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FRAGIL CORAZON por fliss_lete

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Notas del fanfic:

hyoga se entera que shun esta a punto de morir pero no pienza dejar qeu este sepa ¿lo lograra?

─ ¿Dos semanas? ¿Cómo que dos semanas de vida? ─ La voz alterada se dejo escuchar desde el interior del despacho del director general. Toda la clínica de la fundación Kido fue testigo del atroz grito.

─ Cuando mucho tres, si resistiera el mes… Sería un milagro ─ El doctor acostumbrado a dar esta clases de noticias, se mantenía inmuto, serio. Como debía de estarlo para estos casos.

El joven rubio en frente del escritorio se encontraba impactado, se dejo caer pesadamente en la silla, sin poder cambiar su expresión. Sus orbes azules desorbitados miraban a la nada, mientras que sus manos presas del pánico se acoplaban perfectamente a su cabeza; presionándola.

No sabía cómo habían llegado a esa situación.

.

Las guerras habían terminado para beneplácito e los santos. Por fin lograron paz, pero justo en ese momento fue que inicio todo.

Shiryu partió a china, donde sus responsabilidades y su corazón le esperaban. Saori decidió partir junto con Seiya a la cabaña que tenía en el bosque, esperando que la tranquilidad de ese sitio ayudara a su recuperación.

Ikki se fue un par de días después, necesitaba pelear con sus demonios y recuerdos. A partir de ese momento, comenzó realmente la pesadilla para el rubio: Hyoga. No sabía la verdad que se ocultaba en el alma del fénix, desde ese día noto como Shun poco a poco se iba marchitando, enfermando. Ahora se veía pálido, aun más delgado.

Siempre había sido delicado pero ahora se veía demacrado. Cygnus le pidió ir a un medio, para que se le practicaran algunos estudios. Recurrieron a la clínica de la fundación, para unos exámenes de rutina, pero cuando el doctor pidió unos análisis extras para Shun, supo que algo estaba mal.

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─ ¿No hay nada que se pueda hacer? ─ Hyoga observo al doctor como pidiéndole que dijera que existía un muevo método, o algún medicamento experimental, pero supo que no lo había. Quería ese milagro.

─ Desgraciadamente el daño es demasiado, no solo el corazón, también el pericardio y la caja torácica, el pulmón izquierdo tiene un gran daño, ante las fuertes contracciones…No logro entender esto, es la primera vez que me enfrento a algo así, ni siquiera un trasplanté le ayudaría ─ Exclamo el doctor, llevando su mano a la barbilla, chocando sus orbes con la madera de su escritorio.

─ Entiendo, yo seré el encargado de decirle doctor ─ El rubio tomo los papeles que descansaban en el escritorio, mirando al médico que le ofrecía su palmo. Extendió su mano para estrecharle fuertemente.

¿Cómo? ¿Cómo lograría decirle a ese niño lindo amante de la vida que a pesar de derrotar a hades, de lograr la paz y salvar a la tierra estaba a punto de morir?

A ese niño que estaba haciendo planes de comenzar a estudiar. Ese joven soñador que se imaginaba adulto, que soñaba con hacer viajes alrededor del mundo no a pelear si no solo a visitar... no podía.

Tomo una decisión, no le diría, Shun no sabría que estaba muriendo. El se encargaría de darle los mejores últimos días de su vida, nada de angustias, nada de preocupaciones y sobre todo…Nada de pensar en Ikki.

Hyoga llego a la mansión, entro lentamente, cada paso le costaba demasiado trabajo, los papeles se encontraban totalmente arrugados en su mano para cuando llego al despacho del salón principal. Tomo el teléfono listo para marcarle a Saori, pero se detuvo…

¿Qué conseguiría con eso?

De hecho, no quería que nadie más fuera ahí, Shun no merecía pasar sus últimos momentos encerrado en su cuarto; tendido en su cama, con todos preguntándole cada cinco minutos si se sentía mal. El tenía que disfrutar el tiempo que le quedaba.

Colgó el teléfono. Alzo la mirada logrando observar su reflejo en el vidrio del escritorio, veía sus ojos azules con un sentimiento de tristeza, al igual que su rostro.

─ ¡Shun, ya llegue! ─ Gritó mientras caminaba hacia las escaleras

─ ¡Hyoga! ─ El santo de Andrómeda se asomo desde las balaustras del segundo piso antes de bajar rápidamente, ocasionando que por acto reflejo el cisne se lanzara a su encuentro.

─ ¡¡No corras!! ─ no puedo evitar reaccionar así y alterarse.

─ ¿Qué pasa Hyoga? ─ Shun se asusto ─ ¿El médico te ha dicho algo?

─ No, no solo es una infección nada de cuidado─ Tampoco podía decirle que no era nada, pues sabia que Shun no se sentía del todo bien.

─ Bueno, es posible, después de todo acabamos de regresar del infierno─ Shun lo pensó seriamente lo que tranquilizo a Hyoga.

─ Este… Oye Shun, me preguntaba ¿Quieres ir al cine conmigo? ─ El cisne dijo lo primero que se le ocurrió.

─ ¿Al cine? ¿De verdad? ─ Shun lo miro ─ ¡Claro vamos! Iré a cambiarme, no tardo.

─ No te apures ─ Exclamo al ver como este subía nuevamente las escaleras que faltaban, perdiéndose en uno de los pasillos.

Era obvio que como shun no se sentía muy bien, no salió a correr y por lo mismo aun estaba en pijama.

Hyoga subió de igual forma, las escaleras, tomando la dirección contraria a la de Shun, en dirección a su cuarto. Necesitaba calmarse, no podía dejar que Shun lo viera preocupado. De nuevo sintió las ganas de llamar a alguien, pero otra vez no lo hizo, no quería que lo mortificaran y es que ya podía imaginarse lo que sucedería.

Lo más seguro era que.

.

“Shun se despierta y se prepara para salir a correr cuando se topa con un Seiya dormido en bolsa de acampada junto a su cama.

─ ¿Seiya? ─ Shun lo mira con sorpresa, mientras trata de salir sin despertarlo pero no lo logra, una mano agarra su tobillo asustándolo.

─ Shun, no puedes salir, mira que tienes que cuidarte, vamos regresa a la cama…

─ Pero Seiya, estoy bien, en serio solo quiero un poco de aire.

─ Aire mis polainas, vamos a la cama ─ Justo el castaño estaba acostando a su amigo, cuando se abre la puerta y entra shiryu con un plato de sopa caliente.

─ Shun, que bueno que despertaste, vamos tienes que comer algo

─ No tengo hambre Shiryu, gracias

─ ¿Que no tienes hambre? ─ Shiryu de espanto ─ Seiya, llama a Athena, que traiga al medico.

─ Si ─ El Pegaso sale a cumplir con el encargo a toda velocidad.

─ Shiryu, estoy bien, enserio no es nada

─ ¿No tienes fiebre?─ El dragón coloca su mano en la frente de su amigo justo cuando entra Saori.

─ El doctor viene en camino, ¿Como esta? ─ Saori se acerco a la cama ─ Shun, tranquilízate… veras que aquí no pasa nada.”

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Definitivamente no, es lo que menos necesitaba.

Además, esa escena… Era algo imposible. Seiya se encontraba muerto en vida. En estado vegetativo…

Se cambio la polera y se lavo el rostro. Lo único que podía hacer, era darle los mejores momentos de su vida, tomo su cartera y salió de su habitación.

─ Shun vámonos ─ Exclamo una vez que se encontraba en la sala.

─ ¡Voy! ─ el joven de hilos verdes salió con una camisa negra y un pantalón blanco que hizo que Hyoga se paralizara en el acto.

La extrema palidez era acentuada por la camisa negra y la delicadeza de aquel cuerpo era visible con el pantalón.

─ ¿Hyoga? ─ Shun se acerco a su congelado pato siberiano ─ ¿Todo bien? ─ Cuestionó mirándole fijamente, tornándose su faz preocupada.

─ Si, si todo bien, vámonos.

─ ¡Sí! ─ Shun cambio su expresión, sonrío al salir de la casa al lado de Hyoga.

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Hyoga compro los boletos para la función y le pidió a Shun que buscara asientos mientras compraba las sodas. El joven de hilos verdes entro a la sala, recorriendo con la mirada las filas en busca de los que él consideraba los mejores lugares.

El rubio se formo en la dulcería sin dejar de mirar su boleto, tal vez seria la ultima película que miraría con Shun. Ese pensamiento lo entristeció, seria una suerte que la oscuridad de la sala ocultaría sus facciones. Pronto llego su turno, recibiendo las sodas y una cubeta de palomitas.

Las coloco en la bandeja y camino a la sala. No fue difícil encontrar a su acompañante, justo en el centro de la sala la luz de la pantalla delineaba sus facciones, se sentó junto a el entregándole su soda y colocando la bandeja en sus piernas, le ofreció palomitas.

─ Gracias por invitarme al cine, Hyoga ─ Shun recargo su rostro en el hombro de Hyoga ─ Últimamente no me he sentido muy bien, siempre me siento cansado ─ Susurró cerrando lentamente sus orbes.

─ No te preocupes Shun ─ Hyoga acaricio los hilos de esmeralda, un carraspeo tras el llamo su atención, había unas muchachas cuchicheando. Consciente de lo que parecían en esas circunstancias se sonrojo un poco, pero no se movió. Shun pasó lentamente sus brazos hacia el del rubio, rodeándole, mientras se acurrucaba.

“Demos algo de celos” Pensó Hyoga, con una sonrisa, recargando su cabeza sobre la del santo de Andrómeda.

Las chicas tras ellos de levantaron y se fueron más atrás.

─ Que desperdicio de chicos ─ Mencionó una de las chicas, para que Hyoga formara una rejuvenecida sonrisa.

Ciertamente, el calor de Shun era demasiado agradable, reconfortante. Uno que desapareció no mas empezó la película, cuando el menor enfoco su mirada en la pantalla.

“Estás loco Hyoga” piensa el rubio entrecerrando sus orbes sin dejar de mirar la pantalla. Sintiendo nuevamente un peso en su hombro.
Notas finales: este es el primero de tres o cuatro capis sera cortito asi qeu terminara rapido n.n

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