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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Adam deberá rebajar su orgullo.

Alexander tendrá tiempo para poder conocer mejor a cierto vampiro rubio y apuesto.
Se despertó con el cuerpo entumecido, le dolían todas las extremidades y sus ojos entrecerrados tan solo podían ver lo blanco que era el techo y la enorme luz que le estaba molestando a su ojos. Estaba en la enfermería de Hank, de eso no había duda. Volteó ligeramente el rostro encontrándose con la silueta del médico.

"¿Te despertaste? Vaya…pensé que con esas heridas tardarías más en despertarte…"

Hank le sonrió y a través de los tubos conectados a su cuerpo le dio unos calmantes para el dolor, su garganta estaba seca y sentía que la voz no le llegaba a salir. El médico tan solo le volvió a sonreír para reconfortarlo y siguió apuntando en el informe. Era un hombre de unos 38 años aparentes, por lo que sabía había vivido más de setecientos, cabello negro perfectamente colocado, ojos azules rozando el transparente y sonrisa retorcida.

"Tengo sed…" consiguió balbucear eso y con esfuerzo y sintiendo que las heridas le dolían se sentó en la cama.

"Aunque te diga que no te muevas piensas hacerlo ¿verdad maldito cabezota?" Hank le puso unas almohadas en la espalda y le tendió una bolsa con sangre fresca. "…bébetela toda…te ayudará a recuperarte."

"Hola…" Khaled entró en la pequeña habitación, sentándose en una silla al lado de Naze, el médico entendió en seguida y los dejó solos. "…ahora necesito que me cuentes todo lo que ocurrió…Ralph me dijo que en principio solo eran dos licántropos."

"En principio como tu has dicho…luego se añadieron a la fiesta seis más…aparecieron de la nada, han conseguido construir nuevas entradas en los túneles y ahora están completamente habituados a ese entorno. A este paso se adueñaran de ellos…" cogió la otra bolsa de sangre que le había dejado Hank encima de la mesa de noche y tiró al vacía. "…luego lo que sigue te lo sabes, me atacaron, me defendí…pero la munición se me acabó y uno de ellos me agarró y me mordió."

"…¿tienes el resultado de la mordida?" Khaled miró atentamente al chico que asintió tranquilamente. "…por tu reacción veo que no es negativa." Se levantó y miró a su soldado, tan solo era un chiquillo, el cabello negro y corto revuelto, los ojos rojos brillantes y desafiantes, los labios finos y la nariz pequeña, su cuerpo bien trabajado.

"…¿Adam sabe lo que ha ocurrido?"

"Escuchó tu mensaje…y no me eches las culpas, estaba en la habitación de Erwin cuando lo recibí y él estaba allí para asegurarse de que su hermano no se había escapado…"

"Mierda…no quería que supiera nada." Tiró la segunda bolsa de sangre vacía al suelo, sintiéndose mejor. No había nada como reponer fuerzas.

"Pues ahora entrara, así que ponle buena cara." Y sin dejarle tiempo a contestar abrió la puerta dejando entrar a Adam, que con el semblante serio y tras agradecerle la ayuda a Khaled cerró la puerta.

"¿No tienes nada que decirme?" el peliplateado se sentó en un lado de la cama, observando a Naze, que con los brazos cruzados y mirándole fijamente se encogió de hombros.

"¿Qué cumplí mi trabajo?"

"Déjate de ironías por favor." Algo enojado miró al pelinegro que chasqueó la lengua molesto. "…mírame maldito soldado."

"¿Qué quieres que te diga Adam? ¿Qué estaba dolido porque mandaste a la mierda una relación de 40 años? ¿Qué estaba furioso y que por eso preferí irme solo de cacería?" enojado miró al vampiro que con sus ojos azules le observaba algo entristecido.

"No quise acabar con lo nuestro Naze…"

"Es lo que pareció…por lo menos por el tono en que me lo dijiste." Confundido miró al vampiro que negó con la cabeza. "¿Entonces porque te comportaste de ese modo? Yo tan solo te di mi opinión de Louis…ya sabes que es un tipo peligroso y extraño."

"Lo sé…pero es mi primo…"

"Eso nunca te ha importado Adam." Naze suspiró, todos conocían como era Louis, era peligroso, sádico y solo se relacionaban con él por negocios o por conveniencia.

"Naze…no le puedo dar la espalda, si no…te digo yo que nos mataría a ambos." Acarició la mano del soldado que se estremeció. "…y ya sabes que él conseguiría que los jurados nos acusaran de estar juntos aún sin pruebas. Louis es alguien poderoso y consigue siempre lo que quiere…"

"…" se quedó callado observando al peliplateado. "…pero Erwin…"

"Erwin tiene a Khaled que le vigila…¿Por qué crees que le puse a él de guardia personal? Es el único que detecta a Louis…" besó la frente del pelinegro, encontrándose con sus ojos color sangre. "…me preocupaste bebé…"

"Lo siento…y siento tener este carácter tan…difícil." Con dificultad consiguió disculparse, siempre le había costado hacerlo, ya fuera por orgullo o por vergüenza.

"Ya somos dos…" sonrió y besó los labios finos de Naze, abrazando su cuerpo pequeño pero trabajado, sintiendo como gruñía entre el beso.

"Auch…la mordida me duele Adam…" sonrió débilmente entre sus labios y se separaron.

"Mañana le diré a Khaled que envíe a todo un grupo a matar a esos bastardos. Nadie hiere a mi bebé y se va de buenas." Bromeó mirando a Naze que se enfurruñó.

"No me llames bebé…es ridículo."

"A mi me encanta llamarte así." Se levantó de la cama y besó al soldado que con su brazo rodeó la espalda de Adam, perdiéndose en esa boca. "…me tengo que ir o sospecharán…"

"Ve…" se separó ligeramente de él y el peliplateado se fue dándole una última mirada al soldado que cerró los ojos para descansar.
















"¡Alexander!" Christine bajó las escaleras de dos en dos, saltando y quedando justo delante del pelinegro que pasaba tranquilamente por allí, sobresaltándole. "¡Que bien que te encuentro!"

"Me asustaste…¿acaso estas medio loca corriendo así por las escaleras?" se rió suavemente y la castaña le sacó la lengua de modo infantil. "¿Qué querías?"

"Que vayas a despertar a Andre…se le pegan las sábanas siempre…" miró pícaramente al pelinegro que le observó con una ceja enarcada.

"¿Y por que yo? Tu eres su prometida…" se encendió un cigarro mirando a la chica que ya algo molesta se cruzó de brazos con mirada amenazadora.

"Primero…Ezequiel me busca para que le de explicaciones y debo hacerlo, y dos, sé que te mueres de ganas por verle dormir…" se rió con sorna y Alexander sonrió torcidamente.

"¿No me digas que…?"

"Si, solo duerme con ropa interior…normalmente voy a despertarle siempre yo…y no malpienses…Andre y yo somos amigos…"

"Pero estáis prometidos." El pelinegro se atusó con su otra mano la larga cabellera, mirando a la chica que suspiró.

"Es complicado, preferimos que nos prometieran porque así al ser amigos y saber que yo ya tengo pareja fuera de aquí y que a Andre no le gustan precisamente las mujeres…podíamos fingir ser una pareja normal, e ir cada uno por su lado…somos amigos, nos llevamos bien…pero ahí lo dejamos. Cada uno con su vida y solo delante de la gente de la mansión hacer de parejita feliz."

"¿No quieres casarte con Jason?" vio como la chica se quedaba callada y sonreía tristemente.

"Claro que quiero…pero es humano Alexander…y no sabe nada de mi origen, se piensa que trabajo por las mañanas y que solo en la noche puedo salir, y piensa, si me llegara a comprender, a aceptar que soy…¿permitiría que le alejara de toda su familia para poder estar conmigo?" agachó la mirada entristecida, esas situaciones le ponían de los nervios.

"Tranquila pequeña…sé que suena típico, pero todo saldrá bien." Acarició los cabellos ondulados y largos de Christine, viendo como sonreía débilmente.

"Supongo…" desvió la mirada y tras suspirar miró a los ojos al vampiro. "…mejor me voy, mi hermano me espera en su despacho…acuérdate de despertar a Andre."

"Ok…ahora voy…" tras ver como la chica desaparecía por los pasillos, comenzó a subir las escaleras con tranquilidad, encontrándose con algunos inquilinos que al verle le giraban la cara o simplemente alguno que intentaba coquetear con él. Apagó el cigarro en el suelo manchando la moqueta, sonriendo torcidamente.

Se paró delante de la gran puerta de madera.

¿Cómo sería su habitación?

Abrió la puerta sin hacer ruido, no quería perder la oportunidad de ver a semejante vampiro durmiendo deliciosamente.

Las paredes blancas, el suelo aterciopelado azul marino, un gran ventanal con balcón, que tapaba débilmente el cristal con unas cortinas blancas, una cómoda, el armario perfectamente ordenado, nada de suciedad o ropa por en medio. La puerta del baño medio abierta, y tan solo voltearse se encontró con la enorme cama, con un Dios durmiendo en ella.

Se sentó al lado del chico que dormía plácidamente boca arriba, completamente destapado, su cuerpo era digno de admirar, perfectamente esculpido, espalda ancha, pectorales marcados al igual que la zona abdominal. El hueso de la cadera ligeramente delineado, dándole una invitación a su lengua que con una sonrisa en los labios reprimió a que saliera. Piernas fuertes y largas.

Con el rostro calmado, su cabello rubio y ondulado caía desordenado en su frente, la nariz perfecta y larga acompañada de unos labios entreabiertos y carnosos y una mandíbula fuerte.

El cuello invitante, dándole ganas de acercarse y morder esa piel.

Y dios…esos boxers le quedaban de maravilla.

"Mmm…" gruñó y revolviéndose, volteándose ligeramente, dejando su brazo encima de las piernas de Alexander.

"Andre…despierta…" era hora de despertarle, o se le ocurriría hacer algo divertido a ese chico. "Andre…" acarició con su mano el rostro perfecto del rubio, haciéndole cosquillas con sus uñas.

"Un poco más…" sonrió y pensándose que era su amiga Christine le agarró tumbándole encima de él, sorprendiendo, agradablemente, al pelinegro. "…estás muy huesuda Christine…¿Jason no te da de comer?" con los ojos cerrados balbuceó eso mientras palpaba la espalda de Alexander.

"Siento ser tan delgado." Con ironía miró al rubio que abrió los ojos sorprendido. "Buenos días Andre…"

"Oh…¡Lo siento!" sonrojado hasta las orejas se incorporó haciendo que la situación aún fuera más bochornosa, quedando Alexander sentado a horcajadas encima de su cintura. "…" más nervioso a no poder, agarró el delicado cuerpo del pelinegro, levantándolo con facilidad y dejándolo a un lado de la cama. "Vo-voy a cambiarme…" con la mirada baja y sonrojado se fue al baño cogiendo algo del armario para ponerse.

Haciendo reír a Alexander.

Era adorable.

Tan fuerte y varonil, y a la vez tímido hasta la médula.

"No te preocupes Andre…" decidió querer ver más reacciones de ese atractivo chico. "…siempre es agradable ser 'agarrado' por ti de ese modo…" al decir eso se escuchó como algo caía al suelo y un mierda por parte del rubio. Haciendo reír al pelinegro.

"¡No digas esas cosas! ¡Me pone nervioso!" des de el cuarto de baño le gritó eso, haciendo que el pelinegro escuchara el sonido del agua caer, estaría en la ducha, dejando caer el agua por su cuerpo.

Se esperó un rato hasta que Andre salió, ya menos rojo, y bien arreglado, aunque la visión del rubio en ropa interior no la olvidaría tan fácilmente. Luego le daría las gracias a Christine por semejante oportunidad.

"¿Te molestó que viniera a despertarte?" miró al rubio que agachándose para atarse los zapatos negó débilmente, haciendo que Alexander aprovechara para mirar su lindo trasero.

"No…pero me sorprendió…no pienses que abrazo a cualquiera que me viene a despertar ¿eh? Es que tengo la costumbre de coger a Christine para que así me deje dormir un poco más…como ella no puede conmigo…" se levantó y miró al pelinegro que sonreía torcidamente. "¿Ocurre algo?"

"Nada…tienes un lindo trasero."

"¡Deja de tomarme el pelo!" sonrojado miró a Alexander que se rió débilmente.

"No te tomo el pelo…encima que te hago un cumplido…" abrió la puerta de la habitación y Andre le siguió.

"Un cumplido algo…'indiscreto'…siempre me toman el pelo…" se llevó una mano a su cabello rubio, retirándose algunos mechones.

"¿De verdad?" miró a Andre que asintió, le pareció normal, era un chico ingenuo, aunque le daba la sensación que dentro guardaba un carácter muy fuerte.

"No hace falta que te hagas el sorprendido…seguramente fue lo primero que pensaste al verme: este chico es un bobo y un tímido." Chasqueó la lengua y miró a Alexander des de arriba, ser alto le daba un poco más de confianza.

"Pues vas muy equivocado…cuando te vi por primera vez pensé: que bueno que esta." miró como el rubio pasó de un color normal al rojo puro y sonrió torcidamente. "¿te molesta que sea tan directo? Habrás notado que me gustan los hombres…"

"Soy tonto pero no tanto…" intentó calmarse y sonrió débilmente. "…no me molesta, tranquilo." Se arremangó las mangas del jersey de color blanco.

"¿Y a ti que te gusta más?" miró con picardía al rubio que en seguida cogió la pregunta y se sonrojó.

"Un día de estos te lo diré…" comenzó a caminar más rápido que el pelinegro, bajando las escaleras.

"…O quizá lo descubra probándote…" susurro eso para si mismo y el rubio le miró enfurruñado. "…mierda…¿me has escuchado?"

"Si…los vampiros querido, tenemos el oído muy fino…" le saco la lengua de modo infantil. "…¿me acompañas a desayunar?"

"Claro…" sonrió viendo la apuesta silueta de Andre bajar las escaleras con tranquilidad, parecía un actor de una película, tan bien puesto y elegante.

Se relamió los labios.

Entonces, él sería el 'malo' de la película.
Notas finales: Hola de nuevo n_n
Esta vez no me demoré mucho en publicar...
Aprobecho que la línea de internet va
más o menos bien...@_@

Muchas gracias a todos los que leen y comentan!

Espero que este capitulo os haya gustado n_n

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^

Nos vemos en el próximo capitulo!

Besos y cuídense n_n

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