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Lugares prohibidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Andre y Alexander deberán hablar las cosas.

Adam anunciará una noticia que hará que los inquilinos de la casa, (especialmente algunos), se sorprendan y preocupen.

Khaled tomará una decisión para salvar a Erwin de sus sufrimientos y temores.
Días después.


Andre jugaba distraído con el bolígrafo que sostenía entre sus manos, mirando el montón de papeleo que tenía en frente, a esas horas nadie estaba en la biblioteca de la mansión, y para el rubio era un alivio, no quería encontrarse con nadie. Con nadie excepto él...hacia varios días, después de su conversación, que Alexander le evitaba y eso le estaba perturbando.

No sabía la respuesta, Alexander estaba haciendo justo lo que en pocas palabras él le pidió, olvidarlo todo.

Y sin embargo, le estaba doliendo mucho que no probara de acercarse a él.

Un ruido de algo cayéndose le hizo salir de sus ensoñaciones, vio una mano blanca y delgada recoger un mechero del suelo y un olor familiar para él le hizo reaccionar.

“¿Alexander?”

“No pretendía molestar...ahora me voy.” Sin mirarle directamente se volteó.

“¡Espera!” levantándose de la silla miró la figura del pelinegro que obedeció quedándose quieto. “...¿puedes sentarte? Me gustaría hablar contigo...”

“¿No vas a salir huyendo esta vez?”

“No...” agachando la mirada notó los pasos ligeros de Alexander y como una silla justo a su lado era movida para luego cargar un peso ligero. Lo tenía al lado, tan cerca que podía rozar sus brazos.

“Hablemos...”

“No sé muy bien por donde empezar...pero no me gusta estar así, odio tener que ver como me ignoras...” mordaz miró al pelinegro que enarcó una ceja y se rió con sorna. “¿De que te ríes?”

“De lo que has dicho...¿odias que te ignore? Pues creí que era lo mejor...me dijiste que habías olvidado lo del beso con una superioridad...” cruzándose de brazos miró a Andre que algo enojado se levantó yendo hacia la ventana que había justo delante de la mesa.

Hasta enojado estaba hermoso.

“¿Por qué no simplemente me dijiste que tu también lo habías olvidado?” sin mirarle y notablemente nervioso se retiró con sus manos los cabellos rubios.

“Simplemente porque no es verdad...” suspiró fuertemente.

“¿Qué consigues con esto Alexander?” apoyándose en el frío cristal miró a Alexander que se levantó avanzando con movimientos felinos hacia él. “...tienes un montón de amantes...¿por qué me besaste?”

“Yo actúo instintivamente...en ese momento quise besarte...”

“¿Por diversión?” tristemente miró al pelinegro que enmudeció.

Nunca se había visto en esa situación...

Bueno, si, pero con gente que no le importaba lo más mínimo. Pero Andre era diferente, no quería causarle ningún daño...y que carajo, lo pasó mal teniendo que ignorar ese vampiro perfecto. Se odió a si mismo por buscarle a hurtadillas y poder ver esa sonrisa tan agradable. Envidiando a todo aquel que le observaba.

Es más, él siempre se acostaba con los demás por pura diversión.

Y ese beso no fue solo para divertirse o aliviar su deseo.

¿Eso era que comenzaba a sentir algo?

“No...” suspirando fuertemente se quedó en frente del rubio. “...supongo que te habrán informado sobre mi currículum...¿no?” con sorna miró al más alto que asintió. “...no te mentiré...es verdad, me acuesto con quien quiero para luego no tener ningún tipo de relación con él...pero a ti...no te haré lo mismo.”

“¿Tienes miedo de quién hay detrás de mí?”

Estrechó la mirada.

Aunque los ojos azules de Andre estaban enfurecidos, sus labios carnosos temblaban ligeramente, y podía ver que sus manos se movían nerviosamente.

“No seas estúpido Andre...si tuviera miedo de eso directamente ni te habría besado.” Chasqueando la lengua miró al más alto que desvió la mirada, lo agarró por el mentón. “...eres la primera persona que me hace sentir de este modo, no te puedo asegurar nada...ni tan solo si seré capaz de no hacerte daño en alguna ocasión...pero...me gustas demasiado...cada vez que te veo una sensación ardiente recorre mi cuerpo...”

Andre se sonrojó fuertemente haciendo sonreír a Alexander.

“Yo-yo...me gustas Alexander...de veras...pero tengo miedo...”

No acabó la frase, Alexander le besó, atrapándole entre el frío cristal y su cuerpo, sintiendo la manos del más mayor agarrar su cintura con timidez, escuchando la suave respiración del rubio entre sus labios, aprovechando para hundir su lengua en esa boca caliente, explorándola, aferrándose a ese cuerpo perfecto que le cubría por completo con sus brazos.

“Eres encantador Andre...” separándose ligeramente de esos labios miró los ojos del mayor que más tranquilos se quedaron clavados en los suyos, creando una atmósfera entre ellos agradable. Alexander se rindió ante el contacto suave de esa mano en su rostro, sintiendo los labios carnosos de Andre rozar los suyos débilmente.

“...siento haber malpensado de ti...” con la otra mano aún sujetaba fuertemente la cadera estrecha, sintiendo la mano del pelinegro subir por su espalda. “...pero...”

“No pasa nada...es normal que lo pensaras...mi fama no es muy buena...”

En susurros hablaban entre ellos.

Sintiéndose más cercanos.

“¿Andre?” la voz de Christine le sobresaltó. “¿Estás aquí Andre?” los pasos delicados de la castaña se acercaban.

“¡Ya voy Christine!” se separaron lentamente.

“Ah...pero si estáis los dos aquí...os buscaba...id a la sala...ha habido un problema.” La castaña suspiró fuertemente y miró a la pareja, Alexander estaba tranquilo...pero Andre más rojo que un tomate. “...no sé porque pero hay un ambiente extraño...”

“N-nada...venga vámonos...” Andre siguió a Christine que corría por los pasillos dirigiéndose hacia las escaleras. “¿Es grave?”

“No lo sé...temo que sea sobre Erwin...” preocupada vio un cúmulo de gente alrededor de Adam y tanto la castaña, como Andre y Alexander se juntaron camuflándose entre la multitud.

“Escuchad por favor...” Adam dio dos palmadas para que los vampiros se callaran, haciendo que le miraran fijamente. “...os he llamado porque es algo importante, no sé porque pero cada uno ha sacado conclusiones precipitadas, no hay ningún estado de emergencia por los hombres lobo, esta todo controlado y ellos siguen el acuerdo de momento...pero quería comentar que vendrá una persona importante aquí en la casa.”

“¿Y como de importante si se puede saber?” Alexander con sorna miró a su primo, el peliplateado sonrió torcidamente haciendo que el pelinegro vacilara, esa sonrisa no le gustaba.

“Vendrá por una semana Erziel, el patriarca en estos momentos...abuelo de Andre.”

Alexander tragó en seco.

¿Erziel?

¡Mierda!

Y encima en esos momentos, cuando él y Andre ya lo habían arreglado. Debería ir con pies de plomo si Erziel venía, o sin contemplaciones acabaría como un trozo de carne asada.

“¿El abuelo? ¿Y como que viene?” miró a Christine que negó con la cabeza. “...es extraño, mi abuelo no suele moverse de sus negocios más importantes...y tener que venir aquí supone una pérdida de tiempo importante...” se llevó al mentón la mano.

“Yo nunca le he visto a Erziel...aunque dicen que es un hombre muy atractivo.” Christine con su cabello ondulado miró a Andre que sonrió afablemente.

“Si que lo es...aunque es mi abuelo no parece muy mayor, parece más mi tío que otra cosa...es la ventaja de que seamos vampiros, no envejecemos tan deprisa.” Sonrió y miró a Alexander que continuaba callado. “...ahora vengo.” Besó la mejilla de la castaña y se acercó al pelinegro. “¿Alexander?”

“¿Eh?” salió de sus ensoñaciones.

“¿Ocurre algo?” miró con sus ojos azules al más bajo que negó con la cabeza. “¿Es por la visita de mi abuelo?”

“Se podría decir que si...” miró la multitud, viendo que algunos vampiros miraban la escena con curiosidad, sonrió con amargura. Debía disimular o pondría en problemas a Andre. “...te espero luego en tu habitación, aquí si hablamos podemos tener problemas, las paredes parece que tienen oídos.” Hizo reír suavemente al rubio que asintió. “...hasta luego.”

“Ahora vengo...no tardaré...” Andre se despidió con un suave toque en la mano delgada de Alexander y se fue a hablar con Christine para disimular un poco, quería saber que le pasaba a su vampiro.



















“Mierda...” Erwin se paseaba a lado y lado de la casa. “...Khaled ha tenido que ir a ver que sucedía en la sala...y yo aquí atrapado como si estuviera en una ratonera...” se mordió el labio inferior preocupado.

“¿Atrapado?”

Se estremeció.

Y con rapidez se dirigió a la cama, sacando de debajo la almohada el arma que cuidadosamente le había enseñado Khaled a usar.

“Quizá...pero si no te vas te disparo...y no vacilaré como la última vez...” tragó en seco intentando calmar sus nervios, aunque pareciera que estaba seguro, con solo tener a ese individuo delante todo su cuerpo temblaba de pánico.

“Vaya bienvenida me das querido...” con tranquilidad se paseo por la amplia habitación. “...¿tu querido Khaled te ha dejado solo?”

“Louis vete...” siguiéndole con la punta de la pistola oía como su respiración se agitaba.

“Oh, vamos Erwin...tanto tu como yo...ya sabemos que las balas no me hacen nada...”

“¿Y las que llevan una carga radioactiva?” sonriendo miró al pelirrojo que estrechó la mirada. “...¿ahora si que enmudeces maldito imbécil? Si, carga con una materia que equivale a la luz del sol...acabarías un poco tostado...”

“¿De donde has sacado eso?”

“De Khaled seguro que no...pero una persona muy apreciada para mi me lo confió...”

“¿Y que harás? ¿Dormir con la pistola en la mano? ¿Bañarte con ella? Porque te aseguro que en algún momento tendrás la guardia baja...”

“Antes de que hagas nada me pego un tiro en la cabeza Louis...” sonriendo amargamente intentó ganar tiempo, si sus cálculos no iban mal, Khaled tendría que venir ya.

“Claro...con lo cobarde que eres te aseguro que no lo conseguirías...y antes de que lo hicieras sospechosamente te salvarían...esta mansión les interesa demasiado mantenerte en vida...”

“¿Qué quieres decir?” sorprendido miró al mayor que sonrió torcidamente, acercándose al albino que retrocedió chocando contra la pared, viendo que el pelirrojo le acorralaba dejando que la pistola estuviera contra su pecho.

“La razón por la cual estás aquí encerrado Erwin...dentro de poco la sabrás...aunque ya será demasiado tarde...”

“¿Demasiado tarde?”

“Suelta el arma y te lo diré.”

“Una mierda...” puso el dedo en el gatillo y el pelirrojo le dio un golpe en el estómago. “¡Hijo de...!” con la otra mano le tapó la boca con brusquedad.

“Rebélate...grita...ya sabes que me da igual...como si quieres enviarme al infierno...” sonriendo sádicamente empujó el cuerpo contra la pared, dejándolo con la cara pegada en la fría pared blanca. “...nunca me ha importado demasiado que gritaras...” lamió la cara del albino mientras apretaba con fuerza esas manos contra su espalda, inmovilizándole. “...además...igualmente acabarás muerto...”

“¡Louis!” un disparo.

Que rozó la melena del pelirrojo y la bala humeante en la pared.

“Eres rápido Khaled...” dejó al menor al suelo y atusándose la melena color sangre miró los ojos del comandante que enfurecidos le miraban. “...tu no has visto nada...y yo tampoco sé de tu pequeño amor con el ele...”

“¡Cállate!” Cogió del brazo al mayor y lo echó con fuerza de la habitación. “Y la próxima vez te volaré la cabeza...”

“Eso si no estas muerto antes...” chasqueando la lengua se puso bien la camisa y empezó a caminar por el pasillo. “¿Tanto miedo te da la verdad Khaled?”

“¡Mierda!” cerró la puerta y fue corriendo hacia Erwin. “Erwin...”

“Khaled...” sonriendo débilmente se levantó del suelo ante la mirada preocupada del vampiro. “...no pasa nada...tranquilo...llegaste a tiempo...sabía que vendrías.”

“Nos vamos Erwin.”

“¿Qué?” miró sorprendido al pelinegro.

“Le pediré un permiso a Adam...mientras este loco este aquí nos iremos a otra mansión...”

“Khaled...si no me dejan ni salir de esta habitación...mucho menos ir a otro lado...” acarició el rostro perfecto del soldado, intentando calmarle.

“No dejaré que te vuelva a suceder Erwin...no otra vez. Estoy harto de este maldito sádico...de verte como una sombra cuando aparece y de sus sucios trucos.” Agarró en brazos al menor y lo elevó del suelo. “...nos iremos juntos.”

“Khaled...por favor...se realista, no nos van a dejar...”

“Claro que si...Adam me debe algunas cosas.” Agarró a cuello a Erwin tapándole con una sábana. “...ahora mismo vamos a ir a su habitación.” Enojado abrió la puerta de una patada y comenzó a caminar hacia los aposentos del peliplateado con el menor en brazos que sorprendido miraba a Khaled.

“¿Qué es lo que ocurre?” Adam salió de su habitación con un albornoz, asustándose al ver a Khaled con esa cara de pocos amigos y Erwin en brazos. “¿¡Que haces sacando a Erwin de la habitación?!”

“¡Cállate!” Khaled entró en la habitación de Adam, viendo a Naze que sentado en la cama se fumaba una cigarro con tranquilidad, con apenas una sábana cubriendo su cuerpo. “...ahora déjame hablar a mi...¿ok?” dejó al albino sentado en la cama y este asintió con temor, en esos momentos era mejor no decirle nada al soldado.

“¿¡Se puede saber que locura estas haciendo Khaled?!” Adam miró desesperado al pelinegro.

“Louis ha intentado volver a atacar a Erwin...” cruzándose de brazos miró a su ex pareja que sin cambiar su expresión le observó fríamente.

“¿Y que es lo que pretendes? ¡Vamos, Khaled! Hace años que sucede lo mismo...”

“¿Y pretendes que siga sucediendo Adam? Yo no, no pienso dejar que vuelva a suceder lo de siempre...no quiero verle destrozado otra vez ¿entiendes?” dando un golpe con su puño en la pared miró al peliplateado que se sobresaltó.

“...” Erwin miró a Naze que se encogió de hombros cansado por escuchar la discusión.

“Adam...” Naze le llamó la atención. “...escúchale...quizá así se acabarán los problemas de una vez...estoy cansado de todo esto.”

“Ok...entonces dime...” más tranquilo miró a Khaled. “...Naze...estamos en el despacho de aquí al lado de la habitación...no creo que Louis se atreva a entrar estando tantos aquí cerca...”

“De acuerdo...” Naze le sonrió tranquilo y miró a Erwin. “...déjales hablar...”

“Va-vale...” tímidamente miró a su amante que desaparecía por la puerta con Adam para hablar sobre el tema, deseando que su hermano aceptara la proposición.





















Entró en la habitación y suspiró fuertemente. Tardó casi una hora en poder escabullirse de toda esa muchedumbre que no paraba de preguntarle por los preparativos de boda con Christine o para que les contara como era Erziel.

¡Ya lo conocerían!

No tenía ganas de hablar con todos esos vampiros que nunca se habían dirigido a él para nada, y ahora, aunque fuera por puro interés, no quería hacer esperar a Alexander que le esperaba en la habitación.

“Tardaste...” la voz suave del pelinegro le reconfortó.

“Todos esos vampiros son algo pesados...no te dejan ni respirar...” sonrió y se sentó en un sofá que había en el rincón de la habitación y Alexander continuaba quieto, apoyado en la pared y con la mirada fija en el rubio. “...¿qué te ha ocurrido? Te has puesto nervioso de golpe...”

“Es que con solo verte tiemblo...” bromeó.

“Bobo...ahora de verdad...¿tanto te intimida la visita de mi abuelo?” enarcando una ceja miró al más delgado que se acercó y le dio un golpecito en la frente.

“¿Hay algo aquí?” ironizó y el rubio puso morros. “...no te enojes Andre...” se sentó a horcajadas encima del rubio que se ruborizó ligeramente. “...pero si piensas bien, no es nada bueno que venga Erziel aquí...”

“¿Sabes el motivo?” miró esos ojos grises que se cerraron levemente negando con la cabeza.

“No...pero aunque el motivo no se sepa...que este aquí ya me alarma...”

“¿Por qué?”

“Porque estamos juntos...tu, el nieto perfecto, no solo físicamente porque eso ya se puede apreciar a simple vista...” sonrió con malicia haciendo sonrojar al mayor. “...el nieto que se va a casar con una chica bonita, respetable y educada.”

“Que no me quiere y yo a ella tampoco...a parte de que cada uno tiene sus respectivos amantes...” agarró por el rostro al pelinegro. “¿Dónde quieres llegar con esto?”

“Es fácil Andre...si tu abuelo...si Erziel, nos descubre, a ti...su nieto y a mi, un vampiro con una fama un tanto...despreciable a sus ojos, podríamos acabar mal...y no quiero que eso pase...”

“...” Sin protestar por lo que había escuchado agachó la mirada. “...ahora que todo estaba bien...”

“Eso es lo que pensé yo...” divertido miró al rubio y le cogió del mentón. “...Andre...no te preocupes...pero cuando venga Erziel deberemos ir con más cuidado con nuestras pequeñas situaciones...”

“¿Situaciones?” intrigado levantó la mirada, sintiendo los labios del menor presionando los suyos, pidiendo permiso con la lengua para profundizar más el contacto, rindiéndose ante esa boca. “...ahm...”

Rodeó con sus fuertes brazos la estrecha cintura, queriendo sentir más de esa piel, sintiendo las manos del pelinegro recorrer su espalda y acariciar sus cabellos mientras sus lenguas jugaban entre ellas apasionadamente, volviendo el beso más húmedo y excitante.

Alexander se separó lentamente de esos labios carnosos y observó esos ojos azules que le hacían querer más.

“Situaciones como esta...querido.” sonrió con lascivia. “...o si vamos a cosas más divertidas...deberemos vigilar más.”

“¡Alexander!” totalmente rojo miró a su amante que se rió suavemente levantándose de su regazo.

“Venga...vámonos o sospecharán...dentro de poco nos estará buscando Christine para que le hagamos de cuartada cuando quiera ir a ver a su novio.”

“...Vale...”
Notas finales: Hola de nuevo! n_n
Siento la tardanza...;_;
llevo bastantes proyectos a la vez y
mi imaginación no da para tanto...u.u

Aquí esta un nuevo capitulo!
Espero que os guste!

Y de nuevo disculparme por lo tarde
que actualizo...u.u

Feliz navidad a todos/as n_n!!

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^

Nos vemos en el próximo capitulo!

Besos y cuídense...^_^

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