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Virus. por Camui Alexa

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– You chan…

El violinista miró de soslayo a su mejor amigo, que yacía en su cama con una fiebre altísima, vías respiratorias congestionadas y una garganta irritadísima que hacía que su voz sonara algo torturada.

– ¿Qué pasa?

– Me siento mal – se quejó.

You se levantó del diván que ocupaba hacia un costado de la habitación, arrojó sobre éste la revista que había estado leyendo y fue a sentarse en el borde de la cama con actitud indulgente. A pesar de que Gackt solía sacrificar su salud con frecuencia para beneficio de las horas de trabajo, era raro que se enfermara de tal manera, y You sabía por experiencia que un Gackt en un período de trabajo intenso era más fácil de lidiar que un Gackt enfermo.

Sabiendo que él era quien tenía más experiencia en manejar tales situaciones con Gackt, el manager le había encargado que fuera a su casa a cuidar de él y hacerle compañía… lo cual en el ambiente de Gackt, equivalía a hacer de su niñera y de su guardia para evitar que, al borde de necesitar hospitalización, se pusiera a trabajar como un poseso en cualquier brillante idea que le acudiera a la mente.

– Pero nadie pudo convencerte de que llevaras un abrigo encima de esa delgada camisa para hacer el PV…

– Un abrigo hubiera arruinado el… – fue interrumpido por un acceso de tos.

– Al menos podríamos haber esperado un día en que no soplara un viento tan fuerte… pero no. Tú querías viento natural, aunque todos estuviéramos congelándonos – con la habilidad que sólo da la práctica, sirvió una cucharada de jarabe de miel con limón y, en cuanto la tos de Gackt cedió un instante, le metió la cuchara en la boca.

– Domo…

– No es nada – le revolvió el pelo. Dudaba que hubiera algo más infantil, caprichoso o vulnerable en el mundo que un Gackt víctima de una gripe. Su mano se estacionó un momento en su frente –. Ha vuelto a subirte la fiebre.

– Un.

– ¿Y así pretendías ir a la presentación en Utaban hoy?

El cantante hizo un ruidito ambiguo.

– Tamaru san parece un adivino muchas veces, ¿no lo crees? Dijo que hoy no podrías ni salir de la cama y mírate ahora.

Gackt se reacomodó un poco, enterrándose más en las mantas.

– No creo que eso te haga bien…

– Tengo frío.

– Lo que tienes es fiebre.

– You chan…

El violinista simplemente volvió a revolverle el pelo. Si seguía a ese ritmo, Gackt gastaría su nombre ese mismo día hasta hacerlo desaparecer.

– ¿Sabes? Hace…

Una llamada a la puerta interrumpió su frase.

– Iré a ver quién es.

El alto cantante hizo un ruidito gracioso, como el de alguien que acepta a regañadientes un mal inevitable.

You se sorprendió un poco al encontrar en la puerta a Hyde y a Tetsu.

– ¡You san! No sabíamos que estarías aquí.

– A decir verdad, yo tampoco – dijo You por lo bajo –. Pero Tamaru san me pidió que viniera. Ya saben que Gacchan no conoce la palabra reposo.

– Un. Es la encarnación de la hiperactividad – dijo Hyde como si él fuera perfecto.

– Ah… claro.

– ¿Y dónde está?

– En la habitación.

– ¡Eres realmente asombroso, You san! – declaró Tetsu –. Dudo que alguien más lograra hacerlo descansar.

– Bueno, no le he sacado la vista de encima en toda la mañana.

– Me imagino…

Hyde ya se había adelantado y estaba sentado en la cama, intentando arrebatar la atención de Gackt de manos de la fiebre.

– Y por supuesto, Ken chan, siendo Ken chan, no podía quedarse con… – estaba diciendo.

Tetsu ocupó el otro lado de la cama.

– ¿Cómo te sientes? – preguntó el bajista con voz dulce mientras tocaba su frente con el dorso de la mano.

– Como si me hubiese atropellado un shinkansen… pero empiezo a sentirme un poco mejor. Gracias por venir.

– ¡Por nada! Estábamos muy preocupados por ti – intervino Hyde. Dicho esto, le echó los brazos al cuello con actitud melosa. Momentos después, miró de lado a Tetsu –. Ne, Tetchan, ¿por qué no vas a preparar algo de comer?

– Yo no sé cocinar.

– ¿Qué tan difícil puede ser hacer una sopa de pollo?

– Doiha chan, ¿recuerdas aquella vez que…?

– Pídele ayuda a You.

– Haido chan – intervino Gackt –, You chan tampoco es muy bueno en la cocina.

– No creo que una simple sopa de pollo sea tarea imposible para dos hombres adultos.

– Al menos ven y danos instrucciones – rezongó Tetsu mientras cedía y empezaba a levantarse de la cama.

– No puedo. Alguien tiene que quedarse aquí para mimar a Gacchan. Así que ve y prepara la sopa.

– Pero yo no sé…

– ¡Es una sopa, por Dios! Hierve el pollo con un poco de tomate, cebolla, sal y arroz.

– En agua, ¿cierto? – preguntó tímidamente.

– Sí, Ogawa, en agua.

– De acuerdo… – se quedó un momento en la puerta –. Deberías dejarlo descansar, Doiha chan.

– Mi presencia es milagrosa, Tetchan.

– Estaré bien, Tetchan – aseguró el alto cantante –. You chan me ha obligado a descansar todo el día.

– Un – aún sin verse muy convencido, salió de la habitación, mientras Hyde reanudaba su monólogo de explicaciones de todo lo que habían hecho durante el día.

Veinte minutos después, Tetsu se asomó de nuevo en la habitación.

– Etto… Doiha chan… ya pusimos el tomate y el arroz en la cacerola… pero el pollo tiene dentro algo parecido a una bolsa de té. ¿Esa bolsa también tiene que ir en el caldo?

– ¡¿Estás loco, Ogawa?! Para empezar, esa bolsa es un montón de plástico absorbente para mantener fresco el pollo – Tetsu lanzó una mirada agónica en dirección a la cocina –; y para terminar, primero debes hervir el pollo, no el arroz. Así lo que obtendrás será una pasta parecida a… a algo que no lucirá muy apetitoso.

– ¿Y yo qué voy a saber?

– ¡Eso lo sabe hasta un niño!

– Pues sucede que de niño, yo tenía dos hermanas mayores – protestó, cruzándose de brazos.

– ¿Y You tampoco te dijo nada de eso?

– No… recibió una llamada telefónica. Creo que es Naomi san.

– No puedo creer esto – lo apartó de un empujón –. Sal de mi camino. Yo me encargo de la sopa.

– ¿Y yo?

– Tú cuida a Gacchan… y no trates de darle medicina ni nada o puedes matarlo – sentenció y salió hecho una furia hacia la cocina.

– No importa cuántos años pasen, Doiha chan sigue dándome miedo a veces.

– Un.

– La buena noticia es que la sopa de Doiha tiene que saber mejor que cualquier cosa preparada por mí.

– Un.

– No te sientes nada bien, ¿verdad?

– Honestamente…

 

~

 

Una hora después, Hyde se las había arreglado para preparar una sopa de pollo bastante impresionante para ser sólo… una sopa de pollo; Tetsu seguía al lado de Gackt, diciendo cosas comprensivas que sólo tenían sentido para los líderes de la industria del entretenimiento adictos al trabajo compulsivo; y  You, por su parte, había terminado por convencer a su novia de que no podía salir con ella esa tarde y ahora estaba de mal humor viendo Matrix por enésima vez.

Un Hyde en modalidad caprichosa había decidido que la sopa le sentaría mejor a Gackt si él lo alimentaba a cucharadas, y Tetsu seguía sentado al pie de la cama con una actitud entre celosa e indulgente.

Un nuevo acceso de tos sacudió a Gackt, dejando a Hyde con la cuchara sostenida en el aire por un par de minutos.

– Vamos, abre la boca – dijo el vocalista de L'Arc~en~Ciel en cuanto la tos se calmó un poco.

Gackt negó con la cabeza.

– ¡Ni siquiera te has terminado un plato! Si no te alimentas bien, no vas a recuperarte nunca.

– Ese tazón es enorme – masculló Tetsu entre dientes –. Un ser humano normal no puede tragarse eso en una sola comida.

Hyde mostró su madurez como el mayor de todos en el cuarto sacándole la lengua a su líder.

– De verdad, Haido chan… me duele la garganta… no puedo pasar otro bocado.

– Pero…

– Ya déjalo – apoyó el bajista, recorriendo su posición en la cama hasta quedar lo bastante cerca para acariciar el rostro del alto cantante –; creo que es incluso más de lo que cualquiera come en estado normal.

– La sopa…

– La sopa de pollo no es mágica, Doiha chan – se volvió hacia Gackt con actitud mimosa –. Ahora deberíamos dejarte descansar, ¿ne?

– Domo.

En un arrebato de ternura rosa (de esos que tanto le caracterizaban), Tetsu se inclinó para besarlo suavemente en los labios… pero Gackt volvió el rostro hacia un lado, esquivándolo.

– ¿Doushita no?

– No…

– Pero… ¿por qué?

– Si haces eso… seguro te contagiarás. De hecho – dijo entre breves accesos de tos –, ninguno de ustedes debería estar aquí.

– ¿Y You sí? – preguntó Hyde cruzándose de brazos con actitud acusadora.

– You no me besa.

Los dos músicos de L'Arc~en~Ciel le clavaron una mirada recelosa.

– ¡No de ese modo! – tos.

– ¡Ah, pero sí que te ha besado, ¿eh?!

– Por favor, Haido chan…

– Vamos, no me dirás que besas a tus amigos y no a las personas que amas – se inclinó sobre la cama, apoyando sus manos a cada lado del cuerpo del pianista.

– Ahora no, por favor – se quejó Gackt débilmente.

– ¿Y por qué no?

– Porque empezar así siempre nos lleva a mayores y no quiero…

– No te preocupes por nosotros. Mira, si a Tetchan la sobrecarga de trabajo no le ha matado, es que seguramente es inmortal.

Gackt le dirigió una mirada interrogante.

– Y yo – declaró con aires de superioridad –… bueno, ya deberías saber que los semidioses no nos contagiamos de enfermedades comunes.

– Claro – fue interrumpido por un beso en plena boca, que se prolongó sólo por unos segundos.

– ¿Lo ves? No ha pasado nada. Y no pasará nada que no sea mi voluntad que pase – Tetsu lo miraba con actitud indolente, rodando los ojos al techo como hacía siempre que Hyde empezaba a darse aires de diva –. No te atrevas a dudar así de mi autocontrol, Camui. Por otro lado… – se volvió hacia el bajista –, ¿no te parece que se ve lindísimo así, con las mejillas rojas, Tetchan?

El líder de L'Arc~en~Ciel sonrió.

– Tienes un buen punto ahí, Doiha chan.

Sin dar aviso de nada, se adelantó también para robarle un beso. Hyde sonreía con complicidad, pero su sonrisa fue borrándose a medida que el beso se prolongaba y no parecía que fuera a terminar pronto.

– ¡Oi, Tetchan, no monopolices a Gacchan! – lo apartó de un suave empujón y se apoderó él de los labios del alto cantante.

– Lo siento, Gaku chan – se disculpó Tetsu –. ¡Pero es que tu cuerpo se siente tan cálido!

– ¡Es la fiebre! – se quejó el pianista en cuanto Hyde le liberó un instante.

– Demo – decía el pequeño vocalista con una sonrisa endemoniadamente sensual –, ¿no te gustaría tener otro motivo?

 

~

 

– Gaku chan… – You se detuvo frente a la puerta de la alcoba al escuchar una serie de ruiditos bastante sospechosos. Pegó el oído a la puerta y, de inmediato, se apartó de un salto.

Con un suspiro, se encaminó a la sala, recogió sus cosas y se dispuso a salir en busca de su chica.

Después de todo, que hubiera llegado a aceptar esa extraña relación amorosa que su mejor amigo mantenía con los dos músicos de L'Arc~en~Ciel no significaba que tuviera que quedarse ahí a escucharles. En especial no cuando sabía que después de un rato, empezaban a ponerse bastante ruidosos.

Además, estaba seguro de que ninguno de los tres ocupantes de la habitación dejaría la casa en las próximas ocho horas… así que tampoco tenía que preocuparse por lo que pudiera decir el manager.

 

~

 

Lunes siguiente…

– Moshi moshi – respondió un muy adormilado Ken.

– Tetsu desu.

– ¿Tetchan? ¿Qué rayos…? ¡No son ni las seis y media de la mañana! Aún faltan horas para que tengamos que estar en el estudio! – protestó.

– Ah… de eso quería hablarte…

– ¿Eh? ¿Estás bien, Tetchan? Tu voz suena…

– Lo sé… y do, do be edcuedtro dada bied…

– Eso es terrible… ¿qué te pasó?

– Pesqué ud virus… Doiha chad tabbiéd… así que do teddrebos práctica hoy.

– Oh.

– ¿Podrías avisarle a Yuki?

– Claro, Tetchan…

– Dobo, Ked chad.

– Por nada. Descansa. Y come una sopa de pollo.

– Hai – fue la torturada respuesta.

La comunicación se cortó y Ken se tiró en la cama descuidadamente, despertando a su acompañante.

– ¿Eh? ¿Qué pasó?

– Que Tetchan y Akuma se han resfriado…

– Ah. Todavía está oscuro…

– Sí… pero no tendremos práctica hoy, así que descansa, Yuki chan.

 

~Owari~

Notas finales:

Dedicado a todas las personas que sufren de gripe!

Dicen que uno de los mejores remedios para cualquier enfermedad es mantener un buen estado de ánimo. Espero que este fic ayude a alguien a recuperarse de sus males!

Ha pasado muchísimo tiempo desde que he publicado algo aquí y quiero decir que lo siento de veras. He estado muy ocupadLyrics, principalmente), pero quiero decirles que es seguro que termine ambas historias... lo que ocurre es que de momento estoy trabajando en un par de originales y en un par de fanfics para un certamen literario. Espero merecer su paciencia y sus tan apreciados reviews, que siempre son tomados en cuenta.

Dulces lunas y hasta siempre!

Alexa 


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