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Lost memory por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Siento la tardanza,  tengo un esguince y una contusión en el codo ha sido literalmente doloroso escribir...

 

 

 

La llegada al Athenea Palace había sido agotadora, Bill los había dejado solos para que explorasen mientras él trataba algunos asuntos con el director. Tuvieron que recorrer las inmensas instalaciones guiados por un simpático recepcionista llamado Dominic, ellos querían irse a una de las enormes piscinas a refrescarse, y a Dominic no le apetecía hacerle de tata al hijo del jefe, que para su sorpresa era un chico con el que había tenido un rollo, afortunadamente  tenía amnesia, y no tendría que pedirle explicaciones de la mentira sobre su mayoría de edad.

Cuando por fin pudieron irse a las  habitaciones  a descansar Zoe se extrañó de que Keith decidiera seguir explorando, pero lo que menos le gustó fueron las voces que provenían de la habitación contigua, su hermano y Evan estaban discutiendo.

Evan acabó muy cabreado, había tenido su primera bronca oficial con Neil, y el motivo no había sido otro que Keith, Neil se oponía a que se metiera con él para cobrarse la jugada de Keith con el regalo de Bastian. Lo había acusado de inmaduro, infantil, egoísta y sabe dios qué más, sin ni siquiera escuchar sus motivaciones, había cortado su explicación nada más empezar con un "por favor Evan no te justifiques, esa chiquillada no tiene fundamento, madura de una vez". Y eso le había sentado jodidamente mal, sí tenía fundamento, uno muy sólido, recuperar la normalidad en su relación con Keith, no entendía por qué Neil se negaba a comprender que esas chiquilladas eran algo que los unía, otra manera más de divertirse juntos.

Aún así decidió seguir sopesando cómo vengarse de Keith por la jugarreta del cumpleaños, normalmente no pensaba demasiado en sus pequeñas vendettas, su estilo era más bien impulsivo, le gustaba improvisar, poner en apuros a su mejor amigo se le daba de lujo, era un blanco relativamente fácil si se le conocía bien. Pero ahora las cosas habían cambiado radicalmente, Keith ya no era tan cuidadoso con sus modales y el hecho de que no recordase casi nada no era muy alentador, tenía que hilar muy fino para no pasarse ni quedarse corto, porque ése era el problema, Keith estaba esperando su revancha, y si no la llevaba a cabo o lo hacía de manera light por consideración su amigo iba a tomárselo mal, no había perdido el lado orgulloso, y que lo subestimasen o lo trataran con más cuidado del debido era algo que detestaba. Así que tenía que encontrar el punto medio entre no abusar de la desventaja y no quedarse corto por lástima.

Era un asco, pero no podía echarse atrás. Y lo menos que le apetecía en medio de su dilema era tener a Neil detrás echándole la bronca, así que si volvía a la carga iba a dejarle claro que no pensaba dejar que se entrometiera. De momento necesitaba una opinión objetiva con la que contar, así que llamó a Petra.

-Buenos días rubio, ¿qué tal van las vacaciones?-saludó Petra al descolgar.

-Bien... bueno algo liadas, necesito tu ayuda.

-Suena comprometedor...

-No tanto, quiero vengarme de la cagada que hizo Keith en el cumpleaños de Bastian.

-¿Qué hizo? Si ni siquiera asistió...

-¿No lo sabes?

-Pues no, sé algunas cosas interesantes de esa fiesta, pero nada de Keith.

-¿Qué sabes?

-Que a Bastian le costó levantarse al día siguiente...

-Ya... genial, en fin, Keith colaboró.

-¿Perdón?

-Le regaló un kit de sex shop.

En ese momento la risa de Petra comenzó a extenderse a través del hilo telefónico acabando con la poca paciencia que le quedaba a Evan.

-Petra, acabo de pelearme con Neil, espera a reírte cuando cuelgue y presta atención.

-¿Desde cuándo que te pelees con Neil tiene algo de especial?-preguntó Petra con tono socarrón.

-Desde que nos liamos ¿contenta? ¿Podemos seguir?

-Chico, para haberlo conseguido tienes un humor de perros...

-Eso es porque ya discutimos.

-¿Por qué?

-Por quién...

-¿No es un poco pronto para eso?

-Nunca es pronto o tarde si se trata de Keith.

-No me digas que...

-No, nada de celos. Sólo que Neil no quiere que me vengue, según él es inmaduro y bla bla bla...

-Ya... en fin, ¿qué planeas?

-Pues ése es el problema, no sé qué hacer, no quiero pasarme ni quedarme corto, con Keith así la cosa se complica...

-Bueno, creo que Keith es muy fuerte y no le vendrá nada mal que dejen de tratarlo con tanto tacto, el regalo de Bastian ha sido una llamada de socorro, te está pidiendo a gritos que vuelvas a comportarte como siempre, aunque no recuerde cómo eran las cosas puede notarlo en la actitud algo forzada que casi todos mantienen.

-Yo intento ser más "natural" pero me están frenando todo el rato.

-Ya sabes que Neil es muy protector con su hermanito.

-Pues que se meta con Keith y no conmigo, parece que seguimos igual que antes, soy el último en su lista, sólo que ahora follamos, y después el que tiene fama de don Juan soy yo...

-Pues déjaselo claro, ahora que están empezando hay que tratar esos "detalles".

-De momento tengo que buscar la manera de montarle una buena a Keith, después ya hablaré con él.

-Por lo visto él tampoco encabeza tu lista de prioridades...

-Sí la encabeza, lo que pasa es que cuando le conté lo que iba a hacer pidiéndole opinión me contestó de una manera irrespetuosa y bajó algunos puestos, si por lo menos hubiera argumentado sin más...

-Entiendo, suerte, y si puedes grábalo y me lo mandas.

-Cómo no...  saluda a Lu de mi parte y dile a Bastian que espero que no pueda sentarse en una semana.

-Vale, saluda al resto de mi parte.

Evan colgó el teléfono fijando su vista en un llamativo cartel que rezaba en letras negras y rojas BDSM Party, se trataba de una fiesta bondage que se celebraría esa noche en uno de los exclusivos salones del hotel. Debía reconocer que el último hotel que había abierto la familia de Keith era muy interesante. Sonrió ladinamente, siendo amigo del nieto del dueño no debería tener problema en conseguir entradas para la fiesta, seguro que a Keith le hacía ilusión ir, o puede que no... lástima que tuviera que arriesgarse para averiguarlo. De momento iría a la misma tienda donde le compró los regalos a Bastian, si había algo que odiaba Keith era incumplir con la etiqueta requerida para cada ocasión.

Ajeno a todo el revuelo que se había montado a su alrededor, Keith se dedicaba a evadir a su padre para indagar por su cuenta en los negocios familiares, no es que quisiera escurrir el bulto, pero después de que su padre le presentara había notado que le trataban de una forma un tanto incómoda, parecía que en lugar de perder la memoria se hubiera vuelto retrasado. No podría sacar nada en claro si le hablaban como si tuviera doce años. Así que se vistió como uno de esos ejecutivos que iban a ponerle la cornamenta a sus parientas, con una gorra y unas gafas de sol oscuras, y se dedicó a pasearse por las oficinas, quería encontrar a sus adorables primos antes de que se los plantaran delante oficialmente.

Mientras tanto Zoe y Neil intentaban disfrutar del café sin demasiado éxito, no acababa de agradarles el hecho de que sus respectivas parejas estuvieran en otra parte haciendo algo que desconocían. Los notaban algo distantes, Neil estaba  molesto por la actitud de Evan, la consideraba infantil, bastante lío llevaba Keith con tratar con sus primos para que encima lo distrajeran con chiquilladas.

El silencio entre ambos hermanos se estaba haciendo incómodo, cada uno buscaba algún tema con el que salvar la charla. Zoe no quería sacar a relucir su preocupación por la actitud esquiva de Keith, y Neil prefería no ahondar en su trifulca con Evan, lástima que Zoe optara por preguntarle directamente.

-Neil...

-Dime.

-No quiero ponerme pesado, pero... esta mañana oí cómo discutías con Evan.

Neil parpadeó sorprendido, no creía que hubieran alzado tanto la voz, aunque cuando se trataba de Evan su autocontrol solía irse de paseo.

-Vaya, no pesé que fuéramos tan escandalosos, qué vergüenza.

-Tampoco es para tanto, sólo espero que lo arreglen pronto.

-No hay nada que arreglar, fue una simple riña.

-Entonces por qué estás aquí con esa cara de funeral de tercera mientras tomas café con tu hermano.

-Porque Evan es idiota.

-Vemos Neil, estamos en un hotel increíble y acabas de comenzar una relación con el chico que te gusta desde hace años, tendrías que estar encantado.

-Lo mismo digo-contraatacó Neil.

-No es lo mismo, ni yo ni Keith nos gustábamos desde hace tanto, de hecho prácticamente ni hablábamos, además tu pareja no es el hijo de uno de los jefazos de la cadena hotelera, y sobre todo  no desapareció diciéndote que iba a dar una vuelta para no volver en toda la tarde.

-Así que Keith se dio a la fuga.

-Exacto, y sin invitarme.

-Tal vez esté con Evan.

-Me da igual, ya me contará cuando vuelva. Ahora cuéntame por qué Evan es un idiota.

-No lo sé, puede que de pequeño se cayera de...

-Hablo en serio Neil.

-Está bien-suspiró Neil dándose por vencido, su hermanito podía ponerse muy cabezota cuando se lo proponía.- Evan me pidió ayuda para jugársela a Keith, quería vengarse por lo del regalo que le hizo a Bastian.

-Y...

-¿Cómo que "y"?

-No suena muy problemático...

-Keith no necesita que le anden tomando el pelo ahora, van a presentarle a sus primos y es la comidilla de los empleados.

-No es para tanto, además Evan nunca le haría algo que lo fastidiase de verdad.

-De eso se trata, no estaba seguro de qué hacer, normalmente ni se lo plantearía, pero ahora lo tiene más difícil y quería mi opinión.

-¿Se la diste?

-Le dije que dejara de comportarse como un niñato.

-Genial...

-¿Qué?

-¿Por qué hiciste eso?

-Porque es lo que pienso.

-Eres un bestia y un exagerado.

-Perdona, pero no soy yo el que va por ahí pidiendo ayuda para fastidiar. Y si estamos en un hotel estupendo ya podría pensar en otras cosas...

-Hay tiempo para todo, seguro que también ha pensado en otro tipo de planes más románticos, pero se le habrán quitado las ganas cuando lo trataste así.

-¿Y que debería haber hecho? Decirle: "claro cariño, vayamos a por unos sprays de colores y pintémosle el pelo cuando duerma".

-Eso no sería una buena opción, y tú no te estás poniendo en tu lugar.

-¿A qué te refieres?-preguntó Neil enfurruñado, eso de no saber cuál era su lugar no le acababa de gustar.

-A que ahora Evan es tu pareja, no uno de los mejores amigos de tu mejor amigo.

-Pero Keith sigue siendo mi mejor amigo y no pienso dejar que le anden incordiando en un momento así.

-Y después te quejas de que Evan piense antes en molestar a Keith que en estar contigo, aunque eso no sea cierto, porque Evan quería molestar a Keith junto a ti, ¿me sigues?

-Me he perdido un poco, la verdad.

-Evan quería hacerte partícipe de sus planes, y tú en lugar de intentar comprenderlos te has dedicado a censurarlos, defendiendo a Keith, madre de dios Keith no necesita que lo defiendan es como el lobo del cuento, más bien necesita que lo frenen.

-Hablas de tu novio como si fuera el maligno...

-No entraré en detalles Neil, pero tu mejor amigo es una bestia parda, y Evan lo sabe muy bien. Lo que necesita Keith ahora es relajarse un poco, todo eso de la familia Bentley lo tiene alerta y le vendrá bien hacer el ganso con sus amigos para aflojar.

-Genial, así que he vuelto a cagarla...

-A ver Neil, si yo y Keith discutimos ¿de qué lado te pondrías?

-Si Keith te hace daño alguna vez lo despellejaré con mis propias manos, tú serías incapaz de hacerle nada malo.

-Entonces reconoces que no es ningún angelito indefenso.

-Sí.

-Pues cambia el chip de una vez, Evan es ahora tu prioridad, tienes que confiar en él y apoyarlo aunque a veces se equivoque, y cuando la cague díselo de buena manera, deja de hacerle esos desplantes.

-Tengo que tomármelo con calma, aún me sigo poniendo nervioso cuando se trata de Keith, no quiero que nuestra amistad se resienta,  la suya tampoco.

-Nadie quiere, pero ahora la cosa es algo más complicada, ahora tú sales con el mejor amigo de Keith y él es algo así como tu cuñado, son unas variaciones bastante notorias.

-Tienes razón, además Keith se metió de lleno en lo de Devon que es como un hermano pequeño para Evan, si te llega a hacer eso a ti yo también me hubiera ocupado de hacérselo pagar.

-Ésa es la actitud, ahora ve a suplicarle perdón a Evan y ayúdale a ejecutar la venganza.

-¿Y tú qué harás?

-Yo buscaré a Keith y os lo vigilaré, tengo que aprender a lidiar con el lobo-afirmó Zoe mientras se levantaba para iniciar su búsqueda.

Antes de llamar a Evan, Neil dio un pequeño paseo, necesitaba pensar en lo que acababa de hablar con su hermano. Les estaba costando más de lo que creía adaptarse a los cambios, tenía que tomar conciencia de lo que significaba estar con Evan, dejarlo que se acercara sin ponerle obstáculos a cada paso que avanzaba, si había decidido lazase a la piscina,  tenía que hacerlo de cabeza, sin flotadores. Una de las cosas que más le gustaban de Evan era su capacidad de arriesgarlo todo, no podía quedarse atrás, porque de seguir con esa actitud el culpable de que acabasen fracasando sería él.

Tomó el móvil y marcó el número que sabía de memoria, suspiró al escuchar su voz.

-¿Si?-dijo Evan al descolgar.

-Me gustaría que habláramos-pidió Neil en tono calmado.

-Ahora no puedo, estoy ocupado. Hablamos mañana-respondió Evan neutral.

-Es importante, por favor-insistió Neil.

-Lo siento, pero no voy a posponer lo que estoy haciendo, y tardaré bastante en acabar.

-¿Te molesta que vaya  donde estás y hablemos?

-No creo que apruebes lo que hago.

-Vaya, si que te has dado prisa.

-Ya sabes que soy algo inquieto.

-No importa, prometo ayudarte si me escuchas.

-¿Ayudarme?

-Sí.

-¿Sin sermonearme ni poner pegas?

-Exacto.

-Vale, te espero en el sex shop donde estuvimos con Keith.

-¡Ahí!-exclamó Neil disgustado.-Está bien, intentaré llegar lo antes posible.

-Estupendo, tráete un pantalón de Keith, necesito saber sus medidas exactas.

-Vale...

-Gracias, hasta después-se despidió Evan.

Neil suspiró mientras tomaba el ascensor para ir a la habitación de Keith, no sabía qué era lo que tendría que hacer, pero estaba seguro de que sería lo más extraño que hubiese hecho en su corta vida.

Mientras tanto Keith había averiguado algunos interesantes detalles sobre sus famosos primos. No se caían bien y mantenían las distancias con él desde el divorcio de sus padres. Había encontrado a un chaval que trabajaba como chico de los recados a media jornada, se llamaba John y por lo visto se conocían de las vacaciones, Keith le daba buenas propinas por mantenerle informado, y lo mismo había hecho ahora. Gracias al chico se había enterado de que Nate y Willy habían acabado económicas con honores y ahora estaba haciendo un master en dirección de empresas, eran dos estudiantes brillantes. Como personas según John no estaban mal, eran educados y trataban al personal con respeto. Entre ellos se llevaban bien, no había rivalidad y se apoyaban entre sí. No tenían novia oficial ni fama de ligones, eran muy discretos con esos temas. Según John no es que se llevaran mal con Keith, simplemente se evitaban, su abuelo tenía predilección por Keith y ellos no querían interferir, de hecho preferían alejarse del núcleo familiar, ni amigos ni enemigos.

A Keith no le gustaba esa actitud, tendría que cambiarla ahora que podía, después de todo en su estado no podían negarse a dedicarle tiempo. Tenía que obtener información objetiva sobre su situación familiar, no podía contar con sus padres para eso, y estaba seguro de que sería mejor para todos, un acercamiento amistoso, tenía que dejar de ser el objetivo del abuelo Will, y para eso había que cubrirse bien.

Zoe estaba firmemente convencido de que la naturaleza de Keith era maquiavélica, mientras su padre intentaba crear un ambiente acogedor y sus amigos planeaban jugársela, él estaba sacando información por su cuenta, empezando por un chico que poco sospechaba del alcance de su conversación. Hasta podría jurar que había preparado las cosas para tenerlos ocupados y poder ir a sus anchas sin compañía. De momento prefería no entrometerse, se iría a hacer frente común con Evan y su hermano, le apetecía colaborar en la pequeña venganza, y por lo visto a Keith le haría ilusión.

Cuando Neil se bajó del taxi y vio la sonrisa que Evan le dedicaba tuvo la tentación de volver al coche y marcharse por donde mismo había venido. Inspiró con fuerza y fue a su encuentro.

-Qué rápido llegaste-saludó Evan.

-Había poco tráfico, ¿tomamos algo?

-Mejor vamos a la tienda y me vas contando, no tenemos mucho tiempo.

Antes de que Neil pudiera objetar nada su móvil comenzó a sonar, cuando vio en la pantalla una foto de Zoe descolgó.

-¿Ha pasado algo?

-Me gustaría ayudar con el plan de Evan.

-¿Por qué?-exclamó Neil.

-Porque Keith se lo merece, ¿dónde quedamos?

-Espera un momento-dijo Neil apartando el móvil para hablar con Evan.- Es mi hermano, dice que quiere ayudar.

-Qué ricura, pásamelo.

A regañadientes Neil le dio el teléfono, esa sonrisa le estaba desquiciando.

-Hola Zoe, me alegra que te hayas unido.

-Espero no arrepentirme-suspiró Zoe ante el entusiasmo de Evan.

-Por supuesto que no, hazme un favor, encargué algunas invitaciones para una fiesta privada, ya deben haberlas dejado en recepción, ve a buscarlas, están a mi nombre. Después confirma la reserva en el spa, de diez a once para cuatro, la sala privada.

-Vale, ¿algo más?

-Si Keith acaba su investigación entretenle.

-Me lo llevaré a dar una vuelta.

-Zoe no me hagas ser vulgar, me refiero a que lo entretengas dentro de la habitación...

-¿Por qué de esa manera tan concreta?

-No te ofendas peque, pero si no lo neutralizas del todo se va a enterar.

-Eso me lo vas a tener que explicar, ya no sé quién de los dos es peor, si tú o Keith-protestó Zoe.

-Bueno, nos criamos juntos, digamos que conocemos bien lo que podemos llegar a hacer.

-Pero ahora se supone que Keith está en desventaja.

-Eso él lo sabe mejor que nadie y se esfuerza mucho por compensarlo, está más alerta de lo habitual, pero tiene muchas cosas que hacer, así que aprovechemos la ocasión. Tómalo como una buena forma de empezar a conocerlo más a fondo.

-Y todavía se preguntan por qué rehuíamos-dijo Zoe antes de colgar dejando a Evan con esa sonrisita que tanto le gustaba a Neil.

-En serio, será mejor que quites esa maldita sonrisa ya-bufó Neil.

-Vamos, tenemos cosas que elegir-respondió Evan sin dejar de sonreír.

Antes de que pudieran hablar de lo que Neil quería Evan le hizo darle los pantalones de Keith para buscar unos de látex que le sirvieran. Luego eligieron una camiseta de rejilla larga que dejaba poco a la imaginación. Finalmente Evan dudaba entre llevarle un collar de pinchos con brazaletes a juego.

-¿No crees que es suficiente con el conjunto de ropa?

-Pues no, pero no puedo obligarle a ponerse los complementos-respondió Evan pensativo.

-¿Y la ropa sí?

-Claro.

-¿Me lo explicas?

-Reservé una de las salas del spa, mientras estamos en el agua y Zoe entretiene a Keith, yo saldré para sustituir su ropa por ésta, cuando nos marchemos ocuparemos a los empleados, hasta que a Keith no le quede de otra que salir de esa guisa. Cuando encuentre las señas de la sala de fiestas en un bolsillo irá de cabeza a la exclusiva fiesta.

-¿Quieres vestir a Keith de dominatrix y dejarlo solo en una fiesta sado?

-Solo no, hay que hacerle fotos.

-¿Quieres que vayamos todos?

-Yo iré, si alguien más se apunta...

-¿Hay que ir vestidos así?

-Con ir ajustado y de negro basta.

-Menos mal-suspiró aliviado Neil.

-¿Eso significa que vendrás?

-Significa que me he replanteado algunas cosas y tengo que aprender a dejarme llevar más...

-Eso me parece una estupenda idea-dijo Evan mostrando una sonrisa cálida y encantadora.

-Esa sonrisa me gusta mucho más que la otra.

-Pues sólo tienes que cambiar de actitud para verla-afirmó Evan mientras le guiñaba el ojo.- Lástima que no haya tiempo para una reconciliación en condiciones.

-No puedo creer que vayamos a hacer eso...

-Relájate, ya verás como al final te diviertes y todo.

-Claro...

Llegaron justos para cenar. Keith estaba algo ausente pensando en sus primos, iba a comentárselo a los demás cuando su padre apareció con ellos. Nate y Willy iban a acompañarles en la cena. Las presentaciones fueron algo forzadas, todos se escrutaban esperando captar la más mínima reacción. Bill tenía ganas de golpearlos para que se comportaran con naturalidad.

-Bueno chicos ¿qué tal os va con las prácticas?-les peguntó Bill intentando aligerar la tensión.

-Bien-respondió Nate escuetamente.

-¿Les queda tiempo libre para divertirse?-preguntó Evan con la sonrisa siniestra adornando sus labios.

-Poco, la verdad-respondió Willy correspondiendo tan amable sonrisa.

-Es una pena, el hotel es una maravilla y hay muchas zonas para disfrutar-apuntó Zoe apenado.

-Ya tendremos tiempo cuando acabemos-acotó Nate.

-Una de las cosas que aprendí con el accidente es que es mejor aprovechar el tiempo día a día, nunca se sabe si tendrás un mañana-sentenció Keith solemne, con una mirada desafiante que dejaba claro que no iba a consentir que se metieran con sus amigos.

-Tienes razón-respondió Willy-deberíamos disfrutar más del verano.

-Ésa es la actitud-sonrió Keith a modo de felicitación.-¿Qué os parece si mañana quedamos para ir al muelle?

-Tendrá que ser por la tarde, casi para cenar-dijo Nate.

-Estupendo, podemos dar una vuelta y cenar allí, así me ponen al día con la familia-sonrió Keith.

-Muy bien, estaremos en el hall sobre las siete-dijo Willy animado.

-Me temo que no podré  acompañarlos, tengo una cena con el director y Thomas-informó Bill.

-¿Quién es Thomas?-preguntó Keith.

-Es mi padre-respondió Willy.

-Oh no recuerdo haberlo visto en casa de Will.

-No estaba, pero te enseñamos fotos-explicó Bill.

-¿Entonces lo podré ver mañana?-dudó Keith.

-Sí, quedamos para almorzar, está deseando verte-sonrió Bill.- Es tu padrino.

-Qué bien, tendré un día de lo más familiar.

El resto de la cena transcurrió entre conversaciones triviales sobre el hotel y la zona turística en la que se encontraban. Hablaron de los restaurantes a los que podrían ir, decidiéndose finalmente por uno a pie de playa cuya especialidad era el marisco.

Se despidieron a las diez, los chicos se fueron al spa, mientras el resto decía retirarse a sus habitaciones a descansar, ya que les esperaba un duro día de trabajo a la mañana siguiente.

 

Keith estaba encantado, disfrutando del agua caliente y los mimos de Zoe, apenas se dio cuenta de que Evan y Neil se habían marchado. Cuando estaban en las duchas Zoe salió antes, le dijo que iba a por un café para despejarse, porque el agua salada a 36º le había dejado algo atontado.

Sólo comprendió la situación cuando abrió la taquilla y se encontró con esa vestimenta tan... exultante, acompañada de una invitación a una fiesta temática. Viendo que no tenía más opciones, ya que nadie respondió a sus llamadas, se puso los ajustados pantalones, y la holgada camiseta, al mirarse en el espejo le entraron ganas de reír, sólo le faltaba un látigo para completar el look de amo el leather. Por un momento imaginó las caras de sus primos si le vieran así y se descojonó.

Evan intentaba no reírse, no quería que le descubriera espiando, mientras Neil y Zoe estaban cada vez más confusos, estaba claro que no conocían casi nada a Keith, habían estado muy deslumbrados con don perfecto para hurgar más allá.

-Venga vamos, tenemos que llegar antes-les riño Evan entre risas.

Llevaban vaqueros y camisetas de algodón ajustadas, las de Neil y Zoe eran negras y lisas, la de Evan tenía el dibujo de unas esposas en plateado. Al entrar a la fiesta se encontraron con un variopinto panorama, todo tipo de accesorios de látex y cuero y máscaras, que entregaban en la entrada, las había que cubrían todo el rostro, otras sólo parcialmente, hasta antifaces que se limitaban a tapar los ojos.

Zoe y Neil optaron por elegir máscaras de las mayores, Evan se decantó por un antifaz, no sabía por qué se preocupaban tanto si allí no los conocía nadie y si así fuera el que los viese también estaba allí, así que poco importaba.

Como suponía Keith optó por una máscara a medio rostro, siempre tan comedido. Lo pasó bien viendo como su amigo tenía que dedicarse a esquivar caballerosamente las proposiciones de los que se le iban insinuando, le resultaba curioso que todos fueran del grupo de los sumisos, estaba claro que Keith desprendía un aire dominante inconfundible.

Por su parte Keith sonreía al recordar el sueño que había tenido con Zoe, si se lo encontraba con unas orejas de gatito fliparía de lo lindo. De momento sólo recibía invitaciones a ejercer top, no era consciente de parecer tan mandón, tenía que aprender a disimular un poco más o sus primos huirían sin miramientos, pensó divertido.

Evan había sacado su móvil para tomarle unas cuantas fotos a Keith, tenía que disimular puesto que no estaba permitido tomar fotos allí dentro. Tan ensimismado estaba que no se dio cuenta de que se le acercaba un atractivo chico que le susurró algunas propuestas obscenas mientras palpaba sus abdominales. Ni siquiera tuvo oportunidad de rechazarlo por sus propios medios, Neil se adelantó azotándole con una fusta.

-Rubita mala-bramó furibundo-. Te tengo dicho que no te alejes de tu amo.

-Lo siento, me distraje.

-Ya lo creo-dijo el desconocido.-Tú rubita-enfatizó-estaba fichando al chico de la máscara púrpura.

-Voy a tener que castigarla entonces-respondió Neil fulminando al chico con la mirada.

-Mataría por ver eso, pero acaba de entrar la víctima que esperaba y no puedo descuidarla, diviértanse mucho-rió el desconocido antes de irse.

Neil se quedó pensativo, esa mirada esmeralda y ese tono descarado le sonaban de algo.

-Joder no te puedo dejar solo-protestó.

-Fue muy sigiloso.

-El caso es que me resulta familiar.

-¿Un tipo con una máscara vestido de cuero?

-Un chico de ojos verdes, voz rasgada y actitud descarada.

-Ahora que lo dices...

-Vayamos a ver a quién esperaba.

-¿Y Zoe?

-Vigilando a Keith.

-Ok, dile que lo grabe.

-¿No es suficiente con las fotos?

-No quiero perderme nada.

-Vale.

Keith había visto la escena de Evan y el enmascarado, decidió seguirlos, no sabía de qué iba la broma pero le intrigaba.

Persiguiéndolo llegaron a unos jardines donde fueron testigos de cómo se acercaba a un chico alto y rubio que llevaba un antifaz azul. Ondeó un látigo que el rubio frenó jalándolo hasta apegarlo a él. El enmascarado lo despojó del antifaz y un sorpresivo "¡Ohh!" escapó de los labios de Keith y Evan, mientras a Zoe le temblaba el pulso. No  esperaban encontrárselo precisamente a él en esa situación... la jugada había acabado por sorprenderles a todos de la forma más inesperada.

 

 

 

 

 


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