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Lost memory por LadyHenry

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Notas del capitulo: No sabía bien en qué punto terminar el capítulo, se me alargó bastante... menos mal que tenía una acosadora "animando" ... en fin ahí va el primer lemon, espero que les guste ^^

 



 

 

 

 

Durante la semana de preparativos sus vidas fueron un caos. Keith tuvo que visitar a los del consejo para despedirse definitivamente, aprovechó para disculparse ante el ex vicepresidente por dejarlo con la tarea de poner al día a los nuevos. También tuvo que entregarle a Lindsay la documentación y explicarle de nuevo que no se sentía presionado por seguir colaborando.

Evan andaba de un lado a otro coordinando los entrenamientos del equipo, dejando claro su cometido al sub capitán, o al memo de Joel como le gustaba llamarlo, no era un buen momento para irse de vacaciones, pero ni loco iba a perder la oportunidad de estar con Neil, ni quería dejar a Keith, de todas maneras no podría concentrarse en los entrenamientos con ellos lejos. Eso sí, les iba a dejar clarito a esa panda de mocosos que debían esforzarse y que él seguiría entrenando aunque sólo apareciera antes de los partidos. Lo peor que llevaba era dejar a Devon y Bastian a solas, sin vigilancia, algo le decía que juntos eran una bomba de relojería. Pero había que arriesgarse, tenía cosas más importantes que hacer que vigilar a su primito. Sólo de pensar que iba a estar con Neil a solas en muchas ocasiones se ponía como loco. Presentía que ese cambio de actitud era una nueva oportunidad para intentarlo, y ahora que Keith no iba a hacer de tata por lo menos podría planteárselo, si lo rechazaba pues quedarían como amigos y podría olvidarlo sin tener la duda de qué hubiera pasado si... y si le correspondía... eso sería algo alucinante, pero mejor no darle vueltas y disfrutar del momento.

Por su parte Neil adelantó papeleo de escuelas solidarias, confirmando la participación de Keith y aprobando los programas que desarrollarían. Mientras que Zoe se encargaba de hacer el equipaje, recordarles lo que debían llevar, comprar lo que faltaba, como por ejemplo el protector solar... aunque la lista que le habían dado era extensa, y desde luego se negaba a ir a comprar lubricante o condones, eso era algo personal que se debía comprar cada uno, una cosa era compartir la pasta de dientes y otra muy distinta... además pensaba averiguar quién había sido el gracioso que había puesto eso en la lista, aunque si era Keith pensaba ignorarlo, no iba a darle la oportunidad de avergonzarlo tan fácilmente.

La tarde anterior al viaje habían quedado en la cafetería de Lucy para ver si todo estaba listo. Los cuatro aparecieron con un aspecto poco saludable, lucían unas marcadas ojeras, su expresión delataba el agotamiento que sentían y los ánimos estaban por los suelos, parecían autómatas. Al verlos así Lucy parpadeó varias veces, y saludando con un "buenas tardes piltrafillas" se dispuso a prepararles un café bien cargado. Cuando percibieron el olor una leve sonrisa asomó en los labios de Keith y Neil, mientras Zoe se quejaba.

-Dios mío Lu, esta noche necesito dormir, no me chutes cafeína-alegó un desmadejado moreno mientras resbalaba por su asiento apoyándose en el hombro de Evan.

-Si quieres te hago un masajito antes de que vayas a dormir peque-saludó Dick saliendo de la cocina con galletas en una bandeja.

-De eso nada Dickie no puedes abandonarme por otro-replicó Keith volviendo a las andadas con su broma.

-Mi pobre perfect boy ven a mis brazos-le siguió el juego Dick.

-Voy a tener que comprarme una fusta para mantener el orden-intervino Petra-chicos están demasiado alborotados-dijo con las manos en jarra mientras negaba reprobadoramente con la cabeza, a pesar de lucir una juguetona sonrisa.

-Eso de la fusta déjalo para tu novio, aquí somos pacifistas-replicó Dick mientras abrazaba a Keith por la espalda.

-Oye Dick necesito esas galletas-pidió Zoe con cara de niño bueno-deja a esa rubia y apiádate de mí.

-Está bien, sé que soy irresistible, me debo a mi público-canturreó Dick mientras volvía a por la bandeja.

Lu y Petra reían ante la cara de enojo de Keith, mientras Evan y Neil hablaban sobre la hora en que el rubio los recogería a la mañana siguiente.

-¿Me has llamado rubia?-preguntó Keith con algo de enojo.

-Es que lo eres-replicó Zoe con naturalidad.

-Soy rubi-O, tengo una buena...-Zoe cortó la frase tapándole la boca a Keith, aunque no pudo evitar sonrojarse.

-Vale, ya entendí, no hace falta ser tan gráfico.

-Yo no he sido nada gráfico-reprochó Keith.

-Ibas a serlo...

-Pero tú me coartaste la libertad de expresión.

-Fue una justa censura, don perfecto no dice esas cosas-se defendió Zoe.

-Escúchame bien peque-dijo Keith pegando su asiento al de Zoe, aproximándose peligrosamente-creo que ya quedó bastante claro que he dejado de ser un modelo de perfección, le gente perfecta es caballerosa y sutil, y ambos sabemos que no cumplo esos requisitos...

-Bueno, puede que hayas dejado a un lado tus modales victorianos, pero sigues siendo "perfecto"-argumentó Zoe sonriendo enigmáticamente, provocando que Keith se descolocara del todo. Momento que le resultó muy gratificante, nunca lo había visto quedarse sin respuesta, sin embargo de sus labios no brotaba réplica alguna. Eso hizo que Zoe estallara en carcajadas, podría describir su sorpresa como algo sumamente adorable. Esas nuevas facetas de Keith eran distintas e interesantes, tenía que admitir que lograba sorprenderlo continuamente.

De hecho las sorpresas iban a seguir dándose en abundancia, una tras otra...

Ante la risa de Zoe el resto dejó a un lado lo que estaba haciendo para preguntar, obteniendo un resignado gesto de Keith con el que no se dieron por satisfechos.

-¿De qué demonios se ríe tanto?-interrogó Evan.

-Nada, estaba sugiriéndole que podríamos ir al baño y...

-¡Keith! -Exclamó Neil apurado.

-Venga ya Neil, era para que dejara de reírse, pero con esa cara que has puesto se pasará un buen rato más con la risilla floja-respondió Keith restándole importancia a su comentario.

-Claro, a Keith nunca se le ocurriría hacer nada en un lavabo público, dudo si quiera que fuera hacerlo en el de su casa-explicó Evan riendo y guiñándole un ojo a Zoe, cosa que provocó en Neil una mirada furibunda, lo que no se esperaba el rubio era que le diera una colleja.

-¡Auch! Eso dolió-se quejó Evan frotándose el cuello.

-Te jodes, tú te lo buscaste, modera tu lengua...-amenazó Neil.

-Vale, tomo nota-replicó Evan sonriente. Antes Neil lo hubiera ignorado, pero ahora había mostrado su molestia de una forma más cercana. Lástima que para ser algo bajito tuviera tanta fuerza y no se molestara mucho en controlarla.

-Bueno chicos ¿ya lo tienen todo listo?

-Creo que sí Lu, todos hemos cumplido con nuestra parte.

-Estupendo.  Tomaros un descanso os vendrá de perlas , aprovechadlo bien- se despidió Lucy mientras recogía la mesa.

-Eso haremos- respondió Evan-aunque echaremos de menos tu comida.

-Y el café-dijo Zoe apenado.

-Bueno peque Keith hace un café muy bueno, Dick le enseñó.

-No sé si eso es bueno o malo-replicó Zoe guiñándole el ojo.

-Espera a probarlo para dar tu opinión-dijo Keith sacándole la lengua después.

-Vale ya, esta noche más nos vale dormir bien, porque si no mañana no habrá quién se despierte-sentenció Neil tirando de su hermano para que se levantara.

-Cierto, bueno Lu cuídate mucho, no dejes que ningún pervertido se acerque a Dickie, ya sabes lo sensible que se pone-rió Keith mientras abrazaba a una atareada Lucy.

-Eso abandóname... después no vuelvas implorando que te suministre cafeína-protestó Dick teatralmente.

-Eso se lo rogaría a Lu.

-Ya he visto cómo intentabas propasarte con ella, en cambio a mí me dejas sin más-volvió a dramatizar.

-Es que sin el delantal no me inspiras-reclamó Keith. Dick se había cambiado para ir a una exposición, y estaba esperando a que Lucy terminara de cambiarse, ella se había marchado al ver que empezaban a bromear-con ese traje de estirado no es lo mismo.

-Nene deja de criticar el vestuario, bastante me cuesta que se vista formal, si fuera por él iría en vaqueros a todos lados-protestó Lucy.

-Parece que alguien se ha portado mal-canturreó Evan.

-¿No se les hacía tarde?-interrogó Dick.

-Sí, Dick-respondió Neil-. No les hagas caso estás muy bien en traje.

-¿Voy  a tener que ponerme uno para que me veas bien?-preguntó Evan en tono juguetón, ganándose una mirada asesina por parte del moreno.

-Sinceramente Evan, yo que tú no seguiría por ahí-contestó Neil tomando de la mano a Zoe y saliendo.- Hasta mañana-dijo al cruzar la puerta dejando al resto algo sorprendido por su reacción.

Lucy y Dick se miraron sin poder contener una sonrisa. Mientras Keith intentaba evitar la mirada de Evan, cosa que le resultó imposible cuando el rubio le dio un ligero codazo para que le prestara atención.

-¿Qué demonios fue eso?-preguntó Evan descolocado por la reacción de Neil.

-No lo sé-respondió Keith con cara de "el que se golpeó la cabeza fui yo".

-Rubio, deja lo de ponerte traje, prueba algo más fuerte, lleva un bañador "atracativo"-sugirió Lucy.

-Lucy, ya me ha visto en bañador cientos de veces, y más ajustados y pequeños que los del equipo dudo que haya demasiados.

-Bueno pues recurre  a medidas desesperadas, ahora que van a estar bajo el mismo techo aprovecha.

-Cierto, sale del baño en toalla y deja que caiga accidentalmente-mencionó Dick alzando las cejas.

-Mejor que eso, dúchense juntos y ahorren agua, Neil parece ecologista-dijo Keith riendo.

-Muy gracioso Keith, no quiero que me parta la crisma. Y el ecologista medio hippie es Zoe, así que ya sabes...

-Lo intentaré, y tú también deberías.

-¿Quieres que Neil nos mate a los dos?

-No, quiero que echemos un polvo, nos hace falta-dijo sonriendo y encogiéndose de hombros.

-Pues es menos arriesgado echárnoslo entre nosotros que acercarse a esa familia-dijo remarcando la última palabra imitando el acento de un mafioso italiano, consiguiendo arrancar unas sonoras risas del resto.

-Evan yo te aprecio mucho,  además estás muy bueno, y me encantaría demostrarte mi afecto, pero será mejor que lo dejemos en algún que otro abrazo, porque si hacemos eso sí es verdad que Neil nos despelleja vivos.

-No me digas que sigue con esa teoría de que tú y yo...

-¿A ti también te la contado?

-No exactamente, porque de haberlo hecho explícitamente hubiera sido yo el que lo despelleja. Que me tuviera por un pendón pase, pero llegar a ese extremo ya es insultante...

-Bueno, yo no ayudé mucho según creo... es mejor dejar todo eso atrás. Me refería a que Neil es un chico celoso, y no le gustaría la idea de vernos así de acaramelados.

-Eso no suena del todo mal, si significa lo que creo...

-Pues sí-afirmó Keith sonriendo-. Por cierto, sólo por asegurarme de que Neil no tiene base alguna para esa hipótesis... ¿Tú y yo nunca...?

-No me cabrees Keith-respondió Evan con tono amenazante.

-Es sólo una pequeña duda, no hace falta ponerse así.

-Mira nene-dijo Evan enganchando un dedo al cinturón de Keith para acercarlo-si hubiéramos hecho eso, te aseguro que lo recordarías por muy fuerte que hubiera sido el golpe.

-De Mel no me acordaba-replicó sonriendo desafiante.

-Puede que con Mel tampoco hicieras nada-rió Evan condescendiente y lo soltó.

-Rubio no te pases...-reprochó Keith con falso enojo.

-Lo mismo digo-respondió Evan guiñándole el ojo-. ¿Te dejo en tu casa?

-No hace falta, Bill viene a recogerme, debe estar llegando.

-Vale, acuéstate pronto que mañana va a ser un día agotador- se despidió Evan-. Lucy, Dickie, pásenlo bien y pórtense mal.

-Igualmente rubio-respondió la pareja al unísono.

 

Una hora más tarde los cuatro daban vueltas en la cama pensando en lo que había pasado hasta el momento y lo que podría pasar cando empezaran a estar bajo el mismo techo todo el día. Keith se alegraba porque sus padres no iban a aparecer hasta el fin de semana, lo que le daba unos días sin vigilancia de ningún tipo. Neil se pateaba mentalmente por haberle respondido así a Evan ¿cómo se le ocurrió soltar eso? Ni siquiera se volteó para ver la cara del resto, estaba seguro de que eran un cuadro, ya de paso podría haberle dicho que la única vez que lo vio con traje, en la graduación, casi tiene que ponerse un babero. Mientras tanto Evan intentaba interpretar con exactitud las palabras de Neil, su tono no había sido especialmente duro, había sonado como una advertencia, y por una vez no parecía ser tan amenazante, no sabía bien si lo entendía así porque era lo que quería o porque el carácter fuerte y borde de Neil siempre le había resultado atractivo, a veces pensaba que era un poco masoquista, pero él tampoco era ningún angelito, después de darle muchas vueltas decidió dejar a un lado eso y dedicarse a valorar las sugerencias de Lucy y Keith, por lo menos esas eran más divertidas. Por último Zoe estaba hecho un ovillo, apretando con fuerza las sábanas, completamente sonrojado, por mucho que Keith le hubiese dicho que iba a ir despacio no veía que esas fueran sus intenciones, siempre lo acababa enredando, avergonzándolo, puede que si se dejaba llevar y lo asimilaba más tarde le fuera mejor, si al final la cosa no funcionaba pues quedaban como amigos y listo, aunque era el mejor amigo de su hermano, actuar tan a la ligera era desconsiderado...  el cansancio le fue venciendo y se quedó dormido bien entrada la noche.

Cuando Zoe abrió los ojos se encontró  a un Neil poco amigable que le reprendía por remolonear en la cama, sin embargo, él ni siquiera había escuchado el despertador. Para colmo Evan y Keith, ya estaban allí, media hora antes. Como no habían podido dormir se habían levantado más temprano para salir a correr.

Fue curioso cuando se encontraron en la entrada del parque. Siempre que no podían conciliar el sueño madrugaban más e iban a despejarse corriendo un rato. Evan se sorprendió de que Keith se acordara de ello, pero éste se limitó a decir que tenía insomnio y como se aburría había decido hacer ejercicio. Corrieron durante veinte minutos, Evan le sacaba algo de ventaja, después de todo hacía tiempo que Keith no entrenaba. Viendo la resentida resistencia de su amigo optó por reducir el ritmo y proponerle un paseo.

-Creo que vamos a tener que mejorar esa resistencia Keith.

-A mí me parece que no voy tan mal...

-Antes ibas mucho mejor, con un poco de ejercicio matutino volverás a tus marcas.

-Nos vamos de vacaciones, el único ejercicio que pienso hacer es en la cama.

-Vaya, que directo...

-Bueno también se puede hacer en el baño, la playa...

-Si vas a hacerlo con Zoe mejor déjalo en la cama.

-¿Es conservador?

-No lo sé, pero ya se muere de vergüenza con tus insinuaciones como para que te pongas heavy.

-Me haces parecer un viejo verde.

-Verde sí-rió Evan al ver la expresión incrédula de su amigo.

-¿Y tú qué? ¿Vas a atacar o no?

-Atacar y Neil son dos factores altamente peligrosos.

-¿Qué vas a hacer? ¿Provocarle?

-Eso suena mejor, aunque la última vez que lo intenté escuché todos los sinónimos de furcia que deben existir.

-Pues tendrías que haberlo callado, eso fue de muy mala educación.

-Cierto, los modales son lo primero-respondió con sarcasmo.

-Si les dieras más importancia te iría mejor. Haz que Neil sea más educado, no le disculpes tanto sus salidas de tono, averigua por qué se comporta así contigo y haz que te pidas disculpas afectuosamente.

-No podría hacer eso sin reírme Keith.

-No te sacrificas nada por la causa, así no vamos a ninguna parte-reprochó con enojo-. Mejor volvamos a la provocación... vámonos ya, nos damos una ducha, metemos el equipaje en el coche y pasamos a recogerlos.

-Falta mucho para la hora acordada, ¿piensas darte un baño con sales o qué?

-No rubio, pienso presentarme antes y tomarlos por sorpresa, así los veremos apurados, medio dormidos y adorablemente atontados-propuso Keith con una inquietante sonrisa.

-No es una provocación muy elaborada ¿no crees?

-Deja de quejarte, protestas si me paso y si me quedo corto, da igual, el caso es avanzar-respondió Keith- tú limítate a pensar en Neil en pijama y aturdido.

-Eso ya lo veré cuando estemos en la playa.

-No, lo verás preparado para empezar el día, bien despejado. Ahora los pillaremos con la guardia baja, no nos esperan, estarán confundidos corriendo de un lado para otro y cometiendo alguna torpeza. Con suerte se le afloja el pantalón del pijama o algo así.

-Yo sí que estoy confundido, en fin no pienso discutir más.

Una hora después las predicciones de Keith se estaban cumpliendo. Neil abrió la puerta en pijama, despeinado y con cara de "qué pasó, no es la hora". La vista era inmejorable, llevaba una camisa que le llegaba por la mitad de los muslos, su pelo estaba revuelto dándole un toque desenfadado y su mirada somnolienta y desprovista de cualquier rastro de enojo resultaba particularmente tierna, parecía un niño pequeño desorientado. Evan podría haberse derretido en el instante en que pasaron adentro y Neil se fue a despertar a Zoe, la camisa se iba recogiendo mientras caminaba, dejando una excelente vista de su trasero.

-¿Poco elaborada decías?

-Lo retiro, Keith eres el fucking crack-respondió sin apartar la vista de su somnoliento objeto de deseo.

Esperaron sentados en el sofá, deleitándose con el espectáculo que era ver a los dos hermanos ir de un lado para otro a toda velocidad, olvidándose de detalles importantes. Neil le gritó a Zoe desde el baño para que le alcanzara una toalla, pero Zoe estaba ocupado cambiándose de ropa así que Evan se ofreció voluntario para llevársela, cuando apareció con ella en la puerta viendo que Neil sólo asomaba medio cuerpo, una lujuriosa sonrisa adornó sus carnosos labios.

-Por lo que más quieras no me mires así, ya es bastante vergonzoso-reprendió Neil tirando de la toalla sin demasiado éxito.

-Tampoco es para tanto...-dijo Evan le restándole  importancia.

-Se me olvidaba que debes estar muy acostumbrado a estas cosas-atacó Neil con tono tajante.

-Te equivocas, no suelo hacer entregas especiales, pero la ocasión merecía la pena-dijo Evan ensanchando su sonrisa mientras dejaba de oponer resistencia con la toalla, por lo que Neil dio un pequeño traspiés y la puerta se abrió más de la cuenta. Lástima que tuviera los bóxers puestos...

-Te lo vuelvo a repetir Evan... No sigas por ahí.

-¿Por dónde sigo entonces?

-¿Podrías esperar un poco para que terminemos esta conversación?

-Supongo que sí, ¿me das alguna pista mientras tanto?

-Sinceramente Evan para haber ligado tanto eres bastante obtuso-refunfuñó el moreno cerrándole la puerta en las narices.

-De eso también vamos a hablar, unos tienen la fama y otros el provecho-replicó el rubio indignado-y será mejor que vayas mejorando tus modales, estoy harto de esas salidas de tono que sólo me dedicas a mí.

Neil escuchaba cada palabra mientras su corazón bombeaba con fuerza, estaba apoyado en la puerta intentando calmarse. Esa conversación iba a ser un suplicio. Procuraría comportarse mejor que hasta ahora, no quería cagarla de nuevo. Y además estaba Keith, se supone que debía descansar, y sentirse bien con sus amigos, no presenciar discusiones absurdas.

Por otro lado Zoe buscaba como loco una sudadera con capucha, era la más cómoda que tenía, y con el frío que hacía a esas horas de la mañana no le apetecía pillar un resfriado. Rebuscaba en su armario sin orden cuando una mano le pasó la prenda. Al levantar los ojos vio  a Keith con cara de guasa, iba a replicar cuando el rubio ignoró su molestia y se dedicó a ponerle la sudadera como si de un niño pequeño se tratase.

-No empieces Keith.

-Buenos días Zoe.

-Te debes estar divirtiendo de lo lindo ¿verdad?

-Bueno eso es innegable, pero si vamos a darle un empujoncito a esos dos habrá que hacer algo, y cómo tú estás muy ocupado huyendo de mí no he podido avisarte.

-Vaya forma más cutre de hacerlo...

-Te vas a llevar de vicio con tu futuro cuñado, él opinaba lo mismo.

-Pues si ambos estamos de acuerdo será por algo.

-Verás en cuanto vio  a Neil en camisón cambió de opinión.

-Neil no usa camisón.

-Bueno pijama no llevaba... y no creo que el punto sea concretar el nombre de lo que tu hermano usa para sobar.

En ese momento oyeron como Neil y Evan se gritaban.

-Parece que funciona de maravilla tu plan-comentó Zoe sarcástico.

-Pues sí, si no han acabado compartiendo ducha es porque estamos nosotros dos aquí y eso les corta el rollo, así que cuando lleguemos a la playa los dejaremos a solas. Así no tendrán excusas ni interrupciones.

-Y qué hacemos, ¿dormir en la arena?

-La casa es enorme con que nos quedemos en la habitación más separada a la de ellos bastará.

-¿Vamos a compartir habitación?

-No, si te parece  te quedas con tu hermano y yo con Evan, y nadie...

-Vale, ya lo capté. No piensas dejar títere con cabeza-suspiró Zoe resignado.

-No hables como si fueras caperucita y yo estuviera intentando lajarte la merienda.

-La verdad es que el papel de lobo te queda bien.

-Pero no olvides que uso piel de cordero-añadió Keith picando el ojo, mientras salía para ver qué pasaba con los tortolitos.

La cara de Evan y lo que le contó sobre la reacción de Neil le resultó sumamente divertido. Ya estaba todo  apunto, en cuanto llegaran a la playa y se instalaran empezaría lo divertido. Esta vez nadie iba a interferir en asuntos ajenos. Pasaría lo que tendría que haber pasado hace tiempo... Aunque para ello tuviera que sortear algún imprevisto, iba preparado para lo que fuera.

El trayecto fue algo silencioso, Evan puso la radio, Neil y Zoe dormían en los asientos traseros, mientras Keith charlaba con éste de las noticias que iban escuchando. Pararon en una cafetería para que los hermanos desayunaran, ellos compraron algunas cosas en el mini market. Volvieron  a parar dos veces más para descansar y tomar café, la falta de sueño les estaba pasando factura. Al cabo de unas tres horas por fin llegaron  a la playa, dejaron el equipaje en la casa y salieron a comer.

-Hola Marta-saludó Evan  a la camarera del restaurante al que solía ir con su familia en las vacaciones. Era una mujer entrada en años y con un carácter algo parco, pero muy eficiente en la cocina.

-Hola Evan ¿qué tal la familia?

-Muy bien, este año se van de viaje, te mandan saludos.

-¿No vas con ellos?-preguntó la mujer con escepticismo.

-No, este año pasaré las vacaciones con unos amigos-dijo señalando al grupo que aguardaba detrás algo impaciente por sentarse.

-Entiendo, supongo que ya estás mayorcito y prefieres hacer otras cosas-soltó la camarera sin inmutarse, mientras los guiaba hasta una mesa para cuatro.

-¿Qué hay hoy en el menú?- preguntó el rubio ignorando el comentario, desde luego Lucy no había más que una, pero esa mujer lo sacaba de quicio con sus observaciones.

La mujer recitó de carrerilla la carta sin tomar resuello, y anotó el pedido con rapidez. A los quince minutos tenían su comida humeando en la mesa. Olía bien y sabía mejor, la devoraron sin entretenerse demasiado. Al terminar Keith y Evan regresaron a la casa para tomar una siesta, mientras los hermanos daban un paseo por la playa para conocer el lugar... Era una zona bastante tranquila, la marea estaba baja, por lo que decidieron ir a buscar sus bañadores para remojarse, después de tanto tiempo en el coche les vendría bien despejarse.

Al entrar se dirigieron a la habitación del fondo donde encontraron a Evan durmiendo como un bebé, Neil no pudo evitar sonreír viéndolo así parecía adorable. Se dirigieron al otro dormitorio encontrando a Keith. Neil miró extrañado a Zoe.

-¿Por qué están es habitaciones separadas?

-¿Porque quieren?

-No digas bobadas ¿hay más dormitorios?

-Sí, pero como el trastero está con humedades y hay que arreglarlo los usan para guardar las cosas.

-Pues habrá que redistribuir las habitaciones.

-Vale, de eso te encargas tú. Despierta a Evan y se lo dices.

-Ya lo haré más tarde, me da pena despertarlo se veía muy cansado.

-¿Por eso pusiste ojitos cuando lo viste?-preguntó Zoe socarrón.

-¿Por qué no despiertas tú a Keith?

-Porque no quiero que me agarre y me haga de todo.

-Ni que fuera un acosador...

-Ese chico es un peligro, ni loco lo despierto, hazlo tú, y cuando se entere del motivo echa a correr sin mirar atrás.

-Entendido, dejemos lo de las habitaciones y vayamos a darnos un buen chapuzón.

-Excelente idea.

Mientras los hermanos se daban su primer baño del verano, los rubios se despertaban, y empezaban a organizar el equipaje para no tener que discutir quién se quedaba con quién. Les dio tiempo a ducharse y empezar a preparar la cena. Keith se encargaba de hacer una enorme ensalada mientras Evan salteaba pollo.

Eran casi las ocho cuando los hermanos aparecieron. Ambos tenían mucha hambre y les alegró bastante el olor a comida.

-Vaya qué aplicados-comentó Zoe.

-Sí, hemos deshecho el equipaje, colocado la compra y en diez minutos la cena estará lista.

-Qué bien, me muero de hambre-comentó Neil, mirando lo curioso que se veía Evan con el delantal.

-¿Y qué hay de cena?-curioseó Zoe.

-Pollo al ajillo y ensalada.

-¿Pollo?

-Sí, proteínas y vitaminas.

-Muy equilibrado.

-Por supuesto, mañana cocinas tú y nada de guarradas.

-¿Qué insinúas?

-Que si fuera por ti sólo zamparías hidratos de carbono y grasas.

-Empiezas a sonar como una vigoréxica.

-Déjenlo ya, Zoe vamos a ducharnos.

-Vale, sólo era un amigable intercambio de opiniones-se defendió Zoe, le gustaba ver cómo Neil se ponía de los nervios cuando picaba a Evan.

Cuando fueron a buscar la muda para bañarse se encontraron con la agradable sorpresa de que su ropa estaba colocada y en orden, lo único reprochable era que estaban en habitaciones separadas. Por supuesto Neil con Evan y Zoe con Keith.

-¿Pero qué coño...?-rugió Neil alterado, de pronto todo el buen humor y el relax del chapuzón se habían ido al carajo.

-Relájate hermanito, era de esperarse... Esta vez Evan quiere hablar largo y tendido.

-¿Hablar?-miro a Zoe con escepticismo.

-En principio eso, si surge el resto...

-¿Y Keith quiere hablar?

-Keith quiere que tú y Evan hablen, eso y verme en pijama e indefenso-rió Zoe por lo absurdo de la situación.

-No tiene gracia.

-Venga ya, tú sabes mejor que yo lo gamberros que pueden llegar a ser esos dos. Y nosotros nos hemos estado comportando como damiselas... y ya sabes lo mucho que les gusta  a los gamberros atormentar a las damiselas.

-Yo no soy ninguna damisela, las damiselas no echan humo por las orejas y blasfeman-ironizó Neil sobre sí mismo.

-Está bien tú eres la madrastra malvada.

-Yo no acoso a la gente y no soy una vieja...

-Bien, seré claro, y es una metáfora Neil, no te pongas exigente, tú eres "la perra del hortelano", ni jodes ni dejas joder...

-¿Acabas de llamarme perra?

-Céntrate en lo connotativo Neil...

-Pues esta perra va a merendarse al príncipe vandálico.

-Eso sonó a porno de serie B.

-¿Eso existe?

-Supongo...

-¿Y tú qué vas a hacer?

-¿Si me lío con Keith y sale mal podrás soportarlo?

-Os conozco bien a los dos, si sale mal no será porque se descuiden, y peor sería no intentarlo, para saber eso sólo hay que verme a mí en estos momentos.

-Pues al ataque-animó Zoe sonriente.

-Suerte.

-Igualmente.

La cena fue  bastante distendida, charlaron sobre su visita  a la playa y los alrededores, también aprovecharon para acordar los turnos en la cocina. De la limpieza ya se encargaba una empleada. Vieron un rato la televisión, pasaban un ciclo de terror de la Hammer. A Evan y Keith les encantaban esas películas, de hecho Bill llamó a su hijo para ver qué tal le fue el día, y de paso comentarle que estaban dando una de sus películas favoritas.

-Hola Keith, tu madre me dijo que llegaron bien ¿qué tal el lugar?

-Pues no he visto demasiado, pero por ahora me gusta.

-Me alegro ¿tienen planes para el fin de semana?

-No, que yo sepa...

-Estupendo, no los hagan, me gustaría ir a varios lugares, hace mucho que no voy por ahí.

-Vale, pero nada de meternos en antros de perdición-dijo Keith con toda la seriedad de la que era capaz.

-¿Por quién me tomas graciosillo?

-Era sólo para asegurarme-se defendió Keith riendo.

-Sigue así y te echo a Will.

-No deberías hablar así del abuelo, ya sabes lo sentimental que es.

-No pienso contestar a eso, saluda a los chicos de mi parte.

-Ok, buenas noches.

-Y pórtate bien con Zoe.

-¿Ahora quién es el graciosillo?

-Bunas noches Keith.

-Pórtate  mal con mamá-se despidió rápidamente, colgó mientras su risa se colaba por el hilo telefónico sin dar posibilidad de réplica.

Neil llamó  a su madre para decirle que ya se habían instalado, mientras tanto Zoe decidió que ya era hora de irse a dormir, saludó quitándole el móvil a su hermano unos instantes y les dio las buenas noches. Keith estaba muy entretenido viendo la película, y Evan disfrutaba con las reacciones de su amigo, habían visto esa peli miles de veces, pero para Keith era cómo verla por primera vez. Media hora más tarde se iban a dormir, cada uno a su respectiva habitación.

En cuanto entraron  a la suya Evan empezó esa charla que tenía pendiente con su compañero de cuarto.

-¿Qué te parece que compartamos habitación?

-Poco sensato-respondió Neil sin sombra de duda.

-¿Por qué?

-He esperado bastante para solucionar "esto" y hacerlo después de un día agotador muriéndome de cansancio no es lo que había planeado...

-Por una vez no estaría mal que improvisases.

-Bien, de perdidos al río. Dispara.

-¿Qué es lo que te ocurre conmigo Neil?

-Pensé que eso era obvio.

-Mejor no arriesgarnos a que hayan malentendidos.

-Pues que no me gusta que me gustes.

Evan se quedó estático, parpadeaba como si con ese simple gesto pudiera comprender lo que el moreno acababa de decirle.

-¿Te gusto?-preguntó intentando ir por partes para aclararse bien.

-Sí.

-¿Y cuando alguien te gusta te dedicas a putearlo y tratarlo como si fuera portador de la peste?-el rubio empezaba a cabrearse, se esperaba que le dijera que tenía dudas, que no estaba seguro de sus sentimientos y no quería arriesgarse, pero que los tuviera tan claros y se hubiese comportado así no acababa de hacerle gracia.

-Ya te dije que NO me gusta que me gustes-aclaró Neil haciendo hincapié en el no enérgicamente.

-¿Por qué te disgusta eso?-interrogó Evan procurando calmarse.

-Porque no me pareces conveniente para mí, ni yo me lo parezco para ti. Creo que no haríamos buena pareja.

-¿Y qué es lo que nos haría una pareja tan poco recomendable según tú?-el tono denotaba una clara molestia, por mucho que intentara mantenerse tranquilo no acababa de conseguirlo.

-Pues somos bastante distintos, y ya sé todo eso de complementarse y que los polos opuestos se atraen, pero hay que tener una base...

-¿Sabes lo que más me sorprende de todo tu razonamiento?

-¿Qué?

-Que ni siquiera te has tomado la molestia de conocerme bien, así que no tengo ni puñetera idea de dónde sacas todas esas suposiciones...

-Bueno te he observado bastante, aunque procurase no interactuar demasiado.

-Claro y cuando lo hacías era para intentar sacar lo "mejor" de mí...

-No te estoy culpando de nada.

-¿Y cómo soy según tus observaciones?

-Sociable, amable, extrovertido, decidido, coqueto, ligero de cascos...-enumeró sin poder reprimir una significativa sonrisa al llegar al final.

-Cuánta sutileza para llamarme putón de colegio-replicó Evan mirándolo desafiante.

-Tranquilo, que ahora me toca definirme a mí. Yo soy irascible, desconsiderado, insociable, arrogante, indeciso...

-Menudo "desecho" de virtudes estamos hechos entonces.

-Precisamente por eso, podríamos ser una bomba de relojería andante.

-Pero eso es sólo tu visión distorsionada y alarmista. Ni yo soy Mesalina ni tú eres la bruja del cuento.

-Zoe me dijo algo parecido.

-¿Qué?

-Madrastra malvada.

-Eso suena divertido.

-Pero entre mis cualidades no están el acoso y la vejez.

-Ya te dije que no lo eras...

-Él cambió de comparación. Me llamó perra...

-¿Cómo?-preguntó el rubio sorprendido por el calificativo.

-Del hortelano... pero perra al fin y al cabo.

-¿Y tú que le dijiste?-interrogó interesado al ver la expresión jocosa que estaba adoptando su rostro.

-Mejor no te lo cuento.

-De eso nada, no pienso quedarme con las ganas.

-Bueno entonces habrá que buscar alguna manera de hacértelo saber-afirmó Neil sonriendo mientras se aproximaba al rubio.

Cuando estuvo frente a él se le sentó encima a horcajadas, tomó su rostro entre sus manos atrayéndolo hacia sí, lo último que vio Evan antes se sentir esos labios apoderándose de su boca fue una media sonrisa de lo más incitante.

De todas las veces que había imaginado cómo sería besar a Neil jamás se le ocurrió la posibilidad de que fuera el moreno quien tomara la iniciativa, y menos que nunca después del discurso que le acababa de soltar. Estaba claro que en su sesgada auto descripción Neil había olvidado mencionar que era imprevisible para ciertos temas...

Los pensamientos de Evan se iban desvaneciendo a medida que el beso se tornaba más intenso, los labios de Neil eran suaves y cálidos, su lengua se deslizaba con suavidad explorando su boca, degustando su húmedo sabor y su tacto palpitante. Una vez pasada la sorpresa, el rubio empezó a disfrutar plenamente de la situación, pegó sus cuerpos por completo en un posesivo abrazo, sintiendo cómo se estremecía Neil cuando lo tomó por el trasero para alzarlo levemente, haciendo que sus caderas chocaran y se produjera una placentera fricción.

Un suave gemido escapó de los labios del moreno, mientras Evan aprovechó la breve separación para comenzar a besar el esbelto cuello que tanto ansiaba, mientras tanto Neil acariciaba los cabellos dorados y mordisqueaba la oreja jugueteando con la pequeña argolla que él mismo le regaló en uno de sus cumpleaños. Sus manos bajaron por el musculado pecho del rubio desabotonando la camisa con rapidez para luego acariciarlo con lentitud, mientras éste comenzaba a desabrocharle la bragueta.

-¿Dónde tienes el lubricante?-preguntó Neil conteniendo un jadeo mientras notaba cómo Evan comenzaba a acariciar su creciente erección.

-Vaya forma de romper el momento-protestó el rubio, estaba demasiado ocupado para una interrupción tan abrupta.

-Si te parece te lo pregunto cuando estemos revolcándonos por la cama sin ropa.

- Eso suena realmente bien, pero  yo no traje lubricante. Supongo que debes creer que como soy, según tú, un gigoló, siempre llevo esos sobres tan prácticos con condones y mono dosis de lubricante, pero no...

-Yo tampoco tengo-bufó Neil exasperado-en momentos como este estaría bien que no desmintieras mis expectativas sobre ti.

-Perdone usted por no parecer una porno star siempre a punto, pero lo menos que me esperaba era llegar  a intimar tanto contigo.

-¿Y para qué coño cambias de compañero de habitación?

-Yo pensaba hablar, y declararme. Después de hacer esas dos cosas suponía que o me rechazabas o te lo pensabas. Pero que me dijeras todo eso y luego me besaras me tomó por sorpresa.

-¿Y ahora qué hacemos?

-Seguir...

-¿Vamos a hacernos unas pajas o sexo oral como nenes de secundaria? No me he aguantado las ganas tanto tiempo para esto, he tenido que controlarme infinidad de veces, y lo he pasado fatal luchando contra lo que me apetecía hacer. Si voy  arriesgarme quiero un buen polvo como premio.

-Madre mía vas a hacer que me sonroje.

-Eso sería interesante...

-Bueno será algo más doloroso pero hay métodos naturales.

-Con eso se tarda más y es menos efectivo.

-Si quieres un buen polvo habrá que hacerlo con calma.

-Una cosa es la calma y otra la lentitud, ¿nunca has tomado el roll pasivo verdad?

-No, pero no me importaría tomarlo contigo.

-Eso para otra ocasión, si encima fuera tu primera vez nos dan las uvas. Algo habrá que nos sirva de lubricante ¿Keith no tiene?

-Pues por lo pronto lo único parecido es la vaselina que traje por si nos quemábamos en la playa. Pero eso creo que es malo para los condones.

-¿Tienes condones?

-No, ¿y tú?

-Tampoco-respondió Neil fulminándolo con la mirada.

-Eh no me mires así, de los dos, tú eres el que podía saber que esto pasaría...

-Ya, pero traer eso era decirme a mí mismo que me iba a tirar encima de ti como una vulgar fulana...

-No tienes un ápice de vulgaridad, y no te tiraste sobre mí, simplemente nos besamos  después de una extraña charla cuyo resultado no acabo de comprender.

-Ya que tenemos tiempo te lo explico. Somos muy diferentes en cuanto a carácter, y eso nos va a ocasionar bastantes altibajos, pero lo nuestro es inevitable, yo no puedo alejarme y tú no quieres hacerlo. Así que intentémoslo lo mejor que podamos, que por ahora no es mucho...

-¿Vamos a buscar una farmacia?

-Considerando que ambos estamos sanos como manzanas creo que nos las apañaremos con la vaselina. Y basta de cháchara quiero mi premio.

 Evan buscó el tubo que estaba en el bolso de playa y volvió al ataque, le quitó la camiseta a Neil, se terminó de desprender de la suya mientras Neil hacía lo propio con los pantalones. En apenas un minuto estaba tumbados comiéndose la boca, sus manos se deslizaban por el cuerpo contrario con fluidez, habían imaginado ese momento miles de veces. Y eso se notaba en la desesperación que iban dejando impresa en su piel con cada roce, allí donde se tocaban el calor aumentaba, se expandía, concentrándose en la zona pélvica, que comenzaba a moverse buscando mayor contacto. Evan se separó un momento para deshacerse de la molesta ropa interior. Por fin estaban desnudos, ahora notaban la elevada temperatura es toda su extensión, volvieron a juntarse, Neil abrió las piernas haciendo que sus erecciones chocaran, agitando las caderas rítmicamente, consiguiendo arrancar unos roncos jadeos de Evan, que estaba tironeando del lóbulo de su oreja.

Evan fue bajando lentamente dando suaves mordidas en su cuello, su pecho, succionando los enhiestos pezones con fuerza, Neil se revolvía entre sus brazos totalmente sofocado, el rubor cubría sus mejillas, cuando notó la humedad y el calor deslizándose sobre su miembro se aferró a las sábanas arqueando ligeramente la espalda, la boca de Evan lo envolvía con avidez, presionando de arriba abajo una y otra vez, engulléndolo en su totalidad, los gemidos entrecortados  de Neil y la rigidez de su miembro le indicaban que iba a llegar al clímax, aceleró el ritmo, notó como las manos de éste le tomaban la cabeza mientras se arqueaba del todo y terminaba gimiendo su nombre.

Evan trepó por la cama colocándose a la altura del moreno, observando la hermosa y erótica estampa que le brindaba al yacer desmadejado respirando trabajosamente, con el pelo revuelto, los ojos entrecerrados y humedecidos, y ese rubor en su cara que lo hacían estar increíblemente apetecible. Y es que verlo tan relajado y entregado era algo que lo enloquecía. Cuando abrió los ojos ante la cercanía del rubio éste le mostró en su mano la prueba de su orgasmo, mientras susurraba en su oído "lubricante", arrancó una sonrisa cómplice acompañada por en sugerente de gesto de abrir las piernas.

El rubio no se hizo de rogar, volvió a bajar e introdujo la lengua en la entrada de Neil, que sintió la cálida invasión como algo placentero, Evan fue extendiendo el blanco líquido en su interior, cuando terminó introdujo sus dedos uno por uno hasta llegar a tres, Neil iba dilatándose a buen ritmo, sus caderas seguían el compás y su miembro comenzaba a despertar de nuevo. Evan estaba en su límite, ver a Neil comportarse de esa manera tan desinhibida y natural lo excitaba demasiado. Retiró sus dedos y se posicionó encima para introducirse, pero Neil lo detuvo susurrándole "usa la vaselina, quiero que te  muevas con libertad y no te contengas". Al escuchar estas palabras un estremecimiento azotó todos sus sentidos haciéndole temblar, ese tono enardecido y descarado retumbaba en su cabeza haciendo que perdiera el control. Tomó el tubo de vaselina y lo exprimió a conciencia, dejando caer un chorro que desbordó su mano y cayó en la cama. Mientras él terminaba de preparar a Neil , éste tomó la vaselina sobrante y masajeó el pene del rubio enérgicamente. Ya estaba todo preparado, sin más miramientos Evan se coló en el interior de Neil, sintiendo un calor abrasador, sus cuerpos se amoldaban perfectamente, en pocos minutos el suave vaivén se convirtió en salvajes embestidas, que martilleaban ese punto clave que a Neil le hacía perder la razón. Éste apretaba con fuerza al rubio, aferrándose a su espalda para resistir el ritmo frenético. Los jadeos se hacían cada vez más intensos, el calor llegaba a ser tan fuerte que pedía ser liberado con urgencia, buscaba una salida para escapar mientras el traqueteo de la cama se hacía insufrible. Y no aguantaron más Evan terminó justo después de Neil, al sentir cómo su interior le presionaba con más fuerza y el calor se iba liberando por sus destensados miembros, no tuvo tiempo de salir, y miró al moreno con cierta culpabilidad. Sin embargo Neil se limitó a sonreírle de una manera radiante, que nunca antes le había visto, lo envolvió en sus brazos sin dejarle salir de su interior. "Espera un poco, se está tan bien así..."

Después de unos minutos Evan se deslizó fuera, tumbándose a su lado, abrazándolo mientras  que se miraban a los ojos. Fue ese mudo entendimiento el que disipó sus dudas, no importaba que discutieran a menudo, que tardaran tanto en llegar a ese momento, ahora sabían que había elementos que las palabras no lograban abarcar, que en el fondo de sus miradas se escondían todas esas cosas importantes que harían de ellos una auténtica pareja.

Mirándose embelesados mientras sus cuerpos se entrelazaban cayeron en un apacible sueño, ya no había nada que temer, su mayor preocupación dormía a su lado placenteramente.

 

 

 

 

 


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