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Lost memory por LadyHenry

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Notas del capitulo: Ahí va el resto del capítulo...

A las seis la casa era un hervidero, la familia andaba de un lado para otro acicalándose. Ya estaban asignadas las habitaciones, Bastian se había encargado de conseguir que la suya estuviera apartada del resto, al final del pasillo con un baño de por medio, y ahora después de haberse duchado estaba eligiendo la ropa que se pondría, quería estar guapo, pero sin provocar, no le hacía ilusión que Craig le babeara encima. Dudaba entre unos vaqueros ajustados negros o unos chinos cuando tocaron a la puerta.

-¿Sí?

-Soy Leslie traigo regalos.

-¡Les has venido!-exclamó Bastian mientras abría la puerta y sonreía al verlo cargado de paquetes.

-Claro aca'é ayer.

-Espera que te ayudo con los paquetes.

-El mío es un CD y me lo interce'taron en la entrada, estos son de los chicos.

-¿Los chicos?

-Sí, Keith y el resto me usaron de mensajero.

-Qué atentos...

-Ya... el de Keith ábrelo a solas.

-Puedo abrirlo ahora-dijo picado por la curiosidad-¿cuál es?

-La cesta con papel oscuro. Si lo ‘es ahora yo me marcho.

-Eso suena sospechoso, pero no te preocupes ya lo abro después ¿sabes qué es?

-No, ni quiero...

-Vaya... ¿puedo abrir el resto?

-El de Evan sólo si está tu amore-bromeó Leslie-pero el de Neil y Zoe sí.

-Ok.

Bastian desenvolvió la camiseta, sonriendo al ver el mensaje y el dibujo, decidió que la estrenaría porque conjuntaba bien con los vaqueros negros. Era una señal...

-Me la voy  aponer-afirmó sonriente.

-Ok, te dejo solo no quiero que tu amore esté celoso-se despidió Leslie.

-Muy gracioso Les, mejor que no te oiga.

-¿Que no te oiga quien?-intervino Inti, que venía de ducharse.

-Devon, Lelsie le tiene un apelativo algo hortera-explicó Bastian.

-¿Leslie?

-Por dios Inti, quítate la toalla del pelo y mira por dónde vas, Leslie está justo en frente de ti.

-Oh lo siento-dijo Inti apartando la toalla de la cara para fijarse en Leslie, que lo miraba extrañado.

-Les, este es mi primo Inti.

-Encantado dijo Inti mientras le tendía la mano, que Leslie estrechó sonriendo.

-Bueno, me cambio delante de ustedes o se van a otra parte-preguntó Bastian, haciéndoles notar la ralentizada reacción que estaban teniendo.

Y es que en el momento en que Inti se quitó la toalla de la cabeza y conectó su mirada a la Leslie se produjo un silencio algo largo, sólo se miraban. Lo de Leslie era comprensible, no le gusta hablar con desconocidos por su dificultad al pronunciar la p y la b, además si se ponía nervioso solía tartamudear. Pero lo de Inti no lo entendía, él era bastante sociable, no es que fuera un loro, pero de ahí a no abrir la boca sino para sonreír... Cuando interrumpió su extraña presentación, su primo se echó a reír y Leslie negó con la cabeza encaminándose hacia la puerta.

-Espera te acompaño-dijo Inti siguiéndole.

-Por lo menos ponte una camisa-le gritó Bastian mientras le tiraba una que atrapó al vuelo.

Una vez a solas terminó de vestirse, iba a abrir el misterioso regalo de Keith cuando tocaron a la puerta de nuevo.

-¿Qué se te olvidó ahora?-preguntó Bastian obviando que era Inti de nuevo.

-Nada que yo recuerde-respondió una voz grave que no esperaba escuchar hasta el último mes de las vacaciones.

-¡Papá!-exclamó girándose para comprobar que no estaba flipando-. No me avisaste de que venías...

-Bueno, quería darte una sorpresa, no te preocupes todos lo sabían excepto tú.

-Vaya eso es un gran alivio-dijo con falso enojo.

-No quería perderme la entrada en la adolescencia de mi critter.

-Muy gracioso. Me llamaste para felicitarme esta mañana diciéndome que tu regalo llegaba en unas horas, no sospeché que fuera que venías.

-Bueno, no mentí mi regalo está abajo, pesaba demasiado para cargarlo hasta aquí de hecho si fuera por Jill no lo habría bajado del coche.

-Vamos a verlo entonces-dijo Bastian colgándose a su espalda sonriendo.

Cuando Devon lo vio bajando las escaleras pegado por completo a un moreno cuya cara no veía, pero estaba seguro de haber visto antes, se puso algo tenso. Pero esa molesta sensación duró poco, lo que tardaron en llegar abajo después de que Bastian gritara como loco "¡Papá me compraste el maldito caballete y las putas acuarelas!", para acto seguido examinar el material y colgarse de su padre abrazándolo efusivamente. No es que Bastian no fuera cariñoso con los que quería, pero nunca lo había visto así, definitivamente era un niño de papá, pensó Devon sonriendo al ver esa faceta infantil que por otra parte resultaba muy divertida.

Pasado el subidón que le había dado ver a su padre, Bastian se relajó y comenzó a charlar con él, hasta Jill hizo acto de presencia para presentarle a Devon.

-Vince, este es Devon, un compañero de equipo de waterpolo y un buen amigo de Bastian, se quedará a dormir esta noche.

-Encantado Devon-saludó Vince estrechando su mano y sonriendo-. Espero que lo pases bien.

-Igualmente-saludó Devon algo incómodo por la sonrisita de Vince, acababa de descubrir de dónde había sacado Bastian esas expresiones inquietantes que tanto le intimidaban a veces, y que en la cara de ese hombre que debía rondar los cincuenta eran mucho más impactantes.

Una hora más tarde todos los invitados habían llegado, Bastian había abierto y agradecido sus regalos, especialmente a Devon, ya que con eso completaba su material para las clases de dibujo. La música estaba sonando, algunos empezaron a bailar otros charlaban, dispersándose en pequeños grupos.

Devon consiguió acaparar a Bastian unos minutos, quería que le aclarase algunas dudas.

-Vaya sorpresa lo de tu padre...

-Sí, se lo tenían bien guardadito. No pensaba verle hasta septiembre.

-¿Sólo vas un mes?

-En verano sí, también voy en navidades y algún que otro puente. Antes iba dos días  a la semana, pero ahora está trabajando fuera-explicó Bastian, dejando claro la buena relación que tenían a pesar del divorcio.

-Qué bueno que se lleven tan bien.

-Sí, la verdad es me mima bastante-sonrió Bastian.

-Pues aprovecha para estar con él...

-Ey-lo cortó Bastian antes de que pudiera terminar la frase-mi padre no es ningún carcamal, de hecho por navidades me regaló una caja de condones y me dio una buena charla.

-Me alegro... pero no creo que sea buena idea hacer nada con tanta gente alrededor...

-No te preocupes, cada vez que viene se queda hablando con mi madre hasta las tantas, incluso a veces salen después de cenar y me dejan durmiendo solo.

-Ya pero es que he notado que... no sé... me ha mirado... y...

-Oh ya sabe que me gustas, se lo conté cuando lo de los condones.

-¿Qué?

-Nada, ya que estábamos hablando de sexo le dije que me gustaba un chico, entonces me preguntó si era gay o bi, y todo eso...

-¿Ya te gustaba desde el año pasado?

-Desde que te vi para ser exactos...

-¿Y por qué sabe que soy yo el que te gustaba?

-Supongo que mi madre le habrá contado...

-¿Jill lo sabe?

-Menos Inti y Ant creo que lo saben todos...

-Bueno, eso que nos ahorramos...

-¿Tus padres lo saben?-indagó Bastian.

-Mi madre fijo y ya le habrá dicho a mi padre, se cachondeó bastante cuando los presenté...

-Cierto... ¿te molesta?

-No, lo que me molesta son las coñas, pero ya los mandé a freír monas...

-Tú siempre tan sutil-rió Bastian.

-Será mejor que volvamos a la fiesta-cortó Devon yendo hacia el interior.

-Sí, un par de horas más y por fin estaremos a solas.

-Si el plan funciona.

-Oh no te preocupes, le pedí ayuda a Les, y parece que tiene neutralizado a Inti.

-¿En serio?

-Sí, es un tanto... extraño.

-¿Extraño? Qué coño, pero si le está mirando el culo a Les... como se vire le parte la...Vaya lo pilló... y le acaba de sonreír...

-A este paso mojan todos y nosotros a dos velas-se quejó Bastian.

-Dejemos ese tema e intentemos divertirnos, por favor.

-Ok.

Después de dos horas  todos se habían disgregado. Ant estaba con Marisa flirteando, podría jurar que Inti hacía lo mismo con Leslie, Dan y Hellen  no se habían separado desde su llegada. Sus padres charlaban y milagrosamente Craig y el resto de los chicos estaban neutralizados con Carrie y Pam. Poco  a poco se fueron despidiendo, y con la ayuda de Leslie los adultos salieron a tomar algo, dejando sólo a Bastian y sus amigos. Que cenaron unas pizzas mientras veían pelis de terror. Carrie y Pam fueron las primeras en irse a la cama, oportunidad que aprovecharon Bastian y Devon para dejar solos a Hellen y Dan.

Eran las once de la noche y por fin estaban a solas, sin nadie más en esa última planta de la casa. Si sus cálculos no fallaban tenían por lo menos hasta las dos de la mañana para aprovechar antes de que regresaran, y aún así les separaban varias habitaciones. Sólo tenían que encargarse de cerrar con llave y dejarse llevar.

Nada más entrar Devon cerró con llave y Bastian fue a buscar el regalo de Keith, le mataba la curiosidad.

-¿Te quedan regalos por abrir?-cuestionó el rubio mientras se iba poniendo más cómodo.

-Sólo el de Keith, Les me advirtió que lo abriera cuando estuviera a solas, aunque después de abrir el de Evan no sé qué puede ser peor...

-Vamos, tampoco está tan mal el juego, tiene su gracia-rió Devon ante la jugarreta de su primo.

-¿Qué tiene de gracioso que dos abuelas impedidas intenten descarrilarse mutuamente?-se enfurruñó Bastian mientras intentaba quitar el maldito lazo y todas las capas de papel celofán.

-Tiene una nota-dijo Devon cambiando de tema, no quería arruinar el ambiente riéndose.

-Oh, debió caerse al quitar el lazo, esto lo envolvieron a conciencia-se quejó Bastian.

-Déjame a mí, tú lee la nota a ver qué dice.

Bastian abrió el sobre negro en el que estaba la nota, sin duda era la perfecta caligrafía de Keith, leyó la nota una vez sin asimilar lo que ponía, volvió a leerla una segunda vez y cuando iba a pasársela a Devon para que corroborara lo que estaba pensando se giró, encontrándose con la expresión más desconcertada que hubiera visto en el semblante del rubio.

-Oh dios ¿eso es lo que creo?-preguntó Bastian sacando una pequeña caja rectangular con la foto de un vibrador.

-Y esto-respondió Devon sacando el bote de lubricante-.Esto no sé lo que es dijo observando el spray.

-Déjame ver-Bastian lo tomó y destapó el spray echándose un poco en la mano-. Apenas huele...

-Oh aquí hay una guía pequeña con los productos, a ver qué dice-comentó Devon mientras la hojeaba-. Spray, éste es... ¿retardante?

-¿Y qué se supone que va a retardar?-preguntó Bastian en tono sarcástico.

-Por lo visto Keith cree que no duraremos un asalto... yo qué sé.

-Vaya, parece que el spray no es lo más raro-dijo Bastian sacando las esposas de caramelo.

-¿Para qué coño sirve eso?-cuestionó Devon al ver el dulce.

-¿Para comer?

-Sabes qué, que le den a Keith, me parece que sólo vamos a necesitar esto-agitó el bote de lubricante luciendo su mejor sonrisa.

-A mí las esposas también me molan-sonrió Bastian mientras daba un pequeño mordisco y se relamía.

-Si tienes hambre puedes degustarme.

-Mmm-fue  la respuesta de Bastian antes de que comenzaran a besarse jugueteando con el caramelo que había quitado de las esposas.

Estaban acelerados y nerviosos, más que la noche anterior, porque llevaban todo el día esperando, pensando en cómo iba a ser esa primera vez y rememorando lo que habían llegado a hacer. Lo del 69 de emergencia o intento fallido de estreno, había surgido de  forma espontánea, pero lo que empezaban a hacer en esos momentos lo habían planeado.

Como toda primera vez las sensaciones se les hacían desconcertantes por la novedad, no se trataba de tocar lugares nuevos o descubrir expresiones que ni ellos mismos conocían, sino de exponerse por completo al otro. Sonaba cursi y manido eso de "entregarse" pero al fin y al cabo era lo que era, hacer y dejarse a hacer, sin restricciones. Además se gustaban, no era algo por experimentar, tampoco se habían jurado amor eterno, pero esa vulnerabilidad estaba latente, era algo más que un intercambio de fluidos entre adolescentes con la hormona alborotada.

Devon tenía los labios enrojecidos y no podía quitar su vista del torso de Bastian mientras lo despojaba de esa camiseta de inquietante mensaje, si su hábitat era el infierno él estaba dispuesto a ayudar a su condena. Le gustaba el tono dorado de la piel de Bastian, que realzaba sus ojos verde oscuro y sus rosáceos labios, que ahora parecían brillar con intensidad. Los del equipo lo llamaban golden boy a sus espaldas, y aunque no le gustaba ese apodo no podía negar que le hacía justicia.

Una vez se deshizo de la camisa Bastian se dedicó a desabrochar los pantalones de Devon, sin dejar de recibir pequeños besos en el cuello  que iban ganado en intensidad cuando comenzó a masajear la entrepierna del rubio, que soltó un jadeo por la sorpresa antes de retomar sus atenciones, intensificándolas con pequeñas mordidas y succiones que se precipitaban a la oreja, haciendo que Bastian se estremeciera y aumentara el ritmo.

Empezaban a sofocarse, a calentarse de verdad. Bastian tumbó a Devon con un suave empujón, terminaron de desvestirse mutuamente sin dejar de mirarse a los ojos, para poco a poco ir guiando esa mirada hacia el resto de la anatomía. Ya se habían visto sin nada de ropa en varias ocasiones totalmente desnudos y cubiertos por pequeñas gotas de agua, para ser exactos, pero esas veces sólo pudieron devorarse con la mirada cortando antes de llegar a mayores. Esta vez era diferente, podían pararse a disfrutar de la vista para seguir con el resto de los sentidos.

Las manos viajaban por cada centímetro de la piel, palpando, acariciando, los labios se buscaban golosos y sedientos, las respiraciones se iban haciendo pesadas y sonoras. Las posiciones cambiaban de rato a rato, en busca de prolongar ese mutuo reconocimiento, uno encima del otro en completa fricción, sintiendo cómo aumentaba la temperatura, como brotaban los primeros jadeos.

Hasta que ya no aguantaron más. Devon se sentó a horcajadas sobre Bastian, balanceando sus caderas cadenciosamente, arrancándole gemidos en toda regla, viendo como se removía inquieto mientras apretaba las sábanas entre sus largos y estilizados dedos. Ver su expresión entre lánguida y arrebatada lo excitaba hasta el punto de pensar en utilizar el jodido spray.

Respiró hondo y buscó el lubricante, tomó el bote entre sus manos sin dejar de mecerse, lo agitó antes de dejar que el espeso líquido fluyera entre sus manos, que frotó con delicadeza hasta notar que el fluido se templaba, no quería sobresaltar a Bastian con algo frío que contrastara demasiado con el ardor de su sudorosa piel.

"Allá voy", susurró con voz ronca y sensual antes de mordisquear el lóbulo de la oreja mientras guiaba su mano hasta el alzado trasero de Bastian. Notar la postura entregada y la dejadez con la que se le ofrecía hacía más difícil que pudiera concentrarse para no precipitar las cosas. Fue colando sus dedos con suavidad, abriéndose paso poco a poco, notando cómo Bastian se tensaba y relajaba a medida que se acostumbraba a esa nueva sensación, algo extraña, de que hurgaran en su interior, que Devon notaba candente.

Cuando percibió el total relax que dejaba adivinar el rítmico movimiento de sus caderas volvió a tomar el bote de lubricante dispuesto a usarlo sobre sí mismo. Pero Bastian se le adelantó, siendo un poco más malo, al echar el líquido frío sobre el inflamado miembro de Devon, que se sobresaltó dando un pequeño respingo. Bastian sonrió malicioso y empezó a masajearlo pausadamente ocupándose de que quedara bien empapado. Pasado el susto inicial Devon agradeció la jugada, con lo caliente que iba, ese toque de atención le había venido bien para "despertarse".

Volvieron a besarse con vehemencia, mientras Bastian abría del todo sus piernas y Devon se posicionaba, una vez colocados rompieron el beso mirándose  a los ojos, el momento había llegado, no había marcha atrás, sus miradas eran mezcla de deseo feroz, nervios, confusión y determinación, un contraste que los estaba llevando al límite de la cordura. Bastian cerró los ojos un momento respirando hondo, al abrirlos le sonrió a Devon asintiendo, dándole a entender que estaba preparado.

Devon fue adentrándose despacio pero firmemente, paró varias veces para que Bastian se fuera adaptando. En esos momentos el moreno se preguntaba si no había sido buena idea haber practicado antes con el vibrador, pero desechó ese pensamiento cuando Devon entró por completo y notó el calor que desprendía y su mirada sofocada de placer, mientras se mordía el labio inferior y trataba de controlar su respiración. Estaba claro que aunque la sensación fuera molesta y dolorosa, esa expresión no tenía precio, lo encendía como nada lo había hecho.

Tardó unos minutos en comenzar a moverse, de forma suave, experimentando el gratificante cúmulo de sensaciones que le ofrecía estar sumergido en las entrañas de Bastian, que poco a poco iba acoplándose a un ritmo que se intensificaba progresivamente. Hasta que de pronto un sonoro gemido se elevó por encima de los jadeos cortos y continuados de Devon, no sabía bien qué demonios había hecho, pero a Bastian le había gustado mucho.

"Ahí, justo ahí, más fuerte" le oyó decir mientras se acomodaba para darle mejor acceso, y esa fue la gota que colmó su contención.

Empezó a hacer embestidas en toda regla, certeras y fuetes, tocando ese lugar que hacía que Bastian perdiera el control y moviera sus caderas en un enloquecido baile, llevándole al delirio, así no iba a aguantar más.

-Si seguimos... ahhh... a... sí yo me...-intentaba explicar Devon.

-Deeee oh dios, de eso se traaa...ta-replicó Bastian intentando hacer uso del poco control que le quedaba.

-¿Yaaa?

-Daleee másss

Y esas fueron sus últimas palabras antes de concentrarse en hacer que el ritmo fuera desenfrenado y llegar al  mejor orgasmo que hubieran tenido en su corta vida. El calor se había hecho insoportable propagándose como una llama que nadase en gasolina, explotando en su interior hasta dejarles temblorosos y exhaustos. Si con el 69 les había costado un poco recuperarse, ahora daban gracias de que al día siguiente pudieran levantarse tarde, porque estaban seguros de que tendrían agujetas.

Tardaron varios minutos en volver a la realidad y dejar de ser dos piltrafas que sólo podían tratar de respirar sin ahogarse. A Devon le supuso un esfuerzo dantesco incorporarse cuidadosamente para salir del interior de Bastian, que se limitó al alzar sus caderas para dejarse caer de nuevo. Después de media hora pudieron dirigirse la palabra.

-Ha sido...-comenzó Bastian.

-Alucinante-completó Devon. Y ambos se echaron a reír-. Deberíamos ducharnos.

-Si quieres dúchate tú, yo no pienso moverme en un día-respondió Bastian resoplando.

-No ha sido para tanto-replicó Devon.

-Cuando cambiemos los roles ya me cuentas si es para tanto o no, te recuerdo que no es a ti a quien le han roto el culo...

-Tu romanticismo es abrumador-se quejó el rubio-. No te quejabas tanto cuando te lo estaba rompiendo.

-Verás Devon, la cosa funciona así, cuando entran uno se queja porque duele y molesta, después deja de molestar y es el jodido nirvana, y cuando sale te quedas KO, como si te hubieran apaleado y estuvieras muerto de cansancio.

-Vale, voy al baño, tú descansa.

Diez minutos después Devon regresaba con una toalla húmeda con la que "adecentó"  a un risueño Bastian.

-Buenas noches y gracias-dijo Bastian antes de acomodarse para dormir.

-No hay de qué, es lo menos que puedo hacer por mi fulana... digo novio-rió Devon al ver cómo Bastian se giraba de nuevo y lo miraba furibundo.

-Eso está mejor, me gusta más dormir así-dijo acomodándose en su pecho después de darle un pequeño beso en los labios y antes de cerrar los ojos sin dejar de sonreír.

Después de su pequeña odisea personal lo habían conseguido, tuvieron una declaración efusiva aunque extraña, y bastantes obstáculos antes de poder consumar. Aún les quedaba mucho por hacer para convertirse en una pareja sólida, pero en esos momentos en los que caían rendidos, muertos del cansancio y más satisfechos que nunca, lo único que importaba era que habían superado todos sus reparos y prejuicios, y el resultado no podría haber sido mejor.

A kilómetros de distancia, en la playa, Bill confirmaba las palabras de su hijo enseñándoles el recibo del sex shop. Había ganado la apuesta que había hecho con Evan y Neil sobre quién haría  al regalo más embarazoso, por lo que al día siguiente cobraría su premio y le acompañarían al circuito termal de uno de los hoteles de Will. Le apetecía hacer uso de esas instalaciones de lujo, a ver qué tal se manejaba el negocio familiar.

Zoe sólo podía parpadear ante el descaro de Keith, Neil negaba con la cabeza mientras observaba a Evan, cuya expresión de cólera prometía jugosas represalias en contra de su mejor amigo, por un momento había osado olvidarse del afán competitivo de Keith, ése que le había acarreado el mote de "don perfecto" y los cargos de capitán en el equipo de waterpolo, y de presidente en el consejo estudiantil. Con el cambio de actitud que estaba teniendo después del accidente Evan creyó que ese punto también habría cambiado... pero nada más lejos de la realidad, sólo necesitaba un buen aliciente para ponerse las pilas y arrasar. Lo que se preguntaban Neil y Zoe, era si Keith recordaba la mala leche que podía llegar a gastarse Evan cuando consideraba que la jugada era excesiva... Bill sólo rezaba para que aquello no desembocara en que los sacasen a patadas del hotel.

 

 

 

 

 

 


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