Miraba en todos los sentidos, buscando algo en la multitud que avanzaba rapidamente en su entorno. Las personas hablababn, gritaban, daban saltitos, insultaban e interactuaban entre ellas de forma extraña, el las observava apenas, metiendo las manos en sus bolsillos, suspirando y avanzando con la corriente en busca de una calle y una direccion especifica. LLego a un pequeño bar de vidrios pintados negros, ingreso con cautela acomodandose las gafas oscuras, se acerco a la barra y observo unos segundo al muchachito que en ese segundo le llenaba la copa a un anciono medio ebrio y de mirada pervertida.
Cuando los ojos casi negros del alto jovencito de la barra se encontraron con los suyos, una inocente sonrisa se apodero de sus labios y corrio a saludarle.
- kyo! kyo! has venido! - le abrazo sonriente
- claro! serán solo unos segundo, pero por lo menos puedo verte...
Ambos se sonrieron complices
- hoy salgo temprano, si quieres podemos juntarnos - propuso apoyandose en el meson - como a las seis? - pregunto tomandole las manos
- ok, paso por ti a las seis - acepto acariciandole el rostro con suavidad
- dímelo - sonrió agachando levemente el rostro
- te amo - susurro casi inaudible, separandose y desapareciendo por la misma puerta en que entro.
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El joven delgado salio por la puerta lateral de aquel pequeño antro camuflado entre los gigantescos edificios de tokio, encontrando a su rubio enamorado apoyado en la muralla contraria con rostro somnoliento y aburrido. "Kyo" exclamo esperanzado, y los ojos marron oscuro brillaron.
- debes tener frio - observo el rubio con tristeza mientars sus ojos se dirigian a las piernas del mas joven
- bueno si, un poco - susurro bajando la vista
Se quedaron en silencio unos segundos, sintiendo sus corazones doler bajo el manto de la noche, que lentamente se instalaba en la ciudad.
- vamos a casa? - pregunto el mas bajo intentando desacerse del incomodo silencio.
- ok
Caminaban lado a lado, sus manos apenas visiblemente entrelazadas les transimitian una seguridad perfecta. Anuncios de neon comenzaban a encenderse por todas partes, la multitud no disminuia ni paraba en ningun segundo, se sentian tan normales en ese mar de personas que transitaban intranquilas, la mano del rubio recibio una pequeña presion, y este levanto el rostro hacia su novio
- quiero llegar pronto - susurro haciendo un puchero - odio el estancamiento de tokyo
Avanzaron entre las calles hasta que el gentío quedo lejos, donde solo podian oír las cigarras, los ladridos de los perros, el sonar de los televisores y una que otra madre que regañaba a su hijo. Toshiya suspiro relajado, apegandose mas a niimura cuando supo que solo quedaban un par de casa para dar con su hogar, y sin darse cuenta, estuvieron enfrente del pequeño edifico donde vivían. Subieron las escaleras apresurado en busca de su cuarto en aquella humilde posada, entraron, cerraron la puerta y se sonrieron una vez mas. EL pelinegro se sento en el suelo apoyandose en la puerta mientras solataba un sonoro "UFFFFFFFF~~" y se acercaba al rubio para darle un suave beso.
- ah sido un dia dificil? - pregunto el de mayor edad al separarse, mientras acariciaba lentamente el cabello de toshiya
- mm.. - afirmo abriendo los ojos
- desearia, que las cosas fueran distintas, que ya no tuvieras mas que ir a ese maldito lugar, que tu cuerpo fuera solo para mi, que nosotr...
- shh - le hizo callar el mas alto colocando delicadamente su dedo indice sobre los gruesos labios de niimura - eso no importa ahora
- te amo ... - dijo vagamente el rubio bajando la mirada
- y yo a ti - correspondio Hara, levantandole el rostro.
Ambos sonrieron, aunque sus vidas fueran imperfectas e incompletas, aunque su relacion fuera desagradable y poco aceptada para los demas, aún así, se tenian el uno al otro, se amaban el uno al otro, y nadie jamás, podria cambiar eso.
·FIN~!