Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El secreto del Wammy's por broken black dreams

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El secreto del Wammy’s
Autora: - dark_lintu – (broken black dreams)
Categoría: Death Note
Pairing: LxNear / LxMello / LxMatt
Disclaimer: Death Note y sus personajes son de sus respectivos autores. Este fanfic es sin fines de lucro.
Advertencia: Ninguna.
Summary: ¿Sabes lo que sucede por las noches en el Wammy’s House?

Notas del capitulo:

 

I. Near

¿Sabes? Todavía sigo acostado. Creo que en la misma posición en la que me viste cuando te fuiste de acá. Y el lugar sigue igual de oscuro; y de silencioso; y de mortecino. ¿A qué no te imaginas quién apareció? Sí, Matt. Vino a reprocharme que falté a un examen importante, dijo que Mello estaba molesto conmigo por “huir de una prueba entre nuestras inteligencias”. Supongo que me escuchó reírme levemente. ¡Como si yo necesitara que probáramos nuestras inteligencias!

Y la verdad sigo tirado como moribundo aun después de que Roger viniera a preguntarme si estaba bien, incluso aun cuando me ordenó que saliera. No quiero salir; no quiero ver la luz del día nuevamente.

Estoy tentado de levantarme, dirigirme a la pequeña mesa y tomar el papel que dejaste. Estoy tentado de romperlo en mil pedazos, o quemarlo quizás. Pero hay algo en mí que me lo impide. Cada vez que volves te encuentro más interesante, encuentro más motivos para seguir en lo mismo. Quisiera poder decirte “no te necesito”, quisiera arrojarte esas palabras en la cara; atacarte con un poco de indiferencia de vez en cuando. Pero hay algo que me lo prohíbe. Ya soy tan tuyo que no veo modo de dejarte.

Y pienso. Imagino que en tu vida lejos de acá tenes un nuevo juguete con el que entretenerte. Imagino que sólo represento un muñeco de porcelana blanca al que deseas manchar o mancillar. No sé, pero la verdad lo noto. Noto tu apatía, tus ganas de abandonarme al olvido. Si no lo haces es por un leve compromiso, porque tal vez tu conciencia pese. Quiero decirte que no me importa si me dejas. Quiero decírtelo, pero sería una mentira.

Finalmente con toda la pereza del mundo me arrastro hasta ahí donde tu letra ha quedado grabada en un simple papel. Y, tan sólo para torturarme, vuelvo a releerla:

Near: tuve que irme. Seguramente vuelvo para la cena. Nos vemos.
Te quiero. L.

Quisiera creerme eso también. No sé porqué te fuiste, pero siendo el detective más importante del mundo voy a darte el beneficio de la duda. Estoy convencido de que no vas a volver para la noche, ni mucho menos para la cena; con un poco de suerte voy a verte dentro de un par de meses, luego de haber preguntado por vos hasta el cansancio. Y, por sobre todo, sé que no me queres.

Antes firmabas con un “te amo” y a veces, si el sexo era muy bueno, firmabas con “besos” o idioteces románticas que me gustaban, ¡como si fuera colegiala enamorada! Pero ahora ya ni siquiera merezco eso, no valgo la pena lo suficiente como para hacerte escribir un par de palabras extra. Sabes que por más que sea mentira, voy a creerte; ¿entonces, qué te cuesta intentar hacerme feliz?

Vuelvo mi cansada vista al papel: pequeño y rectangular, blanco con esas letras tuyas en azul. Busco la lapicera inconcientemente sin buscarla realmente. Inspecciono el espacio entre carácter y carácter como si pudiera entrar en tu alma al hacerlo. Repaso el “tuve que irme”, inventándome mil y un excusas; pero no las hay.

Eso es todo. Soy revolcón de una noche en tu mundo. Soy el pequeño sumiso que te entretiene cuando venís al Wammy’s House, ¿no? Soy tu muñeco, el que dejaría todo por vos, el que te seguiría sin preguntar, el que daría la vida y lo que me pidieses. Y eso es todo. Y no va a cambiar. ¿Cuántos años pasamos en esta rutina de encuentros furtivos, de satisfacciones mutuas, de gemidos silenciosos o acallados, de esconder marcas en el cuello y otras partes? ¿Cuántos años ya, L?

¿No te pesa la conciencia? ¿No te sentís un pervertido por andar con alguien como yo? ¿Por haberme robado la niñez y la inocencia? ¿Por convertirme en un obsesionado? ¿Por enseñarme cosas de las que era muy pequeño para aprender? No creas que no sé que Matt, y hasta Mello, han estado en tu cama. Y que en más de una ocasión tus ayudantes se involucraban emocionalmente con vos. ¿Emocional o sexualmente, L? Porque yo podré ser un simple niño todavía, podré estar mirando este papel insulso con cariño porque lleva tu letra impresa, podré adorarte como lo hago, podré darte placer noche tras noche como suele suceder cuando te quedas; yo podré ser tu juguete y distracción, pero no soy estupido.

Harto de pensarte me regreso a la cama. Mi segura y confiable cama. Donde hemos hecho demasiadas cosas que muy probablemente no deberíamos haber hecho. De todas formas no me arrepiento. No me arrepiento de haberte dejado entrar en mi cama. Hubiese jurado que al principio lo hacíamos por amor. Bueno, yo sigo haciéndolo por algo similar a eso; ¿pero cuál es tu razón? No me podes decir que por amor también. ¿Sencillamente es lujuria lo que te trae a mí? ¿Es acaso, lisa y llanamente, lo que llaman calentura? Pienso que a estas alturas ya sé la respuesta, pero no quiero oírla salir de tus hermosos y dulces labios.

Hablando de labios, ¿te acordas cuando me enseñaste a besar? Apenas si tenía ocho años y aun así metiste tu lengua en mi boca sin compasión, casi me asfixias esa vez. Y yo, como idiota, te dije que sí sabía para no quedar mal; me retaste por mentirte y me hiciste prometerte que no iba a volver a engañarte. ¿En estos momentos, me estás engañando? No. Yo mismo me estoy engañando aunque en el fondo sé la condenada verdad que nos une.

¿Y recordas nuestra primera noche juntos? Fue esa noche lluviosa y de tormenta; los rayos caían del cielo cual gotas de la misma lluvia. Me acuerdo que la sala de juego tenía una enorme gotera por la que nos tuvimos que acostar más temprano de lo usual. Viniste a buscarme; ¡y como te lo agradezco! A pesar de toda esta pantomima que llevamos en secreto. Viniste a buscarme y lo hicimos en esta misma cama. Era bastante pequeño, tenía solamente doce; después de haberme desvestido todo, después de haberme entregado tantos besos, y después de haber recorrido todo mi cuerpo con tus manos y labios me preguntaste si tenía miedo, si quería que siguieras. No tenía miedo, estaba aterrado; y tampoco estaba seguro si deseaba que siguieras pero sí lo estaba respecto de querer que no pararas. Lo hiciste tiernamente, con mucho cuidado; y aun recuerdo esa sonrisa hermosa y sincera que dejaste ver cuando empecé a gemir llamándote.

Pasaron demasiadas cosas desde entonces, ¿no, L? Han pasado montones de casos, de ausencias, de necesidades, de mentiras y verdades. Pasaron los años conforme el sexo se convirtió en rutina y no en amor. Pasamos los dos, desfilando con nuestras decisiones. Pasaron las mejores noches, los mejores momentos a escondidas del resto. Pasaron miles de soledades, o por lo menos para mí.

Pero, ¿queres que te diga algo, L? ¿Queres que te cuente un secreto? Estoy empezando a sospechar que solamente deseo que no me abandones.

Estoy empezando a creer que Mello me gusta...

¿Estará bien si te lo digo, L? ¿Estará bien que dejemos de usarnos mutuamente?

¿Estará bien que me declare?


II. Mello

Y ese pequeño canoso condenado no apareció. Envié a Matt a buscarlo, a preguntarle el poderoso motivo que tuvo que tener para huir de una prueba entre nuestras inteligencias. Incluso Roger fue hasta su habitación, le ordenó que saliera y él nada.

Me preocupa un poco...

Tampoco puedo creerme lo que me dijo el adicto a los videojuegos que tengo por amigo.

-Me pareció escucharlo reírse, pero definitivamente está solo ahí.-

¿Reírse? ¿Reírse de qué? Voy a golpearlo hasta desmayarlo si se reía de mí... ¡pequeño canoso!

Bah, ni para inventar un insulto contra él sirvo en estos momentos.

-¿Estará así porque L se fue sin decir nada?-

Por supuesto que sí, Matt. Seguramente vos también terminaste en la cama con L, deberías saberlo mejor que nadie. No creo que Near sea lo suficientemente fuerte, emocionalmente hablando, como para resistir estos abandonos. Y me apuesto la cabeza que pasaron la noche juntos.

Es gracioso, también apuesto mi cabeza a que antes de eso estuvo con Matt. Es gracioso, porque todos terminamos enterándonos con quién estuvo L y nunca decimos nada.

Es como si nos tuviera hechizados, hipnotizados. Tal vez sea eso, realmente. No hay posibilidad de que a los tres nos guste tanto como para callarnos esto tantos años. ¿Cuántos habrán pasado de la primera vez? Tampoco creo que queramos saberlo. Yo, por lo menos, no quiero saberlo.

Conmigo estuvo la segunda noche desde que llegó, así que imagino que la primera la pasó con Near y quizás la tercera con Matt. Sé porqué él y yo lo hacemos, ¿pero Near? ¿Por qué tiene sexo con L? Aunque...

Aunque es posible que ellos no tengas sexo. ¿Podría ser que ellos hicieran el amor?

Matt lo hace por el simple hecho de que le gusta, porque es un maldito promiscuo.

¿Y yo? Todavía estoy pensándomelo. No es por amor, eso seguro. Puede que sea porque L siempre fue mi modelo a seguir, era como mi idol y lo veía como algo inalcanzable. Puede que sea porque era un sueño, y tener a los sueños rogándonos por chupársela es algo altamente satisfactorio, por más mal que suene.

Retomando: ¿pero Near? No me imagino haciéndolo por simple placer carnal. Y tampoco imagino, más bien no quiero imaginarlo, que sea por amor. Convengamos que L es un hombre atractivo en todos los sentidos posibles de la palabra. Convengamos, también, que es el sueño de todos los que hay acá. Tampoco imagino que lo haga para sentirse superior al resto, no lo necesita.

Hace tiempo le dije lo que sentía por Near. L me miró con cara comprensiva y no dijo más nada. Pero en su siguiente visita caímos en lo mismo. Le pregunté qué sentía él por Near y no me contestó. Volví a preguntárselo, tiempo después, y tampoco obtuve respuesta.

Simplemente me niego a creer que se amen. Si L lo amara no andaría de gigoló de cama en cama; y menos con nosotros que sabe podríamos fácilmente contárnoslo. Aunque si vamos al caso, Near seguramente debe saberlo: que también tuvimos sexo con L.

Aborrezco esta situación, pero creo que no puedo cambiarla. Si le digo a Near la verdad, que él me gusta, es muy probable que me rechace y hasta podría terminar peleándose con L si es que de verdad se quieren.

Aburrido de darle vueltas al asunto abro el último chocolate que me queda y lo devoro deprisa.

¡Bien! ¡Ya lo decidí! Voy a cortarle el rostro a L, a sincerarme y decirle que ya no veo motivo para que sigamos en lo mismo. ¡Y después de eso voy a gritarle a Near que me gusta!


III. Matt

¡Ahhh! ¡Malditos zombis! ¡Ya van a ver! ¡Quererme robar a Ashley! ¡Leon Scott Kennedy no se achica! ¡Y yo tampoco! Ejem, supongo que ya voy a dejar por hoy este juego.

Pobre Mello, ahora que levanto la vista lo veo tan pensativo. Debe estar así por Near, y Near debe estar así por L. Me da pena verlos a los dos tan triste y tan sumidos en pensamientos. Bueno, verlo a Mello e imaginármelo a Near, a fin de cuentas todavía no salió de su habitación.

A lo mejor debería dejar de acostarme con L. Es muy bueno en la cama, pero creo que soy parte del problema así que...

La próxima vez que lo vea le digo que ya no da para más estos “acostones”. Sí, eso voy a decirle.

Aunque... ahora... yo... ¡Ashley voy a salvarte!


IV. L

Finalmente huí. La limosina recorriendo Inglaterra y la sonrisa de Watari no son tan tranquilizantes como creía. Siempre me había funcionado esta técnica, pero hoy siento que he corrompido demasiado.

Sí, está mal y aun así continuo en lo mismo. Sigo cayendo una y otra vez en esta loca tentación de tenerlos conmigo. Sigo pidiéndoles que lo hagamos.

Y siempre logro arrepentirme tarde. Como siempre, me llega tarde la cordura cuando los veo. Siempre se me da por darme cuenta de que todo esto está mal cuando despierto de una sesión de sexo; cuando observo al niño con el que comparto la cama, ya sea el pequeño Near, o el agresivo de Mello, o el libidinoso de Matt; cuando encuentro solamente reproches en el silencio; cuando cansado de mí mismo me veo en esos niños.

Pero el problema, creo yo, no es arrepentirme tarde, sino arrepentirme. Porque si por lo menos no tuviera ese sentimiento de culpa corriendo por mis venas podría seguir viviendo, podría intentar ignorar todo lo demás. Exactamente, podría ignorar las mudas suplicas de Near pidiéndome que le de más amor; podría ignorar los comentarios que me hace Mello sobre Near; y podría ignorar que disfruto demasiado del cuerpo de Matt.

Aun cuando estoy escapando me da vueltas en la cabeza sus gemiditos. Podría intentar hacerme creer que no pasa nada, que nunca les he insistido, que en el fondo soy una buena persona. Podría tratar de distraerme con este nuevo caso, con Kira; pero llevo sus rostros de satisfacción infinita clavados en las retinas y no los puedo borrar de mí. No puedo borrar sus marcas: los chupones de Matt, los arañazos de Near...

Near... Todavía no me creo como lo deje, la manera en que me fui sin dar explicaciones. Y aquel papel. Aquel estupido papel; esa notita tan mentirosa como lo que hacemos. Ya no puedo seguir escribiendo los “te quiero” que le dejo; ya no puedo contener este desastre que cada día se vuelve más y más injusto para ellos.

Es que no hay en mí un minuto de paz, no la merezco. Soy un simple mancilladero, un maldito pederasta que ha abusado de la confianza y admiración que le tenían unos niños para llevárselos a la cama.

¿Podrán alguna vez perdonarme? ¿Podré alguna vez cerrar mis ojos y no verlos? ¿Podremos, en algún momento, volver el tiempo atrás y ser nada más que lo que éramos antes de todo esto?

¿Podrás seguir viviendo, Near?

¿Podré yo perdonarme a mí mismo?

Y mientras el aeropuerto se eleva frente mis ojos, mientras las personas pasan a mi lado como si no fuese otra persona más, por mi mente vuelven los recuerdos. La ultima semana, los encuentros con cada uno.

Sé que a Matt no le importa, y que con Mello son simples sesiones de sexo y que en nada va a afectarle si decido detenerme. ¿Pero, y Near? Cada vez soy más distante con él, no le demuestro nunca que lo quiero. Porque es tan sólo eso, solamente lo quiero. Es simplemente un polvo y nada más, aunque me duela decirle la verdad, aunque desee otra cosa para ambos. La cruel realidad es esa: los estoy usando.

¡Y se siente tan bien! Tenerlos a cada uno. Al principio realmente los amaba, sinceramente me importaban. Aun lo hago, aun me importan; pero jamás en ese sentido. Son mis futuros descendientes. Son unos chicos, al fin y al cabo. Y yo me he sentado a verlos devorarse mi miembro, a gemir mi nombre (o lo que ellos utilizan como mi nombre: L), a pedir por más, a sumisamente someterse a mi antojo. No tengo cara para seguir viéndolos y, sin embargo, vuelvo cada tanto; vuelvo por ellos, por mí mismo, por mis deseos y necesidades. Vuelvo al instinto más bajo y animal que posee un ser humano. Y ellos, con sus cuerpecitos pequeños y blanquecinos aplacan esa lujuria: ellos son el remedio a la enfermedad de mi propia perversión.

¿Tengo, acaso, derecho a pedirles que me perdonen? Ni siquiera creo tener derecho a volver ahí. Pero lo hago, con todo el pesar diluyéndose entre roces divinos y besos fogosos. Porque, para carcomer mi conciencia aun más, les enseñé todo lo que me gustaba, los formé a mi gusto y antojo; a partir de ellos, creé los mejores muñecos inflables del mundo.

No tengo perdón, que es distinto. Y el pequeño Near aun así me pone en un pedestal, sé que le pida lo que le pida nunca va a negarse y eso aumenta mi morbo; porque a la hora de estar en la cama que él no se niegue a nada solamente me excita más.

Mi mente, privilegiada con tanta inteligencia, es tan inútil como la ropa que llevamos en esas noches. Sinceramente no me sirve de nada en esos momentos, porque ni la voz de mi conciencia funciona de freno.

Sí, soy un degenerado. Y lo admito. Y lo peor, lo disfruto.

Cuando tenga la fuerza de volver, juro que voy a acabar con todo. Quizás voy a herirte, Near, pero va a ser lo mejor; Mello, seguramente, va a hacerte más feliz de lo que yo puedo.

Puede que te lastime con esta decisión, pero estoy seguro que voy a lastimarte más si continuamos jugando a esto, Near.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).