Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Arte de la Manipulación por LadyHenry

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Vivian sentía mucha curiosidad por saber qué asunto había llevado a sus sobrinos a visitarla clandestinamente. Shia no había avisado a su padre de que iba a cenar con ella, y Ander había adelantado su llegada sin avisar para que tuviera que recogerlo y así poder hablar sin interrupciones. Eso sólo podía significar que estaba ocurriendo algo gordo, lo único que le extrañaba era que Eytan no hubiera dado señales, normalmente todos estaban al tanto de lo que hacía el resto y si uno se preocupaba, los otros solían ser parte del problema, la explicación y a veces la solución; el punto es que de una forma u otra acababan implicados todos. Lo que significaba que Eytan debía estar algo despistado, ocupado en sus propios asuntos, que o bien eran prioritarios o actuaban como distracción, puede que incluso ambas cosas...

Tenía que averiguar qué estaba pasando antes de hablar con alguno, esos chicos eran un peligro andante, y no quería ser partícipe de sus complots sin saber bien a qué atenerse, además ella sólo quería ayudarlos a madurar, no darles herramientas con las que sacarse provecho inapropiadamente.

 Para saber qué estaba pasando con Eytan tenía que llamar a Luke, la única persona junto a ella, en la que el chico confiaba, estaba segura de que la podría poner al día. Con Shia y Ander la cosa estaba más complicada, contactar con Luispher resultaría algo chocante, así que primero hablaría con Shia y después vería qué hacer. Pero antes de nada tenía que llamar a Lee, siempre que Shia necesitaba algún tipo de ayuda recurría a él, no es que fueran los típicos amigos del alma, ni lo primos putativos más unidos, pero aunque no se hubieran hablado en meses sabían a conciencia que podían contar el uno con el otro sin restricciones de ningún tipo, podían recibir una llamada a las cuatro de la mañana pidiendo algo rocambolesco y lo harían sin preguntar, tenían una lealtad y una confianza que parecían ser inquebrantables, aunque no fueran muy dados a compartir intimidades, se podían contar las hazañas, como a ellos les gustaba llamarlas, pero eso de profundizar en el mundo interior lo detestaban, tal vez por eso se comprendían tan bien y no necesitaban más que una mirada para saber qué estaba sintiendo el otro.

 

Así que Lee podría informarla de si Shia estaba tramando algo, y contra quién, el resto de datos ya podría imaginarlos ella solita. De pensarlo le entraba dolor de cabeza, tener que fisgar en la vida de esos engendros atravesados no iba a ser un camino de rosas, apostaba el traste a que iba a terminar cabreada por las burradas que hacían, sin contar con que le tocaría poner orden antes de que acabaran metidos en algo parecido a Sodoma y Gomorra. Sólo esperaba que le diera tiempo a tomar medidas de precaución, si alguno llevaba ventaja podría ser un auténtico lío.

De momento lo que más le preocupaba era la repentina aparición de Ander, algo muy gordo tuvo que pasarle para que saliera de las faldas de su estirada madre buscando refugio en las de Ray. A Ander no le hacía demasiada gracia la nueva familia de su padre, no es que se llevara mal con su madrastra, el problema era Eytan, ese chico le resultaba peligroso, no entendía por qué demonios caía en las provocaciones de su hermano Shia, eran como el fuego y la gasolina, una combinación inflamable y abrasadora.

Vivian estaba completamente de acuerdo en ese punto con Ander, pero ella sabía que de momento la cosa estaba calmada entre esos dos, estaba segura de que habían terminado "mal" y que por eso, ahora guardaban un poco más las distancias, había menos tensión. Pero Ander no tenía ni idea, y tampoco creía que fuera a gustarle, seguramente se pondría más a la defensiva, para él hacer eso era la prueba definitiva de que esos dos podían dejarse llevar en un mal momento y joder a toda la familia, sin medir las consecuencias de sus actos, sólo era cuestión de tiempo y de que se juntaran los factores propicios para que hicieran estallar alguno de esos secretos familiares que estaban mejor, guardados y olvidados. Por eso no le gustaba Eytan, podía llegar a ser más impulsivo que Shia, y a su vez Shia valoraba más una buena competición que le resultara estimulante que preservar la calma familiar.

Ander estaba convencido de que un día la familia se pelearía, separándose, tomando distancia unos de otros con el mínimo contacto necesario, pero antes de eso quería acomodarse, obtener una buena posición que le permitiese distanciarse sin tener que estar de parte de nadie, sólo de la suya propia, había pasado muchos años trabajando su imagen para desperdiciar tantos esfuerzos.

Y mientras él intentaba ponerse a cubierto de su propia cagada, Shia disfrutaba a lo grande preparando el terreno, tenía que demostrarle a su querido hermano que él tenía razón, que su enfoque era el correcto, que reprimirse tanto no era lo mejor, había que aprender a manejar sus aptitudes, cometer pequeños errores para que llegado el momento supieran controlarlas, marcar los límites y aprender a manejarlas era lo que les salvaría de joderla a lo grande.

Pero por lo que intuía Ander ya había tenido el placer de comprobarlo en sus carnes, y ahora venía en busca de refugio, escondiendo la cabeza como un avestruz, y eso no era nada caballeroso, tan formal que quería aparentar y venía con esos horribles modales... simplemente inadmisible y patético. Hay que cagarla, pero también hay que apechugar, no se aprende mucho intentando escurrir el bulto, al menos nada constructivo, sólo tretas absurdas de mocoso inmaduro que acaban por dejarte en ridículo, hay que ser más valiente e inteligente, saber cómo minimizar daños y riesgos, cómo enfrentar la situación para que sea lo menos dañina posible, a veces incluso puede convertirse en una oportunidad de donde sacar algo de inesperado provecho, no hay mal que por bien no venga... o eso dice el refrán.

Y eso era lo que Shia tenía que enseñarle a su hermano, una vez reformado podía convertirse en un buen aliado, alguien más razonable y observador. Estaba trabajando en ello en su cena con Vivian, ella había traído a Ander del aeropuerto para darles una sorpresa... de pensarlo se partía la caja, Ander dando sorpresas, sonaba tan auténtico como lo de esa mujer que afirmaba haberse quedado embarazada por ver una película porno en 3D.

-Bien querido nos ahorramos los preliminares-propuso Vivian sonriendo indulgente.

-Nunca pensé que  te gustara jugar rudo- rió Shia.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí, la mayoría ni las imaginas... pero no estamos aquí para hablar de eso, tú tienes información que yo quiero y viceversa, así que quid pro quo...

-¿Qué tal te va con Eytan últimamente?-disparó Vivian dándole a entender que algo sabía.

-Bien...

-¿Sólo bien?

-La verdad es que estamos a nuestra bola, ambos tenemos asuntos importantes que atender así que prácticamente no nos hacemos mucho caso.

-¿Ya te aburriste de jugar con tu hermanastro?

-Yo no lo llamaría jugar... en general Eytan a pesar de ser tan aparentemente comedido tiene la loable capacidad de proporcionarme grandes momentos de diversión en todos los aspectos.

-¿En todos? ¿Eso no es un poco exagerado?

-Cierto, aún no he tenido tiempo de ponerlo a prueba en muchos, pero en los que hemos tocado no podría haber quedado más satisfecho.

-Así que se lo monta bien el muchachito.

-Sí, pero a qué viene tanta curiosidad por Eytan, no pinta nada en lo que iba a consultarte, ¿sucede algo con él?

-Puede que para ti no sea relevante, pero lo es para la situación en general, hay que tener cubiertos todos los campos de actuación antes de aventurarse a planear algo.

-Vale, ¿qué es lo que quieres saber exactamente?

-Verás Ander y tú están sonsacándome información, o intentándolo... pero Eytan no, sólo me visita cuando sale de entrenar los viernes, y nos limitamos a charlar mientras tomamos algo. Está centrado en alguien, lo suficiente como para dejarte a tu bola a pesar de que se la jugaste bien.

-¿Según tú cómo se la jugué?

-Querido no le hagas decir cosas pecaminosas a una señora de mi edad.

-¿Cómo lo sabes?

-No hace falta ser muy observador para darse cuenta de que la tensión cortante que antes había entre ustedes ha desaparecido, y conociéndolos sólo puede haber sido por un motivo.

Vaya, deberíamos aprender nuevas cosas, eso sonó a que somos unos aburridos...

-No creo que hacer eso y de esa manera sea precisamente aburrido.

 

-No te vi en la boda, ¿al final fuiste?

-Digamos que llegué para el postre.

-Afortunada de ti.

-La experiencia es un grado, y ahora ¿me cuentas quién es la persona en la que ha puesto sus ambiciosos ojos Eytan?

-Luke.

Al asimilar la respuesta Vivian parpadeó mostrando cierto escepticismo, no se lo esperaba, no todavía, eso aclaraba muchas cosas y complicaba otras tantas.

-Vaya, esto se pone interesante.

-¿Alguna otra cosa que quieras saber de Eytan?

-No, eso es más que suficiente, gracias.

-Pues ahora es mi turno, ¿qué te ha contado el buenecito de Ander?

-Digamos que tiene más en común con Eytan de lo que le gustaría...

Shia ladeó la cabeza frunciendo las cejas, ese comentario se prestaba a interpretaciones un tanto peligrosas.

-¿Podrías ser un poco más concreta por favor?

-Luispher.

Al escuchar el nombre Shia esbozó una de las sonrisas más inquietantes que se hubiesen asomado a sus labios, que Ander hubiera caído en la tentación era simplemente maravilloso, ahora sólo tenía que hacerle entender que ésa era la única manera de librarse de ella, como afirmó Wilde. La mitad del camino estaba hecho, el primer paso estaba dado y se disponía a intentar borrar las huellas delatoras de sus actos. Afortunadamente contaba con la ayuda de Luispher para frenar el retroceso.

-¿Cómo lo lleva?

-De pena, es tan exasperante como tu madre, qué desperdicio...

-Entonces ¿cuento contigo?

-Puedo supervisarte desde la sombra, ya sabes que detesto llamar la atención.

-Claro, eso no me supone ningún problema, de hecho es toda una ventaja.

-¿Qué le has aconsejado?

-Que hable con Luispher, intenté apelar al respeto y esas mamarrachadas pero no hubo forma. Ese chico debe gustarle porque está jodidamente atacado.

-A Luispher también le gusta, desde hace mucho.

-¿Tanto como para querer vengarse?

-Ya lo creo, a lo grande.

-Vaya entonces debe ser amor, estoy conmovida-anunció Viv sonriendo ladinamente.

-Cuando te pones así das miedo...

-¿Qué tiene planeado su despechado amiguito?

-Está despechado pero tiene muy claro eso de que la venganza se sirve en plato frío... de momento quiere saber cuáles serán los pasos de Ander para hacer oficial su compromiso de conveniencia.

-Qué disgusto querido, cuando me dijo lo de esa chica casi me da algo, sí que tiene prisa pero meterse en esa familia, ¿es que no tiene bastante con la suya propia?

-Parece que no.

-Y después de saber fechas y otros detalles ¿qué hará?

-Tenía pensado plantarse de improviso para sorprenderlo, en plan qué amiguitos somos.

-No suena mal, pero será mejor tantear el terreno, ver cómo se desarrollan las cosas, lo más importante para dar un golpe de efecto es elegir el momento adecuado.

-El único problema es que le dijo a sus padres que venía a visitar a Ander...

-Entonces sólo hay que mantener la coartada, que se quede en mi apartamento de la playa y si los padres reclaman hablar con algún familiar ya me pongo yo.

-Perfecto, déjame las llaves y le ayudo a instalarse esta misma tarde.

-Cuando estén instalados avisa y me pasó a tomar café, así nos conocemos.

-Creo que sería mejor quedar en un restaurante, no vaya a ser que alguien nos vea.

-Si te refieres a la señora Palmer está de vacaciones.

-Esa mujer tiene cámaras de seguridad en todos lados...

-Aún no olvidas ese pequeño incidente, lo que te hizo Eytan en el hotel fue mucho peor.

-Y lo que yo le hice a él ni te cuento...

-Tan malo no será si ahora se llevan mejor.

-Créeme a él le molestó mucho en su momento.

-Como quieras, elige tú el lugar, yo soy una señora y no estoy acostumbrada a ir en plan clandestino

Unas horas después Shia, Luispher y Vivian cenaban en un pequeño restaurante cerca de la playa. Habían congeniado al instante, el alivio fue mutuo, Luispher al saber que tenía pleno apoyo y Vivian al cerciorarse de que el chico era maduro y decidido.

-Bien Luispher , veo que has hecho los deberes, sin embargo creo que el enfoque de jugar con las reglas de Ander no es el más adecuado, se trata de demostrarle que su estilo no es el mejor, que tiene muchos fallos esa fachada de niño bien.

-Quiero joderlo, que comprenda que a mí me debería respetar, que no soy ninguna de esas fulanillas a las que manipula chasqueando los dedos...

-Y está muy bien que tengas el detalle de hacerlo con sus reglas, pero es poco original y puede que nada efectivo. Eres la persona perfecta para darle la lección de su vida a Ander, pero tienes que serle fiel a tu estilo, querido.

Shia observaba en silencio, estaba seguro de que Vivian iba a apostar fuerte, y eso significaba que por fin iba a armarse la gorda con su hermano. Estaba francamente emocionado.

-¿Y cuál es mi estilo?-cuestionó Luispher divertido.

-Uno directo y contundente, sin florituras ni rodeos-respondió Vivian sonriendo.

-Básicamente creo que la idea es que en lugar de darle espacio para reaccionar te tires encima de Ander cual hiena hambrienta, que pases a la acción de una manera afectuosa que no pueda rechazar-propuso Shia.

-Que actúe como si fuera lo más natural del mundo que después de echar un polvo con tu mejor amigo no te cuestiones nada ni le des importancia...-interrogó Luispher.

-Eso es, que sólo le veas la parte positiva, follar es muy sano y se estrechan lazos, o eso dice Eytan-respondió Shia.

-¿Tu hermanastro?

-Sí, él lo hace con su mejor amigo.

-Comienzo a entender porque Ander lo detesta tanto...-observó Luispher.

-¿Y bien?

-Manos a la obra, preparad un encuentro fortuito y ataco-afirmó Luispher animado.

-Buena actitud, muy entusiasta-aprobó Vivian.

-¿Te viene bien mañana por la noche?

-Por supuesto, he venido aquí exclusivamente para eso...

-¿Si?-interrogó Shia socarrón.

-Ya sabes a lo que me refiero...

-Claro que sí, eres un chaval muy entregado a la causa-rió Vivian.

-Eso debió ser lo que le enamoró  a Ander de ti-suspiró Shia.

-¿Enamorarse Ander?-preguntó escéptico Luispher.

-Obvio, por qué si no huiría-cuestionó Shia.

-Más obvio aún, cayó en la tentación por ti, es la primera vez que cae de esa manera tan arriesgada-respondió Vivian.

-Cierto, lo más atrevido que ha hecho en los últimos años es, aparte de echarme un polvo,  falsificar justificantes para clases.

-Pues habrá que ponerle las pilas, es hora de que crezca como persona y arriesgue más-sonrió Vivian.- Pero antes de nada sondea bien el ambiente en que se mueve ahora, investiga a su supuesta novia y todo su entorno, hay que saber dónde se mete uno y cómo debe moverse.

-Descuida tía, ya le he preparado un buen seguimiento, sabremos hasta cuántas veces va al baño-reveló Shia.

-Un poco exhaustivo-suspiró Vivian-.-Pero en estos casos mejor pasarse que quedarse corto.

-Pues manos a la obra-animó Shia- Luispher tú vete a seducir a mi hermanito, yo me pondré al día de sus intimidades y mañana quedamos aquí para cenar y ponernos al día, hay que planificar el siguiente paso cuanto antes.

-Muy bien, creo que voy a sumarme a la fiesta, así calibramos objetivamente la reacción de Ander al encontrarse con tan grata sorpresa-sonrió Vivian.

La llegada a casa de Ray fue  de maravilla, Luispher hizo buenas migas con la madre de Eytan enseguida, ambos gustaban de los gatos, y Luispher no pudo resistirse a juguetear con la traviesa cría de  Gea, la consentida gata persa de Rose. En menos de media hora estaban disfrutando de un buen café mientras Vivian se encargaba de poner por las nubes a Luispher, que se comportaba de una manera algo tímida y modesta, dando la sensación de estar abrumado ante tanta atención. Un cachorrito desvalido a los ojos de Ray y Rose.

Shia se había ido a visitar a Eytan, cosa que no acababa de hacerle gracia a éste, pero era mejor estar informado de primera mano de lo que se estaba cociendo, para una vez que  tenían el detalle de contar con él no iba a ponerse quisquilloso.

-Necesito vuestra ayuda chicos-pidió Shia sonriente.

-¿Qué quieres?-preguntó Eytan cortante.

-Que me ayuden a contactar con algunos conocidos de Grace Parker, la nueva novia de mi hermano Ander. Sé que la madre de Luke y la suya son muy buenas amigas.

-Esa Grace...-suspiró Luke.

-Te noto entusiasmado-ironizó Eytan.

-Es una harpía arribista, no pienso soportarla, me saca de quicio, y mira que tengo paciencia-se quejó Luke.

-Parece que la conoces bien ¿hay algo que pueda servirnos para desacreditarla?-interrogó Shia.

-Haberlo, lo hay... sólo que no va a ser fácil conseguir pruebas.

-Eso déjamelo a mí, tú sólo cuéntame lo que sepas.

-Estaba liada con la hija del jardinero, llevaban años teniendo una relación clandestina e intermitente. Rompieron muchas veces a causa de los novios de Grace, pero cada vez que Lindsay empezaba a salir con alguien Grace se ponía verde de celos y volvía a conquistarla.

-Eso no va a funcionar con Ander, se habrá liado con ella para mantener las apariencias, habrá que atacar con Lindsay.

-Y, ¿cómo se supone que lo haremos?

-De eso se encargará Luispher, no te preocupes-respondió guiñándole el ojo a Eytan-. Por cierto mañana deberías venir a almorzar y así lo conoces, también vendrá tía Viv, puedes traerte a Luke si quieres.

-Un plan muy divertido, sin duda-sonrió Luke con ironía.

-Será mejor que te acabes de acostumbrar a esto, nuestra familia tiene una vida social muy agitada.

-No lo animes así, Luke simplemente apiádate de mí-pidió Eytan con mirada suplicante.

-Ok. Entonces tendremos que darnos prisa, sólo tenemos unas horas para contactar con Lindsay-sopesó Luke.

Mientras Shia y Eytan seguían a Luke en busca de Lindsay, la merienda en casa de Ray comenzaba a ponerse interesante, Ander se había llevado la sorpresa del año al ver a Luispher conversando con su padre, que parecía entusiasmado. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para cerrar la boca y fingir alegría.

Para Vivian fue todo un show ver cómo ambos chicos jugaban sus papeles sin intentar perderlos, le reconocía más mérito a Ander, le habían tendido una buena encerrona, y a pesar de eso intentaba poner nervioso a Luispher, descolocarlo para que acabara montando una escena. Pero Luispher parecía inmune a sus hirientes comentarios, ni que hablara de su novia, ni las falsas disculpas por haberlo abandonado tan de repente por culpa de su increíble enamoramiento... nada, aunque ésa última fue complicada de capear porque era jodidamente divertida, la ironía brillaba en los ojos de Ander mientras la soltaba fingiendo la sonrisa de un loco enamorado. Era para partirse la caja, pero Luispher le siguió el juego de lleno, dándole su apoyo y comprensión, incluso envidiando su situación.

A Ander le fastidiaba no causar el efecto que quería, y dejarse llevar por las bobadas de Luispher que lo picaba cada vez más para que se luciera en su faceta de panoli enamorada, tenía que reconocer que era gracioso, debía verse ridículo soltando esas bobadas y sabía que Luispher lo estaba disfrutando, debía ser su pequeña venganza por dejarlo sin despedirse. Pero esperaba algo más fuerte y se estaba preparando, no pensaba dejar que le jodiera los planes.

Por eso cuando por fin se quedaron a solas y Luispher lo miró con seriedad pidiéndole que hablaran comenzó a ponerse nervioso de verdad. Esperaba que lo insultase, que lo mandara a la mierda, que lo amenazara... Pero no esperaba que Luispher en lugar de hacerle reproches le pidiera consejo sobre un asunto familiar delicado. Que aún confiara en él le había pillado desprevenido, no sabía cómo actuar, su amigo al que había fallado y poco menos que insultado con su actitud, dejaba todo eso a un lado y le pedía ayuda. Hubiera preferido que le reclamara, verlo así de desconsolado le conmovía, se sentía fatal, quería reconfortarlo, pero no sabía qué hacer, mientras tanto el silencio se iba apoderando de la situación.

-¿Es por lo que pasó cuando mi hermano tuvo el accidente?-preguntó Luispher rompiendo la tensa atmósfera.

-Qué...

-No te hagas el tonto, te apartaste, pero creí que me perdonarías, yo lo siento tanto... perdí el control-sollozó Luispher.

Ander parpadeaba sin acabar de asimilar lo que estaba sucediendo, Luispher se echaba la culpa de lo que pasó, creía que él se había distanciado por lo que había hecho, cuando las cosas eran totalmente opuestas.

-Discúlpame-pidió Luispher-. No sabía a quién acudir,  pensé que podía contar contigo, puedo llegar a ser muy egoísta...

Intentaba calmarse, no estaba preparado para encontrarse a un Luispher indefenso, pensaba que con lo que le había hecho la rabia lo llevaría a superar la situación, pero en lugar de eso lo había rematado, hundiéndolo del todo. Se sentía muy culpable, estaba enfadado consigo mismo por no medir las consecuencias de sus actos, tenía que decir algo, detener la congoja de su amigo, en esos momentos, ni siquiera podía mantenerle la mirada, esa fragilidad lo estaba matando, era incapaz de soportar verlo así.  Pero de sus labios no salía una sola palabra, todas las frases que se formaban en su cabeza le parecían vacuas, insuficientes, equivocadas... lo que quería expresar no podía limitarse a un discurso.

Lentamente fue acercándose hasta Luispher, se agachó para quedar a su altura tomándolo del mentón, haciendo que sus miradas se cruzasen, volviendo a conectar como meses atrás lo hacían. El tiempo se había detenido, los malentendidos parecían difuminarse para dar paso a una cercanía arrolladora, y fue en ese punto donde Ander se dejó llevar, sin pensar en nada lo besó con unas ansias desoladoras, que aumentaron al notar el leve temblor de Luispher bajo su tacto implacable, que se deslizaba sobre la tersa piel para pedir una entrega total.

Luispher lo estaba disfrutando al máximo, no había nada que lo excitase tanto como ver a Ander perdiendo el control, sacando fuera a su Mr. Hyde particular. Era mucho más interesante esa parte salvaje donde daba rienda suelta a la fiera, que no tenía contemplaciones, ni reparos, que exigía lo que quería sin miramientos, doblegándolo a acatar cada caricia, beso... sin más opción que corresponder. Adoraba el anhelo demandante que se reflejaba en cada movimiento, cada mirada exigente y arrebatadora mermaban sus ganas de resistirse un poco más para prolongar el juego.

La lengua de Ander quemaba, sus uñas se clavaban en la espalda y las nalgas, apresándolo con ferocidad para imprimir un ritmo salvaje al coito. Mientras sus dientes tironeaban salvajemente de sus labios, dejándolo lleno de marcas, partido por la mitad, sintiendo cómo lo hacía suyo de una manera voraz. Necesitaba dominarlo, después de tantas semanas echándolo en falta no podía reprimir esa imperiosa necesidad de sentirlo al cien por cien bajo su yugo. Odiaba esa debilidad, que se imponía ante principios y  normas, haciéndolo quebrantar sus auto impuestas reglas. Pero ni podía ni quería parar, era demasiado buena la sensación que le propiciaba la abandonada entrega de Luispher, siempre disponible para él, con su generosa sonrisa e infinita paciencia. Le gustaba la calidez de su cuerpo y su anhelante mirada, ésa que tanto contrastaba con su pragmática frialdad.

Esta vez no hubo sueño apacible ni despertar terrorífico, Luispher después de que acabaran se duchó y volvió a vestirse, despidiéndose de él con un "gracias por estar ahí cuando te necesito". Había quedado para cenar con su familia pidiéndole que no cancelara los planes que ya tenía, no quería ocasionarle más imprevistos. Era absolutamente descabellado, a pesar de ser la salida que parecía más fácil, la que le liberaba de su parte de responsabilidad, a Ander no le gustaba ese comportamiento, le desconcertaba. Sabía bien que Luispher no era nada convencional, pero aún así esperaba otra reacción, se trataba de su mejor amigo, no podía pasar de estar ardiendo a templado sin más. Se esperaba cualquier cosa menos eso. A pesar de tratar de no intervenir en sus planes Luispher lo hizo de la peor manera posible, ocupando sus pensamientos toda la velada, mientras lucía totalmente ido y despistado ante la familia de su novia.

Por su parte Luispher se lo estaba pasando de lujo, primero con la cara de antología que había puesto Ander al verle y al despedirse, y después relatándole la jugada a Vivian.

Mientras tanto Luke y Eytan cenaban con Lindsay, descubriendo cosas que resultarían de gran utilidad.

La palabra perfecta para definir aquella noche era "fructífera".

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).