La segunda campanada sonó sorprendiendo a los muchachos.
-Lo…lo siento- decía el pequeño Al, mientras giraba la cabeza rápidamente.-yo no quise...-
-Fue un accidente, no tienes porque disculparte- sonrió.
Allen se separó del joven y se dirigió a su salón.
Esa mañana era diferente, empezando con la nota de su madre y luego con el encuentro de Alphonse, tal vez su vida empezaría a cambiar desde entonces.
-…aparato de presión que modula la luz u otro tipo de energía y que da como resultado un aumento…-
Podía ver como la boca del profesor articulaba aquellas palabras, y lentamente fue cerrando sus ojos, durmiendo en la banca.
Demasiadas imágenes pasaron por su cabeza, conocidas y desconocidas, imágenes tal vez de algún hecho pasado o futuro, no sabía exactamente que era lo que estaba soñando.
Abrió los ojos y se percató que estaba en un lugar desconocido, tenía una sensación tan cálida, estaba abrazando a alguien, bajó la mirada y se vio a sí mismo cubierto por algún líquido de color rojizo; sus manos temblaban ante aquél descubrimiento, quería salir corriendo de ahí pero no podía, se sentía tan pesado, algo impedía su camino. Claro, estaba con alguien, alguien a quien había estado abrazando con anterioridad. Miraba aquel cuerpo, yaciente sobre él, quiso girarlo y ver quien era y fue que poco a poco fue moviendo a la persona que estaba sobre él.
-... una imagen en 3D, la cual nos permite ver objetos en tamaño grande…-
Despertó, y como queriendo comprobar que en verdad ya no estaba soñando se miró todo, las manos el cuerpo, efectivamente se encontraba en el salón de clases, miró el reloj de su muñeca el cual dictaba las 8:46, llevaba por lo menos dormido 30 minutos. Un gran sentido de alivio lo embargó, ¿Una pesadilla?, nunca había tenido una así desde hacía unos años.
Después del suceso todo fue normal en el transcurso del día, Allen trató de olvidar aquella pesadilla que había tenido, pero, el morbo por querer saber quien era aquella persona le tenía ocupada la cabeza.
Llegó a su casa, dejó sus cosas sobre la mesa y se tumbó en el sillón para prender la tele.
El noticiero de las 3 acababa de empezar, nunca le había gustado ya que era demasiado amarillista. Tomó el control y apagó el televisor. No sabía que hacer.
Se puso a dar vueltas a la habitación, estaba tan aburrido cuando de nuevo llegó aquella imagen a su cabeza, esta vez estuvo a punto de girar completamente el cuerpo del chico.
El teléfono sonó.
-¿Con quién desea hablar?-
-Este…se encuentra Allen?- Una vocecita preguntaba al otro lado del teléfono.
-¿Departe de quién?- Nunca nadie lo había llamado a excepción de su madre cuando le hablaba para avisarle que no llegaría a casa.
-Eh..un amigo de la escuela- ¿Un amigo? Que recordara él no tenía amigos, y mucho menos había dado su teléfono.
-¿Un amigo?, me podría decir su nombre por favor?-
-Alphonse- Se pudo notar el cambió en el tono de su voz, una ola de nerviosismo la acompañaba.
Allen se quedó pensativo, ¿Alphonse?, le había dado su teléfono al pequeño joven? ¿Cuándo? ¿A qué hora?
-¿Alphonse?- preguntó ¿esperanzado? Por que se tratase de otro Alphonse.
-sí, perdón… creo que me equivoqué de número-.
-no, no, con él hablas, y no te disculpes es sólo que no recordaba haberte dado mi número- se precipitó a decir, siendo que la voz de Al amenazaba con colgar el teléfono.
-Eh..sí me lo diste hoy cuando volvíamos del colegio, me dijiste que te llamara en la tarde para quedar ir al río-
¿Cuándo regresaban del colegio? Más bien quiso decir cuando iban al colegio. Pero, aún así no tenía sentido, no recordaba a qué hora se lo había dado. Se aventuró a preguntar.
-¿Regresamos juntos de colegio?-
-Así es, nos encontramos al salir de los salones, y nos fuimos juntos, me dijiste que tenía ganas de verme desde ayer-
Espera un momento… ¿ayer? Peros si apenas nos conocimos hoy…su cabeza se sentía tan confusa, ¿Qué día era?
Prendió la televisión y se fijó en la fecha:
Martes 15 de agosto
Era imposible, si hace unas horas era Lunes 14 de agosto, ¿qué estaba pasando?
-¿Hola?-
-Ah sí perdón es que no me sentía muy bien, ¿conoces el parque verdad?-
-Sí, bueno...más o menos, pero, si te sientes mal nos podemos ver otro día-
-No, no hay problema, sirve que mi cabeza se despeja-
-bueno..-
-Te parece a las 4?-
-Seguro!- del nerviosismo pasó al entusiasmo.
-Está bien, nos vemos-
-Hasta luego-
Y colgó.
¿Martes? Había perdido un día en su cuenta. Si ayer había sido domingo, y hoy era lunes, era imposible que fuese martes, repasó su rutina como queriendo recordar, exploró cada rincón, todo lo que había hecho…nada. No encontró nada que lo ayudase.
Pudo ver al joven Alphonse aproximarse.
-Siento haber llegado tarde..je..es que me perdí- sonreía un poco apenado.
-Te dicho que no te disculpes, eres nuevo aquí era obvio que te perderías- le devolvió la sonrisa.
-Sí, perdón…ah..yo .-
-Vamos, que se va a hacer tarde-
Ambos jóvenes caminaron por el sendero que llevaba al bosque.
-Dices qué ¿ayer nos conocimos verdad?-
-Sí, gracias, tú me salvaste- Al se sonrojaba cada vez más.
-Ayer…-
-¿Te sientes bien?- la mano de Al tocó la frente de Allen, tenía que asegurarse de que no tuviese fiebre…
Un gran escalofrío recorrió el cuerpo de Allen, aquella sensación era parecida a…
-Si quieres podemos venir otro día, es mejor que cuides tu salud-
-Lo siento, es sólo que creo que estoy olvidando algo, pero no te preocupes estoy en condiciones para llegar al río-
Esto le había hecho gracia al joven Alphonse, y una risita se le escapó.
Allen acarició la mejilla derecha de Al, Como le encantaba hacer eso.
-Andando- dijo de nuevo Allen.
Tras una caminata exhausta y uno que otro tropezón lograron llegar al río. Realmente era hermoso, una vista envidiable para los que se encontraban en la ciudad.
-¡Qué hermoso!- exclamó Alphonse mientras sus ojos se iluminaban como un pequeño.
Allen observaba a Al, era cierto era una vista demasiado hermosa.
-¡Espera! ¿Qué crees qué haces?- gritó Allen al ver que Al se desvestía para meterse al río.
-Me meteré al río, parece divertido-
-No puedes hacer eso, el agua está fría, puede que te enfermes- su mirada se desviaba ante aquella vista…el cuerpo de Alphonse, tan delicado.
-Vamos, no seas así, tú también métete conmigo- Al se abalanzó hacia Allen intentando quitarle la camisa.
-No espera…-
Los cuerpos juntos de nuevo, sin querer se le escapó un gemido a Allen, pero, al parecer Al no se percató de esto.
La camisa de Allen estaba afuera y ahora le tocaba a los pantalones, y a Al le parecía demasiado gracioso desvestir a alguien.
-Yo puedo hacerlo solo, no espera ahí no…-
Fue mala idea que Al intentara bajar el cierre del pantalón.
Allen intentó que Alphonse no siguiera, aquella situación le era demasiado embarazosa, estaba…¿excitado?
-Yo puedo hacerlo solo- repitió mientras tomaba el rostro del joven para plantarle un beso en los labios.
Al se quedó viéndolo, un color rojizo empezaba cubrirle el rostro.
-Jajaja, mira que era broma, no sabía como hacer que te quitaras- Gritó Allen estando ya metido en el río.