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Un rubí en el rio por la-Monge

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Notas del capitulo: Photobucket aki el final d esta historia... u___u... por fiin libreee!!!! hehhehe les presento el ultimo capitulo de mi primer fic multi-chapter :3...

... ; _____ ;
Su cabeza dolía... de hecho todo su cuerpo, y ni siquiera intento moverse, seguro también escocería.

Su ceño estaba fruncido y sus pensamientos comenzaron a divagar algo difusos, torpes podría decirse. Y bailaron sus recuerdos de el día anterior, recordó como había hecho enfadar a Gaara en la mañana, también de cómo se le había quedado mirando de esa manera tan incómoda, pero tan normal en su querido pelirrojo; sin quererlo llegaron a su mente los recuerdos de los nada gratos momentos pasados con Naruto... pero pasando de aquella desagradable remembranza llego a su confusa mente como Gaara le había por fin entregado un poco de confianza y le contó su historia, y luego... ese beso... Gaara era tan cálido. De hecho ahora apenas se dibujaba una mínima sonrisa y en sus agredidas mejillas se encontraba un sonrojo que no se pudo evitar, que ni siquiera noto. Pero, ahora que recapacitaba sobre aquello...

-“ Gaara...”-

Solo pudo enfocarse en ese pensamiento y a duras penas abrió sus ojos. Todo el cuerpo le seguía doliendo e intento incorporarse. Ya estaba solo en su habitación y al tratar de sentarse en el suelo tosió sangre de nuevo, haciendo que su respiración y garganta ardieran; apenas se percato al limpiarse que había escupido gran cantidad de ese rojizo liquido, y entonces lo noto, en el suelo había otra mancha de gran cantidad...

-“ ¿habría sido de Gaara?”- se inquirió- “ no... no creo que aún semi-consiente le hubiese hecho algún daño- respondiéndose a él mismo, de hecho nunca se imaginaría que le pudiera hacer daño a su Gaara, en ninguna circunstancia.

Al tocar su cara se percato que en la orilla de su labio tenia residuos de sangre seca... y también bajo su nariz... de hecho una de sus mejillas al tocarla dolía mucho.

Sin tomarle mucha importancia y aun batallando con el dolor general que sentía se puso de pie y recargándose en cuanto podía fue avanzando hasta su baño. No recordaba que eso de las peleas doliera tanto; es que ciertamente Lee nunca fue un chico violento, pero si sabia de artes marciales, entrenaba con su padre y la ultima vez que estuvo en un conflicto así había sido de muy niño y nunca dolió en esta magnitud. Al verse en el espejo noto que uno de sus ojos tenia alrededor un color cercano al morado. Mejor prefirió enjuagarse la cara un par de veces y con mucho cuidado.

Honestamente se encontraba sumamente enojado, furioso, es que Gaara definitivamente había pasado el limite; claro, no por esto disminuiría el amor que le tenia, pero le era difícil justificar lo que le había hecho... por momentos pasaba por su cabeza que en el día anterior habían pasado demasiadas cosas para él, juntas y por demás intensas. Probablemente habrían causado un grave descontrol. ¿Pero que podía Lee hacer?, lo intento tranquilizar pero fallo... y... su mente ya era un nudo... claro que ahora actuaría un poco mas distante... no podía dejar que lo que pasó en la madrugada fuera algo como que no hubiese ocurrido... obviamente no lo dejaría mucho tiempo, seguramente ni siquiera Lee aguantaría eso, no soportaba estar enojado con las personas, así que.. bueno, mejor ya ni pensaba en eso.

Apenas salió de su habitación, sintió como parecía estar todo desolado... el ambiente mas pesado que de costumbre. Sentía una opresión en su pecho, no sabría definir si era por la golpiza de la noche anterior o por algún presentimiento. Pero al ver como estaba en el mantel de la mesa, esas marcas de sangre y los pocos cubiertos revueltos, le hizo contener la respiración. Sin pensarlo dos veces se dirigió lo mas rápido que le dieron sus molidos pies a la habitación del otro, tenia miedo de que algo se hubiese hecho durante toda aquella confusión.

La puerta estaba abierta pero no se miraba a nadie. Con un paso muy lento ahora se adentro, no alcanzaba a divisar nada, hasta que en una de las esquinas de la habitación apenas se distinguía algo, apenas un bulto, se acerco y con asombro encontró que era Gaara; un escalofrío lo recorrió al ver que una de sus manos estaba sobre el suelo... en ella tenia... ¿un cuchillo?

-“dios mío, ¡tiene un cuchillo en la mano!”- pensó aterrorizado, viendo ahora con mas detalle que su encorvado cuerpo recostado de lado sobre el suelo hecho una pequeña bolita, tenia sangre en varias partes, en sus puños la tenia, y a la altura de su espalda también, pero... eso no eran solo marcas en piel, sino que estaba sobre un pequeño charco, y eso termino por desbocar a Lee, quién no tardo nada en llegar donde Gaara y voltearlo impaciente, esperando que no hubiese pasado lo peor.

Para su triste sorpresa notó como habían marcas de lagrimas que recorrían su rustro, además que algo realmente alármate, mas que aquellas lagrimas, su rostro estaba cubierto casi en totalidad con sangre, que por algunas partes ya estaba seca y por otras aun se miraba sumamente fresca, de su lado izquierdo parecía haberse echo una herida, y para su alivio seguía respirando, lentamente, pero con que lo hiciera Lee era mas que feliz.

Con el mayor cuidado que pudo, aunque con algo de desespero, lo tomo entre sus brazos, poniendo uno bajo las rodillas y con el otro sosteniendo la espalda de Gaara. Parecía haberse quedado inconsciente por debilidad y ahora seria imposible que despertara.

Sin siquiera pensarlo un segundo comenzó a correr sosteniendo aquel cuerpo; lo mas viable y seguro sería llevarle al hospital. Pero sin siquiera premeditarlo sintió de nuevo punzadas horribles de dolor que arremetían contra su cuerpo, sin poder hacer mucho para contenerlo y con la velocidad que llevaba callo de bruces sobre el suelo haciendo que también el pelirrojo cayera un poco mas adelante, pero aun eso no fue suficiente para despertarle de su estado, regañándose a si mismo, pero sin pensarlo mucho, se incorporo y tomo rápidamente a Gaara; si, el dolor seguía, de hecho se intensificaba con todos esos movimientos tan abruptos , pero no podía parar, no ahora, de hecho su cabeza no reaccionaba para si mismo... Gaara estaba sangrando, Gaara estaba herido, Gaara estaba inconsciente... él mismo no importaba en absoluto.

Sin ningún otro altercado Lee llevó a Gaara hacia su auto Jeep Rubicon de color verde oscuro. Lo acomodo en el lugar del copiloto, sin tener cuidado de cerrar las puertas de la casa, apagar cualquier aparato encendido o cosa pendiente arranco su automóvil y a la mayor velocidad se dirigió al hospital.

Los semáforos era una tortura, de hecho eran eternos. Desde el momento en que salieron de casa Lee tomo un trapo blanco y humedeciéndolo con un poco con alcohol de un botiquín que tenia en el auto, coloco dicho trapo en el rostro de Gaara, tapando parte de un costado. Con una mano Lee maniobraba el volante con un auto a toda velocidad y con la otra sostenía el tejido sobre el rostro sangrante de Gaara, no era fácil, en definitiva, pero no quería que se fuese a infectar la herida.

Ya pasados unos cuantos minutos en el auto y en medio de la carretera Gaara comenzó a despertar pausadamente, rehusándose de alguna manera, con sus párpados que se abrían y cerraban errática y lentamente. Le era difícil acostumbrarse a la tenue luz de la mañana, hasta que un claxon sin piedad le obligo a despertar por completo para notar en primera instancia que se encontraba en movimiento y en su cara se encontraba algo blanco que le cubría casi todo el ojo izquierdo, inclino su rostro hacia el mismo lado y se topo con el rostro totalmente indescifrable de Lee; no podría definir si estaba enojado... o concentrado... o indiferente.... era difícil...

-...Lee- apenas alcanzo a articular, pero fue interrumpido por una mirada fugaz que no denotaba nada menos que enojo para el instante volver hacia el camino.

E intento de nuevo... se sentía mal por lo que había hecho... tenia que remediarlo...

-mnn... Lee, yo-

- No...- dijo casi interrumpiéndole y sin separar la vista del camino- no... no digas nada, no ahora. Toma, sostenlo tu...- termino diciendo refiriéndose a el pedazo de tela que sostenía.

-espera yo...- dijo intentando comprender o aclarar un poco la situación.

-¡NO!.... no ahora Gaara.- Dijo cortando de un tajo cualquier cosa que Gaara quisiera decir.

La única reacción que Sabaku pudo efectuar fue lo que le habían indicado Lee y bajar el rostro... se sentía mal. Y sin siquiera predecirlo comenzó a llorar, iniciando a emanar pequeños gemidos... tristes sonidos, además de que su pecho subía y bajaba de forma cortada, con respiración dificultosa. Seguía con su rostro bajo...

¿Como había terminado en esta situación?.... sentía el dolor en la herida que había hecho en su frente y le recordaba lo cobarde que era.... porque eso era lo único que pudo hacer... una herida a si mismo, ni siquiera había sido capaz de suicidarse... recuperar un poco de la dignidad que nunca tuvo... pero ni eso... se sentía tan poco hombre, tan estúpido, tan inútil.. tan... tan cobarde.. y ahora tenia a Lee llevándolo a quien sabe donde... no merecía tanto.... ¿¿porque no se suicido??... tantas veces lo había intentado y ahora que podía hacerlo no lo hizo... ahora que si debía hacerlo.

-“ maldito imbesil”- eso se creía desde lo mas profundo, eso se repetía sin cesar.

Sinceramente a Lee no le gusto en lo absoluto comportarse así con el ojiverde, pero no podía siquiera distraerse un poco para ponerle atención, con la velocidad a la que iba y con el estrés y dolor que cargaba era dificultoso, sin contar que su relación con Gaara no estaba precisamente pasando por un buen momento, de hecho, después de lo de hace algunas horas... era confuso. Claro que no le quería menos, ni nada parecido, pero no se sentía cómodo... es todo. Además que le lograba enfurecer un poco mas que Gaara se hiciera daño a si mismo por algo así; eso era injustificable, no le encontraba un sentido lógico... ¿como podía llegar a hacer eso? ¿Si él lo único que quería era su bienestar?... y ahora salía con esto.

... No seria débil...

Después de tensos silencios e interminables minutos en el auto llegaron al hospital. Gaara no se movió, se le dificultaba creer que Lee todavía se preocupaba por él después de todo lo que paso. Lee se bajo del auto y abrió la puerta para bajar a Gaara y llevarlo de la mano. Aunque aquel gesto era de lo mas tierno y común para ambos, ahora resultaba un tanto... tenso.... u obligado... talvez no tenia significado esta vez.

Sin chistar un segundo Lee entro junto con el pelirrojo al hospital y exigía ayuda en alta voz, ayuda cual no tardo mucho en llegar, Gaara lucia un poco mas pálido que de costumbre pero como los médicos no tenían idea de esto creían que estaba en gravísima situación por el color de su cuerpo. Mientras lo llevaban a una de las camillas de urgencias el pelinegro les explico de manera muy omisa la situación, a diferencia el menor se mantuvo en silencio... la verdad no había mucho que decir.

Lee nunca se separo, estuvo ahí mientras limpiaban la frente del joven, estuvo mientras le esterilizaban y suturaban. Se quedo si aliento al notar con cuidado la herida... amor... eso decía en un kanji japonés, y... todo se volvió confuso... borroso.

Gaara noto que Lee había tomado de un segundo a otro una extrañes en su faz... había cambiado... de pronto comenzó a palidecer, así como que el permanente y tierno rosa en sus mejillas se desvaneció y sus ojos se perdieron, ya ni siquiera se enfocaban en su frente era... era extraño.

Sin darse cuenta y sin previo aviso Lee se desplomo sobre el frió suelo. Los doctores se acercaron al instante ayudarle, hasta Gaara se incorporo sin pensarlo al ver aquel hecho... se asusto. Esa sangre que corría desde su nariz y boca ,no podían ser nada bueno.



Un tiempo después lee recupero la conciencia, se encontraba en una camilla recostado. Con una mano tallo su ojo.

- ¿ Que paso?- dijo al aire
- Te desplomaste- Lee enseguida salió del ensueño. Gaara se encontraba al lado de la cama, ahora tenia un parche blanco en donde estaba su herida- tiraste sangre por tu boca los doctores te atendieron-

-¿Cuanto dure inconsciente?- dijo tratando de ubicarse

-Como media hora o cuarenta y cinco minutos...mnn... Lee.. –

-¿qué... que pasa g-Gaara-san?- dijo con dificultad sintiendo como de nuevo su cuerpo comenzó a doler. Esto no izo menos que preocupar al pelirrojo.

- los doctores te revisaron un poco y... no se, se pusieron bastantes serios y te sacaron un poco de sangre, dijeron que la revisarían y pronto volverían- solo termino agachando la cabeza y la mirada.

Tenia miedo... porque no sabia que esperar de Lee, no sabía si le contestaría o si ya le ignoraría por completo, era difícil, ya nada seria igual o talvez.... talvez, era él culpable principal de que Lee hubiera desfallecido... ¿¿y si empeoraba??... no podría vivir con eso, ya ni siquiera podía creerse capaz de verle a los ojos.

-Gaara-san...- se escucho con voz firme. Lee miraba penetrantemente al otro- te dije alguna ocasión que no bajaras la mirada... te dije... no te haré daño... ¿recuerdas?- su cabeza reposaba en la pulcra almohada y se inclinaba a la izquierda para verle.

El aludido levanto su rostro por reflejo, no esperaba ninguna palabra. Abrió sus ojos lo mas que pudo pero por extraño que pareciera se sentía reconfortado... como si... como si Lee en verdad no lo odiara... al menos esa ilusión apareció en su mente.

Con muchas dificultades Lee alzó su mano derecha y se inclino un poco para tocar la piel blanquecina de la cara del otro, apenas lo hizo se formo una mínima sonrisa en su maltratado rostro.

-No te mortifiques tanto. Yo entiendo, no estabas bien...-

Gaara seguía en una aparente alucinación y parálisis, de repente, con sentir ese toque tan puro se perdió en el infinito de los ojos azabache, aprecia que lo asfixiaba.

-... tu me lo demostraste.. al menos ahora, y ... –sonrió dulcemente, un poco resignado- ¿sabes? No puedo estar enojado con alguien por siempre, y menos contigo- volteo su mirar hacia otro lado- hagas lo que hagas.. es difícil.-

El aludido apeas alcanzo a reaccionar con un triste suspiro, no porque le afectara el hecho de que Lee lo deslindara de esa manera, pero el saberse querido en esa magnitud, esa manera que parecía había intentado tirar por el caño en el acto mas erróneo que pudo hacer en toda su existencia...

No sabia cuanta razón tenia....

Pero seguro estaba de que lo enmendaría de alguna manera, porque nunca jamás volvería a pasar... ¿por qué hasta este punto tan drástico podía ver claro lo que sentía por el chico a quien acababa de maltratar?... y eso le dolía mas que nada, su propia torpeza al confundir e intentar destruir lo único valioso que había tenido, lo único real, tangible, reciproco, que por fin sentía llena su vida, su corazón, su alma... y ni siquiera se habían tocado, eso le era complicado entender.... por eso Lee le confundía, y en todos los sentidos llevaba su mente al limite, a extremos contradictorios e insospechados.

Levanto su mano lentamente para encontrase con la del mayor aun posada en su pálido rostro. Lee reaccionó de inmediato, volteando y abriendo sus ojos lo mas que pudo... no sabia lo que significaba. Gaara no le miraba los ojos, pero su mano permanecía inamovible.

De nuevo el dolor de su tórax, estomago y vientre, haciéndolo apenas gemir un poco, alejando su mano de la de Gaara y apretando sus ojos, ya estaba comenzando a hartarse de este dolor en vaivén . Gaara esta vez alzo de inmediato su mirada, asustado, mas que nada. Lee lo notó.

- Gaara-san, no ha de ser nada, en unos momentos se me quita e iremos a la casa... no te preocupes... – era impresionante la manera en que desde siempre as palabras de Lee lograban ser alguna especie de tranquilizador para el otro, como si fueran la única verdad... como si cada palabra que salía de su boca fuera lo que en realidad pasaría... además, al pelirrojo a ultimas fechas le gustaba ese hecho.

Un doctor se acerco a ellos entre los llamados de las personas y enfermos a su alrededor en otras camas, pero se le notaba extraño, su semblante era bastante serio... frió, como el mismo de un doctor... pero algo había, cuando se paro en los pies de la cama de Lee, ambos le vieron en suspenso.

-Buenas tardes- dijo para comenzar, como si fuera una mera formalidad, una obligación - ¿señor Rock, como se siente?-

- Mejor, muchas gracias, esos medicamentos que me dieron me han hecho bien, y realmente ya quiero volver a casa... disculpe si lo digo, pero nunca me ha gustado estar en los hospitales- dijo sinceramente dibujando una mínima sonrisa en su cara.

El rostro del doctor apenas cambio pero no a uno donde compartiera la sonrisa del paciente, sino a uno mas oscuro.

- Disculpe si pregunto pero ¿que le paso?-

Gaara escondió casi por completo su rostro, se detestaba por lo que había pasado, seguro recibiría su merecido. De hecho no quería ni que el hombre ahí presente le viera, se sentía lo bastante patético como para decir algo, y sin duda Lee le diría, Lee nunca mentía y menos en una situación como esta. Pero mejor seria que comenzara:

- Lo que paso fu...- sus palabras se cortaron al sentir la mano de Lee sobre la suya, para lo que al instante el pelirrojo levanto su rostro y le vio mirando al doctor a la cara.

- Fue, que esta madrugada íbamos por la calle, acabábamos de salir de una fiesta y nos topamos con unos hombres y nos atacaron. Confieso que por mucho fue mi culpa porque me opuse al asalto.. creo que debí haberles dado lo que querían.. lo siento mucho Gaara-san - dijo volteando a ver al mencionado, al instante regreso su rostro al hombre- mientras dos me golpeaban y quitaban lo que podían uno sostenía a Gaara... – bajo la mirada- no se en que momento quede inconsciente pero cuando desperté encontré a Gaara-san en el suelo en un charco de sangre... no recuerdo que tanto dolor sentía en mi propio cuerpo en esos momentos, solo le tome y lo subí a mi coche, que por suerte se encontraba lejos y tengo una llave escondida por si algo así pasaba, de ahí nos vinimos directamente acá. Y eso es todo doctor... ¿porque? ¿es relevante? ¿qué me encontraron?-dijo en un tono menos melancólico.

El mas chico entre los tres ahí presentes miraba fijamente Lee, escuchando cada una de esas palabras que, bien sabia, eran puras patrañas para encubrirle. Le resultaba difícil creer que Lee estuviese mintiendo de esa forma tan extremadamente natural, siendo que siempre cuando le decía a el una mentira se le notaba fácilmente.... y ahora...

El medico solo se limito a creer esa historia llena de incoherencias y huecos, pero ese no era su trabajo, además que esa mirada tan fija y fría que le dedicaba Lee era sumamente intimidante, así que por su bien prefirió seguir con su labor.

-... No.. no resulta algo necesariamente relévate, solo que, después de los análisis, encontramos que gracias al incidente que tuvo dos de sus costillas fueron rotas y una de ellas por desgracia perforo su pulmón derecho, además que por la gras mancha de sangre que se nota bajo su piel, muchos de sus órganos bajo la cavidad toráxica y en el vientre sufrieron serios daños que podrían comprender desgarres, desangres severos y talvez heridas graves y profundas. Fácilmente le podría decir que su situación es en extremo delicada, al punto del desahucio. Pero por lo pronto facilitaremos su respiración con algunos aparatos y oxigeno. Hay otra opción, en la cual no le prometo nada, pero solo esperamos su aprobación para poder hacer una revisión a sus adentros deduciendo así los exactos problemas con los que cuenta y mientras intentaremos arreglar lo posible dentro de usted...-

- Espere, espere- interrumpió Lee- ¿Esta diciendo que tengo algo grave, pero quieren abrirme para verificarlo y “a ver” si tiene remedio?...- musitaba en tono incrédulo e irónico tratando de ocultar el torbellino de dudas que tenia un su cabeza.

- Solo le estoy dando una opción para poder saber con certeza que es lo que tiene-

- No, me esta diciendo que tengo posibilidades de morir en medio de ese procedimiento, entonces no me garantiza nada-

- No joven, no malentienda, solo quiero...-

- No!!... señor no me intente dar esperanzas donde no las hay...-

Mientras el doctor mencionaba los padecimientos de Lee, Gaara abría sus ojos mas y mas mientras sentía como se llenaban de lagrimas, no podía ser posible que él le hubiese hecho tanto daño a Lee... a ese limite, se le figuraba tan irreal, eso no podía estar pasando... definitivamente no podía. Y mientras tanto a Lee parecía no importarle absolutamente; de hecho discutía cosas que ni sentido tenían en un momento así... su mente parecía no razonar nada en estos momentos.

Su mirada se mantenía baja en dirección hacia donde Lee, cada palabra resonaba en su cabeza... se sentía tan...dañino... siempre supo que su lugar no era estar al lado de Lee... y ahora lo aseguraba.

-¡Mire, ya no importa! Si quiere mas análisis haremos mas análisis, pero no me meterán a una sala operatoria para adelantar lo inevitable; esta bien, revise y busque salidas viables, pero no me quite mas el tiempo, es lo único que le pido- Dijo Lee, su voz ya denotaba exaspero y frustración, sin intención comenzó a demostrar su sentir ante el diagnostico.

-... veré lo que puedo hacer- dijo el doctor desconfiado de poder encontrar algo para ayudar. Y bien sabia que esos estudios no podrían revelar absolutamente nada nuevo. Mejor que nadie era conciente que las personas podían sobrevivir de espantosos sucesos y que algunas otras... por desgracia, no soportaban daños que se podría decir “no tan asombrosos” o “espectaculares”. Solo atino en retirarse los mas pronto que pudo.

Todo quedo en un silencio absoluto... los pensamientos de ambos eran un total caos, y no era para menos.

Los labios de Lee comenzaron a temblar, las lágrimas se seguían guardando en sus ojos, no quería llorar... no quería quebrarse ante la noticia... no ante Gaara. Volteo hacia el lado contrario del mencionado... ni ante esta situación se dejaba vencer, pero ciertamente era difícil, sabia que ese maldito pelirrojo era quien lo llevo a ese punto... pero no podía evitar quererlo. Sabia lo estúpido que se escuchaba.. pero sabia que lo amaba, y no solo eso, sabia que él era quien se quedaría... solo. Era recurrente el pensamiento de que ya no había tiempo, de se había acabado.. y le entristecía tanto que todo quedara así, que su vida acabara en esos momentos, era... simplemente desgarrador... todos sus sueños, sus esperanzas, planes a futuro, obligaciones, promesas; ¿donde quedaban ahora?... ahora que solo contaba con simples y cortas horas. Al final llego un pensamiento potente a su cabeza, el pensamiento que se convertiría en el único. Porque ya que lo analizaba, esas promesas, proyectos, planes a futuro, esperanzas... todas tenían que ver con el chico pelirrojo que estaba sentado a su lado, desde hace ya mucho tiempo no alcanzaba a percibir otra realidad en el horizonte que no fuera estar junto a él.

Salió de su concentración gracias a un agudo sollozo que escucho, haciéndole voltear de inmediato, era obviamente Gaara que después de mucho tratar de contenerse no pudo retener su llanto por mucho. Y entonces cayó en cuenta de que no podía dejarle a ese joven palabras de desprecio o sentimientos de rencor, culpa, porque ese mismo era a quien amaba y solo por un accidente no podrían compartir sus vidas.

En resumidas cuentas... lo único que tenia que hacer, era ser fuerte, velar por el que se quedaría, porque su tiempo ya estaba contado, era una ridiculez querer seguir esperando al doctor y Gaara...

Gaara lloraba... y eso no podía ser... no hoy

Abrió su boca y antes de decir nada llego una enfermera a interrumpir cualquier palabra que pudiese salir, una enfermera abrió una de las cortinas que le separaban del paciente contiguo. La chica portaba un brillante y hermoso cabello rubio que amarraba en una coleta y llegaba hasta su cintura. Sus ojos eran azules y el mismo rostro era bello, se le notaba de lejos lo vanidosa, que se podía comprobar fácilmente en su mirar. Era bastante alta y delgada, al parecer no tenia mucho tiempo que trabajaba ahí, pero mas que nada en su rostro se marcaba la seriedad y compromiso.

- Con permiso, ¿Señor Rock Lee cierto?. Vengo con ordenes de el doctor Tokama, el doctor que le acaba de atender. Me ha pedido que lo traslade a una habitación separada, ahí él nos espera- Dos muchachos mas aparecieron en escena.- Ellos me ayudaran a llevarlo- Con una cama aparte llevaron a Lee hacia el mencionado lugar.

El Dr. mencionado ya les esperaba en la estancia junto con otros, al parecer eran aprendices.

Durante el camino se mantuvo el silencio, era bastante complicado para todos poder decir algo, siendo concientes de la situación que aquejaba al paciente. Gaara se mantenía atrás del grupo, no podía encarar a Lee... simplemente no podía, su valor seguía siendo demasiado escaso como para lograr una hazaña tal como hablarle, o mas complicado aún, mirarle a los ojos... no sabia que hacer... hubiese querido salir corriendo en ese instante, mandar cualquier pensamiento al demonio, desaparecer en cualquier lugar, que solo quedara en un vago pensamiento de quienes le vieron... quería poder regresar el tiempo y lograr ese acto que con gran cobardía no pudo finalizar... que era eso mismo, finalizar con su existencia. Pero no podía dejar a Lee, le era difícil, sino imposible, lo fue hace unas horas y seguía igual en estos instantes. No sabia que hacer, no sabia que decir, no sabia siquiera si pensar fuera una acción correcta.

-Pasen -dijo el medico, mientras acomodaban la cama en su lugar- Señor Rock, ¿cómo se siente?.

- ... no sabría que decirle... no he sentido dolor de nuevo, al menos no muy fuerte- dijo el pelinegro resistiendo las ganas de decir alguna grosería u ofensa por la pregunta... ¿¡cómo quería que se sintiera si sabia que moriría!?

-Menos mal..- dijo el hombre. Parecía bastante pensativo, y sus oscuros ojos no denotaban precisamente buenas noticias- Algunos colegas míos revisaron los estudios, y no dimos con ninguna solución, pero por el momento, no se si quisiera partir ya, podríamos acortar el do-

-¡No! – grito interrumpiendo con solo imaginar a lo que se refería-¡¿Que le pasa, tengo cara de que quiero morir ya?!- decía un Lee ahora iracundo ante la idea de que le quisieran quitar tiempo... que ahora era lo segundo mas valioso.

-Solo quería darles las opciones, es que el hospital en estos momentos no cuenta con los fondos necesarios como para estarle dando cuidados antes de... bueno su deceso, además el tiempo que usted pueda estar aquí nos resulta muy variable y lo mejor seria estarle suministrando anestésicos locales e inyectados, pero se tienen que tener un cantante chequeo para que los dolores que se irán agudizando no le afecten, así que, no se si tenga a alguien que pueda contactar, o algún lugar donde...- fue interrumpido de nuevo.

- Ya entendí, ya entendí...- dijo un tanto impaciente, pero ahora si con algo de calma, al menos se reflejaba en su voz. Hace unos instantes noto sin mucho cuidado el brinco que causo en Gaara, el sorprenderse y su mirada y sus ojo, aunque nunca le miraron directamente...reflejaban...- amn.. me podría facilitar un teléfono, por favor, creo que necesito hablar con alguien. No se preocupe, todo esto será pagado... de hecho podrían comenzar – ahora manejaba un tono bastante autoritario y con alto porte, sin llegar a lo engreído- creo que concuerdan conmigo que lo ultimo que podemos hacer es perder tiempo... ha! y por favor, cuando terminen me podrían dejara a solas con mi acompañante, ¿por favor?- concluyó

Un poco sorprendido el doctor ante ese inesperado desplante no pudo hacer menos que darle el teléfono mientras puso a los enfermeros a trabajar al instante, los mismos trabajaban lo mas cuidadosos posible mientras le inyectaban en ciertos puntos de su cuerpo y untaban anestesia tópica en todo el área de su trabajado cuerpo, tardaron apenas unos quince minutos. Justo al terminar otro joven entro a la habitación con un tanque de oxigeno verde-azul de mediano tamaño y al colocarlo del lado derecho de la cama de Lee prosiguió a clocarle unos tubos que se insertaron con cuidado en la delicada nariz para que el vital elemento entrara directo en el organismo del joven.

En el justo momento en que terminaron de hacerle lo que le tenían que hacer prosiguió a hacer la tan dichosa llamada, en la que no dio muchos detalles de la situación, ni siquiera dio a conocer su estado actual, solo con un “necesito que vengas YA” fue machísimo mas que suficiente para él.

Y como habían acordado, cuando termino todo, todas las personas presentes en la estancia se fueron, dejando a Lee y Gaara solos en la habitación.

Gaara, como durante todo el trayecto y mientras trabajaban en todas la malheridas de Lee, se mantenía detrás de todo, sin hablar, con su vista baja, mas exactamente con su mirada perdida, inquieta, jugando con sus sudorosas y pálidas manos, de hecho no había entrado a la habitación, apenas si se mantenía recargado en el marco de la puerta, seguía sintiéndose cansado, suponía que perdió demasiada sangre, pero realmente todo lo que había ocurrido desde la noche anterior le había agotado todas las reservas y ahora no encontraba explicación clara por la cual seguía con sus párpados separados. Al notar como la ultima persona se retiraba le siguió con la cabeza sin dirigirle una mirada, como esperando que se arrepintiera y volviera.

Levanto al fin su mirada y se percato por primera vez de la habitación, era luminosamente blanca, sin contar que entre una cortina de tela transparente pasaba la luz por la ventana, una pequeña mesita se erguía pegada a una pared donde había unas cuantas inyecciones preparadas, unas tantas vendas y otros tubos de anestesias, talvez. Del lado inverso de donde colocaron el tanque de oxigeno, en el lado izquierdo de la cama de Lee se encontraba una sencilla silla de metal de cojines de color azul grisáceo.

Lo quería ignorar, pero sentía como la mirada de Lee estaba sobre él, tan directa como la de el mismo y por fin se digno a levantar el rostro y encontrar su oscuros ojos de una manera lenta y titubeante...tenia miedo... no estaba seguro del porque.

Sus miradas chocaron...

-Ya te extrañaba... ¿porque no vienes?- dijo el ojinegro con su voz en el tono mas dulce que había utilizado en su vida entera.

Gaara sentía que apenas podía sostener la mirada y le era imposible creer que le hablara y de esa manera...¿por qué no le decía que lo odiaba? ¿por qué no lo corría?, ¿por qué no le reprochaba?, ¿porque seguía siendo así? ... estaba consiente de lo que le sucedía... ¿porque le hablaba?...

-... ven- le dijo Lee en forma de ruego, al menos eso denotaba, no quería perder tiempo en cualquier cosa que no fuera estar cerca de ese niño, y le entristecía ver como se alejaba, o al menos, como no se acercaba en absoluto... y en estos instantes no podía entristecer, no podía dejarse llevar por esos sentimientos, porque el tiempo no le esperaría... y no quería perder un segundo sin ver esos ojos aguamarina.

Con pasos bastante lentos se acerco el menor y se encontraba justo donde la silla, se sentó, para variar, con la vista al suelo, simplemente no había que decir, no tenia nada que hacer.

Y así el tiempo paso frente a ellos, sin cuidado y el silencio los envolvió en una cápsula de tristeza sin palabras... y al final... no les quedaba ninguna otra cosa que la realidad...


La verdad encubierta y un moribundo en cama.


Ahora con cristalinas lagrimas en los ojos....

-Gaara-san... - Dijo el mayor con la voz agitada, viéndolo, como lo había estado haciendo desde hace ya mucho tiempo- G- Gaara-san... estoy muriendo- y solo al terminar de musitar estas tristes notas apretó sus ojos sintiendo las lagrimas correr de manera mas intensa y dolorosa....


No quería morir.


Gaara solo al escuchar esas palabras, esa afirmación que era mas que conocida y lacerante, levanto el rostro de inmediato para encontrarse con la desgarradora imagen... la verdad era que su corazón se estrujaba con solo ver una lagrima de Lee.

-... Lee... Lee... no quiero... no te vayas... Lee... lo siento... no me perdones, no te vayas, solo quiero que no te vayas... ¡yo debí ser quien!... no me dejes aquí... sin ti...- estas palabras salieron en desesperados sollozos, y sin premeditarlo calló por completo, el simple respirar ya era dificultoso. Ni siquiera tenia idea como podía salir alguna frase de entre sus labios

-Gaara... Ga- Las mortificadas palabras fueron cortadas ante el dolor que aquejo al joven en su cuerpo, mientras intentaba incorporarse un poco. Sinceramente le preocuparon mucho las palabras de el mas joven.

Gaara sobresaltado rápidamente se puso de pie y se acerco bastante a Lee tomándole de su brazo y hombro izquierdo

-¿¡Lee!? ¿Te duele aun?... -dijo bastante exasperado.

-... Me hubieras dicho que tenia que hacer esto para que te acercaras... Gaara- Dijo apenas abriendo un ojo y sonriendo. Definitivamente si había sido un dolor real, y seguía sintiéndose mal por las palabras mencionadas momentos antes, pero prefirió tirar eso a la basura ante la oportunidad de un momento menos amargo. Estiro su cuello y su rostro quedo justo frente al del otro. Este mismo, sorprendido y apenado por lo que le dijo, solo pudo hacerse un poco hacia atrás cuando percibió ese súbito acercamiento abriendo al máximo sus ojos. –Ven, acuéstate aquí a un lado mío, por favor- dijo tiernamente, en un sonido sumamente bajo. Gaara no tardo en absoluto nada en hacer lo pedido, no necesito pensarlo.

Seguían sin encontrar palabras, solo Lee abrazo a Gaara lo mas fuerte que pudo mientras el pelirrojo se acurruco en el cuerpo del otro tomando con sus manos y estrujando el camisón azul tenue que le habían puesto al mayor hace unos momentos mientras lo trataban.

Lee había cerrado sus ojos, olía el cabello rojizo del niño entre sus brazos, el olor era... indescriptible, a decir verdad, no olía a ningún perfume, a alguna flor o alguna fruta... talvez ese olor era solamente el de Gaara mismo, eso era todo lo que había, y le gustaba. Sentía la tibieza del pálido cuerpo, sentía también la respiración que en estos momentos se tornaba arrítmica al igual que la propia. Y al pensar en lo que diría sentía el nudo en la garganta... sabia que lloraría. Y en muchas formas sabia que no podría hacer nada... nada para remediar su sentir, nada para poder darle un remedio a todo esto...

Pero ya no importaba..

Lo único importante era Gaara, desde que había llegado a su vida lo fue, y hoy no cambio el hecho...

-Gaara...- dijo queriendo llamar la atención del menor- Gaara-san...- repitió esperando que le viera, así lo hizo levantando el rostro y viéndole a los ojos; los aguamarina se encontraban desbordados en lagrimas... las cuales, ambos sabían, serían eternas.- ¿Sabes? Tengo mucho que agradecerle a Naruto... a fin de cuentas... ¿Recuerdas cuando te encontré? ¿Y me viste? ¿Y te vi?...- sonreía

-... si- dijo con una muy débil y baja voz, unas manos interrumpieron el camino de su cara para esconderse de nuevo.

- “no escondas la cara”... hehehe ¿recuerdas?... jum, nunca pude convencerte de que no lo hicieras, ¿verdad?- después del tono alegre de sus palabras una sombra triste se alojó en su voz y rostro-... pero de ahora en adelante... Gaara-san, prométeme que no bajaras la cara ante nadie.. absolutamente nadie, por favor. Ya no estaré para recordártelo- comenzó a sentir las lagrimas recorrer su maltratado rostro, también vio como unas cuantas corrían sobre las mejillas del aludido, notó la mueca agónica que inundo su cara, su mirada ya se encontraba baja.

Lee tomo las manos del joven, como la noche anterior, con todo el cariño que le tenia y las apretó.

-Gaara-san, quiero que entiendas, encontrarte no fue mi culpa... esto que esta pasando no fue culpa tuya, fue... fue un capricho del destino, nada mas, y –

-no...- le interrumpió el pelirrojo, viéndole ahora con una mirada fuerte- si fue mi culpa, todo esto que esta pasando fue culpa mía... y... y tu intentas encubrirlo... y engañarte.... pero Lee... yo, yo no quería hacerlo, y me arrepiento.... no quiero que te vayas... pero tampoco te mientas de esa manera-

- yo tampoco quiero irme... pero Gaara.. en cualquier caso, si fueras cualquier otra persona en este mundo te detestaría, te culparía, me envolvería en mi tristeza y preferiría que adelantan lo que viene... pero no, ¿sabes porque?. Porque tengo la certeza de lo que paso, porque eres tu, porque eres Gaara, eres el único en tantos años que le dio una luz diferente a mi vida, una mas hermosa, cálida y lenta, una que hubiese querido degustar mas tiempo, pero no quiero que se apague, porque quiero que ahora pase el tiempo lo mas lento posible... porque- bajo su rostro, ahora siendo él quien desviaba la mirada- ... porque te amo... y ahora lo digo sin dudas- comenzó a llorar, su voz se comenzó a quebrar- perdóname por haberlo dicho tan tarde... ... en verdad lo siento – dijo contrayendo su rostro, no recordaba haber dicho en su vida palabras mas difíciles.

Tomado en totalidad por sorpresa Gaara solo podía abrir sus ojos lo mas posible, nunca imagino que esas palabras...

Que esas precisas palabras le fueran a llegar tan de golpe, tan adentro.

Y no pudo evitar ese sonrojo que le invadió, sabiéndose cálido por dentro, sintiendo que talvez le podría llamar de esa manera a lo que sentía por él. Sin querer esas pequeñas chispas que nacieron hace meses al conocerlo se convirtieron en llamas que ardían de tal manera que, podía jurar, le fundían por dentro, lo carbonizaba.

No pudo pensar en absoluto nada mas, cuando sintió los labios de Lee atrapado apenas en un ligero tacto a los suyos. Aunque derramara dulzura, este único beso le sabia amargo, excesivamente gris, este contexto... no lo dejaba degustarlo como debía ser. Pero aun así lo respondió y mientras saboreaba los labios del otro le llego un chispazo a su mente...

-“¿y si pasa lo peor y no le digo lo que siento por el?... ¿y si no le digo que también, probablemente siento... eso?”-

Corto el contacto lentamente y su mirar se enfoco en el que era mas oscuro aún que la noche misma.

-yo... creo que... yo también... Lee- El aludido abrió sus párpados al escuchar estas frágiles palabras que apenas salieron con dificultad de aquellos delgados labios.

-No... no tienes que decirlo- Una mirada de resignación se formo en los ojos del pelinegro. Sabiendo que las palabras solo salían de Gaara por la situación, talvez por ese ápice de compasión que albergaba en su ser, aflorando en ese momento.

-¡n-no!- dijo apurando Gaara, un poco sobresaltado por no esperar esa reacción- ...si no es eso... no sabría como explicado, no se que hacer Lee.... no tengo idea para que seguir si no estas conmigo... –pauso un poco, seguía dificultándosele salir esas casi inconscientes palabras de su boca. Pero eso mismo no le hizo parar, no podía dejar que se malentendiera- desde siempre has sido la única persona que de alguna manera me ha apreciado... y ... y has hecho crecer algo en mi, cuando me dices esas cosas, cuando me miras... yo te quiero mucho, creo que el solo eso es demasiado poco... sabes que las palabras no son lo mío... pero creo que la única definición es esa... y no es algo de hoy o ayer... y no...-su voz se quebró- no quiero... no quiero que te vayas sin que lo sepas... sin que tengas esa certeza de que es cierto... no puedo dejar que...- Sus palabras parecían deshacerse como humo en el aire

-Gaara...- Apenas pudo decir el pelinegro ante tal confesión

-¡Ayúdame!- dijo como si se hubiese iluminado su cerebro después de tanta oscuridad – aprovechemos este momento de estar juntos, y hazme pagarte, estamos en un hospital, debe haber una forma de que me ayuden a morir, para hacerlo juntos Lee...-

-¿¿¡¡QUE!!?? ¡¡¡GAARA CALLATE!!!-grito antes de que terminara de decir cualquier otra cosa. Parecía totalmente fuera de sí.- Por favor... cállate...-

- De todos modos, sabemos que así terminaré- musito sin tomarle mucho por sorpresa la reacción de Lee. Sus palabras parecían salir como si fueran una verdad inminente. Su mirada se hizo dura y fría de nuevo, aun encarando al joven- sabes que ayer me iba a suicidar... por eso que te hice... ahora se que no tengo agallas, lo único que pude hacerme fue esta marca... y no me quiero quedar solo con ella, no quiero que solo ella me recuerde a ti... no importa si me tengo que ir contigo.... Lee, quiero estar contigo... porque yo nunca hubiese querido que pasara esto... ¡NUNCA!... y ahora.... sabiendo que como siempre soy el culpable de tu desgracia.. no solo desgracia... Lee enserio te amo- al decir esto ultimo pareció enternecerse en un cambio exageradamente radical- ... lo hago... y se que no puedo vivir con esto... sin ti... no es en absoluto posible, no hay sentido... por favor... déjame acompañarte - al final se convirtió en un lastimero monologo, de un joven que no deseaba nada mas que la muerte.

Lee sintió como cada palabra le caía como un puñal en su corazón... sabia que tenia tanto sentido... seguro él hubiese musitado las mismas frases... hubiese sentido la misma irremediable tristeza y desesperación.

... pero no lo dejaría

-Gaara-san - se acerco al otro rostro y apenas rozó sus labios mientras entrecerraba los ojos y decía: - perdóname por haberlo dudado- apenas sus palabras salían en un tenue susurro- y... lamento hacerte todo esto, no quiero dejarte, también te amo, Gaara- le propino un profundo beso, que fue totalmente correspondido, el aludido no quería escuchar esas palabras, pero muy dentro de su ser las aceptaba y comprendía... lo sabia.

El pelirrojo no tenia idea que contestar ante eso, solo bajo la mirada al cortar suavemente el beso, lo que acababa de decirle no lo hacia cambiar en absoluto sus pensamientos, no podía mentirle a Lee, así que mejor prefería guardar silencio.

Probablemente había sido confesiones bastante fuertes en una situación extrema, literalmente de pie en el borde.

En ese justo momento se abrió de manera , se podría decir, precavida la puerta tomando por sorpresa a ambos. Era el abogado de la familia Rock, viejo y buen amigo del padre de Lee, su nombre era Hatake Kakashi, portaba su cabellera de color plateado aunque en su rostro no se notaba ninguna marca de vejez, de hecho no era viejo, portaba un traje bastante formal de color azul oscuro con una corbata color roja, parecía bastante perdido en ese lugar, no entendía mucho, y le perturbaba cualquier cosa que pudiese pasar pos su cabeza. Cierto era que el joven Lee le preocupaba muchísimo, unas de las poca cosas que Gai le dijo al final de su vida era que cuidara de su niño, que por favor le pusiera atención para que no viera en la soledad... en la que se podría decir, termino viviendo al fin y al cavo.

- Hatake-san, buenas tardes, me alegra que viniese a mi llamado, y perdóneme por lo abrupto que soné, solo que... es importante-

El mencionado se mostró un poco intrigado por las palabras y lo único que hizo fue asentir con una cordial sonrisa y acercarse a los pie de la cama. Antes de que dijera nada, los labios de Lee se entreabrieron para decir:

- Gaara-san... ¿nos podrías dar un segundo por favor?... te prometo que no tardaremos en absoluto-

-Esta bien- dijo sin tardar nada, e hizo lo pedido.

Nomás el joven salió y Lee comenzó a plantear por completo y a detalle todo lo ocurrido el día anterior. No tuvo muchas reservas a excepción de algunos momentos en especifico, por supuesto, pero no le oculto nada del incidente ocurrido, pidiéndole por favor que no lo fuese a divulgar, y menos a juzgar, porque el sentía saber lo que hacia, también le comento su estado clínico en estado ya fatal.

-Por favor señor Kakashi, proteja a Gaara-san, no tiene porque pagar por este accidente que estuvo fuera de su control-

Kakashi estaba impactado, eso era demasiado, sin contar de toda la decepción consigo mismo por perder su promesa y la tristeza de la idea de que ese joven tan apreciado desapareciera pronto... no era de ninguna manera justo. No encontraba palabras, entre a sorpresa, la tristeza, la desesperación, la presión de si mismo, el dolor y la gran incógnita del porque quería proteger todavía en esta situación al pelirrojo, y su mismos pensamientos lo volvía loco, es mas, ya no quería saber... pero aun contra eso, no lo abandonaría... con lagrimas en los ojos, deseosas de salir.
El silencio los arropo, y al ver la falta de reacción del mayor prosiguió el joven, volteando a la ventana hacia s izquierda, que daba al pasillo, donde, podía divisar la rojiza cabellera denotando que de seguro Gaara seguía esperando impasible a poder volver a verlo.

- Kakashi-san –inicio sin encararle, sin perder la vista de donde la tenia – además de darte esta pésima noticia quería que me hicieras un gran favor, y me disculpo por eso. Se bien que usted es de los mejores abogados en el país y se que podrá lidiar con esto.

>>Todo el poder de la empresa quiero que pase a manos de Gaara-san - Kakashi con solo escuchar esto abrió sus ojos bicolor de par en par, era increíble que dijera eso, definitivamente no era porque el deseara ese poder ni nada parecido, sino que le sorprendía de sobremanera que lo cediera a ese joven que apenas conocía y de dudoso estudios y conocimientos- hehe... no reaccione así, créame, no quedara en malas manos, todo el tiempo que estuvimos juntos le enseñe todos los pormenores de la empresa, la verdad sin esperar este fin, pero que bueno que se me ocurrió instruirle, claro que tiene detalles para pulir y mucho interés por adquirir, pero en realidad ese es mi deseo, además que es una persona realmente preparada y mucho muy inteligente. Kakashi-san, se que es demasiado pedir, y me disculpo de nuevo, pero...-
El abogado escuchaba atentamente, un poco incrédulo, pero mejor era no poner nada en duda. Lee guardo silencio unos momentos un poco de dolor le agobió de nuevo, se sentía bastante nervoso por dejar cosas así pendientes, separaba no quedaran incompletas al fin.

-...Lee-

-pero... pero tengo la pena de pedirte un solo favor mas... el doctor hizo demasiadas preguntas y al parecer supuso algo de lo sucedido con Gaara-san, lo cual me preocupa, por él, necesito de tu ayuda por si se levanta alguna acusación o sospecha, también sin duda se levantaran muchas incógnitas en los medios, por eso mismo que estuve mucho en publico con el y de repente pase esto y aparezca en lo alto de la empresa, solo, necesito que lo ayudes, lo respaldes... el no es un asesino, Kakashi-san, por favor, necesito saber que lo harás.. solo necesito eso- dijo al final serrando os ojos en gesto humilde.

- Lee sabes que yo te aprecio de sobremanera y no puedo terminar de creer esto que me cuentas- sus palabras salían totalmente entristecidas y sinceras, por el resplandor de la mañana sus lagrimas encerradas brillaban en sus ojos- pero me confunde tu manera de protegerlo, él quien te hizo todo esto, claro, pienso hacer lo que me dices sin dudar, pero una explicación me caería bien- dijo para estar seguro con que se toparía.

El aludido nomás al escuchar las ultimas palabras se comenzó a entintar su cara con un rasado tenue, mas específicamente concentrado en sus mejillas, por esto mismo volteo un poco su rostro para que no se notara tanto. Y pensó. No tenia ni una sola razón lógica, ni siquiera algún argumento convincente que lo pudiese respaldar... solo...

- Es que lo amo, Kakashi-san- dijo volteando a ver al hombre con un sonrojo ya marcado y una penosa sonrisa en el rostro- perdóname si no te es suficiente, pero es la verdad, y ... y para mi si lo es- dijo seguro de las palabras que su boca emanaba.

No supo exactamente porque alguna parte de el supuso eso, talvez, ya le conocía demasiado, casi al punto de su segundo padre, pero como tal no quería convencerse de la idea. Pero no le molesto en absoluto, y solo sonrió y se alegro porque ese niño hubiese encontrado eso que siempre se busca... lastima que fue tan tarde.

Una tenue sonrisa se dibujo en su boca, con ápice de tristeza impregnado.

- Esta bien, te comprendo- dijo tiernamente, Lee solo cerro sus ojos, no esperaba comprensión, pero era un alivio saberlo, y la agradecía.

Unos toques en la puerta los hizo distraerse, era una enfermera, la misma chica rubia, que solo venia para revisar al paciente, cada cierto tiempo lo haría pera adminístrale los medicamentos de apoyo y todas las revisiones correspondientes; la joven fue bastante amable y atenta, realmente no tardo mucho en hacer todo lo que debía, y concluyo con:

-¿ No se les ofrece nada mas?-

-Si- dijo Lee- Lee podrías llama al joven pelirrojo que esta sentado justo aquí afuera, por favor-

-Claro- dijo ella con una sonrisa.

Kakashi sabia que era lo que Lee necesitaba, la pesaba lo que haría, tan pronto, pero tenia que pensar en él. Sin chistar mucho le dijo al joven que se retiraría, que prefería que pasara tiempo con el otro, también le dijo lo mucho que sentía todo esto, que lo que le pidió lo arreglaría por cuenta propia, que no se mortificara, y termino explicándole lo mucho que él y su padre habían significado para el, y que siempre llevaría a ambos en su recuerdo y corazón. Concluyeron con una abrazo y algunas lagrimas fueron inevitables.

Y se fue.

Gaara estaba de nuevo de pie en la puerta, invisible como solo él podía lograr ser, hasta el momento que el hombre de cabellos plateados paso a un lado suyo, retirándose, observándolo de reojo con un poco de rencor reflejado... no esperaba menos. Y dejo de ser invisible, ahora Lee lo miraba, con esa mirad tierna y llena de cariño de siempre. Gaara sin titubear se acerco y se sentó justo en la silla donde estuvo antes.

-Perdona la tardanza, es que tenia asuntos importantes que tratar- Comenzó Lee

-... No te preocupes- Dijo cortando sus palabras; esperaba decir algo profundo, o algo que le ayudara a mejorar todo esto, pero, ni una sola palabra pudo salir.

-Gaara-san, debo comentarte...- No sabia que esperar, no tenia idea como reaccionaria el pelirrojo- te dejare un importante encargo... al irme... Gaara-san la empresa quedara sin dueño... tu serás el dueño-

-¡¿QUE?! ¡espera Lee, de que estas hablando, lo que dices no tiene sentido!- No siquiera Le pudo terminar lo que iba a decir, Gaara, sin pensarlo respondió explosivamente- Sabes que no estoy siquiera capacitado...-

-Si lo estas- contesto coartado igualmente sus palabras con palabras serias y firmes- lo estas y confió en ti, por eso quiero que quede en tus manos... Gaara-san- concluyó un poco apresurado, queriendo evitar otra interrupción; tomo la mano del pelirrojo justo al terminar.

Ni siquiera reacciono, solo miro al joven moribundo viéndole a los ojos, sosteniendo con fuerza su mano... sentía que no era capaz de negarle absolutamente nada, pero...

- Lee... no puedes pedirme algo así... en un futuro cercano no estaré, no puedes perder el tiempo en alguien que no existirá, además, ¿no recuerdas que me ayudaras a irme contigo?-

Durante esas pequeñas frases que eran proferidas con toda certeza, a Lee literalmente se le caía la boca, pero prefirió guardar la calma.

- Amn... Gaara-san, ¿como puedes sacar la idea de que yo te ayude a eso?... – en este punto su voz tomó un tono entre serio y triste- ... necesito que vivas... por mi... no se que tan fácil te pueda resultar, pero por favor...- termino casi al punto de las lagrimas.

-Lee... Lee no llores por favor, lo único que pasa es que no puedo estar sin ti, y no puedes pedirme que siga, es inhumano... lo que pido es estar junto a ti, no mas, no menos... se que me entiendes-

- No... no quiero que me sigas... G-Gaara – sus palabras se comenzaban a quebrar y un nudo en la garganta lo asfixiaba- necesito que vivas... que ames... créeme que te estaré viendo, estaré contigo, pero por favor, necesito que me digas que seguirás...- cerro sus ojos y las lagrimas comenzaron a correr... le dolía dejarlo.

Gaara agacho su cabeza, en su rostro se mostraba una agonía tangible, un dolor interminable, dudas materializadas.

-“porque me pide eso?”-

Se repetía una y otra vez dentro en su mente.

- Se que nada en este momento es agradable, pero me alivia un poco el saber que fui el inicio, ¿sabes?- Todos su intentos de hacer mas ameno el momento habían sido infructuosos, lo había notado. Pero Lee no podía darse por vencido, ni siquiera aunque el final estuviera cerca y la victoria perdida.

Gaara siempre había escuchado míticas historias sobre como era el padre de Lee, parecía adorarlo como aun dios, no entendía bien porque le podría tener tanto cariño a esa figura, pero lo hacia, y esa idea en su mente pareció florecer, talvez, entre la petición de que se quedara, de que viviera, de que se hiciera cargo, talvez, quería que una persona tan querida se hiciese cargo, porque le importaba, porque no dejaría eso en manos de cualquiera, porque lo amaba, y ya que lo pensaba, mas que darle esa encomienda, era para que tuviera algo que lo obligara a seguir...

Y Lee había hacho tanto...

-...¿porque no eres eterno?-

-... porque tu no lo eres ¿qué sentido tendría?- contesto Lee, una sonrisita se dibujo, le hacia feliz que Gaara decidiera ayudarlo.

-sabes que?... quien sabe si podré vivir... pero amar... ya lo hice... no necesito mas- poso ambas manos sobre la de Lee y apretó como no queriendo soltar nunca.

Rock Lee apenas pudo sonreír al escuchar estas palabras, y lo mas que pudo hacer fue un intento de sentarse sobre la cama para poder acercarse a Gaara. Pero este mismo, al ver esas intenciones se acerco rápidamente al otro y sus labios se alojaron en los otros, en un tierno beso, unidos en un puro sentimiento compartido, apenas duro unos segundos, hubiesen querido que durara eternamente, solo, existir en ese momento, que no se supiera de un pasado, que no se esperara un horrible futuro.

- ...Acuéstate conmigo- dijo lee en voz baja, con sus labios apenas separados por milímetros de los sonrosados del otro.

Sin decir nada, e intentando alejarse lo menos posible Gaara se acomodó mientras Lee levantaba la sabana, para ser cobijados juntos. No se volvieron a unir sus labios pero sus rostros se encontraban tan cerca, uno justamente frente al otro. Sus respiraciones hacían acordes tranquilos y constantes, y Lee dijo viendo directamente con ojos entrecerrados a los azulados del mas joven:

-Tus ojos son lindos... hace tanto que resultan para mi un misterio... y hacen juego contigo... con belleza que sobrepasa la de los ocasos, de la luna, de una sonrisa cómplice... ¿no te cansas de ser así?, desde que recuerdo no ha cambiado ese mirar tan tuyo... que me encanta...-

-Si... no tienes idea cuanto cansaba... cuanto dolía... si hubieses estado siempre no habria sido así... pero como dijiste, nuestro destino es caprichoso, ¿vedad?-

-Y aun así, ¿sabes?, al menos yo, si... tuviera que pasar por esto mismo, con la promesa de poder encontrarte de nuevo... lo haría.. cinco veces, y me parecen pocas. Para poder verte de nuevo, escuchar tus silencios, ahogarme en tus ojos, renacer con tus sonrisas, perderme en tu mirada y que se detenga el tiempo como lo hace cuando estoy contigo... ese precio seria justo.-

-No Lee, de ninguna manera lo es, para eso no existe precio justo, para mi el tiempo justo es la eternidad... no menos... Lee, no me das justicia... y yo... – su voz oscureció en un tiste sonido- yo no te di la oportunidad- Perdido en las palabras que recién dijo, lloró... lloró de nuevo consiente de que lo ultimo que pensaría seria en Lee, consiente que sin halarle ni tocarlo estaría con él cada día... pero no seria siquiera cercano a lo que fue.

- Ya... Gaara, ya – sus palabras salieron tristes también- ... deja de atormentarte por esto, no te hace ningún bien... sufrir por algo que no podemos cambiar es un gasto inútil... tan bello que te ves sonriendo... seria una verdadera pena que tu sonrisa no volviera a aparecer por ese gesto triste... ¿podrías sonreír para mi?-

Gaara lo pensó un poco, lo que hiciera por Lee lo haría con total gusto... pero en estos precisos momentos no se sentía con animo. Pero ese ruego plasmado en el rostro de Lee le hacia imposible no hacerlo.

Y así lo hizo, siendo totalmente sincero, porque ese pestañeo exagerado en la cara del mayor y sus dos manos unidas a la altura de su cara, en la imagen mas obvia y rebuscada de un imploro; le termino sacando esa sonrisa, y como todo él, fue discreta... ni siquiera cercana a larga o amplia, solo estiro un poco sus tiernos labios y se pigmento un poco u rostro.

Y Lee... él no necesito nada mas.

En el pelinegro si se formó un amplia y resplandeciente sonrisa, en todo ese larguísimo día no había podido degustar a plenitud ese gesto en el pelirrojo. Es que sentía sinceramente amar ese chico, a ese niño que abandonaría deseándole la mejor suerte...

Paró un segundo... enfocarse en esos pensamientos era inevitable y en seguida quiso desviarse...

Pero su intento fue en vano, Gaara lo notó, haciendo estragos en él mucho mas marcados, y eso mas que a nadie le dolía a lee en el alma, así que comenzó a platicarle, cosas que debía, pero no era tanto de su agrado.

Comenzó a decirle sobre todo lo que pasaría con la empresa, sobre donde se encontraban los números para contactar a Kakashi, todos los movimientos pendientes y la actitud que debía tomar. Enfatizo de sobremanera que no dejara que lo hicieran menos por cualquier cosa, si encontraban su pasado que no se avergonzara, era algo que no podía evitar. Le aseguro que habría dudas y muchos descontentos por su llegada allí, pero que pasara lo que pasara no se desanimara.

Respondió sus dudas y se divirtieron un poco recordando momentos pasados. Para la suerte de ambos por fin había podido hacerse un momento ameno y que ambos disfrutaran, y en verdad lo hacían platicando trivialidades y absurdos, burlándose del mismo Naruto o de cualquier ser viviente que cruzara por sus mentes, la verdad no era costumbre hacer eso para ninguno de los dos pero en estos momentos lo sentían permitido.

De vez en cuando aparecía algún enfermero y hacia lo que tenia que hacer, recordándoles la situación en que se encontraban por si de casualidad la olvidaban platicando. Se sumían en un silencio momentáneo, pero procuraban pronto volver a alguna conversación, que generalmente iniciaba gracias a Lee.

Resulto inevitable que se alojara permanentemente un rasgo de tristeza en los ojos del pelirrojo; si, sonreía y platicaba, de vez en cuando una risa salía de él, pero mucho temía Lee esa pequeña sombra de pena nunca se borraría.

Era algo que no podía... no quería ignorar...

Las horas pasaban, para ellos eran como segundos y no desperdiciaron ni uno solo. La tarde sin darse cuneta había pasado y comenzaba a oscurecer, definitivamente se notaba la rotunda fuerza con que Lee se quería quedar ahí... exactamente con esa persona.. mas tiempo.

Era inevitable de vez en cuando que sangre saliera por su nariz y boca, de hecho al escupir sangre Lee podía sentir como además de sangre salía materia sólida, y eso lograba asustarle un poco, pero prefería ignorarlo.

Sin premeditarlo o poder evitarlo siquiera se comenzaron a besar, en cada beso el mismo sentimiento derritiéndose, quedándose grabado en los labios una y otra vez. Siempre fueron tiernos, cariñosos, sinceros. Y esos besos no se quedaban solo ahí, también rozaban sus rostros, se miraban largamente, no necesitaban muchas palabras después de la sinceras declaraciones hechas todo ese día; también besaban mas que solo los labios; recorrían sensualmente cuello, manos , cabellos, y mas que nada el rostro en totalidad. Ambos lo hacían en una curiosa danza que, al menos, para ellos era de lo mejor, porque mientras uno lo hacia con total pasión para que la sensación se eternizara en sus labios y no olvidar jamás, el otro lo hacia porque quería sentir lo mas posible a esa persona tan amada que tenia justo frente a él... por eso no escatimaría en sentimientos derramados, no pensaría dos veces decir “te amo”, no guardaría un solo pensamiento.

-Hubiese sido lindo hacer el amor... ¿verdad?- dijo Lee pensativo- ¡NO! ¡¡Pero!!... ¡¡quiero decir!!...oh perdona, yo me refería a... a alguna vez en algún futuro, ya con tiempo... haberlo hecho... así, mientras supieras que te amo y sabiendo que me amas- después del exalto tratando de evitar algún sentimiento que no fuera intencional, tomo un aspecto serio... triste. Realmente añoraba poder expresarle su amor a ese joven... hubiese querido estar mas tiempo para compartirlo, solo con él, hubiese dado cualquier cosa. Y comenzó a llorar, un llanto ahogado, no muy sonoro, intentó evitarlo pero eso solo lo hizo mas profundo.

Gaara lo noto e inevitablemente también sintió una agonía dentro de sí.

-... lo siento, Lee... en verdad- dijo apenas dejando salir un tenue gemido al sentir su garganta cerrada de nuevo; unas cuantas y cristalinas lagrimas corrieron desde sus ojos.

- Oh no Gaara-san, discúlpame, no... no debí haber dicho eso. Perdoname. De todos modos sabes que habiéndolo hecho o no, te seguiría amando igual que como lo hago ahora- Las lágrimas no dejaron de correr, pero Lee tomo a Gaara entre sus brazos y lo abrazó fuertemente, Gaara también respondió ese gesto – pero, sabes, ahora que lo pienso de haber entrado en tu cuerpo.. de esa manera... no habría podio entrar en tu corazón, así hubieran pasado mil años mas... y eso... eso es lo mas importante; lo que hace ahora mi existencia feliz, Gaara -y ahí quedaron sin decir absolutamente nada mas.

Gaara entendía y le daba la absoluta razón. El bien lo sabia, pero hubiera preferido alguna versión que alternara este final.

-... Pero hubieras vivido- dijo en un susurro, no esperaba respuesta.

Ese día había sido agotador en todos los sentidos posibles, partiendo del hecho de que prácticamente Lee no había dormido, además que estas ultimas 24 horas habían sido impactantes hablando psíquica y físicamente, demasiadas declaraciones, heridas que se lograron, unas mas profundas que otras, mucho estrés e incertidumbre. No necesitaban mas para sentirse exhaustos y sin aviso Lee cerro sus ojos de una manera pacifica.

-Lee- Dijo gaara quedamente moviendo ligeramente al mencionado -... ¿Lee-san?-

-mnnn...- perezoso dejo salir ese sonido de su boca para saber que se encontraba conciente- solo estoy descansando los ojos un poco Gaara-san, no te asustes- dijo dando a entender que le agradaría la idea de descasar un poco y que quedara caro que no era por decisión propia, sino que el cansancio ya había rebasado sus limites –te amo... lo sabes ¿verdad?- concluyó apenas sonriendo.

-si... yo también te amo, Lee- Gaara confiando en el pelinegro se acurruco en su cuerpo... siempre había sido tan cálido. …l también estaba cansado así que se dejo llevar por ese canto de sirenas que le seducía a cerrar sus oscuros párpados y descansar.

Unas cuantas horas pasaron y para suerte de ambos era algo infinitamente grato dormir junto al otro, aun sin conciencia. No se abrazaban pero toman de sus manos, Lee tomaba con su mano derecha la izquierda de Gaara, Pero sus cuerpos en general se encontraban sumamente cerca y sus rostros casi unidos, claramente uno podía sentir la respiración del otro.

Después de horas de su ultima visita un enfermero llego a la habitación, extrañado por el silencio reinante, ya que las ultimas veces estaban muy animosamente conversando; ahora se encontraban en silencio recostado en la cama. Intentando no ser muy inoportuno, pero también con la conciencia de que el paciente talvez falleció se acerco silente a la cama y cuidadoso movió en el hombro a Rock Lee. Tras un par de veces y para el alivio del enfermero Lee despertó con reacciones lentas, como si desde el primer momento hubiese estado concite de que no debía despertar al pelirrojo.

Tras la petición del paciente de que tuviese cuidado de no despertar al pelirrojo, el enfermero comenzó con esa rutina que apenas ese día había hecho unas cuantas veces, esta vez fue un poco mas complicado por la limitación de movimiento y el espacio reducido, pero logró su labor perfectamente bien, escribió unas cuantas notas en una hoja que se encontraba ahí y después de preguntas obligadas de cómo se sentía y si necesitaba algo, se retiro silente como llego.

Ya despierto, Lee tomo suavemente, de nuevo, la mano de Gaara y se acomodo justo como estaba antes de la ininterrupción, ya no tenia sueño, y era tan hermoso ver a ese chico dormir, descanando un poco por fin. Notó como en sus mejillas estaban macadas las líneas de triste claridad por donde pasaron sus lagrimas. Sinceramente esperaba que ese gesto triste no durara mucho, que el dolor que ahora le estaba causando cicatrizara pronto, porque sentía su corazón encogerse al pensar que sufriría al estar solo, sufriría al vivir con el recuerdo... y él mismo lo había orillado, pero también sabia que tenia que vivir, por que tenia que tener la oportunidad, el debía aprovecharla ya que la tenia.

Un gemido abandonó sus labios, seguido por sangre que salió apenas de su boca, cayendo casi por todo su labio inferior; sentía que su garganta ardía, de pronto comenzó a dificultarse su respiración, al inhalar se entrecortaba el proceso y al exhalar sentía que su garganta le raspaba de sobremanera. Lee intento inclinarse un poco hacia donde Gaara, pero un dolor excesivo le obligo a detenerse en seco, toda su región abdominal le dolia hasta el mas ligero movimiento; la anestesia aplicada definitivamente si le había hecho efecto, pero de todos modos su dolor resultaba extremadamente intenso al intentar cualquier cosa.

Frunciendo el ceño y con un esfuerzo sobrehumano dirigió su temblorosa mano hacia la de Gaara de nuevo y la tomó. Sentía que su tiempo era ya limitado, una extraña sensación le hizo sentirlo venir.

Con ojos cerrados beso tiernamente la mano que se encontraba entre la suya, en el que deposito todo su ser, esperanzas, el deseo de un bienestar futuro...

Amor ...

Todo el amor que recorría su herido cuerpo, esperaba que no se borrara... que no se borrara la certeza en Gaara de que siempre lo amo, de que aun lo amaba... solo quería que quedara tatuado en esa mano donde depositaba esa fe.

Al separar sus titubeantes labios de la piel mas pálida sonrió apenas un poco y solo dijo:

-Que no se te olvide... –

- - -

Por fin descansaba después de tanto y le gustaba sentirse en compañía, mas que nada, en su compañía. Su respiración era cálida y con un tenue ritmo. Un susurro que apenas comprendió lo hizo entrar en un estado de ensueño, se movió un poco, acomodándose en su acompañante, le gustaba sentir la calidez de Lee. Por accidente mientras se acomodaba movió su mano que se encontraba entre la de Lee, pero sintió algo extraño.

Algo no estaba bien.

Inmediatamente abrió sus claros ojos y dirigió si mirar a sus manos, y Lee... él ya no tomaba la mano de Gaara, no hacia ninguna fuerza o presión, solo su mano estaba ahí, inmóvil, todavía tibia.

El aire por completo salió de sus pulmones en un suspiro y sentía como si no pudiera volver a inhalar.

- ...Lee- dijo con la esperanza que estuviera descansando profundamente.

El mencionado reposaba sobre su almohada, de perfil hacia el pelirrojo, podía apenas percibir el color sonrosado de su piel, sus ojos se encontraban cerrados con sus largas pestañas le daba una peculiar y hermosa vista; sus labios secos se encontraban apenas abiertos. Su aspecto en general era pacifico, descansado como no lo había visto en todo ese día.

Pero no contestaba.

El pelirrojo inmediatamente sintió humedecer sus ojos... no podía creerlo. Simplemente se le hacia increíble, Lee tenia que estar jugando le una mala pasada.

-Lee ya despiértate, no te hagas el chistoso- esta vez movió su mano con la otra de una manera tenue, para después soltarlo y moverlo un poco en el antebrazo. – Lee... –

Y fue entonces cuando cayo en cuenta de que Lee ya no se encontraba con él, y seguía viéndolo a sus ojos, aunque cerrados, no podía evitar hacerlo. Sintió como torrentes de lagrimas caían por sus mejillas, su rostro se contorsiono en un agonía pura y sus labios temblaban incontrolablemente, apenas de manera perceptible; su cuerpo temblaba por igual en espasmos que juraría, le cortaban la respiración y hacían doler de sobremanera todo su ser.

-L... Lee.. – dijo para nadie, hubiese preferido mil veces haberse quedado en el infierno en que vivió pero así haber evitado este final tan injusto e infame.

Sentía que la vida se seguía burlando de él... pero ahora no le importaba.

- ... No.... no te puedes ir... Lee, no puedes – le dijo con una ardor en la garganta que lo hacia arrastrar cenizas que mas bien lastimaban como navajas - ... tu me dijiste que me enseñarías a hacer spaghetti ...¿recuerdas?, apenas hace una mañana me lo prometiste- Al recordar en especial este suceso no pudo ser capaz de decir nada mas, su garganta se había hecho un total nudo, y mas que ruegos, de su boca solo salían tristes gemidos de profundo dolor.

Puramente la voz de un corazón sangrante.

En torpes movimientos se izo rodear por los brazos del mayor y lo abrazó, no quería soltarlo, en un llanto tan intenso; hundía su rostro en el pecho del otro aferrándose con sus delgadas manos a la ropa verdeazulada que cubría el cuerpo de su único amado.

Tanto lloro así, en esa misma posición, que su llanto no pudo serlo mas, porque sus ojos se encontraban rojizos e hinchados, secos, porque su cuerpo no le respondía, porque no quería sépanse un segundo de ese justo lugar en esa justa posición, con ese justo chico, que tras su camino solo dejo la marca sangrienta de un corazón robado.

Su llorar paso a ser un sollozo sonoro y constante, así como triste y solitario. Nadie en el hospital sufriría por la perdida de ese niño de corazón dorado, tampoco nadie después de tres días lo recordaría.

En indescifrables murmullos Gaara le hablaba a Lee, le reclamaba, le suplicaba, le pedía que regresara, o al menos que lo dejara retractarse de la promesa de vivir. Su garganta después de todo ya no podía emitir sonido alguno, al menos no se sentía capaz, y lo mas que lograba eran esos inteligibles y lastimeros residuos de lo que alguna vez fue una calma y controlada voz.

Paso aproximadamente una tres cuartos así, en esa cama, con ese chico, ahogándose en lagrimas hasta que un enfermero entro a la habitación, el mismo que lo venia haciendo todo ese gris día, y al ver tal escena, ante los sollozos y temblores del pelirrojo, ya sabia que esperar... sabia que pasaba. Silenciosamente se acerco a la cama y con lastima miro a los chicos sobre ella, poso dos dedos de su mano derecha en el cuello del muchacho solo para confirmar su estado, justo en ese instante fue a anotar la hora y todos los datos que podía por si mismo. No se preocupaba por pedirle algún tipo de información al joven pelirrojo que ignoraba su presencia, pues fuera del lugar se encontraba un hombre de cabellos grises que le había dicho al salir de la habitación que a él le hicieran todas las preguntas sobre el papeleo, antecedentes y cualquier cosa referente al joven.

El joven medico se acerco de nuevo a la cama y apenas toco el hombro de Gaara.

-Disculpe joven- dijo en una voz suficientemente alta como para que el chico escuchara, pero no mucho para evitar sobresaltarlo- lamento su perdida... necesito que me dé permiso- No secesito explicar mucho, se sobreentendía a la perfección que prepararía el cuerpo para por fin entregarlo. Dos médicos mas se adentraron a la habitación para ayudarle al joven.

-...- Gaara apretaba sus ojos... no quería escuchar, no eran quienes para separarlos. Lo único que hizo fue ignorar y aferrarse a Lee.

El joven al mover a Gaara un poco, insistirle y rogarle que dejara ir a Lee, lo único que hacia era adherir mas al joven, quien sentía que con esas palabras le pedían que lo olvidara por fin, que ya no valía. El hecho de enojarse lo dejaba en segundo plano, ahora solo pensaba en Lee, quería quedarse con él... solo no quería dejarlo. Los hombres comenzaron a imprimir un poco de fuerza, ya fuera jalándolo o intentando separar sus brazos de el cadáver. Y tuvieron muchas dificultades. Gaara al sentir la fuerza ya aplicada comenzó a gritar, exigía que lo soltaran, que lo dejaran en paz, que no tocaran a Lee. También le pedía ayuda al pelinegro, le gritaba suplicando su ayuda.

Esta vez no podría...

Después de algunos minutos de intenso forcejeo lograron arrebatar a Gaara de Lee. Con lagrimas en los ojos el pelirrojo seguía gritando desesperado, empujando a quien se acercaba, maltratando a quien lo sacaba del lugar.

Así lo hicieron, lo echaron fuera de la habitación y cerraron la puerta. Sin pensarlo un segundo Gaara se paro y comenzó a golpear la puerta, mantuvo los gritos a una altura exagerada, literalmente hacia pedazos su garganta.

Hataque desde fuera de la habitación miraba la triste escena bastante conmovido, pero manteniéndose frió como roca... ya había llegado lo hora. A pasos silenciosos se acerco hacia el joven que hacia tanto disturbio, totalmente arriesgado se acercó al chico y comenzó a calmarlo, primero con palabras, para luego darle un abrazo, que aunque en su corazón se encontraba un poco de rencor por lo que hizo, le había hecho una promesa a Lee, y procuraría su bienestar.

Gaara en un principio se resistió al conecto, pero después lloro de nuevo, sabia que era imposible poder consolarse o desahogarse porque sinceramente quería hundirse, pero no lo evito. Sin querer con el tiempo se tranquilizo entre lagrimas y sollozos, se encontraban sentados en unas sillas azuladas en la sala de espera, gracias a la gran habilidad de Kakashi logro de alguna manera persuadir a Gaara para sentarse ahí y tomar algo de agua, al menos.

No se enteraron cuando se llevaron a Lee, pero ya habían dado ordenes de llevarlo a la funeraria correspondiente, silenciosamente Kakashi respondió el cuestionario para el acta de defunción del joven Rock Lee.


Gaara paso su primer noche totalmente solo en la mansión.


A la inhumación estuvieron presentes todos los amigos y conocidos, a todos les pesaba de sobremanera la perdida. No había una sola persona en ese lugar que no estuviese de oscura presencia. Se encontraba parcialmente lleno.

Pero mas oscuro que todo, era la primer fila de asientos frente al féretro, una fila que de no haber sido por el triste joven pelirrojo hubiese quedado vacía. Durante el día nadie se le acerco, nadie dijo nada, solo los murmullos lo rodeaban... y no importaba en absoluto. Gaara mantenía un aura gris, no quería hablar en un largo tiempo, no quería volver a sonreír


... y así lo haría.


- - -


Vivió, si, lo hizo en el limite mas estricto; seguía respirando y su sangre seguía su carrera diaria. Sin mas alegría que la que le proporcionaba el recuerdo... y con ese sangrante corazón agradecía siempre tenerlo en mente... a su Lee. Los años pasaban para Gaara lentos e invariables en el mas mínimo detalle, de hecho ni le molestaba, así lo prefería.

Nunca se le podía ver alegre, mucho menos eufórico, aunque si molesto de ves en cuando. Se convirtió de nuevo en una estatua de hielo... hielo hecho de lagrimas. Esta de más decir que adoraba la soledad, era de las pocas cosas que podía disfrutar, aunque al final... siempre, le sumiera un una tristeza.

Como bien esperaba no volvió a sonreír, al menos nunca frente a otra persona. Lo mas que podía llegar su capacidad era a una casi imperceptible sonrisa cortés... nunca pudo emanar una sincera... era mucho pedir.

Siempre se le hacia difícil despertar por las mañanas, de hecho la acción de levantarse de esa cama, salir de esa habitación, era demasiado; sin poder explicar, sentía como si estar dentro de ahí, era como si estuviese con Lee y abandonar la mansión... ese hogar suyo, adornado deslumbrantemente de hermosos recuerdos. Pero con todo y ese peso, se levantaba y seguía. Su enfoque principal siempre era la empresa, nada mas... ninguna persona... nunca mas. Entregaba a la empresa todo su empeño, su fuerza, su ser. Realmente no se quejaba o le incomodaba, era algo que hacia con un verdadero gusto... con amor. Literalmente vivía para su trabajo.

En él... Sbaku No Gaara, había quedado una marca nítida e indeleble. Una cicatriz que decía: Amor... Simple y sencillo. Nunca lo oculto o le avergonzó, muy dentro en él sabia que era una cicatriz de un viejo sentimiento y tenerlo tan presente lo hacia feliz. Frecuentemente pasaba sus dígitos sobre ella, sintiendo con lentitud la irregularidad de su piel, que con cada sensación, cada roce, un recuerdo triste o alegre de igual manera era hermoso.

Nunca pidió mas.

De vez en cuando recordaba su tortuosa niñez, pero ya no le afectaba de ningún modo porque esa herida había sanado, se había cerrado por completo gracias a los labios de Lee... no, no solo por sus labios, sino su presencia, su sonrisa, sus palabras... sus enormes ojos que lo hacían transparente.

Sus pensamientos se escurrían frecuentemente al recuerdo de los últimos días juntos, y cuado eso pasaba su mirada se pedía, como si desapareciera del mundo y su mano irremediablemente terminaba en su frente

Amor ...

Su pecho se incendiaba con un calor casi doloroso. Al sentir esa herida cerrada le recordaba...

Le recordaba una herida que aun sangraba, que nunca cerraría... no quería que lo hiciera, le gustaba ese dolor... el ácido de esa sangre...



...... FIN......
Notas finales: ; ___ ; ...

lamento eso... gente, ya es todo... y ... se aseptan tomatazoz, recodatorios de familia, pedradas, lechugasos, zapatasos... nu se.... lo que se le antoje, por mi ni pex.. se k lo meresco...

... Perdon Lee.... ó___o

soy una perra TT ^ TT

espero que les aya gustado almenos tantito u___u

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