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El Arte de la Manipulación por LadyHenry

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Notas del capitulo: Para variar no se sube bien así que intentaré editarlo, diviendo el primer capítulo en dos.

Sabía por experiencia propia que era lo más efectivo, no en vano lo había sufrido en sus carnes, cada vez que pensaba en lo sucedido aquella vez sonreía divertido, ahora que había probado en innumerables ocasiones lo que era estar en el papel del "depredador" tenía la absoluta certeza de lo bien que debió pasárselo Shia con él, y es que había que reconocer que lo planeó todo a la perfección, y aprendió mucho de esa experiencia, como dicen "Si me engañas, la primera vez es culpa tuya. Si me engañas por segunda vez, es culpa mía" y sinceramente detestaba sentirse culpable...

 

Sucedió una noche de otoño, estaban en el banquete de bodas de un compañero de Ray. En la terraza había un gran balcón desde el que podía observase el puerto de la ciudad, el cielo estaba encapotado, apenas se filtraban algunos rayos de luna por pequeñas rendijas entre las nubes, yendo a reflejarse en las turbias aguas de un mar agitado y embravecido.

Eytan observaba el paisaje absorto, estaba literalmente en el limbo, la mirada perdida vagaba sin rumbo fijo sobre los escasos destellos, y mientras él disfrutaba de su particular escapada (a Eytan los actos sociales demasiado pomposos le agobiaban) Shia le vigilaba desde la sombra, como solía hacerlo desde hacía unos meses, en los que llegó a captar detenidamente la forma de actuar del menor, lo que le ponía nervioso y le incomodaba, más allá de lo evidente, lo que le gustaba, lo que disfrutaba... todos esos detalles que marcan la diferencia entre las apariencias y lo que hay en realidad.

Viéndole tan abstraído y relajado supo que era el momento adecuado para asestar el golpe final, y se retiró a la mesa para ocupar un lugar privilegiado desde donde confundirlo, ni más ni menos que frente a él, no podría tocarlo, ¿o sí?, pero lo tendría enfrente, pudiendo captar toda su atención visual, y tal vez otras cosas a través de ésta. Cuando Eytan regresó a su sitio y le vio intuyó que no iba a ser una noche tan fácil como había creído en principio.

Hacía un mes que Ray se presentó en la casa con una invitación para la boda de uno de sus compañeros, se especificaba que había que ir de etiqueta "estupendo todos de pingüinos" pensó.  Y así fue, tuvieron que ir a probarse trajes y más trajes, para colmo se encontraron con su primo Jack y Con Lee, éste último estaba sacando de quicio al personal con sus salidas de tono y qué decir de Jack que estaba al límite, parece que llegaron en el momento justo. Lee se tiró en sus brazos muy animado mientras Shia les preguntaba por la estupenda ocasión que les había llevado allí.

 -"Sam la palmó y no tenemos ropa negra"- esa fue la tajante y escueta respuesta de Jack- los hermanastros se quedaron bastante descolocados.

 -¿Y cómo es que no han llamado a Rose?- preguntó Eytan sorprendido.

-Sólo hace unas dos horas que murió, aún estarán avisando, además hay que esperar a que lleguen Denis y Miles, así que el velatorio va a durar bastante.

-¿Y ustedes a qué vinieron?-dijo un curioso Lee que seguía abrazado a Eytan, evitando descaradamente caer en manos de Jack.

-Tenemos una boda en dos días.

-¿Y esperan hasta ahora para comprar la ropa?-Shia le miró resignado.

-¿Qué? Lo nuestro fue de improviso...-dijo Jack excusándose.

-Teníamos la vaga esperanza de poder librarnos-se disculpó Eytan.

-Chicos deberían ser más sociables, además ya se sabe que en las bodas se liga mucho, y pueden intentar coger el ramo de la novia-tres reprobatorias miradas cayeron sobre un encantado Lee.

-Pues ya que están aquí aprovechen para buscar traje negro, menuda semanita una boda y un entierro-a Jack se le estaba pasando el enfado.

Tardaron dos horas en elegir los trajes, Jack y Lee se marcharon corriendo después de comprarlos, quedando en verse para el funeral, era curioso que sólo en esas ocasiones tuvieran oportunidad de encontrarse, les costaba mucho coincidir, aunque lo que sucedería en el velatorio y en el funeral iba a ser memorable.

Rose le dio el visto bueno a la ropa y les comunicó que Sam había fallecido mas aún no sabía con exactitud el día del funeral, le contaron su casual encuentro con los chicos en la tienda y sus respectivos trajes de luto, Rose asintió sorprendida, "una cosa menos que hacer" pensó distraída. Y allí se encontraban ahora entre toda esa gente demasiado perfumada, maquillada o ambas cosas, y teniendo pendiente un entierro, ni siquiera con la mala noticia pudieron librarse de ir al festejo nupcial.

La cena fue una tortura para Eytan y un deleite para Shia, que se pasó la velada comiendo de una manera lenta y sensual aderezada con provocadoras miradas, los ojos de Eytan brillaban de indignación bajo las tenues luces, de pronto a la señora que se sentaba junto a Shia se le cayó un pendiente y éste ni corto ni perezoso aprovechó la oportunidad para ayudar a buscarlo y de paso meterse bajo la mesa, cuando había pasado un rato de haberse encontrado la joya ya nadie se acordaba de que Shia aún debía estar por allí abajo.

Eytan pensó que había aprovechado para escabullirse fuera, él lo haría sin dudarlo, pero Shia se encargó de hacerle saber que no era así,  que seguía allí, cosa muy extraña, pero también se encargó de explicarle sus motivos cuando apoyó los brazos en las piernas de Eytan colocándose entre ellas. Al notar lo que estaba haciendo su hermanastro pegó un respingo y se agachó fingiendo buscar algo, bueno en realidad sí que buscaba "algo".

 

-¿Qué coño haces?-siseó.

-Aún nada y será mejor que te relajes y vuelvas a tu puesto, a no ser que te apetezca que nos pillen así-lo miraba con esa expresión triunfal que decía tácitamente: "yo tengo el mando sígueme el juego o te arrepentirás".

-Joder-se quejó, pero lo había pillado con la guardia baja y sabía bien que en una situación así no iba a correr ningún riesgo, estaba demasiado obsesionado con no llamar la atención, y esa cara de frustración y rabia lo hacían aún más apetecible. Sintió como Shia comenzaba a acariciarle el abdomen mientras con delicadeza y agilidad desabrochaba su pantalón y algunos botones de la camisa. Se estaba poniendo muy tenso ¿por qué demonios hacía eso? Intentó agacharse de nuevo, pero un suave tirón del elástico de sus bóxers le frenó, era una clara advertencia de que no debía hacer nada o la cosa iría a peor.  Notaba como quedaba libre de ataduras esa zona, ahora Shia podía maniobrar con más libertad, y las caricias se vieron acompañadas de besos, pequeñas mordidas y lengüetazos.

Eytan se removía inquieto aquello era horrible, no podía detenerlo o se descubriría, pero también le costaba actuar como si no ocurriese nada cuando notaba como una avalancha de sensaciones excitantes y placenteras le inundaban nublándole la razón, y eso se reflejaba bien en esa parte que Shia tenía entre sus manos, totalmente enhiesta y preparada para la acción.

Cuando se lo introdujo en la boca acariciándolo suavemente con los labios para después dar paso a la lengua notó como Eytan se deslizaba por el asiento aferrándose con ambas manos al borde intentando refrenar los gemidos que pujaban por salir de sus labios "es una pena no poder verle la cara" pensó un atareado Shia.

Sus piernas se habían separado más en ese movimiento automático que volvió a repetirse cuando prosiguió con la estimulación. Eytan asustado, aturdido y ansioso buscó rápidamente una servilleta tomando prestado un bolígrafo de los que usaban los camareros y escribió atropelladamente "por favor al baño YA, te lo suplico" y se lo pasó a Shia que interrumpió su tarea y le tocó en la pierna para que se agachara " estaré en el servicio del fondo si tardas más de cinco minutos prepárate" y con cautela salió de debajo de la mesa por donde estaba un macetón, miró a los lados para asegurarse de que nadie lo había visto, después miró a Eytan recreándose en el rubor de sus mejillas, en su mirada acuosa y turbada por la excitación, estaba repateado en el asiento recolocándose la ropa con cuidado para que no se notase nada, su respiración era irregular y le costaba un gran esfuerzo mantener el tipo "simplemente delicioso" pensó, mientras se lamía con sutileza los labios y le guiñaba el ojo, acto seguido Eytan se levantó con las manos en los bolsillos para ocultar su estado, eso le resultó muy divertido a Shia que dejó escapar una risita ganándose una mirada fulminante por parte de Eytan.

 

En cuanto llegó al fondo del pasillo del servicio fue arrastrado por Shia hacia el cubículo siendo acorralado para quedarse a escasos milímetros de su adorado hermanastro"¿qué pretendes?" atinó a susurrar recibiendo por respuesta un sofocante beso, su lengua ardía y se deslizaba al compás marcado por la de Shia, notar su calor traspasando las prendas para llegar a su cuerpo, el suave roce de sus manos levantando la camisa, los labios enfebrecidos mordiendo los suyos, tironeándolos suavemente... era demasiado, estaba perdiendo el control, yendo más allá de un punto sin retorno y lo único que le importaba era que el jodido baño era demasiado incómodo.

 

-Mmm Shi...a ehh para un momento-le costaba poner sus pensamientos en frases coherentes mientras le besaban el cuello y le acariciaban la entrepierna.

-¡Joder! Con lo cuidadoso que eres con los modales y mira que interrumpir ahora... ¿qué pasa?-estaba al borde del desquicio, ahora que comenzaba a cooperar y con lo buena química que tenían le daba por parar.

-Este sitio es una mierda... me siento incómodo-lo dijo con fastidio, en su cara se reflejaba lo que le costaba no abandonarse a la situación, pero si iba a ser su primera vez no estaba dispuesto a tener que aguantarse en un jodido baño.

-¿No podrías hacer el esfuercito?-joder con el crío anda que no era fino.

-Preferiría no hacerlo, porque bastante jodido es que hayas decidido romperme el culo de esta manera como para encima soportar hacerlo así-ya podría tener un poco más de tacto.

-Está bien subamos a la habitación-se le había olvidado con la emoción que para Eytan iba a ser su primera vez y eso lo excitaba aún más.

-¿La habitación?-ahora sí que estaba confuso. -Sí reservé una y tenía pensado subir directamente, pero las cosas se desbocaron más de la cuenta-dijo mientras le lamía los labios con suavidad provocando que escapara un gemido de ellos.

-Está bien te sigo-así que lo tenía todo planeado, esta vez sí que se la iba a jugar bien, pero no tenía fuerzas para nada que no fuera dejarse llevar, sólo quería llegar a esa habitación y terminar con la deliciosa tortura.

 

Subieron en el ascensor con dos personas más, las siete plantas se les hicieron eternas, ni siquiera se miraban para no empeorar la agonía y por fin llegó su parada, salieron del ascensor con normalidad, esperaron a oír cómo se cerraban las puertas para acelerar el paso, cuando Shia divisó el número 716 sacó apresuradamente la tarjeta que servía de llave, al entrar encendió la luz y enfocó la enorme cama en la que le iba a hacer de todo a un abrumado Eytan, que por su parte estaba encantado con el cambio del lavabo a una cama, que tenía las dimensiones de un cuadrilátero.

No le dio tiempo a acomodarse cuando ya lo estaba desvistiendo apresuradamente, le costaba desabrochar los diminutos botones de la camisa y descalzarse al mismo tiempo, pero quería estar en la cama y sin ropa lo antes posible, parecía que fuera a ser su primera vez también de la prisa con la que andaba. Y es que no entendía muy bien el porqué pero nunca había tenido tantas ganas de culminar como en esos momentos, puede que fuera por lo ilícito de la situación... o por algo más, pero no era momento de pensar sino de actuar.

Por su parte Eytan había desistido de intentar participar, Shia estaba como loco quitando ropa como si  ésta quemara, no es que hubiera tenido oportunidad de llegar tan lejos antes, más que nada por la vigilancia familiar, no es que un chico de secundaria tuviese mucha libertad de movimientos, pero le parecía que Shia ya estaba lo suficientemente entrenado como para tomárselo con más calma. En cualquier caso no iba a cuestionarlo allí, se dejaría hacer... y después ya vería cómo quedaban las cosas. Una vez desnudos y en posición horizontal Shia se dedicó a devorarlo con la mirada "madre mía no voy a dejar un solo sitio sin profanar" pensó, tenerle a su merced era algo que no esperaba obtener tan fácilmente, era justo lo contrario a lo que esperaba, ya que lo que más le gustaba de Eytan era su manera de desafiarle, le volvía loco poder hacer lo que quisiera sin resistencia, tenerlo debajo rodeándolo con los brazos, sintiendo sus piernas separadas a sus costados era puro frenesí.

Besó sus labios mientras le acariciaba los sedosos cabellos, luego su cuello, subiendo hasta las orejas, y en este punto Eytan gimió con intensidad agarrándose a la espalda de Shia "así que te gusta que te bese aquí" dijo en un susurro mientras jugueteaba con el lóbulo  mordiendo con delicadeza pero en firme para luego delinear el resto de la oreja con la lengua, esto hizo que Eyan intensificara su agarre aumentando el volumen de sus gemidos, al sentir las caderas del menor presionando las suyas Shia empezó a acompañar los sensuales sonidos del menor, decidió darse un respiro o aquello iba a durar poco... Siguió por el torso deteniéndose en los pezones y el ombligo hasta volver al punto de partida, tomó el miembro y se lo introdujo en la boca estimulándolo con la lengua en un lento vaivén y Eytan ya había perdido la poca razón que le quedaba, ahora era todo suspiros sofocados, descarados gemidos... mientras sus caderas se agitaban y sus manos se aferraban a las sábanas con fuerza: "mmm shi...a no ahh no...a...guan...to máaaaas ahh" pero a Shia le daba igual lo único que quería era seguir oyendo esos sonidos que le ponían tanto, y para oír más y mejor intensificó el ritmo hasta que: "DIOSSS" y después de blasfemar tan seductoramente Eytan se vino.

Shia trepó por la cama deleitándose con la visión de un Eytan agitado, abandonado, totalmente laxo... lo tomó por el rostro besándolo con suavidad mientras se colocaba bien entre sus piernas y lo preparaba para el segundo acto. Tomó el lubricante y se lo extendió  con sinuosas caricias, cuando notó los dedos de Shia moviéndose en su interior se tensó un poco por la incómoda sensación, poco después se había acostumbrado y ya no le resultaba desagradable, cuando lo sintió más receptivo Shia decidió que era su turno, y lentamente se fue colando en su interior, Eytan dio un profundo suspiro y se tensó un momento, "relájate" escuchó de una voz ronca y entrecortada y abrió los ojos viendo una mirada intensa que le traspasaba y le hacía sentir deseado, volvieron a besarse, acoplándose por completo y en medio de los besos sus caderas empezaron a cobrar movimiento , con ritmo pausado pero intensamente, cuando ya se habían adaptado bien empezaron las embestidas rápidas y fuertes alcanzando con precisión un punto que  hacía desvariar a Eytan provocando que se aferrara más y más a la espalda de Shia para intensificar el movimiento, los jadeos llenaban la habitación y en unos minutos todo se tornó frenético, hasta que ya no aguantaron más y terminaron con sonoros gemidos.

Eytan estaba tan relajado que parecía de goma, el sueño lo invadía y quería descansar, pero Shia, a pesar de estar igual de cansado y somnoliento le obligó a  darse una ducha, después de haberla tomado él. Mientras esperaba a que saliera pensaba en todo lo sucedido y le entraban unas ganas enormes de quedarse allí el resto de la noche. Acababa de descubrir que hacerlo con Eytan le gustaba mucho y por lo que había sentido y observado era algo mutuo, claro que el pequeño no tenía con quien comparar, pero ya tendría tiempo de comprobarlo. Ahora debían volver a la fiesta y disimular. Nadie los había echado en falta, pensaron que estarían por ahí intentando ligar. Viéndolos muertos de sueño y teniendo en mente el funeral se marcharon pronto.

Al llegar a la casa tuvieron que ducharse de nuevo para aparentar normalidad, Shia acabó primero y decidió pasarse por la habitación de Eytan a darle las buenas noches, lo encontró saliendo de la ducha y sonriendo con malicia le palmeó el trasero preguntando si estaba resentida la zona, lo que le valió una colleja y un "muy gracioso, en serio, de lo más ocurrente", se encogió de hombros le guiñó un ojo y depositó un pequeño beso en sus labios susurrando "buenas noches", antes de que se marchara Eytan lo tomó del brazo y le preguntó:

- ¿Por qué lo has hecho?- Shia meditó unos segundos.

-Lo hemos hecho, y muy bien además-corrigió.

-Sí eso es evidente pero tú comenzaste ¿por qué?-necesitaba saber de qué iba esta vez.

-¿Y por qué no iba a hacerlo? Piénsalo bien, eres muy apetecible y tentador, deberías darte cuenta de esos detalles-y sin decir más se marchó, dejando a Eytan pensativo y aún más confuso.

En esta ocasión Eytan le hizo caso a Shia, después de todo él hacía las cosas muy bien, y tenía razón, muchas veces podía llegar a ser un auténtico despiste, así que comenzó a fijarse en todos los detalles, y le había ido mucho mejor desde entonces, le ahorraba trabajo eso de ir preparado al ataque, aunque aún no tenía muy claro cuáles eran los motivos de Shia, vale que tuvo que pasarlo en grande manejando la situación y demás pormenores... puede que su pasión por el riesgo le llevara a imponerse todo tipo de retos.

Ambos se resultaban muy estimulantes y eso era atractivo, sabían cómo darse caña mutuamente, cuáles eran sus puntos débiles y fuertes, su relación se había vuelto menos tensa después del revolcón, ahora los desafíos eran más corteses, se respetaban un poco más y no se  molestaban tanto el uno al otro.

Shia se trasladó al extranjero para terminar sus estudios, quedándose Eytan a sus anchas sin restricción alguna. Durante tres años tuvo tiempo de sobra para ejercitar sus armas, convirtiéndose en un chico de estrategias refinadas y calculadas, nada se le resistía, todo iba como la seda, sin retos dignos de preocupación y adoraba esa sensación de seguridad, le permitía estar más relajado.

Estaba a punto de conseguir su último objetivo antes de ir a la universidad, pero esta vez no iba a ser tan fácil, Shia iba a volver antes de lo previsto y no hubiese podido tener mejor recibimiento que encontrarse a su querido Eytan luciendo su mejor artillería, iba a ser muy interesante la vuelta.

 

 

 

 


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