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Superando los miedos por ale-chan

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Notas del fanfic:

hola! este fanfic es fruto de mi fobia a las peliculas de zombies. decidi hacer una pausa en "intercambiando cuerpos" y traerles este one-shot reciente.

espero que les guste mucho! ^^

-Wuaaaa... ¡¡Yuki ayúdame!!, ¡¡ayúdame!! -gritaba un pelirosa aún dormido, revolcándose en la cama bruscamente. El rubio que dormía plácidamente a su lado se sobresaltó rápidamente, quedando sentado del susto. Miró con enojo al pequeño, para luego comenzar a moverlo hacia todos lados.

 

-Chiquillo loco, ¡déjame dormir! -rugía enfadado Yuki.

-¡¡Yuki, Yuki, ayúdame!!, ¡me comen los zombies! -Eiri ya comenzaba a impacientarse, por lo que cubrió la boca del chico con una mano, y con otros dos dedos tapó su nariz. El pelirosa continuaba moviéndose, pero ahora por falta de aire.

 

-¡Yuki!, ¿qué haces? -chilló Shuichi tomando aire con fuerza y despertando al fin- ¿por qué me ahogabas? ¿Ya no me quieres? -y en un segundo comenzó a llorar.

-¡Cállate mocoso! No he dormido nada... por la tarde tuve que acabar con la novela, ¡y en la noche lo hicimos hasta la madrugada! ¿Cómo quieres que no me enfade? -vociferó, golpeando con la almohada al chico.

-¡Ya Yuki! Está bien... lo siento -contestó, cubriéndose con las mantas. Cuando se destapó, su koi estaba nuevamente dormido- oye Yuki, tuve una pesadilla horrible.

 

-Deja de fastidiar o te vas al sofá.

 

-Pero Eiri, tengo miedo de dormir -insistía con pucheritos, tirando de la camiseta del rubio- Yuki... Yukiiii... Yukiiiiiiii -Eiri intentaba estar tranquilo, pero el comportamiento de Shuichi lo estaba enloqueciendo, así que dio la vuelta y con una sonrisa muy mal fingida, que hasta asustó al molesto joven, continuó:

 

-A ver... ¿con qué soñaste baka?

 

-Soñé que estábamos en una mansión, que vivíamos felices y enamorados... y de un momento a otro... ¡los zombies nos seguían! ¡¡Y yo quedaba atrapado y tú no me podías salvar!! ¡Yukiiii! Tengo miedo... buaaaaaaaaaa.

 

-¡Cálmate baka! Fue sólo un sueño... vuélvete a dormir.

 

-Pero no puedo, tengo miedito -murmuró avergonzado, luego quedó callado y miró con ojitos acuosos al escritor- si me das un besito tal vez pueda dormir.

 

-No seas tonto, duérmete -exclamó indiferente Eiri, dándole la espalda.

 

-Pero... ¡me comerán los zombies!, ¡por favor Yuki!

-¡Yaa!, está bien, ¡pero cállate por favor! -dijo Eiri casi en un ruego. Se acercó y le dio un beso, que sin notarlo, pronto se hizo más profundo y apasionado.

 

-Mmm... Eiri, ahora soñaré lindo -susurró sonrojado, acurrucándose en el pecho del mayor.

 

 

 

 

Pasando unos minutos en el cuarto se escuchaba una voz chillona pidiendo auxilio a gritos.

 

-¡¡Abrázame Yuki!!, ¡por favor! -gruñó Shuichi tomando con fuerza el cuerpo de su koi.

 

-Ya... Shuichi... ¡¡vete de aquí!! -y seguidamente lo tiró de la cama- ¡vete al sofá mocoso insoportable!

 

-Pero Yu...

 

-Pero nada, ¡¡fuera!!

 

El pelirosa tomó una manta y salió llorando de la habitación, se acostó en el sofá y luego empezó a gritar de nuevo en mitad del sueño.

 

EN EL DESAYUNO

 

-Lo siento Eiri... fue la pesadilla más horrible que tuve -dijo Shuichi tomando un sorbo de su chocolatada. Yuki le dirigió una mirada asesina, pero trató de calmarse.

 

-Bueno... tal vez debas superar tu miedo.

 

-¿Y cómo hago eso?, ¿acaso te disfrazarás de zombie?

 

-¡No seas baka!... ¿qué te parece si alquilas algunas películas de muertos vivos? -cuestionó con elocuencia el escritor. Shuichi lo miró contento, acercando su rostro al del rubio.

 

-Si las miras conmigo, acepto.

 

-La cuestión es que debes estar solo, así lo superaras.

 

-Pero Yuki, tu estarás sólo para controlar que no me escape.

 

-Esa excusa es estúpida -dijo secamente, levantándose para lavar su taza.

 

-Entonces no alquilo nada, y te seguiré fastidiando por las noches -Yuki miró asustado al pequeño, y resignado asintió- ¡Que bueno!, alquilaré muchas películas de zombies y tú me ayudarás a superar mi miedo ¿nee?

 

-Se, se... vete a trabajar que es tarde.

 

-Si Yuki, te amo mucho, ¡mucho! -luego le dio un beso, y al final desapareció brincando del departamento. Yuki sonrió divertidamente y se encerró en su escritorio a escribir, de alguna manera se sentía inspirado esa mañana.

 

MÁS TARDE

 

-¡Uf! Al fin dejé los estudios -dijo cansado Shuichi, pero pronto se alegró al llegar a un videoclub. Entró resuelto y rápidamente se dirigió a la fila de películas de terror, miró con miedo los títulos y las imágenes que adornaban las tapas de los videos.

 

-¡Que horror!, ¿cómo pueden hacer cosas así? -dijo aterrado, sintiéndose incapaz de elegir- creo que tan sólo llevaré dos... veamos -repasó con el dedo las cajitas y al final tomó una al azar, la cual se titulaba “El regreso de los muertos vivos”. Comenzó a lloriquear bajito, ya que debía elegir otra película, pero de repente escuchó como dos personas se acercaban al mismo estante que él.

 

-¿Está buena esa película? -preguntó el menor de ellos.

 

-¡Oh!, ¡está buenísima! Te la recomiendo -respondió el otro.

 

-Y dime... ¿hay mucha acción? -volvió a preguntar el más joven, bajando la voz.

 

-La verdad que sí... pero tú eres pequeño, te asustarás si ves esto -contestó, dejando la caja en la fila de películas de terror... la fila incorrecta.

 

-Pero, ¿por qué dices eso?, he visto muchas producciones de ese tipo.

 

-Jajaja... pero en este film los protagonistas se “comen” con gusto -y los dos rieron sarcásticamente. Shuichi, en su eterna y a veces ingenua inocencia, hizo caso a la conversación de aquellos hombres.

 

-Quizás esté buena, es mejor que la alquile -se aproximó y tomó el video- ¿“Sensitive pornograph”?, ¡ese no es título para una peli de terror! Además no tiene ninguna imagen... pero ese señor dijo que los protagonistas se comen entre ellos -sonrió tiernamente y se llevó las dos películas que escogió- estoy seguro de que a Yuki le gustará estas películas de muertos- volvió a sonreír alegre y se dirigió corriendo al departamento.

 

 

 

 

-¡Tadaima Yuki!-gritó en cuanto llegó junto a su pareja, le besó una mejilla y continuó- alquilé las dos películas de terror para que veamos hoy, aquí las tienes -y le entregó una bolsa con dos cajitas dentro, luego se fue a al cocina a preparar pochoclos.

 

-Pero qué...?, ¡oye Shuichi!, ¿seguro que las dos son de terror? -preguntó el rubio burlonamente, mirando especialmente el video que no tenía imágenes y con aquel título raro.

 

-Claro que sí Yuki -respondió el pelirosa asomando su cabecita- aunque una de ellas tenga un nombre extraño, es de terror.

 

-¿Y cómo sabes eso?

 

-Porque escuché a dos hombres hablando, y uno de ellos decía que en ese film los protagonistas se comen entre ellos -Yuki aguantó las ganas terribles de reírse, simplemente la guardó de nuevo.

 

-Está bien, esa la veremos después, apuesto a que es la mejor.

 

-Así es... mira, preparé pochoclos.

 

-Bueno, ven a sentarte que ya puse la película -Shuichi apagó las luces y luego se acercó emocionado a su koi para sentarse a su lado, lo miró con inocencia y en un murmuro dijo:

 

-¿Puedo...? -Yuki asintió, dejando que el pelirosa se recueste sobre su brazo, mientras él acariciaba la pierna que reposaba sobre las suyas. Empezaron a comer pochoclos, la película pronto comenzaría.

-¡Wuaaaaa!, ¡eso es horrible Yuki! -comenzó a gritar en mitad de la película, al ver como una chica era atacada por un grupo de zombies- ¡¡por Kami!! ¡Salí de ahí rápido!

-Tranquilo Shuichi, si te tapas los ojos no superarás tu miedo -exclamó risueño el mayor, tomando las manos del chico y aferrándolas entre las suyas mientras las mimaba.

 

-Tienes razón Eiri -y en el resto de la película se limitó a gritar, sólo se abrazaba con más fuerza de Yuki. Para el final del film, Shuichi ya no temblaba, no murmuraba ni sollozaba. Y cuando las palabras “THE END” aparecieron en la pantalla, Shuichi saltó de alegría y encendió las luces.

 

-¿Has visto Yuki?, ¡pude acabar de verla! -pronunció orgulloso, quitando el video y tomando el otro- creo que no necesito ver esta.

 

-No digas eso baka, necesitamos comprobar si ya no sientes miedo -exclamó rápidamente Yuki, deseando ver la reacción de Shuichi cuando viera de qué trata en verdad esa película.

 

-Mmm... Si, tienes razón... ¡vamos a verla! -y colocó la película en la videocasetera. Después se dirigió velozmente al sillón, donde se sentó tomando con fuerza del brazo de Yuki.

 

Shuichi se sorprendió con el principio, lo que parecía ser el protagonista principal le resultaba de lo más atractivo... el ambiente no hacía parecer que se trataba de una película de terror. Pasaron apenas unos minutos y... ¡que vergüenza! Shuichi se separó con total velocidad de Yuki y se puso rojo a más no poder del bochorno. Las escenas de la película se hicieron más que comprometedoras. El pelirosa fregó nerviosamente sus manos.

 

“¡Es una película pornográfica!” pensó desesperado, queriendo desaparecer exasperadamente.

 

-Ah... con que si -dijo la sensual voz de Yuki, acomodándose en el sofá para disfrutar de aquellas escenas- alquilaste esta película con la tonta excusa de que era una de terror.

 

-N-no Yuki, ¡te lo juro!... ¡yo no sabía! -gritó avergonzado, ocultando su rostro por el pudor -aquellas personas di-dijeron que era de... de terror.

 

-Se... y que los protagonistas se comían entre ellos -rió irónicamente el rubio, señalando la televisión justo en el momento en que uno de los personajes disfrutaba de la erección del otro- si que eres baka...

 

-P-pero yo... ¡¿cómo iba a saber?! ¡No pensé que lo decían en doble sentido! -y pronto empezó a llorar, sin acercarse a Yuki, aún por la vergüenza.

 

-Tranquilo, no llores... pero acabemos de ver la película, ya que la alquilaste.

 

-¡Pero Yuki! No pode...

 

-Shhh...Cállate -interrumpió el mayor, tomando de la cintura a Shuichi y corriéndolo hacia atrás, de modo que su espalda que de apoyada contra el respaldo. El pelirosa quedó estático, mirando con nervios a la pantalla. Yuki sonreía al ver a su koibito, más aún cuando empezó a relajarse y a “disfrutar” de la película.

 

-Y-ya terminó...

 

-No, ahora comienza otro... mira.

 

En la pantalla comenzó otro corto, obviamente de la misma temática que el anterior. En el momento en que la “acción” comenzaba Shuichi no pudo evitar excitarse, nunca había visto una película pornográfica homosexual. Se sonrojó más, los gemidos de los personajes lo extasiaban... su cuerpo empezaba a reaccionar.

 

“¡Ay!, ¡que vergüenza!... además Yuki está como si nada, y creo que ya...”, se tapó la boca para no soltar un gritito al ver su entrepierna, del cual ya se notaba un bulto desesperado. Evitaba hablar, simplemente miraba la película con una excitación inigualable, ahogando sus gemidos y evitando cualquier roce con el rubio. El hecho de ver la manera en la que los personajes tenían sexo le provocaba fantasías de todo tipo con Yuki. Se imaginaba esposado como Aki-chan y a la merced de su koi, el cual hacía lo que quería con él. Luego ya ni siquiera pensaba, sólo se excitaba más y más, tragaba saliva con fuerza y se separaba más de Yuki.

 

-Bueno... la película ya acabó, no duró mucho que digamos -dijo el mayor poniéndose de pie y quitando la película- ¿qué te parece si... Shuichi?

 

-¿Q-qué qui-quieres... Yuki? -cuestionó algo tartamudo el pelirosa, con la excitación encima haciendo que hierva del placer.

 

-Eres tan vulnerable baka... deja que te ayude -añadió Eiri arrodillándose y quedando frente a las piernas del chico, las separó cuidadosamente.

 

-N-no Yuki... no quiero... -musitó Shuichi, tomando de los brazos a Yuki.

 

-Cállate, ni siquiera puedes habar de lo excitado que estás, mira como te pone una simple película.

-¡No Yuki! ¡No quiero! -volvió a gritar,  levantándose y apartándose de Yuki, quien se acercaba con pasos felinos.

 

-No sientas vergüenza, es normal que esa película te excite.

 

-¡¡No estoy excitado Yuki!!

-¿Ah no?, ¿por qué mejor no miras a tu alrededor? -Shuichi sin notarlo se encontraba en la habitación, sentado en la cama... una insinuación desprevenida.

 

-¿Co-cómo llegué aquí? -preguntó avergonzado, corriendo hacia la puerta, pero el rubio la cerró rápidamente, incluso colocando llave, luego la guardó con descaro en su bolsillo- ¡Yuki!, ¡dame la llave!!

-¿Por qué no lo aceptas? Estás tan excitado... -murmuró tomando con fuerza al pequeño por la cintura, el cual seguía gritando, aturdiendo hasta dejar sordo a su koi.

 

-¡Quiero la llave!, ¡y no estoy excitado!

 

-¿De verdad?, entonces no lo demuestres tanto -y en un movimiento fugaz, levantó a Shuichi, que se vio obligado a abrazar con sus piernas la cadera del mayor para no caer, y lo acorraló contra la pared- aunque quedes tierno al negarte... es en vano.

 

-Yu-Yuki... n-no es así... -pronto el rostro lleno de cólera del menor fue reemplazado por uno repleto de placer al sentir como Yuki acariciaba su miembro con el suyo, empujándolo más.

 

-Ya no mientas, te conozco demasiado Shu.

 

-P-perdón... -decía entre agobiantes jadeos el pequeño, comenzando a moverse para que el contacto entre ambos miembros sea más excitante y fuerte, al mismo tiempo que empezaba a desprender los botones de la camisa del rubio con algo de torpeza. Miró el muy bien formado pecho de su koi y se aferró a el, dándole besos húmedos y sofocantes, lamiendo provocativamente los pezones. El meneo que ambos realizaban continuaba ahora con más frenesí, como deseando acabar en esos movimientos. Los gemidos salían descontroladamente de la boca de Shuichi, liberándolos en el oído de Yuki, el cual sólo se excitaba al escucharlos.

 

-Yuki...ammhh... por favor... ¡ahhh! -exclamó entrecortadamente el pelirosa, bajando de las caderas de Yuki y caminando deseoso a la cama. Se desplomó sobre las sábanas boca arriba, con las manos hacia atrás y las piernas ligeramente separadas. Se quitó la remera y con la respiración agitada dijo:

 

-Ven Yuki... quiero ser tuyo... ahora...

Yuki se acercó con la llave en su mano.

 

-De modo que ya no quieres esto -Shuichi negó avergonzado, sin que el colorado de sus mejillas desaparezca, observando como el rubio dejaba caer la llave en el piso y se aproximaba cada vez más, hasta que quedo encima de él.

 

En cuestión de segundos comenzaron con lo que tanto deseaba Shuichi, aunque lo negaba sin fundamento. Yuki no hizo esperar más al cantante y empezó a recorrer su pecho dejándole besos y caricias. Lamió su cuello e incluso lo mordió, saboreó su boca con éxtasis y locura, sin dejar un rincón libre, violando toda esa cavidad tan deliciosa y fresca. El beso se hizo desesperado, Shuichi se sintió incapaz de seguir el ritmo de Yuki, de modo que se dejó dominar por completo. El escritor bajó nuevamente al pecho de su koibito y de nuevo probó su  moreno cuerpo, descendiendo hasta su vientre y produciéndole algunas cosquillas. Le quitó el cinto que tenía en el short y con el ató las manos del pequeño, el cual no se quejó, dando una imagen muy sensual del pelirosa. Al fin se dedicó a la entrepierna desesperante de Shuichi, el cual clamaba atención urgente. Sacó con sensualidad la corta prenda, deslizándola por las piernas del chico, y arrojándola a un lado de la cama.

 

-Apúrate Yuki... por favor... -pidió  rogando Shuichi, con una tierna mueca de suplica. Eiri por fin sacó la última prenda que estorbaba y empezó a ocuparse de la erección de su koibito, la cual ya palpitaba y exasperaba. La disfrutó con pasión, lamiendo, mordiendo a cada rato y brindándole algún beso. La masajeó por completo, apretándola con el fin de quitarle un poco de su rico jugo. Se la llevó a la boca humedeciéndola, dándole fuertes lengüeteadas y mordiscos.

 

-¡¡Por Dios Yuki!! ¡No pares! Ahhh... ya... ya siento que acabo... ahhhh! -Yuki succionó aún más el pene del pelirosa, aumentó la velocidad de su labor, chupando con maestría el sexo de Shuichi. Finalmente un líquido blanco inundó su boca, el sabor de su chico lo enloqueció, saboreó ese dulce néctar sin desperdiciar nada, degustando cada gota. El cantante se derrumbó en un gemido asfixiante, arqueando la espalda al sentir una ola de placer que lo invadía. Abrió los ojos lentamente y miró la manera provocativa en la que Yuki se desvestía. Shuichi se sentó con algo de esfuerzo y se abalanzó sobre el cuerpo ya desnudo del escritor.

 

-Ahora déjame probar a mi Yu-chan... -susurró el pelirosa, con sus amatistas a medio abrir al igual que su boca. Yuki negó y empujó a Shuichi haciendo que quede en la pose anterior.

 

-Estarás a mi merced, tú no harás nada -dijo con autoridad el mayor, cubriendo los ojos del vocalista con una corbata que tomó de un cajón. Shuichi se dejó caer en la oscuridad, imaginando lo que Yuki le haría, pero más que nada sintiendo las sensaciones que tendría como nunca. Sintió como su sexo era nuevamente acariciado por unas lamidas calientes, lo que hizo que reaccione de nuevo. Luego se percató de que esa sensación bajaba hasta su entrada, la cual fue invadida una y otra vez por la lengua de Yuki. Entraba y salía golosamente, pero en segundos fue reemplazada por un punzante dolor, al principio muy doloroso... luego totalmente placentero.

 

-¡¡Si Yuki!!, ¡más adentro! Así te quiero... ¡¡¡bien dentro mío!!!...ah...ah...

 

El movimiento de vaivén se hizo más veloz. Yuki entraba con rapidez en la entrada de Shuichi, agrandándola cada vez más, llegando hasta donde se lo permitía el cuerpo del pelirosa. Se relamía con la imagen que su koibito le brindaba, atado de esa manera y con los ojos vendados, liberando agudos chillidos y moviendo las caderas con sensualidad.

 

-Acabarás rápido... ¡contrólate un poco mocoso!

 

-No puedo... ahhh... ¡¡por Dios que no puedo Yuki!! Estás... tocando tanto...mmm... ese lugar.

 

-¿Justo ahí? -cuestionó con voz agotada, dando una fuerte estocada y tomando el erecto miembro del menor.

 

-¡¡Siii!!, ¡¡justo ahí Yu-chan!!, tócame...más ahí... empuja más... ¡¡¡ahhhhh!!!

 

Yuki continuaba metiendo su erección, mientras masajeaba velozmente el pene de Shuichi.

 

-¡¡Acabaré de nuevo Yukiiii!!, ¡¡lo... sientooo!! -y dicho y hecho, acabó antes que el rubio, derramando su semen en el vientre de ambos.

 

-¡Tonto niño! Dije que te controles.

 

-Ah... per-perdón Yuki... déjame que... te ayude -dijo tembloroso, levantándose como pudo y abrazándose a Yuki. Abrió las piernas y se sentó encima, haciendo que lentamente su entrada sea invadida por la erección del rubio. Comenzó a moverse arriba y abajo, rodeando el cuello de Yuki débilmente, dejándose llevar por las sensaciones. Escondió su rostro en el cuello del mayor a la vez que lo mordía y succionaba levemente, dejándole algunas marcas rojizas. Los movimientos que realizaba hacia que los pezones de ambos rozasen bruscamente, lo que le agregaba más goce al acto.

 

-¿Ya... te vienes?...ahhh... no puedo... ¡¡aguantar más!! -las bajadas se hicieron más violentas y profundas- ¡¡vamos Yuki!!,¡lléname con tu semen! Ahhmmm... hazme rebalsar de ese... ¡glorioso jugo!

 

-Shu... juntos... -y acabado ese mínimo susurro, Yuki y Shuichi se vieron asaltados por un ola de éxtasis que los dejó con la mente en blanco por unos segundos.

 

-¡¡Que rico Yuki!!, ¡me has llenado por completo!... ¡¡siiii!!

 

El escritor cayó agotado sobre la cama, con la respiración alterada y el corazón frenético. Se cubrió con las sábanas hasta la cabeza, tratando se calmarse.

 

-O-oye Yuki... a-ayúdame... -interrumpió el más joven, intentando quitarse la corbata que cubría sus ojos, con las manos atadas. Eiri sonrió y le quitó la venda dulcemente, luego desató sus manos.

 

-¿Ya estás más tranquilo?

-Síp ... más ahora que todavía estoy lleno de ti -añadió, tocándose el trasero con delicadeza- aún lo siento caliente y rico...

 

-Me alegró por ti baka... ahora duérmete -respondió sarcásticamente.

 

-Sip, ya no tendré pesadillas porque superé mi miedo... aunque no pensé que esto sucedería... jijiji -rió contento, luego se acostó sobre el pecho de Yuki.

 

-Buenas noches baka...

 

-Buenas noches Yuki -y se dieron un delicado beso en medio de una sonrisa.

 

 

Pasaron los minutos en absoluta paz, pero en la cabeza de Shuichi algo empezaba a andar mal... algo sucedía con su sueño.

 

-¡¡¡Wuaaaaa, Yuki!!!, ¡¡me comen los zombies!!... ¡socorroooo!

 

-Esto es el colmo... te vas al sofá! -gritó enfurecido Eiri, despertando de su pesadilla al pelirosa.

 

-Pero Yuki... ¡yo no tengo la culpa!

 

-¡Te vas niño insoportable! -vociferó más enfadado, señalándole con un dedo la salida. Shuichi abrió la puerta con llave y salió de la habitación, se llevó una manta y se echó en el sofá, aún llorando y temiendo dormir. Yuki sonrió aliviado y seguidamente se quedó dormido... pero unos gritos chillones volvieron a retumbar en el departamento.

 

Notas finales:

bueno... como ya aclare esto salio por mi temor a los zombies, me parecio una idea graciosa asi q la converti en fanfic.

el fin de semana q viene actualizare "intercambiando cuerpos" (es q estoy llena de examenes) :(

mucha suerte y cuidense!

beshos de miel! n.n


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