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Verdades Manchadas de Mentira por Kuroi Koneko

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Notas del fanfic:

Ok, esta historia es el fénix de mis fics, y va enteramente para una chica que me pidio que lo continuara, Para ti linda.

Notas del capitulo:

K. Koneko: Hola, como dice arriba, este fic habia sido eliminado

  

Alterego: por tu completa culpa…

  

K. Koneko: cierto -.-, pero después de que un correo me conmoviera decidí seguirlo por una gran Fan.

  

Alterego: lo cual es extraño, tu no tienes fans…

  

K. Koneko: calla ingrato, bueno, aquí esta el fic, espero les guste, aquí les dejo la Introducción.

  

-         No puedo creer que por fin estemos aquí, ¡que emoción!-  decía una mujer de piel blanca y ojos verdes, con una larga cabellera castaña, estaba acostada en una camilla rumbo al quirófano. 

 

 

-         así es amor, pronto estarán con nosotros- decía un hombre alto de piel morena, cabello negro y ojos castaños corriendo junto a la camilla.

 

 

-         No se preocupe Sr. Roth, su esposa esta en buenas manos- dijo el doctor cerrando la puerta del quirófano tras la entrada de la castaña.  

 

  

-         Sra. Roth – comenzó el Doctor

 

 

-         Solo digame Agneta – dijo la señora con una amplia sonrisa.

 

 

-         Muy Bien Agneta, es hora de traer esos bebes al mundo- dijo el doctor mientras la enfermera le aplicaba la anestesia

 

 

-         Estoy ansiosa…

 

 

 

 

-         ¡que nervios! – soltaba el joven de cabello negro en la sala de espera

 

 

-         Cálmate Adel – dijo un hombre de cabello rubio y ojos azules, sentado tras el impaciente padre.

 

 

 

 

-         ¡Ya nació el primero!- dijo el doctor entregándole un bultito a la enfermera

 

 

-         Dr. El niño no esta llorando- dijo la enfermera

 

 

-         Ya nació el segundo- confirmo el doctor cuando un llanto inundo la sala de operaciones- Agneta ¿Cómo deseas llamar a tus Hijos?-

 

 

-         Deo y Ancel, en ese orden- dijo la joven antes de caer rendida.

 

 

-         Doctor, los niños están estables- confirmo una enfermera enfrente de dos cunitas

 

 

-         Haber pequeños- dijo el doctor  acercándose a las cunas, ambos tenían los ojos cerrados, uno lloraba sonoramente y el otro parecía dormir- Tu eres…-el doctor consulto la pulserita del bebe- Ancel, Ancel no llores, se un buen niño- dijo el doctor jugueteando con las manitas del pequeño, quien abrió los ojos, de un reluciente verde esmeralda, contrastando con su cabellito negro riendo con el doctor- así es mejor-

  

-         Veamos al mayor…Deo- leyó la pulserita del bebe mas tranquilo- que serio eres pequeñito- el pequeño era idéntico a su hermano menor, con su matita de pelo negro, paso un dedo por su rostro y el niño abrió los ojos, mirándolo fijamente- ¡Por Dios!- no pudo evitar exclamar el doctor, sus ojos eran simplemente extraños, su ojo derecho era de un gris tan pálido que casi se confundía con el resto del ojo, pero su ojo izquierdo era…amarillo brillante, con tonos verdosos y manchas rojizas, asimilando al de un tigre enfurecido, ambos tan penetrantes terroríficos que ninguna enfermera pudo verlo directamente- ¡Rápido! ¡que algún doctor revise sus ojos! –

 

 

 

 

-         felicidades Sr. Roth, es usted padre de dos lindos gemelitos- dijo una enfermera entrando a la sala de espera- puede pasar a verlos a ellos y a su esposa-

 

 

-         ve Adel, yo esperare a que los pasen a los cuneros- dijo el rubio tras el

 

 

-         Gracias Kara – dijo el pelinegro  corriendo al cuarto de su esposa.

 

 

-         Sr. Roth, debo advertirle que no  vaya sorprenderse al ver al mayor- dijo el doctor en la puerta del cuarto de su esposa. El pelinegro lo miro extrañado y entro al cuarto.

 

 

-         Hola Adel- dijo Agneta con dos bultitos en los brazos- Acércate, te quieren saludar-

 

 

-         Hola bebes- dijo Adel mirándolos de cerca- Vaya Ancel es tan sonriente- continuo viendo a su risueño hizo y el mayor es…¡que…!- miro el pequeño que lo observaba fijamente con unos ojos terroríficos (KK: ya los describí arriba)

 

 

-         Parece que nuestro Deo es especial- dijo Agneta sonriendo, dándole un beso a su bebe- pero tranquilo, el doctor dice que ve perfectamente bien ¿No es bello?-

 

 

-         ¿Es un castigo acaso? – dijo Adel con la mirada baja, las lagrimas corrían por sus ojos - ¿Por qué naciste? ¿Qué hice para merecer ser el padre de este niño demoníaco?-

 

 

-         ¡Calla Adel!- ordeno Agneta muy entristecida- sus ojos son diferentes, eso es todo, pero es idéntico a su Hermano…-

 

 

-         No te atrevas a comparar a mi Ancel con ese pequeño monstruo! – ordeno Adel. Su esposa ahogo el llanto, cuando una enfermera entro en el cuarto.

 

 

-         Disculpen, pero debo llevarme a los pequeños al cunero- dijo la enfermera tomando a los pequeños y saliendo.

 

 

-         Agneta, amor mió, sabes muy bien que te amo- dijo Adel abrazando a su esposa- pero no me pidas que acepte a ese monstruo-

 

 

 

 

-         disculpe enfermera – llamo un rubio a la encargada de los cuneros- ¿Cuál es el pequeño de los Roth?

 

 

-         Son los gemelitos de la esquina- dijo la enfermera, el rubio se introdujo hasta donde le señalaba la enfermera, un par de cunitas, en una un pequeño de ojos verdes sonriéndole juguetonamente, pero la otra cunita, estaba tapada por una cortina.

 

 

-         Hola Kara – dijo Adel tras el

 

 

-         ¿Por qué la cuna esta cubierta Adel?- pregunto Kara confundido.

 

 

-         Así debe ser, nadie debe ver el castigo que Dios me impuso- dijo mientras Kara levantaba la cortina viendo al pequeño Deo, sus ojos tan diferentes, tan extraños, pero al igual que Agneta, el no sintió temor, se conmovió por la profundidad de esos tiernos ojos.

 

 

-         Yo agradecería ser el padre de tan lindo niño- dijo Kara conmovido

 

 

-         Pero solo es un pequeño demonio- dijo Adel.

 

 

-         ¡Es tu hijo Adel!- reclamo Kara molesto

 

 

-         Yo solo tuve un hijo este día- aclaro Adel colocando la cortina en su lugar.

 

 

  

-         Ya vine- se escucho el eco de una voz en toda la mansión, donde una mujer y dos pequeños niños estaban sentados en la amplia sala.

 

 

-         bienvenido Papa- dijo el pequeño Ancel de dos añitos

 

 

-         Hola Agneta- dijo el hombre sentándose junto a ella- hola hijito-

 

 

-         Y ¿A Deo no lo saludaras?- pregunto el pequeño Ancel, señalando a un pequeño niño sentado junto a el.

 

 

-         No lo había visto…- dijo Adel secamente

 

 

-         Bueno, ¿están listos para ir a visitar a la Abuela?- pregunto Adel, hubo un asentimiento general, mientras todos  se subían a un lujoso automóvil. El camino fue silencioso hasta llegar a una amplia casa al otro lado de la ciudad. La puerta fue abierta por un estirado mayordomo conduciéndolos hasta donde estaba una señora de edad, con el cabello negro encanecido y una mirada severa.

 

 

-         Abuela- dijo Ancel corriendo a abrazar a su abuela, quien lo recibió con una gran sonrisa.

 

 

-         Ancel, tan lindo como siempre- dijo la señora, el pequeño Deo se acerco de la misma manera a su abuela pero antes de alcanzarla se levanto- ¡Como te atreves a mostrarme tus ojos! ¡Tápalos!- dio la anciana bajándole un flequillo que apenas le cubría los ojos.

 

 

-         Pero abuela…- comenzó el pequeño Deo

 

 

-         Hola Madre- dijo Adel  interrumpiendo al pequeño, todos se sentaron en la sala a comentar su día.

 

 

-         Y dime Ancel, ¿Cómo vas con tus clases de pintura?- pregunto su abuela

 

 

-         Hoy pinte un perro ^ ^…- dijo Ancel

 

 

-         Yo creí que era un lagartija Ancel – dijo el pequeño Deo con una sonrisa

 

 

-         Cállate Engendro- dijo la vieja cruelmente, los ojos del pequeño se pusieron muy tristes

 

 

-         Basta Amaranta – dijo Agneta abrazando al pequeño Deo

 

 

-         Es demasiado idiota para entenderme- dijo amaranta- deberías dejar de defender a ese castigo de Dios-

 

 

-         ¡NO llames asi a mi Hijo! – dijo Agneta

  

-         Algún día abrirás tus ojos Agneta- dijo  Amaranta perdiendo aun más la calma, Agneta tomo a su hijo y salio de la casa, Adel y Ancel lo siguieron.

  

...

 

 

Adel manejaba  rápidamente, llovía a mares inundando los caminos, en el asiento del copiloto Agneta, tras ella Deo y Tras Adel, Ancel.

 

 

-    ¡por que dejaste que tu madre le hablara asi a Deo!-  discutía Agneta

  

-         mi madre siempre ha tenido razón Agneta- decía Adel, manejando muy alterado

 

 

-         pero no puede hablarle así- decia Agneta

 

 

-         papa vas muy rápido- decia el pequeño Ancel algo asustado

 

 

-         ES LA PURA VERDAD- gritaba exaltado Adel

 

 

-         ¡DEO!- grito Agneta al percibir una brillante luz, arrojándose sobre su hijo, en un segundo una fuerte colisión abrió paso al silencio…

 

 

 

 

-         ¡Rápido, nunca había visto un accidente tan horrible! – decía un hombre bajándose de una unidad de rescate, el lujoso auto estaba totalmente destruido, había sido impactado por un camión en el lado derecho, un niño estaba tirado en el piso, rodeado de vidrios, por su cabeza corría un hilito de sangre- ¡Ayuden a ese niño!- ordenó uno, mientras el abría el metal ardiente que alguna vez fue el auto, sacando a un hombre prácticamente ileso.

 

 

-         Señor, señor, ¡despierte!- decía el rescatista, Adel abrió los ojos, asustándose.

 

 

-         Que sucedió- dijo alterado, al ver el auto reacciono- mi esposa… ¡mi hijo!-

 

 

-         Parece que su hijo se salio por la ventana, pero ¡aun hay una mujer dentro!- pronto cinco de sus compañeros comenzaron a cortar toda la carrocería, hasta ver un par de cuerpos, todo el lado derecho estaba destruido, los hierros retorcidos aprisionaban a los cuerpos, un niño con los ojos cerrados, una mujer sobre el, como protegiéndolo, su cuerpo era atravesado por una de las vistas.

 

 

-         La mujer esta muerta- confirmo uno- pero el niño ¡aun respira! Si la mujer no se hubiera interpuesto el pequeño estaría muerto- observo, el niño tenia la cara cubierta de sangre, la mujer estaba aferrada a su hombro derecho, pero su brazo.

 

 

-         ¡su brazo esta atrapado!- grito uno, con muchos esfuerzos lograron sacarlo, al momento de liberarlo el pequeño abrió los ojos.

 

 

-         ¡AHHHHHH!- grito con todas sus fuerzas, pero su grito se perdió en el sinfín de sirenas.

  

 

 

-         Adel, ¿como están todos?- pregunto un rubio que acababa de llegar al hospital.

 

 

-         Es lo que van a decirme- contesto Adel caminando hacia unos cuartos, el rubio lo seguía- Kara…estoy muy preocupado…-

  

-         eso es obvio amigo- dijo el rubio. En eso se presento el doctor.

 

 

-         Dr. ¿Que paso? ¿Cómo están?- pregunto Adel muy nervioso.

 

 

-         Al parecer en el impacto el pequeño Ancel, según se,  salio por la ventana y sufrió una contusión, pero nada grave, tal vez solo nuble su memoria- aclaro el doctor.

 

 

 

-         Que alivio- suspiro Adel

 

 

-         Pero su otro hijo y su esposa no tuvieron tanta suerte- soltó el doctor- su esposa, lamentablemente murió en el impacto-

 

 

-         Mi…Agneta- Adel se dejo caer de rodillas llorando.

 

 

-         Sr. Roth se que es difícil, pero acompáñeme- dijo el doctor conduciéndolo a un cuarto de terapia intensiva, un pequeño con un respiradero y la mitad derecha de su cara vendada- su otro hijo fue salvado por su madre, pero aun así, su cara resulto muy dañada y su brazo derecho, esta, bueno, inservible, tuvimos que amputárselo-  dijo el Doctor, Kara se llevo una mano a su boca, Adel, una mirada llena de odio.

 

 

-         Pobre pequeño- dijo Kara

 

 

-         Quería pedirle permiso para probar en el un nuevo sistema de reconstrucción de extremidades, aun no esta probado y puede verse un poco mal, además de ser doloroso..-

 

 

-         Hágalo- sentencio Adel con una mirada llena de Ira- Solo hágalo-

 

 

 

 

-         Que oscuro…- murmuraba una infantil voz

 

 

-         Buenos días Deo – dijo una voz, el pequeño enfoco su vista y vio a un joven doctor sonriéndole.

 

 

-         Donde estoy…-

 

 

-         En un hospital- dijo el doctor, el pequeño se asusto y se sentó de golpe, pero cayó inmediatamente vencido por el peso, volteo a la derecha y vio su brazo.

 

 

-         ¡¿Qué le paso a mi brazo?!- dijo el pequeño muy asustado, su hombro derecho tenia una quemadura  formando la silueta de una mano, al acabar su hombro iniciaba un Brazo metálico.

 

 

-         ¿recuerdas el accidente pequeño?- el menor asintió- pues en el perdiste tu brazo- el doctor dudo que pudiera entender esas palabras, el pequeño noto como el doctor evadía su mirada, otro que le temía a sus ojos- y tu cara esta muy lastimada, pero tranquilo, con una terapia especial podrás usar tu nuevo brazo como el original-

 

 

-         ¿Donde esta mamá?- pregunto el pequeño.

 

 

-         En el cielo- respondió una enfermera, tras él, entro su padre y su abuela, Deo se sentó con todo el esfuerzo del mundo.

 

 

-         ¡Repudio de Dios! ¡Asesino! – grito la vieja Amaranta dándole una fuerte bofetada, tumbándolo de nuevo en la cama y haciéndolo sangrar- ¡Asesinaste a tu madre!-

 

 

-         Yo no…- balbuceaba el pequeño

  

-         Tu madre fue enterrada en estos tres días que estuviste inconciente- aclaro Adel con una mirada de rencor- y con ella te vas tu, ya no pienso seguir teniéndote cerca pequeño monstruo, desde este momento te prohíbo acercarte a Ancel y no tendrás mi apellido, tienes absolutamente prohibido acercarte a los Roth, Tu nunca naciste-

 

 

-         ¡Basta Adel!- grito Kara- no puedes hacerle eso a este niño-

  

-         Kara, mato a su madre- dijo Amaranta con una mirada de furia- ahora que Agneta ya no esta, no hay nada que lo una con nosotros, nunca fue de la familia-

  

-         El es tan humano y digno como cualquiera- defendió Kara

  

-         Kara- dijo Adel con una voz queda- siempre has sido mi amigo, y has estado conmigo siempre, pero no permitiré que te pongas del lado de este monstruo-

  

-         No es un monstruo- dijo Kara desafiante- si tu le das la espalda, entonces yo lo cuidare-

  

-         Piensa bien lo que haces Kara- dijo Adel- te arrepentirás-

  

-         Entonces este es un adiós Adel- dijo Kara  con entrega.

  

-         Que mal que terminemos así Kara- dijo Adel saliendo de la habitación, su madre lo siguió.

  

-         Deo…- comenzó Kara acercándose al pequeño- ¿quieres que yo te cuide?- el pequeño se inclino abrazándolo con su bracito izquierdo.

  

-         Yo no hice nada- lloraba el pequeño- Mamá, no soy un monstruo, no hice nada, ¡NADA!-

  

-         Yo entiendo Deo- dijo Kara- yo te cuidare, te lo prometo-

  Esa es la única vez, desde que nació hasta a ahora, que lo he visto llorar…

 

Notas finales: K. Koneko: Bueno, esa fue la introducción, continuare subiendo los capitulos, Sayo y Gracias por leer. 

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