"Bien...entonces esperaré a que llegue y daré aviso a Hank..." colgó el teléfono ante la atenta mirada del pelinegro, que recostado en el sofá aterciopelado le observaba fijamente. Alexander por su parte se mantenía algo enfurruñado, ya que Andre estaba cumpliendo su apuesta, apenas le besó, así que caricias muchísimo menos. Y eso le molestaba. Salió de sus ensoñaciones, la mayoría pervertidas, cuando vio que el rubio le miraba algo preocupado. "...debo ir al cuartel sin que se entere mi abuelo."
"¿Ocurrió algo grave?" Alexander observó que su vampiro asentía ligeramente. "¿Quién te llamó?"
"Era mi tío Shuka...se ve que uno de los licántropos atentó contra la vida de Christine y tiene las piernas malheridas...deben llevarla aquí para que la regeneración se complete con sangre humana." chasqueando la lengua se quedó apoyado en el enorme ventanal de la habitación, sintiendo el ligero toque de su amante en uno de sus brazos.
"¿Cuando llega?"
"Pues en nada...así que debo ir hacia el cuartel lo más pronto posible para avisar a Hank de que prepare todo lo necesario y que se mantenga todo en secreto." abrazando por la cintura al menor lo acercó a él, acariciándole con una de sus manos el rostro delgado. "...van a suceder varias cosas..."
"Oh, vamos...Christine estará bien, es fuerte." Intentando quitarle importancia al asunto vio que Andre sonreía tristemente, negando a su vez que dejaba al pelinegro sin entender demasiado. "...¿hay algo más?"
"Lo que te voy a contar no debe salir de estas cuatro paredes o bien serán inútiles todos los esfuerzos de Erwin." viendo como el pelinegro asentía aún sin entender demasiado suspiró. "...Erziel...mi abuelo vamos, esta noche me ha informado que proximamente se ejecutará a Louis."
Alexander miró sorprendido a Andre. Louis, su primo, sería ejecutado. No es que le tuviese en mayor estima, pero debía reconocer que había sido de los pocos que le había ayudado en su triste vida y que aunque no aceptara esas manías en cuanto a Erwin u otros vampiros que él había llegado a conocer, era alguien a quien tampoco le hubiese deseado la muerte.
"¿Se han vuelto locos? Louis es uno de los vampiros de más prestigio y poder en las mansiones..." separándose del rubio se volvió a sentar en el sofá, encendiéndose un cigarro.
"Erwin reclamó su cabeza....se ve que por motivos oficiales y que no me incumben debe ser ejecutado." encogiéndose de hombros se acercó al pelinegro, quedándose de cuclillas delante de esa embelesadora criatura. "...lo siento Alexander."
"No pasa nada...es decir, no es que me importe una mierda que le ejecuten, pero tampoco creo que haya actuado en consecuencia para no merecer un castigo, que sea la muerte o no, no soy el indicado para hablar, personalmente no me ha hecho nada." dándole una calada a su cigarro observó al de ojos azules que asentía.
"A mi tampoco...fue amable conmigo." sonriendo ligeramente escuchó como Alexander chasqueaba la lengua y como su rostro se había transformado en uno de muy molesto. "¿Y ahora que ocurre?"
"Que no me acordaba...que te habías acostado con él." viendo como el rubio iba a replicar le puso la mano en sus labios. "...no tengo derecho a recriminarte nada, lo sé, yo me acosté con otro a tus espaldas. No puedes evitar que me moleste, precisamente Louis es el último con quien hubiese querido que te acostaras."
"¿Por?"
"Porque sé que igual que es apasionado en sus manías...en el sexo también ¿O me equivoco?" viendo como el rubio se sonrojaba fuertemente, se molestó aún más. "¿Andre?"
"No te lo negaré...es bueno, me hizo disfrutar y olvidar por unos breves instantes." acercando el rostro y rozando los labios delgados del menor le miró directamente a los ojos. "...pero para nada ha sido mejor que todas las veces contigo Alexander, sólo tu me excitas de ese modo." besando ligeramente los labios del pelinegro sintió las manos de este acercarle a él, profundizando el contacto, adentrándose en esa cavidad húmeda, sintiendo esa excitación que sólo le podía proporcionar Alexander.
"Andre..." sorprendido por las palabras del mayor sintió la necesidad de tocar esa piel, de sentirle, besarle, poseerle. "...no puedo más, acepto mi derrota pero hagámoslo, quiero sentirte dentro y luego hacértelo a ti..." escuchando la suave risa del rubio se estremeció, cierta parte de su cuerpo estaba ya en activo.
"Debo avisar a Hank..." acariciando por encima del pantalón la prominente erección de Alexander mordió su labio. "...si quieres...te complaceré...pero debo irme rápido."
"Siento que me correré con tan sólo imaginar tu lengua en mi entrepierna..." lascivo, se desabrochó el pantalón, echando la cabeza hacia atrás cuando sintió los labios de Andre recorrerle el pecho, mientras que una de esas manos poderosas acariciaba el miembro ya erguido por encima de la ropa interior, cerrando los ojos ante el placer que le proporcionaba ese maldito vampiro. "...necesito que me toques..."
"No seas caprichoso..." de rodillas en el suelo y posicionado entre las piernas del menor que seguía sentado, se acercó a sus labios, besándolos con pasión, sintiendo la añoranza y excitación por todos esos días sin tocarle, acariciando con fuerza el miembro del pelinegro, sin despegarse de esa boca que intentaba gemir débilmente. "...adoro cada parte de ti..."
"Ah...Andre..." arañando la espalda del más fornido se separó de sus labios, observando con deseo como bajaba hacia su entrepierna, sin perderse detalle. Le excitaba de sobremanera ver como su querido amante le proporcionaba placer con esa boca caliente y húmeda, sintiendo un escalofrío recorrerle de los pies a la cabeza cuando esa lengua traviesa lamió la punta, gimiendo ante el contacto. "...no me tortures Andre..."
"Me encantaría hacerlo...pero debo ir rápido..." haciendo que el pelinegro elevara ligeramente las caderas le bajó de un tirón los pantalones, juntamente con la ropa interior, lamiendo la extensión de ese miembro mientras una de sus manos se dirigía a la entrada, sintiendo como ese cuerpo delgado pero esbelto se estremecía. "...cierra los ojos y disfruta..."
Alexander entregado completamente al placer sintió como su vampiro se introducía todo el miembro en su boca, succionando con fuerza, llegando hasta el fondo, lamiendo cada trozo de piel mientras uno de sus dedos se adentraba en su cuerpo, haciéndole gemir fuertemente por el doble placer que le estaba proporcionando. Quería más, quería sentir ese miembro grande y duro dentro de su cuerpo, embistiéndole. Excitándose muchísimo más al imaginarse al rubio adentrándose en su cuerpo sin piedad.
"Andre fóllame..." agarrando los cabellos dorados del mayor vio como este le observaba con deseo. "...no es bastante...tus dedos...no me sacian." levantándose completamente erguido hizo que el mayor hiciese lo mismo, acercándose a la entrepierna de Andre, acariciándola, notando como estaba excitado al máximo.
"...¿Y si llega Christine?" debatiéndose por saber que hacer besó los labios del menor, aplastando ese cuerpo contra la pared, intentando atravesarle, presionándose, sintiéndose que iba a explotar. "...no deberíamos...no debería haber empezado...¿por que me excitas así Alexander?" acariciando con su mano ese perfecto rostro mordió sus labios, escuchando una suave risa por parte del menor.
"Hazlo...pero necesito..." desabrochando el pantalón del rubio, liberó esa prominente erección, relamiéndose los labios al verla tan grande y excitada, verdaderamente su vampiro era un fuera de serie, cosa que disfrutaba hasta los límites más insospechados. "...necesito que me lo hagas... me da igual si es rápido...pero quiero esto dentro de mi..."
"Maldita sea..." agarrando a Alexander enroscó sus dos piernas alrededor de su cintura, apoyándose contra la pared y mirando fijamente al menor mientras entraba en él lenta y deliciosamente, excitándose ante la situación y la mirada lujuriosa que le estaba dedicando el pelinegro. "...ahhn...siento que me correré con tan solo sentirte aprisionándome..." lamiendo sus labios sintió esas manos recorrerle la espalda y arañarle eróticamente. "...voy a moverme..."
"Estabas tardando...querido...ahn..." echando la cabeza hacia atrás, apoyándose en la fría pared, sintió como el rubio embestía dentro de su cuerpo, quedando su miembro aprisionado entre los dos cuerpos, entregándose completamente al placer al sentir ese miembro entrar dentro de él con fuerza, excitándose al ver esa cara lasciva enfrente de la suya, tan cerca, respirando ambos agitadamente a centímetros de sus labios, lamiéndolos, mordiéndolos en cuanto tenían oportunidad, sintiendo como los brazos fuertes de Andre le sujetaban y como esa pelvis se movía endemoniadamente, haciendo que su objeto de deseo se adentrara con fuerza dentro de su cuerpo. "...¡Ahhn, más duro!"
"Cállate pervertido...ah..." mordiendo su cuello y dejando un rastro de sangre, dio sus últimas embestidas, sintiendo como tocaba ese lugar que hacía enloquecer al de la cabellera azabache, como su cuerpo se contraía y le aprisionaba deliciosamente, escuchando los fuertes gemidos de placer, corriéndose dentro de ese cuerpo estrecho. Cerrando los ojos fuertemente mientras sentía esa deliciosa sensación en su cuerpo, esa ola de placer recorrerle la punta de los pies y llegar hasta sus labios. "...ahhh..."
"Oh dios..." besando ligeramente esos labios carnosos se sintió desvanecer, gimiendo ligeramente cuando sintió el miembro de Andre abandonar su interior, acariciando cariñosamente ese rostro, econtrándose con los dos pozos azules. "...te quiero Andre..."
"..." sonriendo aún recargando el cuerpo más delgado lo recostó en la cama, sentándose en ella e inclinándose encima de ese cuerpo. "...yo también Alexander...no sabes cuanto." viendo ese rostro perfectamente esculpido se tumbó encima de su cuerpo, sintiéndolo pegajoso pero a la vez caliente. "...debo irme..." besando esos labios sintió como le rodeaban. "...Alexander..."
"Mmm...quiero que te quedes...quiero otra ronda...pero esta vez yo adentrándome en tu cuerpo..." socarrón acarició el trasero del rubio, sintiendo como este se estremecía ligeramente. "...¿no quieres?"
"Alexander...querer quiero...pero en principio sólo iba a complacerte con mi boca y hemos acabado haciéndolo, que conste que lo he disfrutado, aunque creo que cierta parte de tu cuerpo lo ha comprobado...¿no?" acarició la entrada del pelinegro, que húmeda por su esencia hizo que el cuerpo del pelinegro reaccionara estremeciéndose.
"Ahn...Andre..." mirándolo con deseo intentó atrapar sus labios, sin conseguirlo. "...no seas perverso."
"Lo soy...debo irme." besando sus labios profundamente y adentrándose en esa boca acarició ese cuerpo esbelto, perdiéndose en el hueso perfectamente delineado de la cadera, queriendo devorar esa boca hasta saciarse. Apremiándole el tiempo. "...me voy o aún llegará Christine y no habré avisado a Hank." separándose de ese cuerpo esbelto se fue al baño a darse una ducha rápida y acomodarse la ropa, mientras que un Alexander algo enojado se quedaba en la cama.
"Cuando vuelvas lo haremos." colocándose boca abajo y observando como el rubio ya saliendo de la ducha se vestía con tranquilidad, se quedó mirando ese lindo trasero. "...no acepto un no por respuesta." sonsacándole una sonrisa que se le hizo entrañable al pelinegro vio como el mayor se acercaba besando ligeramente sus labios.
"Entonces te digo que quizá..."
Agarrando su chaqueta salió de la habitación, dejando a un Alexander bastante complacido.
Salió de la bañera, secándose con la toalla ligeramente mientras escuchaba como la puerta de su habitación se abría para luego cerrarse, oliendo un ligero aroma a tabaco, arrugando la nariz, no le gustaba para nada que su soldado fumara en esas cuatro paredes, bastante le costaba que no oliese a sexo las veinticuatro horas. Colocándose la ropa interior juntamente con un pantalón e pijama blanco se soltó la larga cabellera, dejándola caer por su pecho y espalda, viendo desde el umbral de la puerta como su soldado estaba entretenido mirando unos mapas. Acercándose sigilosamente por detrás y mordiendo ese cuello blanco y fuerte, clavando con fuerza sus dientes, sintiendo como el mayor se tensaba para luego relajarse, agarrando su cabeza con pasión.
"Ah...Erwin..." maldiciéndose a él mismo por dejar la guardia tan baja sintió como esos colmillos abandonaban su piel agarrando el cuerpo delgado y frágil, colocándolo a horcajadas encima de su pelvis, deleitándose con semejante belleza que tenía encima. Acariciando esos cabellos lacios y suaves. "...¿Pretendes dejarme sin aliento?"
"¿Yo?" divertido, agarró el cigarrillo que sostenía Khaled entre sus dedos, apagándolo en el cenicero. "...simplemente distraerte para que aprendas a dejar de fumar dentro de esta habitación." sintiendo las manos de Khaled bajar peligrosamente hacia su trasero se estremeció. "...Khaled no..."
"¿Por qué?" acercándose a sus labios los besó ligeramente, sintiendo la respiración acompasada contra su boca.
"Porque llevo todo el día con dolor de cadera...y ya sabes que es porque cierto vampiro no ha dejado de entrar dentro de mi cuerpo con fuerza para demostrarme lo mucho que me ha echado de menos..." rodeando con sus brazos el cuello del mayor besó sus labios, sintiendo como este se aferraba a su cuerpo, acercándolo a él. "...mmm...Khaled..."
"¿Por qué tienes que hablar de ese modo?" chasqueando la lengua molesto se separó de esos labios, desviando la mirada color del sol, escuchando una risa que parecía de un niño pequeño tramando una travesura. "...por cierto...dentro de dos días será la caza."
"¿Tan pronto?" viendo que el mayor asentía le acarició el rostro. "...no quiero que vayas."
"Erwin soy el capitán...¿Voy a dejar a mis hombres solos?" mirando el rostro pálido del menor acarició su rostro, sintiendo esa mirada dolorosa ponerse sobre él, estremeciéndole. "...no puedo Erwin...debo ir."
"¿Y no puedes decirles que te quedas protegiéndome? Al fin y al cabo eres mi guardia personal..." cerrando los ojos ante el contacto de esa poderosa mano en su rostro se apoyó en ella, sintiendo como uno de esos dedos le acariciaba los labios.
"No puedo...se quedarán vigilándote tres de mis soldados juntamente con Erziel."
"..." algo enojado miró a los ojos a su soldado, perdiéndose en ellos. "...no quiero que te pase nada Khaled, quiero que vuelvas sano y salvo...si te sucediera algo...no sé que haría de verdad."
"Seguir adelante...una vez acabemos con Asir, Erziel te dejará salir de estas cuatro paredes, podrás tener una inmortalidad normal, sin tener que estar encerrado." retirando esa cabellera se acercó al pecho desnudo, besando cada trozo de piel, sintiendo las manos de Erwin sujetarle el rostro y haciendo que le mirara a los ojos.
"Si no vuelves...acabaré con mi vida, te lo juro Khaled."
"No digas idioteces." chasqueando la lengua iba a besar esos labios carnosos, cuando este se apartó. Haciendo que el soldado resoplara y se apoyara en la silla, observando a un Erwin que sentado encima de su pelvis le observaba seriamente, haciendo que en parte, se le hiciese excitante ese posado. Últimamente no podía dejar de poseer ese cuerpo, queriendo quebrarle, corromperle, verle manchado y completamente suyo. Saliendo de sus ensoñaciones cuando notó las manos de su pequeño en su pecho.
"Te amo Khaled...sé que te lo digo siempre, que incluso soy pesado con ello, pero es la verdad. Eres el único que en toda mi existencia me ha dado un motivo para seguir adelante, el único que me ha querido...aunque no me lo digas mucho." riéndose suavemente provocó que Khaled desviara el rostro algo avergonzado. "...el que me hizo sentir, el que me hizo disfrutar tanto del sexo. Ese eres tu, así que te aseguro que si no vuelves conmigo para hacerme el amor, iré a buscar tus cenizas y haré que junten las mías con estas." haciendo sonreír ligeramente al mayor besó sus labios. "...a parte, tenemos que ver la ejecución de Louis juntos."
"Cierto..." abrazándose a ese cuerpo delicado aspiró ese aroma afrutado que desprendía ese cuerpo, sintiéndose necesitado de él. "...volveré, te lo prometo Erwin, acabaremos con Asir y podrás salir de estas malditas cuatro paredes."
"¿Me llevarás a vivir lejos?"
"No puedo soy soldado."
"En verdad eres sangre pura...podrías pedirle a Erziel o a Adam que por todos tus años de servicio y sacrificios te dejaran volver otra vez a la mansión, así podríamos irnos a vivir juntos, claramente aquí no, pero en casa de Samus o bien cogernos nosotros otro lugar." contento con tan sólo imaginarse esa vida vio que Khaled le observaba. "¿He ido demasiado lejos no?"
"No es mala idea...quizá si todo sale bien, se lo comentaré a Adam que me debe algún que otro favor." besando esos labios sintió como el albino sonreía ante el contacto. "¿Ahora me dejarás tenerte?"
"Después de que me hayas prometido volver y vivir juntos puedes hacer con mi cuerpo lo que desees Khaled." besando esos labios con pasión sintió a Khaled estremecerse, y es que conocía a su soldado y sabía que su cuerpo era una adicción para él, y lo disfrutaba.
Tras dejar el coche dentro del parking del cuartel Shuka llevando en brazos a la hermana de su antigua prometida se adentró en los túneles, debía ser discreto, nadie podía enterarse del pequeño problema que les había sucedido al pequeño clan, cubriendo a la castaña con una sábana y llegando a la enfermería, seguido por Naze que vigilaba los alrededores y que tras entrar en la pequeña sala colocó un cartel para que nadie pudiese entrar, encontrándose con la mirada calmada de Hank, el médico oficial de todos aquellos soldado que volvían malheridos después de los encuentros con los licántropos. Dejó a la castaña encima de la camilla suspirando ligeramente al verla bastante débil. Andre estaba allí junto al médico con cara de preocupación.
"Vamos a ver..." acercándole unas bolsitas de sangre vio que Christine se reincorporaba ligeramente, ayudada por Shuka que se sentó a su lado. "...parece que no será para tanto pequeña, la regeneración va bien...aún que no te quedaste sin piernas." sonriendo ligeramente le acarició la cabeza, como si fuese una niña pequeña. "...bébetelas todas, la luz solar te ha afectado al tejido y debemos hacer que se regenere." Mirando a Shuka se levantó. "Habéis hecho bien en traerla, no debo saber que ha sucedido pero si se hubiese quedado sin alimento temo que hubiese perdido esas hermosas piernas." irónico observó al impasible hijo del patriarca, viendo como Naze le hacia un señal para salir fuera. "...volveré en un rato Christine, hoy pasarás la noche aquí ¿De acuerdo?"
"Gracias Hank..." viendo como su médico, Naze y Andre desaparecían por la puerta se quedó observando a Shuka, sin saber muy bien que decir. "...lo siento."
"No pasa nada..." pasándose la mano por el rostro le tapó las piernas con la sábana blanca, observando como ese pálido rostro recuperaba algo de fuerza. "...no me lo tengas en cuenta Christine, has oído a Hank, llevarte aquí era lo mejor."
"Lo sé, pero no quería apartarme de Jason sin solucionar las cosas." triste, dejó una de las bolsas en la basura que había al lado de su cama, viendo que el pelinegro le había abierto otra y se la tendía. "...entonces...¿el plan para quedarme con Jason queda cancelado?"
"¿Acaso sólo te preocupa eso?" algo enojado desvió la mirada. "...Naze llamará a Irina, en todo caso ella será la que tenga la última palabra Christine."
"Shuka...no sé como hacértelo entender, amo a Jason...sé que está prohibido, que a tus ojos es una aberración, pero cuando me enamoré de él, no sabía que era, aunque creo que eso no hubiese importado." sonriendo ligeramente se llevó una de sus manos al mentón, recogiendo la sangre que se le había escapado. "Entiendo que no podamos estar juntos...conviviendo, él es el jefe de los licántropos y yo debo casarme con Andre, se lo prometí, así ambos llevaríamos una vida más 'relajada'...pero cuando me dijeron que después de la batalla de Asir podríamos estar juntos..."
"Yo lo encontré una tontería...Irina, tu hermana, propuso el plan de que al quedarte como garantía al final resultaras 'muerta' en un intento por escapar de los licántropos, borrando así todo rastro tuyo y facilitándote las cosas. Pero no creo que sea lo conveniente."
"¿Eso lo dices como amigo o como vampiro que resulta que al final me quiere?" acariciando el rostro del más alto notó como este se estremecía. "...no lo entiendo Shuka, tu estas...bueno estabas enamorado de mi hermana."
"Estuve enamorado o quizá encaprichado con ella, fue mi primer amor, la primera que me hizo sentir útil en mi puesto, pero también la que me traicionó y pisoteó mis sentimientos por un mago. Incluso después de salvarla de la muerte cubriendo su aventura no fue capaz de mirarme a los ojos y pedirme perdón. Quiero a Irina, de verdad, pero no de la forma en que creía." Agarrando la mano de la castaña la acarició. "...tu eras su hermana, su pequeña hermana...aquella a quien yo veía como una molesta niña que se preocupaba demasiado por los problemas de los demás. Pero con el tiempo...algo se movió dentro de mi, cuando descubrí de tu aventura con el perro, la ira me recorrió...entonces, acepte que sentía algo por ti Christine."
"...sabes que no puedo corresponderte." Consternada por todo lo sucedido bajó la cabeza, sintiéndose culpable, sin saber como enfrentaría a su hermana, si explicárselo o bien callarse, Shuka había sido un gran apoyo para ella y no creía que le sentara muy bien esa declaración.
"Lo sé y lo acepto. A lo mejor, si te lo hubiese dicho mucho antes, hubiésemos estado juntos." sonriendo tristemente se acercó a la menor, abrazándola, sintiendo ese aroma que había anhelado tanto, controlándose para no asustar a la menor. "..."
"Seguramente..." riéndose ligeramente se dejó abrazar. Si estuviese enamorada de Shuka todo sería distinto, más fácil. "...te quiero Shuka, lo sabes."
"¿Puedo pedirte un favor?"
"Dime..." separándose ligeramente del cuerpo amplio y musculado se quedó mirando esos ojos color vino, estremeciéndose por como le estaba observando. Shuka siempre le había puesto muy nerviosa y tras esa declaración abrumadora de sentimientos aún más.
"Déjame besarte..." viendo la atónita mirada de la menor y como se enrojecía, se le hizo entrañable, acariciando ese rostro. "...te pediría algo más digamos indecoroso, pero no lo permitirías..."
"¡Shuka!" avergonzada se tapó el rostro con las dos manos. "...no lo sé, sería traicionar a Jason..."
"No tiene que enterarse..." socarrón observó a la castaña que desviaba su mirada nerviosa. "...la batalla es en dos días, así lo hemos decidido, Naze ya se lo habrá comentado a Jason...así que permanecerás aquí hasta que tu hermana tome la decisión, preferiría que estuvieses en tu habitación pero mi padre aún se piensa que estás allí como garantía."
"¿En dos días?" viendo como el pelinegro asentía suspiró. "...por fin todo acabará, con Asir muerto nos podremos relajar ¿no?"
"Parece que si...hasta tu amigo Erwin saldrá de su encierro, no te puedo decir el motivo pero alégrate porqué podrás verle caminando por la mansión a sus anchas." Shuka le retiró un mechón del rostro observándola, maldiciendo a Jason internamente por haber disfrutado de ella cuanto quisiera. "...¿me permitirás besarte o no?"
"Pensaba que ya te habrías olvidado..." suspirando vió que el mayor se reía ligeramente. "...de acuerdo...pero porqué eres tu." Agarrando con sus dos manos el rostro perfectamente esculpido de Shuka presionó sus labios carnosos contra los más delgados, notando como este le abrazaba acercándole a él, besándole con ternura, intentando no olvidar esa sensación ardiente que le recorría el cuerpo. Disfrutando del contacto y acariciando ese cabello ondulado, escuchando un quedo suspiro por parte de la chica, separándose ligeramente.
"Christine..." dio un beso corto a esos labios, hundiendo su rostro en el cuello de la castaña, sintiéndose nervioso como un chiquillo. "...si decides abandonar a Jason, enamórate de mi."
"Ojalá todo fuese tan fácil..."
Tras esas paredes estaban Andre y Naze, en silencio, intentando no recordar aquella conversación escuchada. El ser vampiro a veces, era un peligro ya que podían escuchar a la perfección todo aquello que les rodeaba, mirándose entre ellos sorprendidos.
"Dios mío..." Andre resopló empezando a caminar, se había querido esperar para ver a su prometida y preguntarle el motivo de sus heridas, pero en esos momentos creía que había sido la equivocación más grande de su existencia, si Shuka se enterase que había escuchado todo le mataría, eso como poco. Vio que Naze le seguía callado, pero sorprendentemente tranquilo. "¿Acaso no te sorprende?"
"Nada me sorprende..." divertido se encendió un cigarro, viendo que el rubio chasqueaba la lengua. "...estas cosas pasan, Khaled estuvo con Adam por décadas y míralo ahora, enamorado del hermano menor, Erwin." Encogiéndose de hombros salió al patio exterior, viendo que no tardaría en amanecer. "...¿Vendrás a la batalla?"
"Si...aunque hay personas que no quieren que vaya." Refiriéndose completamente a su querido vampiro escuchó como Naze se reía por debajo de la nariz, seguramente, con lo avispado que era ya se olía algo. Aunque tampoco le importaba ya que él sabía de su amorío con Adam. "...a veces me parece que me tratan como un debilucho."
"Hombre...eres un privilegiado, pocos saben defensarse como nosotros."
"Una vez derroté a mi abuelo." Viendo como el pequeño soldado se quedaba boquiabierto se sintió, gratamente, poderoso. "He sido entrenado de niñez hasta caer rendido, incluso una parte de mi adora la lucha, que sea más o menos tranquilo es otra historia..."
"No, no...me parece bien que entonces vengas con nosotros. Partiremos nada más se haga de noche, los perros tendrán vigilada la zona de Asir, como suelen moverse por el bosque este no sospechará de su presencia." apagando el cigarro con tranquilidad se atusó la cabellera. "...Irina está informada, que creo que será la más perjudicada con la muerte del mago, aunque estaba bastante tranquila ante la notícia."
"Tampoco se puede hacer más...es la solución para acabar con todo." estirándose empezó a andar. "¿Vas a la mansión?"
"Si...debo calmar la ira de mi superior." con ironía siguió al más alto, nunca había entablado mucha conversación con él, es más, siempre le había parecido un vampiro demasiado altivo y con aires de grandeza, pero Adam acertó cuando se lo describió comoun ser tranquilo y entrañable. "...por fin todo termina..."
"Si, ya era hora..."
El final se estaba acercando, la batalla estaba cerca y con ello, la libertad y calma para muchos de los inquilinos de la mansión, aunque seguramente más de uno perdería la vida. Sólo les quedaba esperar a que no fuesen ellos mismos para no dejar más recuerdos tristes.
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