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Continuidad por 0Reira0

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Notas del fanfic:

:3!

Este es el primer fic que escribo, y decidí estrenarme escribiendo uno Yaoi XDD.

Disfrútenlo ;3

Notas del capitulo: Espero sea de su agrado, me esmeré para que quedará bien XDDD...no me molestarían unos Reviews... ;A;

Pasó la noche en vela, simplemente no podía cerrar los ojos y quedarse dormido. Sentía que algo se le escapaba de las manos…sentía que no podía recordar algo, algo importante.

Cerró los ojos e intentó buscar entre los escombros de sus pensamientos, recapituló las últimas dos semanas.

Todo normal.

¿Entonces qué era lo que olvidaba? ¿Cómo podía ser que algo tan importante lo llegase a olvidar?

Sabiendo que le iba a ser imposible dormir por esa noche, y tal vez las siguientes, Allen se vistió, y salió sigilosamente de su casa.

Hacía demasiado frío como para encontrarse en verano, entonces empezaba a arrepentirse de no haberse puesto aquél abrigo que le habían regalo la navidad pasada. La ciudad se veía demasiado sola en las noches, todo se veía tan desolado, y eso no le ayudaba en nada. Caminó hasta el parque principal, y se sentó en la banca más cercana.

Las lámparas iluminaban el camino que seguía hasta el bosque, para luego perderse entre la oscuridad.

Quizá fue la falta de sueño el que lo hizo ver a un joven salir de entre el bosque. Allen se alarmó, se escondió detrás de la banca e intentó no hacer ruido mientras el joven extraño pasaba enfrente de él, caminando, parecía dormido, dejándose llevar.

Allen no pudo evitar ver el rostro del joven, era demasiado hermoso como para no verlo. Unas tremendas ganas de dormir se apoderaron de él, y sin darse cuenta cerró los ojos, guardando para sí aquel momento tan efímero.

El despertador sonó y Allen se levantó al par de este, la cabeza le dolía a mares, sentía que le iba a reventar, y para colmo no recordaba como había llegado a su casa. Vio el reloj y eran las 7 en punto, tenía una hora para bañarse, almorzar y llegar a la escuela. Se metió a la regadera y en menos de 10 minutos había salido. La rutina de Allen era demasiado fácil para aprender, siempre era lo mismo, despertar e ir a la escuela, siempre…hasta que…

Allen dejó caer la toalla con la que se estaba secando el cabello.

-¿Cómo es posible qué no lo recuerde?- golpeó la pared haciéndose daño, era inaceptable, no podía dejar a un lado la sensación que tenía desde hace unas semanas, la sensación de haber olvidado algo, a alguien, un suceso que tal vez cambiaría su vida.

Bajó las escaleras para dirigirse al comedor y encontrarse con la misma nota de siempre.

“Cariño:

Te he dejado el desayuno preparado, la cena está dentro de la nevera.

No te duermas tarde, y come bien.

Sarah”

-Vaya… - susurró para si mismo, ¿Cómo era posible que le dijera que comiera bien?, siendo que su madre lo único que le dejaba era la asquerosa comida precalentada de supermercado. Por lo menos había variado el “cariño”, era la primera vez que lo llamaba así.

Su madre, Sarah, vivía para el trabajo, dormía de vez en cuando en casa y apenas y se veían 1 ó 2 veces por semana.

Se sentó para empezar a comer los hot cakes que su madre le había dejado, estaban un poco fríos y sabían algo raro. Definitivamente su madre no sabía cocinar.

El reloj marcó las 7:30, hora de partir de casa, y así fue, Allen tomó su mochila y caminó por las calles hasta llegar al “gran crucero” como algunos lo llamaban, ese día era un desastre debido a que el semáforo se encontraba descompuesto, la gente tenía que pasar corriendo porque los conductores no les dejaban el paso. La gente se empezaba a acumular, estudiantes y personas a las que se les hacía tarde para el trabajo. A lo lejos se veía llegar a un joven, parecía que iba al colegio, se le hacía tarde e intentó cruzar junto con la demás gente, fue un desastre debido a que la gente lo dejó atrás.

Allen vio a un joven intentado cruzar la calle, un auto iba a toda prisa. Corrió y empujó consigo al joven. Los dos cayeron. Allen observó al joven, que se encontraba aturdido por el golpe.

-¿Estás bien?- preguntó un poco preocupado.

-S..sí, gracias- respondió el joven regalándole una bella sonrisa.

Era él, el joven de la noche anterior, Allen quiso explorar cada detalle del rostro, sus ojos; de un color azul intenso, sus labios; tan pequeños, que lo incitaban a probarlos, sus mejillas; de color rosado que resaltaban ante el pálido color de su cuerpo, su cabello completamente rubio, hacía un juego perfecto con el color de sus ojos. Armonía, eso era lo que sentía al observar el rostro del joven. Las cálidas palabras pronuncias por aquella boca lo hicieron despertar.

-Este…yo…me gustaría levantarme-

Pero que idiota, estaba arriba de él, ¿cuánto tiempo llevaban así? Un sonrojo apareció en el rostro de Allen. Se levantó de inmediato ante la petición del joven, le tendió la mano para poder ayudarlo a levantarse.

-Nuevamente gracias,- decía mientras tomaba la mano que le extendían.- No me di cuenta de que el auto venía, si no hubieses aparecido, no sé que hubiera pasado- sonrió nuevamente.

-¿Cómo era posible que ante aquella situación, pudiera estar sonriendo tan cálidamente?- pensó Allen que seguía sin decir una palabra.

-Este..veo que llevamos el mismo uniforme, ¿te importa si vamos juntos al colegio?- miró fijamente a Allen.

No pudo evitar perderse ante los ojos del joven.

-Mi nombre es Alphonse- dijo estirando la mano -pero, puedes llamarme Al, y… ¿el tuyo es…?-

Tardó unos segundos en contestar.

-Allen, mi nombre es Allen, eh..claro, no me importa ir contigo al colegio-

-¿No me importa? ¿Qué clase de idiota diría eso?, claro que me importa, quiero ir contigo- pensó Allen mientras seguía al pequeño muchacho.

-Nos acabamos de mudar mi familia y yo, por razones de trabajo, a mi padre lo trasladaron, no teníamos de otra, pensé que no me iba a gustar esta ciudad, pero parece demasiado agradable- Dijo el pequeño para romper el silencio.

-Ya veo, ¿entonces eres nuevo no?-

-Así es, soy nuevo- afirmó Alphonse con una sonrisa.

-Ya…-

El silenció nuevamente se apoderó de la conversación.

-Este… ¿tú?..- preguntó sonrojándose.

-¿Yo…? ¿Yo qué?-

-Se ve realmente hermoso cuando se sonroja…- pensó.

- Si eres nuevo en la ciudad-

-Ah...no, no soy nuevo, llevo viviendo aquí casi 13 años-

-¿Enserio? eso es genial, mis padres me comentaron que hay un pequeño río, me dijeron que es famoso, y me gustaría ir algún día, ¿sabes dónde queda?- Se notaba la emoción en su rostro, era imposible no notarla.

- Claro, queda en el bosque, como a 15 minutos caminando-

- Eh…este…¿Dónde queda el bosque?...-

-Que idiota soy, claro que no sabe donde queda el bosque, es nuevo en la ciudad, tal vez… tal vez debería invitarlo…eso es-

-Si quieres puedo llevarte, no queda muy lejos, y por mí no es ningún problema-

-Di que sí…-

Los ojos de Alphonse se iluminaron.

-¿Enserio? si quieres sólo puedes decirme donde queda…no hay necesidad de que me lleves-

-Ah no… para nada, no es ninguna molestia, me encantaría llevarte- Allen le sonrió al joven, ocasionando un leve sonrojo en este.

-Gracias! Claro que...-

Se vieron interrumpidos por la campana, habían llegado a la escuela y se les había hecho tarde. Un par de estudiantes que pasaron corriendo para llegar a clases, empujaron a Allen, haciendo que este empujara a Alphonse, y chocara contra la pared. Nuevamente los dos habían quedado rostro con rostro.

Las manos de Allen le impedían el paso a Alphonse, ambos sentían el calor que sus cuerpos emitían, el aliento del otro como si fuese el propio. Alphonse intentó moverse, algo que no salió como esperaba; sin querer sus labios habían rozado los labios de Allen, ocasionando un fuerte escalofrío en este.

Notas finales: Eso es todo, pronto pondré el siguiente capítulo ^^

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