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¿A Tí Qué Te Pasa? por AthenaExclamation67

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¿A Ti Qué Te Pasa?

By AthenaExclamation67

 

 

Todo se había terminado, ya no había que luchar más, las batallas, salvar a la boluda de Athena que a cada rato se andaba metiendo en líos, en fin, todo había terminado.

Los chicos vivían cada uno por su lado, el estudioso Shiryu en los Picos de Rozan, con Shunrei y el Maestro.

Hyoga había vuelto a Siberia a ver a su madre que yacía dormida bajo el hielo, e Ikki y Shun vivían con Saori en la Mansión Kiddo pues ella se lo había pedido, nunca venia mal un poco de protección, más valía prevenir con Saori se daba uno la vuelta y ¡Zas! Ahí teníamos un lío.

Seiya  por su parte estaba ayudando a Miho en el orfanato a cuidar a los niños. Tan bromista como siempre. El Pegaso siempre era alegre y divertido, gastaba bromas a todos y cada uno de sus amigos aunque no siempre les gustara.

Un día que se fue de visita hasta la mansión dejó encerrado a Ikki y a Tatsumi por dos horas en el baño con la calefacción encendida al máximo. Cuando Shun los encontró  los dos parecían unos pollos mojados bañados en sudor con todas sus ropas mojadas, Ikki quiso vengarse aunque Shun nunca le dejó.

Otra vez cuando todos estaban tranquilamente cenando, se las arregló para meterse bajo la mesa y les ató los cordones a todos a las patas de las sillas y a los manteles, cuando se levantaron el cuadro era espectacular, se formó un desastre horrible, Hyoga cayó tirado encima del pobre Shiryu, Saori se cayó sobre la sopera que era cara y se rompió, lasa copas volaron por los aires y se partieron en mil pedazos, Ikki no se bajó los dientes de milagro, y no se los bajó a él por que no pudo atraparlo que si no, no hubiera sido lo único que le hubiera pasado. Shun sorprendentemente no sufrió ningún daño.

En fin, que todo seguía igual, pero sin batallas. Ya hacía un año que los muchachos no se veían, a excepción de los tres que vivían cerca, el resto mantenía el contacto por teléfono pero no se habían vuelto a ver.

Saori quiso dar una gran fiesta, lo preparo todo, llamó a los chicos, incluso a los santos dorados, al catering, los adornos, la música y toda la diversión que se le pudiera ocurrir para que la fiesta fuera sonada, por todo lo grande y sin falta de detalles.

Todos confirmaron su asistencia, nadie iba a faltar. La fecha sería el 15 de octubre un domingo en otoño, no hace mucho frió y tampoco calor el tiempo perfecto, y por supuesto se celebraría al atardecer en la mansión, cenarían y como hay habitaciones de sobras todos dormirían allí y al día siguiente se podrían ir tranquilamente a sus casas.

Seiya  llamó unos días antes a Saori para interesarse si era necesario ir de etiqueta por si la ocasión que celebraban era especial, por el reencuentro y demás, esta le dijo que no era necesario, que era una celebración informal y que podía ir vestido como quisiera, que no se apareciera disfrazado, pero que tampoco era necesario que fuera de etiqueta.

El ingenioso Pegaso no tuvo otra cosa que hacer que planear otra de sus tretas.

 

Por fin el esperado día llegó, todos habían llegado a la fiesta, y estaban celebrando, estaban Hyoga e Ikki, Shun que hablaba con Saori y todos los Santos Dorados.

 Aioria preguntó en un momento que donde se encontraba Seiya que era un poco raro que viviendo tan cerca fuera el último en llegar, Ikki refunfuñó...

-          No os preocupéis, de todas formas, en cuanto llegue va a empezar a fastidiar.

Todos asintieron, en realidad sabían que el Fénix tenía razón, por más encantador que fuera Pegasito a veces era un poco rompe huevos.

Shun como siempre con su calma, trató de quitar hierro al asunto...

-          No se preocupen chicos, todavía es temprano y ya no puede tardar, además, ayer hablé con él y estaba entusiasmado con la fiesta.

-          Y tú que tanto hablas con el burro ese, harto deberías estar de sus bromas hermanito.

-          Bueno, bueno... - Dijo Shiryu.

-          Ya no se peleen ahora, ya vendrá y nos dirá que le ha pasado.

La fiesta seguía tranquila, todos charlaban animadamente, Camus besaba y achuchaba a Milo por los rincones como si jugaran al escondite, no tenían por que ocultarse, todos sabían que son pareja pero el morbo les podía. 

Shaka y Mü usaban la telequinesia para entretener a todos y lo pasaban muy bien todo el mundo reía alegremente, pero un momento... ¿Todos?

No todos, Shun estaba intranquilo, algo le faltaba, miraba por la ventana, estaba preocupado, en realidad no era algo, si no alguien, el Pegasito  el que le tenia angustiado.

-          ¿Por que no habrá llegado? - Se preguntaba.

Hyoga trato de calmarlo sin éxito.

De pronto todo quedó a oscuras, se oyó un grito de mujer (Saori, quién más, obvio era la única boluda) y todos trataron de mantener la calma.

-          Miren chicos parece que se ve una luz al otro lado de la puerta - Dijo Saori.

Todos corrieron a ver que había detrás.

-          ¡¡¡SORPRESA!!!!

 

PPPPTTTSSSFFFFFFSSSSSSSSSSSSSSSSS...

 

Volvió la luz

-          ¡Pero esto que carajo es! - Dijo alguien.

Ikki empezaba a echar chispas de fuego.

-          ¡¡¡SEIYA!!! - Gritaron todos.

Todos a excepción de Shun habían quedado empapados en agua con la manguera del patio.

Shun con la cara muy seria se dirigió hacia el muchacho.

-          ¡PERO A TI QUE TE PASA!... ¡A CASO ERES UN ENFERMO! - le gritó.

Lo siguiente que se oyó fue una bofetada y un portazo, la bofetada para Seiya y la puerta del cuarto de Shun cuando el muchacho entro en este muy enfadado.

Los chicos, los dorados, Saori, todos miraban a Seiya muy enfadados, él se frotaba la cara, le ardía la mejilla a causa de la bofetada, pero, otro sentimiento se hacia presa de su cuerpo, la congoja, nunca había visto a Shun así, le había hecho enfadar y mucho, eso no era lo que el quería, por eso a él no le había mojado, el no lo quería lastimar, quizás se había pasado.

Seiya salió corriendo escaleras arriba ante la atenta mirada de todos, no podía dejar que Shun estuviera enfadado con él.

-          ¡SHUN! ¡SHUN!... ¡ABRE! DEJAME HABLARTE ¡PORFAVOR SHUN! - Rogaba.

Shun abrió la puerta, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

-          ¡Que quieres Seiya! - recriminó - Eres un enfermo - No sabes comportarte como las personas, tienes que estar llamando la atención de todos y no sabes hacerlo de otra forma.

Todos escuchaban la conversación atónitos.

-          Este... yo... Shun, lo siento, me he pasado, bajaré y me disculparé - Yo... es que...

-          ¡Tú que! - exigió - Seiya... ¿a ti que demonios te pasa?

-          Yo... Yo...

Shun explotó.

-          ¡QUE! DIABLOS ¡QUE!

Seiya no se calló más.

 

-          Sí, trato de llamar la atención ¡vale! ¿Pero es que no te das cuenta? ¡La tuya Shun, solo la TUYA! - decía - Nunca te hago nada a ti ¡que no lo ves! Yo solo quiero que tú me veas Shun.

Todos estaban boquiabiertos mirando desde el pie de la escalera. ¡¡SEIYA SE ESTABA DECLARANDO!! Dios, había hecho todo eso por llamar la atención de Shun.

Shun que estaba medio pasmado reaccionó.

 

-          ¡¡PLAFF!! - se oyó la mano de Shun impactando contra el rostro de Seiya.

-          ¡¡TODAVIA TIENES LA CARA DE BURLARTE DE MI!! ¿Que pasa que te diste cuenta que tú me gustas y te vienes a reír de mí?

Shun gritaba y lloraba, de la ira tenia por dentro.

Ikki empezaba a subir la escalera para ayudar a su hermanito cuando justo a tiempo, Camus y Milo lo agarraron por las patas y lo hicieron caer al suelo.

-          ¡Quieres dejar que arreglen esto ellos!

-          Si se tienen que matar que lo hagan - Le dijeron.

La "guerra" de arriba la seguían de cerca y parecía que tenía para un rato más.

-          Shun, por favor - se oía - No digas eso, es verdad que tu me gustas desde hace tiempo, y por eso trate de llamar tu atención así, vale no fue la mejor manera. Lo siento.

Nadie creía lo que estaba oyendo, por primera vez el Pegaso hablaba muy serio.

Shun volvió a alzar la mano para golpear  a Seiya pero esta vez la atrapó y la llevó hasta su corazón, el joven caballero de Andrómeda abrió sus ojos de par en par cuando sintió lo fuerte que latía el corazón de Seiya y sin poder evitarlo las lagrimas empezaron a brotar de sus hermosos ojos esmeralda.

-          Shun, no llores más, por favor, yo no podría mentirte nunca, menos a ti. Te amo Shun.

Sin mediar más palabra, empujó a Shun al interior de su cuarto y antes de que se viera como terminaba de cerrarse la puerta todos pudieron ver como Seiya y Shun se besaban.

-          Bueno... Se terminó la función. Vamos, todos a dormir - dijo Camus divertido.

Al fin y al cabo ya no serían la única pareja del santuario, aunque alguna más se podía ver que podía aparecer.

Todos se fueron a dormir, Milo, tomo del brazo a Camus y le susurró...

-          Eres tan lindo cuando quieres, ahora te ayudaré a cambiarte y secarte que estas muy mojado, no te vayas a resfriar, aunque para mi es un gusto cuidarte.

Estaba claro que aquellos dos no iban a dormir mucho esa noche.

Mientras, en otra parte de la mansión.

 

Seiya no había separado sus labios de los de Shun, pero ese beso no era lo que él algún día había soñado, no era correspondido, había lastimado  a Shun demasiado, se había pasado. Seiya se apartó. La cara de Shun era un cuadro.

-          Perdona Shun, yo no debí, como siempre sigo metiendo la pata. Solo quiero que sepas que mis sentimientos son reales y nada más, no te mentiría jamás.

Seiya ya se iba cuando Shun reaccionó y lo abrazó por la espalda.

-          Eres un tonto... ¿Por que no puedes decir las cosas como la gente normal y listo?

El tono de voz de esta vez era muy diferente, dulce, tierno...

Shun tenia a Seiya totalmente prisionero contra la pared, dejó de abrazarlo un momento para poder acariciarle la espalda y en ese mismo momento le sacó la camiseta ajustada que el Pegasito siempre suele llevar y que le queda tan bien.

Le tocó de forma muy sensual, con la punta de sus dedos, y le beso en el cuello y toda la espalda...

-          Shun, me estas volviendo loco...

-          Sshhh... Le susurro a el oído dejando que se girara.

Puso un dedo en sus labios, Pegaso flotaba, Shun le beso, Seiya cerró sus ojos se dejó llevar, sintió que volaba, ese beso si era como el que él a veces soñaba, sentía como sus lenguas luchaban por explorar sus bocas, le sacó la camisa a Shun y empezó a acariciar su piel fina, la piel del Caballero de Andrómeda era como la de un bebé, era perfecto, bello como los ángeles, aunque el Pegaso no se quedaba atrás con esos preciosos ojos castaños y su bella piel bronceada.

 

Seiya cambio la posición con Shun y lo puso contra la pared, paso la mano por el botón de su pantalón y el bóxer quedo al descubierto, ambos estaban muy excitados, Pegaso bajo besando el torso desnudo de Andrómeda hasta llegar al pantalón, hábilmente se deshizo de él y también del bóxer dejando a Shun completamente desnudo, Seiya se relamía, miraba con lujuria el pene de Shun, lo deseaba, y no tardo en hacerlo suyo, sin pedir permiso ya que, ejem..., no lo vio necesario dada la situación y que los jadeos de Shun hubieran despertado a los muertos, introdujo el ya durito pene de Shun en su boca, lo lamía, lo mordía y Shun se retorcía de placer, el vaivén de la boca de Seiya era espectacular, se le daba tan bien como las batallas, pensaba ¡Que rayos! ¡Mil veces mejor!

Seiya no paraba de morderle el pene a Shun, entraba y salía de su boca, Shun sentía que se iba a desmayar en un momento, Seiya vio que las piernas de Shun flaqueaban, lo dejo que cayera sobre sus rodillas y posteriormente sobre él, como lo excito, sentir al bebé sobre él, cosa que notó, Shun sintió la presencia de la excitación de Seiya sobre si mismo y quiso proceder, pero el Pegaso quiso terminar con lo que había empezado y no lo dejo hacer, ejerció más fuerza y le dio la vuelta poniéndose sobre él y volvió a capturar el pene de Shun con su boca, Shun tenia las piernas abiertas, ligeramente arqueadas, Seiya se humedeció un dedo y lo introdujo lentamente en el cuerpo de Shun, el chico se estremeció, nunca había experimentado aquello, le dolía pero lo estaba disfrutando, estaba llegando a un punto en el que veía inútil el poder contenerse, y no pudo aguantarse más...

-          Seiya, Seiya que voy a...

-          Si eso es lo que quiero, no te contengas.

Eso todavía excito más a Shun, eso y que Seiya aumento más el ritmo de mordisquitos y añadió otro dedo mas al interior del cuerpo del Caballero de Andrómeda que irremediablemente se corrió dentro de la boca de Pegaso.

Shun quedó exhausto, Seiya le besó en los labios y espero a que el chico pudiera recuperar el aliento, el caballito con alas lo había dejado agotado, pero él quería más guerra, el pantalón de Seiya mostraba un problemita que se debía solucionar.

Al fondo se oyó...

-          A VER SI PARAN CON TANTO RUIDO. ¡DEGENERADOS!

-          CALLATE, IKKI! Deja a los chicos tranquilos.

Las risas y carcajadas salían de todos los cuartos, pobrecito Ikki.

Shun se recupero rapidito y enseguida se puso a ayudar a Pegasito, le bajó el pantalón, más bien se lo arrancó como antes le habían hecho a él con suavidad (todos conocemos a Shun, nada de violencia) y empezó a masturbar a su caballito, sus manos se movían con extrema suavidad, delicadeza, era un deleite, pero Shun no se encontraba cómodo en el suelo, era duro y estaba un poquito frío, se puso en pie y tomo a Seiya de su firme pene, sin dejar de masturbarle y dándole besitos lo llevo hasta la cama y lo dejo sentado al pie de esta, el pene quedo erguido y duro bien a la vista, Shun se puso de rodillas y lo metió entero en su boca, hasta la campanilla, Seiya suspiraba de pasión, gemía del gusto, ya no podía más, tenía que poseer a Andrómeda, tomo a Shun por los brazos y lo besó...

-          Tengo que poseerte, hacerte mío Shun... - Le dijo en un susurro mientras besaba su cuello.

Shun le miro y le volvió a besar como consintiendo el siguiente acto que iba a pasar.

Seiya lo agarro con sus fuertes brazos y lo alzo suavemente colocándolo de lado en la cama, se puso detrás de el y empezó a besarle la espalda, a mimarle, a acariciarle las nalgas, se las besaba, con su lengua humedeció su entrada e hizo incursión de nuevo en el con dos de sus dedos.

Shun volvió a estremecerse, con menos dolor esta vez, giro su cabeza hacia Seiya y se besaron.

Pegaso noto que Andrómeda estaba mas relajado y retiro los dedos de su interior...

-          ¿Puedo, amor? - Esta vez si preguntó

Shun solo suspiro y asintió. Con cuidado Seiya empezó a introducir su pene dentro de él, cuando notaba que el quedaba tenso por el dolor se detenía y se deshacía en caricias hacia su chico, le besaba, mordía sus orejas, le acariciaba el peritoneo...

-          Mmmm, que rico, Mmmmm...

Seiya siguió su marcha, empujaba y paraba, hasta que su pene quedo por completo dentro de Shun, no cesaba el continuo vaivén, Shun ya no sentía ningún dolor, su cuerpo estaba completamente relajado y entregado al placer, su pene estaba completamente duro a causa del roce que estaba ejerciendo la mano del Pegaso, Andrómeda quiso girar, quería ver la cara de su amado, aquel que le estaba haciendo sentir de aquella manera, este se retiro por un segundo del cuerpo perfecto de Shun que estaba bañado en sudor al igual que el suyo y se acomodaron ambos mejor en la cama, Seiya beso con pasión a Shun mientras este que estaba recostándose sobre su espalda caía suavemente acompañado por un beso, Seiya volvió a penetrarle, su pene estaba muy duro por la excitación.

Shun sentía que se iba a correr de nuevo, el roce del cuerpo de Seiya  estaba causando una enorme excitación en él.

-          Seiya yo estoy por...

-          Sshhh... Yo también...

Seiya no se contuvo más, empezó a cabalgar más y más fuerte, embestía a Shun cada vez más rápido.

-          Mmmm...

-          No pares, sigue...

Los dos terminaron a la vez en medio de jadeos y suspiros, el semen de Shun y el sudor de ambos bañaba sus cuerpos y el calor de la semilla de Seiya , todavía Shun podía sentirlo dentro de si mismo.

Este se retiró del cuerpo de Shun y se recostó a su lado, besó sus labios y casi sin darse cuenta al unísono se dijeron...

-          Te Amo...

Ambos quedaron dormidos abrazados hasta la mañana siguiente en la que la mañana siguiente se despertó solo y se quedó un poco asustado. Shun no estaba con él, que estaba pasando.

Salió del cuarto y todo se encontraba en silencio, bajó la escalera y tampoco se escuchaba ni un ruido, no entendía nada, con toda la gente que había en esa casa ¿donde se habían metido?

De pronto.

-          ¡¡¡SORPRESA!!! - Gritaron todos.

Globos llenos de agua cayeron sobre Pegasito, pobre, había quedado empapado hasta los huesitos, todos se reían, Ikki estaba tirado en el suelo muerto de la risa, riendo a carcajadas.

Al fondo se oyeron unas voces...

-          Oigan ya déjenme salir - Era Shun - ¡Vamos chicos!

Alguien le abrió.

Shun corrió hasta Seiya.

-          Lo siento amor - Dijo tratando de aguantarse la risa ante aquella imagen - Yo no quería, pero vinieron a buscarme antes y me encerraron en el cuarto de Ikki.

-          Y claro hermanito, si no, no hubiéramos podido vengarnos del caballito - Se reía.

-          Tranquilo Shun, me lo tengo merecido - Dijo antes de echarse también a reír.

-          Bueno hasta que lo admitió - añadió Shiryu.

Todos volvieron a reír, Seiya subió a cambiarse mientras el resto preparaban el desayuno, Shun que lo había seguido...

-          ¿Te ayudo a secarte amor?

No hizo falta respuesta, Shun  estaba atrapado en el más tierno de los besos, los dos chicos volvieron a hacer el amor apasionadamente y al rato bajaron a desayunar, donde todos se reían y charlaban sobre los celos que sentiría Ikki a partir de ahora que su hermanito ya no estaría tanto por él.

 

- Fin -

 

 

 

 

 

 


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