Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Universidad por AthenaExclamation67

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Death Mask & Afrodita

La Universidad

By AthenaExclamation67

 

 

Los 18, el peor o mejor momento de nuestras vidas... Te da la libertad de ser mayor de edad y puedes entrar a ciertos sitios, pero también te exigen más en casa, todo pasa más deprisa, en un instante, el amor, los cambios, las decisiones, decisiones que pueden ser esenciales y cambiarte de por vida, experiencias de todo tipo...

 Dita, era un chico normal, guapo, con los ojos azul cielo preciosos, un lindo cuerpo y con buenos modales. De buena familia y con un gran porvenir. Estudiaba botánica, cosa que le encantaba ya que las flores eran su pasión, a pesar de que era una carrera complicada por todas las fórmulas y nombres raros tanto de los productos como las mismas flores y plantas. A él no le importaba, le apasionaba y no iba a cesar en el empeño hasta graduarse y poder trabajar con las flores, en especial con las rosas que le fascinaban.

Sus padres le advirtieron que ni sería fácil pero le apoyarían tanto como hiciera falta al igual que a su hermana melliza que había escogido la medicina.

No se podía decir que fuera de los llamados empollones o cerebritos, tenía esa facilidad que tienen algunas personas que absorbía la información al tiempo que se la daban aunque inteligencia no le faltaba. Pero tampoco se juntaba con los deportistas, todos unos engreídos a su parecer y que tenían la vida solucionada.

El iba a la universidad a aprender, no para pasar el día tirado en la hierba y coqueteando con la primera chica que se le pusiera a tiro. De todos modos, él no tenia problema con eso, su corazón ya le pertenecía a alguien, aunque el susodicho ni lo imaginara.

-          ¡¿Por qué me tuve que ir a fijar en el peor de todos?! - pensaba.

Al menos el tenía esa idea fija en su cabeza, lamentablemente, se había enamorado del Capitán del equipo de Rugby, Mask, ese era su apodo, un chico y no una chica, ni el mismo sabía como pasó, pero pasó. Simplemente su sonrisa, su carácter misterioso, a veces le parecía un ser arrogante, pero otras en las que se había dirigido a él le pareció también un ser dulce y amable. Ese muchacho que nunca estudiaba sacaba de las mejores notas en sus clases. Además de un físico espectacular bien formado por el deporte, pero no era un capricho, sentía que lo quería...

Dita trataba de sacárselo de la cabeza, pero no podía, no tenía con quién hablar y desahogarse y no sabía como hacérselo saber a la familia.

Un día saliendo de la universidad, vio a Mask con una chica mientras sus queridos compañeros le animaban mientras la besaba la cual se dejaba encantada, seguro que al día siguiente sería la más popular entre las chicas.

Ese día llegó destrozado a casa, dijo un "hola" desde la puerta y subió hasta su cuarto llorando, al que llegó y dio un portazo para después tirarse en la cama para seguir llorando abrazado a la almohada.

-          Hijo ¿Qué te pasa? - pregunto su madre preocupada - por favor - le rogaba mientras tocaba a su puerta - contéstame, sabes que puedes hablar conmigo hijo.

La mama descendio las escaleras resignada.

-          Mami ¿que ha pasado? Se ha oído un fuerte portazo.

Una chica preciosa apareció después de salir de la sala, ojos preciosos bien torneados, fina y suave piel blanca y un cuerpo delicado y muy estilizado...

-          Leah hija, era tú hermano, llegó y subió corriendo a su cuarto sin decir nada, lo peor es que creo que estaba llorando.

Leah es la hermana melliza de Dita, ambos eran muy parecidos, a menudo los confundían si no fuera por los obvios detalles de la anatomía del cuerpo, si los veías desde lejos era muy fácil confundirse. Frunció el ceño y tras subirse la mangas le dijo - no te preocupes mamá, yo me encargo.

-          Dita, abre, vamos, habla conmigo, soy tu hermana, puedes contarme lo que sea - decía mientras golpeaba la puerta.

-          ¡Vete Leah!

-          Ábreme la puerta... ¡O la tiro abajo!

Se oyeron unos pasos que inmediatamente abrieron la puerta dejando ver a un muchacho con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.

-          ¿Pero que te pasa hermanito? - le dijo mientras le abrazaba.

-          Nada Leah, no lo entenderías.

-          ¡A claro! - espetó - tú hermanita es tonta y no entiende ¿cierto? - le contestó - bien, pues si no quieres mi ayuda... ¡Vete a pintar monas!

-          No espera, no te enfades - le dijo muy triste pues él adoraba a su hermana - no me dejes solo.

Leah, pasó y se sentaron juntos en la cama y charlaron. Dita le explicó todo, como se sentió, la atracción por otro chico, que estaba realmente enamorado a pesar de los pesares y que encima se había tenido que fijar en el más creído y engreído.

-          ¿Y bien? - acotó Leah - ¿no piensas hacer nada, vas a quedarte aquí llorando sentado? Reacciona hermanito.

Dita miraba asombrado a su hermana, bien sabía que era tozuda y decidida, tanto que a veces daba miedo. Siempre iba a por lo que quería aunque pudiera tener cierta duda de que la respuesta que esperaba fuera negativa.

-          ¡Jolín hermana! ¿no te vas a escandalizar por que me gustan los chicos?

-          Toc... Toc - hizo sonar la cabeza de su hermano mientras la golpeaba suavemente con el puño - a ver Dita, no soy una retrograda, me hace feliz que tu estés feliz y si te gusta los chicos, los peces o los cangrejos me da igual mientras seas feliz. Si te gustan los chicos no hay más que hablar.

Dita abrazó a su hermana agradecido.

-          Te quiero mucho Leah

-          Yo también a ti hermanito, aunque a veces seas un tarado.

Leah se marcho para seguir con sus deberes de la universidad, la facultad de medicina le exigía mucho y dejó a Dita meditando y tratando de decidir como poder enfrentar  a Mask y decirle lo que sentía a pesar de que estaba convencido que era perder el tiempo y solo se burlaría de él para humillarle frente a todos.

-          ¡Mira el gay! - ya se imaginaba a todos sus compañeros de universidad burlándose.

 

<><><><><><><> 

 

Al día siguiente en la universidad ocurrió un acontecimiento que marcaría para siempre su vida.

-          A ver alumnos, ¡orden, orden! - dijo el maestro de química - van a incorporarse dos nuevos alumnos a nuestra clase, ellos son Ikki y Hyoga, vienen de la facultad de medicina de otra universidad y se quedarán por el resto del año.

Dita quedó fascinado, eran dos chicos muy guapos, Ikki, alto, moreno y con un cuerpo espectacular. Y Hyoga un precioso rubio de ojos azules, con un poquito menos de altura pero igual de hermoso.

Enseguida le pareció que los muchachos se conocían muy, pero que muy bien, su forma de mirarse, las sonrisas... Y toda duda quedó despejada cuando al finalizar las clases Ikki se fue y besó a Hyoga para despedirse de él dejando alucinada a toda la clase.

Entonces aprovechó y se acerco a Hyoga para hablarle.

-          Hola yo soy Dita - dijo - tu eres Hyoga ¿no es así? ¿Oye Ikki es tú novio? - pregunto sin ambages.

-          Que, ¿vas a venir a burlarte? - contesto muy rudo.

-          No, no... Este... Disculpa que fui muy directo, es que necesito tu consejo. Verás me gusta un amigo y no se como hacer para...

-          A bien, discúlpame - le interrumpió Hyoga - pero es que a veces la gente corta de mente trata de hacerlo así que ya te proteges por si acaso pasa. Y dime ¿en que te puedo ayudar?

-          Verás no se como decirle lo que siento y seguro que se burlará de mi cuando lo sepa. Es Mask ese chico de nuestra clase, el del equipo de rugby y no creo que se fije en los hombres, ayer vi como se dejaba besar por una chica.

-          Bueno, bueno... Eso no se sabe, hasta que se sabe. - exclamó Hyoga.

Sin darse cuenta, llevaban casi dos horas hablando, Hyoga le explico que a él le pasó lo mismo, solo que Ikki era el capitán del equipo de natación y él el típico chico tímido que se enamoró. - Me sorprendí tanto al ver que era correspondido - le explicaba - casi como un sueño. Nosotros éramos grandes amigos antes de empezar a salir y un día después de un campeonato que Ikki gano le abracé para felicitarle y él me besó. Volé como un pajarito y todavía sigo volando.

-          Oye Hyoga ¿puedo preguntarte algo?

-          No hace falta que sigas... Se lo que vas a decir. Nos marchamos de la otra universidad por culpa de nuestros "queridos compañeros" bastardos... Eran unos idiotas, no comprendían nuestro amor, Ikki se pasaba el día peleando con ellos defendiéndonos, hasta que entendimos que era inútil intentar hacer entender al que no quiere entender. Así que decidimos cambiar, pero ambos sabemos que siempre habrá personas así. ¿A que era eso?... o acaso querías preguntarme algo de sexo - bromeo y se puso a reír.

Dita se sentía morir con esa ocurrencia y no pudo más que reírse...-  Bueno, si también me quieres explicar... - dijo para continuar la broma...

-          Hola chicos ¿Qué es tan divertido?

-          Ikki amor ¿Qué tal el entrenamiento?

-          Genial... Conocí a alguien y más que entrenar me acoso con preguntas de todo tipo... Si no te hubiera besado antes quizás no hubiera pasado.

-          ¿Pero bien o te atacó? - preguntó Hyoga.

-          No, bien, en realidad estuvo muy bien, creo que le di buenos consejos... No se, dice que se siente atraído por alguien, pero que tiene miedo a todo y a todos. Parecía muy buen tío.

-          ¡¿Ah, que bueno?! Al fin podremos mostrarnos nuestro cariño, quizás aquí no sean tan cerrados.

-          Bien chicos, yo me voy que creo que estoy estorbando, quizás tengan cosas que hablar y yo por el medio...

Dita se despedía cuando vio llegar a Mask y saludo a Ikki muy efusivamente. Entonces paró y se dio media vuelta para cerciorarse que era cierto lo que estaba pasando.

-          Dita espera no te vayas... Vamos a tomar algo juntos...

-          Chicos, él era de quién les estaba hablando - dijo sin ningún tipo de reparo a pesar que Mask estuviera delante.

No podía creer lo que veían sus ojos y mucho menos lo que escuchaban sus oídos.

-          ¿Qué se siente atraído por un chico... pero cual? - se preguntaba tratando de creerlo - ¡¿Cómo puede ser si ayer se estaba besando con una chica?!

Se fueron al una hamburguesería que quedaba cerca de la facultad y después de ordenar la comida empezaron a comer...

Hyoga sabía que Dita se moría por Mask, y a su vez Ikki  sabía algo también.

-          Hyoga, ven conmigo, ordenemos el helado...

Hyoga acepto y no le quedó otro remedio ya que Ikki estiraba de su brazo reclamando su compañía.

-          Pero Ikki... Dita se va a morir de la vergüenza... Esta loco por Mask.

-          ¡¿Queeee?! - se sorprendió - pues nos vamos a divertir.

-          ¡¿Divertir?!

-          Sip, a Mask le gusta él, me lo dijo antes.

Hyoga casi no creía que eso estuviera pasando y mientras esperaban que les tocara el turno les observaba de reojo.

-          Pero bueno - le regañó Dita - como le dices que te gusta un chico a Ikki si ayer te vi besándote con una chica, como eres tan descarado, si es una broma déjalo por que ya les hicieron bastante daño.

-          No Dita, lo que le dije a Ikki  es cierto. Y si esa chica se me tiró encima, no pude evitarlo, no podía quitármela de encima y para colmo mis amigos no me ayudaban demasiado. Ya sabes como son.

Sus ojos quedaron abiertos y Mask los miraba encandilado dejándose hipnotizar por ellos.

-          No te puedo creer, ¿y quién es, si es que puede saberse? - le preguntó algo enfadado.

-          Bien, pues ya que lo quieres saber te lo diré.

Mask se acercó a su oído observado por Ikki y Hyoga que no perdían un detalle.

-          Me gustas tú - le susurró al oído y dejándolo asombrado e indignado.

-          ¡Sabes, no me gusta que se burlen de mí! - le dijo antes de levantarse y marcharse de allí en dirección a su casa.

Hyoga que lo vio fue hasta la mesa y le preguntó a Mask que había pasado.

-          ¿Pero que ha ocurrido? - dijo - se les veía muy bien y de pronto...

-          Si Mask... ¿Que le has dicho? - preguntó Ikki.

-          No sé, se debió ofender... Me pregunto que si me burlaba de ustedes y le dije que no, y luego me preguntó quién me gustaba y cuando se lo dije se fue muy enfadado.

Ikki trataba de aguantarse la risa, cosa que no conseguía y Hyoga solo asintió y se puso en marcha para ir detrás de él...

-          Espera Hyoga, ya voy yo - dijo Mask al tiempo que se marchaba.

Mask salio corriendo para alcanzarlo, sabía muy bien donde vivía, lo sabia todo de él cada detalle, cada rincón de su cuerpo que el observaba cuando nadie le veía.

Llegó a la puerta de la casa de Dita y después de tocar el timbre espero ansioso a que le abrieran.

-          Hola que desea - le preguntó Leah y vio la cara de asombro que ponía cuando la miró. - Que pasa ¿tengo monos en la cara? - renegó le dio la sensación que la desnudaba con la vista.

-          No, no perdón... ¿Esta Dita?

-          Claro que esta, y seguro que tu eres el motivo por el que llegó tan exaltado. ¡Anda, pasa! Que te acompaño hasta su cuarto.

-          Perdona que te mirara así antes, pero joder que sois bien iguales, si no fuera por...

-          Si ya por las tetas.

Ambos rieron  por el comentario mientras subían por las escaleras.

-          Aquí es, solo te diré una cosa, no le hagas daño o te las verás conmigo. - le dijo mientras tocaba en la puerta de su hermano.

-          ¿Que quieres Leah? - se oyó - hoy no te pienso abrir.

-          Bueno entonces te perderás la sorpresa hermanito.

Dita corrió hasta la puerta.

-          Ya se burlaron antes de mi hermana descarada, que no te parece suficiente - le reclamo más quedo blanco al ver quien se encontraba detrás de ella. - ¡Mask! ¿Qué rayos hace aquí, y como conoces mi dirección si yo nuca te la he dado?

Leah le empujó y los metió a los dos para el cuarto y cerrar la puerta un segundo después.

-          Si Dita conozco tu dirección, tu teléfono, todo sobre ti, lo que no sabía es que tenías una hermana igual a ti, tan guapa.

-          Ves que eres mentiroso...

-          Dita... Que no escuchas cuando te hablan... Tienes que oír lo que te dicen, y no pensar tan mal.

-          Si ya mira quien fue a hablar, que...

Se hizo el silencio y Dita se sonrojó cuando entendió el cumplido.

-          ¿Sabes que otra cosa se? - le dijo Mask, más que preguntando, afirmando - que hablas demasiado -  antes que Dita pudiera contestar Mask le estaba besando y rodeando su cintura con los brazos.

Al separarse se recostó sobre su pecho casi llorando.

-          ¡Eres un idiota! - exclamó Dita.

-          Si pero soy tu idiota ¿cierto? - le contesto tomando su barbilla para volver a besarlo.

-          ¡Hijo! - dijo su madre entrando sin llamar y encontrándolos abrazados.

Dita se sonrojo y se soltó de Mask volando.

-          Hola - se presentó - soy la mamá de Dita - le dijo al tiempo que se estrechaban sus manos - claro ya entiendo, estaban enfadados y por eso el otro día estabas así. Hay que lindo el amor... ¿Qué, ya se reconciliaron?

Mask se ruborizo aunque su "suegra" le pareció divertida y en esencia lo estaba aceptando, al fin y al cabo los hijos son los hijos hay que apoyarlos.

-          Venga, vamos a tomar algo y nos conocemos, les espero abajo en dos minutos, ya tendrán tiempo de besarse luego - dijo mientras se marchaba del cuarto.

 

- Fin -

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).