Caminaba molesto por el cuartel, su cabeza estaba a punto de estallar, no podía dejar de recordar todas las palabras frías de Adam, esa mirada que no le gustó para nada, mirándole como si le importara más bien poco…y Adam no era así, quizá cuando le conocías si que parecía una persona superficial, fría y algo calculadora.
Pero tras esos ojos azules estrechos, tras esa cara tan sumamente bella, enmarcada por unos cabellos plateados preciosos que le caían a lo largo de su delgada espalda, llegando hasta la cintura esbelta. Tras todo ese físico perfectamente esculpido, estaba un Adam vulnerable, cariñoso y sobretodo, todas esas cualidades, las tenía solo con él.
Ladeó el rostro fuertemente y miró por la ventana.
Estaba lloviendo tanto…
"¿Naze?" la voz grave de Khaled le hizo voltearse. "…pensé que estarías entrenando."
"No…tuve una pequeña discusión con Adam, aunque creo que lo hemos dejado, por el tono en que me ha hablado pareció que quisiera dejarlo..." Miró tranquilo a su 'amigo', no sabía muy bien si lo era o no, por su parte lo consideraba así, pero Khaled era una persona muy distante y pocas veces preguntaba como estabas o si te ocurría algo, simplemente te escuchaba y te daba su opinión, ya fuera buena o te sentara como una patada en el estómago.
Des de hacia tiempo que le había contado que estaba con Adam, sabía que podía confiar plenamente en él. Más bien, porque Khaled mismo hacia cientos de años estuvo con el peliplateado, pero la relación no funcionó y acabaron dejándolo.
"Vaya…" se sentó en una de las sillas y miró al soldado que suspirando fuertemente se llevó su mano a los cabellos negros cortos, revolviéndolos. "…piensa, que por una parte es mejor…" se encendió un cigarro tranquilamente y Naze lo observó intrigado. "…ahora, no podrán juzgarte ni matarte…ya no estas con alguien de la casa."
"De alguna manera tienes razón…" sonrió débilmente y aceptó el cigarro que Khaled le tendió. "…no entiendo esta manera de organizarse…"
"Es fácil…los vampiros que no son de pura sangre…los que simplemente han sido convertidos pasan a ser sirvientes y los más habilidosos entrenados y puestos en el cuartel de soldados…no se pueden relacionar extraoficialmente con ningún vampiro de la casa y si se descubre alguna relación prohibida…a ambos vampiros se les somete a un castigo…aunque a veces solamente lo recibe el soldado…" le dio una calada a su cigarro acabado de encender, mirando a Naze que en silencio le observaba.
"Pero…tu eres de sangre pura Khaled." Miró al pelinegro que chasqueó la lengua molesto. "…a mi no me mientes, no haces el mismo olor que los vampiros de sangre impura…"
"Tienes un olfato formidable…pocos se dan cuenta, pero yo decidí llevar esta vida, no me gusta el ambiente de la mansión." Sin mirar a Naze se dirigió hasta la ventana viendo que las luces de la habitación de Erwin estaban apagadas. "…debo irme, creo que Erwin ha hecho una de las suyas."
"¿Por qué lo tienen encerrado?"
"…cosas que no deberían salir a la luz nunca." Amargamente apagó su cigarro y se fue cerrando la puerta tras de él.
"Bien…creo que me he quedado solo…" se levantó y fue hacia la sala de reuniones, encontrándose con varios informadores. "¿Otra vez los túneles? Esos malditos no se cansan de intentar adueñarse con los territorios…" miró los informes, dos licántropos estaban avanzando por una zona que no les pertenecía. "…voy a pararlos."
"Pero señor…si va usted solo es peligroso…¿y si es una emboscada?" el chico que sostenía varios papeles le miró preocupado.
"Soy subcapitán…he salido de situaciones peores, si hubiera problemas ya trataría de volver…tampoco tengo mucho que hacer…" apagó el cigarro en un cenicero que había y miró al chico que con la mirada fija en él quedaba en silencio. "…Ralph, no te preocupes…"
"Ok…por lo menos llévese a un soldado."
"No hace falta…" se volteó y abrió el armario de armas, dos granadas, cuchillos, pistolas con balas de plata, y un rifle de última generación que habían mejorado en el laboratorio. Se puso la chaqueta larga negra y abrió la puerta del garaje subiéndose a su moto. "…cualquier problema informaré por el transmisor." Se puso el casco y tras echarle una última mirada al chico se fue.
La lluvia le caía en el rostro, en el cuerpo semidesnudo, con el agua la túnica blanca se había deslizado hasta sus hombros y cada gota le estaba empapando, pero no le importaba, esa sensación de libertad, de poder respirar el aire frío de la noche, de poder ver con sus propios ojos cada rincón del jardín, la enorme mansión des de lo lejos, tan solo escuchando el ligero murmullo del agua caer y de las voces de la gente des de dentro de la mansión.
"Ah…parece mentira que haya podido salir…" sonrió complacido y dándose cuenta que se escuchaban pasos se fue corriendo hasta la pared que había justo debajo de su ventanal. Se agarró a las enredaderas y comenzó a subir, con un poco de suerte, si nadie se daba cuenta, podía salir cada noche a respirar aire fresco. Tan distraído estaba que se clavó en el pie unas espinas haciendo que volviera a caer al suelo, se miró el pie sangrante, y sin importarle intentó volver a subir.
"¿Te ayudo?" la voz seca de su guardián le hizo voltearse.
"Khaled…" miró todo empapado al soldado que con las manos en el bolsillo se acercaba a él con el semblante serio. "…yo…lo siento…sé que no debía escaparme…"
"…" En un rápido movimiento agarró a Erwin como si fuera un saco de patatas y subió ágilmente por la pared hasta entrar por el ventanal, cerrando tras de él y dejando al chico encima de la cama algo brusco. "…¿sabes que te estas jugando que te ocurra algo gordo, Erwin?"
"Lo-lo siento…pero…es que quería salir…tu no lo entiendes, des de que he nacido que no he salido para nada…siempre me cuidaban las niñeras hasta que me rebelé y entonces me pusieron guardia personal…el resto ya lo sabes…" agachó la mirada entristecido.
"…" bufó exasperado y quitándose la chaqueta se sentó en la cama, al lado del rubio. "…ciertamente…entiendo lo que quieres, que es lo que en estos momentos quieres hacer…pero no puedes jugarte el pescuezo de esta manera tan irresponsable, mi trabajo es mantenerte a salvo…" retiró los cabellos mojados del pecho del menor, tumbándole en la cama. "…y no puedo estar las 24 hora detrás de ti…por mucho que a mi me gustase Erwin…"
Rodeó con sus delicados brazos el cuello fuerte, quedándose a escasos centímetros del rostro del pelinegro, observando sus ojos azul oscuros.
"Lo siento…" besó levemente los labios del mayor, notando como las gotas de agua le caían del cabello negro del soldado. "…de veras lo siento Khaled…no quiero provocarte dolores de cabeza…"
"¿Des de cuando eres tan comprensivo? Siempre has sido un niñito egoísta…" atrapó los labios del rubio, haciendo que este se estremeciera, contestando al beso apasionadamente, sintiendo la lengua caliente de Khaled adentrarse en su boca, dándole juego, haciendo que su deseo creciera.
"Ahm…tienes razón soy un egoísta…" sonrió entre el beso y acarició el cuerpo trabajado de Khaled, surcando sus formas.
Unos golpes en la puerta hicieron que la pareja se separara.
"Maldita sea…" chasqueó la lengua molesto y tapó a Erwin con una sábana. "…que no te vean empapado…ve al baño."
"Ok…" algo frustrado se levantó de la cama y se volteó al último momento mirando a Khaled que enojado se colocaba bien la ropa. "…Khaled…"
"¿Uhm?"
"Más vale que me recompenses…estoy muy caliente." Sonrió torcidamente y el pelinegro suspiró fuertemente. "…voy a darme un baño."
"De acuerdo…" abrió la puerta de la habitación encontrándose con un par de ojos azules, Adam con el semblante serio se quedó parado delante del soldado. "¿Ocurre algo?"
"¿Y mi hermano?" se cruzó de brazos.
"En el baño…tenia frío." Miró al vampiro que asintió y se quedó callado unos momentos. Sabía perfectamente que el peliplateado se moría de ganas de preguntarle algo, lo conocía mejor que nadie, de algo había servido ser su pareja durante años, su mirada baja, el labio inferior temblando ligeramente.
Iba a decir algo cuando el transmisor de Khaled sonó.
"Atiende tranquilo…" Adam sonrió cordialmente y Khaled encendió el aparato.
"Khaled soy yo Naze…escucha la cosa se ha complicado, no he podido avisar a la central, uno de los licántropos me ha roto el transmisor de la central…estoy en uno de los túneles de la zona oeste…pero no me queda mucha munición y cada vez son más…puedo escapar pero necesitaría un vehiculo…la moto ha quedado echa añicos…oh…mierda ya viene uno…ven cuando puedas, no le digas nada a Adam…"
Ambos se quedaron mirando el transmisor, Khaled más tranquilo que no Adam.
"Voy a buscarle…" cogió el armamento que tenía dentro de los armarios de Erwin para las emergencias, no le daba tiempo a ir al cuartel y entretenerse, o Naze, acabaría siendo el almuerzo de esos salvajes. "...¿Adam?"
"Tráelo sano y salvo…por favor…" agarró con su mano la chaqueta mojada del soldado, ligeramente alterado. "…necesito saber que esta bien."
"Es un hueso duro de roer…"
"¿Khaled?" Erwin salió del baño con el albornoz y se quedó mirando a Adam que ya solo en la puerta de la habitación se había quedado pensativo. "¿Y Khaled?"
"Ha ido a buscar a Naze…le han tendido una trampa." Miró a su hermano pequeño que inocentemente ladeó el rostro.
"No te consolaré porque tu nunca lo has hecho conmigo…y nunca has tenido en cuenta lo que pienso o mi libertad misma." Chasqueó la lengua ligeramente molesto, Adam nunca se había comportado como un hermano mayor, nunca, y para él no era más que un desconocido.
"Tampoco te lo pido." Cerró la puerta dejando otra vez solo al albino.
Los invitados comenzaban a marchar y los residentes a irse a sus habitaciones, tan solo los sirvientes quedaban por la sala recogiendo y limpiando todo lo que había sobrado, los restos de la fiesta, los músicos despidiéndose ligeramente y retirándose, y tan solo quedaba Andre en la ventana de la casa, viendo como las persianas metálicas estaban a punto de caer.
"¡Por los pelos!" Christine entró rápidamente por la puerta, cerrándola tras de ella. "…llegó a tardar una hora más y acabo frita…" sonrió alegre.
"Yo de ti iría a dormir ya…Ezequiel andaba buscándote por todas partes." Se cruzó de brazos y la chica despidiéndose con un gesto militar corrió escaleras arriba. "¡Por cierto! ¿Viste si Khaled llegó? Adam me lo ha preguntado hace unas horas…"
"Si…están en el cuartel, dónde la enfermería, Naze esta bastante grave." Se llevó la mano al rostro. "…ya iré yo a decírselo…tu si quieres ve a dormir tranquilo."
"Ok…" se despidió de la castaña y comenzó a subir las escaleras, las compuertas se habían acabado de cerrar y ya no había modo de salir o de que entrara el sol en esa mansión. Los grandes pasillos ya estaban en silencio y no se escuchaba nada, era música para sus oídos, en la fiesta se había llegado a agobiar bastante.
Antes de entrar a su habitación se desabotonó la camisa, tenía ganas de tumbarse en la cama y no despertarse hasta el anochecer.
"¿Vas a dormir ya Andre?" la voz divertida del pelinegro le sobresaltó, encontrándose con unos ojos juguetones.
"Ah…hola Alexander, realmente me asustaste…" sonrió débilmente, acercándose al vampiro que estaba parado en medio del pasillo. "¿Tu no vas a dormir?"
"Ahora mismo iba…pero te he visto des de lejos y he decidido darte las buenas noches." Sonrió pícaramente, haciendo sonrojar al rubio que notó como sus mejillas ardían, haciéndole ver más delicioso.
Tan varonil, tan apuesto, esas piernas tan largas, el cuerpo perfectamente proporcionado, ancho y trabajado, ojos brillantes y preciosos, cabello resplandeciente como el mismísimo Sol…
Y era tímido, vergonzoso.
Y eso le hacia ver más apetitoso a los ojos de Alexander.
No podía decirle sin más que al verle des de lejos desabotonarse la camisa se había acercado para poder observar el trozo de piel descubierto, deleitándose por poder tocar con la yema de sus dedos ese pecho y abdomen tan trabajados.
Aunque no estaría mal ver su reacción si le llegara a decir eso…¿no?
"Oh…pues buenas noches, que descanses bien." Andre sonrió ampliamente, sincero, sin hacerlo por compromiso. Era un chico tan transparente.
"Se intentará…" le correspondió el gesto, una sensación agradable se estaba colocando, acomodándose en su estómago, por primera vez se estaba sintiendo nervioso.
…l que había tenido una larga lista de conquistas.
"Nos vemos mañana Alexander." Abrió la puerta de su habitación, y tras dedicarle una sonrisa, la cerró.
"Puedes estar seguro que mañana nos vemos…" sonrió torcidamente y tras encenderse un cigarro se fue hacia su habitación.
Le tocaba descansar un poco.
Le dio dos toques a la puerta, nerviosa, se llevaba bien con Adam, nunca había tenido una mala relación con él. Todo lo contrario, des de que era pequeña que recordaba lo cariñoso que había sido él con ella, lo único que no le acababa de agradar, era el echo que mantuviera cerrado a Erwin en esa habitación. Muchas veces iba a la habitación del albino y jugaba con él, y Adam podía decirse que se preocupaba más por Christine que no por Erwin.
"Adelante…" al escuchar eso, la castaña entró lentamente en la habitación, encontrándose con la esbelta silueta del peliplateado echa un ovillo en el rincón de la habitación.
Se acercó lentamente a él y se sentó a su lado.
"Han llegado…Khaled lo ha llevado a la enfermería del cuartel."
"¿Y Naze?"
"Esta grave…bastante mal…mañana podrás verlo, supongo…no te preocupes demasiado ¿vale?" se levantó y le dio un beso en la mejilla a Adam. "…yo debo volver a mi habitación o mi hermano se enfadará conmigo…aún no le he dado explicaciones de mi desaparición en media fiesta." Se rió ligeramente haciendo sonreír a Adam.
"Gracias."
"No me las des, estoy bastante enojada contigo…no sé que habrá pasado con Naze, pero deberías hablarlo, a veces tienes un carácter muy difícil Adam…"
"Lo sé." Se levantó y se fue hacia su cómoda llenándose un vaso de sangre. "…¿me dejas solo?"
"Claro…buenas noches."
"Buenas noches."
Tenía miedo de acabar de quebrar lo que construyó con sus manos.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español