para facilitaros las cosas a los dos, algo que personalmente no hubiese dejado que ocurriese nunca. ¿Encima debo pensar en la situación a la inversa? No me jodas maldito perro."

"Shuka por favor..." agarrando el rostro del pelinegro, Christine quiso relajar al vampiro, mirándole a los ojos. "...no soy Irina, sé cuidarme sola."

"Precisamente porque no eres Irina reacciono así."

La habitación quedó en silencio y Jason se levantó mirando fijamente a uno de los vampiros más poderosos que había podido conocer, y por lo que se ve, compartían algo más que odio.

"Shuka..." Christine miró al pelinegro que la dejó suavemente en el suelo. "...ven, vamos a hablar ¿quieres?"

"¡Christine...!" Jason enojado iba a decir algo cuando la mirada de su novia le hizo callar.

"Dejádme hablar con él...y si puede ser salid del piso. Ambos tenéis el sentido del oído demasiado desarrollado." Señalando al pelirrojo y a Naze agarró a Shuka del brazo, que callado, la siguió como un autómata a la habitación.

Jason enojado salió del piso seguido por Naze, que con una sonrisa socarrona le observaba.

"¿De qué mierda te ríes?"

"De las vueltas que da esta inmortalidad..."






Después de darse una ducha y de vestirse adecuadamente se sentó en el sofá. Había revisado mil veces que la habitación estuviese limpia y ordenada, cosa que no debería importar pero que prefería que estuviese bien ante la visita de Erziel a sus aposentos. Si se enterase de que no estuvo en días en la mansión seguramente ejecutarían a su pobre soldado. Miró a Khaled que callado observaba por la ventana y conociéndole, podía saber que estaba realmente molesto.

"¿Molesto mi soldadito?" con ironía abrazó por detrás el cuerpo musculado y con esa aroma que había añorado tanto. "...una vez escuches la conversación con el patriarca lo entenderás, eso si, te pido que no te metas en ella..."

"¿Acabaré carbonizado por tus palabras o debo dejar la ventana abierta para huír?" agarrando las pequeñas manos que acariciaban su pecho las besó. Precisamente no tenía ganas de ver a Erziel, quería recobrar el tiempo perdido y hacerle entender todo lo que sentía a esa pequeña y bella criatura.

"No...así que tranquilízate ¿quieres?" viendo como el moreno se volteaba miró a los ojos al más alto. "...disfruta del espectáculo." sonriendo tranquilo escuchó como golpeaban la puerta, un pedido mudo para entrar. "...te quiero idiota." besando los labios del más alto y sin dejar que contestara fue hacia la puerta, encontrándose con el rostro severo del padre de Shuka, Erziel.

"Me dijo Khaled que me llamaste..." entrando en la habitación vio que el soldado estaba allí, plantado al lado de la ventana sin moverse o decir nada. "...me pensaba que era la conversación a solas."

"Khaled lleva tantos años a mi lado vigilándome que es como si no estuviese aquí." Disimulando para que no notara que tenía cariño por ese vampiro tosco y malhumorado, se sentó en el sofá. "...seré breve, quiero la cabeza de Louis."

"¿Perdona...?" Erziel sin creerse las palabras de ese insolente chiquillo vio que Khaled aun tranquilo observaba la escena, aunque por dentro estuviese tan o más nervioso que Erziel. "...no tienes motivos."

"Si que los tengo. Louis tu querido subordinado me contó la verdad de mi encierro..." viendo que el pelinegro iba a interrumpirle se adelantó a él. "...sé que mi sangre proporciona poder al mago y que me tenéis aquí para que no me utilice. Y que en todo caso si acabáis con Asir pero yo supongo un peligro para nuestra especie me mataréis."

"¿No habrás sido tu no maldito soldado?" Mirando a Khaled vio que este se encendió un cigarro con tranquilidad. "¡Contesta!"

"Khaled no tiene nada que ver..." llamando la atención del patriarca se acomodó mejor al sofá. "...no eres idiota, por eso eres el patriarca, así que ya sabrás que Louis lleva abusando de mi des de que soy pequeño, con mi encierro y la protección de Khaled se acabó por un tiempo. Pero me cansé de tanto misterio con el tema de mi 'enjaulamiento' que le dije a Louis que le dejaba violarme si me contaba la verdad...¿qué crees que hizo?"

"Ese maldito enfermo..." encendiéndose un cigarrillo también se llevó una de las manos al rostro frotándose la sien. "...eres un completo inconsciente."

"Puede...sé que todo eso no son motivos suficientes para que le matéis, pero si no lo haces tu, mandaré a tu hijo a que lo haga."

"¿Y te piensas que Shuka te obedecerá?"

"Lo hará porque sabe que Louis sólo trae problemas allá donde va, así que o lo acusas de traición ya que al querido elegido del linaje de sangre no se le puede tocar, o te juro que conseguiré escaparme y no verás una gota de mi sangre, eso si, haciendo Shuka la faena sucia." levantándose miró al patriarca. "¿Y bien?"

"Supongo que querrás ver la ejecución." suspirando fuertemente miró al albino, creía que era un niño tonto que no sabía nada más que lloriquear por su triste existencia, pero le estaba demostrando que fue capaz de llegar a extremos insospechados por la verdad, viendo que por mucho que disimulara quien le daba fuerzas era la figura que se mantenía en la sombra, Khaled.

"Nada me haría más feliz." abriendo la puerta dejó que pasara el patriarca, cerrandóse a los pocos segundos. "..Uff...que mal rato he pasado." apoyándose en la puerta se volteó a ver a Khaled que le observaba. "...me dirás que es una locura, que en qué narices estaba pensando... si, si, lo sé, pero ha accedido...cosa que no me esperaba que fuese tan fácil."

"Si lo ha hecho ha sido porque a él indirectamente también le molestan las indiscreciones de Louis, no debes ser al único vampiro a quién ha molestado...Erziel no es del tipo de patriarca que suele mirar hacia otro lado, aunque sea por el propio egoísmo de quedar bien delante de su querida 'familia'." sentándose en la cama vio como Erwin se le acercaba, sentándose a horcajadas en su regazo.

"Yo no encuentro que sea mal tipo...es estricto pero por eso es el patriarca, no será un buenazo, además con los años que lleva siéndolo es normal que tenga un poco de mal carácter..." acariciando el cabello negro sonrió ligeramente. "...si tiene un nieto tan bueno como Andre te digo que no es malo..."

"Supongo..." besó ligeramente los labios del menor, se le hacía raro mantener esa conversación tan 'normal' después de todo lo ocurrido. Por unos momentos, por unos días había perdido toda esperanza de poder volver a estrechar ese delicado cuerpo contra el suyo y ahora podía hacerlo como si nada hubiese pasado.

"¿En qué piensas Khaled?" sonriendo ligeramente rozó su nariz contra la del mayor.

"Se me hace raro..." viendo la mirada interrogativa del albino suspiró ligeramente. "...no hace ni un día que nos hemos reconciliado y me tratas como si nada...tu bondad o capacidad de olvido me asusta." agarrando el rostro del menos besó sus labios, acercando con una de sus manos el cuerpo esbelto hacia él.

"Mmm...¿preferirías que te castigara con mi silencio? ¿Qué te reprochara cada día lo que discutimos al encontrarnos?" Khaled negó con la cabeza, sincero, sin ningun tipo de sorna o ironía, y eso podía notarlo Erwin en la forma en la que le miraba. "...creo...creo que lo que te tenía que decir te lo dije ya en su momento, me molestó y me dolió que me engañarás, haciéndome sentir que era un completo idiota que no podía entender la situación pero a la vez entiendo tu posición y sé que por mucho que me quieras...no estaba en tus manos decirme la verdad, más si podías acabar en la posición en la que se encuentra Louis en estos momentos."

"Te quiero Erwin...no sabes cuánto." sincero, tan sincero que hasta una pequeña parte de Khaled se estaba avergonzando de si mismo por ser tan blando y débil, mostrándole esos sentimientos a la criatura que si un día le abandonaba, daría por acabada su inmortalidad.

"Lo sé y yo también..." sonriendo empujó por los hombros al mayor, cayendo ambos en la cama. "...¿Sabes? Muchas veces cuando estuve solo en estas cuatro paredes me dieron ganas de salir a pleno sol...acabar con todo. Pero apareciste tu...un maldito soldado malhumorado, que no mostraba sus sentimientos y que mantenía al margen de ellos. Para mi supuso un reto el conseguirte...ya cuando me acosté contigo canté victoria." riéndose suavemente sintió las manos de Khaled acariciar su cintura. "...imagínate ahora, creo que puedo morir en paz."

"No digas estupideces." acallando la protesta del albino atrapó sus labios, sintiendo como el cuerpo pequeño y frágil se estremecía ante el contacto, aprovechando los pequeños suspiros para adentrarse en esa cavidad caliente y húmeda.
Dios como había añorado esa sensación.

"...¿Ahora quieres tenerme?"

Le miró con esa mirada transparente y aniñada, preguntando pero sabiendo la respuesta.

"¿Te molesta?"

No hizo falta contestar, Erwin se desabrochó la blusa blanca que cubría su torso, agarrando una de las manos de Khaled y llevándola a su propio pecho, sonriendo tiernamente al pelinegro, había echado de menos ese cuerpo y sobretodo ese calor.

"Muéstrame lo que me has echado de menos...tonto soldado." riéndose suavemente notó como este tonto soldado le agarraba por la cintura invirtiendo las posiciones, besándole apasionadamente mientras le acababa de despojar de las ropas.

Se acariciaban con urgencia despojándose mutuamente de aquellas telas que evadían el contacto piel con piel, respirando agitadamente entre los besos y caricias, sintiendo que ya nada importaba entre esas cuatro paredes, toda la verdad había sido expuesta.

Y Erwin se daba por satisfecho al haber descubierto una nueva parte de Khaled.

"...espero que Eiden no te tocara." acariciando la entrepierna del albino escuchó como este gemía débilmente, hacia tiempo que no había podido disfrutar de los 'cuidados' de Khaled y su cuerpo lo estaba demostrando. "...¿Erwin?" agarrando el miembro duro del menor se acercó a sus labios, besándolos ligeramente, notando la respiración entrecortada de su pequeño contra su boca.

"Ya sabes que no...idiota..." tirando la cabeza hacia atrás abrió más sus piernas para que el soldado tuviese más acceso a esa zona, pidiendo más y arañando la espalda de este. "...no seas malo...hace tiempo que no me tocas...ahh..." cerró los ojos cuando sintió esa mano deslizarse por su entrada, acariciándola. "...Khaled..."

El moreno recorrió el cuerpo del menor, dejando un camino húmedo e invitante, haciéndole sentir a Erwin que lo mejor estaba por llegar, separando esas hermosas piernas, colmando los deseos de su pequeño, escuchando sus gemidos cuando tomó con su boca el miembro erguido mientras su otra mano se dedicaba a ensanchar el interior.

"...intenta no correrte..." acelerando el ritmo lamió la base, sintiendo como el cuerpo del albino se estremecía por el doble placer que estaba experimentando su cuerpo.

"Ahhn...Khaled...si no quieres que me corra...fóllame ya..." agarrándose a las sábanas y gruñendo ligeramente al notar que ya le habían dejado de tomar atención, sintió el peso del cuerpo del mayor encima de él, mirando a su vampiro.

"...siempre tienes que decir las palabras claves..." irguiéndose sobre él agarró los muslos del menor con brusquedad, acercándo ese lindo trasero a su propio miembro, mirándose con superioridad desde arriba. "...¿te parece lo suficientemente grande y excitado?"

"Ahhnn...Dios..." mirando ese cuerpo esculpido por los mismo Dioses, sintió que podía correrse con esa imagen tan varonil de ese cuerpo cubierto por el sudor y mostrando sin pudor esa prominente excitación. "...más vale que me la metas de una vez...o moriré."

"Me vas a volver loco..." recostando ambas piernas sobre sus hombros se adentró de una vez en ese estrecho y pequeño cuerpo, escuchando un alarido de placer por parte de este. Erwin no necesitaba de delicadezas, es más, disfrutaba del sexo duro y sabía muy bien como debía enterrarse en ese cuerpo, sin piedad alguna. "...voy a partirte en dos..." sin dejar que el menor contestara cubrió su boca, besándole apasionadamente, adentrando su lengua con violencia, queriendo devorar esa boca y todo ese cuerpo.

"¡Ahhn, sii!" separándose de esos labios mordió el hombro de Khaled, arañando fuertemente su espalda mientras este se adentraba con brusquedad una y otra vez en su cuerpo. Si continuaba así llegaría al orgasmo en breves, ese maldito soldado le estaba llevando a los límetes del placer. "...ohh, más..." golpeando aquel lugar que le volvía loco, excitándose por los ruidos que proferían los dos cuerpos al juntarse, llevándose la mano a su propio miembro para mantener un ritmo de frenesí.

"...ahh...me correré...y lo haré en lo más...profundo..." mordiendo el cuello del menor lo hizo sangrar, proporcionándole todos los placeres que se podía llegar a imaginar, intentando no desfallecer y embistiendo con fuerza en ese cuerpo. "¡Ahh, Erwin!"
Llegando ambos a un delicioso orgasmo.

"Dios..." sintiendo aun como su cuerpo experimentaba un delicioso hormigueo abrazó el cuerpo más pesado, besando y lamiendo la sangre que le había hecho en el hombro. "...hoy creo que nos hemos pasado con las mordidas..." riéndose ligeramente escuchó como Khaled gruñía algo. "...¿mmm?"

"...nada..." reincorporándose ligeramente se quedó mirando ese bello rostro, embelesado por esos ojos y esos labios, acariciando ese hermoso cabello que le gustaba tanto aspirar su aroma. "...¿descansamos un poco?"

"Si..." besó ligeramente los labios de Khaled. "...pero quédate así, encima de mi...cerca..."
Notas finales: Por fin vuelvo a aparecer por aquí,
por motivos personales no he podido ni dedicarme
a la escritura ni he tenido tiempo para ello, así que
me disculpo sinceramente por la demora.

Aquí tenéis otro capitulo más...poco a poco iré intentando
actualizar lo más "rápido" posible. Para no sentirme tan mal
he hecho este capitulo algo más largo y denso...u.u

Muchas gracias por leer y me disculpo otra vez por la demora.

Dejen sus comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias!

Nos vemos en el próximo n_n

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