Los famosos integrantes de Super Junior, visitaban una tranquila ciudad a las afueras de Seúl,
considerada la mas verde y menos poblada de toda corea, un lugar tranquilo y apacible el cual parecia no poder existir en un lugar tan industrializado.
Estaban por motivos de trabajo nada fuera de lo cotidiano, pero al terminar sus trabajos la tarde la tenian bastante tranquila, y disfrutaban en el pequeño hotel donde habian sido invitados.
La mayoria descansaba o disfrutaban tomando alguna bebida fresca en la terraza de sus habitaciones.
Sungmin estaba realmente cansado, pero por alguna razón no podia dormir ni un poco, asi que estaba tirado en el sillón sin hacer nada en particular.
-¿No puedes dormir?.-La suave voz de Kangin hizó que sungmin bajara de esas nubes que le rondaban por la cabeza.
-Pues no la verdad.- Le dijo con una suave sonrisa pero cansada.
-¿Quieres dar una vuelta?-Le preguntó Kangin entusiasmado.
-¿Ahora?-Dijo mirando su reloj.
-Si, yo tampoco puedo dormir y hay una cosa que quiero mirar...-
-Vale, es una buena idea.- Sungmin se levantó cojiendo una chaqueta que tenia cerca.
-Vamos en mi moto.-
Kangin habia ido a la ciudad en su moto nueva, estaba tan ilusionado con ella, que no pudo evitar ir el solo en su moto, disfrutando del aire que se respiraba en aquella ciudad escapando de toda contaminación.
Una vez montados en su moto, empredieron un pequeño viaje por las oscuras carreteras del campo, que rodeaba la ciudad, Sungmin miraba fascinado como las estrellas asomaban libres por el gran cielo, lejos de toda iluminación artificial que destellaba siempre la ciudad donde vivian.
Algunos animales cruzaban rapidos las carreteras asustados por la luz que les atacaba.
-¿Estás Bien?.- La voz de kangin asustó al pequeño, ya que estba fascimado con todo lo que veia y disfrutaba en ese momento.
-Si, Estoy perfecto, esto es precioso Kangin.- Dijo asombrado.
-Sí, lo se.- Rio alegre.- Pronto llegaremos.-
Al cabo de 10 minutos fascinantes para ambos, llegaron a un pequeño terreno de tierra, situado entre carretera y el bosque que se extendia a lo largos de las carreteras.
Alli aparcaron la moto, y bajaron un poco asustados por la oscuridad que habia, aunque entre el bosque habia una suave luz.
-Ya hemos llegado.- Sonrio Kangin.-Dame tu mano, vayamos juntos por si acaso, es la primera vez que estoy aqui.-Admitio.
-Pues no lo parece.- Dijo cojiendole de la mano.
-Cuano supe que veniamos aqui, estuve buscando algo de información y vi algo que, me interesó mucho, si no me equivoco es por ahí.- Dijo señalando a un camino de tierra casi oculto entre el extenso bosque.
Ambos comenzaron a caminar con preacaución entre los arbustos, Sungmin un poco asustado se aferraba al brazo de kangin.
Poco a poco, vieron la suave luz que habian visto antes, mas cerca, y un suave sonido inundaba el silencio, que proporcionaba el bosque.
- ¿Un rio?-Preguntó enseguida Sungmin reconociendo el sonido del agua correr.
-Ya lo veras.- Sonrió caprichoso Kangin.
Llegaron a un puente hecho de piedras grisaceas, bastante viejas y llenas de plantas que se enredaban por todo el puente, en uno de los extremos del puente se extendia una farola con una luz suave, de un color amarillento casi apagado.
Sungmin corrió al borde del puente para ver un precioso rio correr bajo sus pies, con enormes arboles que crecian al pie del rio, algunas luciernagas vagaban tranquilas encima del rio, mejorando el hermoso paisaje que llenaba los ojos de Sungmin.
Kangin se acercó por su espalda y lo abrazó calidamente apoyando su barbilla sobre el hombro de Sungmin, aspirando todo su aroma.
-¿A que es asombroso?.-Dijo disfrutando del mismo paisaje.
-Si, es genial.- Sungmin adoraba el paisaje pero, ese repentino abrazo habia desviado toda su atención hacia Kangin.
-Es especial y tu lo haces aun más especial.-Kangin bajó sus manos a las estrechas caderas de sungmin, volteandolo levemente.
-Busqué esto solamente para ti, queria buscar algo que se asemejara a ti, pero despues de verlo, realmente... tu eres mejor.-
Kangin le miraba detenidamente, cada palabra iba dedicada a su pequeño, al que tanto deseaba desde hacia tiempo, por fin se atrevia a confesarle enteramente lo que sentia despues de varias insinuasiones fallidas.
-Kangin..nose que decir...- El rubor lo apoderaba de sobremanera, evitando pensar con claridad, su corazón palpitaba mucho, la respiración, los brazos, su olor, todo estaba muy cerca, las ganas de que lo besara lo inundaba.
Cerró sus ojos confundido, esperando el siguiente paso de su compañero.
Para kangin esa fue la señal perfecta para besar sus labios, un beso que lo llenó de sensaciones inexplicables y maravillosas, una felicidad increible.
-Te amo.-Le dijo, deseoso de una respuesta.
Sungmin abrió sus ojos temblando un poco entre los brazos de Kangin.
-Yo tambien.- Dijo con una enorme sonrisa que podria incluso iluminar mucho más que aquella farola presente de tal romantico momento.
Fin.