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El Arte de la Manipulación por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Estaba revisando el capítulo para seguir y empezar con otro  vi algunos fallos y los corregí pero no me dejaba editarlo así que tuve que eliminarlo y volverlo a subir.

Parece que se eliminaron los rr del capítulo lo siento, si había alguna duda la responderé, el siguiente capítulo estará esta semana, sorry.

 

Después de su prolongada ausencia del hogar paterno a Shia le resultó una refrescante bienvenida ver cómo su hermanastro se trabajaba a ese adorable chico, al que llamaba naranjito, por su color de pelo, para molestar. En esos momentos intentaba recordar su nombre, pero por mucho que lo intentara le resultaba difícil concentrarse con ese cúmulo de eróticas imágenes rondando su cabeza, y es que antes de que Eytan saliera de naranjito y de la cama para pegar un portazo y dejarlo a un palmo de narices de la puerta del dormitorio, había podido recrearse la vista en esos rostros ruborizados, los cabellos revueltos, en la piel perlada de sudor... definitivamente le había gustado ese recibimiento, de hecho daba gracias al cielo de haber llegado a mitad del polvo, justo cuando estaban demasiado absortos y descontrolados para darse cuenta de su presencia y su atenta mirada, que no perdía detalle de cada gesto.

Seguía regodeándose en su suerte mientras se preparaba el desayuno, al rato vio a Eytan y su amiguito bajar, les dio los buenos días recibiendo una mirada asesina por parte de su hermanastro y un escueto hola del acompañante. Pensó que  Eytan se marcharía a clase, pero por la ventana de la cocina pudo ver que hablaba unos minutos con el chico y entraba de nuevo.

Mientras Shia exprimía naranjas, Eytan intentaba tranquilizar a Luke.

-No le hagas caso al idiota de Shia, es un pervertido y un provocador, hablaré con él para que no moleste-se explicó Eytan en tono relajado.

-Sí, ya sé cómo se las gasta... pero es que estábamos echando un polvo-decía Luke intentando asimilarlo, aún estaba muy sorprendido por lo que había pasado entre ambos.

-Uno bastante bueno para ser sinceros-sonrió Eytan.

-Ese no es  el punto, somos buenos amigos, yo tengo novia ¿desde cuándo follas con tíos?-las palabras salían de la boca de Luke atropelladamente.

-Claro que somos buenos amigos, nos queremos mucho es normal que nos demostremos afecto, si has acabado siéndole infiel a Cindy debe ser que vuestra relación no va bien, hay veces que no nos damos cuenta hasta que algo así sucede, es mejor no engañarse Luke- aconsejaba Eytan mientras le acariciaba la mejilla y lo miraba con ternura-y ya te había dicho que soy bisexual.

-Sí, pero parecía que lo decías por fomentar ese rollo de la ambigüedad... no creí que de verdad...y por favor Eytan corta con eso de que nos queremos mucho y es normal que hayamos acabado en la cama, tú no eres un hippie precisamente-protestó Luke.

-Tienes razón, no soy nada hippie, pero es cierto que te quiero mucho y me quieres también, además eres un chico muy atractivo y ¿quién mejor que alguien al que adoro y que está bueno para acabar en la cama?-preguntó Eytan mientras aproxima sus rostros rozando los jugosos labios de Luke con su cálido aliento.

-Seguro que tienes una larga lista de gente-sonrió Luke ante la pose seductora de su amigo-y deja de tratarme como a una de tus conquistas que nos conocemos.

-Eso lo hace aún más interesante, ahora que sabemos lo compatibles que somos no tendremos que molestarnos en buscar "consuelo" en brazos ajenos-le guiñó un ojo  a un desconcertado Luke.

-¿Insinúas es que es buena idea repetir?

-Una de las mejores que hemos tenido.

-¿Hemos?

-Obvio, para bailar el tango hacen falta dos-rió Eytan ante la expresión escandalizada de Luke.

-Genial dejaré a Cindy para convertirme en tu fulana...

-No seas vulgar, nuestra relación va más allá del sexo y las convenciones sociales, me da igual que se suponga que los amigos no deben follar juntos, si nos gusta al diablo con lo demás-replicó Eytan con naturalidad.

-Si la gente no folla con sus amigos es por algo, el sexo acaba estropeando la amistad-protestó Luke.

-¿Tú crees? A mí me parece que nuestra relación ha mejorado, me siento más unido a ti, estoy de muy buen humor... sólo le veo ventajas.

-Ya, pues lo mismo deberíamos casarnos, no te jode-se mofó Luke.

-Sabes de sobra que no creo en el matrimonio, pero reconozco que serías una buena esposa-ironizó Eytan- y ahora se un buen chico y no pierdas la clase, excúsame con el profesor, iré después del recreo, justo para poder consolarte por tu ruptura con Cindy-se despidió Eytan acallando la réplica de Luke con un ansioso beso.

-Te juro que a veces me das miedo-dijo Luke a modo de despedida mientras se rozaba los labios humedecidos por Eytan y se encaminaba a la salida de jardín.

Eytan se paró en el porche mirando hacia la ventana de la cocina mientras respiraba hondo, intentando recuperar el resuello antes de enfrentarse a Shia. No estaba en sus planes tener que aguantar al mayor metiendo las narices, se supone que no tendría que soportar la irritante presencia de ese sádico hasta bien entradas las vacaciones, pero ya no podía hacer otra cosa que sortear ese incómodo imprevisto que se dedicaba a espiarle sin reparos.

Al entrar en la cocina tuvo que soportar que Shia le dedicase una de esas sonrisitas que parecían decir" te pillé in fraganti", procuró ignorar ese gesto poco afortunado y se sirvió café mientras empezaba a escuchar el interrogatorio del voayeur.

-¿Y cómo es que te has beneficiado a naranjito?-preguntó Shia rompiendo el tenso silencio que se había formado desde que Eytan entrara a la cocina.

-Se llama Luke, así que haz el favor de ahorrarte tus poco ocurrentes apodos-replicó Eytan con un tono cortante y comedido, intentando contener esa furia que Shia sabía cómo despertar tan efectivamente.

-Disculpa, pero por mucho que intentaba recordar su nombre no lo lograba y me pareció que naranjito no le iba mal... pero no te desvíes del tema y respóndeme.

-¿Y por qué no iba a hacerlo? Es un chico que me resulta atractivo, lo paso bien con él...

-¿No te parece que es algo complicado enrollarte con tu mejor amigo?-interrogó Shia mientras untaba su tostada con mermelada de naranja, haciendo un pequeño guiño a su absurda ocurrencia.

-Tanto como pueda serlo estrenarle el culo a tu hermanastro, pero si te apetece ¿qué más da?

-Vaya no deberías tomarme como modelo a seguir, creía que ya te habías dado cuenta de que soy lo que dice un "mal ejemplo".

-Más bien eres una "mala persona", pero eso se ve cuando se te llega a conocer del todo, de cara a la galería das el pego.

-Cierto, llevo las buenas maneras pegadas a la piel-sonrió Shia con irónico orgullo.

-Y las malas ideas saliendo por  cada  poro de ésta-apostilló Eytan en tono socarrón.

-También, pero dejemos de hablar de mí, y cuéntale a tu adorable hermanastro ¿cómo es que te has liado con Luke?

-Yo no diría que nos hemos liado, y simplemente me pareció que nos estábamos distanciando, así que decidí que sería bueno afianzar los lazos.

-Eso se puede hacer pasando un fin de semana juntos esquiando... no hace falta llegar tan lejos ¿no?

-Supongo... ya que volvemos a hablar del tema me podrías decir por qué acabamos tú y yo llegando tan lejos-contraatacó Eytan.

-Así que si no te lo digo no me lo dices-pensó Shia en voz alta-no sé si me compensa, creo que averiguarlo será más divertido-zanjó la charla levantándose del taburete para poner en el lavavajillas la loza que había ensuciado en su copioso desayuno.

-Como gustes, pero ya sabes lo que ocurre cuando fisgoneas en mis cosas-protestó Eytan.

-Lo sé Eytan, tanto como tú sabes lo poco que eso me importa-respondió Shia mientras se acercaba-por cierto, te está sentando muy bien eso de crecer-le susurró al oído antes de salir de la cocina con rapidez para evitar que le golpeara.

Eyan suspiró  resignado, siempre era lo mismo, Shia no podía ni quería evitar molestarlo con sus comentarios salidos de tono, pero había aprendido a ignorarlos, la indiferencia era lo que peor le sentaba. Y ahora que se había empeñado en entrometerse en lo de Luke debía concienciarse para pararle los pies. Ya tenía suficiente con quitarse de en medio a Cindy. Al acabar el desayuno colocó las piezas en el lavavajillas y lo puso en marcha. Terminó de ponerse el uniforme y se machó al colegio con la esperanza de llegar a la tercera hora, ya se ocuparía de enterarse de los planes de Shia y el porqué de su repentina llegada.

Mientras tanto Shia más tranquilo después de asegurarse de que Eytan andaba demasiado ocupado para preocuparse de su repentina llegada, adelantaba trabajo en sus asuntos allanando camino antes de que llegara Ander, quería tener las espaldas cubiertas, debía despistarlo con algo y aún no estaba seguro de con qué, primero tenía que asegurarse de qué pensaba hacer ese ogro que tenía por hermano. Le perturbaba ese repentino cambio de planes para pasar las vacaciones con su padre en lugar, como siempre, de irse con su madre a esa casa enorme que tenía en la playa, en la que podía pasarse el verano haciendo el vago y yendo de fiesta. Ahora cambiaba esa comodidad por unas cuantas semanas en un hotel rural con los amigos de la madrastra, con la que ni se llevaba bien ni mal, y con un padre con el que había perdido bastante el contacto al estar siempre pegado a las faldas de su madre y su despistado marido, que le trataban con la indulgencia que proporciona la indiferencia.

Todo era muy sospechoso, había telefoneado a su hermano mayor Frederick, pero en lugar de obtener información terminó por recibir una severa bronca en la que le reprochaba que apenas veía dos veces al año a su sobrina y una de ellas era en la cena de navidad que daba su madre, donde había tal cantidad de invitados entre ambas familias que ni tiempo tenían de hablar más de media hora. Así que sólo consiguió ser regañado por su falta de contacto con su familia materna, a la que no le acababa de hacer ninguna gracia que hubiera decidido irse con su padre y pasar más tiempo con su hermanastro que con sus hermanos. Y es que Shia era un alma demasiado rebelde y libre como para acatar todas esas costumbres sociales tan correctas de su madre, y no porque le supusiese algún problema cumplirlas con eficacia, era un perfecto caballero de cara a la galería, sólo que le gustaba demasiado mostrar su otra cara, disfrutaba con locura al corromper los principios de esos lindos amigos y señoras de la alta sociedad, que su madre se esmeraba en presentarle para que eligiese un buen partido. Pero a su madre no le gustaba nada que anduviese beneficiándose a sus amigas y a los hijos de éstas, sin trabas ni compromisos y sacando a relucir las facetas que incumplen el sacrosanto protocolo.

Shia nunca había tragado esa recalcitrante hipocresía, entendía que su madre cuidara tanto las apariencias, pero si ella también se saltaba a la torera algunas veces todo ese rollo ¿por qué le molestaba tanto que él lo hiciera?

Una vez se lo preguntó directamente, y consideraba ese momento como el peor error de su vida. Meg- así es como se dirigía a su madre, nada de madre, mamá... si acaso Margaret, cuando se enfadaba-se había puesto más rígida de lo normal, sus finos labios perdieron todo rastro de color al contraerse en una mueca deforme que endurecía sus delicados rasgos. Sus ojos se abrieron estirándose hasta el límite, mostrando una mirada que traspasaba cualquier cosa que estuviera en su camino, el azul claro de sus iris se cristalizó transmitiendo ese frío desdén que se estaba apoderando de cada uno de sus engarrotados miembros. Shia se dio cuenta de que había despertado a la zorra victoriana que yacía bajo el pellejo de su madre demasiado tarde, tuvo el dudoso honor de ser testigo de cómo Meg dejaba a un lado su diplomacia y le atacaba sin pudor, dejándole claro lo problemático que era su comportamiento y lo mucho que se parecía a su padre, hecho que en el vocabulario de Meg significaba que era persona non grata en su entorno, donde todos debían ser extremadamente cuidadosos con los modales. Hasta ese momento había podido hacer lo que quería con la condición de ceñirse a la más absoluta privacidad, si nadie más que los interesados se enteraban y quedaba entre ellos, podía hacer y deshacer como creyera, pero después de cuestionar tanta rigidez en las normas empezaron a vigilarlo y controlarlo mucho más, haciendo que se asfixiara en esa jaula de oro.

Shia aprendió una valiosa lección, nunca debía tratar asuntos escabrosos de manera directa, si quería cambiar las cosas a su favor debía maquillar sus motivos, darles la vuelta para que el otro pensara que lo hacía por iniciativa propia, no había nada que pusiera más nervioso a otra persona que ver atacada su fachada, eso hacía que se cerraran en banda y se pusieran a la defensiva. Sólo debía usarse para sacar información del otro, para ver cuáles son sus límites, de resto no era útil, sólo se conseguiría espantar a la víctima o contrincante.

Por esas razones había decidido mantener las distancias con su madre y sus hermanos, juntos eran una mezcla explosiva. El primogénito era la viva imagen de Meg, siempre refinado y cortés, manteniendo las distancias y controlando a la vez, o como decía su tía Viv "Frederick es un puto estirado, perece que anda todo el rato envarado, como si le hubieran metido un palo de escoba por el trasero". La hermana de su padre era lo opuesto a ellos, siempre sincera y tajante, por eso nunca congeniaron y no aparecía por la casa, hasta que sus padres se divorciaron apenas había visto a su tía, y la verdad se alegraba de poder conocerla, era muy divertida, y le había enseñado muchas cosas de la vida, sin ella habría sido un pringado en su adolescencia. Pero gracias a los modales que  Meg le enseñó  y a los valores inculcados por Viv, Shia se había divertido mucho consiguiendo lo que deseaba. No era un niño tonto que no conocía el valor de las cosas, sabía bien los riesgos y la recompensa de cada logro, y los asumía con entusiasmo. Después de todo Meg tenía razón al decir que era la viva imagen de su padre, un tipo educado con un amor desmesurado por el riesgo. Ese había sido el motivo por el que sus padres se habían divorciado. Al principio Meg encontraba encantadora esa faceta de Ray, pensó que podría domarla, dejándolo todo en una encantadora anécdota de juventud. Pero después de tres hijos en común y una fortuna amasada, Ray seguía exponiéndose gratuitamente, y eso Meg no lo podía consentir, así que lo dejaron correr sin hacer escándalos y manteniendo una correcta relación, en la que se llamaban para solucionar todo lo referente a los hijos, cuya custodia compartieron, incluso en un exceso de civismo acudieron a sus respectivas segundas nupcias, proclamándose como una ex pareja ejemplar. Aunque en privado se pusieran a parir y en lugar de llamarse por sus nombres se dirigían al otro como "zorra victoriana" y "tardío Peter pan".

Y en medio de la frialdad  de su madre y el espíritu aventurero de su padre estaba Ander, una combinación inquietante, justo lo opuesto a Shia. Físicamente se parecía su madre, una belleza rubia de rasgos frágiles y mirada sagaz, pero bajo esa apariencia se encontraba latente un carácter explosivo, tan resuelto como imprudente, su audacia iba a la par con esos impulsos temerarios, hábilmente camuflados por su semblante frío. Era eso lo que Shia más temía, con Frederick no había problemas, simplemente había que mantener las formas y con eso se contentaba, no tenía el nivel de exigencia de Meg, afortunadamente en eso se parecía más a Ray, era tolerante y calmado. Shia se parecía físicamente a Ray, de porte atlético, su pelo negro contrastaba con el verde de sus ojos que tras unas espesas pestañas se mostraban intensos. En ellos podía leerse ese amor por los desafíos, siempre al acecho de una presa o rival que motivara sus sentidos, pero siempre escudados tras sofisticadas maneras y un elaborado estilo. Lejos del asfixiante yugo materno Shia se desenvolvía con calma, su padre había sabido educarlo sin presiones, su madrastra Rose lo trataba con cariño, dándole su apoyo pero siempre manteniéndose en un discreto segundo plano en las decisiones sobre su educación. Y Eytan fue toda una refrescante novedad, por una vez no era él el más pequeño, ése al que todos molestan por ser el último en llegar y por lo tanto el más ingenuo, además al no tener parentesco se sentía con más libertad para molestarlo y divertirse a su costa. Adoraba sacarle de sus casillas, ver cómo ese niño tan tranquilo y adorable perdía la calma y contraatacaba, cada vez con más acierto, se enorgullecía de haberle enseñado tanto, era su pequeño monstruito. Y una de las personas que mejor lo conocían, a pesar de echarle en cara sus jugarretas e insultarlo nunca lo había censurado o condenado, no sabía si era un jodido psicópata y todo le daba igual mientras no le importunaran, aunque después de pasar esa memorable noche en la que le despojó de sus últimos resquicios de inocencia, sabía bien que detrás de la coraza de indiferencia de Eytan se escondía alguien muy pasional, sólo había que escarbar bien para sacarlo a la superficie.

 Ahora se encontraba en medio de un dilema, no sabía con qué intenciones venía Ander y no podía meterse en el lío de Eytan, ninguna de esas cosas le agradaba, para él, acostumbrado a tener las cosas bajo control, estar a ciegas y atado de manos era una tortura. Si Ander llegaba a fastidiar a Eytan ya podían llamar a los GEOS, porque iban a acabar mal, muy mal... en principio no había motivos para que eso ocurriese, pero Ander era imprevisible muchas veces, y sabía que sentía cierto rencor hacia Eytan porque consideraba que Shia lo anteponía a su verdadera familia, y es que otras de las características de Ander era el afán controlador  de Meg combinado con el amor a la lealtad de Ray. Que por otro lado parecía encantado con la idea de que su hijo cambiara de planes tan de repente, no le daba importancia al hecho de que fuera algo inusual, de que pudiera tener motivos ocultos, simplemente tendría a su hijo más tiempo junto a él y eso lo hacía demasiado feliz como para cuestionar los porqués.

A pesar de haber intentado sonsacarle a Ander el motivo de su visita no pudo enterarse de nada, ya que el rubio le cortó insinuando que no parecía contento con la noticia, y ahí tuvo que esmerarse en negarlo, argumentando que sólo le resultaba sorprendente: "una inesperada aunque grata sorpresa" se escucho decir a sí mismo, sintiéndose aliviado de que su treta resultara. Lo que menos le apetecía era tenerlo de malas nada más llegar. Tendría que ser paciente y no precipitar las cosas, esperar a ver qué pasos daba y sólo entonces decidiría si le concernía o no, porque si había otra cosa que Shia tenía muy clara, es que sólo si es estrictamente necesario, cuando el daño causado fuera mayor que los riesgos, se metería en asuntos familiares. Si podía mantenerse al margen como un mero observador, mucho mejor. Eso sí, siempre pasara lo que pasara intentaría ser testigo de ello, porque observar es la manera más efectiva y menos comprometedora de aprender, quien dijo que de los errores ajenos no se aprende mentía descaradamente o era muy estúpido. De acuerdo que nada como el clásico método de ensayo y error para que las cosas quedaran perfectamente claras, pero si se podía suavizar el error gracias a los ensayos ajenos por qué no hacerlo, por  intentarlo que no quede... Y quien mejor que uno de sus hermanos mayores para ilustrarlo.

 

Mientras, Shia se preparaba para la llegada de Ander acondicionando su habitación apropiadamente, no es que él fuera partidario de violar la intimidad de nadie de una manera tan obvia, pero no le dejaba elección, que su hermano fuera tan hermético no ayudaba a la hora de sonsacar sutilmente, así que no le quedaba otra opción que espiarle con ayuda de algunos modernos y discretos artilugios que grabarían sus conversaciones. Aún le quedaba la costosa tarea de volver a meterse en su ordenador, pero esa tarea se la había encomendado a Lee, un primo de Eytan realmente adorable, aunque a veces lo sacaba de quicio por completo, y después de lo del funeral había quedado bastante claro lo cabronazo que podía llegar a ser, pero siempre estaba dispuesto a echar una mano para ayudar al prójimo, y si era para fisgar en asuntos ajenos mejor, aseguraba que era mero afán antropológico, pero con sus habilidades informáticas le había proporcionado grandes momentos de felicidad, podía contar con él incondicionalmente aunque se tratara de cosas alocadas a horas intempestivas, siempre que le resultara mínimamente interesante Lee prestaba sus   servicios, algunas veces por generosidad, otras cobraba algún pago en especias, pero siempre merecía la pena cumplir sus exigencias. Incluso en ocasiones el pago era algo realmente satisfactorio de hacer, le gustaba tratar con Lee porque a pesar de ser algo escandaloso para su gusto era muy competente, y cuando daba el cante lo hacía porque le apetecía y con premeditación, o abusando de su innato talento para la improvisación, el caso es que si se le pedía discreción podía ser una tumba, y eso era algo que Shia apreciaba como una cualidad de incalculable valor.

Así que para asegurarse decidió llamarlo por teléfono, debía prepararlo todo antes de que Eytan regresara de clases, le quedaban dos horas como máximo, estaba seguro de que después de lo que había hecho con Luke no quedaría con él esa tarde, debía darle espacio para que lo asimilara y no complicar más las cosas, y para que rompiera con quien demonios hubiese tenido la brillante idea de molestar a Eytan robándole la atención de su mejor amigo. Mientras cavilaba con las posibles salidas de su hermanastro marcaba el número de Lee, escuchando de tono de espera una canción que le hizo sonreír después de todo "you and me and the devil makes three"  era perfecta para ese maldito cabronazo, cuando ya iba por la mitad de la canción Lee descolgó.

-¿Quién tiene el increíble honor de dirigirme la palabra?-dijo a modo de saludo evidenciando su habitual despiste.

-Por el amor de Marilyn ¿alguna vez miras la pantalla antes de contestar?-le recriminó Shia resignado.

-Sabes que adoro que me sorprendan lindo, y dime ¿qué deseas de mi adorable persona?-siguió Lee en tono divertido.

-No me llames lindo, tengo una reputación que mantener-rió Shia- y lo que quiero es que te adentres en los secretos más oscuros de Ander.

-¿Eso significa que quieres que lo despose o que le hackee?-preguntó Lee haciendo que Shia riera de nuevo con más ganas.

-Me conformo con que hagas lo segundo, lo otro sería demasiado egoísta por mi parte, privar al resto del mundo de tus encantos es un crimen demasiado horrendo.

-Tranquilo, no creo que aunque me casara dejara de regalar mis encantos al resto del mundo. Pero bueno acortemos que tengo que ir a repartir encanto-alegó Lee mientras miraba a Jack dirigirse al coche y le seguía el paso.

-Quiero tener acceso a todas sus cuentas de correo, a los documentos, fotos...

-Vale quieres un completo, eso me llevara un par de horas y tendrás que dejarme entrar en tu pc para darte el poder... digo las indicaciones.

-Estupendo, avísame cuando lo tengas y me conecto-respondió Shia contento por la buena disposición de Lee.

-Dame las direcciones que tengas y te llamo en cuanto lo consiga, aunque sean las dos de la mañana y te interrumpa un polvo.

-Sabes que para ti no hay restricciones horarias, siempre estoy disponible Lee.

-No sabes lo feliz que me hace escuchar eso, espero que nunca vayas a retractarte de lo dicho.

-La duda ofende, sabes que soy un perfecto caballero-protestó Shia.

-Eso ya me lo demuestras algún día en directo, saluda a mi primito, Ciao-se despidió Lee.

-Será un placer, y tú saluda a Jack de mi parte.

-Lo siento, pero tengo planeado decirle que eres mi nuevo amante así que no puedo darle tus saludos y ahora sí que corto, hasta luego Shia.

-Está bien, pero por lo menos métele mano de mi parte, bye.

Ahora sí podía respirar tranquilo, lo tendría todo listo para la llegada de Ander, y además le sobraba un día para poder fisgar en los asuntos de Eytan, o eso pensaba porque Ander iba a adelantar su llegada y esa misma noche aparecería justo para cenar.

Mientras tanto Eytan estaba feliz porque la ruptura con Cindy había sido más fácil de lo que creía, una vez obtuvo la colaboración de Luke todo fue sobre ruedas. Sólo tuvo que limitarse a tirarle los tejos mientras su amigo y algunos testigos más, observaban, Cindy a pesar de mostrarse algo reticente en un principio,  acabó cayendo, y no sólo eso, sino que confesó que había salido con Luke por despecho y además intentaba estropear su amistad para hacerle pagar su rechazo, cosa que le estaba poniendo muy fácil al ser él mismo quien la buscase. Al verse descubierta Cindy no lloró o pidió disculpas, simplemente se quedó callada, miró a Luke unos segundos y esbozando una amarga sonrisa le devolvió la pulsera que le había regalado por su cumpleaños. Los cuchicheos no se hicieron esperar, y Eytan aprovechó la oportunidad para acercarse más a su amigo y consolarlo.

-Siento que acabara así, pero es mejor que no mantengas relación alguna con ella-le aseguraba Eytan a un conmocionado Luke.

-Tenías razón, como siempre, creo que debería dejar que tomaras todas mis decisiones.

-Eso es una bobada, las hormonas son traicioneras, le podría haber pasado a cualquiera-replicó Eytan con serenidad.

-A ti no te hubiera pasado, de hecho tú la rechazaste, no sé cómo se me pudo ocurrir que de verdad podía gustarle. Con sólo pensarlo fríamente me hubiera dado cuenta de que sólo era su tapadera para acercarse a ti de nuevo, soy un estúpido, he estado a punto de meterte en un buen lío, dejando que esa víbora se entrometiera en tu vida a través de mí-se lamentaba Luke cabizbajo con tono entrecortado por su evidente nerviosismo.

-Escúchame bien-dijo Eytan mientras lo volteaba para abrazarlo alzando su rostro por el mentón-eres una persona estupenda y te has portado muy bien con ella, si no ha sabido apreciar lo que tenía ni si quera merece la pena que te lamentes.

-Y tú vas a resultar todo un optimista por muy gruñón que te pongas a veces-sonrió con melancolía mientras clavaba sus ojos en los azules de Eytan-seamos realistas, esa chica vino a por mí sólo para hacerte daño, yo no le interesaba lo más mínimo, simplemente me utilizó, no se quedó a mi lado porque le acabara gustando sino porque tú no cedías, es patético.

-Lo único patético es lo tonta que ha sido al dejarte escapar, al no darse cuenta de lo especial que eres, de lo afortunada que era ella por tenerte a su lado, y todo porque estaba demasiado ensimismada con su orgullo herido como para poder apreciarte, no entiendo cómo ha podido estar tan ciega-argumentó mientras estrechaba su abrazo con Luke, que había dejado de hacerse reproches al sentir los confortables brazos de Eytan rodeándole.

Algunos compañeros miraban la escena curiosos, unos pensaban que eran unos amigos ejemplares uno dando su apoyo incondicional y el otro dejando a un lado los celos por saberse utilizado. Había otros que veían algo más que una simple amistad, que siempre habían creído que esos dos maquillaban su relación y esa chica se había entrometido sin saberlo. Curiosamente ninguno andaba del todo equivocado, Eytan estaba apoyando a Luke de corazón, éste no sentía rencor alguno hacia Eytan, sólo gratitud, y Cindy se había entrometido entre ambos, pero en lugar de ser un obstáculo en su relación sentimental había sido el detonante.

Cuando Eytan notó a Luke más calmado le invitó a almorzar, siempre que éste  se deprimía gustaba de darse un atracón de comida tailandesa, adoraba el picante, las combinaciones agridulces y las especias. Eytan por su parte prefería ceñirse a platos más sencillos, así que se pidió pollo al jengibre mientras miraba a su amigo probar varios platos más exóticos. Hicieron planes para el fin de semana y ajustaron sus horarios para recuperar los entrenamientos perdidos.  Para agradecerle a Eytan que le abriera los ojos y cuidara de él, Luke le invitó a cenar y dormir en su casa, prometiéndole que su madre le prepararía su postre favorito, espuma de chocolate con caramelo al jengibre, especia que el castaño adoraba, le gustaba ese toque que intensifica el sabor fundiéndolo en su paladar... y ahora que había intimado con Luke se le ocurrían algunas maneras muy interesantes de hacer más intenso ese sabor, le gustaba encontrar nuevas formas de disfrutar de sus pequeñas debilidades, y la combinación del chocolate aromatizado haciendo contraste con la suave y dorada piel de su amigo le hacía la boca agua, era una mezcla sumamente tentadora.

Eytan se debatía entre llamar a su madre para avisarla de que iría a estudiar a casa de Luke yendo directamente, o pasar por su casa para coger una muda y ver el panorama, no estaba seguro de querer encontrarse con Shia, pero tampoco estaba tranquilo con ese asunto de su llegada sorpresa. Quería saber el motivo de su repentino regreso, saber los detalles y si no iba se enteraría más tarde... así que finalmente decidió pasar  antes de la cena, eso sí, le pidió a Luke que se adelantara en lugar de acompañarlo, cosa que su amigo agradeció, lo menos que le apetecía en esos momentos era tener que lidiar con el extraño humor de Shia, ese chico siempre conseguía desconcertarle, estuviera contento o enfadado no perdía oportunidad de meter baza.

Al llegar a la casa Eytan entró por la parte trasera, cosa poco usual en él, pero ver los tres coches por fuera del garaje le resultaba muy sospechoso, parece que tenían visita y nadie le había comentado nada. Algo que por otra parte no era de extrañar, a veces la casa parecía una jodida pensión, cualquier amigo o familiar de su madre y padrastro podía presentarse de improviso y él tenía que saludar con su mejor sonrisa y comportarse como un caballeroso anfitrión, cuando lo que en realidad le apetecía era pillar unas mudas y largarse a casa de Luke o Vivian, una tía de Shia muy simpática que le había enseñado unos cuantos trucos para "vivir mejor".

Abrió la puerta de la cocina con cuidado de no hacer ruido, y con paso sigiloso llegó hasta la puerta que daba a la sala, donde escuchaba charlar a su madre, a Ray y un chico cuya voz le resultaba vagamente familiar pero que no conseguía atribuir a nadie. En un intento de reconocer mejor esa voz pegó la oreja a la puerta, captando pequeños fragmento de la conversación, hablaban sobre cómo le había ido el viaje y por qué no les había avisado de que lo adelantaría. Suspiró resignado, lo habían vuelto a hacer, estaba harto de que no se molestaran en avisarle ¿tanto costaba decir "Eytan van a venir a visitarnos unos días"? No le parecía mucho pedir, era el único habitante de esa casa al que no se le consultaba nada, y eso lo entendía, la casa no era suya y lo mantenían, al ser un adolescente no esperaba que tomaran en cuenta su opinión, pero sí podían informarle, sólo eso, no era tan complicado.

Estaba sumido en sus pensamientos cuando notó que unos brazos aprisionaban su cintura, haciendo que diera un leve respingo y que se tapara la boca para que no dejar salir la exclamación que asomaba en sus labios. Al reconocer el olor de Shia se relajó, momento que aprovechó el mayor para pegarse por completo situando su boca en la oreja que le quedaba libre a Eytan.

-¿Te parece bonito andar espiando a tu familia de esta  manera?-siseó con sarcasmo.

-Suéltame pueden descubrirnos-le reclamó Eyan ofuscado.

-¿Se puede saber qué haces aquí escuchando como una marujona de tres al cuarto?

-Intentar enterarme de quién es el invitado sorpresa.

-Ah ¿no te lo dijeron? Vaya qué descortesía-afirmó Shia con condescendencia.

-Por lo que veo a ti sí, ¿serías tan amable de decírmelo?

-Mejor entras en la sala y te enteras, ya total vas a tener que soportarlo unas semanas.

-Iba a irme a estudiar con Luke, si entro tendré que quedarme-explicó Eytan molesto.

-¿Estudiar? -preguntó socarrón-no me lo digas mañana tienen un examen de anatomía.

-Ya córtala, si vas a fastidiarme el plan me voy a la sala y los aguanto a ellos.

-No seas así Eytan, sabes que te adoro y me encanta que lo pases bien-dijo Shia mientras lo giraba quedando cara a cara.

-Tu idea de que yo lo pase bien siempre ha sido un tanto curiosa...

-No sabes valorarme, todo lo hago por nuestro bien -acompañaba sus palabras de una inclasificable sonrisa que a Eytan le ponía los pelos de punta-hagamos lo siguiente, tú márchate a casa de Luke y llama para avisar, yo no te he visto ni hemos hablado en todo el día.

-Suena tentador ¿por qué quieres que me marche?-indagó Eytan con suspicacia.

-El invitado estrella es mi hermano Ander, adelantó su llegada para pillarnos por sorpresa, es raro que haga eso, no sé qué es lo que quiere.

-¿Y yo sería un obstáculo en vuestra comunicación?-preguntó Eytan en tono jocoso.

-Digamos que Ander tiene un humor un tanto especial, y tú no es que le resultes muy agradable que digamos...

-Vaya, con lo que me esmero en resultar encantador, me pregunto qué es lo que no le gusta de mí.

-Supongo que no le acaba de hacer ilusión que pase más tiempo contigo y Ray que con ellos-respondió Shia con simpleza.

-Así que tu hermano está celoso, eso se puede solucionar rápido, yo le cuento que en realidad nos llevamos a matar...

-Tú no le vas a contar nada-le interrumpió Shia con tono amenazador-no nos conviene, mejor deja que yo averigüe y tú vete a hacer lo que sea que quieras con naranjito.

-En serio deja de llamarlo así, y no sé a qué viene tanto secretismo con tu hermano, ni que fuera del pentágono.

-No sé si lo preferiría... si yo te parezco una mala bestia Ander te aseguro que me supera, huye mientras puedas, no lo compliques más.

-Sea lo que sea no creo que lo que busca tu hermano tenga que ver conmigo, y ya sabes que yo no me meto donde no me llaman mientras no me jodan.

-Ésa es la actitud, lástima que Ander piense que si alguien le puede servir para algo, por más tonto que sea, no se lo piense dos veces antes de involucrarlo.

-Igual que tú, debe ser genético-rió Eytan al ver la molesta expresión que se dibujó en los normalmente tranquilos rasgos de Shia.

-Te lo digo en serio, de los tres Ander es el peor, cuídate de que no se meta contigo.

-Tranquilo, ya tuve suficiente con lo tuyo Shia, desde entonces me ocupo religiosamente de ser yo el que controle la situación, y si no es así me bato en retirada.

-Muy práctico eso de "una retirada a tiempo es una victoria", pero para Ander no es suficiente, una vez  se fija en alguien no para hasta tener lo que desea, no acepta retiradas.

-Vaya no sabía que tuvieras un hermano omnipotente, deja de decir chorradas si alguien deja el juego se acabó, a no ser que sea un puto psicópata.

-No es para tanto, sólo llega a ser exasperantemente persistente, y eso es lo más molesto que puede haber, tiene una resistencia odiosa.

-Mensaje captado, yo mantendré una distancia prudente con él, y tú la mantendrás conmigo para que no se fije en mí, asunto resuelto.

-Perfecto, y ahora vete antes de que nos pillen.

-Ok, suerte con Ander, buenas noches-se despidió Eytan volviendo sobre sus pasos igual de sigiloso.

-Gracias, pásalo bien con naranjito.

Al oír esas últimas palabras Eytan se giró y le hizo un corte de mangas a Shia, le hubiera gustado protestar por su inapropiado y vulgar comentario, pero no tenía tiempo ni quería arriesgar su huida, así que tuvo que conformarse con la divertida sonrisa que provocó en su hermanastro, no era su ideal de respuesta... aunque pensándolo bien qué más daba, gracias a Shia podría ir a casa de Luke a tomar ese delicioso postre, del que no pensaba desperdiciar un gramo.

Y Mientras Eytan se daba a la repostería Shia entraba en el salón para darle una calurosa bienvenida a su hermano...

 

 


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