Ambos chicos se pusieron su pijama y se fueron a dormir.
Cuando estaban en la cama Hikaru se acercó a Kaoru y lo abrazó por la espalda mientras le daba besos en la coronilla, el gatito se acercó y se recostó en las piernas de ambos gemelos.
En otro lado:Cuatro personas estaban sentadas en unas sillas alrededor de una decorada mesa. Las sillas estaban ocupadas por dos mujeres de un lado y dos hombres del otro; los cuales se identificaban como Tamaki y Kyouya.
-¿Te parece bien entonces?—pregunto una de las chicas de piel clara y cabellos oscuros ondulados hasta un poco más arriba de los hombros, ojos de color oscuro, un poco rasgados y labios de color carmín claro, su expresión era agradable y extrovertida. Su vestimenta consistía en una falda de color azul marino con unas botas y una blusa de color blanco y con letras negras grabada la inscripción “I love yaoi”.
-Creo que sería lo mejor para aquellos dos y su mundo, Yuzuki-san. —respondió respetuoso el rubio.
-Mañana entonces—confirmó la otra chica de tez morena y cabello oscuro largo, ojos de color negro acompañados de unas ojeras y labios gruesos, su expresión era más seria pero afable y hasta agradable, su vestimenta eran unos pantalones de mezclilla razgados y una playera roja con una chamarra negra encima.
-Me parece lo más correcto antes de que ellos dos descubran que tramamos algo, Elle-san.
Los cuatro muchachos sonrieron e intercambiaron miradas. Las chicas se levantaron y se despidieron respetuosamente de los jóvenes antes de salir de la sala de música.
Tamaki y Kyouya se quedaron en sus respectivos lugares hasta que no escucharon los pasos de las muchachas.
-Oka-san… creo que me debes una explicación. —dijo el rubio algo serio.
-Tamaki, como ellas te lo dijeron, ¿Qué mas necesitas saber?
-Bueeenoooo, la verdad es que no lo entendí muy bien—la cara de Tamaki cambio a vergüenza por unos instantes antes de mirar a Kyouya con determinación. —te pido que me lo expliques por favor.
Kyouya hizo un gesto de cansancio combinado con superioridad, pero luego sus rasgos se suavizaron y miraron a Tamaki.
-Mira, cuando comenzamos este club, enseguida noté que varias circunstancias podrían pasar, tanto como buenas o como malas.
Tamaki no dejaba de perder el contacto visual con su compañero.
-Después de pensarlo unos segundos, me quede pensando en lo que tú siempre dices de complacer a las señoritas y quede completamente de acuerdo, pero, ¿Quién nos complace?, es decir, es cierto que como compañeros nos apoyamos ante cualquier adversidad o situación, pero algunas veces hay situaciones que a uno se le escapan de las manos y es ahí cuando ni los amigos ni nadie te puede ayudar. Porque ni siquiera sabes lo que te está pasando.
Tamaki asentía de vez en cuando muy atento a la explicación.
-Entonces me encontré con Yuzuki-san y Elle- san las cuales, sin saber cómo, se percataron de mi preocupación y ellas me prometieron que se encargarían de cuidar a cada miembro del club y que actuarían cuando lo sintieran necesario, algunas veces han actuado en secreto, sin que nadie se diera cuenta, como cuando llegó aquella fanática del yaoi, o cuando Haruhi tuvo problemas de identidad.
-¿Haruhi tuvo problemas de identidad?—Tamaki estaba que no se la creía.
-Por eso te dije que es en secreto.
-Ah…. —El rubio guardo silencio esperando que su compañero continuara.
-Ahora han notado que los gemelos están extraños por alguna razón, y ellas creen, no, afirman que saben la razón pero ahora tenían que pedir permiso de actuar ya que se llevarán a los gemelos por su lado y que no saben qué consecuencias traerán, pero lo que si saben es que lo que ellas van a hacer, es lo mejor para todos.
-Así que les tienes mucha confianza
-Es raro, lo sé, pero a mí me ayudaron con un problema que tuve hace tiempo.
-Ah… ¿Y yo sé cuál es ese problema?
-A veces creo que sí y a veces creo que no…--Kyouya rompió el contacto visual con su amigo y su vista se perdió en la nada.
Tamaki aun tenía preguntas que hacerle, pero al verlo así temía herir sus sentimientos, después de todo, por primera vez Kyouya dijo que creía y no que afirmaba.
-Y… ¿Esas dos son psíquicas o algo por el estilo?
-¿Porqué la pregunta?
-Pues… si saben cuando estamos en problemas y nos conocen pero nunca nos han hablado quiere decir que tienen un sexto sentido o algo así… ¿No?
-Jajajaja, nunca lo había pensado así, por lo que yo he visto Elle-san tiene una gran intuición y rara vez se equivoca, mientras que Yuzuki-san tiene tanta personalidad y te trata con tanta tranquilidad que es demasiado fácil confiar en ella y desahogarte, creo que hacen muy buen par de psicólogas, jajaja, pero una serviría como detective y la otra es tan avara que te aseguro que derrocaría a las empresas de nuestros padres si se lo propone.
Tamaki se quedó sorprendido por las palabras de su compañero, digo, que él diga que un par de adolescentes pueda tener más éxito que su propia compañía, digo… era preocupante, muy preocupante.
Un extraño silencio se mostró en la habitación, no era lleno de tensión como creo que se imaginan, más bien cada uno se preguntaba la razón de la actuación del otro.
Después de unos cuantos minutos de silencio se escucharon unos pasos corriendo hacia la tercera sala de música, se oyó un fuerte estruendo cuando la puerta se abrió y se dejaron ver dos personas cansadas pero con una sonrisa en la cara; eran Yuzuki y Elle.
-¿Qué pasa?—preguntó Tamaki por la agresiva intrusión.
-Jajaja, nada, Yuzuki me gano la carrera hacia acá, ¡Maldición!, si no me hubiera caído en las escaleras. —se quejaba Elle mientras se sobaba las rodillas
Tamaki tenía los ojos desorbitados y Kyouya solo las miraba con diversión.
-¿Qué se les olvido?—preguntó Kyouya con seguridad
-Ah…, si es cierto por poco lo olvido—dijo la más pequeñas de las dos que se estaba burlando de su compañera adolorida—Kyouya-san, me parece un momento muy apropiado para que realice esa acción, claro, si es que sus sentimientos ya han sido aclarados.
Kyouya abrió los ojos como platos, no se esperaba tanta… indiscreción, mientras que Tamaki veía la escena aún mas confundido.
-Bueno, es hora de que nos vayamos—dijo Yuzuki.
-Sale, hasta mañana, chao. —Se despidió la morena con un gesto de dolor—creó que me partí la rodilla.Se escucho mientras se cerraba la puerta. Y dos pares de pasos se alejaban de ahí con vehemencia.
Tamaki miro a Kyouya con gesto de indignación. Kyouya simplemente miraba a la puerta con los ojos abiertos como platos y las mejillas ruborizadas.
-Kyouya, ¿planeas explicarme que es lo que pasa aquí?—Preguntó Tamkai con gesto de tristeza.
-Tamaki—dijo Kyouya con voz grave pero sin dejar de mirar la puerta--¿Te gusta Haruhi?
-¿Ehhhh? ¿Eso que tiene que ver?—preguntó con desconfianza Tamaki, que esperba que su compañero lo desviara del tema.
-Responde por favor—suplicó Kyouya con los ojos.
-NO, yo la quiero como a mi hija, desde un principio yo soy su padre, la quiero como al resto de mis hijos.
-Ya veo…-- contestó Kyouya pensativo y alzando una mano para recargar su cara en ella.
Tamaki se levantó exasperado de su lugar y se puso de rodillas frente al moreno.
-Kyouya, por favor, dime que es lo que te pasa…-- lágrimas amenazaban con salir de los ojos del rubio.
Kyouya imitó el movimiento del ubio y se arrodillo frente a él poniendo sus manos en las mejillas del rubio para secar sus lágrimas.
-Creo que me he enamorado de ti—Respondió Kyouya mirando a su compañero con miedo.
Las manos de Tamaki temblaron y retrocedió, rompiendo el contacto de las manos del moreno con su rostro.
El moreno bajo la cabeza mirando sus manos y evitando que el rubio mirara las gruesas lagrimas que descendían de sus ojos.
-Y… yo… no—Tamaki trataba de contestar algo peor no lo lograba, su boca no decía nada coherente.
-No te preocupes Tamaki, yo sabía que esto pasaría no es tu—Kyouya dejo de hablar ya que sus labios eran detenidos por dos dedos de Tamaki.
-No pude decir nada, porque creí que no podía ser cierto, no por que te este rechazando…
-Pe... pero tu dijiste que tú querías a todos como tus hijos—dijo Kyouya sorprendido.
-No, yo dije que quería a Haruhi como uno de ellos, además en el club tu no eres mi hijo, eres mi esposa y no podr—Era el turno de Tamaki de callar, sus labios estaban ocupados siendo robados por su compañero intelectual.
Era un beso tierno, lleno de cariño y de fervor, la falta de oxigeno se hizo inminente y ambos se separaron.
-Te amo—dijeron ambos al unísono.
Kyouya volvió a posar sus labios sobre los rojos de Tamaki, su lengua pidiendo permiso para entrar y Tamaki accediendo, las manos de Tamaki rodearon el cuello de Kyouya mientras que las manos del moreno se posaban en la cintura del rubio, el beso se volvió cada vez más apasionado y cuando las manos de Kyouya bajaron hasta el trasero de Tamaki, éste rompió el beso mirando a Kyouya con sorpresa, Kyouya no le dio importancia y apretó los glúteos de su acompañante, Tamaki soltó un gemido entre sorprendido, entre excitado.
Kyouya no lo pensó dos veces y volvió a besar a su pareja acostándolo en el suelo y depositando suaves besos alrededor del rostro del rubio, bajo al cuello de su pareja dejando besos por donde sus labios pasaban, beso y lamió la manzana del rubio mientras éste comenzaba a dar ligeros suspiros, Kyouya lamió el cuello del rubio, ahora subiendo hasta llevar a su oreja, donde mordió con deleite el lóbulo de su amante.
-¡Ahh!—gimió Tamaki.
-Dime Tamaki—susurró el moreno en el oído de su acompañante-- ¿Quieres ser mi novio?
Su voz sonaba grave, sexy, irresistible, una oleada de placer recorrió al rubio cuando Kyouya volvió a lamer su lóbulo.
-Ahh… ah… Ky… Kyouya, s.. s—El trabajo de la lengua de Kyouya no dejaba contestar al rubio, pero en el momento en el que creyó que podría contestar el moreno rozó su miembro con el del rubio, bajo su mano hasta el cintuón que tenía Tamaki y hábilmente se lo quito, mientras que la otra mano la introdicía debajo de la playera del chico rubio hacia su pezón masajeándolo con vehemencia..
-¡Ah! Si SI SI Kyouya… ¡TE AMOO!—grito el rubio dejándose llevar.
Esa noche dos personas celebraban su amor en una esplendorosa pero silenciosa institución. Dos chicas que iban saliendo de ahí miraron a la ventana donde se había escuchado un te amo.
-Te dije que si lo quería.
-Si si ya vámonos, que mañana tenemos muchas cosas que hacer.
Continuará...